Partida Rol por web

Me quedo mudo, sin saber muy bien qué decir o qué hacer hasta que Byron aparece. Lanzo un suspiro de alivio al saber que nuestro compañero está en buen estado.

Reconozco su ropa como el equipamiento del Chelsea Football Club, y a juzgar por sus ánimos y el hecho de que tenga la ropa sucia me hace pensar que lo más probable es que algún alumno haya creído gracioso y divertido reírse a costa del propio Byron. Pero supongo que, dadas las circunstancias, eso ni siquiera importa.

Me quedo cabizbajo mientras el chico sube a la habitación y vuelvo a mirar a los dos Wills, abrazados.

— No ha sido Bastet— enuncio en voz baja—. Sería demasiado evidente su participación por haber dejado vivos a todos los gatos. Será la primera investigada, y mientras hacen la investigación, el verdadero culpable limpiará las pistas que pudiese dejar. Yo sospecho de Green, es quien más pegas puesto a que todo el mundo andase con las mascotas, así que quizás ha intentado hacer una limpia e inculpar a otra profesora que tiene un trato amable con los alumnos por el camino.

Yo no creo que investiguen a los profesores. ¡Son eso, profesores! Yo creo que ha tenido que ser alguna criatura, no un profesor. Es demasiado escandaloso, ¿no? Que un profesor se ponga a matar animales como si nada y deje que caiga en el Gran Comedor... Chris negó con la cabeza. No, no puede ser un profesor.

Abrazo a Willow sin saber muy bien qué más decirle. Estoy algo fuera de mi elemento en este momento y miro alrededor con gestos fugaces y algo descoordinados, intentando buscar alguna referencia que me diga cómo ayudar mejor a mi amiga.

Cuando Byron menciona a su perro me doy cuenta de que se me había olvidado la existencia de Puppy y se nota en la mueca que se hace con mi cara durante el segundo en el que el chico sube al cuarto como una exhalación que me siento bastante avergonzado y culpable por no haberme preocupado por el cachorrillo.

—Jo... qué fallo... —digo cuando se ha ido—. No me acordaba de Puppy... Pobre Byron. ¡Es que esto es una locura! —me empieza a temblar un poco el labio inferior. Ver a todos llorando y sintiéndose fatal empieza a afectarme.

Niego con la cabeza enérgicamente después de un par de segundos mirando cabizbajo al suelo cuando Ed y Chris terminan de expresar sus teorías y opiniones.

—No creo que haya sido ninguna de las dos. En ambos casos sería muy evidente... Green es una petarda, pero una petarda muy lista. ¿Tú crees que se tomaría la molestia de hacer esto y que sea tan torpe de que la cojan al vuelo? Además, se ve que le importa bastante poco realmente lo que hagamos o dejemos de hacer: se queja pero sin energía. No creo que haya perdido el tiempo en hacer esto. Yo creo que puede haber sido un alumno, o mejor dicho, varios. Es muy espectacular y muy torpe, seguro que han dejado rastros por todos lados aunque no sepamos verlos, pero los profes los encontrarán. Son gente muy lista, ¡de los mejores! ¿No? Pues eso... ya veréis cómo encontramos a los cafres que han hecho esto.

Christopher no estaba de acuerdo con las opiniones de sus compañeros. Pensar que un profesor o los alumnos podían hacer algo así... ¡Era horrible! Pero, aunque se podía hablar y discutirlo durante mucho tiempo, no llegarían a ninguna conclusión.

Mañana será otro día pensó, evocando de nuevo la imagen de su madre. Su gato no había muerto y quizá no estaba tan impactado como a la gente a la que habían asesinado a su mascota. Pero esa situación superaba a un niño de su edad, y dudaba que alguien pudiera hacer frente a todo eso.

Miró a Willow. ¿Cómo la iba a decir que debería irse a la cama? ¿Qué iba a hacer con su mascota? No entendía ni sabía qué hacer, pero intuía que lo mejor era dejarla sola

Chicos, voy a ver a Byron, que no ha vuelto a bajar... Hasta mañana dijo, despidiéndose en particular de Willow, a la que dio un beso en la cabeza justo antes de subir.

Willow se soltó lentamente del abrazo de William y miró agradecida a Christopher cuando le dió el beso.

- Gracias... -Miró a todos los presentes. Realmente se sentía agradecida por el apoyo que había recibido.- Yo... también me voy a la cama. Hablamos mañana, ¿vale?

Aunque quería ser útil aportando ideas y pensando quién se encontraba detrás de tal acción, ahora mismo no estaba para ello. Ni para nada, en realidad.

Alzó una de sus manos y se despidió de los presentes.

