Partida Rol por web

Diana volvió a relajarse y recuperar su risueño semblante cuando Noah e Ithan terminaron por recapacitar y pedirse disculpas, no eran buenas las peleas y menos entre compañeros. Cuando su primo la abrazó correspondió al gesto con una cálida sonrisa-

- Denada primo- le susurró al tiempo que le posaba una mano en el brazo y lo dejaba marchar.

- Bueno, todo esto me ha abierto el apetito... voy a ir tirando para el comedor... ¿Venis?- les dijo al resto de sus compañeros mientras recogía uno de los pañuelos- O mejor id bajando vosotros que ahora después nos vemos en la mesa de Gryffindor, hasta ahora chicos- les dijo a Joey, Noah y Arnols, pues Ithan ya se había marchado mientras se encaminaba hacia las escaleras.

Contento porque sus amigos hubiesen hecho las paces, el estómago rugió de nuevo y asintió a las palabras de su amiga:

-Creo que sí. El estómago me está pidiendo comer un poco.

Joey subió al cuerto a por unos apuntes y cuando bajó vio que sus amigos aún estaban allí. Salió corriendo y dijo:

-¡Idiota el último! Desapareciendo por la puerta

- Diana. - la llamo antes de que salga por la puerta. ¿Puedo hablar contigo?

Arnold vio como Ithan y Noah se daban la mano. Negó con la cabeza, todo aquello no le gustaba nada, esas cosas tendían a volver a pasar y le costaría volver a confiar en Noah, si es que algún día volvía a hacerlo. –Bueno…voy a por mi escoba- Dijo con tono serio, segundos después de que Ithan subiera. –Hasta luego, Selena.- y se volvió hacia las escaleras, con el semblante serio.

Arnold paso al trote, sin hacer apenas caso a los que quedaran por alli, derecho hacia el gran comedor.

- Bien. Y ahora me ignora. - pienso al ver como Diana hace oidos sordos a mi llamada.

Salgo de la Sala Común y me dirijo al Comedor.

- Creo que practicaré un rato algún hechizo. Total ... no tengo nada mejor que hacer hasta mañana. - pienso encogiéndome de hombros.

Enya llegó a la sala común. Realmente lo apetecía demasiado hablar después de lo mal que le había salido la clase de vuelo con escoba. Se había dado cuando entraba al castillo de que algún compañero se iba a acercar a ella, pero, la verdad, en ese momento no tenía muchas ganas de hablar. Espero que no se hayan enfadado Ithan y Arnold...

De repente cayó en la cuenta de que no había escrito la tan largamente prometida carta a sus padres, así que pensó que desconectar un rato le vendría bien... Salió hacia el dormitorio.

Ithan entró en la Sala Común, cargando su escoba al hombro y su mochila. Saludó a unos chicos de séptimo, amigos de sus hermanos mayores. No se paró mucho tiempo, ya que quería hacer un par de cosas en el dormitorio y no quería perder mucho tiempo.

Ithan volvió a bajar a la sala común. Estaba inusualmente vacia, asi que se encogió de hombros, y se sentó en su sitio habitual, estirando las piernas y mirando a su alrededor. Sacó el libro que estaba leyendose, que ya lo llevaba por el final, y comenzó a leerlo para hacer hora hasta que sirvan la cena.

Al llegar a la sala común, Arnold paso casi al trote por ella, con la escoba al hombro y una sonrisa de oreja a oreja. Reparó en Ithan, que estaba sentado, leyendo, y se acerco a el.

-ei, que haces aquí? – le pregunto, radiante. –yo he descubierto que me encanta volar, por cierto, ahora bajo, voy a dejar la escoba y vamos por ahí a estirar las piernas.- siguió, sin darle tiempo a contestar al rubio, antes de salir rápidamente hacia el dormitorio.

Al bajar a la sala común,  volvió donde estaba Ithan, sentándose junto a el, con la mochila sobre los hombros. Lo cierto era que el pelirrojo estaba cansado, la euforia empezaba a desvanecerse de su mente, y empezaba a notar el cansancio de todo el día sin parar. –Bueno, que hacemos?- preguntó entonces, ladeando la cabeza, apoyada en el sillón, mirando a Ithan.

Ithan seguía leyendo en la sala común, tan tranquilamente mientras giraba de vez en cuando el libro y su expresión pasaba de tanto en tanto por la sorpresa, la duda o la incomprensión. ¿Entonces al final lo soñó todo ella? ¿Cómo que al final ella también formaba parte del Sueño del Rey Rojo...? Si cuando despierta al Rey Rojo todo termina, es por que ella no lo soñó, si no que era un sueño del Rey. Estas vacaciones le preguntaré... Carraspeó, y siguió leyendo el final del libro. Estaba tan concentrado en la lectura, que cuando escuchó a alguien de fondo hablar, no pareció escucharle y contestó de forma automática.

- Sí. -

Y pasó pagina, continuando la lectura. Cuando Arnold ya se marchó, e Ithan pasó un par de paginas, se paró levantando la vista del libro y mirando a su alrededor, buscando con la mirada a quien le hubiera hablado, pero allí no había nadie. Juraría que alguien me acaba de hablar. Que raro.  Se encogió de hombros, volviendo a la lectura de las paginas que le restaban. Y en aquel momento, terminó e libro, cerrandolo y leyó la contraportada. 

Para aquel entonces, Arnold se sentó junto a él e Ithan lo miró alzando una de las cejas, cuando le preguntó que qué iban a hacer. - Ya sabes que vamos a hacer. - Contestó, y señaló su propia mochila, en el asiento junto a él. La cogió, y se puso en pie de un salto.

- Primero, al Gran Comedor. - Dijo, haciendole un gesto con la cabeza para que le siguiera.

