Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 4. El legado de Némesis

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06/04/2022, 13:04
Diana Makri

Mes 5. Casiopea

Libertad. O al menos eso parecía que les estaban dando. Desde que llegaron a Casiopea, había pasado dos días y, hasta aquel momento, ninguno de los tres prisioneros había tenido nada que lamentar.

Lomber fue reclamado de inmediato para hacer una revisión general de naves y vehículos, una afición que para el varón sería una auténtica bendición, puesto que podía relajar su mente y evadirse de la realidad circundante, alejándose consecuentemente, de ambas mujeres.

Por otro lado estaba Diana Makri. La muchacha había demostrado ser bastante curiosa y durante su estancia en Casiopea recorrió el lugar, encontrando que había muchas estancias accesibles donde ellas podían acceder. Era extraño, no solían haber guardias cerca de las jóvenes, como si estuvieran en su propia casa. Podían comer cuando gustasen, acostarse en el momento que consideraran y pasear por la periferia de la finca, la cual tenía un muro que sí estaba custodiado.

Makri y Banerjee estaban en uno de los salones de aquella jaula palaciega. A su disposición tenían frutas y té, así como unas pastas de almendra de dulce sabor. Parecían las esposas de algún sultán, pues hasta el momento, habían sido tratadas bien e incluso consideradas como invitadas. No obstante, ya sabían ambas que, más allá de los muros de Casiopea, tenían terminantemente salir.

- Tenemos que buscar forma alguna de marcharnos, Daya... - Le dijo Makri a la bonita innumita, mientras permanecía recostada en la esquina de un mullido sofá cargado de cojines - Esto está muy tranquilo y me escama. Desde que estoy aquí no me han vuelto a tocar, y tengo la convicción de que Lord está haciendo algo particularmente importante, porque ni siquiera se deja ver por la zona. ¿Qué piensas que puede estar pasando?.... - Cogió una pasta y se la llevó a la boca, lo único que parecía hacer últimamente era comer - ¿Cómo podemos hacerlo para huir? Si encontrásemos una nave, estaría todo hecho, Daya. Tan sólo buscar el momento para subirnos y escapar... Pero tenemos que hacer algo, si nosotras no buscamos asegurar nuestro futuro, no podemos esperar a que los demás vengan a rescatarnos. Ni sabemos en qué parte del mundo estamos.... - Y la miró con interés para saber su punto de vista, si Banerjee indicaba algo, ambas se pondrían a ejecutar su propio plan de escape. Voluntad había, ahora tenían que encontrar la posibilidad.

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06/04/2022, 13:48
Ambientación

SF121 Airways Commander. Cabina

Andersen había informado a Swallow, antes de tiempo, sobre el motivo por el que cambiaban de ruta. La mujer pareció sorprendida al saber que el desvío que iba a efectuarse era porque dos soldados de la Space Force, los cuáles habían sido capturados por asterianos, pedían auxilio desde Natgrew. La cabo parecía querer preguntar algo más, pero la llegada de los mandos a cabina provocaron una situación incómoda donde comprendía, debía hacer simplemente lo que le dijeran.

Los dos tenientes se habían enzarzado en un conflicto de intereses. Brighter abogaba por continuar con el plan inicial, mientras que West apostaba por tomar el desvío. La primera actuaba movida por cuestiones personales, mientras que el segundo, se adaptaba con inteligencia a la nueva realidad.

Aquella mano la había ganado Lionel, el teniente a cargo de la operación, el cual se autodenominaba líder indiscutible de la misión, haciendo valer su autoridad sobre las pretensiones de Brighter. Se dirigían hacia Natgrew y Einar no dudó en cambiar el rumbo de destino. No había más que argumentar al respecto.

Notas de juego

Post finalizado

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06/04/2022, 16:24
Sue McHillgraw

SF121 Airways Commander. Gimnasio

Tras haber efectuado el primer turno de vuelo, Andersen determinó acabar por agotarse en el gimnasio. El piloto, desde que posó sus pies en Comandancia, se había impuesto un entrenamiento funcional para mantenerse en forma. Así que, vestido con su ropa deportiva, se dirigió hacia las instalaciones deportivas de la nave.

El gimnasio era una pequeña estancia muy bien aprovechada, con la maquinaria que tenía dispuesta a modo de círculo, mientras al lado contiguo descansaba un ring donde se podía practicar artes marciales.

El piloto parecía querer llevar su cuerpo al límite, ejercitándolo de manera constante, hasta que sus músculos pidieron a gritos un descanso. No tardó demasiado en sudar, tampoco mucho en caer exhausto y cubrir su cabeza con la toalla, mientras se mantenía sentado y en actitud de rendición.

- De todas las maneras que tiene una persona para sudar, nosotros elegimos la más incómoda y dolorosa de todas... - Dijo Sue haciendo clara referencia al deporte, y es que si de ella dependía, podía abrir todos los poros de su piel, poniendo en activo sus células a base de sexo y autocomplacencia.

La joven pelirroja había cogido algo de peso, y parecía que todos esos kilos habían decidido acumularse en sus pechos y caderas, haciendo que la presencia femenina fuera mucho más notable en la sala.

- Me he descuidado un poco en este tiempo, desde que me lesioné no he podido esforzarme mucho en el entrenamiento... - Se encogió de hombros diciendo una gran verdad - Qué diablos, ni me he molestado en moverme, me es más gratificante come y dormir que mover el culo. Ando de capa caída, pero eso tengo que cambiarlo ya... - Indicó la fémina tocando un tema que le interesaba - He oído que vamos por Duncan a Natgrew. ¿Es eso verdad?... - Parecía preocupada, y no por poco, bien sabido era que tras la herida de Sue y Keira, las dos mujeres se habían hecho muy buenas amigas del doctor.

Cogió un par de pesas de 3 kilos y comenzó a hacer series cortas pero continuas - Venga Einar, levanta y hazte unas series conmigo. No vaya a decirse que los pilotos son flojos. Si alguna vez te echas una novia como yo, no tendrás valor de moverla del suelo y se cabreará. Así que vamos, quítate eso de la cabeza y a mover bíceps, que no tengo claro de si tienes alguno por ahí debajo de la piel.

Le trataba con naturalidad y sin mencionar a Yum. Muy posiblemente, no supiera lo que había sucedido pues, de lo contrario, evitaba comentarlo.

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07/04/2022, 23:12
Duncan "Duke" McCarthy

Confiaba en Dunne, sabía que se podía equivocar, ¿quien no lo hacía?, pero confiaba en su criterio más que en el suyo propio. Aquello era demasiado para un médico que siempre había estado entre algodones, rodeado de gente que le quería e idolatraba, de pacientes que le agradecían, no había sitio a la mentira o a las dobleces y por eso era incapaz de desentrañar las verdaderas intenciones del asteriano. Le parecía demasiado dócil, tenía demasiadas coincidencias con Thompson para ser verdad, y una coincidencia era posible, pero tantas eran sospechosas. Se sonrió, cínicamente, antes de decirle

- Yo me he equivocado demasiadas veces, podría ser una más, pero demasiadas coincidencias son sospechosas, parece que sepa donde pulsar para empatizar con Thompson. - Asintió cuando dijo que la madre de Astor no le querría en el frente, pero no podían estar seguros al no conocer como de maternales eran las madres asterianas. Igual eran como las tortugas, ponían sus huevos y no volvían a mirar atrás.. asintió - Sí, al menos no es tan capullo como Benedict, eso se lo podemos conceder...Puede ser que sea solo un contable, que no se fíen de él, la oveja negra de la familia, pero que tenga que poner su granito de arena para la causa... No te niego que tenga sentido, pero ya nos han colado tantas.....delante de nuestras narices, así que no le pienso quitar el ojo de encima, y si hace alguna tontería se la irá a contar a San Pedro, o San Aster, o lo que cojones tengan en el cielo asteriano. - Suspiró cuando decía que estaban allí para evitar muertes. Él estaba allí porque se había dejado coger por asterianos, en eso también le habían engañado, si no... probablemente ya no estaría. Miró a Thompson, Althais y el asteriano, intentando encontrar parecidos, pero entonces apretó la mandíbula y admitió que su ánimo no estaba mucho, así que bromeó, una broma salida de donde no había, un esfuerzo para ayudar a alguien a quien quería de verdad. Le dio un golpecito - Lloraremos si toca llorar, mejor llorar a que me saques los secretos de Heather, y no te preocupes, en los bares no llevo la bata... - sonrió y bufó divertido - Tonta, confía mejor en Thompson, él te puede sacar de aquí... - la miró y asintió, no hacía falta que lo dijera, Duke era bastante transparente, así que por poco despierta que fuera lo sabría, sabría que era mutuo, habían pasado mucho y la estancia en el BICOM los había unido para siempre.

Dunne se adelantó, Duncan habló con Althais mientras cuidaba del prisionero y hablaban sobre Bintel. Recorrieron pasillos hasta llegar a una puerta, desde donde parecía venir ruidos que fueron interpretados por la sargento Grey. William dijo que las hormigas de Natgrew eran peligrosas y lo miró extrañado. Sus conocimientos de zoología natgrewiana eran nulos, así que simplemente lo anotó, por si acaso, temiendo que las hormigas fueran grandes como caballos. Entraron y resultó que la hormiga no era para tanto, pero la niña era para algo y para más, parecía tener algún tipo de poder para generar ilusiones. Las armas empezaron a apuntar a posibles amenazas, la niña, el prisionero, pero nadie acabó por disparar. William dijo que aquello era lo que hacía un cerebro evolucionado, pero habían más cosas, como la telepatía y algún tipo de control animal, pues la hormiga la obedecía a la niña. El hecho que Astor se vanagloriara de lo que podía hacer la niña hizo que le apuntara en la sien porque si esa niña era capaz de reventarle la cabeza con solo mirarle. Si notaba algo en la cabeza dispararía y se llevaría a aquel cabrón con él, sus dos cabezas explotarían a la vez y se mezclarían el cerebro avanzado y el de australopithecus.

William se fue acercando a la cámara de animación suspendida mientras intentaba tranquilizar a la niña. Empezó a notar el dedo rígido y por un momento pensó en la cantidad de maneras en las que podría matar al muchacho sin disparar. Le podría golpear con la culata del arma en la base del cráneo, o golpearle con fuerza la nuez, si es que los asterianos tenían, o sencillamente partirle el cuello, pero en su lugar sonrió y comenzó a bajar el arma y decía

- También tiene algún tipo de poder telequinético, o es capaz de afectar cuerpos de personas, me ha bloqueado el dedo para que no dispare...- sonrió a la niña - No es necesario, pistolas malas pero no podemos dejar a nuestra amiga aquí, tenemos que cuidar de nuestra amiga, ¿sí?

Astor traducía, pero podía estar diciendo cualquier cosa, aunque al menos señalaba la cámara y parecía haber dicho Suarán, que debía ser el nombre de la hormiga. El tipo temblaba pero Duncan le dio un par de palmadas amistosas mientras le decía entre dientes- Tranquilo, tranquilo, no somos animales.... no somos animales....

Parecía que la tensión se disipaba, la hormiga volvía a estar en una actitud juguetona y parecía que no iba a haber sangre. No quería matar a la niña, aquello no era una guerra, aquello no lo podía hacer, no era un animal, y aunque estuviera roto aun no estaba tan roto. Althais tenía razón, parecía una niña pequeña, y una prisión no parecía ser el lugar más adecuado. Le dio un golpecito en los riñones a Astor, sin pretender hacerle mucho daño, solo para llamar la atención y le dijo

- ¿Quien es? ¿Acaso no cuidáis de los pequeños en tu planeta? Es una niña, una cárcel no es su sitio... por mucho que queráis ganar la guerra.... - Miró a Dunne y negó con la cabeza - Yo no me alisté para matar niñas, tiene que haber otra manera, ellos se suponen que son más avanzados que nosotros, ¿no?. Deberían saber que hay otros caminos que la guerra.... no somos animales.... - dijo visiblemente cansado, entonces explicaron que Bintel lo había pasado mal y que se la iban a llevar. Duncan negó con la cabeza, nadie se iba a llevar a Bintel. Miró a Astor y le dijo - Tradúceselo, tenemos que despertar a Bintel, ha sufrido porque no estaba con nosotros y no podemos dejar que se la lleven, es nuestra amiga...y la echaríamos de menos.