- Estoy de acuerdo con Ed, no me parece que Bastet haya podido hacer algo así.-No le daba la cabeza para más elucubraciones.- Creo que deberíamos irnos a descansar. Lo siento mucho chicos.- Dijo mientras tomaba a Gladius en sus brazos y se dirigió compungido al dormitorio.

Me quedo en silencio durante largos segundos, cualquier cosa que diga es mala, y cualquier cosa que no diga es peor aún.

Y mientras dudo sin saber qué hacer, Willow dice que va a ir a aclstarse. La idea me asusta, que vaya a dormir implica perderla de vista, y siento que la estaríamos dejando desprotegida. Luego pienso en que hay chicas de cursos superiores que podrían protegerla si fuese a pasar algo malo, así que me acerco a Willow y cuando se separa de mi amigo, le doy yo un abrazo. Intento que sea fuerte, pero mi flaqueza muscular no me lo permite.

— Lo siento, Willow... Intenta descansar, ¿vale? Y si no puedes dormir o lo que sea, avisa, vendremos a hacerte compañía, estamos contigo.

Dicho esto me vuelvo hacia mi amigo y coloco mi mano sobre su hombro.

— Como dice mi hermano, deberíamos ir a descansar, ha sido un día horrible— me giro una última vez ante la chica antes de ir a los dormitorios—. Hasta mañana.

Se me escapa una lágrima pero intento esconderla cuanto antes haciendo como que me froto los ojos por el cansancio.

—B- bueno... d- descansad. Es cierto que ha sido un día horrible. Will... ya sabes dónde estamos —le digo forzándome a sonreír aunque tengo ganas de llorar por nervios y por ver a tanta gente tan hecha polvo, y además, porque tengo miedo, ¿y si esto es el primer paso de algo más horroroso?

—Hasta mañana —concluyo, y me quito la pajarita que no era de las tradicionales que había que atar, sino una que venía atada a una goma con un broche, más fácil para un niño. Empiezo a subir las escaleras arrastrando los pasos y me pierdo en dirección al dormitorio.

Byron llegó a la sala con todos los libros de primero. Era aún de noche, pero no pareció siquiera darse cuenta. Se fue directamente a un buen lugar donde poder estudiar. Un sillón con alguna mesa cerca estaría bien, dejó todos los libros y encendió una vela.

Tras esto, abrió el primer libro que encontró y empezó a buscar conjuros. Alguno que le fuese útil para encontrar una pista, algo.

Llego a la Sala Común, esperaba encontrar el habitual bullicio de risas y bromas, de los chicos. Pero en lugar de eso sólo veo a Byron Maxwell, en un rincón a la luz de una vela absorto en un libro que parece tener capturada toda su atención.

Tomo a Muffys en brazos y busco un sillón libre en el lado opuesto de la sala y me acomodo allí sin hacer ruido, para no distraer a Byron. Escribiría una nota para enviar a mis padres, siempre me piden que lo haga cuando llego a Hogwarts y este año, aún mas, la presencia de Valentine en la escuela los inquietaba. Ya se han enterado de los últimos acontecimientos, la lluvia de lechuzas muertas no ha pasado desapercibida por nadie. La huella de la oscuridad pasada, es una sombra que todo mago llevará en su corazón por siempre. Veo a Muffys enrroscarse a mi lado en un sillón, que suerte tiene él que no sabe nada de lo que acontece por aquí...

Tomo mi pluma y comienzo a escribir: "Queridos Padres..."

Llego a la sala común con pasos lánguidos. Encuentro a Byron leyendo y decido que no voy a molestarlo. También está Crystal, o Eli, o... bueno, no sé, no hablo mucho con ella al ser de segundo. El caso es que está escribiendo una carta con su mascota a su lado y también creo que sería molesto saludar demasiado efusivamente.

—Buenos días... —saludo, y voy hacia una estantería a mirar los libros. Dudo encontrar un libro suficientemente interesante como para que me den ganas de leer ahora mismo, pero al menos me entretengo leyendo los lomos.

Bajo arrastrando los pies por las escaleras vestido de forma bastante poco pulcra, no me he detenido a ajustar la corbata ni la camisa ni nada.

— Buenos días — digo dejando escapar las palabras de mi boca y camino hacia mi amigo junto a la estantería.

— ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Has conseguido dormir? — pregunto preocupándome por mi amigo.

Christopher vio a Byron sentado, enfrascado en los libros. No sabía qué hacia, pero se fue hacia él. No iba a dejarle sólo como parecían hacer los demás. Se sentó a su lado y miró por encima del hombro qué hacía. Aunque no lo supo muy bien, cogió uno de los libros que tenía sobre la mesa cerrados y se puso a leer, buscando algo que le dijera qué estaba investigando su amigo.

