Partida Rol por web

QUINTO ASALTO: RESOLUCION:

TABLERO.

1) Carcelero: Ataca al Koldun con su maza con 7 éxitos brutos de ataque. Defensa Parada Koldun: 4 -1 (ha atacado en su turno anterior) = 3. Ataque neto: +4 éxitos. Daño: +4 (éxitos) + 13C (daño maza) +1 (Fuerza de Ghoul) - 14 (Absorción Contundente Koldun) = 4 dados de daño bruto. - Daño neto: 2 Heridas de Daño Contundente al Koldun. El mazazo es tan potente que casi parece abollar la imposiblemente gruesa y pesada armadura del Koldun del Agua Negra.

2) Koldun Boru: Ataca al Carcelero con su espada con 4 éxitos brutos de ataque. Defensa Parada Carcelero: 3. Ataque neto: +1 éxito. Daño: +1 (éxitos) + 6L (daño espada) - 7 (Absorción Letal Carcelero) = 8 (daño mínimo). - Daño neto: Causa 3 Heridas de Daño Letal a Carcelero. El tajo de espada en sí no parece tan peligroso y Carcelero se confía, pero hacia el final del movimiento, el ataque del Koldun se convierte en una oleada de espíritus furiosos que perforan la densa túnica de mallas de Carcelero y logran morder su carne y derramar la sangre de Durius que lleva en sus venas.

3) Lacayo Vasilov: Se mantiene delante de Enrietta en actitud protectora.

4) Enrietta: Contempla al Koldun.

5) Chambelán Otto: Tras pararse un momento a observar sus lastimadas manos y las uñas rotas con las que ha tratado en vano de agujerear la pared de piedra del extremo Este de las Mazmorras, se para a escuchar como una bestia agazapada los pasos de Mikail y Hakir. Intuyendo que allí hay una salida, corre hacia las escaleras a su máxima velocidad, transformado apenas en un borrón de movimiento. Pasa corriendo bordeando la parte Norte de las Mazmorras, lo más alejado posible del Koldun. Ha sufrido una Herida de Daño Letal (está Magullado).

6) Lacayo Mikail: Entra en las Mazmorras.

7) Guardia Hakir: Entra en las Mazmorras.

8) Mazmorreros: Permanecen paralizados por el miedo.

¡¡¡COMIENZA EL SEXTO ASALTO!!!

 - "Pues que así sea. Tú peste insurrecta es una ofensa para mi magnanimidad. Morirán todos los que no deseen el perdón."

Aquella noche llovía.

Un poco. 

Carcelero recuerda el frío, la humedad, el grito de los búhos, los hombres muriendo. Recuerda el abrazo terrible de su Amo, su furia, su inexorable determinación.

Éste ser, sin embargo, habla de magnanimidad y perdón... y Carcelero enfurece.

-No mereces el manto de las sombras, perro -escupe, lanzándose como un animal contra su enemigo.

El monstruo abraza al monstruo ignorando el dolor, la espada que cercena, los pinchos en la armadura. Aprieta con su fuerza de osos, busca la boca repleta de colmillos del extraño, enmarcada contra el fondo blanco de su rostro... y muerde con la virulencia de un animal herido.

Es puro horror y maldad. Todo a mi alrededor destila muerte, dolor... pero no puedo apartar la vista de ese ser poderoso que se yergue impasible. Entierro la cara en la espalda de Vasilov al ver a Carcelero abalanzarse sobre ese ente sobrenatural. El espectáculo es terrible, pero no puedo ni llorar, ni gritar. No puedo morir así... así no, Dios mío...

KOLDUN BORU:

- Curas 2 Heridas Contundentes al coste de 3 de Sangre Robada.

- Debido a tu maldición de la Carne Cadavérica, sin embargo, las magulladuras permanecerán visibles en tu cuerpo, aunque el daño en sí haya sido curado a efectos mecánicos de reglas. Es decir, te curas, pero tu cuerpo sigue aparentando a efectos narrativos las heridas, pues no es capaz de curar el daño. Tu personaje odia ser herido en combate, pues las consecuencias en cuanto a deterioro de su cuerpo no muerto son para siempre. Por eso llevas una armadura tan pesada.

CARCELERO:

- Con una tirada reflexiva de Resistencia + Supervivencia podrías recuperar 1 Herida Letal al coste de 3 puntos de Sangre Robada (te quedan 5).

- En esta tirada en concreto no se aplican penalizaciones por Heridas, pero al haber recibido 3 Heridas, estás Lesionado y tienes -1 a casi todo lo demás que hagas.

Embozado en su capa Mikail avanzaba delante del guardia ducal Hakir. No era la primera vez que bajaba a las mazmorras pro lo que no le sorprendió el fétido olor que allí se respiraba. La única iluminación de los pasillos que llevaban a las celdas provenía de antorchas en las paredes que emitían su titilante y débil luz haciendo que las sombras bailasen y confirieran a todo un aspecto mucho más tenebroso. Pero esa misma ausencia de luz hacía casi desaparecer al lacayo, cubierto de negro, con su pelo azabache cayéndole sobre los hombros, a pesar de tan sólo separarle del guardia la longitud de su lanza.

