Partida Rol por web

El combate fue intenso, y violento, se había convertido en algo habitual. Cada uno pensaba en un nombre, y después se comprobaba el resultado. Un caído, una muerte. El pintor dejó de permanecer entre los vivos por decisión de la mayoría después de más de una docena de intervenciones.

La joven de pelo morado y ojos cambiantes, lloró la pérdida de Thomas. Una reacción que la joven Xia no tuvo tiempo en pensar en todo ello. De improviso dos visitas. El demonio del primer día, y una mujer, no era el primer encuentro pero se preguntaba qué diablos querían. Se les quedó observando de forma analítica mientras otros prefirieron compartir palabras con los supuestos anfitriones.  No hizo falta añadir más al respecto.

Suspiró cansada, se mantuvo en silencio escuchando al resto, lo que tenían que decir.  Concretamente tanto a Meia como Amazarc, sus palabras, sus teorías, sus ideas, le hicieron pensar a la joven asiática en un intento de encontrar respuestas a una situación que se ha salido de control cobrándose vida tras vida.

Otras escenas se desarrollaron delante de sus ojos rasgados, escenas que prefirió omitir, y palabras que corrieron la misma suerte por ser innecesarias.

Es decir…que todo esto no ha sido más que una prueba para ver si éramos capaces de regresar y convivir en Faë. Lo cuál ha quedado más que claro que no. Aún hay odio, rencor, desconfianza.  – Después de haber dicho aquellas palabras otro suspiro, esta vez de resignación no pudo ser contenido.

Entonces….todo esto acabará una vez que aquellos que han iniciado el derramamiento de sangre sean erradicados, o si ellos son los únicos supervivientes, dejando al resto en el mundo de los muertos. ¿Lo entendí bien? – Primero expuso sus pensamientos, después preguntó.

Luego cambió un tono más cansado y lleno de fastidio.- Y lo mejor de todo es que nuestro hogar tiene problemas, y en lugar de solucionarlos estamos aquí matándonos. – Ironía en estado puro. 

Cuando la primera campanada sonó, me tensé. Ya una vez había pensado que no formaría parte del combate y me había equivocado. Sin embargo, cuando vi a los demás tomar posiciones contra Thomas, no pude apartar la mirada. La escena era aterradora, algunos parecían tan tranquilos que me ponía los pelos de punta ver como sacaban todas su fuerza. ¿Habría dado yo la misma impresión? No me gustaba verlo y tampoco formar parte de ello, solo quería que acabase.

Cuando acabó todo noté que Aubin me miraba, no sabía por qué y quise preguntar pero no pude. En ese momento apareció ese monstruo con la mujer, me enfurecí. Ellos nos habían metido allí, nos habían forzado a aquello y ahora se creían con derecho a juzgarnos. No teníamos líder pero estuve de acuerdo en que podría ser Zaira. No era que considerase que necesitáramos un líder, pero era la única que tenía contacto tanto con los vivos como con los que habían caído y, si había posibilidades de que alguno más volviera, lo justo sería que lo hicieran informados.

También estuve de acuerdo con todas la opiniones, hasta que no pude evitar hablar.- ¿Rencillas? Yo no tenía rencillas con nadie y me habéis metido aquí. Quien fuera que nos desterró metió la pata y ahora quiere arreglarlo pero, en vez de dejarnos volver, prefiere que nos eliminemos entre nosotros. Es odioso que nos juzguéis por la situación que habéis provocado, mientras os divertís mirando. No traéis aquí, nos decís que hay asesinos entre nosotros y esperáis que la semilla del miedo germine. El resto es fácil, nadie quiere morir y se va a defender. Vosotros lo habéis provocado y ahora tratáis de darnos lecciones de moralidad. Alguien que se limita a observar cómo otros se destripan, no es más que un monstruo. Vosotros lleváis más maldad en vuestro interior que cualquiera de nosotros. Por mucho que digas que solo él disfruta no te creo. Si fuera así no estaríamos aquí y no habríais mandado a esa cosa como guía.

Cuando Adam se acercó a ella para besar su frente, Allegra le pasó el brazo por la cintura en un abrazo corto pero intenso que decía en un simple gesto todo lo que no necesitaba pronunciar en voz alta. Frotó suavemente su espalda con ternura mientras él se apartaba y analizó su caminar con los ojos, asegurándose de que se encontraba bien tras el ataque sufrido durante la noche. 

Una pequeña sonrisa asomó a los labios de Allegra cuando Jane se adelantó para ofrecerse como líder y los ojos de la joven se dirigieron hacia Seth, tratando de comprobar si realmente estaba tan dispuesto a dejar que fuese otro el que ocupase ese puesto como decía. Sin embargo, la sorprendió más la oferta de Anastasia y sus ojos la siguieron mientras se acercaba a la mujer. Aunque una vez más, Misty dio en el clavo, haciendo que Allegra asintiera con la cabeza. Estaba a punto de proponer a la muchacha albina como líder cuando Shawn, el defensor del Bosque contra viento y marea, afirmó que asumiría el liderazgo de una Fata de Palacio. Lo miró sorprendida durante un instante para después quedarse escuchando en silencio las explicaciones de Meia. Escuchó con atención. Lo que decía y lo que callaba. Y por mucho que le jodiera reconocerlo, no podía evitar pensar que tenía razón en muchas cosas. Allí sólo eran supervivientes.

Pero Zaira había dicho algo que también había llamado su atención y la miró un instante antes de hablar. - Ni siquiera recordamos la Guerra con nitidez. - Dijo finalmente, dirigiéndose a Meia.

- Entiendo tus palabras y creo que tienes razón en algunas de las cosas que dices. Pero... No sabemos cuáles eran los bandos, ni por qué luchamos entre nosotros hace años, si es que lo hicimos realmente. Joder, ni siquiera sabemos por qué nos expulsaron. ¿Cómo vamos a encontrar la paz si no podemos comprendernos a nosotros mismos? - Preguntó, antes de seguir hablando, lanzada. - Habláis de nuestra ponzoña... Pero ni siquiera sabemos qué se supone que hicimos que fuese tan grave. ¿Cómo vamos a solucionar así las rencillas del pasado? Si sólo tenemos retazos confusos de él. ¿Por qué nos expulsaron? ¿Por qué nos enfrentábamos? ¿Cuáles eran los bandos y qué ideales perseguíamos? Fomentáis el odio en lugar de ayudarnos a apaciguarlo, nos obligáis a exteriorizar una rabia que no podemos comprender sin saber cómo nació en nosotros. Si todos tenemos la Guerra dentro, ¿cómo vamos a erradicarla sin poder entenderla antes?