Arnold sonrió ante la afirmación de Ithan. –pues ya estamos listos!- Dijo, volviendo a ponerse en pie, con algo de pereza, colocándose la mochila a la espalda. –Si, vamos a por algo de comida…últimamente tengo mucha hambre, sabes?- empezó a decir, mientras los dos chicos se dirigían hacia el exterior de la sala común, por el hueco del cuadro.

Enya llegó hasta la puerta de la sala común desde la lechucería pensando en su familia y en cómo echaba de menos sobre todo a su padre que, aunque era un completo desastre, siempre la apoyaba. Tenía la idea de que había llegado rápido a la sala común, pero, cuando miró el reloj, se dio cuenta de que era la hora de cenar. Se me ha pasado el día volando con tanto ajetreo... Je, paradójico, volando, justo lo que no he conseguido. Mañana va a ser horrible... Yo con miles de clases de recuperación y todos en el pícnic. A ver si me da tiempo. De repente le rugieron las tripas y decidió que ni siquiera iba a pasar a la sala común. Dio media vuelta y se dirigió hacia el Gran Comedor.

Ithan llegó a la sala común con Arnold a su lado, y Albo en su hombro. Iban susurrando algo. - ¡Ha sido increible, tío! ¡Tenemos que repetirlo más veces! -  Dijo, emocionado y haciendo algunos aspavientos. A pesar de todo, se lo había pasado en grande.

- Recuerda que mañana tenemos las recuperaciones. No lo olvides. - Le recordó, mientras pasaban de largo por la sala común, sin pararse al ver que no había nadie allí conocido. Solo unos chavales de cuarto jugando a unas cartas extrañas con monstruos y tierras.

Arnold iba junto a Ithan, caminando por la sala común, en dirección a las escaleras que conducían al cuarto. –En serio? Yo estaba muerto de miedo, tío, no pienso volver allí en un tiempo…-dijo, mientras Thor correteaba hacia el, entrecruzándose en sus piernas, hasta que Arnold lo cogio en brazos, acariciándolo. –me dedicare a explorar el castillo, mejor.- sentencio, dando un respiro hondo, mientras subía las escaleras.

-Si, hay que ponerse…y no quiero quedarme dormido de nuevo- contestó a Ithan, mientras desaparecían de la vista de la sala común

Enya llevaba un día muy difuso. Entre que la enfermedad siempre le dejaba a uno como si le hubieran dado una paliza y los fracasos en sus clases, la verdad es que tenía la cabeza en otra parte. Era como si no viera a nadie ni escuchara nada. Solo iba metida en sus pensamientos. Pensó que lo mejor sería irse a dormir y descansar más para que al día siguiente tuviera éxito con sus recuperaciones.

Ithan bajó las escaleras desde el dormitorio, y vio que allí aun no había absolutamente nadie. Pues si que les gusta poco madrugar... Pensó el chaval, que de serie, dormía más bien muy poco. Y se acercó al tablón de anuncios, para ver si alguien más había puesto algo. Al ver que no era así, y al no saber de las chicas en todo el día anterior, Ithan se sentó en su sitio de siempre.

Dejó la escoba en el suelo, y sacó de la mochila una hoja, un lapicero y unas ranas de chocolate, que comenzó a desayunarse mientras comenzaba a escribir. Al cabo del rato, y haciendo ciertos ejercicios de memoria, en los que se le podía ver hacer muecas de pensar e intentarr ecordar, Ithan acabó por firmar la nota, dejando las cosas a un lado y colgandola del tablón de anuncios.

¡Chicos y Chicas! Soy Ithan...

Hoy tenemos a primera hora la recuperación de vuelo. Como la última vez fue un poco desastre, he pensado que podíamos bajar temprano y así os puedo ayudar con algunos trucos para que os vaya bien en la recuperación.

Recordad que después tenemos la recuperación de Transformaciones, y durante todo el día se puede ir al despacho del profesor Knower para recuperar los ocnjuros de duelo. Si teneis algún problema con alguno de los conjuros.. ¡decidmelo! 

Si cuando leais esto no estoy en la sala común, estaré en el Gran Comedor, si no, estaré en la clase de Vuelo. Después de la clase de vuelo seguramente iré a la de duelo. Buscadme y os echaré una varita.

¡Un saludo!

Ithan Trace Rosier.

PD: ¿Os habeis dado cuenta que de Vuelo a Duelo solo cambia una letra?

Y tras colgar esto en el tablón de anuncios, se sentó en su habitual sitio a esperar a alguien para bajar hasta el Gran Comedor, haciendo tiempo mientras lee algo.

Enya llegó metiendo una mano por la chaqueta y quitándose las legañas con la otra un poco acelerada cruzando la Sala Común de Gryffindor, cuando frenó en seco, ya que vio a Ithan cual gárgola vigilante en un sillón. Se miró los pelos y se le habían puesto castaño claros. Sí, se alegraba de ver a una persona a la que le estaba cogiendo un profundo afecto, aunque el día anterior había sido un poco borde al terminar la clase de vuelo. No estaba de muy buen humor. Espero que no esté muy molesto después de haber salido ignorando a todos.

- Hola Ithan. Siento haberme ido ayer tan rápido y sin decir nada. La verdad, no fue un buen día y estoy bastante agobiada. ¿Tú qué tal estás? ¿Te apetece que bajemos juntos a desayunar?

Echó un ojo mientras tanto a lo que había puesto el chaval en el tablón.

- Bueno, y me enseñas esos trucos para poder levantar el vuelo, que eso de que la escoba me de en la cara no es una buena idea. Recordó lo que le había pasado el día anterior y notó cómo le había cambiado un poco el color de pelo.