Partida Rol por web

“V… vale..”, respondí con bastante inseguridad a la propuesta de la chica que fuésemos juntos al despacho del profesor, y que nos olvidáramos de lo ocurrido antes.

Todo el mundo, por cierto, se merecía una segunda oportunidad. Aunque seguiría tener mucho cuidado en el trato con ella – aún, por supuesto, no podía confiar en que ella no me haría más daño.

- Perfecto, vayamos todos pues – dije mientras seguía a los demás. No sabía si todo el mundo podía tener un familiar, si era algo común o no, ni si quiera para que servían (canalizar la energía seguía siendo un término un poco complicado para mí) aunque ahora parecía que iba a averiguarlo.

Seguí a quien fuese primero, pues todavía no tenía ni idea de ir a casi ningún sitio de la academia. – Creo que dentro de poco hay algún tipo de evento, deberíamos darnos algo de prisa si queremos llegar a tiempo – recordé a los demás, la directora dijo que habría una especie de reunión a “la hora de cenar”. Según lo que me habían enseñado los sabios sobre las costumbres humanas se trataba de la hora en la que se reunían y comían antes de ir a dormir.

Entre las costumbres humanas que conocía era la que me parecía más curiosa, tenían establecidas ciertas horas del día para dedicarlas a comer, y todos lo hacían a la vez. En el bosque comíamos cuando teníamos hambre y conseguíamos comida, no existía nada parecido a “la hora de comer”.

Al entrar en la cafetería te inundó un estupendo aroma a bollos y bizcochos recién horneados y a café recién hecho. El encargado de la cafetería, el señor Chadburn, estaba colocando pastelitos en los expositores de la barra mientras tarareaba una canción. En cuanto te vio, sonrió de oreja a oreja enseñando sus afilados dientes de dhampiro.

 -Vaya, vaya, ¡buenos días muchacho! Me encanta que la primera visita del día sea un chico encantador, ¿qué vas a querer tomar?

Te alcanzó una pequeña carta de cartón duro bellamente decorada donde estaban todos los platos disponibles de la mañana. Había muffins, gofres, waffles, tortitas, pasteles, bizcochos y pastas, junto a una buena selección de tés e infisiones y cafés de todo tipo.

 -Bueno, ¿fuiste a la fiesta de bienvenida ayer? ¿Qué tal te lo pasaste? Estuvo bastante animada. Oh, ¿y te enteraste de que llegó un profesor nuevo en mitad de la noche? Porque a mí me lo contó el profesor Beleem, que si no no me habría enterado.

La razón de que la cafetería no estuviera llena hasta los topes por las mañanas era que Edgas solía levantarse hablador y con ganas de cotillear...

- Buenos días, señor Chadburn. - Lo saludé, mientras tomaba el menú y lo hojeaba. - Si, fui. Sin embargo, no disfruto mucho de este estilo de fiestas. Pude conocer a varios de mis compañeros, eso fue algo positivo. - A la mención del profesor nuevo, lo miro. - Si, sabía. De hecho, fui el primero en enterarme, creo, ya que estaba con la directora cuando salimos a recibirlo. Allí estaban también los profesores Beleem y Deadeye. - Me quedo en silencio un segundo, mientras escruto aún el menú. - Creo que voy a ir por una chocolatada caliente, dos waffles, un muffin de arándanos y un pedazo de pastel, si puede ser. -

Al entrar en la cafetería, lo primero que notaste fue el delicioso aroma a pastelería recién hecha y a café calentito. Luego te fijaste en que el encargado estaba hablando con Kyrt, el cual había encargado un generoso desayuno.

 -Alguien va a comenzar el día como dios manda, ¿eh? Marchando, en seguida te voy sirviendo.

Entonces el encargado se fijó en que otro alumno acababa de entrar. Álex, el chico con talento para la magia del fuego.

 -Anda, bienvenido muchacho, pasa y siéntate. Te dejo la carta que ha estado leyendo tu compañero, pide lo que quieras comer.

Y mientras Edgar empezaba a organizar el pedido de Kyrt, se le oyó preguntar:

 -Bueno, cuéntame muchacho, ¿ese profesor nuevo cómo es? ¿Es guapo? ¿Interesante? ¿Soltero? ¡No te guardes ni un solo detalle!

