Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Noche 2: El poder de la palabra

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13/02/2015, 00:59
Director
Sólo para el director
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13/02/2015, 00:59
Narrador

 

Noche 2: El poder de la palabra

 

Habían sido muchos los cadáveres encontrados ese amanecer. La muerte se había respirado como un aroma más, tan presente como la vainilla en el Palacio o el humo en la Linde. Y ni siquiera esos habían sido los únicos, pues el cuerpo sin vida de Chris finalmente les había acompañado. Y aún así todos presentíais que aún habría más. Que, llegadas las seis de la tarde, las campanadas volverían a sonar, arrastrándoos a ese estado de búsqueda de una presa. De lucha. A esa manera salvaje de pelear por la propia vida.

El par de minutos anteriores el silencio reinó en la ciudad. Todos permanecíais expectantes, sin saber exactamente cuánto faltaba. Era difícil quitar la vista del minutero tan próximo a ese número XII.

Y finalmente el momento llegó, como llega el momento de una ejecución por más que el reo implore al cielo que el tiempo se detenga. Por más que suplique que ese Carguen sea una broma, que ese Apunten no esté sucediendo, o no llegar a escuchar nunca la palabra Fuego.

Cuando la primera campanada sonó otra vez vuestro instinto fue más fuerte que vuestros pensamientos. Hubo quien se resistió, quien bajó la mirada y decidió dejar que sucediera lo que tuviera que suceder, pero prácticamente todos volvisteis a buscar a alguien que fuera el blanco de vuestra frustración y vuestra fuerza. Alguien en quien descargar todo vuestro poder. Alguien a quien dar caza. La segunda campanada hizo evidente que Anya se encontraba en apuros, aunque no todas las miradas se posaron en ella. También hubo una sensación diferente esta vez, como si alguien más apoyase en su decisión a los que la estaban acusando. Como si desde algún lugar que no estaba al alcance de vuestra vista hubiera alguien dispuesto a unirse a la batalla. Tercera, cuarta, quinta... Una campanada y otra se sucedían con rapidez. Vuestros músculos se tensaban anticipando lo que estaba por venir. Preparándose.

Pero antes de que sonase ese último sonido, ese que daría salida a la violencia que guardabais dentro, los labios de Anya se curvaron en una pequeña sonrisa. Ese lapso de tiempo fue sólo un instante, pero fue suficiente para que la chica dedicase una mirada gélida a todos aquellos que la habían elegido como objetivo. Sus ojos azules, radiantes como el hielo más frío, se posaron en cada uno de ellos antes de pronunciar una simple sílaba.

- No.

No hizo falta más. Esa única palabra hizo que todos aquellos que estaban dispuestos a atacarla se quedasen quietos, simplemente observando. Aquello había sido suficiente para apartar de su mente la idea de acabar con ella.

Pero no sería Anya la única que recibiría la mirada de quienes estaban dispuestos a degollarla. Lejos, a punto de marcharse de donde os encontrabais acompañada del hombre ciego, Jane parecía preparada para cruzar la distancia que la separaba de Adam, apoyada por Alana. A su vez, Jane era escrutada por Allegra y Misty, quien no le había quitado el ojo de encima mientras se disponía a marcharse. Y por último Thomas parecía haber adoptado una sumisión total, dejando que Hundo Freneza, el escritor, hiciera con él lo que quisiera.

Sería difícil decir quién dio el primer paso, si es que no lo hicieron todos a la vez. Lo que sí fue claro fue que el más rápido en moverse fue Adam, que se alejaría caminando a una velocidad desproporcionada. Ni siquiera se molestaba en correr, para él no era necesario. Sin embargo continuamente llevaba la vista atrás, intentando asegurarse de que no le darían alcance. No parecía tener intención de herir a nadie que no fuera la propia Anya y, dados los acontecimientos, su prioridad ahora era seguir con vida.

Sin embargo aquello no serviría de mucho. O, más bien, no supondría más que un aplazamiento. Pues cuando delante de él primero y acto seguido a ambos lados y a su espalda se levantaron de golpe enormes muros del suelo no tuvo adónde huir. Junto a vosotros Alana parecía concentrada, mirando fijamente aquella posición, mientras las cuatro paredes se cerraban por encima del drogadicto. Sólo hizo falta un gesto de su mano después para que techo y muros se desplomasen sobre el lugar donde debía encontrarse.

Mientras tanto otro combate había comenzado, aunque era uno totalmente distinto. Thomas, quien parecía haberse dado cuenta de que debía luchar por su vida, comenzaba a dibujar con prisa en su cuaderno. Hundo, mientras tanto, se acercaba a él, con la mirada fija en sus ojos y la resolución en el rostro. El pintor no tardó en completar su dibujo, y tras extender la mano hacia él todos pudisteis cómo amenazaba al otro con un táser completamente funcional, que parecería real de no ser por estar hecho completamente en blanco y negro. Pero aquello no llegó a intimidar a Freneza, que con un rápido movimiento golpeó su mano, haciendo caer el arma al río. Ni uno ni otro parecían ser el tipo de persona entrenada en el combate, ni mucho menos, pero cuando el escritor agarró por la muñeca de la mano que sostenía el lápiz a Thomas y comenzó a apretar hasta hacerle gritar de dolor ninguno de vosotros deseó estar en su lugar.

Era difícil prestar atención a todo lo que estaba pasando, y más teniendo en cuenta la distancia que separaba unas cosas de otras. Lejos de ellos dos, donde Misty, Lyman y Jane se encontraban, la muchacha de pelo blanco estaba en pie, observando fijamente a la niña. No se molestaba en ocultarse o adoptar una posición defensiva: en lugar de eso la miraba sin dudar, exponiendo todo su cuerpo. Alrededor de Jane un montón de objetos comenzaban a aparecer de la nada y la niña sólo podía tratar de esquivarlos uno tras otro. Primero fueron unas cadenas tratando de sujetarla, luego el suelo que ella pisaba se llenó de cuerdas tensadas y cristales, y finalmente un piano cobró forma sobre su cabeza y a punto estuvo de aplastarla al caer. Cerca de ellos, Lyman negaba con la cabeza. Había decidido mantenerse al margen, pero eso no significaba que aprobase lo que estaba sucediendo.

