Partida Rol por web

 - "Saludos, hombres del Magyar. Veo que les preocupa mi presencia aquí. Si se calman un poco, quizás podamos hablar de lo que sucede acá y no tendré que acabar con la miserable existencia de ninguno."

Carcelero alza la maza de nuevo, pero no la descarga aún. Vuelve un tanto la cabeza hacia ese nuevo terror, con más impaciencia que otra cosa.

-Habla, o ven. 

CARCELERO:

- Intuyes que esa maldita criatura no muerta que os habla es posiblemente tan poderosa como tu amo y señor, el Duque Kadar.

- Es sin duda el temible aliado de los Basarab, y tú tienes casi muerto a tus pies al último de los Basarab. Seguramente ha venido a rescatarlo para honrar su antiguo pacto, si lo eliminas, ya no tendrá razón alguna para permanecer en el Castillo u oponerse a los designios del Duque sobre estas tierras.

Algo así imaginaba: por eso me lancé sin dudar a por Molensk. Carcelero es un monstruo, y si algún día acabara siendo un vampiro sería alguien muy peligroso... pero también es un tipo pragmático y muy muy práctico.

El monstruoso carcelero decide que ha perdido ya suficientemente el tiempo y vuelve a golpear como el psicópata que es al desmadejado cuerpo de Molensk. Cuando se cansa, arroja la maza al suelo y se lanza contra el sanguinolento cuello de su enemigo, mordiendo, masticando y engullendo con sus dientes afilados como cuchillos.

 - "No me gusta tu tono, miserable Ghoul. Soy más antiguo y poderoso que el amo que te da la vida y podría destruirlo igual de fácil que a ti. ¿Es acaso un desafío lo que me haces? Si es así, puedo esperar a que estés muerto para hablar."

- Carcelero pareció perder el control, mientras todos los demás, excepto Vasilov, se encogían de miedo.

- Golpeó con un terrible golpe de maza el ensangrentado y destrozado cráneo del Caballero Molensk Basarab, hasta salpicar las paredes de la celda con su masa encefálica. Después, arrojando la maza al suelo, se arrojó sobre el cadáver, mordiendo, masticando y engullendo con sus dientes afilados como cuchillos.

- "No me gusta tu tono, miserable Ghoul. Soy más antiguo y poderoso que el amo que te da la vida y podría destruirlo igual de fácil que a ti. ¿Es acaso un desafío lo que me haces? Si es así, puedo esperar a que estés muerto para hablar." - Avanzo hacia la celda mientras hablo.

Carcelero se levanta lentamente, el rostro ensangrentado como el de un lobo hambriento del invierno. Toma con su mano derecha la maza de guerra, y con la izquierda la cabeza de Molensk Basarab que acaba de arrancar con sus propios dientes, sujetándola del pelo.

-Has venido a por esto -dice, arrojándola contra la puerta-. Aquí lo tienes.

Entonces agita el arma, acercándose a la puerta.

-Sé qué eres, y por más poder que haya dentro de tus venas no te tengo ningún miedo -dice, relamiéndose con la lengua saboreando la sangre del Basarab muerto-. Ahora ven a quitarme la vida, si quieres: no temo a la muerte, no temo a la tortura, no te temo a ti.

- Los músculos de Carcelero se expanden de un modo monstruoso, al tiempo que sus tendones y articulaciones se retuercen dolorosamente. Su cuerpo se hincha de un modo grotesco e inhumano, quedando constreñido en los límites máximos de lo que da de sí su densa túnica de mallas de cuerpo completo.

 - "Pues que así sea. Tú peste insurrecta es una ofensa para mi magnanimidad. Morirán todos los que no deseen el perdón."

KOLDUN BORU:

- Hay que tirar el daño en este combate, no usamos la regla opcional de daño máximo en esta ocasión. Tira 15 dados y usaremos los que sean necesarios.

La imagen del Carcelero aplastando el cráneo de ese maldito Basarab y desparramando sus sesos por el suelo no me resulta agradable de ver pero lo que acontinuación presencio es sin duda alguna lo más asqueroso y repugnante que he visto hasta el momento. Carcelero se agacha y empieza a morder el cuello del Basarab hasta arrancarle la cabeza.