Hizo una pausa y señaló a Shawn. - Un guardián del Bosque manifestando ser capaz de aceptar como líder a una Fata de Palacio... ¿No os hace pensar eso que algo ha cambiado en nosotros? - Señaló con un gesto de la mano a Ivanna, a Jane, a Niba, a Chris... Los que habían vuelto de la muerte. - No sólo hay muerte aquí. También hay vida y alguien lo está haciendo posible. No somos sólo odio y ponzoña por mucho que os empeñéis en repetirlo o en forzarnos a exteriorizarlo. Hay mucho más que eso en nosotros. Y Fäe lo necesita.

En el momento en que terminaba de hablar un movimiento llamó su atención hacia la escena entre Amazarac, Lyman e Ivanna que había estado ignorando deliberadamente. La visión de las arañas de nuevo, cientos, miles de ellas, correteando por el suelo y empezando a cubrir la piel de la joven pelirroja le provocó náuseas. Tuvo que cerrar los ojos un instante, apretando los puños y las mandíbulas, conteniendo una repugnancia, que tal vez era tan sólo un residuo de su carcasa humana, pero que le revolvía el estómago y erizaba con un cosquilleo imaginario toda su piel hasta el vello de su nuca.

- Joder. - Murmuró, asqueada. - Odio las putas arañas. 

El guarda asintió repetidamente en un gesto de impotencia, no podía creerse que hubieran venido solo para decir aquello. Se pasó ambas manos por el cabello y dio media vuelta para caminar un rato lejos de aquel par. Solo quieren reafirmarse y enseñar los comillos, pensó. Echó un vistazo al resto de edificios, y después a la torre del reloj. 

Menudo coliseo romano se han montado...

Los miró con disimulo antes de volvió a agachar la mirada y optó por no prestarles más atención. Solo caminó de regreso hasta el roble que había crecido hacia solo unos minutos, lo acarició y tras darle un par de palmaditas se sentó contra su tronco. No había mucho que quisiera compartir con el grupo después de la muerte de su amigo.

Simplemente calló y observó bajo el cobijo del árbol, atento a los pasos de sus anfitriones.

Esto es ridículo, no tiene ningún sentido intentar razonar con ellos - dijo molesta, mirando a Allegra y luego al resto - Nada asegura que lo que ellos dicen sea verdad. Ni que tengan poder alguno sobre lo que nos pasa o lo que no... Y por si esto fuera poco, ¿De verdad están dispuestos en confiar en un Huasón ninfómano con complejo de Hellraiser y su sidekick? 

Apuntó con la mano las arañas que subían y bajaban por el cuerpo de Ivanna. 

¿En serio? - volvió a preguntar. Era difícil creer que le atribuyeran tanta seriedad a un par de payasos como esos - Son solo sádicos que vienen a pasar su tiempo libre, nada que nos sirva para resolver el conflicto.

Ivanna comtempló el ansia de Amazarac con una sonrisa maliciosa cargada de satisfacción y un brillo de curiosidad malsana en la mirada. Lo observaba muy de cerca, haciendo caso omiso a sus peticiones- Quién sabe...-contestó a su pregunta, dedicándole un guiño, mientras acariciaba distraídamente las solapas de su abrigo.

Al escuchar cómo aquel fata monstruoso increpaba a Lyman, no pudo evitar dirigir su atención hacia este último, y observarlo, tratando de discernir quién podría encontrarse bajo su piel humana. Había algo en él que le resultaba vagamente familiar. Y guardaba similitudes con alguien a quien había conocido junto a la Bruma. Alguien sabio, que observaba sin ver, y que la había acogido en su seno cuando llegó a los parajes hermosos y desoladores de la Linde. 

Pensar que quizá precísamente él podría estar observando aquella escena hizo que se sonrojase profusamente. Y a la par que sentía que quizá aquello era inadecuado, el hecho de que quizá lo fuese sólo enardecía sus ánimos, y provocaba en ella un hondo suspiro. 

Cuando devolvió sus atencionas a Amazarac, con la mirada clara y ansiosa, su expresión era la de alguien cargado de intenciones. Intenciones que quedaron en el aire, en el mismo momento en el que el fata comenzó a disolverse, tal y como había hecho bajo la piel de aquella niña humana varias noches atrás. Ivanna retrocedió un paso por puro instinto, mientras observaba con ojos bien abiertos cómo aquella maraña se acercaba presurosa a su cuerpo. 

Sabía que aunque corriese podrían alcanzarla. Y en el fondo, no estaba segura de si realmente quería correr, aunque una parte de su remanente humano se lo estuviera pidiendo a gritos. De manera que respiró hondo, y recibió, inmóvil, el tacto de la masa arácnida a medio camino entre el horror y la sorpresa. Su cuerpo se estremeció, retorciéndose involuntariamente, a medida que los insectos ascendían por sus piernas. Emitió un leve jadeo, evidentemente asustada, y cerró los ojos, tratando de mantenerse quieta a fuerza de pura voluntad. 

Entonces lo sintió- Oh...-musitó, jadeando de nuevo, de una manera completamente distinta y alejada del miedo- Ohh...- el sonrojo en sus mejillas se hizo aún más evidente, a medida que su cuerpo iba viéndose invadido por las artimañas de Amazarac. Su expresión fue mutando, poco a poco, fundiéndose en una máscara teñida de un placer distinto y difícil de describir, y para cuando las arañas comenzaron a emerger por encima del cuello de su abrigo, Ivanna ya se encontraba con la cabeza echada hacia atrás y los labios entreabiertos, emitiendo leves e incontenibles gemidos que pronto se vieron ahogados por la propia maraña, al mismo tiempo que su cuerpo temblaba bajo el tacto de una caricia intensa y envolvente de mil componentes. Una caricia grotesca, como el propio Amazarac. Una caricia extática, que horadaba en lo más hondo de su ser.