Finalmente Jane consiguió escapar, corriendo tan rápido como podía. En su carrera sacó el revólver que dos días atrás aquella niña que no lo era tanto le había dado. Aquella cría que, como ella, poseía siglos de antigüedad en realidad. Esa que le había dicho que lo usase para protegerse. A pesar del inminente peligro, su primer intento fue disparar a Adam, que se encontraba aún sepultado. La certeza de que su esperanza estaba en que otro cayese muerto antes que ella le hacía actuar de manera rápida y decidida. Sin embargo sería imposible acertar al drogadicto, de modo que dirigió el arma hacia Misty y tiró del gatillo una, dos, tres, cuatro veces.

Todos pudisteis ver cómo con cada una de las balas delante de la chica hacía aparición algo que frenase el ataque. Una plancha de metal, una sartén, un escudo medieval y, por último, un enorme oso que recibió el impacto sin llegar a inmutarse, haciendo temblar el ambiente con un sonoro gruñido. La mirada de Jane entonces cambió, como si aquello fuera una oportunidad, y murmuró una simple palabra. Ataca. De inmediato el animal se dio la vuelta y se lanzó a por una asombrada Misty que no consiguió reaccionar a tiempo.

Pero aquello no era suficiente. Si quería llegar al anochecer con vida, Jane debía terminar con todo eso. De modo que echó a correr en la dirección en la que Adam se encontraba. Y de camino su cuerpo empezó a cambiar, transformándose en el de un guepardo.

Llegó allí en el momento en que Adam comenzaba a salir de entre los cascotes. Su ropa estaba rota y sucia, y él estaba herido en distintos lugares de su cuerpo. El felino que ahora era Jane no tardó en abalanzarse hacia él, y ni toda la velocidad del mundo le libró de que uno de sus colmillos desgarrase parte de la piel de su brazo. La visión hizo que Lera, quien el día anterior había acabado con la agonía de Mathias se tensase, y cerca de ella Allegra dio un par de pasos hacia adelante, dispuesta a intervenir. Pero antes de que ellas pudieran hacer nada Alana lanzaría otro contraataque, haciendo surgir de la tierra largos pinchos hechos de roca que a punto estuvieron de atravesar en más de una ocasión a Adam.

Llegó un momento en que no sabíais dónde mirar. El combate entre los dos artistas había proseguido, y ni siquiera cuando Thomas tuvo que soltar el lápiz se rindió. Sacando un rotulador comenzó a dibujar una ametralladora a toda prisa, como si ya tuviera la imagen preparada en su mente desde hacía tiempo. Sin embargo no llegó a poderla utilizar. En cuanto la sacó del papel y apuntó a su atacante Mr. Ink hizo gala de su nombre, y con un gesto de la mano el arma empezó a deshacerse, convirtiéndose en tinta convencional. Convencional, pero llena de vida, pues parecía responder a los deseos del escritor sin que llegase siquiera a formularlos en voz alta, escalando por el cuello de Thomas, rodeando su cuello y penetrando a través de sus ojos, boca, nariz y oídos.

El combate parecía a punto de concluir, y era difícil decir quién sería el caído. Adam estaba en serios apuros, los gritos de Thomas empezaban a escucharse, y la lucha entre el enorme animal que la propia Misty había hecho aparecer y su invocadora estaba a punto de encontrar un desenlace fatal para ella.

Pero en el último momento el animal dudó, como si fuera consciente del vínculo que le unía con aquella chica. O como si esperase la confirmación por parte de Jane. Al sentir esto, el guepardo detuvo su ataque, dirigiendo su mrada allí, y aún en esa forma parecía a punto de pronunciar la palabra que supondría la muerte de la albina cuando algo le detuvo, incapacitándole. Tal y como había pasado con Mathias el día anterior, ahora Jane parecía estar ahogándose. De su boca y de sus fosas nasales salían pequeños regueros de agua, pero en esta ocasión no llegaron a caer al suelo. En lugar de eso el líquido se quedaba suspendido en el aire, empezando a formar una burbuja de agua alrededor de la cabeza del animal.

Los que no estabais participando en el combate no podíais evitar la incertidumbre y la tensión. Era imposible saber qué pasaría a continuación, y aún así sabíais que lo mejor era no intervenir.

Y de repente todo se detuvo. Thomas cayó al suelo, y a simple vista sería difícil decir si se encontraba conmocionado o muerto. Adam recibió un nuevo ataque proveniente de un suelo del que no se podía escapar, y no habríais podido asegurar hasta qué punto le había alcanzado. Y Jane, mientras tanto, ahogada y moribunda, comenzaría a recuperar su forma. Todo había concluido. Incluso aquel enorme oso había parado por completo su movimiento y ahora parecía dolorido tras aquella herida de bala.

Tardasteis algunos segundos en saber quién había perdido la vida. La tos del pintor y un movimiento del yonki fueron determinantes. Mientras tanto, Jane continuaba quieta. Quieta y pálida.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

 Adam Hart  Alana McRae  Allegra Blue  Anastasia Bubois   Andy McGregor  Anya Bennet  Aubin Beaumont  Kammy Phillips  Lera Madison  Lyman F. Gale   Misty Holes  Mr. Ink - Hundo Freneza  Paul Adams  Seth McCarthy  Shawn D. Williams  Thomas Haynes  Xia Han  Zaira Castleworld

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13/02/2015, 11:16
Seth McCarthy

Durante el momento de tensión en el que se mostraron las sospechas y el objetivo del ajusticiamiento, Seth miró, como la noche anterior a Allegra. Sin embargo, en esta ocasión, tras haber hablado con ella sobre eso, su mirada no era decidida, si no dudosa y esquiva en esos instantes.

Cuando Anya pronunció ese "no", Seth sintió que algo malo iba a pasar. Que el que fuese a morir fuera otro que no el decidido por el grupo era algo malo, quizás tanto como la decisión de los asesinos de segar las vidas que les pareciese. Los combates comenzaron y él no pudo intervenir para ayudar a atacantes o a los que luchaban por sus vidas: ninguno era parte de su elección. Adam, Jane y Thomas luchando a la vez por sus vidas mantuvo sus ojos nerviosos y rápidos, posándose en los distintos combates a la vez, simplemente deseando que, al menos, no muriese más de uno. 

El cuerpo sin vida del animal que había adoptado Jane hace que Seth se gire y resople. A continuación, gruñe y mira con furia a Anya. No es capaz de decirle nada aún, al fin y al cabo, todos tienen un comodín debajo de su manga, y no hay reglas sobre lo correcto o incorrecto de su uso. - Ya nos has demostrado tu don. Entiendo que te salvases, pero si puedes volver a usarlo... Nadie nos asegura que hagas lo correcto. - Dice escupiendo al suelo y alejándose de ella.

