Partida Rol por web

Sayaka escuchaba atenta lo que iban diciendo, la mayoría de los sitios que decían no los conocía, pero sonaban divertidos y deliciosos. Mientras ella se imaginaba que podían ser Kitsu parecía mirar la comida y olfatearla, aunque como espíritu no le hacia falta comer parecía interesado:

Pues en mi aldea umm cuando hacemos los festivales hay puestos de comida aunque no de esas cosas tan ricas que habéis dicho, de te como habéis dicho y de juegos como ummm a ver

Se pone a pensar unos momentos tratando de recordar que era lo que hacían, aunque no fuera demasiado ya que eran pocos en la aldea:

Bueno, mas que de juegos, hay un sitio donde cuentan historias, un escenario donde se hacen bailes y se representa una historia

Aida se había quedado absorta en lo que contabas sus compañeras humanas. Había cosas que había escuchado, pero que nunca había experimentado. Por un momento casi se le olvida ponerse a anotar. Por lo mismo, cuando se dio cuenta de eso, de inmediato se puso manos a la obra.

Anotó a detalle todo lo que sus compañeras dijeron, emocionándose un poco por tener la oportunidad de ella misma aportar ideas. Del lugar de donde ella era, muy pocas cosas eran verdaderamente interesantes. Su aldea era muy purista. No había nada que pudiese aportar... o tal vez... Recordó algo. Se llevó una mano a las orejas. Eso... pareció darle una idea.

-También podría haber un puesto... d-de poner y quitar orejas -¿poner y quitar orejas? ¿Qué se suponía que era eso?

Cuando Aida hizo aquella sugerencia, todos se le quedaron mirando durante un incómodamente largo momento. Fue Edgar Chadburn el que rompió el silencio, al aparecer de repente trayendo una bandeja llena de las cosas que habían pedido.

 -¿Un puesto de poner y quitar orejas? ¡Ah, claro, dices algo parecido a un puesto de cambios de look! ¿No? Para que la gente pueda ponerse orejas de gatito o de conejo o de perrito... ¡Me parece una monada, deberíais apuntarlo!

Dicho aquello, el pelirrojo caballero empezó a repartir a cada uno lo que había pedido. Y a pesar de la cantidad de cosas que eran, pudo repartirlo a la perfección, sin permitir que ni una voluta de nata se moviera del sitio. Y eso sólo añadía puntos a la ya deliciosa presentación, ¡todo lucía y olía verdaderamente delicioso!

En el momento en el que el encargado de la cafetería hizo aquella aclaración, todos se quedaron con cara de "aaaaaaah, claro".

 -Es una buena idea y creo que le gustará a bastante gente. Muy bien pensado, Aida.

Luego miró a Sayaka apra añadir:

 -Lo del puesto de cuentacuentos me gusta especialmente. Seguro que si se lo proponemos al bibliotecario, nos prestará libros de historias para que podamos leerlas en el puesto. Es una idea muy buena.

El profesor estaba encantado con tanta creatividad por parte de las alumnas. ¡Poco le quedaba a él para sugerir o añadir!

 -Creo que poner un puesto de comida con la comida típica del pueblo de Sayaka sería una gran idea también. Sobre todo si vamos a permitir que acudan alumnos de otras academias. Serán muchas bocas que alimentar para sólo dos puestos.

Cuando Aida comento su idea de las orejas Sayaka con cara de preocupacion se llevo las manos a las orejas agarrandoselas mientras negava con la cabeza, aquello era muy raro. No fue hasta la aclaracion del dueño del local que no exclamo:

Aaaaa, era eso, uff que susto, pensaba que querias que nos quitaran las orejas, ¿entonces como ibamos a escuchar?

