Partida Rol por web

Al mirarlo a los ojos veo que Arathidas tiene ojos bien verdes. Como yo. Se ve tenso y nervioso. Le sonrío amistosamente, para hacerlo sentir mejor.

¿Que hace magia dormido…? Ah, debe de ser como un sonámbulo. Me daría mucho miedo encontrármelo caminando de noche haciendo magia por ahí, con los ojos cerrados. Espero que los dormitorios de los chicos estén separados de los de las chicas.

Igual quiero ser su amiga. Despierto no me dará miedo.

Me da mucha curiosidad lo que me cuenta de su magia. Pero me dice que no quiere hablar de eso. Entonces no le pregunto. Soy educada. La doctora Lorenz se sentiría orgullosa.

¡Huy! No vi que me había crecido otra hojita. ¡Rayos! Y él la vio. Espero que no piense que soy bicho raro.

- Ehh… Nada… Es algo que me pasa a veces… No es nada que… Digo, nada, nada -y escondo el pie detrás del otro. Siento que la hojita crece con un tallo más fuerte- Yo no sé hacer magia. Pero la naturaleza… Hay cosas que no puedo controlar… -Me distraigo mirando el vuelo coordinado de unas aves en el cielo, muy por encima de nuestras cabezas. Son zorzales de panza roja, están buscando un lugar donde anidar cerca porque está por empezar su temporada de reproducción, la cual es corta pero deben ocuparse de sus crías durante mucho tiempo.

-Disculpa. Me distraje. Ehh, no, ¿dónde consigo una llave?

El profesor atendió a Arathidas cuando le dijo aquello.

 -No hay problema, joven Arathidas. Oh, y su equipaje está ya en su cuarto, por eso no se preocupe.

Y Azazel le habría dicho algo más, pero como vio que una muchacha se ponía a charlar con él, simplemente sonrió y siguió con su trabajo.

No está molesto por mi comportamiento. Asir me hubiera dado horas de sermones sobre los modales y la buena voluntad de las personas, pero el simplemente me perdono...

No tardo en darme cuenta de que la magia de la humana esta ligada a la naturaleza, -Pero no se se siente cómoda con ella. Se lo que se siente...

Mis ojos vuelven a ser azules y antes de seguir metiendo la pata ayudo a mi compañera.

Pualani, el es Azazel beelem. Será nuestro profesor este año. Pídele la llave de tu dormitorio y mira quien será tu compañera. Después de eso, si quieres, podrías ayudarme a identificar las plantas del lugar, donde vivo no hay plantas...

¿¡QUEEE!? Donde Arathidas vive no hay plantas. ¿¡Cómo!? Con razón se lo ve tan triste. Nadie es feliz sin plantas. Por supuesto que le mostraré las plantas. ¡Ya quiero verlas yo!

Pero recuerdo que me presentó a un profesor. Entonces freno un segundo y lo saludo.

- Hola, profesor. Gusto en conocerlo -le sonrío cálidamente-. Mi nombre es Pualani Kalawaii’o. Soy de primero. Soy nueva aquí.

Lo saludo amable. Hago lo que Arathidas me dijo. El profesor me da una llave. Mi equipaje también desaparece. ¡Qué divertido! También me dice que mi compañera de cuarto se llama Sarah. ¡Qué bueno! ¡Otra amiga!

Termino de hacer todos esos trámites. Lo miro a Arathidas. Tiene otro color de ojos.

-¡Woooow! ¡Tus ojos cambiaron de color! ¿Cómo hiciste eso? -pero recuerdo que no le gusta hablar de su magia. Añado rápido- Ehh, si quieres damos una vuelta entre los árboles y te muestro las plantas.

Una chica bastante peculiar llamó la atención de Sarah, sacándola de su ensoñación en la que Joel y ella cabalgaban en un precioso corcel blanco hacia el atardecer por una playa de arenas blancas... -¿Eh?- en una situación normal habría dado un respingo al ver un insecto, pero en el caso de Laila la asociaba más a una persona con apariencia de araña que a una araña como tal. -Oh...- la cogió de las manos mientras hacía pucheros y clavaba sus ojos en los de la arácnida -¡Yo también soy nueva! No sé dónde ir... Aunque- señaló un punto más allá -todos han ido hacia allí... Así que o es allí donde hay que ir o dan dulces gratis. En cualquier caso, ¿vamos?- le dio un tironcito animada de pronto. Era la primera que le dirigía la palabra en el lugar y parecía simpática.