 

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13/02/2015, 12:06
Kammy Phillips

Kammy miró con algo de enojo a Zaira cuando dijo que Chris era quien había manipulado su elección e iba a decir algo pero prefirió ahorrárselo, ya que no era culpa de la chica.

Luego, las campanadas comenzaron, llegándose el momento de la lucha y ella sabía muy bien a quién mirar pero ella la detuvo con una palabra solamente, al igual que a un numeroso grupo de fatas. Se sentía algo confundida pero entonces el combate por la supervivencia comenzó y fueron tres los focos de los ataques, entre ellos Thomas.

No eran grandes amigos pero era con uno de los pocos que había hablado, ya que aún se le dificultaba dejar sus hábitos humanos. Vio cómo el escritor parecía vencerlo y Kammy se mordió un labio preocupada, tratando de calmarse y observar todo expectante, aunque también Jane y Adam luchaban por su vida. Apretó los puños mientras observaba cómo se desarrollaba la trifulca y se sentía nerviosa, ya que parecía que los tres habían caído. Evitó mirar a Anya, ya que solo le espetaría con furia.

Las reacciones tardías de dos de ellos hicieron que Kammy se tranquilizara, ya que Thomas parecía mostrar señales de vida. Corrió a donde él se encontraba y lo levantó un poco del suelo. Se sentía algo ansiosa pero trató de calmarse, cerró sus ojos y se concentró en ello. Al abrirlos nuevamente, se habían tornado grises, haciendo que el aire a su alrededor se volviera más denso y comenzara a tomar un olor a menta y lavanda. Un soplo de aire fresco para apaciguar el dolor que el pintor debía estar sintiendo. La menta fresca tenía la intención de relajar su cuerpo y su mente, haciendo que el ardor y el dolor se hiciera cada vez menor. No podía curarlo pero quería ayudarle.

- ¿Estás bien? - le dijo sonando preocupada y luego miró a Seth con sus ojos aún de color gris. Tenía razón. Nada garantizaba que realmente fuera inocente. 

Notas de juego

Tenía un post más guay pero cerré la página por accidente T.T.

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13/02/2015, 12:26
Allegra Blue

Allegra tan sólo se había encogido de hombros ante la respuesta que Anya le había dado y había dirigido sus ojos hacia el reloj. Podía sentir en sus huesos que el momento se acercaba y el temor y la expectación se extendían por todo su cuerpo a través de sus venas cargadas de adrenalina. Las agujas avanzaban inexorables, remarcando el hecho de que el tiempo de tomar una decisión se acababa. Allegra no era consciente de que estaba conteniendo la respiración en los últimos segundos, mientras sus ojos contemplaban fijos el reloj. 

Y entonces, volvió a suceder. El aire retumbó con la primera campanada, llenando la calle con sus ecos. Allegra soltó el aire en un soplido corto, sus pupilas se afilaron y apretó los dientes. Había esperado hasta el último segundo, pero al final, había terminado por pensar un nombre. 

Sus ojos buscaron a Jane. A esa niña que no era una niña. Pensó durante un instante, mientras las miradas de todos se repartían, que iba a quedarse al margen y lo deseó con fuerza. Pero la negativa de Anya sonó tan tajante como un "Os lo dije" en la mente de Allegra. Y la rabia de su pecho aumentó mientras la de los que acechaban a la mujer rubia con ojos de hielo parecía disminuir. 

Sentía esa necesidad inhumana de arrancar la vida de otro tensando todos sus músculos, hasta terminar en sus dedos. Y sin embargo, tardó en participar, tan sólo observando cómo se desarrollaba la situación entre Jane, Alana, Adam y Misty. Podía sentir que en algún lugar cercano otro combate estaba teniendo lugar, pero sus ojos no se apartaban la pequeña y todo lo que la rodeaba. Apretó los puños tan fuerte que sintió las uñas clavarse en las palmas de sus manos. Balas, escudos, animales, el suelo moviéndose. Todo se le habría antojado una absoluta locura de ficción apenas dos días atrás. Sin embargo, ahora les resultaba tan natural como respirar. ¿Eso era parte de ser un Fata? ¿O era eso a lo que se había referido aquella mujer encapuchada cuando dijo que todos contenían la Guerra? 

Fuera como fuese, no parecía momento para reflexiones. Misty y Adam parecían estar en serios apuros y Allegra no pudo resistirse más. Antes de que el animal que había sido Jane diese un golpe final a cualquiera de los dos, dio un paso adelante y su mirada se centró en el guepardo mientras levantaba la mano con los dedos crispados. 

Sus ojos se cruzaron con los del animal, borrosos a través de esa burbuja de agua, y no pudo apartar la mirada de ahí mientras los rasgos felinos iban recuperando la dulzura del rostro de Jane. Fue entonces cuando de repente se sintió liberada. Esa rabia que había impulsado sus movimientos, esa necesidad de cazar a uno de sus hermanos, sencillamente se esfumaron, como el día anterior. Salvo que en esta ocasión había sido ella la que había dado ese último golpe. Lo supo antes de escuchar la tos del pintor o el movimiento de Adam. Lo supo en cuanto vio el rostro sin vida de Jane tocar el suelo. 

Las manos de Allegra empezaron a temblar con fuerza y la burbuja estalló en pequeñas gotitas que regaron el suelo alrededor de la niña. La joven dio algunos pasos, hasta quedar a su lado y se agachó para cerrar sus ojos con la punta de los dedos. La visión de su carita pálida hizo que un nudo se formase en su pecho y se puso de pie apartándose de ella. Quería acercarse a Misty y Adam para preguntarles si estaban bien. Quería gritarles a todos que ya les había avisado de que Anya se estaba guardando algo. Pero no hizo nada. Tan sólo caminó hasta la pared y se dejó caer apoyando la espalda contra ella y deslizándose hasta quedar sentada en el suelo. 

- No era una niña, ¿por qué fingía que lo seguía siendo? - Murmuró, tal vez tratando de justificarse a sí misma sus propios actos. - Igual que Amazarac, era más de lo que aparentaba. 

Los ojos le picaban y se los apretó con las palmas, centrándose en respirar y recuperarse. La sangre de Fata había sido derramada de nuevo en aquella ciudad lúgubre.

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13/02/2015, 13:49
Zaira Castleworld

Zaira no sabía hacia donde mirar. Tras haber sentido que se apagaba el fuego de su odio y el deseo de abalanzarse sobre la rubia, se quedó paralizada. El combate se abrió en varios frentes y por un momento temió que hubieran varios muertos. No quería mirar, pero sus ojos la traicionaban y todo el rato se dirigían hacia sus hermanos, con una expresión de horror en su rostro. 