La niña y Astor empezaron a hablar en asteriano hasta que anunció que se iba con ellos. Duncan se arrodilló para ponerse a su altura y le dijo - No es posible, la gente mala podría hacerte daño porque quieren hacernos daño a nosotros, es más seguro para ti si te quedas. ¿Sí? - Señaló en dirección a la cámara de animación y le dijo - Tengo que ayudar a mi amiga, ayudarla para que esté bien y no se asuste al despertar.

Se dirigió hacia el tanque y lo intentó desactivar, esperando que sus conocimientos de medicina fueran suficientes para auxiliar a la androide. Era en parte humana, así que debía ayudarla, aunque fuera darle apoyo psicológico, debía haber sufrido.

- Tiradas (1)

Motivo: medicina

Dificultad: 0

Habilidad: 16

Tirada: 1 5 10

El dado ha explotado: 7 7 8

Total: 18 +16 = 34 Éxito

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08/04/2022, 15:02
Einar Andersen

El derrotado piloto alzó la cabeza en cuanto escuchó la voz de su compañera, quitándose la toalla con la que se cubría, para despues incorporarse, no sin esfuerzo.

-Limitar nuestros puntos flacos es duro... Si no lo fuese todos seríamos perfectos y sin mácula.-respondió al comentario de la pelirroja, la cual anifestó acusar algunos kilos de más que había ganado y que, sin embargo, no habían hecho otra cosa que aumentar aún más su ya de por si sobresaliente y seductora feminidad.

Aquellos atributos femeninos no pasaron desapercibidos a los ojos de Einar, los cuales de manera inconsciente se fijaron en aquelas curvas tras el comentario de ella mencionándolas, dándose cuenta de lo bonitas y estimulantes que eran para cualquier hombre heterosexual sano, si bien el pensar aquello le molestó en parte por lo inapropiado de su pensamiento para con Sue y por otro porque él quería estar triste y regodearse en ello, y aquellos pensamientos no ayudaban precísamente.

-Pues yo creo que estás muy bien-dijo con la franqueza que le caracterizaba, sin querer sonar descarado-Que se te ve genial, quiero decir. Parece que la lesión ya sea cosa del pasado. Me alegro mucho por ello-Le dedicó una sonrisa algo destemplada, tan calurosa como fue capaz de reflejar.

-Has oído bien... Nos ha llegado un "Mayday" desde Natgrew enviado por Grey. Ambos fueron capturados por los asterianos en nuestra última misión, por lo que creo y espero que sigan los dos juntos...-respondió, no dando aún el tema por zanjado puesto que tras dos segundos de silencio prosiguió - No pude sacarlos sanos y salvos la última vez, por lo que lo cierto es que agradezco al destino que me de esta segunda oportunidad-Esta última parte la dijo agarrándose al relicario que le colgaba del cuello como si de un alpinista agarrado a una oga de seguridad se tratase. Aquel cruel destino que no hacía más que arrancarle de los brazos las cosas que más quería parecía querer reirse de él una vez más, pero esta vez ya no había unos datos de inteligencia prioritarios para la humanidad, ni un puesto de piloto que solo él podía cubrir. Esta vez, al menos, podía disponer de su vida para aquel cometido, y estaba absolutamente dispuesto a ello.

La promesa a Yum no dejaba de contemplarla; nada más lejos de la realidad. Sin embargo él no era una pieza indispensable en aquel cometido, siempre y cuando lo dejase todo preparado.

Caminó algunos pasos hasta uno de los bancos de pesas, donde se sentó, si bien no agarró ninguna mancuerna. Simplemente se mantuvo cabizbajo, agarrando las chapas con el puño cerrado.

-Yo, quería pedirte un favor...-dijo tragando saliva y tardando en levantar la mirada, si bien acabó consiguiéndolo.

-Desconozco si has sido informada, pero...-volvió a intentar tragar saliva, pero el movimiento de su nuez fue completamente inutil puesto que su boca se había secado de golpe.

-Yum murió... en su última misión con Becky, Jim y Vera...-su corazón, el cual había empezado a tranquilizarse volvió a desbocarse sin remedio, costándole muchisimo trabajo el mantenerse de una pieza al hablar de algo tan reciente si bien puso todo su empeño en ello.

-Ella tuvo una vida muy difícil...una vida de... esclavitud. Nació y creció como una esclava en unos astilleros-Aquello jamás lo habría dicho sin el permiso de Yum. La habría protegido de aquella verdad con todo su ser, pero Yum ya no estaba allí y mantener aquello en secreto ya no podía ayudarla, en cambio sacarlo a la luz sí podía ayudar a su hija.

Sus ojos empezaron a desviarse con movimientos incontrolados, de un lado a otro sin llegar a quedarse fijos en nada concreto, tal vez en un intento de evitar el brotar de lágrimas.

-A ella la...forzaban y fruto de eso tuvo una hija- decir aquello en voz alta le pareció repulsivo, por lo que se vio obligado a apretar la mandíbula con fuerza unos pocos segundos antes de seguir

-La niña se la robaron y tambien la dieron en esclavitud. Eso fue lo que la empujó a huir y a unirse a la Space Force. No el miedo por su seguridad o su situación si no el amor que sentía por su hija, pese a las circunstancias de como fue concebida- Poder verbalizarlo le daba oportunidad de darse cuenta una vez más de lo increible que había sido aquella mujer, ayudándole a entender el porqué de aquel sentimiento tan indescriptiblemente poderoso que había sentido por ella.

-Yo le prometí que le iba a ayudar a traerla de vuelta, pero ahora ya solo quedo yo y no puedo permitir que esa información muera conmigo si se da el caso. No puedo consentirlo-Aplanaba los labios tratando de buscar las palabras a sus pensamientos, dado que aquella conversación no era algo planeado si no más bien fruto de la casualidad del momento, pero ya había lamentado con toda su alma el haber pospuesto una conversación con Yum y no quería arriesgarse a que le volviese a pasar.

-Tengo un archivo con toda la información que ella me dio al respecto y lo poco que pude recopilar por mi parte. No es mucho, pero es un punto de partida-reconoció, bajando nuevamente la mirada.

-Se que es muy egoista por mi parte, pero tenía pensado compartirla con algunos de vosotros, los que considero que sois de fiar... Simplemente por si me llegase a pasar algo la existencia de Yum no quedase borrada del Universo-Alzó los ojos, algo enrojecidos pero cargados de determinación, buscando a los de la pelirroja.

-¿Puedes ayudarme?

 

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08/04/2022, 20:08
William P. Thompson

El avance estaba siendo cuidadoso, algo muy necesario debido a la situación en la que se encontraban. Ir con prisa hubiera sido contraproducente, sobre todo estando en territorio enemigo y en un sitio desconocido. Cuando Grey le puso la mano en el hombro se sobresaltó por un momento, pues era algo inesperado y sus palabras reconfortantes apenas tuvieron un leve asentimiento de cabeza como agradecimiento. Debía contenerse, pues estando tan tenso como se encontraba si tenía una respuesta emocional podía llegar a derrumbarse. Tenía que mantener la calma y la concentración, pues si se dejaba explotar emocionalmente en ese momento podía no parar o aturdirse. Sin embargo, después de sus palabras William se encontraba algo más relajado. Poco acostumbrado también a que se le alabara, casi no sabía ni como reaccionar, por lo que un asentimiento algo confuso fue el agradecimiento que recibió la sargento. 

Thompson asintió al comentario de Althais - He venido a por ella, no pienso fallar en mi primera misión - fue el único comentario que hizo. Parecía casi ridículo lo que había pretendido. Se sentía estúpido por pensar que podía llevar a bien una misión tan peligrosa. Había causado más problemas que situaciones había arreglado y ahora le tocaba arreglar las cosas, o al menos poner de su parte. Pero de seguro que no iba a dejar las cosas a medias. 

Luego llegó la que posiblemente fuera la experiencia más confusa de su vida hasta el momento. Aquella niña que parecía tener alguna clase de poderes, se mostraba realmente tranquila... peligrosamente tranquila, ante aquella situación. La confirmación de Astor de que podían hacer eso y mucho más hizo que una punzada de temor atravesara la columna de Billy, sorprendido y confuso por todo lo que eso representaba. Duncan reaccionó con rapidez amenazando la vida de Lightnor para tratar de controlar a la niña. Dunne informó que la hormiga era obrera, un tipo de criatura no combatiente - He visto a hormigas gigantes... aunque en Protect. Y puedo asegurar que si no vuelvo a ver una en mi vida me sentiría aliviado... - Afirmó con un tono quedo mientras recordaba lo que ocurrió en aquel planeta y como unas hormigas, aunque más grandes, habían matado a uno de los reclutas con los que iba en aquel momento. 

Aquella niña, era un gran enigma. McCarthy afirmó que había utilizado algún tipo de telequinesia para evitar que pudiera disparar el arma, lo que significaba que a pesar de ser tan joven era capaz de grandes proezas y aún así retumbaba en su mente el comentario de Astor "... y mucho más" Realmente, apenas sabían nada de su enemigo. Las cosas se relajaron, al parecer Bintel estaba pasándolo mal aunque no tenían claro en ese momento por qué. Después Astor y la niña estuvieron discutiendo, hasta que este, tradujo el resultado final de la conversación algo que hizo que William abriera los ojos de par en par sin entender y con tintes de temor, aunque no por él. Simplemente negó con firmeza con la cabeza mientras Duncan se oponía y trataba de hablar con ella. Thompson se acercó a Astor - ¿Sois familia? ¿Amigos? ¿Por qué quiere venir? - preguntó sin comprender porque había tomado esa decisión. Esperó la respuesta antes de continuar. - No podrá venir - Sentenció con convicción mientras su mente divagaba en lo que ocurriría si acaso aquella niña iba con ellos. Investigarían con ella, de modos que helaban el corazón de Billy. Tenía claro que había bondad en la humanidad, pero también había determinación y crueldad lo cual era una mezcla peligrosa. - Si viniese... Quién sabe que es lo que le harían para tratar de identificar sus capacidades, como replicarlas, sus límites... - El rostro de William se volvía algo más firme, en una mueca de concentración tratando de ocultar unas emociones de repulsa. Imaginar lo que podrían hacerle a una niña sólo para poder replicar esas capacidades casi le hacía vomitar. Quizás algo así es lo que pudo pasar con esa princesa imperial... o ¿Quién sabe?. 

Había llegado a lo más crudo de la guerra. Cuando las reglas empiezan a carecer de importancia. O al menos, así era en su mente, pero con una convicción que no le permitía dudar de lo cierto que era aquello que realmente sólo sospechaba. Sin embargo, viendo a una niña en una situación así, le quedó claro que los asterianos tampoco eran mejores que ellos. Quizás el error es la inteligencia, el desarrollo... ¿Sería imposible que existiera una raza inteligente y desarrollada que no tuviera esa capacidad para desechar códigos morales en pos de una victoria?. Volvió su atención de nuevo al "prisionero" - ¿Por qué está aquí en primer lugar? - ¿Cuanta obediencia ciega tendría aquella especie para poner en peligro a alguien tan pequeño sólo por obtener una ventaja en una lucha?. De haber sido al revés, debía admitir que muchos humanos sacrificarían a sus hijos o los pondrían en peligro sin importar lo pequeños que fueran con tal de sacar alguna ventaja en la lucha "por la causa". Sin embargo esto era un límite que no estaba dispuesto a traspasar. Llevar a la niña con ellos, sería condenarla. - Quizás ella piense que se puede defender... pero al final sucumbiría - La mirada de Billy se endureció visiblemente - Eso es algo con lo que no pienso cargar a mi conciencia... Ella no vendrá y si quiere hacerlo será por encima de mi cadáver - Con ligero pesar y algo de tristeza, sin la misma dureza en la mirada continuó su alegato - Si luchamos, es para proteger, salvar y/o ayudar a inocentes... No sé que cree ella que es el mundo, o qué está haciendo aquí. Pero no es sitio para ella y venir con nosotros menos aún. Haz que lo entienda... - Sentenció.

