Partida Rol por web

Ithan ya se encontraba con los pies en el respaldo, boca abajo y leyendo un libro mientras escuchaba alumnos ir y venir. No reparó en Enya hasta que le saludó, momento en el que apartó el libro que tenía entre las manos, ampliando su sonrisa, aun estando boca abajo como estaba.

- ¡Hola Enya! No te preocupes por lo de ayer, un mal día lo tiene cualquiera.... ¿Hoy estas mejor? - Giró sobre si mismo, retorciendose en el sillón hasta sentarse como las personas normales, y dio un pequeño salto, poniendose en pie, pasandose las manos por la cabeza para peinarse. - Estoy muy bien, gracias. ¿Cómo estas tu? -  Le preguntó, amable y con una amplia sonrisa, mientras recogía sus cosas y se acercaba a ella.

- ¡Claro! Vamos para abajo... ayer apenas cené y me muero de hambre. ¡Por cierto la que te perdiste, fue genial! Hicimos una excursión por el exterior del castillo... deberías haberte venido. - Comenzó a decir, mientras caminaba hacia la puerta.

- Ahora cuando bajemos te dejaré mi escoba para que practiques vuelo ¿Vale? - Le dijo llevandose la escoba al hombro y sujetando la mochila con la otra mano. - Y te enseño esos trucos, que menudo golpe te diste... creo que cuando te diste, me dolió hasta mi. - Salió de allí, en dirección al Gran Comedor, mientras hablaba con Enya.

Arnold bajó las escaleras a buen ritmo, con la escoba al hombro, silbando incluso, con el pelo aun mojado de la ducha. Vio a Ithan sentado en su sitio de siempre, y junto a el, Enya. –Buenos días, chicos!- Dijo, trotando hacia ellos, feliz. Estaba contentísimo, ante la oportunidad de poder volver a volar sobre su escoba. –Como habéis dormido? Estas mejor, Enya?- Preguntó, mirándolos con una amplia sonrisa, dandoles tiempo a contestar.

-Se froto la tripa, mirando hacia abajo. –Me ruge la barriga, tengo hambre…vamos a comer algo?- dijo, sin quitar la diestra de la barriga, mientras que con la otra se sacudia el pelo humedo.

Enya parece que sacó de su ensimismamiento a Ithan, que la recibió con una amplia sonrisa:

- Hoy me encuentro mucho mejor y espero que además el día me sonría mucho más.

Después de que le contara lo de la excursión por el castillo, le dio un poco de envidia pero sacó la mejores de sus sonrisas ante el entusiasmo que el rubio mostraba. Habrá más ocasiones. A la siguiente voy yo también.

- Yo después de la clase fui a la lechucería. Todavía no había escrito a mis padres. Soy un completo desastre. Ahora si quieres me cuentas todo lo que visteis en los exteriores del castillo mientras desayunamos.

Se puso de camino a la puerta cuando se decidieron a bajar juntos a desayunar. - Seguro que me ayudas mucho, con lo bien que vuelas. A ver si hoy despego del suelo. Realmente no era una sensación que la atrajera demasiado, pero era necesario.

Cuando enfilaban la puerta, apareció Arnold lleno de energía y con un buen chute de entusiasmo. A Enya se le puso el pelo rubio platino ante tanta alegría de sus compañeros. - Hoy estoy mucho mejor, gracias por preguntar. A ti te veo de maravilla. En algo estaban de acuerdo, había que desayunar. - Hala, vamos todos para el Gran Comedor a coger fuerzas.

El chico le dedico a Enya una gran sonrisa, satisfecho. –Si, hoy me levante de muy buen humor! Y eso que me di un susto de muerte nada mas despertar…-fue diciendo, mientras salía de la sala común, junto a los demás.

Selena pasó por allí a toda prisa y se fijó en el cartel que había puesto Ithan en el tablón de anuncios. A veces parecía el padre de los chavales, aunque había que reconocer que se agradecía.

Al llegar a la Sala común observo que los de 1º están saliendo por la puerta.

Decido esperar a Diana. No podía demorar más esa conversación.

Diana bajaba las escaleras que conducían a la sala común tarareando una canción con Vicky reboloteando a su alrededor, al ser domingo y no tener clase, no debería de haber ningún problema por llevarla consigo. Cuando llegó a la sala se encontró con Noah, parecía estar espernado a alguien.