-Por cierto, me llamo Sarah. Mi abuela me enseñó algo de magia, lo básico, pero me dijo que con eso ya no tendría que empezar en primero... Aunque tampoco estoy segura de estar preparada para ir a segundo... Supongo que lo mejor será preguntar. ¿Tú cómo te llamas?, ¿quieres que seamos amigas?- soltó todo casi sin darle tiempo a la arácnida a responder, pero siempre con una sonrisa en su rostro.

Que increíble. Estoy conversando, no es tan difícil, pero aún no le he dicho de lo que soy capaz...

Me quedé un rato largo reflexionando sobre ese tema, tanto que me olvide de que Pualani me estaba hablando. me di cuenta después de un tiempo.

¿Mis ojos cambiaron de color? Es una pena que no pueda notar cuando pasa. -Dije con una sonrisa. Por lo visto está impresionada por el lugar en el que vivo. Sería una humana simpática según las expectativas del sabio Asir...

Sería increíble poder ver cosas nuevas. hace meses que no me dejan salir, igual no hay mucho para ver donde vivo. Pero por lo visto tu sí que tienes aventuras. Por cierto, me parece increíble que tu magia esté ligada a la naturaleza, pero si no quieres hablar de eso cambio el tema, a mi tampoco me gusta hablar de ella.

Me despido del profesor Beelem y camino con por un camino contrario a las otras personas, pero dentro de los límites de la academia, parándome para esperar a Pualani.

A la joven arachne se le iluminó el rostro cuando Sarah fue tan amable con ella.

 -¡Sí, seamos amigas! Yo me llamo Laila Bergen, ¡encantada de conocerte Sarah!

Parece que al tener a alguien con quien hablar, la expresión de la chica araña había cambiado de "triste confusión tímida" a "alegría emocionada".

Juntas, Sara y Laila se dirigieron al puesto de segundo curso, donde una señora menuda y muy amable les tomó los nombres y les hizo entrega de las llaves de sus respectivos cuartos. Nada más coger dichas llaves, los equipajes de ambas muchachas desaparecieron como por encanto. Laila estuvo a punto de entrar en pánico, pero la profesora que les había tomado los nombres la tranquilizó diciendo que su equipaje estaba sano y salvo en su cuarto.

Respirando aliviada, la arachne dio las gracias a la profesora y se alejó del puesto junto a Sarah.

 -Bueno y ahora, ¿qué hacemos? ¿Quieres ir a dar una vuelta? ¿O vamos a las habitaciones a ver si está el equipaje allí?

Sonrió cuando le dieron la llave del que sería su cuarto, guardándolo como si fuera el mayor de los tesoros. Además, ¡si la perdía seguramente no podría entrar a su cuarto!

-¿Exploramos?- miró a Laila sin perder la sonrisa. -No dudo de que nuestras cosas estén en nuestros cuartos, pero al parecer- señaló el número de su llave y el de la arácnida -estamos en habitaciones diferentes- habría sido una hermosa coincidencia que les hubiese tocado juntas, pero no fue el caso. -Y no quiero quedarme sola otra vez- admitió con algo de culpabilidad en su tono de voz. -Así que, ¿qué te parece si primero conocemos un poco el lugar para evitar perdernos? Así nos será más fácil encontrarnos cuando quedemos en algún lugar.

Finalmente llegó el día.

Recogió sus pertenencias de su dormitorio en la Facultad de Antropología de Miskatonyk y se sentó impaciente en la puerta principal del campus.

Llega un bus del aspecto más vulgar posible, pero repleto de alumnos y alumnas de todas las edades. Muchos incluso preadolescentes y... algunos no parecen del todo humanos!!!

Cuando se empieza a reponer de la sorpresa, ve cómo el bus entra en un callejón y empieza a acelerar! Afortunadamente, varios metros antes de la pared se abre una especie de agujero en el aire por donde pasa el autobús para llegar a un entorno completamente diferente.

Aún le tiemblan las piernas cuando baja del bus con su mochila. Equipaje que le reciben gentilmente asegurando que aparecerán en su cuarto... justo antes de hacerlo desaparecer en medio de un resplandor!

Se dirige a los puestos de inscripción de curso y, camino del puesto para el primer curso se cruza con Sarah y Laila. A las que saluda con su típica sonrisa de oreja a oreja tratando de ser simpático. O: )

En el puesto de primer curso pregunta por las opciones de convalidación de asignaturas.