Me viene una arcada al vontemplar la escena y tengo que hacer un verdadero esfuerzo para no vomitar lo poco que he ingerido a lo largo del día.

Luego ni corto ni perezoso Carcelero estampa la cabeza del Basarab contra la puerta provocando a esa imponente figura que tiene aterrado al Chambelán pero que misteriosamente a mi "no me aterra tanto".

TERCER ASALTO:

TABLERO.

1) Carcelero: Remata de manera espantosa al Caballero Molensk Basarab.

2) Koldun Boru: Avanza hacia la celda donde está Carcelero mientras sigue hablando, espada en mano.

CUARTO ASALTO:

TABLERO.

1) Carcelero: Arranca la cabeza a Molensk al tiempo que desafía al Koldun y comienza a transformarse en una masa informe y grotesca de músculos hinchados.

2) Koldun Boru: Golpea con su espada la cerradura de la celda, destrozándola y dejando la puerta abierta.

Carcelero no se lo piensa mucho: lanza un viejo grito de guerra magyar, un recuerdo de su juventud noble y guerrera, y se lanza con toda su fuerza contra el ser que lo va a matar.

PASADA LA NOVENA CAMPANADA DE LA NOCHE.

- Mikail, embozado y arrebujado en su capa oscura, baja los escalones empinados que llevan del Patio a las Mazmorras, seguido del guardia ducal Hakir que le amenaza para que avance a base de punta de lanza.

- Las Mazmorras están pobremente iluminadas por unas pocas antorchas. El lugar apesta a cuerpos sin lavar, heridas mal curadas, enfermedad y locura, pues en las celdas que recorren la parte Sur de las mazmorras hay una docena de prisioneros que llevan años en este lugar y han caído en la más oscura y absoluta demencia.

- Hacia el fondo hay una celda ocupada, dentro están Vasilov y Enrietta. El primero hace un vano intento de proteger a Enrietta con su cuerpo, mientras ella reposa en el suelo aterrada, mirando con fijeza el horror que hay más hacia el Este de las mazmorras.

- En el muro Norte, se apretujan, paralizados por el miedo, los cuatro Mazmorreros. Junto a ellos pasa como una exhalación una figura ataviada con lujosos ropajes oscuros, tan rápida que sus movimientos son apenas un borrón de movimiento que la retina apenas registra. La figura tiene las manos ensangrentadas por heridas autoinfligidas; sisea, gruñe y gimotea como un extraño cruce entre un gato gigante aterrorizado y una alimaña de cementerio. Sus ojos son amarillos y brillantes, desprovistos de toda inteligencia, tan sólo instinto. Su piel es blanca como la leche y brillante como la luna. Sus rasgos son bestiales y no muertos. Su boca abierta muestra unos tremendos colmillos afilados.

- En el interior de la última celda, la más reforzada, se alza Carcelero, completamente abotargado y grotescamente inflado y deformado. Una masa de músculos y tendones retorcidos que a duras penas cabe apretujada dentro de una densa túnica de mallas. En una mano enarbola una tremenda maza cubierta de sangre y restos de masa encefálica. En la otra sostiene por los pelos una cabeza reventada casi irreconocible. Su boca abierta ríe con una cavernosa boca llena de dientes afilados como los de una barracuda. A sus pies está el cadáver descabezado del Caballero Molensk Basarab.

- La puerta de esa celda está abierta de par en par, la cerradura completamente destrozada. Y ante esa celda (al Norte de la misma) se alza una figura oscura y tenebrosa, que hace que el propio castillo parezca aún más siniestro y maldito de lo que parece normalmente. Las propias piedras alrededor de esta figura parecen llorar y gemir de pavor. La figura es de un tamaño indeterminado, pues tal es el aura de pavor que la rodea que subjetivamente parece de tamaño colosal, aunque objetivamente posiblemente tenga un tamaño normal. Va envuelta en una vieja armadura de caballero, a base de planchas y planchas de hierro herrumbroso desgastado por las décadas. El oscuro yelmo cerrado no termina de ocultar unos pavorosos ojos amarillos y una boca con tremebundos colmillos. El ser hiede a muerte y a tumba. Porta una espada en la mano con la que se dispone a golpear a Carcelero, quien a su vez le ataca con su maza.