- Buenos días Noah- saludó al chico alegremente mientras se dirigía hacia las escaleras rumbo al comedor

- Buenos días Diana. - le digo. Te estaba esperando.

- ¿Cuando es la recuperación de Artes Quiméricas?

Le hago una indicación hacia la puerta para ir juntos al comedor.

- ¿La recuperación de Artes quimericas?... pues creo que puedes recuperarla hoy que es domingo- dijo tras pensar unos segundos mientras se dejaba acompañar por su compañero hacia el Gran Comedor.

Gabi bajó trotando las escaleras. Por ser domingo en la sala habían varios alumnos, quienes la vieron retroceder el camino que había hecho, volviéndose a leer la cartelera. La chica ya se había acostumbrado a buscar allí las populares notas de Ithan.

-¡La recuperación de vuelo!- Exclamó llevándose una mano a la frente y dándose cuenta demasiado tarde de que había llamado la atención de varias personas sin querer, por lo que bajó la mirada apenada, sonriendo nerviosamente antes de terminar de leer.

-Ok, comedor o clase de vuelo. Bien.- Se dijo, dispuesta a recuperar la oportunidad que había perdido por culpa de Peeves. Acto seguido salió apurada hacia el gran comedor.

Enya llegó realmente cabreada y frustrada a la Sala Común de Gryffindor. Sentía que no era justo que le saliera todo tan mal. Es como si le hubiera mirado, como decían los muggles, un tuerto, aunque en su caso debía de ser una legión de tuertos.

Se sentó en un sofá con la mirada perdida pensando en que lo mejor sería salir luego a la noche a despejarse un poco mirando las estrellas, como hacía cuando estaba con su padre. Era algo que le satisfacía y que le hacía sentirse mucho mejor. Pensó también que lo mejor sería pedir ayuda a algún compañero antes de la siguiente oportunidad de practicar los hechizos en clase del profesor Knower. Ojalá se acerquen Arnold o Ithan, seguro que me echarían una mano.

- Ya te he dicho la contraseña dos veces. ¡Vamos, Señora Gorda... que tengo prisa! Ya te contaré esta noche porqué los Minbari se rinden en la Batalla de la Línea. - Ithan soltó un largo suspiro, mientras la señora gorda accedía a sus palabras y lo dejaba entrar en la sala común. ¿Cómo podía gustarle a un cuadro tanto las series de ciencia ficción?

- ¿Enya? ¿Gabi? - Preguntó mientras entraba en la sala común, peinandola con la mirada de lado a lado, para acabar por descubrir, sentada en un sofá, a Enya. Ithan se llevó las manos a las caderas, mirandola y soltando un pequeño suspiro. Caminó hacia ella a paso lento, y acabó por sentarse delante de ella. - Estaba buscandote. - Acabó por decirle, apoyando la espalda en el sofa.

- Ha sido un fastidio que no sacaras el conjuro... pero ahora tenemos toda la semana para practicar. Hoy es nuestro... - Se interrumpió allí, ampliando ligeramente la sonrisa. - ¡Espera! ¡Claro! - dio una fuerte palmada, que hizo que de las escaleras del dormitorio de chicos, bajara Albo corriendo y escalando su dueño hasta situarse en su hombro. - Las recuperaciones de Duelo son todo el día. Aún estas a tiempo de volver más tarde. - Ithan no era de los que se rendían fácilmente, y aquella idea le parecía genial, al menos, para él.

- Así que haremos una cosa. Ahora bajaremos al Gran Comedor, el Director quiere hacer un anuncio. Buscamos a Gabi. Vamos al picnic todos juntos, pasamos un buen rato, nos divertimos y después dle picnic, vamos a una de las aulas de duelo y os enseño los conjuros. Después, justo antes de ir a dormir, vas a recuperar los conjuros... ¡y todo perfecto! - Levantó ambos pulgares a modo de aprobación, con una enorme sonrisa.

- Bueno, preparate y sonrie un poco, que estas mas guapa de rubia. Voy a la habitación de los chicos a dejar unas cosas y ahora nos vamos. ¡No te vayas sin mi! - comentó, poniendose en pie de un salto y marchando hacia la habitación.

- Bueno, ya estoy aquí, Enya. ¿Vamos? Podemos ir hablando por el camino. - Le preguntó, llegando hasta ella y señalando hacia la puerta con un gesto de la cabeza. El hurón bajó del hombro de Ithan, colocandose junto a él esperando a que se abriera la puerta. - Fan nóiméad, Iotek. - le pidió un momento al hurón, mientras Enya contestaba a Ithan.