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14/04/2022, 00:02
Daya Banerjee

Mes 5. Casiopea

Dos días. Ese era el tiempo que había pasado desde que Alvin y el resto fueron separados de ellas. Dos largos días en los que todo parecía haberse detenido a su alrededor, incluido el tiempo, no así el dolor y la ansiedad que producía el desconcierto y la incertidumbre de lo que traerían las siguientes horas a sus vidas. Aunque bien era cierto que se iba suavizando todo levemente ante la falta de movimiento a su alrededor. Pero no podían bajar la guardia. La intuición de la innumita le gritaba que aquello era la calma antes de la tormenta.

Había dormido mucho la primera noche que pasaron allí. No había percibido que estaba tan sumamente cansada física y mentalmente y, tener a su disposición una cama cómoda y mullida, junto con verse en aquella casa a solas con Diana, había hecho estragos en ella. Su cuerpo había reclamado el precio de la tensión vivida los días anteriores y había apagado su conciencia hasta bien entrado el día. Apenas había probado bocado de todo lo que tenían a su disposición. Todo aquellos lujos estaban pagados por el dolor ajeno, bien podía imaginárselo, y eso le quitaba el apetito. Sí que se obligaba a darle conversación a Diana cuando estaban juntas porque, aunque parecía que su experiencia no había sido desagradable del todo, podía volver a repetirse de una forma totalmente diferente. Pero, siendo sinceros, lo que le apetecía a veces era guardar silencio y pensar, porque tenía tantas cosas en la cabeza a las que quería poner en orden que pensaba que necesitaría toda una vida para ello.

Pensaba en dos en concreto, en Frank y en cómo salir de allí. Por eso, los comentarios de la joven no le sorprendieron. Era normal que acabaran hablando de aquel tema aunque Daya aún no tenía respuestas concretas que darle.

-Esto es una jaula de oro donde encerrar a las esclavas de Reginald, él ya lo comentó, sus esclavas no pasan penurias y están bien alimentadas-señaló la mesa que tenían ante ellas llena de fruta y pastas-Y ya sabemos que es cierto. Que no te engañe el que nadie nos haya reclamado estos días, estamos aquí temporalmente, ¿esperando a…?-miró pensativamente su té. Tenía un sabor extraño, un toque de una especie que no conocía, pero era mejor que beber solo agua-No lo sé, pero creo que hay varias opciones posibles que lo puedan tener ocupado, he estado pensando en eso porque creía que no estaríamos tanto tiempo aquí sin más después de lo rápido que han vendido a nuestros compañeros, reconozco que esta espera ociosa me tiene preocupada… La primera opción, la más sencilla o la más lógica, es que él tenga otras cosas que hacer. Nosotros no somos nada para él, pequeña, no creo que su mundo se mueva alrededor de nuestra presencia aquí. Cuando termine lo que esté haciendo volverá… si le interesa, aunque más bien puede que se acuerde de enviar a alguien. Puede estar gestionando la llegada de otro lote de esclavos, por ejemplo, pero creo que más que eso, lo que está haciendo es gestionando su nueva identidad. Va a cambiar de nombre y tienen que poner al día a sus contactos para poder seguir haciendo negocios sin problema-bebió un sorbo de té con lentitud, saboreando la bebida. Su mirada se oscureció-Esa es la opción más simple. La otra opción que barajo es que esté pensando qué hacer con nosotros tres finalmente.

Se echó más té en el vaso y removió una cucharita pequeña de azúcar lentamente-He intentado ponerme en su lugar, en pensar como él. ¿Por qué nosotros tres seguimos aquí?. Y llego siempre a la misma conclusión… No os va a vender, no vais a salir de aquí ni tú ni Lomber. ¿Por qué?. Porque aquí les sois útiles y fuera solo os convertiríais en un riesgo para él, podríais escapar, ir con las noticias a la Space Force. Pero aquí, Lomber puede mantener sus naves, ya sabe lo bueno que es. ¿Dónde sacaría más provecho de ti?. Cediéndote a sus soldados, porque lo has obedecido y no ofreciste resistencia y quizás… lo has hecho bien con ese guardia y eres un activo sencillo de mantener aquí y tenerlo a él contento si es alguien que ocupa un puesto alto en su jerarquía. Quizás, ese hombre te ha pedido de alguna forma y, no hay que olvidar que eres piloto y él tiene naves…aunque no confiaría demasiado en que quiera usar tus conocimientos en esa área-puntualizó teniendo en cuenta su propio caso- En cuanto a mi…-hizo una pausa, porque le costaba poner sus pensamientos en palabras-Solo me venderá si tiene la seguridad de que de donde me deje nunca podré escapar. Igual que ha hecho con los demás. Estoy segura de que la mayoría ha ido al Coliseo, el resto con clientes de confianza-Hizo una pausa larga, quizás tan larga que Diana podía llegar a pensar que ya no iba a seguir hablando-No me tiene en cuenta como piloto, eso lo tengo claro. No solo tuve que hacer eso delante de él, sino de cuatro de sus guardias a la vez en una ocasión… ninguno me tocó. ¿Por qué? No lo sé… era tan fácil que todos hubieran aprovechado la ocasión… yo no hubiera podido hacer nada por evitar que pasara. Pero creo que eso tiene algo que ver con lo que me tiene reservado. Todo lo que él hizo durante la travesía estaba orientado a lo que quería inculcarnos, a lo que quiere orientar su beneficio. Quizás esté buscando algún burdel donde un espectáculo de esas características encaje, por ejemplo, eso debe ser más complicado de encontrar que un burdel normal…-se encogió de hombros, realmente no sabía si eso sería normal o no, pero ahora sabía que nada de lo que ella pudiera pensar se acercaría mínimamente a la realidad del mundo en el que ahora vivía-Pero está relacionado, estoy casi segura. Además, hay cierta posibilidad de que no me quiera perder de vista realmente. Sabe que me están buscando personalmente aparte de la Space Force y, si Faith se ha ido de la lengua, sabrá que Frank lo conoce, que lo vio porque estaba entre los que bajamos de la Nightingale. Eso puede hacer que quizás me quiera mantener aquí solo por hacerle de seguro si algún día Frank llega a localizarme. Así que si parto de la idea de que a mi me deje aquí con vosotros y no me ceda a un burdel y si intento empatizar con alguien carente de sentimientos como es él… se me ocurren cosas varias en los que sacarme rendimiento en este lugar. Organizar sesiones como esa que te he comentado, con varios hombres a la vez, guardias, clientes, amigos, podría ser una de esas opciones. Cualquier cosa depravada tiene cabida con él-Sí, había pensado mucho en las razones de que la mirasen cuatro encapuchados pero no la tocasen. No la tocaron porque lo tenían prohibido. Y con aquella sesión Lord la había expuesto a desconocidos en mayor número, a ser vista por más personas a la vez, la había intentado acostumbrar a tocarse sin importarle quien estuviera mirando. Uno, cuatro… ¿qué o cuantos serían los siguientes?. Un escalofrío le recorrió las entrañas-Da lo mismo, descubriré lo que me tiene reservado tarde o temprano, no creo que llegue ni siquiera a imaginar lo que pasa por su cabeza-zanjó el tema lúgubremente.

-No podemos esperar a que nadie venga pues nadie sabe dónde estamos, Diana-afirmó sin dudar, convencida completamente de que era imposible dar con ellas después de dos saltos de localización. Lira podría llevar a la Space Force hasta el PEC pero, ¿cómo encontrarlas en un sitio indeterminado de Coltanium?. Imposible. Simplemente, habían desaparecido para la Space Force y para el resto del universo conocido. Y así se lo explicó a la muchacha, poniéndola al día de sus suposiciones.

Accedió a coger una de las pastas que había en la mesa y probar un bocado antes de seguir hablando-Salir de aquí en una nave sería la opción más factible para nosotras dos, pero el principal problema que tenemos ahora mismo es que no sabemos dónde están. Eso solo lo sabe Lomber y, desde que se lo llevaron, no ha vuelto a venir. En el momento en el que vuelva nos podrá contar donde están, cuales son y las características de cada una. La nave en la que vinimos era un peligro y no me gustaría coger una a ciegas e intentar escapar de aquí y que, a la mínima maniobra, reventase en vuelo. Mi duda en este punto es, ¿va a volver Lomber aquí con nosotras?. Si yo fuera Reginald, Lomber no volvería a cruzarse con nosotras. Ahora tiene información que nos es de utilidad para escapar y lo sabe-se encogió de hombros, mirando la pasta, pensativa-Realmente no importa donde estemos, Diana. Una vez que estemos en una nave, las cartas de navegación, el radar, las comunicaciones… no tardaríamos en situarnos y en encontrar ayuda. Estamos en Coltanium, eso seguro. Más o menos lejos de aquí, tiene que haber un puesto de la Space Force al que podríamos ir, estoy segura. Pero hay otra opción, más evidente quizás, más sencilla. ¿Por qué Reginald nos quiere lejos de esas vallas?. Porque si conseguimos saltarlas podremos tener una oportunidad de desaparecer. Necesitamos conseguir toda la información posible sobre qué hay ahí fuera. Quizás si es un puerto comercial o una ciudad medianamente poblada, la solución más fácil y rápida sea encontrar un fallo en la vigilancia de la valla y saltar al otro lado, perdernos entre la muchedumbre y buscar un lugar desde el que mandar un mensaje de socorro.

-¿Cómo conseguir esa información, tanto sobre las naves como lo que hay ahí fuera? -señaló con su mirada a través del enorme ventanal de aquella habitación-Atrevernos a congeniar con los guardias, aun a riesgo de que nos metan un tiro si tienen orden de eso traspasada una distancia de seguridad con la valla y congeniar con el personal de la casa. Alguien tiene que tener esto limpio, preparar toda esta comida, recepcionar la materia prima, mantenimiento, ¿no?. Nos llevará tiempo, pero eso es mejor que, simplemente, esperar aquí sentadas-concedió a la muchacha-Llegamos ayer, pero me parece que hace una eternidad…

Dejó la pasta sobre la mesa, no le entraba y, si se esforzaba en comérsela, le iba a sentar mal-Diana, escucha. Si tienes la oportunidad de que tu plan funcione, de que ese hombre se encariñase el otro día y te pida a Reginald, no lo desaproveches. Quizás es una buena opción a alejarte de aquí, siempre tendrás más posibilidades fuera de este sitio-le comentó totalmente en serio. Consideraba que era una opción para Diana sobre todo porque ella estaba dispuesta a eso para escapar y, lejos de Casiopea, tendría menos vigilancia y más posibilidades de encontrar un descuido del que aprovecharse y huir-Pero, mientras tanto. ¿Interior o exterior de la casa?. ¿Qué prefieres?-la miró esperando una contestación, pero cayó en la cuenta de que ella ya había andado por la casa aquellos dos días, por lo que seguro que ya se había cruzado con el personal o sabría dónde ir a buscarlos. Aparte de que intentarlo con los guardias sabiéndolos armados y con permiso para disparar podría ser peligroso y se había prometido cuidar de ella. No le daría opción a ir fuera, no inicialmente. Así que no, no la dejó decidir, decidió por ella y así se lo comentó antes de que Diana tuviera tiempo incluso de pensar en qué prefería-Seguro que el personal de la casa ya ha hablado contigo en estos dos días, te los dejo a ti que ya te conocen y seguro que contigo se muestran más habladores, yo voy fuera. Daré una vuelta, veré donde están los guardias, contaré los que son, veré las posibles puertas o cualquier otra cosa que me llame la atención, quizás algún techado que esté cerca de la valla y desde el que podamos saltar o… no sé, cualquier cosa que nos pueda resultar de utilidad. Si alguno se presta a hablar, hablaremos, aunque lo mismo lo tienen prohibido, quien sabe. ¿Alguna otra idea?, estoy abierta a cualquier cosa que se te ocurra. Dos cabezas somos mejores que una pensando.

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16/04/2022, 17:01
Ambientación

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Dunne parecía confiar en Astor, a pesar de las reticencias del doctor, incluso teniendo en cuenta que aquellas coincidencias eran tan marcadas, que prácticamente sería más fácil acusar al asteriano de conocer el expediente de Thompson que de contar su propia historia. Y Grey tampoco podía negar la evidencia, su confianza tan sólo se basaba en una corazonada, así que lo mejor era creer en el desconocido parcialmente, siguiendo las indicaciones marcadas de su prisionero pero sin darle la espalda. Que sus hechos hablasen por sí mismos.