Cuando terminó el combate y Jane dejó escapar su último aliento, un escalofrío recorrió el cuerpo de Zaira. Su mirada rosada se clavó en el cuerpo de la que había sido una niña y una mueca triste se formó en sus labios. 

Al escuchar las palabras de Allegra, la miró y negó suavemente con la cabeza. - No te atormentes. Ella no tenía que haber muerto - . Dijo, volviendo su mirada fría hacia Anya. Pero se mordió la lengua y no dejó salir las palabras que subían por su garganta. 

Suspiró, apartando la mirada de la rubia, y se volvió a mirar a Paul. - ¿Puedes mirar ya a Roger?

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13/02/2015, 14:05
Anya Bennet

Las campanadas, una vez más las malditas campanas comenzaron a tocar su melodía, envolviendo nuestros corazones de odio. La mayoría de las miradas de intensa rabia se volvieron hacia mí, pronosticando una muerte que no llegaría, no al menos durante el día de hoy. Reuniendo todo el poder que Fäe había vuelto a despertar en mi interior doy una simple orden, tajante y efectiva. La ira de mis hermanos disminuye, pero no así las de algunos de ellos. Tres grupos comienzan a pelear, buscando la muerte de Thomas, Jane y Adam. La situación es muy comprometida para cada uno de ellos, buscando salvar su vida haciendo uso de sus poderes. Cierro los ojos, sin atreverme a presenciar los actos. Si algunos no estuvieran empeñados con matarme la lucha seguiría ocurriendo, pero no me sentiría más implicada que el resto. Por desgracia no es así.

Cuando el sonido de la lucha se apacigua aparto las manos de mi cara, dejándome ver el resultado, un final que me horroriza. La pequeña Jane yace muerta en el suelo, rodeada por Misty y Allegra, las mujeres que fueron a por ella. De entre todos sus hermanos allí reunidos la niña, una fata con miles de años a sus espaldas, parecía mucho más inocente que la mayoría de ellos, algo que levantó las sospechas de algunos. Puedo decir con certeza varios nombres mucho más sospechosos pero había decidido callar, buscando que mi voto no tuviera peso alguno para aliviar la carga y las acusaciones. Sin embargo, el saber que podría haber librado a Jane de la muerte me pesa como una losa.

La reacción de Seth me deja estupefacta. Había hecho todo para demostrar que habían mentido sobre mí, explicando a la perfección lo que iba a ocurrir. Pese a ello volvían a atacarme. Siento las miradas de algunos sobre mi espalda y la ira de otros tantos en su mente. De nada ha servido.

No tengo más poder, ya no me queda habilidad alguna. He demostrado no tener el poder que algunos decían que poseía, la justificación que algunos esgrimían para tratar de enlazarme con los que han traído la guerra. Os advertí de que esto pasaría pero algunos seguisteis y seguís empeñados en matarme, solo traté de mostraros la verdad y salvar mi vida. Ella no tenía que haber muerto y la culpa la tenéis algunas de vosotras pues sabíais que iba a ocurrir - mis ojos van directos hacia Zaira y Kammy, la pareja que había lanzado a todos contra ella y, por ende, contra Jane. No puedo más que sentir odio hacia ellas, deseándoles una muerte horrible o, aún mejor, que tengan que vivir con la verdad, manchadas sus manos de sangre inocente.

Yo no he escogido tener este don, no estoy detrás de las reglas impuestas por "Ella" ni soy yo la que provoca ese deseo de venganza que nos inunda cuando el reloj suena -trato de justificar, pese a saber que es inútil -Yo no quería que esto ocurriera... -mi voz segura y fría se apaga al ver de nuevo el cuerpo de la cría.

Mi lucha está perdida, se que no me quedan más de veinticuatro horas. Si no muero durante la noche lo haré con las próximas campanadas. Ya no puedo hacer nada más para mostraros que soy inocente, no me queda nada -afirmo, acurrucándome en una esquina. Las emociones que poco a poco vuelven a mi interior hacen que unas lágrimas se escapen de mis ojos. Una vez más he perdido mis poderes, una vez más he sido repudiada, condenada por un acto que no he cometido. La historia se repite y esta vez el fin es conocido. La muerte.

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13/02/2015, 15:44
Paul Adams

La tarde empezaba a bañarnos con su candor rubí, cuando ese sentimiento de nuevo nos inundaba. Nuestra mente se turbaba con el sentimiento de la ira, y todo parecía deber acabar con un sacrificio.

Mi mirada se cerró sobre Alana, pero agradecido, sentí como ese sentimiento se hacía un poco menos intenso mientras con estupor miraba como Alana comenzaba a realizar movimientos que atrapaban a Adam en una cárcel pétrea que garantificaba tortura, dolor, y heridas, que con ayuda podrían llevar a la muerte.

Mis ojos se llenaban de sorpresa, al ver como todo aquello era causa de una simple palabra que Aina había pronunciado al sentirse la próxima presa de aquella sensación.

Thomas también empezaba otra batalla frente al hombre que siempre escribía, como si un duelo entre grandes artistas tuviera que sentenciar el mejor entre ambos dos, imponiendo cada uno su don.

Y no fueron los únicos que se armaron en aquella danza de dolor, pues también la pequeña Jane se enfrentaba a la chica de pelo blanco.

No los culpaba por ello, pues ya habíamos visto que aquel sentimiento sacaba lo peor de nosotros, pero... 

Poco a poco aquel reguero de odio fue cediendo, y extinguiendo cada una de las llamas de furia encendidas con el sol del atardecer, pero entonces, uno de ellos no se levanto.

La pequeña Jane, no alcanzó a salir de aquel eterno atisbo de rencor.

Mi mirada se cernía a aquel cuerpo que poco a poco cambiaba y volvía a su ser. Tras calmar esa sensación con una muerte, por un segundo reinó el segundo, y tras el la voz de Seth rompía el hielo, aún con dudas sobre si lo que acababa de pasar aclaraba algo más.

Kammy ayudaba a Thomas a incorporarse tras la batalla. Allegra estaba derrotada, herida por dentro a pesar de su integridad, me acerqué a ella, y posé mi mano sobre ella, esperando que sintiese apoyo a aquel sentimiento de culpa que la inundaba pero que poco podía hacer más que saber que aquella horrible ciudad nos obligaba a hacerlo por alguna extraña promesa que "Ella" parecía haber pactado, sin nuestro consentimiento.