Perry bajo a la sala común silencioso. Al pasar junto a su hermano le revlvió el pelo, sin sus habituales sonoros besos, pro respeto a Byron que parecía enfrascado en un libro. Sería su forma de mostrar su tristeza.

- ¿Cómo está?- Le preguntó a su hermano disimuladamente. Allí estaba Will también, como no, así que lo saludó con una sonrisa. Era el mejor amigo de su hermano en Howarts y eso era de agradecer pues descargaba en parte la carga que suponía estar siempre pendiente de Edward en el colegio. No se quejaba Perry pues le gustaba ocuparse de su hermanito, pero a veces podía resultar agotador.- ¿Vamos a desayunar? Tienes que comer algo, Byron.

Veo bajar a mi hermano y una ligera sonrisa aparece en mi gesto cuando me revuelve el pelo, ese tipo de gestos siempre me hacen sentir mejor en situaciones así, el hecho de sentir cariño me hace pensar en que estoy protegido y por tanto más seguro.

— Perry— digo y lo abrazo con fuerza, o al menos con toda la fuerza que soy capaz de dar el abrazo, aún tengo la musculatura bastante débil y la delgadez casi enfermiza que lucía a principio de curso se ha ido corrigiendo pese a que aún sea llamativamente delgado.

Pasados unos segundos lo suelto y echo una ojeada hacia Byron, emitiendo un suspiro.

— No sé cómo está, auqnue parece estar mal... lamentablemente no se me ocurre qué hacer para ayudarlo, y creo que el hecho de que Gladius sí está bien por ser un gato no va a ayudar a que sienta un gesto por mi parte como agradable o positivo— suspiro—. Quizás Jamal sí pueda ayudarlo, es bastante extrovertido y pese al trato que tenemos, sé que hará un buen trabajo con él.

Luego de escribir la carta a mis padres, saludo levantando la mano a Byron y a William, tomo a Muffys en brazos y me dirijo hacia el dormitorio. Me esperaba un largo día.

Byron había estado enfrascado en los libros. Se había limitar a mover ligeramente la cabeza con cada saludo. Mirando de buscar algo por donde empezar a buscar, no había apenas dormido esa noche y se le notaba perfectamente en los ojos rojizos de estar leyendo a la luz de la vela. Había visto a Crystal y aunque la había visto bastante, pocas veces habían conversado, simplemente no tenía el coraje y la desvergüenza de preguntarle a ella. Sin embargo, cuando escuchó a Perry, su cara cambió, levantó la cara esperanzado.

-Perry! Oye, me puedes hechar una mano? Que tipos de conjuros os han enseñado en segundo?- Byron miró al reloj de la sala común. Parecía inquieto.- La biblioteca ya estará abierta, después de desayunar iré allí.- Giró la cabeza hacia los demás.- Tenemos que averiguar quién ha hecho esto y si los muggles tienen herramientas para investigar casos muggles yo necesito algo para poder averiguar algo.- tras unos instantes, se gira hacia Perry de nuevo.- No se te ocurre nada? Quizá se puedan ver las últimas imágenes que vió Puppy, quizá podamos retroceder en el tiempo. - De repente pareció derrumbarse- Algo se debe poder hacer con la magia, no? si no para que existe?.

Las lágrimas empezaron a avanzar por sus mejillas. Derrotado, se dejó llevar por sus compañeros a desayunar.

Perry asintió a las palabras de su hermano. Jamal parecía llevarse muy bien con Byron. Entonces éste le sorprendió pidiéndole una ayuda que no estaba seguro de poder darle.

-Byron...todo eso supongo que lo habrán hecho los profesores ya.  De todas formas, si te puedo ayudar en algo lo haré, o si me entero de alguna cosa...- Quizá sí pudiera hacer algo, pero tendría que darle vueltas al asunto sosegadamente.- Los hechizos que aprendemos en segundo son parecidos a los de primero, algo más potentes pero nada más. Vayamos a desayunar.- Dijo algo entristecido por no poder hacer gran cosa.

Christopher había estado junto a Byron y pegó un brinco cuando éste mostró tanta efusividad. Quiso detenerle, pero no pudo. El chico bajó la cabeza y negó apenado. ¿Qué podría hacer él, un niño pequeño, ante algo tan extraño? ¿Qué iba a poder hacer que no hubieran hecho los profesores?

El chico se levantó. Quizá no pudiera decir nada para consolarle, pero le apoyaría. Por algo eran amigos.

Escucho las conversaciones, pero no tengo energía para contestar. Cuando veo que todos empiezan a irse a comer, miro a Edward y poso una mano en su hombro.

—¿Vamos? ¿Cómo estás? —pregunto, mientras comienzo a caminar hacia el comedor.