Althais mantuvo un breve intercambio de comentarios con William. A la hija mayor de Townhall le sorprendía la entrega de aquel joven cadete, el cual había pisado el suelo de Natgrew con el propósito de recatar a Eris, a pesar de llegar en calidad de prisionero y no podía negar que a pesar de no haberle caído bien inicialmente, ahora sentía mucha más curiosidad por saber el tipo de persona que realmente era y que mostraba con pequeños detalles. No deseaba fallar en su primera misión, Eris Townhall tenía, sin saberlo, un benefactor.

Los acuerdos entre Duncan y Dunne convergían hacia el mismo lado. De primeras se dejarían llevar y, si hubiese algún indicio de traición por parte de Astor, lo atajarían desde la raíz. Lo principal era la supervivencia de los humanos, pensamiento que portaban, al menos hasta que entraron en aquella sala gris que, inicialmente, aparentaba ser rosa chicle, cruzándose con una criatura que les haría ver la vida de otro color. Nunca mejor dicho.

La niña asteriana parecía peligrosa, al menos tenía una habilidad que alteraba la percepción global de los presentes, y eso podía ser un arma de índole mortal en una mente enferma y proyectada para el mal. ¿Sería ese el caso de la pequeña? Nadie podía asegurarlo, pero todos eran lo suficientemente inteligentes como para tratar las cuestiones con la criatura con suma delicadeza. Sin ir más lejos, McCarthy se decantó por hablar con suavidad, dedicando alguna que otra sonrisa a la pequeña, mientras que Thompson no quitaba la vista de la hormiga obrera, y es que en su experiencia, los artrópodos habían dejado de ser pequeños, inofensivos y encantadores insectos, para su gusto. Era irónico, las hormigas pertenecían a la familia formicidae y formido era la diosa romana del miedo. Quizás fuera casualidad, o puede que existiera algún dios jugando con los hilos del destino de cada uno, posiblemente alguien muy cruel y amante de las sutilezas.

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16/04/2022, 17:57
Astor Lightnor

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Astor estaba rígido mientras Duncan le apuntaba. El joven sudaba, temiendo que lo peor estuviera por llegar, y es que al fin y al cabo, la joven asteriana, a pesar de ser de su especie, no era precisamente amiga suya. Se sentía entre la espada y la pared, por un lado los humanos armados y por otro, la asteriana psíquica menor de edad. Se mordió el labio intentando decir las informaciones que le solicitaban con la mayor frialdad posible, a pesar del miedo que realmente sentía.

- Su desarrollo mental está muy por encima de la media asteriana - Reconoció el joven sin emitir movimiento alguno - Pero ella no está del todo entrenada, es joven y todavía no es consciente de su potencial. Una ilusión es algo pequeño para una psíquica... - Explicó el joven fijándose en la dueña de la hormiga - Le da miedo esta situación. No está acostumbrada a la violencia. No le gusta. Normal es que te haya bloqueado el arma... A su modo quiere decirte que nadie tiene que salir herido... - Y rezaba en su interior para no ser él el único idiota que pereciera.

Duncan hizo referencia a que estaban allí para recoger a Bintel, y la joven cría asintió con la cabeza nada más Astor le tradujo lo que los humanos solicitaban, como si estuviera conforme, sin poner ella impedimento alguno.

Quien no terminaba de tranquilizarse era Lighnor. El muchacho no confiaba en el doctor, por sus acciones parecía que iba a matar a todos los presentes, mientras que sus palabras suavizaban lo brutal de sus actos. Duncan decía que no eran animales, aunque desde la perspectiva del asteriano, actuaba como tal, una ambigüedad que él interpretaba como mentira, aunque en el fondo, el médico en lo único en lo que pensaba era en huir.

William se aventuró a preguntar si la niña era familia o amiga suya, pero el joven negó con la cabeza, reclamando Duncan la atención, preguntando quién era la cría.

- Ella es Nyria Irid Villshem... - Fue decir su su nombre cuando la joven miró a los desconocidos, con una profundidad intensa que partía de sus ojos castaños - Ella no está aquí porque sus padres no cuidasen de ella, sino por... - Paró de hablar durante unos instantes, como si se sintiera avergonzado - Puffff.... Es una prisión, aquí sólo hay prisioneros y carceleros. Y no es lo segundo... - Aquella aseveración determinaba algo. La criatura estaba en aquel lugar atrapada, sin posibilidad de regresar a casa, mientras que la tenían allí retenida con algún tipo de interés, y obviamente, ninguno bueno - Quiere ir con vosotros porque aquí es una cautiva, como vosotros...

McCarthy mantenía que la cárcel no era el lugar para una niña y Astor miró al suelo, apesadumbrado, suspirando antes de decirle a la joven criatura que tenían que despertar a Bintel, mientras que Nyria se señalaba el cuello, como si quisiera expresar algo, concepto que pronto pronunciaría lightnor.

- Tiene un collar inhibidor en el cuello. Si marcháis de aquí con ese dispositivo es posible que os localicen - Determinó el asteriano, explicando que aquel instrumento podía ser peligroso para todo el grupo, centrándose posteriormente en un comentario que William había efectuado - Bien sabemos los asterianos que los humanos destruyen todo lo que desconocen. La historia habla por sí misma - Determinó con seriedad el joven, deslizando su mirada hacia la niña y quedando un rato posada sobre ella - Aunque hay muchos de los míos que no son mejores que vosotros... - Reconoció tras meter sus manos en los bolsillos de los pantalones - Yo mismo no soy un ejemplo a seguir - Comentó a modo de autocrítica

Tras un leve instante de silencio William preguntó el motivo por el que la niña estaba allí - Es un arma. Están aleccionándola para que utilice y desarrolle su poder en esta guerra contra la humanidad... Aún no es muy fuerte, hace ilusiones, puede mover algunas cosas telepáticamente, pero se cansa pronto... Si no aprende rápido quizás fuercen para que saque su psíquica salvaje... - Y el rostro de Astor determinaba preocupación - Y ella no está colaborando nada. Por ahora no lo ha hecho, por eso la han llevado a las mazmorras, para castigarla...

William determinaba que la niña no iría con ellos y Astor se calló. De todos los presentes, no era quien debiera tomar la decisión, así que transmitió las ideas de Thompson para que la joven Nyria, lo entendiera.

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18/04/2022, 17:09
Nyria Irid Villshem

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Nyria miró a Duncan cuando éste se arrodilló a su lado. La pequeña estiró su mano, algo temblorosa y tocó la frente del médico, casi como si quisiera comprobar de que a pesar de sus diferencias, se parecían mucho, al menos físicamente hablando. Era la curiosidad que sentía una criatura cuando veía algo potencialmente distinto a sí misma.

- Yo... Ir... - Dijo con una mirada lastimera, antes de acercarse hasta la cámara de hibernación, justo el sitio donde Bintel descansaba - Ella... Bien... Dormir.... - Dijo de manera rudimentaria, usando con dificultad sus cuerdas vocales, esforzándose por hacerse comprender.

Duncan no había visto en su vida una cápsula de aquel tipo, pero supuso que funcionaba de manera parecida a las cámaras de descompresión para buceadores. Tocó el panel de comandos, respondiendo a las cuestiones que éste le planteaba, seleccionando botones cuya combinación, daría paso a la finalización de la actividad del sistema.

Mientras tanto, William confirmó que la pequeña no iría con ellos y la joven le miraría con intensidad, cambiando su expresión a una más lastimera - Por... Favor.... Yo.... Ir... - Era un ruego sencillo de interpretar. Astor había tomado la palabra y le decía cosas en aquel desconocido idioma, seguramente, explicando con detalle todo lo que Thompson indicaba, quizás por eso la mirada de la joven pendía de su persona.

Hubo una frase que Astor tradujo que a la pequeña le hizo abrir la boca, a modo de protesta, como si reprochara el comentario de Billy - Inocentes.... - Estaba claro que ella cuestionaba que quisieran proteger a inocentes cuando ella misma lo era y estaba retenida contra su voluntad, entendiendo que aquellas personas tan sólo venían a recoger a su cyborg.

- Suarán, vialí al sarishen... Ilmic duc... - Comentó distanciándose de los cadetes, sentándose en la cama, dejando de mirar a los humanos y centrándose en su mascota, como si diera por hecho de que la decisión estaba ya tomada. Astor hizo la traducción "Suarán, aléjate de los desconocidos... No van a ayudarnos"

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18/04/2022, 17:21
Tessa Bintel

Natgrew. Prisiones de la rebelión

La cámara de hibernación se abrió tras la manipulación de McCarthy, mostrando a Tessa Bintel, una cyborg con un aspecto tan humano, que podía pasar desapercibida en cualquier evento social donde se encontrase por aparentar ser una mujer cualquiera. Aunque eso sí, una de extraordinaria belleza.

La androide permanecía con los ojos cerrados mientras que el médico intentaba reanimarla, para ello lo primero era separar unas agujas que conectaban con el soporte vital de Bintel y, una vez liberada, la fémina comenzaría a realizar respuestas tales como elevar el pecho para respirar o un sutil movimiento de los párpados.

No pasó mucho tiempo para que Tessa fijara sus espectaculares iris verdes en los ojos del escocés, y quedara en silencio observándole. Unos minutos mudos que conectaron a ambos en un reconocimiento mutuo.

- Duncan, eres tú... - Expresó la joven mostrando una bonita y amplia sonrisa, la de una princesa recién rescatada por su príncipe azul - Me han ordenado no salir de esta habitación - Indicó ella, quizás como excusa de porqué no había ido a rescatarles - Hay una niña pequeña... Es como ellos pero es como nosotros... - Se fijó a continuación que allí estaba la cría. Suspiró aliviada, como si la idea de que pudiera haber sido dañada le preocupase.

- Necesito que me quitéis el collar. Es realmente incómodo y me ordenaron no manipularlo - Y ahí radicaba el libre albedrío de la rubia mujer. Ella misma no podía hacer lo que el asteriano le indicó, pero sí proponer que unos terceros efectuaran dicha labor, puesto que eliminar aquel dispositivo electrónico del cuello no dañaba a nadie, tan solo mejoraba sus funciones.

El collar inhibidor era un artilugio de alta tecnología. Un elemento que evitaba bajo cualquier concepto que un esclavo pudiese actuar de manera propia. La idea de cotar la piel del objeto quedaba descartada, puesto que tenía la superficie un curioso brillo metálico y contaba con un cierre electrónico que hasta la fecha, ninguno de los presentes había llegado a ver. Era un mecanismo complejo y que si se manipulaba, quizás pudiera provocar algún tipo de daño en la robótica fémina.

Notas de juego

Para quitar el collar: Tirada de tecnología dificultad 25

Es elevada la tirada, quizás sea conveniente pensar otras vías para quitarle a Bintel aquel regalo que le han hecho. Aunque ahí lo dejo, por si queréis asumir el riesgo. Fallar tiene consecuencias aún sin que sea pifia.

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19/04/2022, 17:08
Diana Makri

Mes 5. Casiopea

Desconfianza. Que tras dos días de libertino cautiverio no les hubieran obligado a hacer nada particularmente desagradable o humillante, denotaba que algo estaba forjándose y, si no les fallaba la intuición, debían sentirse preocupadas por ello. Diana inicialmente se había mostrado cauta, sumisa incluso, pero tras pasear por las dependencias de Casiopea, determinó que debían encontrar una manera de salir de allí, escapar y no permitir convertirse en las esclavas de nadie

- Quizás este lugar sea el ideal de muchas mujeres, pero no es para mí. Si debo obedecer a Reginald lo haré hasta que encuentre mi oportunidad - Comentó Makri en un determinado momento - Mi madre siempre decía que era un culo de mal asiento. De hecho me hice piloto no sólo porque adoro las alturas, también porque volar me da sensación de libertad y me encanta viajar... Estar aquí es agobiante... Yo no quiero acabar siendo una "esclava" de este tipo... - Aunque no podía negar la evidencia, bien alimentadas estaban y por el momento, en pocas penurias habían participado.