Zaira me alentó a mirar dentro de Roger, a lo cuál asentí. Apreté el hombro de Allegra y dije.- No te sientas culpable... es ésta ciudad...

Fuí hasta donde descansaba el cuerpo mutilado de Roger, y aunque la imagen era dantesca me obligué a mirar en sus ojos, que aún desprendía aquella mirada de sufrimiento y dolor que la muerte había fijado justo antes de llevárselo.

Mis ojos esperaban aquel rayo de luz rubí, mientras que detrás mia, Aina explicaba que ya nos había advertido. Algo que no aclaraba su inocencia. Pero que había tenido un precio al final.

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13/02/2015, 18:13
Adam Hart

Adam finalmente logró librarse de los cascotes que le sepultaban parcialmente. Con la ropa sucia y sangre coagulada en varias partes de su cuerpo, se puso en pie. Como si cayese en la cuenta de algo evidente, comenzó a palpar sus bolsillos con cierto temor y desesperación.-Nononononono...noooo- Sacó una de las tabletas de lexatín, hecha trizas por los inmpactos de la roca. Con gesto de reproche miró directamente a Alana. -Te habrás quedao a gusto ¿no, guapa?, como  después de cagar. Lo mismo.- Se echó mano al bolsillo de atrás y sacó otra aún sin empezar, algo doblada pero en buenas condiciones. Tiró la que estaba destrozada y de la nueva, sacó una pastilla y se la tomó. -Vale tía, vale...- le dijo dolido por la pérdida de aquellas pastillas. Luego escuchó a Anya, y negó incrédulo. -A ver Anya, hermosa, no seas tan victimista. ¿Qué te esperabas?. Vas diciéndole a todos que te elijan. Pues ahí te lo llevas. Calentito, calentito. Encima hablas a la gente como si tu fueras la hostia y los demás tontos del culo o algo así.-   Dijo asintiendo e incogiéndose de hombros. -Tía serás psicóloga y lo que tú digas, pero la carrera te la debiste sacar raspadita, raspadita. Así de claro corazón. Y sin malos rollos te lo digo, de verdad. - Observó como se acurrucaba y las lágrimas brotaban de sus ojos. -Joer tía, no llores que me lo contagias.- Dijo con los ojos vidriosos. Se acercó a ella y se puso de cunclillas con la tableta en la mano. -¿Quieres uno tronca?...yo que sé, lo mismo te sientes más...quizás algo menos...-

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13/02/2015, 18:46
Thomas Haynes

Aquel anochecer había comprendido varias cosas. Una de ellas era que ya no podía seguir en conflicto con el fata. Su forma humana no era más que un caparazón, y por tanto, debería de actuar en consecuencia. No debía seguir rechazando a su fata, simplemente, abrazarlo, y empezar a comportarse como él lo haría.

Tirado en el suelo, sintiendo el sabor de la tinta en su boca, e incluso su aroma dentro en la nariz. Empezaba a tratar de incorporarse, y Kammy apareció para ayudarle. Agradeció el gesto inclinando la cabeza hacía ella.- Si, estoy bien, gracias.- Giro el rostro hacía Hundo después, le sonrío divertido, dejando incluso escapar una ligera risa. Aquel hombre que siempre andaba con una libreta manejaba la tinta, lo recordaba bien, y en consecuencia, tomó el estuche donde guardaba sus lapices, para quitar y tirar los marcadores a tinta. Si iba a estar en ese lugar, si la guerra estaba en el interior de todos, tal como dijo Ella, entonces no le daría ninguna ventaja a nadie.

Su duelo le impidió notar las peleas del resto, y no fue hasta un par de minutos después de haber concluido las batallas que vio que Jane era la que había caído. Cogió la botella de licor verde de uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, y le dio un profundo trago, para luego buscar a Shawn con la mirada. Una vez lo encontró, mencionó con un volumen tal que pudiese ser escuchado por el hombre a pesar por la distancia.- Aquel que buscas... Si puedes procurar un lugar privado para charlar... puedo decirte que sucedió con él.- Tras hablar, volvió a darle un trago al licor, para después apartar la mirada.

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13/02/2015, 18:50
Lyman F. Gale

Con aquel contraste que ofrecía el ciego templado de ropajes desgastados y oscuros, y la niña alegre, que sólo la movía la buena voluntad de que no se extraviase o sufriese daño alguno, ambos se alejaron del lugar. Bastante menos de lo que Lyman había deseado y tratado distanciarse de allí, pero ella guiándolo, hablando y con su zancada corta hacía más lento el avance, aún así salieron con tiempo suficiente pero por mucho que lo habían intentado era como si una voluntad externa los retuviera. Por desgracia, al fin, todo intento fue insuficiente. Al parecer nadie escapaba de la guadaña de la muerte, ni siquiera cuando te quería hacer de su servidor.

De pronto, como ratas que abandonan el barco, o escarabajos dispersándose al encender la luz, las sombras se refugiaron en los rincones y bajo los objetos, un destello de luz iluminó el cielo momentáneamente y obligó al hombre de corta estatura a apoyarse en Jane, hasta que la oscuridad se hubo asentado de nuevo en aquel mundo. Cuando herían a la oscuridad era como si lo hirieran a él. Necesitó de sus fuerzas y algunos minutos para recomponer su compostura. Y luego, juntos, prosiguieron.

Las descripciones de las calles y los edificios que llegaban a sus oídos con aquella dulce voz de niña, que no lo era, y que tanto le parecían divertir por mucho que su sonrisa fuera tímida, se vieron bruscamente interrumpidas por el tañido brillante y metálico de las campanadas.

El primer ¡Dang! lo emboscó desprevenido. Su mano se atenazó sobre el hombro de la Fata con disfraz de cría. –¡Mierda!- Podía oírlo, no se habían alejado lo suficiente. Menos que nada, pensó al escucharla tan cercana.

Lyman hizo un esfuerzo por dejar su mente en blanco, pero, a falta de conseguirlo, dirigió sus pensamientos hacía él mismo buscando una forma de burlar aquel macabro juego.

       

Cuando cayó el talón sobre el grotesco espectáculo que se ofreció a los que pudieron verlo, supo que había sido el único en conservar su mente serena y limpia de odios. La sangre llenaba su olfato, y pudo oír el sonido de una respiración extinta, exhalando su póstumo suspiro.

       

Jane estaba muerta, y lo peor era no haber descubierto quién era el hermano o hermana que se refugiaba como una niña con miedo detrás.