Su voz se notaba bastant aliviada e incluso suspiro con alivio un par de veces

Cuando todos se le quedaron mirando en silencio de esa forma... Aida por poco entraba en pánico. ¿¡Por qué todos se le habían quedado mirando así!? ¿¡Había sido tan rara su idea!? ¡Debía haberse abstenido de decir algo, había dicho algo raro! Sus ojos saltaban de uno al otro, con una mueca muy nerviosa y graciosa a la vez. Entonces, Chadburn habló. ¡La había salvado! Muy nerviosa, asintió muchas veces, y muy rápido, ante lo que el hombre decía. Con torpeza, anotó lo que Aetheldryd y el profesor decía, pero con lo que dijo Sayaka se sintió obligada a aclararlo un poco más.

-N-n-no se trataba de eso -sus ojos, de tratarse de una caricatura, estarían vueltos remolinos-. U-u-usando al-alquimia se podrían quitar las orejas te-temporalmente a seres como nosotros y hacer que experimentes cómo se siente tener orejas humanas, y para los seres qu-que no tienen orejas como nosotros, tam-también podrían experimentar cómo se siente tener orejas como nosotros -todo eso lo dijo sin respirar y muy rápido. Al final, algo mareada, se vio obligada a detenerse y tomar una bocanada de aire-. ¡E-e-e-es solo eso! -una vez aclarado su punto, muy ruborizada, comenzó a garabatear en el cuaderno.

 -Eh, lo estás haciendo genial. No sólo estás socializando, ¡estás participando activamente y les está gustando! Sigue así, tienes su amistad garantizada.

La arañita se lo estaba pasando de cine, observándote mientras avanzabas paso a paso intentando vencer tus timideces.

 -Y cuando puedas, dame un trocito de galleta. Huelen de maravilla.

 -Yo visitaría el puesto de poner y quitar orejas. ¡Tal vez incluso podríamos ampliarlo y que incluya también colas! Así la gente podría sentir lo que sienten los hombres gato o los licántropos, por ejemplo. ¡O incluso los dragones! Podría ser una experiencia muy interesante.

En cuanto tuvo la comida delante, Renata probó lo que había pedido, sonriendo deleitada acto seguido.

 -¡Está delicioso! Tenéis que probar esta tarta, es la mejor que he comido.

Por su parte Aethel también probó su merienda cuando se la pusieron delante, reaccionando de manera similar a Renata.

 -¡Delicioso como siempre!

Que no era nada que no supiera ya, pero nunca estaba de más comprobar de nuevo lo rica que le salía la repostería al señor Chadburn.

 -Ya tenemos una lista bastante surtida de puestos. ¿Se os ocurre algo más? Algún juego concreto o alguna actividad más. Si no, lo escribimos todo y se lo mandamos a la directora con un resumen de la idea.

Sayaka miro a Renata y después se mira la cola, luego a Renata de nuevo y luego a su cola, para finalmente mirar a la humana y decir:

Tener cola se siente normal… no se, es raro no tenerla, no se, me parece bastante raro eso de no tener cola, ¿no os caeis para atrás o algo?

Después Aethel pregunta por algo mas, ella levanta la mano y dice:

Disfraces, he escuchado que los humanos tneis varias fiestas con disfraces y que es muy divertido.

Sin poder ocultar una tímida sonrisa, tomó un trocito de galleta de la bandeja y se lo pasó a la arañita sobre su hombro. La idea de Renata la sorprendió. Era verdad, podría también ponerse colas... aunque habría que experimentar con eso. Mientras seguía escuchando a sus compañeras, se llevó un par de galletas a la boca mientras escribía con la mano izquierda.

Se mantuvo atenta por si alguien agregaría algo más o lo dejaría así mientras se llevaba otro par de galletas. Fue entonces que Sayaka agregó lo de la cola. Era verdad. Pese a que casi nunca se notase... Sí, ella tenía cola, solo que la mayoría del tiempo la ocultaba dentro de su abrigo. ¿Por qué? Aida era muy misteriosa con muchas cosas. Sin embargo, dejó de pensar en eso cuando Sayaka habló sobre disfraces. Rápidamente lo anotó mientras se llevaba otro par de galletas a la boca. En ese momento, Aida parecía una ardilla.

Esta vez fue el profesor el que añadió algo a la lista de propuestas.

