Partida Rol por web

Que Aki no respondiese afirmativa ni negativamente ante la disculpa de Aida, hizo que la chica mantuviese su mirada en la bandeja, con las orejas caídas, un poco avergonzada.

Sin embargo, la intervención de Aetheldryd fue el salvavidas para Aida, quien, muy probablemente de no estar ahí la pelilavanda, ya hubiese salido corriendo por simplemente no saber qué hacer.

-L-la verdad no estoy lista -respondió Aida a Aetheldryd, luego de tomar un pequeño sorbo de su cartón de leche-. La profesora Deadeye da mucho miedo. En la academia circulan muchos rumores sobre ella... -movió las orejas un poco, con inquietud, y miró a su compañera- Nin-ninguno de ellos es bueno -susurró, con cuidado y mirando hacia los lados, como si estuviese contando algo confidencial.

Pasaron un par de segundos en silencio, en los que Aida se sonrojó y volvió a enfocarse en su comida, un poco ruborizada. Aetheldryd, a pesar de lo que creía, no parecía ser una persona tan difícil de tratar. Se comportaba de manera muy cordial y amable, como una princesa. Eso hizo que Aida sonriese un poco; en su tierra solía comportarse de esa forma.

-Y-yo la verdad hubiese preferido que nuestro tutor hubiese seguido siendo el profesor Refur -la chica lobo sonrió un poco más, sin darse cuenta. No era un secreto que era una gran aficionada a la alquimia, y que tenía en gran estima al profesor que impartía dichas clases. 

Dándose cuenta de lo poco cortés que estaba siendo al hablar y hablar, la sonrisa en su rostro desapareció, y más rubor apareció en su lugar. Tomó otro sorbo de leche y se dirigió a Aetheldryd.

-¿A-a ti te agrada la profesora Deadeye?

Ante la actitud de la lupina, Aetheldryd no pudo evitar sonreír un poco, un gesto que podía mostrarse condescendiente y comprensivo a la vez e incluso una curvatura fantasmal, dando la sensación que sonríe y no sonríe al mismo tiempo. Entendía por qué algunos podían rehuir de la profesora Deadeye, su aspecto feroz y reputación le precedían, pero ella misma sabía que un libro no debía ser juzgado por su portada.

-En realidad todos los profesores me agradan-respondió en un tono tranquilo, no veía directamente a los ojos de Aida para evitar intimidarla y aprovechaba tales momentos para dar bocados a su desayuno-. La profesora Deadeye es estricta y un tanto tosca; pero no dudes en que a cualquier duda o problema ella ayudará. Trata de darle una oportunidad y no te dejes llevar por otras impresiones.

Dio un sorbo a su bebida y luego miró a Aki, concentrado en su desayuno mientras ellas dos hablaban.

-Tanto Refur como ella son buenos maestros, aprenderás mucho de ellos-le dijo al chico y dio otro bocado antes de retomar el hilo con la peliblanca-. Si quieres, trata de buscar un asiento en medio del aula para que no estés tan cerca de la profesora-sonrió de lado y continuó aún con su porte afable-, pero no hasta atrás, así la escucharás mejor. 

El comedor estaba lleno de deliciosos aromas de diferentes clases de desayunos. Entre otros había huevos revueltos, alubias estofadas, sopa de miso, tostadas de varias clases de pan, porridge de avena, bacon a la plancha, muffins ingleses y una amplia variedad de bebidas, como café e infusiones de diferentes clases.

Había varios alumnos ya desayunando, entre los que te sonaban Aida Aldrich, Aki Goro, Aetheldryd Northwest, Ismael Aestendor, el cual parecía estar muy tranquilo, Joel Minami con su hermana Sybill y la curiosa chica conocida como Yamiko. 

Al poco de entrar, viste como tras de ti entraba también Renata.

Mientras desayunabais con conversación, visteis cómo llegaban Sayaka y una chica de pelo rosa que parecía hecha literalmente a trozos.

Y justo después de ellas, apareció Renata por la puerta.

La chica zombi fue derecha a la sección de dulcerías que había en el comedor, llenándose la bandeja de tostadas francesas a la canela, mermeladas y briks de leche con chocolate. Desde luego tenía hambre, porque en el camino desde la habitación hasta allí, Sayaka y ella sólo habían tenido tiempo de hablar de lo que pensaban comer.

Con la bandeja llena, la pelirrosa se acercó a la kitsune.

 -Bueno, ¿dónde nos sentamos?

El comedor estaba lleno de deliciosos aromas de diferentes clases de desayunos. Entre otros había huevos revueltos, alubias estofadas, sopa de miso, tostadas de varias clases de pan, porridge de avena, bacon a la plancha, muffins ingleses y una amplia variedad de bebidas, como café e infusiones de diferentes clases.