Lyman entonces se giró hacia todos ellos, y pareció crecer a la vez que algunas sombras disminuían a su lado.      

Miró sin verlos, con dureza, a todos y cada uno de sus hermanos. -Me avergonzáis.- Su voz áspera y vieja se expresó con sentida dureza, y aquellas palabras sonaron casi escupidas.

-Todos sabíais las consecuencias que traían las campanadas y ni uno solo. NI-UNO-SOLO ha dudado en mirar con odio a un hermano.- Seguía con sus habituales susurros como si no pudiese alzar más el tono, aún así, aquellas palabras que había marcado a golpes de voz casi parecieron gritadas. -¿Estáis ciegos? ¿Hay, al menos, alguno de vosotros que haya seguido una certeza? ¿O tan solo os habéis servido de odio, prejuicios, orgullos o instintos atrofiados?- Su atención fue más dura en dirección de Allegra y Misty, en su pensamiento: la falsa hippie.

-¿Y ella?- Añadió acercándose a la muerta. -¿Qué había hecho para ser objetivo de ésta ejecución sin juicio? ¿Os miró de forma demasiado oblicua? ¿No os gustaban sus preguntas? ¿Cómo olía?- Lo que más le reventaba es que estaban tomando decisiones sin cabeza. Estaban destinados al fracaso.

Su rostro impertérrito se rompió, una leve expresión de rabia se translucía en él, y como si actuasen bajo sus órdenes empezaron a condensarse las sombras a su alrededor, tomando formas puntiagudas y amenazantes. Creciendo y engullendo las cercanías de la escena. -La ciudad oscura, la habéis llamado. No olvidéis que es MI ciudad. No os conviene sacarme de quicio. ¡Usad la puta cabeza!-

Luego, como una bestia que devorase con avidez las sombras, éstas se extinguieron bajo la suya propia y volvió a convertirse en una templada escultura de mármol la cual difícil era asegurar siquiera que respirase. –O estamos perdidos.

-Os movéis todos por impulsos, discutís a cada información, pero no escucháis, no dais tiempo siquiera a digerir la información. Sí Falmarie quería la guerra y nuestra perdición, ¿no es de pensar que los que lo “votaron” no estarían en concilio con él? ¡Tsk! Sí, obviamente pueden haber muchos con sus propios intereses, más de un grupo buscando nuestra perdición, pero lo que digo es que os movéis por emociones. Me gustaría ayudar pero me agotáis.

Bajó la mirada velada hacía la niña y la recogió entre sus brazos. Moviéndose sin importarle las posibles pataletas que sus oraciones pudiesen haber levantado, puesto que, como había dicho, sabía que se movían por las emociones y sus primeras impresiones sin hacer uso de la razón. Se dejaban arrastrar por la desazón, la desesperación, la ira, el dolor, la impotencia y los insultos. Él, en cambio, se sentía viejo para todo ello.

Custodió el cadáver hasta llevarlo junto al puente donde ya algunos cadáveres se podrían. Y la depositó al suelo al lado de Ivanna. Por ahí andaría Mathias, quien registraba en vano sin encontrarlo.

-¿Cómo vamos a ayudar a Fäe así? Todos los que os quejasteis fervientemente de las normas impuestas por nuestros hermanos en Fäe, que las juzgasteis de abusivas, irracionales e inaceptables, y que os negasteis con prisa llevar la guerra dentro, sois los mismos que os habéis alzado con odio contra un igual, sin siquiera, tener la certeza de su culpabilidad.- puso sus manos en los bolsillos delanteros hundiéndose entre los hombros. -No merecemos volver a casa, no merecemos el perdón.

-Aun así… Tenemos una extensión que podríamos haberla reclamado como nuestra, unidos levantar un mundo nuevo. Alana podría haber erguido edificios, Misty y Thomas llenarlos, con Jane podríamos haberlo llenado de vida y animales, con Anastasia viajar, con Kammy menguar nuestras inquietudes y aliviar nuestras penas, hasta con Mathias controlar el curso de las aguas e incluso… volver de la muerte. Podríamos haber hecho florecer esta ciudad. Ser imparables, forjar un paraíso. Pero no queréis olvidar el gusto de la sangre ¿verdad? No tenía sentido gastarme como tampoco lo tiene ahora. No “votar” es posible, no matar también. Construir un mundo nuevo demostraría no sólo que somos dignos de merecerlo, sino que además tendríamos el potencial de ayudar. En vez de ello, preferimos las ruinas y las cenizas. Haced lo que se os antoje.- Negó sin importar cuántas de sus voluntades en su contra habría arrastrado con su sinceridad, puesto que los humanos no les gusta que les suelten la cruda realidad, y ellos se portaban como tal, dejando que esos cascarones los hundieran hasta los abismos.

Para terminar, sin ánimo de seguir su diatriba infinita, pues no era un líder, se acercó a Alana y le pidió: -No podríamos al menos, enterrarlos.- Sabía que para ella era un gesto fácil, un abrir y cerrar de ojos manipular la tierra a su antojo.

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13/02/2015, 19:04
Zaira Castleworld

Cuando Anya la miró, Zaira le mantuvo durante unos segundos la mirada, hasta que fue ella misma la que la apartó para acurrucarse en un rincón. La joven arqueó una ceja y volvió su mirada hacia Paul, siguiéndole con ella, mientras él buscaba respuestas en Roger. 

Pero antes de que aquellas respuestas llegaran, Lyman empezó a hablar, recriminándoles lo que habían hecho. La joven le miró y pestañeó, sorprendida por sus palabras.

- ¿A qué te refieres con que es tu ciudad? - Le preguntó y se mordió el labio, pensativa. - Nos recriminas nuestra forma de actuar. Quizás tengas razón o puede que no. Lo que sé, es que esta mañana habían cinco cuerpos sin vida y no hemos podido evitarlo. ¿Qué otra forma propones para encontrar a esos asesinos? Porque creo que si siguen así acabaremos todos muertos y ellos conseguirán sus propósitos, sean los que sean - .

Suspiró y volvió su mirada hacia los cuerpos que él proponía enterrar. Recordó cuando ella había regresado a la vida y negó con la cabeza. - ¡No! No los enterréis - Pidió con un hilo de voz. - Si pueden regresar de alguna manera y se encuentran bajo tierra... - Un escalofrío recorrió su cuerpo al imaginarse despertar enterrada. - Sería horrible... -

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13/02/2015, 19:37
Paul Adams

Las palabras del ciego herían, como si en vez de luchar contra esto estuviéramos solo propiciándolo.