-Aaaa-laaaa, qué surrealista. La versión porno de la marabunta. - Dijo abriendo los ojos con una sonrisa de incredulidad. -Qué barbaridad la pelirroja...me está poniendo perraco y todo. Cómo gime.- Miró de reojo a Meia y de nuevo a Ivanna, inmersa en aquella insectofilia. Otra vez a Meia.-Oye Meia estaba pensado queee...no sé...tú...yo...edificios vacíos y tal...- De nuevo la escena.-Lo que yo te diga, perracooo, peroperraco.-

Cuando el fata bufón comenzó a burlarse de ella, la ira de Kammy solo se enaltecía y el aire a su alrededor se seguía calentando. Si Thomas hubiera estado con vida, habría sentido dolor por la temperatura del aire.

Shawn se acercó y se dispuso a construir lo que parecía un sepulcro para su amigo. Lo dejó y aún con el aire a su alrededor de esa manera, se acercó al fata y le tomó el brazo, esperando que se quemara, esperando que sintiera su ira y comprendiera que ella se sentía ansiosa por un combate. Lo miró sin decir una sola palabra pero con la misma furia que había mirado a Adam antes.

Al escuchar a Paul, se giró bruscamente hacia él, buscando la verdad en sus palabras, tratando de comprender su mensaje, negándoselo a sí misma.

- Mientes... - dijo mientras llevaba sus manos a su pecho.

- Sé que lo haces, sé que mientes como tantos aquí. Temes su poder... - casi hablaba en un tono demencial, tocabia sus sienes tratando de creer en sus propias palabras y dice - Él es inocente... - sus ojos de rojo pasaron a naranja, pasando nuevamente a violeta y dejando caer lágrimas en sus ojos. 

- Todos mienten, todos lo hacen. Puedo sentirlo - cayó de rodillas al suelo, repitiéndoselo en voz baja mientras comenzaba a tararear la canción que Amazarac cantó el primer día.

La escena entre Ivanna y Amazarac le era más que grotesca y con la visión borrosa y el comentario de Adam le parecía irreal. Levantó la mirada y la clavó en la pelirroja.

- Samuel... - dijo para dejarse caer completamente sobre el suelo, quedando boca arriba mientras miraba el cielo. Las palabras de la fata del consejo no le importaban.

Niba miraba a la mujer, Meia, dio un paso hacia ella, tenía una duda que sabía iba a resultar absurda, estúpida y extraña, pero aún así no más que lo que ya estaba sucediendo allí; fatas contra fatas. 

- ¿Y qué hay del lugar del que venimos? - Preguntó cuando Kammy hubo terminado de hablar- No Fäe, me refiero al mundo humano, yo no estaba tan mal allí siendo Niba ¿Podría volver? Sé que no es mi mundo y que no nací allí, que aquello fue simplemente el lugar de mi destierro, pero visto lo visto, no es ni mucho menos peor que esto, y como digo, desterrada o no, castigada o no, expulsada o no, en la tierra nadie me puso en la tesitura de enfrentarme a otros antes de que otros acabasen conmigo. Si la guerra va dentro de mí, y soy realmente perjudicial para Fäe, no estaría tan mal olvidar de nuevo quien soy aquí y seguir viviendo allí - Tragó saliva y luchó para no bajar la vista.

Suponía que iban a decirle que era una cobarde, incapaz de enfrentarse a los problemas cuando se presentaban y blah blah blah, le importaba un carajo, lo único que ella quería era salir de ese lugar de mierda o que la matasen de una vez, pero no para ir al un fingido salón de palacio a charlar con otros muertos, sino para descansar en paz y dejar de existir definitivamente de una buena vez.  

No fueron las bufonerías y las estupideces de Amazarac lo que detendrían al hombre de las sombras. Podría haber envuelto con sombras las arañas como en una red sin agujeros, un saco o una esfera y comprimirlo hasta estrujarlas y convertirlas en jugo. Aplastarlas con la misma facilidad que lo había hecho con una, posiblemente de forma fortuita en el túnel.

No. Fue el contacto de la mano de Lera quién lo sacó de sus propósitos y lo devolvió a al presente y quién le hizo ver que los resultados que podría haber obtenido no valían ni la pena del desgaste de poder usado.

-Hemos pasado de “hacer la guerra a hacer el amor”- Espetó recordando y en referencia a otro tiempo de su pasado. Mientras Ivanna jadeaba de fondo. –Es un avance ¿no?- Terminó su sarcasmo ante la grotesca escena de la que era oyente de primera fila.

-Tienes razón, Lera. Vamos.- Propuso no exento de desdén posiblemente más por lo bajo que caía su hermana que por lo que pudiese hacer aquél ser indigno. –No sé yo que pensé que ese bufón sabría o podría contar. Le atribuí más mérito del que sin duda merece, está claro que de lo que lo culpé de algo cuya autoría le venía grande.

Se alejaron unos pasos, y se olvidó por completo de los tres. Meia entre ellos. Puso sobre los hombros de su compañera la chaqueta que hacía rato que arrastraba con él.

Pasó la mano por la cabeza de Jane y le desordenó el pelo con cariño. –Te presentaste para llevar la voz del curso, ¿eh, pequeña?-  Bromeó con su voz ajada a sabiendas que lo habría hecho como una broma o una niñería más propia de la humana en que se refugiaba que de la Fata. -Yo te habría votado.- Añadió con una tenue y amigable sonrisa.

Luego volvió sobre la dueña de aquella mano, y bajó aun más su inusual tono de voz; -¿Estás mejor? Si quieres pasa la noche con ellos.- Le facilitó con un ligero movimiento de cabeza hacía ellos a sabiendas de que no querría separarse de sus hermanos. No era lo que deseaba, pero lo entendía, él estaba acostumbrado a la soledad por lo que podía sobrellevarlo sin problemas. De esa forma tan propia de él, casi dejaba patente con esas palabras que Lyman daba por cerrada la noche quizás la niña quisiera acompañarlo a visitar un poco más la Ciudad Oscura. –¿Qué dices Jane? ¿Te apuntas a buscar un buen alojamiento?