Estas paradas y ociosas era preocupante. ¿A qué esperaba Lord para mover ficha con ellas? Quizás tuviera otras cosas que hacer, como comprar más esclavos o efectuar su cambio de identidad, podía ser incluso que tuviese pendiente volver a llamar a todos sus contactos para tenerles advertidos o quizás, que no supiera qué hacer con ellas. Aquel tipo era un enigma para ambas mujeres.

- ¿De verdad te has puesto a pensar como él? ¿Y no te has dado asco a ti misma? - Diana no pudo evitar el comentario sarcástico, y es que Lord le daba mucha aprensión - En serio, yo he estado reflexionando y llego a tu misma conclusión, creo que no quiere deshacerse de Lomber porque no puede dejarle libre y porque necesita un mecánico como él. Y entre tú y yo, a veces pienso que tiene más interés en ti que en mí, el hecho de que yo no sea de la Space Force puede provocar que no tenga tanto interés en retenerme o como ya has dicho, que sea el divertimento de sus soldados... - Comentó la joven asintiendo con seriedad, mordiéndose el labio cuando Banerjee mencionó al guardia con el que había estado alternando - Si a él lo hubiera conocido en otras circunstancias... - Comentó algo incómoda, y es que al fin y al cabo, había sido obligada a ceder su cuerpo.

La idea de que Daya y Lomber estuvieran más retenidos en aquel lugar que la propia Makri tenía sentido, puesto que Lord no podía arriesgarse a tener la Space Force detrás siguiéndole la pista. Además, ambas contemplaban las mismas posibilidades, Reginald era un hombre cruel que cualquier cosa depravada que cualquiera pudiese imaginar, era posible en sus manos.

- No tengas prisa en saber lo que ese tipo te tiene reservado. Esperemos que nunca lo averigües porque hayamos escapado antes - Indicó la muchacha con determinación, como si cada vez tuviera más claro de que su opción era buscar una posible salida - Y si nadie puede venir a por nosotras porque no sabemos donde estamos, tendremos que buscar la manera de hacernos encontrar. Mandar un mensaje...

Daya comenzó a idear una posible vía de escape, haciendo que su compañera le prestase la máxima atención posible - Salir en una nave sería lo ideal. Sobre todo si es pequeña, manipulable y ligera. Haría hasta cabriolas en salto atmosférico... - Comentó casi de broma, una irresponsabilidad como piloto en caso de que ese hecho llegase a producirse en algún momento.

Pensaron entonces en Lomber. El hombre había desaparecido de la vida de las dos mujeres, no volviendo al edificio principal - Quizás deberíamos ir a buscarle - Sugirió la joven Makri - Un hangar es un sitio difícil de esconder. Y si yo fuera Lord, tener las naves cerca de las prisioneras sería lo último que hiciese. No, no le veo como un tipo tan simple... Y sí, lo único que tengo claro es que estamos en Coltanium... - Corroboró la joven, completamente de acuerdo con su recién adquirida compañera.

- En todos los planetas habitados existe cuartel de la Space Force. No hay excepción. Si pudiéramos llegar al de aquí, estaríamos a salvo. Pero el problema es llegar allí. Lo suyo sería traspasar las vallas incluso sin información sobre lo que haya al otro lado. Yo creo que merece la pena arriesgarse. Lo peor va a ser que los guardias nos permitan cruzar ese maldito muro... - Indicó la joven preocupada, escuchando el plan de Banerjee - ¿Congeniar con la gente de la casa? Bueno, yo ya he estado conociendo a quienes llevan las cocinas y la higiene de los espacios comunes... - Indicó Diana, un acto que le salió natural, pues era alguien bastante sociable - Lo que no sé es si estarán conformes en decirnos cómo deberíamos salir de aquí...

La posibilidad de que Diana estuviera sentimentalmente unida al guardia de Reginald parecía no ser algo muy complicado de conseguir, puesto que Makri, aunque no quisiera confirmarlo abiertamente, había disfrutado al lado de aquel tipo, lo único que le echaba para atrás de él, era el contexto que le envolvía y le causaba cierto malestar.

- Intentaré estar más tiempo con él, podría ser un buen contacto para buscar la manera de salir de aquí o de obtener información - Asintió conforme, aceptando consensuar con ella el plan de escape - ¿Interior o exterior de la casa? Bueno, tienes razón de que ya he tanteado a varias personas que trabajan por aquí sobre todo al personal de cocina y limpieza. Ese camino ya lo tengo hecho por lo que es mucho mejor que tú te encargues del exterior si crees que puedes con ello... - Comentó mirando a Daya, quizás intentando averiguar si se sentía segura con su misión.

Y así sería cómo ambas jóvenes se separarían, una vigilando los exteriores de la valla, la otra perdida en el interior de la vivienda, pero las dos con un objetivo común, deseaban adquirir de nuevo la libertad que les había sido arrebatada.

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20/04/2022, 16:50
Ambientación

Mes 5. Casiopea

El muro que rodeaba la mansión era bastante alto, y la dificultad de saltarlo se vería incrementada por la presencia constante de los guardias, los cuáles se movían de manera continuada y con apariencia de estar atentos al más mínimo movimiento.

La finca había resultado ser un cuadrado perfecto. Cada lado tenía dos guardias como custodios y en la puerta de acceso, tres centinelas más, habiendo un total de once almas armadas impidiendo la entrada y salida de la finca.

Cuando Daya se aventuró a contarlos, tuvo muy claro el número de enemigos contra los que iba a jugar, sorprendiéndole que solamente hubiera una puerta en el muro, un único acceso, quizás porque así todo se controlaba mucho mejor.

La guarnición seguía a la joven con la mirada mientras ésta se iba moviendo, como si intuyeran el interés de Banerjee por recorrer el lugar. No había techados cercanos a las paredes exteriores, ni árboles donde poder subirse para escapar, quizás no fuera mala idea arrastrar algún objeto con el que poder izarse si llevaban el plan a término.

Dos vehículos estaban posicionados al lado de la casa, aparcados y sin custodia cercana, aunque seguramente los centinelas echaran un vistazo sobre ellos cada cierto tiempo, no siendo su principal objetivo a resguardar.

En la puerta de acceso había tres personas vigilando y uno de los varones destacaba por la seguridad que tenía en sí mismo, posiblemente sería el líder de la agrupación, pues daba indicaciones a los demás y nadie parecía rechistarle. Quizás si la piloto deseaba intentar hablar con uno de los posibles jefes, aquel fuera su objetivo, a no ser que prefiriera hacerlo con alguno de los centinelas más jóvenes.

 

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20/04/2022, 17:16
Sue McHillgraw

SF121 Airways Commander. Gimnasio

A Sue le llamó la atención la actitud de Einar, parecía un viejo metido en el cuerpo de alguien bastante más joven, lo que denotaba el escaso ánimo que portaba. Se le quedó mirando mientras se incorporaba, y no dudó en mostrar lo preocupada que comenzaba a sentirse por él.

- Oh querido, todos somos perfectos si sabemos mirar más allá de las gilipolleces que cada uno se autoimpone - Dijo la pelirroja con su habitual buen carácter - Pero es cierto que debo bajar de peso, desde que tuve el "accidente" con los skulls me he movido poco y siento que mis rodillas se resienten... Ya no puedo chuparla como antes, ya sabes, por la postura... - Dijo rompiendo a reír, soltando una de sus clásicas burradas. Era un dulce de mujer cuando no pecaba de ser excesivamente picante. Debía ser divertido pensar en presentarla a unos padres como novia formal.

El piloto alagó el cuerpo de la pelirroja, la cual tenía unos prominentes pechos y un trasero que simplemente invitaba a ser observado - Eyyyyy gracias... - Le dijo ella con un brillo de alegría en la mirada - Si quieres tocar, no tengo problemas de que compruebes por ti mismo que todo está en su sitio, más hinchado de lo habitual eso sí, pero sigo teniendo la habilidad para inflar otras partes del cuerpo masculino - Descarada. Nunca desaprovechaba una oportunidad para serlo, como si el ambiente donde se hubiera criado fuera excesivamente masculino.

Las bromas quedaron de lado cuando Einar informó a Sue sobre la señal de socorro de Grey. La pelirroja sabía permanecer seria cuando realmente hacía falta y podía leerse, a la perfección, la preocupación que sentía por sus compañeros.

- Bien, han sido capturados y nosotros iremos a liberarlos... - Afirmó con rotundidad - No pudiste sacarlos entonces porque estabas prácticamente solo. Pero ahora estás rodeado de todo un escuadrón. Somos tus compañeros y amigos, hermanos de armas. ¿Qué nos va a impedir recuperar a los nuestros? ¿Un grupito de extraterrestres?... Me van a chipar la pipa del coño... - Nítida a la hora de expresarse - ¿Qué es eso que llevas en el cuello? - Le preguntó cuando vio que el piloto se aferraba a las placas con el nombre de Yum.

Y fue cuando entonces lo supo. El rostro de Sue fue la imagen del dolor y de la tristeza. Ella, una joven siempre alegre y jovial, demostró con sus ojos abiertos y su boca marcando la incredulidad, de que desconocía que Ziam había abandonado ese mundo. Tragó saliva antes de afirmar con la cabeza que sí quería hacerle el favor a Andersen.

- Lo... Lo siento.. No... Tenía ni idea... - Fueron sus primeras palabras, tomando las manos de Einar, apretándolas con afecto y escuchando que la misión en donde había acontecido aquella desgracia, estaban Becky, Jim y Vera - ¿Cómo fue? ¿Qué sucedió?...

Sue escuchó la historia de Yum Ziam, una vida de esclavitud ligada al trabajo. Una existencia donde fue forzada, y como fruto de aquella relación no consentida tuvo una hija. McHillgraw apretó la mandíbula, tenía los ojos brillantes, quizás por las lágrimas que presionaban su alma, queriendo ser liberadas. La pelirroja estaba dolida y enfadada, no entendía cómo alguien podía imponerse sobre otra persona de aquella manera, quitando la libertad de elección, aquella que a ella tanto le gustaba gozar.

- Tiene una hija y está por el mundo esclavizada... - Repitió Sue completamente desolada - Pobrecita Yum, es la historia más triste que he escuchado jamás, y lo peor es que no volverá a ver nunca a su niña... - Ciertamente era una idea que dolía de sólo pensarlo 

Sue McHillgraw escuchó la pregunta de Andersen y asintió con la cabeza sin dudar - Claro que voy a ayudarte, Einar. Por ti, ya que la querías y por ella, pues era una muy buena compañera, trabajadora y capaz. Una luchadora. Su historia no va a morir con nosotros. Hagamos algo. Yo tengo varios hermanos en Ignis, les contaré esto. Si nos pasara algo a los dos, ellos informarán a la Space Force y haremos que siempre haya alguien que conozca la historia de Yum Ziam - Acarició la mejilla de su compañero - Cuando acabemos esta misión de rescate nos sentaremos a hablar con el resto del escuadrón y les contaremos la historia, les haremos partícipes de esto. Buscaremos a esa niña y nos aseguraremos de que tenga un buen porvenir. No voy a dejarte tirado en esto. Ninguno de nuestros amigos lo hará, estoy segura... - Indicó la muchacha antes de soltar las manos del hombre para rozar con suavidad la entrepierna del hombre.

- Necesitas relajarte, estás muy afectado. Déjame que te quite el malestar y la ansiedad. Ya sabes que es sin compromiso... Tú sólo déjate hacer y disfruta.... - Y dicho esto se acercó para besar sus labios. Lo hizo despacio, como queriendo saber si realmente él deseaba su contacto o, por el contrario, prefería rehuirlo. En cualquier caso Sue prometía elevar su ánimo, y quizás otra parte de su anatomía masculina.

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21/04/2022, 22:16
Einar Andersen

SF121 Airways Commander. Gimnasio

Vaciar su atormentada alma sobre Sue fue fruto de la casualidad del momento. Las emociones de Einar estaban cercanas al desborde y únicamente necesitaron encontrarse una cara amiga para decidir romper el dique de pura fachada que las contenía.

Y en verdad había sido una suerte que fuese McHillgraw la que fue a darse de bruces con aquel torrente emocional convertido en una petición abstacta pero no por ello carente de importancia; su actitud descarada y alegre junto con la buena disposición que mostró de forma inmediata resultaron ser el necesario bálsamo que necesitaba el muchacho en aquel momento.