Había varios alumnos ya desayunando, entre los que te sonaban Aida Aldrich, Aki Goro, Aetheldryd Northwest, Ismael Aestendor, el cual parecía estar muy tranquilo, Joel Minami con su hermana Sybill y la curiosa chica conocida como Yamiko. Además, justo antes de que tú llegarás, acababan de entrar Sayaka y una chica que parecía hecha literalmente a trozos.

Un fuerte viento se desato de manera imprevista en el comedor, acompañado de pétalos de flores amarillas empezó a causar un desorden en un punto fijo.

Arremetiendo hasta formar un pilar de flores amarillas bailando salvajemente entre el viento, desapareció.

El evento tan breve dejo pétalos por todos lados, algunos cubiertos desordenados y en medio del epicentro de tan extraño evento, una chica de cabellos amarillos que tenia un toque coqueto en su figura que parecía haberse levantado tarde de la cama.

-…

Entonces con una mirada perdida, vio a su alrededor, confusa y demostrando que este seria el primer día de un año extremadamente raro no solo para ella, sino tal vez para muchos de los presentes.

-¿Hola?

-E-eso no es mucho problema para mí -respondió Aida a Aetheldryd, con su mirada en la bandeja-. Con estas... orejas puedo escuchar, tanto... que aveces es molesto.

Ciertamente, su sentido de la audición estaba más desarrollado que el de los humanos por lo que, estar en entornos con mucho ruido, podía molestar bastante a Aida; ya había estado en situaciones así anteriormente. Pero... ¡espera! ¿Acaso esa respuesta no había sido algo grosera? ¡Lo estaba siendo! A ese paso nunca conseguiría relacionarse bien con los demás, necesitaba disculparse, rápido.

-E-es decir, yo -miró a Aetheldryd sin saber bien qué hacer, por lo que abrió sus manos y las agitó un poco, mientras las palabras venían-, p-perdón por contestar así. Quiero decir yo... -cerró los ojos con fuerza y hizo ambas manos un puño- ¡Me esforzaré p-por no juzgar a la profesora! -exclamó, tan alto como para que los que estuviesen cerca de la mesa pudiesen escucharla claramente. Aida, después de ser consciente de eso, se puso rojísima; tanto que parecía y sus orejas estuviesen ardiendo al rojo vivo. Se llevó las manos a la falda y bajó la mirada. Habíase dado cuenta de que Sayaka y Renata habían llegado, pero estaba muy avergonzada como para siquiera saludarles.

Sayaka llega al comedor junto con Anneka y observa mientras se lleva un dedo a la barbilla, se iba a acercar a donde estaba Aeth, pero entonces una corriente de viento surge y en ella aparece Renata, Sayaka de un salto prácticamente se echa a los brazos de la chica mientras dice:

Hola Renata, que entrada más chula

Decía mientras se ponía de nuevo de pie, con una sonrisa indica a Anneka que se acerque y añade:

Ven Anneka ella es Renata, es una amiga que hice ayer… seguro que te gusta, Renata ella es Anneka mi compañera de habitación, es una chica súper chula jeje

Decía con una amplia sonrisa y animada

Cuando Sayaka la describió como "una chica super chula", Anneka no pudo evitar erguirse orgullosa de sí misma. Sin embargo la pose le duró poco, porque rápidamente se dirigió a Renata.

 -¡Esa ha sido la entrada con más estilo que he visto en mi vida! ¿Crees que podrías hacer algo parecido pero con caramelos en vez de flores? ¿Y me lo podrías enseñar? Los caramelos me representan mejor que las flores, la verdad.

Señaló la mesa donde estaban sentados prácticamente todos y añadió:

 -Venga, sentémonos a desayunar. Y me cuentas cómo has hecho ese truco. A cambio... Yo te doy una de mis tostadas francesas. O una pulsera. O lo que quieras.- Miró a Sayaka -Si tú quieres una pulsera también, me lo dices. Tengo un maletín lleno.

Cuando Aida pegó ese grito, la arañita le dio un par de toquecitos en el hombro.

 -Respira hondo, respiiiira. Lo estás haciendo genial. Mírate, ya estás socializando y haciendo amigas como una profesional. Venga, tú puedes muchacha. Estoy orgulloso de ti.

Al ver la entrada de renata y escuchar la opinión de la chica zombi, la araña frunció un poco el ceño.

 -Hombre, tanto como la más estilosa... Pero sí que tiene estilo, sí. Aunque no hay truco de magia que sustituya a un buen outfit, claro está.