- ¿Qué demonios...es eso?- Susurró Mikail al único hombre que podría escucharle hablar tan bajo, el guardia ducal. Algo se les venía encima a una velocidad vertiginosa. En la oscuridad no era más que una forma borrosa e irreconocible. El lacayo se echó asustado contra la pared a la vez que observaba, ojiplático, lo que acontecía en las mazmorras. Había visto a Carcelero en varias ocasiones y no le tenía ningún aprecio, siempre atemorizado por acabar en alguna de aquellas celdas, como esos pobres hombres que habían perdido la razón bajo las insufribles e interminables torturas. Aún recordaba allí a Innya y Dagu. Había visto luchar al Carcelero contra los Basarab y le bastaba para saber que era un monstruo. No sabía a ciencia cierta qué era lo que había al fondo de la mazmorra, pero desprendía tal aura de muerte y maldad que sus piernas comenzaron a temblar al ritmo del castañeo de sus dientes. Cerca de la Muerte personificada se hacinaban en una celda Vasilov y Enrietta. Por un momento llegó a pensar que le habían traído allí para recibir su castigo.

CARCELERO:

- Tirada normal de Resistencia + Supervivencia. Dados de 10 desglosados, dificultad 7. Necesitas 1 éxito.

SEXTO ASALTO: RESOLUCION:

TABLERO.

1) Carcelero: Se concentra un momento y el tajo causado por la espada del Koldun comienza a soldarse, lentamente, pero a ojos vista. Suelta su maza y deja caer la cabeza destrozada de Molensk al suelo, y salta hacia el Koldun del Agua Negra, intentando aprisionarlo en un abrazo aplastante. El Koldun, sin embargo, rechaza su ataque con una espada que parece hecha de sombras vibrantes y negros espíritus que gimen y lloran. Ataca al Koldun desarmado con 2 éxitos brutos de ataque. Defensa Parada Koldun: 4 -1 (ha atacado en su turno anterior) -0 por Heridas (tan sólo está Magullado: OK) = Falla.

2) Koldun Boru: El Koldun aspira aire y docenas de espíritus de la Oscuridad Eterna Más Allá de Este Mundo parecen cubrir sus heridas, que sin embargo, siguen mostrando un aspecto horrible en la abollada armadura. Ataca al Carcelero con su espada de sombras aullantes con 6 éxitos brutos de ataque. Defensa Esquiva Carcelero: 0 (no puede usar Parada contra la espada del Koldun, pues ha soltado su maza). Ataque neto: +6 éxitos. Daño: +6 (éxitos) + 6L (daño espada) - 7 (Absorción Letal Carcelero) = 8 (daño mínimo). - Daño neto: Causa 1 Herida neta de Daño Letal a Carcelero. Su espada parece convertirse en mercurio negro, que está en todas partes a la vez, pero las esquirlas semisólidas apenas arañan la carne de Carcelero. Carcelero está ahora Lesionado (-1 dado a toda acción activa).

3) Lacayo Vasilov: Se mantiene delante de Enrietta en actitud protectora.

4) Enrietta: Contempla al Koldun sin poder despegar la vista.

5) Chambelán Otto: Corre a una velocidad increíble por la pared Norte. Casi ha llegado hasta Hakir.

6) Lacayo Mikail: Retrocede un paso al Oeste y se pone en guardia, con el muro de piedra a su espalda.

7) Guardia Hakir: Inactivo.

8) Mazmorreros: Permanecen paralizados por el miedo.

Al llegar a las mazmorras me he quedado paralizado unos instantes. No pensé que encontraría semejante panorama, no allí, y menos que el propio Chambelán fuese un Vampir. Me olvido del lacayo y observo que el Chambelán se lanza hacia mi dirección. Sus movimientos son sobrenaturales.

Entonces reacciono. Fuera están haciendo guardia y rastrando buscando aquello que aquí se encierra. Mi primer impulso es defenderme atacando, pero lo pienso mejor y retrocedo, tratando de salir de las Mazmorras y, si es posible, cerrar las puertas tras de mí.

Ya lo tenían encima.

- Hay que dar la voz de alarma.- Dijo a Hakir que no parecía reaccionar en absoluto. Mikail lo hubiera hecho, salir al exterior y gritar que el mismo demonio estaba allí presente, pero tenía miedo de que al pasar el guardia lo ensartase con su lanza. Así de triste era la vida de un lacayo. Los guardias se mostraban arrogantes y bravucones cuando se enfrentaban a un pobre sirviente pero, cuando se trataba de ejercer sus funciones de proteger a los más débiles de los verdaderos peligros, se cagaban en los pantalones. 

Con movimientos lentos y pausados, Mikail se fue separando del guardia, hacia la pared sur, alejándose de la sombra difusa que se les venía encima. Se cubrió la cabeza con la capucha de la capa y trató de pasar desapercibido, bailar al son que lo hacían las sombras que se alargaban y encogían al ritmo que imponía el fuego de las antorchas.

Carcelero contempla la tremenda abolladura de la armadura del monstruo y sonríe mientras intensifica su ataque.

-¡Cuando en el futuro veas esa muesca recordarás a Carcelero!