Su expresión se relajó y dulcificó notablemente ante la propuesta de colaboración de la pelirroja. Notó como una pesada carga abandonaba sus hombros, reflejándose en un amago de pequeña y triste sonrisa. Triste, pero sonrisa al fin y al cabo.

-Te lo agradezco de veras,Sue-dijo acariciándole con suavidad la nuca para hacer chocar sus frentes. Sabía que Sue era una persona sin distancia. El contacto era su manera de expresarse y sentía que lo justo era rechazar el código de conducta usual para adoptar uno mucho más visceral y sin cortafuegos.

-Te haré llegar los archivos hoy mismo, junto con una copia de mis últimas voluntades- Y siendo consciente de como podía sonar aquello, no tardó en mostrar las  palmas y negar con la cabeza

-Por puro pragmatismo, tranquila. es solo que no quiero cabos sueltos por si ocurre cualquier cosa. He dejado escrita mi voluntado de acerme cargo de su hija con efecto inmediato, por lo que si me ocurre lo peor y pese a ello lograseis rescatarla, mi madre se vería obligada a acojerla en GunPe y darle un hogar. No es la mujer más emocional del mundo, pero es buena y justa. Y atiende a las leyes, por lo que no se opondrá-Su rostro dibujó una mueca con media sonrisa, dándose cuenta de que aquella descripción no se alejaba tanto de la suya propia. De tal palo...

A decir verdad hacía tiempo que llevaba urdiendo un plan detallado sobre como abordar lo de la hija de Yum. había estado analizando y destilando su red de contactos, localizando favores pendientes y entrelazándolos de manera astuta para sacarles el máximo partido en forma de recursos a la hora de lograr su meta. Quizá de una forma algo egoista y fuera de lugar, era plénamente consciente, pero era un peaje que estaba dispuesto a pagar por el fin que perseguía.

Y en esa pequeña cruzada suya, añadir a la familia Thompson, de enorme poder militar y a la familia Latrem a traves de Duncan, de las más poderosas de la humanidad en el ámbito civil eran dos inestimables bazas que conferían de incluso más importancia a la misión de rescate en Natgrew aunque a decir verdad Einar ya lo hubiese dado todo de si pese a que "únicamente" se tratase de rescatar a sus camaradas.

Y con esos pensamientos en mente, la pícara mano de la pelirroja lo arrancó de sus cabilaciones de golpe al rozar intencionadamente su entrepierna, la cual reaccionó como cabría esperar en el cuerpo de cualquier varón de 25 años ante aquella tesitura. Aparentemente pese a tener la mente atormentada y el alma rota, su cuerpo actuaba por su cuenta de la forma más instintiva y habitual ante semejante estímulo.

Y allí estaba aquella despampanante pelirroja de curvas más que peligrosas ofreciéndole el cielo carnal por un rato, para que olvidase todas su penas mundanas. Aquel cambio inesperado de ambiente y en parte surrealista con Sue dispuesta a descargarlo de tensiones y de algo más le provocó una inesperada y pequeña carcajada que ni pudo ni quiso contener.

-Por el amor de Dios, Sue...-dijo con una  sonrisa auténtica dibujada en la boca a la vez que le acariciaba la mejilla con la mano derecha y negaba lijeramente con la cabeza.

Respondió a la completa predisposición de la muchacha con un suave beso superficial en los labios en el que, en honor a la verdad, le costó una buena dosis de fuerza de voluntad el no dejarse llevar por su instinto más animal y limitarse dejar que sus lenguas empezasen a pelear entre si como preludio de lo que habría venido despues. Probablemente aquella fuese la manera de Sue de  lidiar con aquello

-No sabes cuanto me has ayudado; Mucho más de lo que podría parecer, de veras. Tardará en curarse y dudo que jamás lo haga del todo, pero poder compartirlo con alguien ha sido realmente sanador-afirmó sin atisbo de falsedad.

-Además y pese a las apariencias dudo yo que mi cuerpo esté ahorma mismo en disposición de darte lo que realmente mereces... ¿Que pretendes,  que mi fama de "estirado" se me pierda por donde más duele?-bromeó demostrando ser perfectamente capaz de salir de la fachada de militar serio e intransigente -Creo que tengo derecho a poder rendir como es debido y causar una buena primera impresión, ¿no?-Acunó nuevamente su mejilla buscando darle el contacto físico que creía que podía necesitar ella, más allá del consabido y obvio  contacto sexual.

-Salgamos de esta de una pieza y yo pondré el lugar, mínimo cuatro estrellas como merece ese monumento que llevas puesto.Y nos desquitamos de todo esto, sin compromiso, claro. Pero te recomiendo que te andes con ojo, porque estoy dispuesto a hacer valer con creces lo de "zampabollos"-Propuso con media sonrisa, contagiado ya por completo de la actitud juguetona y desenfadada de la pelirroja y olvidando por un momento su tragedia personal.

 

 

 

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22/04/2022, 00:38
Duncan "Duke" McCarthy

La niña era un prodigio, una pequeña hechicera que era capaz de hacer maravillas solo con la fuerza de su cerebro, y por lo que parecía subyacer tras el comentario de Astor no era la más fuerte, ni siquiera la única. Duncan miró a la pequeña y se preguntó de que sería capaz. ¿Sería capaz de matarlos con el pensamiento? ¿Sería capaz de hipnotizarlo para que hiciera algo que no quería hacer?. Era un arma, un arma formidable, y se había limitado solo en bloquearle un dedo. ¿Que hubiera pasado si hubiera decidido pararle el corazón? Estaría muerto, estaría muy muerto. Miró a Astor y le dijo

- Nadie saldrá herido, no en presencia de la niña.... y no si podemos evitarlo. Para ello a todos nos conviene que no cometas ninguna tontería.....

No lo dijo de forma especialmente amenazadora, pero el mensaje estaba allí, si se la intentaba jugar más le valía hacerlo bien o no lo contaría, ni la presencia de la niña le salvaría la vida.

Se acercó a la pequeña mientras William le preguntaba quien era. Se arrodilló junto a ella y permaneció tranquilo mientras la niña estiraba la manita. No sabía si sería capaz de controlar su pensamiento, reventarle la cabeza o que, pero si lo hubiera querido hacer lo habría hecho y ya estaría muerto. Sonrió paciente a que la niña tocara la frente y en cuanto se la tocó el alargó la mano y le tocó la naricilla con una sonrisa para decirle

- Nyria. Nyria es un nombre bonito.... Duke - Dijo tocándose el pecho y se levantó para escuchar las respuestas de Astor. Nyria estaba allí, como prisionera, prisionera por no querer hacer daño a las personas. Era un arma desactivada, un arma que no cumplía su fin y por muy superiores que fueran los asterianos las armas rotas se desechaban. Miró a Astor con evidente fastidio cuando dijo que los humanos eran monstruos destructores. Bufó desdeñoso para encararle y ponerle un dedo en el pecho

- Los humanos destruyen, la historia... ¿Que coño dices? Nosotros no metemos en cárceles a nuestros niños, no los convertimos en armas y los protegemos de las guerras.... ¿Como podéis ser tan arrogantes en vuestra superioridad si sois capaces de explotar niños?. Destruir.... si fuéramos tan malos como dices le habríamos disparado - miró a la niña con lástima - ¿Forzarla? ¿Forzarla para volverla agresiva?. - Sonrió en dirección a la niña. Sentía el incontenible deseo de revolverle el pelo y acariciarla, hacerle cosquillas, pero sonrió y simplemente le dijo

- Bien hecho, pequeña, bien hecho. - Vio el movimiento de Astor al meterse las manos en los pantalones y su rostro se tensó.

- Saca las manos despacio... sería una pena que ahora que nos llevamos bien se estropeara nuestra amistad. - Hizo un gesto en dirección a la niña. No quería disparar, pero no dudaría en hacerlo si le daba excusas.

Nyria quería ir con ellos, y parecía estar preocupada por Tessa. A Duncan se le partía el corazón, quería llevársela, pero estaba mal, aquello no serían unas vacaciones, sería para siempre, y siempre podía pasar lo que decía Astor, que experimentaran con ella. La vio sentarse en la cama, triste, derrotada, y quería atenderla, pero primero tenía que prestar su auxilio a Tessa.

Empezó a manipular su cápsula con la esperanza de abrirla. No tenía mucha idea de la tecnología pero se asemejaba a una cámara hiperbárica, y era muy sencilla de usar, así que tras unas manipulaciones consiguió sacarla. Estaba cubierta de cables, más muerta que viva, así que Duncan empezó a hacer pruebas para determinar su estado. Empezó a quitarle las agujas que tenía conectadas, los electrodos que la monitorizaban y suspiró visiblemente aliviado cuando su pecho empezó a elevarse rítmicamente. Levantó sus dos párpados y pudo ver que sus pupilas reaccionaban, aunque no sabía si serían un componente mecánico o simplemente biológico. La mujer abrió los ojos por si misma y se quedó mirándole. Se quedó en silencio, así que para asegurarse de que sus funciones neuronales no estaban afectadas le preguntó

- Tessa, ¿Sabes quien soy? - sonrió al ver que le reconocía. Aquella sonrisa era peligrosa, por aquella sonrisa los hombres podían hacer tonterías, era una sonrisa de sirena intentando atraer a un marinero a su triste final. Sonrió socarrón antes de decirle - Ey, Bintel, estoy contento de que estés bien, pero contén esas feromonas, que uno no es de piedra. -Le revolvió el pelo y se encogió de hombros - No puedes hacer daño a nadie, es cosa de tu programación... no te preocupes por la niña, está bien....¿Puedes levantarte? te echaré un vistazo a ese collar

El collar parecía complicado, muy complicado, más que cualquier cosa que hubiera visto. Si fuera una operación intracraneal se tiraría de cabeza, pero aquello era demasiado, y en caso de hacer algo haría más mal que bien. Negó con la cabeza y miró a William

- Tal vez te pueda ayudar William pero no me atrevo a hacerlo. Es posible que con esto nos puedan rastrear pero es demasiado complicado, y creo que si te lo intentamos quitar puede ser peor. ¿Puedes hacer algo Thompson?, tengo que atender algo.

Se acercó a la cama de la niña se sentó a su lado y le dijo

- Nyria, no sé si me entiendes del todo pero te lo trataré de explicar. Nosotros nos vamos a ir muy lejos, para siempre, y si vinieras con nosotros no verías más ni a papá ni a mamá, ni a los amigos, nada, además, hay hombres malos que te podrían hacer daño . Nuestras niñas no saben hacer lo mismo que tú, no tienen ni idea, y las personas malas querrían usar tus poderes para hacer daño... No es que no queramos ayudarte, es que podría ser peor... Yo, mis padres murieron, me quedé solo, y durante mucho tiempo estuve triste. ¿A ti te gustaría sentirte así? Porque tus papás seguro que se sentirán así si no te vuelven a ver.....- Apoyó su cabeza sobre la de la niña antes de decirle - Necesitamos tu ayuda. ¿Puedes desactivar con tus poderes el collar de Tessa? Es malo, quiere hacerle daño...y Tessa es buena....y....-abrió los ojos, miró a Dunne y dijo - Dunne, y sí.... Tessa podría cuidar de ella, esconderla, alejarla de la guerra... Si hay alguien humano aquí es ella, y parece que se preocupa por Nyria. La podría esconder en un sitio donde nadie la encontrara.... No tiene porque quedarse aquí..... ¿Eso te gustaría Nyria?.

 

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22/04/2022, 18:18
Daya Banerjee

Mes 5. Casiopea

 

-No puedo imaginar que nadie quiera ser esclava, sea del tipo que sea-pero, pensativa, matizó-aunque no descarto que estar en un sitio así-señaló con un leve gesto a su alrededor-a alguien pueda serle suficiente pagando el precio personal que cuesta. Yo soy de mente más activa, no puedo estar simplemente esperando a que alguien me reclame para... para lo que sea. No entiendo vivir entre cuatro paredes sin ninguna aspiración, ocupación ni posibilidad.