Pero en mitad de sus palabras una luz de esperanza se volvió sueños, y en mi mente empecé a edificar esa nueva Fäe de la que él hablaba. Ojala fuera posible...

Todo tenía sentido, cada uno de nosotros daríamos aliento a ese nuevo reino. Era un sueño dulce pero amargo, al saber que aunque pudiéramos visionarlo, aún no podíamos tocarlo.

Pero ese sueño se desvanecía mientras Zaira hablaba, al igual que ella yo también quería intentar llegar a ese sueño. Zaira preguntaba por la manera en la que él opinaba que podríamos llegar a ese edén.

Quizás fuera demasiado épico, pero quizás la igual que le ciego vio antes que nosotros ese mundo de ilusión, sería el ciego el que nos guiara cuál era el camino a elegir.

Respiré mientras esperaba ese rayo rubí, que amortiguara las palabras de los caídos y nos arrojara un poco de luz.

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13/02/2015, 20:29
Shawn D. Williams

La noche llegó y se llevó a Jane con ella. Una pobre niña humana, un fata centenario. Anya había advertido al resto de que algo así podía ocurrir pero muy pocos tuvieron reparos en señalarla, Shawn no se incluía entre estos. Aunque él no había participado activamente en la matanza era tan culpable como aquellos que si lo hicieron. 

No quería ni imaginar como deberían sentirse aquellos que levantaron la mano contra la chica. 

Shawn bajó la mirada avergonzado del crimen y se apartó de aquella escena. -Esto no es lo que yo quería, Lyman. Lo siento. -Cogió aire profundamente y observó el reloj esperando que la muerte de la pequeña al menos hubiera servido para despejar dudas sobre el artefacto- ¿Tu ciudad dices? -pregunté sin apartar la mirada de la torre. -Me sumo a la pregunta de Zaira. ¿Qué significa eso? 

Escuchó también como Thomas le habló, no pudo más que sonreír ligeramente con las palabras del muchacho. -Estoy seguro de ello, viejo amigo. -le dije ofreciéndole la mano para estrecharla con fuerza.

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13/02/2015, 21:32
Adam Hart

-Aveaveraveraver...Lyman ¿verdad?- Refiriéndose al invidente. -Que sin ser yo listo tampoco soy gilipollas.- Dijo con gesto desconfiado e incrédulo. -Estas sugiriendo que cuando llegue la hora de elegir, no elijamos a nadie, como has hecho tú hoy ¿no es así?. Y que con los dones que cada uno posee, podríamos construir una nueva Faë, o algo parecido. Resumiendo, vaya- reflexionó moviendo su brazo menos dañado.-Y esa idea sería genial salvo por un pequeníiiiisimo detalle.- adornó esta última afirmación casi juntando el dedo pulgar e índice, a la altura de su nariz. -Que hay un grupo de cobardes hijos de puta, que por las noches matan sin ningún tipo de piedad a todo lo que pueden y más. Así que tu plan, con todos mis respetos, es una puta mierda, porque llegado el momento de elegir, nadie elige y nadie muere...vale, genial...genial hasta la siguiente noche que los desalmados esos actuen de nuevo y arrasen con todo lo que puedan. Y venga va, seguimos sin elegir, y otra noche más de muertes. Así hasta que solo queden ellos.- hizo un desdén con la mano como si aquello no tuviese importancia, con clara ironía. -Y no digo que elegir sea la opción ideal. Es un truño como un puño. Pero lo que tú dices es un suicidio en toda regla. Y como tonto no pareces, ni por asomo, tu idea no solo me parece un suicidio, si no que me da muy mal rollo respecto a ti, pero que muy malo. Que si cuelas un par de días con eso y se nos puede quitar de en medio a cuatro o cinco, o los que sean, de nosotros, pues de puta madre ¿no?. Venga coño... - Concluyó con indignación y sospecha clara.

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13/02/2015, 22:06
Lera Madison

La persecución perversa e injustificada a tres personas que no habían recibido suficiente votos negativos sobre la naturaleza de su alma la hizo enfurecer, por fin llegando a aquel momento en que de la incertidumbre y la tristeza, la falta de control se traduce en ira y frustración.  Cuando solo deseaba interponerse en el ataque hacia el veloz drogadicto, era la misma velocidad de este la cual se lo impedía, haciéndolo renunciar sin saber a una potencial aliada.

El espectáculo acabó más pronto de lo que esperaba y quien había dado el último golpe parecía querer sufrir el mismo destino de su víctima por mera culpa, como debía ser cuando participas en un acto así y tu alma no termina corrupta. El ver aquello la entristeció, pues podía empatizar con su enorme sufrimiento, pero logró devolverle un poco de fe en el futuro de Fäe, aunque esta se hubiese reducido a cenizas de lo que en otro momento había sido un monumento de esperanzas y sueños para sus hermanos.

Pero sus hermanos, aunque no sanos y salvos, estaban bien. Y eso era todo lo que importaba. Al menos eso era lo que cruzaba su mente hasta escuchar las dolidas pero certeras palabras del hombre de las sombras, quien le recordaba sin delicadeza alguna su propia debilidad y descaro al nombrar a alguien que no fuera ella misma. Pero, incluso en aquel mundo utópico del que él hablaba, ¿Qué utilidad tendría alguien que solo sirve para hacer daño? ¿Alguien como ella? ¿Acaso no era un puro instinto de supervivencia el no querer que la asesinaran? ¿El temer del resto y por ello intentar buscar el culpable de toda esta desgracia? Por más que le pusiera el nombre de justicia, no era eso todo lo que quería. Lera quería vivir en paz, siendo vivir la palabra más importante de aquella oración.

Se acercó a él con cuidado, con una postura corporal que fácilmente denotaba su miedo al rechazo inmediato. Su espalda un poco encorvada, su mentón más cercano al pecho de lo normal, la mirada fija en los ojos del ciego, rogándole con sus ojos aunque no pudiese verlos.  No dijo nada, sino que solo le tomó la mano suavemente, dejando que el decidiera si aceptar o no su apoyo y compañía. 

¿Adam, no? Quizás si los que matan de noche entendieran y aprobaran lo que dice Lyman, entonces si funcionaría su plan. Pero no queda más que decirlo en voz alta y esperar que lo escuchen, ya que no puede dirigirse a ellos exclusivamente. - responde tranquilamente - Un gesto de buena fe, como en cualquier tregua. No matar por un día.