Hola,

A nivel de roleo... creo que aquí podemos colocar la siguinte secuencia de ubicaciones:

1- Despacho del Orientador James Skullroy

2- Despacho de la Directora Morgana

3- Dormitorio

4- Biblioteca, que es donde me encontraré con Darrow Fang

Creo que no hará falta que yo rolee nada hasta la biblioteca. Las 3 ubicaciones anteriores me basta con que me hagas una descripción.

Muchas gracias,

Robert

Miró emocionada a Sara y asintió vigorosamente.

 -¡Claro, vayamos a explorar! ¿Por dónde quieres empezar? ¿Dentro o fuera? Creo que por fuera tienen una piscina, pero por dentro hay una cafetería donde tienen unas tartas riquísimas.

Laila sacó un folleto arrugado de su bolsillo.

 -Mira, está todo aquí.

Te enseñó el folleto, que era de publicidad de la academia. En él se veían los jardines, la piscina, varias aulas, el campo de entrenamiento mágico, la cafetería, la minidisco, los pasillos de las habitaciones… En resumen, muchos lugares que conocer en persona. ¿Por cuál empezar?

Sin duda el hecho de que hubiese una piscina había llamado su atención, pero la sola mención de las deliciosas tartas y pensar en los posibles dulces que podría guardar esa cafetería hizo que se decantara sin dudar un instante. -¡A por los dulces! Diiiigo... A la cafetería, ¿no?- miró con curiosidad el panfleto que llevaba Laila. No le sonaba de haber visto ninguno antes, pero puede que con tanta emoción se le pasara por alto. -Por cierto, ¿dónde puedo conseguir uno? Me vendría bien para no perderme y qué más cosas hay en la academia.

 -¿Eh? Ah, esto, me lo enviaron por correo cuando mi madre pidió información a las academias disponibles. Seguramente en la oficina del conserje tengan más folletos.

Mientras hablaba, Laila había comenzado a caminar hacia el interior de la academia.

 -Pero primero vayamos a la cafetería. Probamos a ver qué dulce tienen recién hecho y luego vamos a la oficina del conserje a por un folleto para ti, ¿qué te parece eso?

La arachne estaba ya mucho más relajada y alegre. ¡Lo que hacía conocer a una persona simpática en tu primer día en un sitio nuevo!

-¡Perfecto! Vayamos entonces a desayunar- nada más mencionarlo su estómago gruñó complacido con la idea. -Luego buscaremos dónde tienen esos folletos. ¡Ah! Pero pidamos antes las llaves-.
Sin más, tras coger las llaves de su cuarto, Sarah puso rumbo hacia su nuevo destino actual: la comida.

Por fin había llegado a la escuela, Sayaka estaba un poco nerviosa porque no sabía que era lo que se iba a encontrar, su madre le había dicho que tenía que ir porque aprendería muchas cosas y conocería a mucha gente, y precisamente eso era lo que le asustaba, que conocería a mucha gente.

Con un gran suspiro Sayaka llega hasta la puerta y la observa mientras dice más para sí misma que para nadie:

Bueno… ya estoy aquí… a ver… pero… ¿A dónde voy?

En ese momento un pequeño zorro blanco de ojos rojos aparece en su hombro, ella le mira con amabilidad y le acaricia mientras dice:

Kitsu… que sitio tan grande ¿verdad? Ufff… cuento contigo para que me ayudes, jeje

El edificio era muy grande y los jardines también para alguien acostumbrada a las construcciones de su aldea, aldea que estaba en el interior de un bosque, por lo que no era precisamente grande. Tras tragar saliva de nuevo se encamina hacia la entrada en busca de alguien que le indique que tiene que hacer

El reloj de la torre dio doce campanadas, anunciando la llegada del mediodía.

Viste que los alumnos que se habían quedado charlando allí fuera empezaron a entrar en el edificio. ¿Serían las clases que estaban comenzando? Pero si los profesores estaban allí fuera todavía... Lo mejor sería preguntarles directamente a ellos. Y como te habías matriculado en 3º, pues a la mesa de tu curso a preguntar al hombre zorro que había allí.

Cuando te acercaste al profesor Refur, éste lo primero que hizo fue apuntar tu nombre en la lista que tenía, transportar tu equipaje a tu cuarto y darte la llave de tu habitación. Te resultaba curioso como perteneciendo los dos a razas zorrunas, erais tan súmamente diferentes.

 -Listo, con esto ya estás preparado para enfrentarte a tu primer día. Ahora yo que tú iría tirando para el salón de actos si no quieres perderte la ceremonia de apertura de curso. ¡Pasa un buen día!