-Sí, lo hice. Y no, no me he dado asco a mi misma. Me resultó tan enormemente complicado que me agotó mentalmente y no me dio para más. De hecho, si te soy sincera, creo que no me acerqué ni por asomo a lo que puede pasar realmente por su cabeza-pero el siguiente comentario de Makri la dejó en silencio, sorprendida, mirándola fíjamente-¿Interés en mi?. No, no me has entendido. Tu eres una chica guapa, con buen cuerpo y buena disposición a cumplir sus normas, no eres problemática y, encima, posiblemente le has gustado a alguien de su equipo al que puede tener contento si le da lo que quiere. Tú eres útil-la señaló con cariño-Pero yo soy un problema bastante considerable. Si me cede a alguien, pierde el control sobre mi, no sabrá que ha pasado conmigo, si me he escapado o he hablado con alguien que haga que vayan a por él. Tenerme aquí es igual o más peligroso. Si alguien me descubre aquí, a ver cómo explica que está reteniendo a alguien que, de una forma u otra, pertenece a la Space Force. Solo soy una recluta, pero le complico la vida lo suficiente. 

Miró al exterior a través de la ventana, pensativa-He pensado también en esto Diana, tanto o más que sobre Lomber o tú... y sé cual es la mejor opción para Reginald, la más segura, y lo que yo haría si me pongo en su pellejo-guardó silencio. No quería haberlo comentado en voz alta, pero Diana se merecía saber lo que ella pensaba que sucedería-Solo veo dos opciones para mi. Mandarme a un sitio del que él sepa cien por cien seguro que nunca tendré posibilidad de escapar...o hacer que desaparezca como hizo con Eylo. No hay más. Es cuestión de tiempo que él llegue a esa conclusión-había pesar en su voz, quizás por el sentimiento de pérdida que le invadía cuando pensaba en su compañero, pero también seguridad por sus conclusiones-por eso tenemos que salir que aquí. 

La miró con curiosidad cuando casi suspiró por aquel guardia que la había reclamado-¿Crees que le gustas de verdad?. Aparte de hacerlo, ¿hablasteis?, ¿fue cariñoso contigo?. Diana, ¿has pensado que quizás no somos las únicas que estamos aquí aguantando el tipo y doblegándonos a hacer lo que no queremos?. Puede que esté equivocada pero, de verdad, ¿pueden ser todos tan desalmados?, ¿pueden ser todos como Reginald?. Quiero creer que no... aunque ya me queda muy poca esperanza, la verdad. Estoy a un pelo de perder la confianza en cualquier persona del género masculino, pero soy terca en ciertas cosas-sonrió tristemente y esperó que Diana no le preguntara por sus relaciones. No habían hablado aún de aquel tema y no le apetecía aún comentarle nada a la muchacha de Frank, aunque sabía que si preguntaba no podría no hablarle de él-Tengo unos buenos referentes familiares-su sonrisa se ensanchó con cariño, recordando a su familia, el faro que no perdía de vista desde que aquella pesadilla había empezado.

-¿Cabriolas en pleno salto?-le tiró un cojín a la cabeza, riendo-No me seas loca, Diana Makri. Hay que salir directas y con pulso firme y dejar la cabriola para cuando estemos a salvo. ¿Buscar los hangares?-negó con la cabeza-No nos van a dejar salir de aquí con un simple "quiero hacerle una visita a Lomber"... -Había acertado, Diana ya había tratado con gente de la casa en los dos días escasos que llevaban allí. Quizás si ella no se hubiera rendido al sueño hubiera tenido también la posibilidad, pero el peso sobre su mente era tan grande que el cuerpo se había rendido al descanso- Quizás no te van a decir cómo salir, pero sí donde están esos hangares, donde estamos exactamente, qué tenemos fuera de estos muros o si saben cuando volverá Reginald. Estoy segura de que ellos lo deberán saber con antelación para preparar su comida, su habitación, esas cosas. Y estoy segura de que a ti se te ocurrirán mil preguntas más que a mi. Tranquila, puedo con el exterior-le dijo segura, aunque interiormente dudaba-Al fin y al cabo, quizás Reginald me diera armas que no sabía que tenía hasta hace poco...

Miró a su compañera con cierta intranquilidad-Pequeña, no tienes porque hacerlo si no quieres y mientras no te obliguen o te sientas obligada. Ese hombre, ¿está aquí?. Pensé que estaría con Reginald o se habría quedado en la nave. En el fondo y aparte de la situación que no es la más perfecta, te atrae de verdad, ¿no?-suspiró profundamente-Cuídate y piensa en ti sobre todo, no te apresures y ve con cautela, este no es el mejor escenario para dejarse llevar por los sentimientos. Voy fuera, luego nos vemos.

Salió al exterior, donde tuvo que esperar a que sus ojos se acostumbraran a la luz brillante del sol de aquel planeta antes de decidirse a caminar alrededor de la propiedad. No tardó en darse cuenta de que era complicada la salida de aquel recinto debido a lo simple de la estructura. Unos muros altos y sin nada que les ayudara a rebasarlos con facilidad. Una pareja de guardias en cada lado y tres más en la única puerta. 

Once y armados... Imposible despistarlos, no hay nada que nos cubra... ¿una distracción quizás? volvió su mirada hacia la casa. Las habitaciones estaban llenas de material fácilmente inflamable. Cojines, mantas, alfombras y cortinas arderían fácilmente. Su mirada se fijó en los dos coches y después en la puerta. Podrían intentar lanzarlo contra las puertas y esperar a que cedieran por el impacto, o usarlos para saltar la valla pero, ¿qué había al otro lado?. Si es desierto como en la propiedad de Lord de la que venimos saltar no nos llevará a ningún lado, quedaríamos totalmente expuestas y solo será cuestión de tiempo que nos alcancen. Si es una ciudad o hay algún núcleo poblado cerca podríamos tener una opción, aunque con esta ropa quizás sea un suicidio si no es buena gente con la que nos topamos. Si los hangares están cerca, tendríamos que tener claro hacia donde correr para no perder tiempo...No tardarían en darse cuenta de que faltamos y quizás tuviéramos el tiempo justo de llegar a una nave y encender motores antes de que llegaran tras nosotras.

Caminando sin prisa se dio cuenta de que, tácticamente, tener una sola puerta podía ser perfecto para mantener bien vigilada la propiedad y evitar que nadie entrara ni saliera sin permiso pero, curiosamente, convertía aquello en una perfecta ratonera. ¿No tenía miedo Reginald de eso o es que había otra salida en algún lugar de la casa?. El era muy cuidadoso, no dejaba nada al azar. La existencia de una salida oculta no era descabellada. Debería comentárselo a Diana para que prestara atención a posibles salidas desde la misma casa al exterior aunque eso no tendría lógica que estuviera en el ala del servicio y sí que estuviera en las estancias personales de Reginald. Además, ¿por donde entraban las provisiones?, por aquella puerta que tenía delante lo dudaba, lo lógico era tener una puerta de servicio para alguien tan importante como debía ser Lord Success en aquel sitio.

Sentía los ojos de los guardias sobre ella, siguiendo sus pasos, desde que había salido al exterior. ¿Tendrían orden de disparar de verdad si intentaba acercase y saltar la valla?. Tenía pocas esperanzas de que no fuera así, más en su caso por las razones que le había dado a Diana. Por eso había querido salir ella, Diana tenía más posibilidades de pasar desapercibida y mantenerse con vida a sus ojos, no iba a exponerla sin necesidad.

Caminó lentamente, acercándose a la puerta y, por consiguiente, a los guardias que la custodiaban. Necesitaba ver cómo era esa puerta, el sistema de cierre y si era posible que el coche lanzado contra ella la abriera de cuajo. Teniendo en cuenta como era considerada allí, acercarse a aquellos hombres e interpelarles iba a ser, cuanto menos, peligroso para ella y su integridad quizás, pero cogió aire y siguió andando, aproximándose al grupo principal, con la duda en el cuerpo, nerviosa por cómo pudieran reaccionar los hombres a su presencia. Cada paso que daba hacia ellos le hacia percibir más fina y corta la túnica que vestía frente al uniforme completo que ellos estaban usando, su número y sus armas. Ellos debían saber que debajo de la túnica no había nada, ella no era la primera ni sería la última a la que guardaran allí dentro. Pero debía acercarse. Mientras que lo hacía pensaba cómo empezar la conversación y, si eso ya era difícil de por sí, más aún cuando veía como la miraban al acercarse.

Se detuvo a una distancia normal, igual que ella se hubiera detenido al intentar dirigir la palabra a un grupo de personas desconocido, un poco más apartada que hubiera hecho con alguien de confianza. No pudo evitar cruzarse de brazos, un dulce y tímido intento de autoprotección-Buenas tardes...-saludó a todos pero, en especial, al que parecía ser el jefe, intentando que la voz surgiera de forma normal y no dejara traslucir sus nervios. Dejó que la miraran un tiempo respetable en el que sintió como le sudaban las manos-Solo quería... preguntar si saben si esta noche volverá nuestro compañero. Ayer se lo llevaron a revisar las naves de Lord Success y aún no ha vuelto, queremos saber si hoy podríamos esperarlo para la cena. Nadie en la casa nos lo ha sabido decir.

Menuda estupidez.... espero que no se les ocurra a nadie comprobar si hemos preguntado o no al personal de la casa... se reconoció a sí misma pero, bastante era que había conseguido modular la voz con soltura y no le había temblado demasiado aunque la incomodidad física que sentía al estar casi desnuda delante de ellos no se podía mitigar con nada. Se notaba tensa como un arco.

-Y... bueno... hablar un poco con alguien diferente a mi compañera...

Se fijó discretamente en la puerta mientras tanto. ¿Había algún tipo de cerradura?, ¿con llave o algún dispositivo electrónico?. Fuera lo que fuera, debía ser aquel tipo que parecía el jefe quien tuviera la posibilidad de abrirla de una forma u otra. Así que se centró más en mirarlo a él, ignorando casi al resto de los que estaban allí.

Si decidiéramos probar a escapar, necesitaríamos un arma para asegurarnos cierta ventaja. Lástima que no sepa golpear decentemente para dejar a uno de estos fuera de combate llegado el momento. ¿Qué hay contundente dentro de la habitación del té?. ¿La pata de una mesa?. Si me hubiera dedicado a formarme en combate quizás hubiera tenido alguna posibilidad contra cualquiera de estos, pero eso es imposible, y Diana tampoco es que sea un Lee Joe o un Malbone en potencia. Ni tan siquiera Lomber si tuviera otra personalidad se podría enfrentar con uno de estos tipos con posibilidades de salir victorioso. Y uno de esos uniformes tampoco estaría mal, ni un par de botas de esas... ¡Por todo el Universo!. Estoy casi desnuda a la vista de once hombres que saben mi situación aquí y... mi potencial ocupación gracias al malnacido de Reginald.

Se esforzó en no pensar en aquello, porque su preocupación se disparaba exponencialmente, y centrarse en lo que había venido a hacer. Mientras los observaba discretamente intentó fijarse en las armas que llevaban. Se detuvo en una en concreto, en la que llevaba uno de los dos que acompañaban al que parecía tener la voz cantante. Hizo un gesto con la cabeza hacia ella y la señaló.

-Nos dijeron que dispararían si nos acercamos al muro-levantó su cabeza y miró al muro lentamente antes de devolver la mirada al jefecillo aquel-Quizás tampoco deba estar aquí... no nos dijeron la distancia exacta a la que se nos permitía estar pero entiendo que, si aún no me apuntan, no infrinjo esa norma en este momento... Pero si lo estoy haciendo, me separaré lo necesario, no tengo problema ni quiero crear ninguna situación incómoda. Además, no tiene ningún sentido esa norma... -suspiró, quitándole importancia a aquella situación y lanzando un pequeño anzuelo a ver si alguno de aquellos mirones picaba-... estando en mitad del desierto de este planeta una valla es lo de menos, la arena y la nada ya cumplen bien su papel. 

Y ahora lanzaba su segundo anzuelo, uno muy pobre, demasiado pobre, pero si aquellos tipos sabían su nombre y alguno lo comentaba fuera de aquellas paredes, quizás llegara a oídos de alguien que pudiera hacer algo por ella y, por extensión, por Diana-Por cierto, soy una maleducada. Mi nombre es Daya, Daya Banerjee-se presentó, mirando directamente a los ojos del jefe del grupo y observando en conjunto. ¿Llevaba algún equipo de radio encima?