Muchas gracias. Le dijo mirando a Kyrt mientras esperaba que sus dos amigas entrasen por la puerta. ¿Acaso no han pensado en venir a desayunar? Se quedó esperando un largo tiempo, pero al ver que no venían se acercó al camarero. Buenos días. Me gustaría tomar un café con hielo y un par de tostadas con tomate. Si eres tan amable.

Luego volvió a mirar a Kyrt. Buenos días, le dijo al elfo de hielo confiando en que podrían empezar de nuevo. ¿Qué tal has pasado la noche? ¿Cómo acabó la fiesta?

Etna entra caminando con tranquilidad en la cafetería, con sus alas a la espalda plegadas pero mostrándolas, esas alas reptilianas de las que estaba muy orgullosa. Al entrar observa todo durante unos segundos, había varias personas, sin embargo, ella camina hacia una mesa y toma asiento, ahí espera a que llegue algún camarero o algo mientras observa el sitio y comenta:

Bueno… al menos el sitio es bonito

 -¡Marchando, muchacho! ¿Quieres algún tipo especial de pan? Tenemos blanco, integral, de centeno, de espelta y multicereal.

Dejando que Álex meditada lo del pan, Edgar fue a la mesa donde se había sentado Etna para entregarle una carta con lo que tenían en la cafetería.

 -Buenos días, bonita, bienvenida a la cafetería. ¿Eres nueva? Porque creo que nunca antes te había visto por aquí. Yo soy Edgar Chadburn y soy el encargado de este maravilloso lugar. Mi especialidad dicen que son los muffins de arándanos, así que te los recomiendo.

Que no sólo muffins había en la carta, sino que aquí sitio tenía un surtido de pastelería digno de un local de lujo. ¡Costaba decidir con tanta variedad!

Pan blanco. Dijo Alex al sentirse ligeramente abrumado por todo lo que acababa de ofrecerle. Después se quedó mirando a la otra chica. Por lo que había dicho el camarero era nueva, aunque lo cierto es que la mayoría de la gente de allí lo era, pues aún no había empezado el curso. Se la quedó mirando unos momentos, quería saber cuánto receptiva estaba y si quería que alguien se le acercase para entablar una charla antes de ir a clase.

El camarero llego y le pregunto si era nueva, Etna asiente y ante la presentación dice:

Mi nombre es Etna… lo cierto es que si que es bastante… bonito el sitio, tiene un toque… que me gusta, es agradable.

Tras decirle lo de los muffins asiente mientras añade:

Si… es buena idea, si es la especialidad, que mejor que tomar eso

Mientras esperaba se da cuenta que un chico le miraba, ella le mira con cierta curiosidad, realmente no sabía porque le miraba, ¿quizás le admiraba? Aunque por otro lado no era tan extraño que le mirase, ella sonríe amablemente al chico.

Con todos los pedidos en orden, Edgar se puso a trabajar en los desayunos de los alumnos. Al cabo de un rato, sirvió las tostadas y el café a Álex y un par de muffins de arándanos y un té verde con menta recién hecho para Etna.

 -No me pediste bebida, así que te pongo la especialidad de la casa. Si no te gusta, dímelo y te pongo otra cosa, bonita.

Una chica que piropeaba su establecimiento bien se merecía la bebida que quisiera.

 -Por cierto, sin ánimo de ser indiscreto, ¿de dónde eres bonita? Esas alas que tienes tan elegantes me dicen que tu familia es bastante especial.

- Parecía una buena persona, en verdad. Sin dudas era un ser extraño, como un pez. - Le contesté, algo tarde, al señor Chadburn. Me había quedado pensando en el profesor y había tardado en responderle, medio distraído. Me volteé para ver también que un chico que reconocí como Alex me había saludado. 