La llegada de los dos visitantes había alterado el orden habitual de las cosas, dándoos una noche cargada de crispación y nervios. Sin embargo había algo que no cambiaba: la oscuridad estaba cada vez más presente. Os encontrabais en medio de la conversación cuando esa negrura se hizo súbitamente aún mayor, de una forma a la que ya estabais habituados.

Duró apenas unos segundos. Ni la postura ni la expresión facial de Meia habían cambiado cuando la luz empezó a volver, como si aquello ni siquiera hubiera sucedido. Sin embargo sí se tomó un instante para llevar sus ojos al reloj, donde una nueva llama blanca hacía compañía a la que ya anidaba sobre el IX desde el amanecer del segundo día. Luego dirigió su mirada hacia Lyman, quien parecía dispuesto a irse, escrutándole, antes de detenerse de nuevo en vosotros. Las caricias de Amazarac - si es que podían llamarse así -, mientras tanto, habían aprovechado la oscuridad para aumentar su intensidad. Era cada vez más fácil notar el movimiento de las arañas por debajo del abrigo de la chica caminando más y más rápido, decididas a continuar hasta quién sabía cuándo.

La oscuridad hizo de la ciudad su presa en el mismo momento en que, sobrecargada por aquella experiencia grotesca, Ivanna se dejó caer de rodillas al suelo, apoyando las manos sobre los adoquines que pavimentaban el mismo, totalmente ajena a lo que estaba ocurriendo a su alrededor. 

Su cuerpo, inquieto, temblaba, y tras brotar de la maraña, sus jadeos se esparcían hacia cada rincón de ese lugar en el que el menor susurro era audible. La experiencia se hacía cada vez más intensa, acelerando los latidos de su corazón, que se hacía notar no sólo en su pecho, sino también en otros lugares de su cuerpo. 

Boqueaba, tomando el aire que las arañas le permitían. Se sentía sobrecogida, extasiada, asqueada y horriblemente excitada. Totalmente sobrepasada por la circunstancia. Tan llena, de manera figurada y literal, que no tardó en acabar abrazándose a si misma, alzando la cabeza hacia el cielo mientras su visión estallaba en miles de diminutos puntos luminosos, acompañando al propio éxtasis definitivo de su cuerpo, que se estremecía bajo el tacto de miles de extremidades, incontenible, sobre el pavimento, haciéndola saborear las mieles de un orgasmo intenso y enrarecido que tensó cada parte de su anatomía convirtiendo su carcasa humana en una cuerda a punto de romperse, amenazando con hacerla caer, desmadejada. 

Zaira se quedó paralizada por el horror y el asco, al ver como Amazarac volvía a deshacerse en miles de pequeñas arañas. Instintivamente dio dos pasos hacia atrás y contempló, con los ojos como platos, como aquellas diminutas arañas se acercaban hacia Ivanna. 

La joven miró a la pelirroja, confiando en que echaría a correr. Pero para su sorpresa se quedó quieta y aceptó aquel acto grotesco. Al principio le pareció ver el miedo en las pupilas de la pelirroja, pero enseguida una serie de gemidos empezaron a salir de sus labios. 

Menos mal que llevaban días sin probar bocado y su estómago no contenía nada. Pero una serie de arcadas sacudieron el cuerpo de Zaira, que tuvo que darse la vuelta para no seguir contemplando aquel macabro espectáculo. Se alejó de allí, sin esperar a que Meia respondiera a su pregunta, o a las palabras de Allegra. No podía seguir contemplando aquello, era realmente asqueroso.

Escuchó a Adam diciendo que se estaba poniendo perraco y se tapó los oídos, para dejar de escucharle a él y los gemidos de la pelirroja. 

Durante todo el rato que pasó entre el momento en que Anastasia me revolvía el pelo y que lo hiciera Lyman, sólo se me quedó grabado el maldito recuerdo de la pelirroja y sus asquerosos gemidos. No era el momento ni el lugar, y ya no me apetecía saber nada acerca de aquellas arañas, ni de preguntarles absolutamente nada. Aquel monstruo era horrible, y más cuando Ivanna tenía a su amado muerto.

—Qué desleal— dije, señalándola—. Zaira, deberás de contarle esto a Loth. Tiene derecho a saberlo— apunté, arrugando la nariz—. “No, no volveré sin él”— me burlé, poniendo los ojos en blanco, haciendo una voz de dos octavas por encima de lo normal—. “No, no quiero revivir sin él”. ¡Mentirosa! Poco has tardado para ponerte como una guarra en manos de Amazarac— escupí, sintiendo un profundo desprecio—. Zaira, díselo a Loth, díselo a todos los fatas que están allí y con los que puedes hablar. Diles lo que está haciendo aquí nuestra amiga— dije, arrugando el ceño.

Miré a Lyman después, tratando de calmarme, e intenté sonreír.

—Sí, vamos a cotillear por ahí— dije, algo más entusiasmada.  

La Fata se había tomado su tiempo antes de responder, escuchando a unos y otros. Cuando lo hizo fue después de que aquella llama blanca apareciese, y sólo dedicó una mirada neutra al cuadro que formaban Ivanna y un montón de arañas.

[color=#610B38]- Si dos esclavizan a un tercero y otros dos lo permiten, -[/color] Empezó a hablar, dirigiéndose a Zaira. [color=#610B38]- todos son culpables, ya sea por acción u omisión. -[/color] Dijo, como si eso eso fuera una respuesta a sus palabras. [color=#610B38]- ¿Se puede culpar al tercero por desear la muerte de los otros? Podrían someterlo a votación, concluir al contar los votos que esa situación es la correcta, y llamarlo justicia y democracia. Pero eso no significa que tengan derecho. -[/color] Expuso antes de hacer una pequeña pausa, mirando fijamente a la chica. [color=#610B38]- Que no busques la destrucción de lo que no es Palacio no te exime de culpa. Que otros deseen tu muerte no los convierte en nuestros enemigos.[/color]

Acto seguido la mujer dirigió su mirada hacia Xia, a quien observó durante algunos segundos más de lo habitual. [color=#610B38]- Todo acabará cuando no seáis un peligro para Fäe. -[/color] Sentenció. [color=#610B38]- Poco importa si es con las opciones que propones o con cualquier otra. -[/color] Aseguró.