 -Un puesto de disfraces suena muy bien. Tal vez podría ir junto con el puesto de poner y quitar orejas o quizás ser su propio puesto separado en una sección dedicada a los cambios de imagen. Señorita Aida, si me deja el cuaderno un momento les mostraré mi idea.

Cuando Aida le cedió el cuaderno y el boli, el profesor usó una página en blanco para esbozar un plano rudimentario de una hipotética distribución de la feria.

 -Me refiero a esto, distribuir los peustos de características similares en áreas temáticas. Así tendríamos un área con dos o tres puestos dedicados a la gastronomía, un área con puestos de juegos y otra con puestos dedicados al cambio de imagen. ¿Qué opinan? ¿Creen que podría ser una buena idea para la feria escolar o prefieren una distribución más libre de la misma?

Sayaka escucha la propuesta del profesor de colocar las cosas de forma que lo de la misma temática estuviera junto. Se queda unos momentos pensando y finalmente añade:

Si, parece que es lo mejor, así si queremos comer no tenemos que dar vueltas y vueltas y si queremos hacer una cosa, como disfrazarnos y demás también con estar en un sitio lo tenemos todo, jeje a mi me gusta la idea la verdad

Apenas la nombraron, las orejas de Aida se levantaron. Tardó en procesar un par de segundos lo que pedía el profesor. Sin embargo, al hacerlo, empujó el cuaderno y el boli con suavidad hacia él. Viéndose ahora con las manos liberadas, tomó la taza de chocolate y le dio un trago.

Movió las orejas con interés al ver lo que el profesor explicaba y dibujaba, mientras se incorporaba y se llevaba otra galleta a la boca. La verdad era que estaba bastante de acuerdo con el profesor y Sayaka.

-Pobemos... -al notar que aún tenía la boca llena, tomó un poco más de chocolate. Ruborizándose. Se enfocó en sus galletas, algo avergonzada-. Po-podemos hacer eso. Me... parece una buena idea también.

Renata y Aethel también coincidieron en que la idea era buena, por lo que el profesor asintió satisfecho.

 -De acuerdo, lo apuntaré entonces para pasárselo a la directora con el resto de ideas. Y creo que aparte de esto, sólo nos quedaría redactar la encuesta que realizar al alumnado y el profesorado, ¿no? De eso puedo encargarme yo si lo desean.

Sayaka asiente a lo que dice el profesor mientras da un sorbo y se prepara para comer algo:

Si, si es tan amable, si se lo dice un profesor seguro que es mas receptiva la directora

Se queda unos momentos pensando y entonces añade:

Y no se le olvide decirle que puede ganar dinero porque se venden cosas, seguro que así le gusta mas la idea, ¿verdad?

Termina diciendo con una amplia sonrisa mirando a las chicas que eran mas veteranas y conocían mas a la directora

Aida también asintió a lo que dijo el profesor. Además, si no tenía que escribir más... ya podría comer con libertad.

-S-si es verdad. Sayaka... tiene razón -y, antes de llevarse otra galleta a la boca, terminó de dar su opinión al profesor-. Y tam-también estoy de acuerdo con lo de la encuesta. Gracias... profesor -y, sin más que decir, procedió a atiborrarse de dulces.

El profesor asintió satisfecho con las respuestas.

 -Hecho entonces. Le llevaré todo este material a la directora después. Y me aseguraré de resaltarle lo de la ganancia económica para que nos de luz verde al proyecto. Y si me permiten decirlo, han hecho un gran trabajo, señoritas.

Dicho aquello, el profesor guardó el cuaderno y se dispuso a terminar su pastel y su té.

Con ese asunto ya resuelto, las muchachas se pudieron concentrar en disfrutar de su almuerzo sin mayores problemas. Claro, que por mucha comida que hubieran pedido, no les iba a durar eternamente.

 -Por cierto, ¿qué queréis hacer después de terminar aquí? ¿Dar un paseo o ir a descansar o algo? Yo creo que un paseito para ayudar a la digestión estaría muy bien.