Mientras conversabais, reconocisteis al elfo Arathidas entrando por la puerta del comedor.
 

El comedor estaba lleno de deliciosos aromas de diferentes clases de desayunos. Entre otros había huevos revueltos, alubias estofadas, sopa de miso, tostadas de varias clases de pan, porridge de avena, bacon a la plancha, muffins ingleses y una amplia variedad de bebidas, como café e infusiones de diferentes clases.

Había varios alumnos ya desayunando, entre los que te sonaban Sayaka, Renata Nigri de Toledo, Aida Aldrich, Aki Goro, Aetheldryd Northwest, Ismael Aestendor, el cual parecía estar muy tranquilo, Joel Minami con su hermana Sybill y la curiosa chica conocida como Yamiko.

Renata no entendía bien que había pasado, pero sospechaba que tenia que ver con la forma en que aparecio.

Inmediatamente noto que había olvidado la bolsita de dulces en su habitación al ver a Aida y escuchar la presentación de Sayaka.

-Aetheldryd, Sayaka, Aida, Arañita … este… Aneka -Al no conocer el nombre de la chica de cabello rosa, solo pudo saludarla con la mano timidamente. Gracias, es algo que aprendí en… casa.

No digas combate, no digas combate.

Aún era bastante recelosa para hablar de eso.

-Si, vamos a desayunar…

Algo sonrojada por ser alabada se colocó junto a sus amigas, y solo pensar que tenia amigas hiso que su cara se tiñera de bonitos rubores.

-Puedo enseñarles luego, y si no hay problema, es muy diferente ese hechizo dependiendo de la persona, mi tía, usaba Pétalos rosas, mi Papá usa chispas y pequeños rayos, con mi Mamá son mariposas, segun se, depende de la personalidad.

Paro ahí su explicación, la verdad no sabía muy bien porque variaba tanto de persona a persona, y omitio que mucha de su familia usaba sombras y formas aterradoras, por algo era un hechizo de combate. Aunque era básicamente inofensivo, como muchos familiares decían “Solo son luces y colores” .

También omitio que solo podía usarlo una vez al día. Quería impresionarlas, por eso cambió de tema.

-Pense que estaba muy atrasada, crei dormir una eternidad… estas camas son muy cómodas

Sayaka asiente a lo que dice Anneka y cuando le ofrece una pulsera asiente mientras dice:

Claro… en mi aldea hacemos pulseras y nos las regalamos como señal de amistad… jeje, me gustaría mucho tener una.

Después se dirige a la mesa con las demás y les saluda con la mano mientras dice:

Hola a todas, jeje, nos hemos reunido unas cuantas para desayunar, ¡que bien! Uy, voy a coger algo de comer…

Se queda mirando unos momentos, pero rápidamente coge algunos dulces y con la mirada de una niña pequeña golosa toma asiento, se queda mirando ese liquido oscuro parecido al barro y lo olisquea un poco, el olor era agradable, mira a sus compañeras y dice:

¿Eso esta bueno?

Después mira a Renata y añade:

Por cierto… ¿Qué más cosas sabes hacer? Eres muy buena con la magia

En lo que esperaba que Aida o Aki respondiesen, la joven de cabellos lavanda guardó silencio mientras continuaba con su desayuno y así vio llegar a Sayaka y Anneka. ¿A poco ellas dos se llevarían bien? Conocía a Anneka, pero ahorita parecía estar tranquila y eso era demasiado bueno, ya que recordaba que su actitud podía a veces ser algo pesada*. Tal vez la kitsune podría ayudarle a mejorar en ese aspecto y sería beneficioso para ambos lados.

Pero entonces se vio interrumpida en sus pensamientos por la llegada inusual de Renata y no pudo evitar sonreír más. Debió creer que se le hizo tarde y por ello se apuró en llegar así. Continuó con su bocado hasta que la lupino habló y asintió ante lo que dijo de sus oídos, lo cual daba mucho sentido y aumentaba a su actitud retraída. Justo iba a responderle, pero solo logró abrir un poco sus labios cuando habló en voz alta y la arañita intentaba calmarle.

-¿Estás bien, Aida? ¿Quieres que vaya por agua?-preguntó esperando que aquello pudiese refrescar su mente y cuerpo, pues poco a poco el Comedor se iría llenando de gente e incluso Arathidas atravesó la puerta. Poco después Renata, Sayaka y Anneka se sentaron con ellos y les saludó, pero se notó que con la rubia fue levemente más cariñosa-. Buenos días. Por cierto, Renata, qué bueno que decidiste aparecer aquí por creer que se te hizo tarde, ¿no es así? Aun hay que ver los horarios y haber estado en un salón cerrado no habría sido bueno en sí-se encogió de hombros y preguntó en general-. ¿Descansaron bien?-y al final detuvo su mirada en Aida, esperando que le dijese algo. 