Luego, frente a las palabras de Alana, la ceja de Meia volvió a alzarse, mostrando el mismo escepticismo del que ya había hecho gala en varias ocasiones. [color=#610B38]- ¿Quien os desterró metió la pata? -[/color] Preguntó de manera retórica, señalando hacia los cuerpos de los caídos. [color=#610B38]- Permíteme ponerlo en duda.[/color]

[color=#610B38]- No os hemos traído aquí y os hemos dicho que había asesinos entre vosotros. -[/color] La citó, manteniendo el tono de voz dentro de su registro habitual. Aún así podía notarse en su tono un deje de desdén, como si las cosas que Alana había dicho le hubieran resultado inapropiadas. [color=#610B38]- Os hemos traído aquí y os hemos dicho que todos vosotros sois asesinos. Y en ningún momento os hemos juzgado por ello, todo lo contrario: lo hemos aceptado, y hemos ofrecido volver a aquellos que consigan alcanzar la paz. -[/color] Expuso antes de extender un brazo hacia lo que ahora era Amazarac. [color=#610B38]- Y esa cosa es un Fata que ha demostrado ser fiel al Consejo. Dime qué has demostrado tú hasta el momento. -[/color] Incidió, sosteniéndole la mirada de una forma gélida. Y apenas un segundo más tarde añadió una palabra más, pretendiendo cerrar el asunto. [color=#610B38]- Nada.[/color]

Tras esa exposición la mujer dio unos pasos, moviendo suavemente la cabeza para seguiros con la mirada. Su rostro, que había permanecido neutral, se relajó un poco en ese momento, y al volver a hablar lo hizo de una forma ligeramente más cercana.

[color=#610B38]- Te doy la razón en algo. -[/color] Empezó, dirigiéndose a Allegra. [color=#610B38]- Hay cosas buenas aquí. Ser capaz de dejar de lado las lealtades anteriores para unirse a una nueva causa -[/color] Dijo, señalando a Shawn. [color=#610B38]- puede ser un punto de luz en estos momentos, por más que otros no lo puedan apreciar, o incluso lo condenen. Y sí, Fäe necesita vida, pero también unidad.[/color]

[color=#610B38]- No puedo responderos a por qué os han expulsado, ni a quién lo ha hecho. -[/color] Continuó, dirigiéndose ahora a todos. [color=#610B38]- Tampoco sé por qué no poseéis vuestra memoria. Pero por muy poco que os pueda gustar, vuestra memoria no es la prioridad del Consejo ahora mismo. Tenemos problemas más acuciantes encima. -[/color] Afirmó antes de continuar caminando. Tras ella, como había pasado desde que había llegado, se formaban esas oscuras mariposas que no tardaban en desaparecer en el aire.

[color=#610B38]- No entra en mis planes satisfacer los deseos de tu cuerpo mortal. -[/color] Dijo sin dignarse a mirar a Adam. [color=#610B38]- Habrás pasado por vidas suficientes para saber cómo hacerlo solo. O si lo necesitas, seguro que Amazarac puede ayudarte. -[/color] Aseguró sin detenerse, hablando con seriedad y dureza. Sus pasos la llevaron a medio metro de Niba, y una vez allí extendió la mano, poniendo el dedo índice bajo la barbilla de la pelirroja para alzar su cabeza y buscar su mirada.

[color=#610B38]- Hay quien cree que Fäe está así porque vosotros estabais viviendo fuera. -[/color] Afirmó. [color=#610B38]- De ahí que una solución posible sea que todos muráis aquí. Y de ahí que marcharos no sea una opción.[/color]

El conjunto de arañas que un rato antes había sido Amazarac continuó recorriendo el cuerpo de Ivanna durante algunos segundos aún después de que ella estallara. Sin embargo, luego no tardó en replegarse, separándose lentamente de ella y todos pudisteis ver cómo todas se agrupaban de nuevo a su lado hasta que el Fata volvió a tomar forma.

Parecía extasiado, exultante y excitado. Su sonrisa se había afilado, volviéndose satisfecha y lupina, y sus ojos rebosaban felicidad. Durante unos breves segundos observó a la pelirroja sobre el suelo mientras, uno a uno, iba chupándose los dedos. Ese anterior ronroneo de satisfacción se hizo presente de nuevo una vez más, como si aquello fuera una delicia.