- Buenos días Alex. La verdad es que la fiesta fue divertida, y la noche estuvo bien. Me gusta mi cuarto y tengo vista por la ventana. Las camas aquí son más cómodas que las que tenemos en mi casa. ¿Tú tuviste una buena noche? - 

Etna sonríe al dueño de la cafetería mientras asiente y añade:

Vaya… tiene muy buena pinta y el te huele muy bien… aunque nunca lo he probado

Se disponía a probarlo cuando le pregunta por su origen haciendo referencia a sus alas, ella muy orgullosa de sí misma las mueve y dice:

Si, pertenezco a una de las familias más importantes dentro de la jerarquía del infierno

Álex sonrió a Kyrt, parecía que el mal rollo que sentía hacia él solo eran imaginaciones suyas y se sorprendió ante el hecho de que hubiera dormido tan bien. Pues yo no he pegado ojo especialmente, mi cama no es tan cómoda como la de mi casa. Así que he extrañado mucho la mía. Pero supongo que ha sido por los nervios de empezar y por la falta de costumbre. Ya me iré acostumbrando.

Además, mi compañero de cuarto no ha aparecido, así que no he tenido a nadie que me molestara y he podido dormir tranquilo, al menos en ese sentido.

Luego miró de nuevo a la extraña muchacha y le hizo una gesto con la mano. Hola Etna, la saludó llamándola por su nombre, pues se lo había oído hacía unos minutos. ¿Por qué no desayunas con nosotros? Aún es pronto y es un buen momento para hacer amigos y conocernos mejor. Este es Kyrt, y si no recuerdo mal, es un ¿elfo de hielo? Le preguntó para que corroborase su intuición.

El encargado de la cafetería miró a la muchacha con cierta admiración.

 -Oooh, así que tenemos otra princesita en la academia. Recuerdo que hace unos años vino una chica que era hija del mismísimo arcángel Gabriel, o eso decía ella. La cuestión era que tenía un aura regia que te tiraba de espaldas. Oh, y ahora está una chica zombi que creo que es hija de un rey no muerto. Un poco caprichosa, pero no es mala chica. Eso sí, no veas cómo arrasa con los gofres.

Edgar se frotó un momento el mentón antes de decir:

 -Y luego... Pues hemos tenido miembros de casas nobles, de castas de rancio abolengo, de familias imperiales... De todo, vaya. Es lo que tiene ser la mejor academia de magia del mundo, todas las familias quieren enviar aquí a sus hijos.

Edgar regresó a la barra, donde escuchó la contestación de Kyrt a su pregunta.

 -¿Cómo un pez? Oh...- Un mohín de decepción apareció en su rostro -Entonces no creo que sea muy guapo. Lástima. Pero bueno, supongoque eso a vosotros no os importará, ¿verdad?

Etna mira al chico y se pone de pie acercándose a su mesa y dice:

Aceptare vuestra invitación a comer con vosotros…

Mientras se acercaba respondía también al dueño del lugar:

Mi padre es el gran Belcebú, seguramente esa chica ángel no tendría tanta clase como nosotros… los ángeles son todo apariencia sin duda… después son unos aburridos, unos santurrones. Una princesa no muerta… curioso… me madre me ha hablado de ellos pero no he tratado realmente con uno, tendré que conocerla

Después toma asiento junto al chico y dice:

Parece que conoces algo más que yo de este lugar ¿cierto?

A Álex no le hacía mucha gracia el interés que estaba mostrando esa chica en presumir de sus orígenes, así que no la siguió el rollo, aunque lo cierto es que se había arrepentido ligeramente de haberla invitado. Pero ahora que lo había hecho ya no podía echarse atrás. ¿Dónde se habrían metido Sarah y la ochojos? Estaba pensando en levantarse de allí para ir a buscarlas cuando Etna aceptó su invitación. ¿Yo? Para nada, llegué ayer junto a los demás. He visitado la piscina y la minidisco, pero no mucho más. Tú en qué curso vas a empezar? Le preguntó brevemente mientras terminaba su desayuno y se planteaba si debía de marcharse ya o esperar a ver si aquella chica le terminaba de caer.

Etna recoge sus alas para sentarse más cómodamente en aquella silla, mira al chico y dice:

Vaya… que pena que no conozcas más el sitio…

Con cierta curiosidad mira al chico y pregunta:

¿Qué es una minidisco? De donde vengo no tenemos nada como eso… en cuanto a mi curso… creo que me han dicho que cuarto