Anneka se había puesto a devorar su desayuno mientras escuchaba la conversación del resto del grupo. Pero en cuanto Sayaka preguntó si la leche con chocolate estaba buena, cogió su brik de leche al cacao y se levantó toda digna.

 -Sayaka, la leche con chocolate es la bebida más deliciosa del mundo. ¡Es lo que las reinas desayunan todos los días! Porque combina el poder nutritivo de la leche con el sabor del chocolate, ¡es la bebida perfecta!

Volvió a sentarse para abrir el minibrik y beber un gran trago de su contenido.

 -Por eso yo no desayuno otra cosa, ¡es lo mejor de lo mejor!

De lo demás que se hablaba, le interesaba especialmente la técnica mágica de Renata.

 -Podemos quedar en el campo de prácticas para intentar aprenderla. Es el mejor sitio para estas cosas. Y por la tarde seguro que tenemos tiempo, ¿qué os parece?

Sayaka mira a Anneka mientras le explicaba con atención, entonces asiente y decide tomar una de las bebidas, la prueba y dice:

Ummm que rico, está muy bueno… es verdad… es como la leche pero más bueno… que bueno

Decía bastante animada mientras sorbía y miraba a las demás y escuchaba lo que decían sobre ir a practicar magia:

Puede ser divertido… así podemos enseñarnos lo que podemos hacer todas jeje

-L-lo estoy, lo estoy -respondió Aida a Aetheldryd, respirando, tal y como la arañita le decía-. N-no te preocupes -y se empinó el cartón de leche, tomándose lo que restaba de contenido de sopetón.

La entrada de Renata por supuesto que había desconcertado a Aida, pero ese desconcierto la agarró en medio de su crisis de vergüenza. Con la humana y la kitsunes sentadas ya en la mesa (junto a alguien que Aida no conocía de nada), se esforzó por mantener la compostura y trató de sonreír de lado... aunque bastante rígida.

-Hola... chicas -les saludó, y ante la iniciativa de Renata de enseñarles su habilidad, asintió, contestando con timidez-. Eso... sería genial.

¡Estaba socializando de forma más o menos normal! A estas alturas, no salir corriendo para Aida ya era un logro. Nuestra pequeña licántropo había crecido un poco.

-D-descansé muy bien, Aetheldryd. Es como Renata dice... estas camas son muy... cómodas -se llevó de nuevo el cartón de leche a la boca, para darse cuenta que no había dejado nada. Con algo de pena lo volvió a poner en la mesa y se abocó a comer lo que había en su bandeja-. ¿T-tú, descansaste?

Renata tarda un momento en entender un poco de las conversaciones que se perdió por llegar tarde y vuelve a lamentar su falta de puntualidad.

Aunque una vez frente a la comida, no pudo resistir armar un desayuno similar a su dieta normal, frutas de colores, dulces cristalinos, sencillamente ella parecía tener mas un lienzo de colores en su plato que un desayuno, aunque una mirada más de cerca revelaba la importancia de las frutas, los cereales y la miel en su vida.

-Yo… -La pelirrubia se congela aterrada de la idea que mencionó su Sempai, atrapada en un salón, aunque no quiso revelar que apareció ahí por que no tenía idea de cual seria la primera clase.

-Ejem…

Miraba a sus amigas comer, una escena nueva en su vida, y aunque solo había pasado un día, quería seguir así de manera permanente.

-Cuando ustedes me digan, les enseño.

Además se sentía a gusto al ver que no era la primera que tenía problemas para socializar, una habilidad aprendida a la mala en su familia era leer a una persona.

Alzó su tenedor con cuadro de sandía en él y lo agitó como una varita.

-Solo que vine aquí para aprender magia, aunque soy buena en algunas cosas -inflo su pecho alimentando su ego. Me falta mucho por recorrer. En el mundo normal la magia es puesta en un pedestal muy alto, hay literatura, películas, todo tipo de obras que hacen a la gente querer aprender magia… pero es irónico que desde este lado, muchos toman la magia como una materia mas… aburrida.

La pequeña estaba emocionada de ver frente a ella una araña, una kitsune, una lobo e infinidad de seres más.

-Igualmente aplica para mi, ver y estudiar fórmulas y ciertas culturas me es tedioso, por eso y mas cosas personales estoy aquí.

La chica no paraba de hablar y pareciera que seguirá así si nadie la callaba.