[color=#FF0000]-[/color][color=#F80000] [/color][color=#F20000]N[/color][color=#EC0000]o[/color][color=#E60000] [/color][color=#E00000]v[/color][color=#DA0000]o[/color][color=#D40000]y[/color][color=#CE0000] [/color][color=#C80000]a[/color][color=#C20000] [/color][color=#BC0000]p[/color][color=#B60000]r[/color][color=#B00000]e[/color][color=#AA0000]g[/color][color=#A30000]u[/color][color=#9D0000]n[/color][color=#970000]t[/color][color=#910000]a[/color][color=#8B0000]r[/color][color=#850000]t[/color][color=#7F0000]e[/color][color=#790000] [/color][color=#730000]s[/color][color=#6D0000]i[/color][color=#670000] [/color][color=#610000]t[/color][color=#5B0000]e[/color][color=#550000] [/color][color=#4E0000]h[/color][color=#480000]a[/color][color=#420000] [/color][color=#3C0000]g[/color][color=#360000]u[/color][color=#300000]s[/color][color=#2A0000]t[/color][color=#240000]a[/color][color=#1E0000]d[/color][color=#180000]o[/color][color=#120000].[/color][color=#0C0000] [/color][color=#000000]-[/color] Afirmó mientras su sonrisa se extendía. [color=#000000] [/color][color=#060000]-[/color][color=#0C0000] [/color][color=#120000]S[/color][color=#180000]e[/color][color=#1F0000] [/color][color=#250000]l[/color][color=#2B0000]o[/color][color=#310000] [/color][color=#370000]h[/color][color=#3E0000]e[/color][color=#440000]m[/color][color=#4A0000]o[/color][color=#500000]s[/color][color=#570000] [/color][color=#5D0000]d[/color][color=#630000]e[/color][color=#690000]j[/color][color=#6F0000]a[/color][color=#760000]d[/color][color=#7C0000]o[/color][color=#820000] [/color][color=#880000]b[/color][color=#8F0000]i[/color][color=#950000]e[/color][color=#9B0000]n[/color][color=#A10000] [/color][color=#A70000]c[/color][color=#AE0000]l[/color][color=#B40000]a[/color][color=#BA0000]r[/color][color=#C00000]o[/color][color=#C70000] [/color][color=#CD0000]a[/color][color=#D30000] [/color][color=#D90000]t[/color][color=#DF0000]o[/color][color=#E60000]d[/color][color=#EC0000]o[/color][color=#F20000]s[/color][color=#FF0000],[/color][color=#FF0000] [/color][color=#E70000]t[/color][color=#D00000]ú[/color][color=#B90000] [/color][color=#A20000]y[/color][color=#8B0000] [/color][color=#730000]y[/color][color=#5C0000]o[/color][color=#450000].[/color][color=#2E0000] [/color][color=#000000]-[/color] Aseguró de manera cómplice antes de inclinarse sobre ella y, poniendo una mano sobre su trasero, lamer su mejilla lentamente. [color=#000000]-[/color][color=#190000] [/color][color=#330000]J[/color][color=#4C0000]o[/color][color=#660000]d[/color][color=#7F0000]e[/color][color=#990000]r[/color][color=#B20000].[/color][color=#CC0000] [/color][color=#FF0000]-[/color] Le dijo en un susurro, pegado a su oreja. [color=#FF0000]-[/color][color=#F60000] [/color][color=#EE0000]T[/color][color=#E50000]e[/color][color=#DD0000] [/color][color=#D40000]f[/color][color=#CC0000]o[/color][color=#C30000]l[/color][color=#BB0000]l[/color][color=#B20000]a[/color][color=#AA0000]r[/color][color=#A10000]í[/color][color=#990000]a[/color][color=#900000] [/color][color=#880000]h[/color][color=#7F0000]a[/color][color=#770000]s[/color][color=#6E0000]t[/color][color=#660000]a[/color][color=#5D0000] [/color][color=#550000]m[/color][color=#4C0000]a[/color][color=#440000]t[/color][color=#3B0000]a[/color][color=#330000]r[/color][color=#2A0000]t[/color][color=#220000]e[/color][color=#190000],[/color][color=#110000] [/color][color=#000000]y[/color][color=#000000] [/color][color=#070000]t[/color][color=#0F0000]e[/color][color=#170000] [/color][color=#1F0000]s[/color][color=#270000]e[/color][color=#2F0000]g[/color][color=#370000]u[/color][color=#3F0000]i[/color][color=#470000]r[/color][color=#4F0000]í[/color][color=#570000]a[/color][color=#5F0000] [/color][color=#670000]f[/color][color=#6F0000]o[/color][color=#770000]l[/color][color=#7F0000]l[/color][color=#870000]a[/color][color=#8F0000]n[/color][color=#970000]d[/color][color=#9F0000]o[/color][color=#A70000] [/color][color=#AF0000]d[/color][color=#B70000]e[/color][color=#BF0000]s[/color][color=#C70000]p[/color][color=#CF0000]u[/color][color=#D70000]é[/color][color=#DF0000]s[/color][color=#E70000].[/color][color=#EF0000] [/color][color=#FF0000]-[/color] Añadió antes de dejar un beso húmedo en su sien.

Después de esa declaración el Fata volvió a ponerse en pie mientras se daba la vuelta, posando sus ojos en Zaira. [color=#FF0000]-[/color][color=#FC0000] [/color][color=#F90000]P[/color][color=#F60000]u[/color][color=#F30000]e[/color][color=#F00000]d[/color][color=#ED0000]e[/color][color=#EA0000]s[/color][color=#E70000] [/color][color=#E40000]d[/color][color=#E10000]e[/color][color=#DE0000]c[/color][color=#DB0000]i[/color][color=#D80000]r[/color][color=#D50000]l[/color][color=#D20000]e[/color][color=#CF0000] [/color][color=#CC0000]q[/color][color=#C90000]u[/color][color=#C60000]e[/color][color=#C30000] [/color][color=#C00000]a[/color][color=#BD0000]h[/color][color=#BA0000]o[/color][color=#B70000]r[/color][color=#B40000]a[/color][color=#B10000] [/color][color=#AE0000]e[/color][color=#AB0000]s[/color][color=#A90000] [/color][color=#A60000]m[/color][color=#A30000]i[/color][color=#A00000] [/color][color=#9D0000]n[/color][color=#9A0000]o[/color][color=#970000]v[/color][color=#940000]i[/color][color=#910000]a[/color][color=#8E0000] [/color][color=#8B0000]s[/color][color=#880000]i[/color][color=#850000] [/color][color=#820000]q[/color][color=#7F0000]u[/color][color=#7C0000]i[/color][color=#790000]e[/color][color=#760000]r[/color][color=#730000]e[/color][color=#700000]s[/color][color=#6D0000],[/color][color=#6A0000] [/color][color=#670000]y[/color][color=#640000] [/color][color=#610000]l[/color][color=#5E0000]u[/color][color=#5B0000]e[/color][color=#580000]g[/color][color=#550000]o[/color][color=#530000] [/color][color=#500000]n[/color][color=#4D0000]o[/color][color=#4A0000]s[/color][color=#470000] [/color][color=#440000]c[/color][color=#410000]u[/color][color=#3E0000]e[/color][color=#3B0000]n[/color][color=#380000]t[/color][color=#350000]a[/color][color=#320000]s[/color][color=#2F0000] [/color][color=#2C0000]q[/color][color=#290000]u[/color][color=#260000]é[/color][color=#230000] [/color][color=#200000]r[/color][color=#1D0000]e[/color][color=#1A0000]s[/color][color=#170000]p[/color][color=#140000]o[/color][color=#110000]n[/color][color=#0E0000]d[/color][color=#0B0000]e[/color][color=#080000].[/color][color=#050000] [/color][color=#000000]-[/color] Dijo en dirección a la chica, divertido. Casi de inmediato el ser empezó a tararear de nuevo una melodía inventada, alegre y animada, como si en esos momentos no tuviera ningún tipo de preocupación. Sin embargo el comentario de Meia le sacó de su estado.