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13/02/2015, 22:25
Andy McGregor

Se había repetido el desagradable espectáculo que presenciamos con Mathias, pero ahora con la pequeña del grupo. Sabíamos todos que la carcasa ya poco importaba, pues el fata que había dentro tenía una edad incontable, pero ver el odio proyectado contra alguien como Jane me puso los pelos de punta. De alguna manera, la vista se estaba acostumbrando a tanta desgracia. Pero cada nueva ocasión parecía que el listón se elevaba unos palmos.

- Yo estoy con Adam que sería un suicidio. Literalmente. - Intervine en la conversación. - Pues creo que si todos cumplieran su palabra y sólo se centraran en sí mismos cuando tocan las campanas, en lugar de ejecuciones, presenciaríamos un suicidio aleatorio. - Hice una pausa de reflexión. - Y como no todos cumplirán su parte, será terreno abonado para que aquellos que no lo hiciesen eligiesen una nueva baja a voluntad.

- De momento sólo podemos esperar a tener información fiable y usarla cuando el reloj lo dicta, para pujar por deshacernos de los hermanos que se han dejado corromper por el desatino desgraciado de la guerra... a parte de ayudar a los otros hermanos que puedan hacer algo más que esperar al reloj y guarden la paz en sus corazones.

Miré entonces a Paul.

- ¿Sabes algo ya del actor?

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14/02/2015, 00:52
Alana McRae

El momento de las campanadas llegó. Estaba relajada porque sabía que la mayoría iba a ir contra Anya, lo que no se me había pasado por la cabeza fue lo que sucedió a continuación. Nadie pudo atacar a Anya, la condena pasó a los siguientes de la lista y eran tres. La ira comenzó a crecer en mi interior y, por más que lo intentara, no podía pararlo. Cuando todo acabó, Jane y yo no daba crédito a lo que había pasado.

Anya se puso en modo víctima como si en realidad eso demostrara que era inocente, para mí solo había demostrado de qué era capaz. -Esto no confirma que seas inocente, solo cuando Paul de su veredicto sobre Roger se confirmará. Esto solo nos dice que te puedes proteger, pero no quiere decir que no mates durante la noche y solo tenemos tu palabra de que no lo puedes volver a usar para proteger a otros.

Adam me increpó por lo que había pasado, aunque parecía más molesto por sus preciosas pastillas que por haber estado a punto de morir.- No, no estoy satisfecha. Esto no debería haber pasado. No pensé que si Anya se protegía la condena pasara al siguiente, pensé que simplemente no pasaría nada.

El discurso de Lyman fue inspirador pero poco realista, la situación en la que estábamos ya no nos permitía poder elegir. –Todo eso habría estado genial que lo tuvieran en cuenta los asesinos cuando decidieron matar la primera noche. Dudo que ahora podamos pararlo, no me gusta tener que hacer esto. Sin embargo, si no lo hacemos solo se lo ponemos más fácil. Aunque todos tuviéramos un voto, la muerte seguiría adelante igual que ha pasado ahora. Nos mataríamos entre nosotros y ellos lo harían durante la noche, cuando acabaran con todos Fäe estaría perdida. La Guerra ganaría.

Me acerqué al lugar donde estaban los cuerpos y alcé las manos.- Enterrarlos no es una buena opción aunque sería lo más correcto. Se me ocurrió hacerlo cuando mataron a Zaira, pero cuando resucitó me di cuenta de que, si alguien más resucitaba, sería terrorífico hacerlo enterrado. Sin embargo, les puedo dar un lugar de descanso más adecuado.- El suelo comenzó a vibrar bajo mis pies, un rectángulo perfecto comenzó a formarse alzándose bajo cada uno de los cuerpos y formando unos altares de piedra que se elevaron hasta un metro de altura. A Samuel y a Ivanna les puse juntos, pues me pareció que era lo más justo. Cuando acabé de dar forma a las piezas, me concentré en la superficie de reposo. La piedra de la parte superior comenzó a pulverizarse formando un fino polvo  similar a la arena de la más suave de las playas. Miré los cuerpos con tristeza, tantas Fata, tantos inocentes víctimas de un juego absurdo y macabro. No era justo que tuviéramos que seguir con ello.

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14/02/2015, 01:27
Adam Hart

Adam miró a Lera escuchando con atención.-Si razón tienes, tía. Pero no creo que esta noche se queden quietecitos. Pero si lo teníamos a huevo el primer día, como dice la rompe tabletas...- miró a Alana. -Sí tía, me ha jodido mucho. Qué quieres que te diga- Tras el parétesis con Alana continuó. -...y no pudieron estarse quietecitos y volver todos a casa. Tuvieron que hacer lo único que saben: Matar...Rectifico. Dos cosas que saben hacer: matar y tocar los cojones. -  Se quedó un instante mirando a la chica. -Si esta noche no hay muertes, yo hago lo que dice Lyman. Pero es que no me lo creo ni puesto hasta las cejas. Como te lo digo.- Manifestó con excepticismo. -Ojalá tuvieses razón, chata.-

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14/02/2015, 04:41
Kammy Phillips

Kammy trató de ignorar a Anya pero cuando Thomas se levantó, le fue imposible. Estaba cansada de todo eso y sus ojos se tornaron rojos, haciendo que una vez más no contuviera sus palabras.

- Es solo tu culpa y tú eres solo una rubia engreída. Un líder no es solo el que puede hablar sino el que sabe callar y, claramente, careces de esa virtud - cuando la chica se echó a llorar al suelo, Kammy se volteó hacia Lyman quien mostraba su poder con las sombras.

Sus ojos se tornaron negros al pararse frente a él y decirle con todo desafiante - Hace siglos dejé de temerle a la oscuridad y creo que eres tú quien sabe el motivo - su voz era fuerte y su tono decidido, algo muy diferente a la Kammy convencional. Tal vez el fata se estaba haciendo cada vez más fuerte.

- Esto no sería un hogar, esta es una prisión. Si realmente es tu lugar es porque eres tú quien nos mantiene cautivos. No somos ni fatas ni humanos, estamos en un limbo de desesperanza donde nuestra única opción es hallar a los impuros. ¿O no por eso votaste por Mathias? Nos criticas pero ya lo has hecho. A quien debes dirigir tus sombras es a aquella que ha hecho que la niña muera... - señaló a Anya - no a quienes la votamos por nuestros propios motivos - los ojos de Kammy regresaron a la normalidad y respiró fuertemente.

Casi como si hubiera vuelto de un trance, su cara se relajó y mostró las dudas que siempre enseñaba. Se abrazó a sí misma una vez más y luego, miró a Anastasia y le dijo suavemente - ¿Por qué? -.