Y finalmente, el Rubio fue hacia la puerta, abriendosela al hurón que salió corriendo a toda velocidad, y bajando él junto a Enya* hacia el Gran Comedor.

Cuando Arnold entró en la sala común, aun tenia su escoba al hombro, pese a no haberla utilizado en toda la mañana, la había llevado para nada. Hacia cerca de una hora que daba vueltas por el castillo, investigando los pasillos, conociendo mejor el interior de Hogwarts. Había sido un paseo agradable, sin las prisas por las clases, un buen rato en silencio, con la emoción de la posibilidad de descubrir, quizás, algún pasillo secreto o algún rincón donde sucedieran cosas extrañas y fascinantes y además, la felicidad de haber aprobado los dos conjuros de duelo que no había podido realizar con éxito en las clases.

Miró a su alrededor, ya no quedaba nadie, era la hora de comer, y lo cierto es que el pelirrojo tenia hambre, así que subió al dormitorio.

Arnold volvió a bajar por las escaleras del dormitorio, y paso de largo, con las manos en los bolsillos, tarareando, mientras se dirigía a la puerta de la sala común y salía a los pasillos, de camino al gran comedor.

Enya casi ni notó que Ithan había entrado en la sala común. Pese a todo, se había conseguido abstraer pensando en constelaciones y esas cosas que tanto le gustan a su padre. El suspiro le sacó de su ensimismamiento y lo vio allí brazos en jarra. Escuchó atentamente sus palabras sin decir nada, hasta casi casi con el rostro rígido, pero cuando terminó de hablar, a Enya solo se le ocurrió una cosa: darle un abrazo.

- Gracias Ithan, de verdad. Menos mal que tengo un gran compañero como tú. Si no, no sé qué sería de mí. Venga, vamos a ver qué dice el director y a ver si como algo, aunque no tengo mucho hambre.

Miro el hurón de Ithan y escuchó, que no entendió, unas palabras que le dijo. Le sonaban bien, como si fuera una lengua completamente ajena a cualquier realidad de alrededor.

Bajó las escaleras aún con el ánimo tremendamente decaído, pero al menos ya su rabia se había ido calmando.

Enya pasó por la Sala Común y vio que no había nadie. Entre el pícnic y los duelos de por la tarde, seguramente la mayoría estaban cansados, así que decidió que lo mejor sería irse a dormir.

Gabi bajó las escaleras despacio, sintiendo aún la pesadez de acostarse tarde un domingo. -El domingo es el día de descanso hija, no lo desperdicies.- Recordó las sabias palabras de su madre, bostezó antes de bajar el último escalón y se sentó en la butaca más cercana. Como no quería bajar a comer sola, esperaría a que alguno de sus compañeros llegara para irse con él o ella, según fuera el caso.

Enya llegó a buen ritmo a la Sala Común y bastante animada aunque dándole vueltas a eso del baile de Halloween.

- Hola Gabi. ¿Qué tal? Tienes cara de sueño. Seguro que un buen desayuno te hace cambiar de aspecto. ¿Bajamos al Gran Comedor? ¿Qué nos toca hoy a primera hora? Enya no se acordaba de la clase que le tocaba. Era un desastre.

Ithan bajó las escaleras hasta la sala común practicamente a la vez que Enya bajaba por el de las chicas. Aun así, a quien vio en primer lugar fue a Gabi, sentada en uno de aquellos sillones con cara de pedir "cinco minutos más". Fue entonces cuando vio a Enya, y esta saludo a la chica. Él también se acercó, cruzandose de brazos y apoyandolos en el respaldo del sillón donde estaba Gabi, así como la cabeza en los brazos. - Buenos días, hermosas doncellas. - Saludó de un inquebrantable buen humor y una enorme sonrisa.

- Enya tiene razón, menuda cara te traes, chiquilla. ¿No has dormido bien? - Preguntó, estirando el cuello para mirarla desde arriba y detrás de ella. - Pues cuando Gabi diga bajamos. ¿Dónde esta Kelly? - Preguntó, mirando a las dos chicas. Acto seguido, miró a Enya. - Ahora tenemos adivinación con la profesora Lovegood. - Se incorporó, cruzandose de brazos. - ¿Cómo fueron ayer las recuperaciones? -