[color=#000000]-[/color][color=#150000] [/color][color=#2A0000]E[/color][color=#3F0000]h[/color][color=#550000],[/color][color=#6A0000] [/color][color=#7F0000]n[/color][color=#940000]o[/color][color=#AA0000].[/color][color=#BF0000] [/color][color=#D40000]-[/color][color=#FF0000] [/color] Protestó. [color=#FF0000]-[/color][color=#F80000] [/color][color=#F10000]Y[/color][color=#EA0000]o[/color][color=#E30000] [/color][color=#DC0000]a[/color][color=#D50000] [/color][color=#CE0000]e[/color][color=#C70000]s[/color][color=#C00000]e[/color][color=#BA0000] [/color][color=#B30000]n[/color][color=#AC0000]o[/color][color=#A50000] [/color][color=#9E0000]l[/color][color=#970000]e[/color][color=#900000] [/color][color=#890000]t[/color][color=#820000]o[/color][color=#7C0000]c[/color][color=#750000]o[/color][color=#6E0000] [/color][color=#670000]n[/color][color=#600000]i[/color][color=#590000] [/color][color=#520000]c[/color][color=#4B0000]o[/color][color=#440000]n[/color][color=#3E0000] [/color][color=#370000]u[/color][color=#300000]n[/color][color=#290000] [/color][color=#220000]p[/color][color=#1B0000]a[/color][color=#140000]l[/color][color=#0D0000]o[/color][color=#000000].[/color][color=#000000] [/color][color=#060000]E[/color][color=#0C0000]s[/color][color=#120000]t[/color][color=#180000]o[/color][color=#1E0000]y[/color][color=#240000] [/color][color=#2A0000]c[/color][color=#300000]o[/color][color=#360000]m[/color][color=#3C0000]p[/color][color=#420000]r[/color][color=#480000]o[/color][color=#4E0000]m[/color][color=#550000]e[/color][color=#5B0000]t[/color][color=#610000]i[/color][color=#670000]d[/color][color=#6D0000]o[/color][color=#730000] [/color][color=#790000]y[/color][color=#7F0000] [/color][color=#850000]s[/color][color=#8B0000]o[/color][color=#910000]y[/color][color=#970000] [/color][color=#9D0000]f[/color][color=#A30000]i[/color][color=#A90000]e[/color][color=#B00000]l[/color][color=#B60000] [/color][color=#BC0000]y[/color][color=#C20000] [/color][color=#C80000]f[/color][color=#CE0000]e[/color][color=#D40000]l[/color][color=#DA0000]i[/color][color=#E00000]z[/color][color=#E60000].[/color][color=#EC0000] [/color][color=#F20000]-[/color][color=#FF0000] [/color]Aseguró con la voz ligeramente aguda. Pero un instante después sus brazos se abrieron, exultantes. 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A pesar de estar tapándose los oídos, Zaira escuchó como Jane la llamaba. Se los destapó y se volvió para mirarla, arqueando levemente una ceja. Sus pupilas se encogieron cuando escuchó que llamaba a Samuel por su verdadero nombre de fata. Le habían pedido expresamente que no dijera quienes eran, así lo hizo saber el día que explicó que estaba con ellos, pero parecía ser que había gente a la que no le importaba los deseos de los muertos.

- Vaya, parece que cuando te interesa dejas atrás tu papel de niñita - . Lanzó una fugaz mirada hacia Ivanna y sus labios formaron una mueca de asco. De nuevo volvió a mirar a Jane y se encogió de hombros. - Yo no me voy a meter en su relación. Es su problema y ya se apañarán ellos - . Le dijo, clavando de nuevo su mirada rosada en la de la niña. 

Pero en ese momento los dos amantes terminaron y Meia se dirigió a ella. Zaira se volvió a mirarla, olvidando lo que le iba a decir a Jane. La escuchó, sobre todo la parte que le tocaba a ella y se mordió el labio, indecisa. - No puedo defenderme porque no recuerdo lo que pasó. No sé si soy culpable o inocente de lo que se me pueda acusar. Pero sí que sé lo que siento ahora - . Le lanzó una fugaz mirada a Annie, dedicándole una pequeña sonrisa y volvió a dirigir su mirada hacia Meia. - Como ya he dicho, haré lo que pueda por nuestro hogar - .

Shawn sintió como Kammy lo agarraba del brazo de madera, un suave olor a hierba quemada subió hasta él y fue entonces cuando comprendió sus intenciones. Él la miró con dulzura y una ligera sonrisa, no quería alimentar más la sed de venganza de la joven. —Todavía hay esperanza para los caídos, siempre la hay. No cometas el mismo error que él y cálmate. —susurró señalando con un dedo hacia arriba, hacia el cadaver de Thomas.

Algo cambió en la torre del reloj y Shawn se sintió tentado levantarse e investigar sobre ello. Pero entonces recordó las palabras de Meia y todo le dio absolutamente igual. Ella misma lo había dicho, hicieramos lo que hicieramos estábamos condenados para salvar Fäe. No solo eso, era la actitud y la facilidad con la que nos habían condenado... 

—Por vuestras palabras se diría que habéis conocido a muchos guardianes del bosque, ¿en concreto lo conocisteis a él —señaló a Thomas con el dedo— o es que nos conocemos y no lo recuerdo? —dijo con sarcasmo.

¿Serviría de algo que hiciera preguntas?, pensó. No, solo han venido a demostrar quien manda. No les importamos nada.

—Falta muy poco para que caigamos en el sueño. —dedicó una mirada hacia aquel par de sonámbulos de los que había sospechado abiertamente y continuó— Esta noche no os levantéis para fisgonear... o lo que sea que hagáis. 

Una vez más se dirigió a Zaira y asintió a sus últimas palabras. —Cuenta conmigo Zaira, tienes mi apoyo.