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22/04/2022, 18:19
William P. Thompson

Estaba claro desde un primer momento, que estando en una prisión asteriana no podían esperar tener el control de la situación aunque se hubieran fugado y estuvieran armados, pero el modo en que aquella niña los desarmaba le superaba en varios aspectos. Duncan por ejemplo estaba muy tenso, sobre todo con Astor. Tenía la impresión de que el médico se sentía frustrado por sus comentarios y quizás superado, algo que bien podía compartir. 

Escuchó con atención las explicaciones que daba Lightnor, dejando que McCarthy hiciera las preguntas a su manera. Estaba demasiado ofuscado para preguntar en ese momento. No concebía como una especie que se autodefinía como más evolucionada fuese capaz de una barbarie así. Había un comentario por parte del asteriano que marcó una mueca de concentración en William, cuando dijo que él mismo no era un ejemplo a seguir, como si también hubiera cometido algún tipo de atrocidad, algo en lo que indagaría más adelante, no parecía ni el momento ni el lugar con los nervios tan a flor de piel como estaban. Contempló la escena en un discreto segundo plano, estaba obnubilado por todo lo que estaba descubriendo, obnubilado, frustrado, impotente, iracundo... sentía tantas cosas que ni si quiera discernía con claridad como se sentía al respecto de todo aquello. 

Reaccionó tarde a uno de los comentarios de Astor, a pesar de sentir cierta simpatía por aquel joven, había un detalle que no pensaba dejarle pasar tras ver lo que estaba ocurriendo - Los humanos destruyen lo que desconocen... Y los asterianos pervierten a los suyos mismos, desde luego no parecéis mejores - Iba elevando ligeramente el tono motivado por la ira que sentía ante lo que le hacían a aquella niña, no era más que una niña, ¡JODER!. Cuando dijo que era un arma le salió un grito de rabia - ¡UN ARMA! - Al menos parecía que se sentía mal por ello, pero no comprendía como tanta gente podía estar en un movimiento así cuando usaban este tipo de "recursos". Se preguntaba si se sentirían igual los humanos del pasado cuando se cometían barbaries durante las guerras, sin embargo era algo a lo que no estaba dispuesto... No podían defender a la humanidad, perdiendo toda humanidad posible, con un par de zancadas rápidas se acercó al preso con un gesto motivado por la rabia que sentía, con las manos a los lados y las palmas hacia arriba hablaba con un tono de voz demasiado alto - ¡Es una niña, no un arma! - Sorprendido por la reacción de McCarthy le dijo algo ante el comentario que le hizo a Astor sobre que sacara las manos - Tranquilo, lo hemos registrado... ha sido una reacción somática, no un intento de hacernos ningún lío... Deberíamos tratar de calmarnos todos - 

Luego la pequeña tratando de comunicarse en el idioma de los humanos, pedía por favor que la dejaran ir con ellos y ahí Thompson ya estaba perdido. No podía dejarla allí, y ninguna de sus razones eran por el hecho de que pudieran usar sus capacidades contra la humanidad. Lo único que veía era una niña, asustada y sola... bajó la cabeza derrotado. Comprobó que Duke también estaba dispuesto a sacarla de allí y puso su mente a trabajar. Miró a la pequeña - Puedes venir - afirmó con un tono de voz quedo. Sabía que podía ser un problema pero no podían dejarla allí. Ahora tocaba preocuparse de la cyborg y se quedó absolutamente sorprendido por lo idéntica que era a los humanos. Era completamente indistinguible de cualquier persona normal. Billy se acercó para comprobar el collar y su rostro se torno en una mueca de disgusto - Me supera, además es una tecnología diferente a la nuestra o al menos a una que yo conozca... - Observó a Astor - ¿Cómo se quita? ¿Se quita en remoto? Quizás desde la sala de control se pueda desconectar o apagar... o si no... ¿Tu sabrías quitarlo? - Aunque Duncan preguntaba a la niña, le parecía que tenían más posibilidades con Lightnor. Parecía más del tipo cerebrito y si no, él no era prisionero, así que podía conocer como quitarlo, aunque fuera con una llave o a distancia o mil opciones más. 

Observaba la situación pensativo acariciándose el mentón. Desde luego que cada vez que parecía que empezaban a solucionar algo, aparecían veinte complicaciones nuevas... Se acercó a la niña y trató de comunicarse con ella, cuando la miraba, la ira parecía desaparecer por compasión... Le resultaba inconcebible que sus padres hubieran aceptado esto, aunque por otro lado, también se lo parecía que nadie se hubiera prestado a formar parte de algo así. - Te sacaremos... Pero hará falta que hagas algo por nosotros para que podamos ponerte a salvo - Hizo un gesto a Astor para que se acercara y le ayudará con la traducción, había pensado en ello y le parecía el mejor modo, observó a Duncan durante un momento al decir la primera frase - Seguro que una cyborg de esas características no puede desaparecer así como así, con ella la acabarían localizando - Volvió a mirar a la niña mientras le decía lo que necesitaba de ella - Te sacaremos, pero nos vienen a buscar hombres del ejercito y es mejor que no sepan lo que eres capaz de hacer. Es genial que puedas hacerlo, pero debemos guardarlo en secreto por ahora... y eso quiere decir que la hormiga no podrá venir con nosotros... ¿Lo entiendes? - Si quería ponerla a salvo, sería lo mejor - Podemos decir que está en Shock por todo lo ocurrido, que sólo confía en nosotros y estamos dispuestos a hacernos cargo para que no vaya a un orfanato - La siguiente frase la pronunció con un deje de rabia bastante marcado - Ni hará falta explicar que es humana, ya que nadie cabal pensaría que podrían hacerle algo así a una niña - Luego venía la parte más sencilla, o al menos así lo veía William - Luego te dejaremos con una amiga nuestra. Es buena, ella si sabrá lo que puedes hacer, pero para estar a salvo, deberás actuar con mucho cuidado... ella te cuidará como si fueras su hermana pequeña - afirmó con una sonrisa cálida, lo había pensado y le parecía la mejor opción... Se incorporó y miró al resto, sobre todo a Dunne y Duncan - Se lo pediré a Narel. Es muy buena, entenderá lo que está en juego y la cuidará lo mejor que sepa. Ella ahora es civil y seguro que trabajando en la logística de alguna gran nave las posibilidades de que localicen o identifiquen a la niña son casi nulas. Se podrá hacer pasar por su hermana... - Se quedó pensando durante un breve momento y soltó una pequeña chanza que trataba de rebajar la tensión, posiblemente más la suya misma - Y supongo que en algún momento percibiremos un sueldo, entonces yo correré con los gastos de la pequeña... y vivirá lo que debería haber vivido desde el primer momento, una vida alejada de la guerra - Terminó... 

Ya sólo quedaba comprobar si se podía hacer algo con el collar y continuar el camino, necesitaban escapar y cuanto antes mejor, pues parecía que si se quedaban un tiempo más todavía surgirían mil complicaciones añadidas.

 

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23/04/2022, 08:49
Astor Lightnor

Natgrew. Prisiones de la rebelión

El joven Asteriano asintió a Duncan con la cabeza cuando éste le indicó que nadie saldría herido, y mucho menos en presencia de Nyria. Si sintió asombro ante ese hecho, en ese instante no lo dejó entrever, permaneciendo en silencio y lo más quieto que sus nervios le permitían estar.

El médico se acercó a la cría y ella le tocó la frente. Nada sucedió de especial. No hubo rayos, ni lecturas de mente, tampoco cayó ninguna nave sobre la prisión donde se encontraban. La asteriana simplemente tenía curiosidad y quería saber hasta qué punto los humanos eran de verdad, como si pensara de alguna manera, que podían tener piel sintética o algún tipo de tacto distinto al suyo.

Duncan se presentó y Astor se mantuvo callado durante esa fracción de segundo, hasta que hizo el comentario sobre que los humanos eran monstruos destructores. ¡Para qué lo hizo! McCarthy se le encaró mostrando que sus palabras habían sido muy desafortunadas. Quizás Astor no tuviera la culpa de todo lo que allí pasaba, pero se llevó la reprimenda de que hubiera una niña encarcelada, así como que fuese un arma para utilizar en aquella particular guerra. William tampoco iba a dejar pasar por alto sus palabras, entendiendo Lightnor que habían sido muy desafortunadas, pues para que Billy elevase la voz, debía entender que había traspasado los límites de toda prudencia.

- Lo siento, no busco pelear o discutir contra vosotros. Tampoco quiero justificar a los asterianos. Dije también que muchos de los nuestros no eran mejores a los humanos... - Comentó a modo de excusa, sintiendo malestar. Estaba claro que iba a ser complicado tener conversaciones sosegadas con ellos, así que explicó algo más, pero si la situación se complicaba, optaría por callar.

Thompson se acercó al asteriano con un par de rápidas zancadas y Lightnor reculó asustado, comenzando una nueva explicación - Yo no deseaba esto. No quiero que esté aquí... Estoy en un planeta desconocido muy lejos de mi verdadero hogar y no por elección propia... Mi única culpa es la omisión... - Reconoció viniéndose abajo, usando un hilo delgado de voz - No os pido que me entendáis, pero tampoco vosotros podéis ir de buenos cuando tenéis armas y amenazáis con arrebatarme la vida cada vez que algo os va mal... - Quizás fuera la primera vez que respondía encarándose verbalmente, que no físicamente, a sus centinelas - Yo reconozco que esto que hacemos no está bien - Señaló a la niña - Pero si vosotros teméis que en manos de vuestra especie investiguen con ella, poca confianza tenéis en los vuestros...

Y se llevó las manos a los pantalones, un gesto que provocó el nerviosismo inmediato de Duncan, el cual le advirtió que sacara las manos despacio, sin pasarle desapercibido el tono de amenaza subyacente en tal indicación.

- No tengo nada en los bolsillos... - Dijo sacando las manos lentamente, hasta que mostró las palmas descubiertas, corroborando Thompson su afirmación - Puedes comprobarlo... No voy a pelear contra cuatro personas armadas y dispuestas a reventarme... - Dijo levantando las manos de nuevo, no las bajaría si no le daban permiso para ello. Quería salvar su vida y aún a pesar de la desconfianza, el muchacho no daba motivos para que ésta fuese rota.

William quería que todos se calmasen pero la propia actuación del joven había provocado tensión en el asteriano que, a partir de ese instante, si no le preguntaban directamente, no diría absolutamente nada más.

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23/04/2022, 17:46
Tessa Bintel

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Mientras la pequeña estaba en la cama lamentando que aquel grupo de humanos no la sacaran de allí, Duncan fue a por Tessa para recuperarla. Abrir la cápsula no le resultó demasiado complicado, las cápsulas de hibernación eran demasiado parecidas a las hiperbáricas, cualquier persona con un mínimo de tecnología y que supiera leer podía haber dado con al tecla, otra cosa muy distinta sería el collar que Bintel llevaba al cuello.

- Claro que sé quien eres. Duncan McCarthy, el médico que la BICOM estaba esperando... - Respondió con claridad, sonriendo con intensidad al reconocer al doctor.

Y hubo un chiste sobre las feromonas. La rubia muchacha rio de buen grado mientras le quitaban las agujas, cables y electrodos, no sin hacer su comentario al respecto.

- Contendría mis feromonas pero me es imposible, muchas de mis funciones están bloqueadas. Me han quitado muchas libertades de actuación como mi propio control biológico... - Determinó la mujer con cierto grado de preocupación - No puedo llorar, sudar, orinar o defecar - Quizás había un exceso de información al respecto, pero ella lo hizo con toda la naturalidad del mundo, como si eso fuese un problema.

El collar era algo complejo, Duncan no se atrevía a meterle mano, así que cedió el honor a William, pues el joven había demostrado en alguna que otra ocasión que tenía ciertos conocimientos tecnológicos.

Billy tras observar a la mujer robótica se sorprendería, sobre todo, por lo idéntica que era con los humanos, explicando posteriormente, que sus habilidades se quedaban cortas para poder quitarle aquella cadena que la sometía y disminuía su funcionalidad. Astor respondería escuetamente que él no sabía mucho de tecnología, sólo manejaba algo de ordenadores y que, la especialista que le había colocado el collar, solía pasarse todas las noches por la prisión. Si querían quitarle el sistema con seguridad, deberían esperarla.

Notas de juego

*Tirada empatía dif 15