Ivanna sonrió, obnubilada, al notar las carantoñas que le dedicaba Amazarac. Arrugó el rostro al sentir su lengua húmeda recorrer su mejilla, y se rió, cantarina, al notar cómo besaba su sien. Respiró hondo, para serenarse, y volvió a ponerse en pie, reajustándose el abrigo, mirando a Zaira con un gesto de disculpa- Coge el mio si quieres. Ya debe estar seco- propuso, a sabiendas de que quizá no se sentía cómoda usando aquella prenda, después de todo.

Entonces, sintió el peso de varios dedos acusadores sobre ella, y contempló el escenario del puente, perpleja. Había escuchado ya a Jane de fondo, pero no esperaba que otros fuesen a juzgarla de la misma manera en que lo había hecho aquella fata que se empeñaba en parecer una niña, a pesar de que quien se encontraba en su interior distaba mucho, quizá demasiado, de serlo. 

Por primera vez quizá desde que pisó la estación de metro, su rostro cobró seriedad, a pesar de su expresión evidentemente relajada- Comprendo que pueda no gustaros lo que hago... Bueno, miento- dijo, llevándose una mano al mentón- No lo comprendo, pero vivo acostumbrada a que a los demás no les guste- añadió, suspirando, ligeramente hastiada- He vivido todas mis vidas humanas sepultada bajo estúpidos prejuicios basados en creencias egoístas e insostenibles, como los propios humanos- guardó silencio unos instantes, mirando a su alrededor, a todos y a nadie en concreto, antes de proseguir- Cuando os encontré en la estación, hace tres noches, os juro que hasta que me enteré de todo esto de tener que saldar nuestras rencillas me sentí jodídamente feliz- confesó, con los ojos humedecidos- Pensé, "Ivanna, por fin has encontrado tu sitio. Ellos no van a señalarte, porque ellos son tus semejantes, ellos son distintos, como tú"- añadió, gesticulando- Pero veo que aún, los prejuicios podridos de los humanos y su concepción del amor esclavista hacen mella en varios de vosotros- concluyó, entristecida.

- Amo a Loth. Y él bien lo sabe. Yo lo sé. Y eso es lo único que importa- miró hacia las sepulturas, notando que las lágrimas comenzaban a derramársele por las mejillas- Que no lo llore constantemente no significa que no lo extrañe. Pero permanecer estancada en las sensaciones amargas jamás ha sido mi opción. Yo siempre intento sobreponerme a los acontecimientos. Intento que la tristeza o la ira no me alcancen, aunque no sea capaz de recordar muchas cosas que eran importantes para mí, aunque esté lejos de la Bruma, y aunque en ocasiones me sienta horríblemente incomprendida. - dijo, restregándose las mejillas con el dorso de la mano, intentando limpiarse las lágrimas y con ellas, inevitablemente, el rastro de saliva de Amazarac- Y al igual que jamás toleraré que se me ponga una correa y se me impida ser libre en cuerpo y alma, yo jamás obligaré a quien quiero de verdad a permanecer cautivo bajo mis sentimientos egoístas. -aseguró, con vehemencia, sintiéndose de pronto vulnerable, abrumada y terríblemente sola. 

La seriedad en su rostro fue desapareciendo, dando lugar, poco a poco, a la desesperación y el miedo. Se sintió abandonada y triste, y sin poder soportarlo, se abrazó a si misma, insegura de la reacción que su contacto podía causar sobre cualquier otro en aquel momento- Deberías follártela a ella- propuso a Amazarac, señalando a Jane, afligida- Creo que le hace falta para que se le cure el retraso mental que le entra cada vez que está en su carcasa humana, y para que se acuerde de cómo amenazó en el otro lado a Aina con hacer que se pudriera con los muertos antes de dedicarse a exigirle nada- dijo, mirándola, mientras se alejaba con Lyman- Menuda hipócrita. Y pensar que se enfadó con Aina también porque, según ella, se comportaba como una niña...- masculló, hablando para si misma, frustrada, suspirando hondo para desperezarse de aquellos sentimientos tan negativos, mirando de nuevo alrededor, con una preocupación añadida.

La noche estaba a punto de caer, y la idea de dormir sola le resultaba tremendamente aterradora. Pero la idea del rechazo le resultaba casi peor que sus temores más profundos. Incapaz de acercarse sin permiso en aquel instante, miró a Shawn, y luego a Zaira, en un ruego silencioso, esperando que alguno de los dos no se sintiera tan asqueado de ella como para tolerar su compañía.

"La llegada de aquellas dos personas, no dio consuelo a nadie y si avivo el odio de muchos con sus palabras, aunque no todos parecían contrariados ante la presencia de los llegados desde el consejo, mas bien disfrutaban tenerlos presentes y en el amplio sentido de la palabra. Por otra parte, aquella figura de genero femenino pidió una audiencia con el líder, pero nunca llego a tener una por falta de uno y sus palabras en verdad no decían nada interesante, incluso aquel que niña y ahora miles de arácnidos parecía a ver hecho mas que la propia mujer, que solo discutía una y otra vez lo que todos sabían: Que nunca les dejarían volver, no hasta que sus deseos y miedos fueran acallados con mas muertes"

Sentado en esa sillita plegable y arqueado ligeramente para poder escribir en sus rodillas, tan solo levanto ligeramente la cabeza para observar el curioso y perturbador espectáculo de Ivanna y sonrisas y la nueva llama en lo alto de la torre, pero su mente pensaba mucho mas rápido que su pluma, cosa cuasi imposible cuando eres alguien que controla la tinta a voluntad, pero por un instante había olvidado que tenia esa capacidad y hasta parecía sudar.

-Señora Meia.-Dijo cerrando su libro y levantándose.-El tiempo se agota, y no parece que haya dicho nada de interés, para que a venido entonces aquí. Las intenciones de Amazarac están claras ahora.-Miro sin poder evitarlo a Ivanna, buscando su desnudez.-Pero la suya no la sabemos, tan solo repite que no somos dignos y estamos cansados de escucharlo. Ssi eso era lo que tenia que decir a nuestro lider, ya lo ha echo, si en cambio tiene algo realmente importante que decir, hágalo de una vez.-Incluso a Hundo parecía acabarsele la paciencia y es que el si deseaba volver a Faë, a su lugar a esperar y observar, como siempre hizo antes de la gran guerra, una guerra que no eligió ni él, ni los suyos.