Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Salón de los Difuntos

Cargando editor
24/02/2015, 23:20
Vanya

Me encojo de hombros ante la respuesta de Aina -Si no hubiera sido por ti y por tu insistencia en la verdad de las palabras de Miriel yo no estaría en este lugar. Pero dejemos el tema, no quiero discutir más sobre algo que ya ha quedado atrás. ¿Que está pasando allí arriba? ¿han encontrado a más asesinos?

A continuación me giro hacia Miriel -Solo un ser malvado mancharía sus manos con la sangre de niños y buscaría la caída de los inocentes.

Por último miro a Elendire y me acerco unos pasos hacia ella, lo suficiente como para que sienta mi apoyo, no tanto como para que ella también me desprecie -Haz lo que te dicte tu mente y tu corazón.

Cargando editor
25/02/2015, 14:36
Aina

Aina suspiró y negó con la cabeza.

- Ahora mismo todos están discutiendo, viendo fantasmas por todas partes. Kammy ha insinuado que Adam o Annie son unos traidores y se han atacado mutuamente. Andy le ha saltado a la yugular y ahora ella quiere votarle, porque cree que se está manteniendo todo el rato al margen, hasta que ve la oportunidad de meter cizaña. Thomas ha apoyado la teoría de que uno de los dos es un traidor. Parece que quieren crear confusión, no sé... Y, bueno, Allegra, Lera y Adam están de alguna manera unidos. Parecen formar un grupo estable. Se defienden mutuamente y han empezado a hablar entre ellos como si fueran familia - . Los labios de la fata se curvaron en una pequeña mueca. - Annie no se fía de Paul y no quiere que la trate. No sé lo que ha visto en él, pero está confirmando mis sospechas - . Desde que le había visto ponerse en ese plan tan melodramático cuando le preguntó qué era lo que podía ver, Aina había empezado a sospechar de él y no le gustaba nada su actitud. Suspiró y volvió su mirada hacia el enorme espejo ovalado. - Ahora mismo el ambiente está bastante caldeado. Todavía no sé qué pasará cuando el reloj nos llame a la lucha - .

Cargando editor
25/02/2015, 16:59
Míriel

Míriel decidió ignorar por completo a Vanya, era tremendamente repetitiva y aburrida. Si lo que quería era provocarlo para que discutiera lo tenía claro, no pensaba entrar en su absurdo juego. Cuando Aina les trajo las noticias de lo que pasaba con los vivos Míriel negó con la cabeza.

- El siguiente objetivo debería de estar claro. Paul es más que sospechoso, no se por qué en vez de ataques sin sentido no se centran un poco... pero sólo podemos esperar a ver que pasa.

Cargando editor
25/02/2015, 19:41
Falmari

Falmari que estaba escuchando con la cabeza encajada en la mano, observo la escena con aburrimiento, como si fuera la pelea de dos parbulitos....

-Osea...que tu-refieriendose a Vanya-estas celosa por que sospechas que Miriel (y no es una sospecha ¡creeme!) te pone los cuernos...y tu....-Refiriendose a Elendire-deverias dejar de mirar a este puto gusiluz como si fuera dulce e inocente, deja de fingir...los dos sabemos que te ha hecho "tras tras por detrás" y no es cosa de una noche...que te e visto ir acasa de la vieja a por hiervas de la inflamación que tenías ahí abajo. ¡guaaaarrrrrraaaa! 

Cargando editor
25/02/2015, 19:55
Elendire

Elendire suspiró de nuevo, apesadumbrada, tras escuchar las noticias que traía Aina del otro lado.

Se estaba dejando dominar por el miedo y la desesperanza, y aquello era tan impropio de ella que la hacía sentir incómoda y extraña. Miró a través del espejo, y hacia la torre del reloj, y se apoyó contra una de las columnas de mármol que adornaban la sala, respirando hondo. 

Dirigió una mirada pensativa a Loth, y esbozó una suave sonrisa. Ivanna había sobrevivido a toda una vida mortal e incompleta a base de canciones que la evadían de la tristeza, la desidia y la desesperación. Había una que se repetía especialmente en su frágil mente. Una que no era sino un recuerdo de la propia Elendire, que había intoxicado en grado sumo la psique de la humana, permitiéndola aferrarse a algo extraño y hermoso cuando sentía que su lugar no estaba entre sus semejantes. 

También había otras, que con los años aumentaron el repertorio, y que aunque no pertenecieran a Fäe, permanecían en la memoria de Elendire, y eran ideales para días confusos y aciagos como aquel.

Cantar siempre la había hecho feliz, y fue la música lo único que permaneció inalterable en sus recuerdos, como un remanente de un pasado borroso e inalcanzable. Y si algo podía liberarla de la incertidumbre y la angustia que sentía en esos momentos, era precísamente eso.

Raindrops on roses and whiskers on kittens...-comenzó a murmurar, recordando aquel viejo musical que tanto le gustaba a Ivanna- Bright copper kettles and warm woolen mittens-continuó, con algo más de seguridad- Brown paper packages tied up with strings... These are a few of my favourite things.-su sonrisa se ensanchaba, bailoteando en sus labios mientras las sílabas salían de su garganta dulce y entonada. 

Cerró los ojos, y continuó cantando, mientras se recordaba a si misma que en el fondo no importaba lo que ocurriese. Lo que debía suceder, sucedería. Y lo mejor que podía hacer era aprender lo que pudiera de la situación y adaptarsea ella, como siempre había hecho. Como siempre haría. Y si se acababa, se acababa. Pero no sin que ella no lo hubiese disfrutado, a su manera. 

When the dog bites, when the bee stings, when I'm feeling sad... I simply remember my favourite things, and then I don't feel so bad- finalizó, concluyendo que aunque hubiesen ocurrido cosas malas, aunque de seguro ocurrirían cosas nefastas, guardaría de aquellos días buenos recuerdos. Sus labios se juntaron entonces, tarareando en sílabas mudas la melodía de la misma canción que había cantado. Sus ojos volvían abrirse, y su mirada era ahora más serena. 

Una carcajada alegre brotó de su garganta, mientras miraba aún a lo lejos, sumida aún en sus pensamientos. Cuando su atención volvió a posarse en la sala en la que se encontraba y en su propio entorno, sintió un profundo sobrecogimiento, y en un arrebato de felicidad extraña, se acercó primero a Aina, abrazándose a ella y posando un sonoro beso sobre su frente, con una expresión alegre y fervorosa en el rostro, provocando en la fata un leve cosquilleo y relamiéndose los labios a continuación, entre nuevas risas cargadas de embriagada alegría. 

Besó también a Miriel en la mejilla, a Vanya en la punta de la nariz y a Falmari en los labios, y tras cada una de estas muestras de amor extraño y desmesurado parecía cada vez más pletórica, hasta que finalmente, encontrándose exultante, extasiada y borracha de felicidad, se abrazó a Loth, de brazos y piernas, quedando sujeta a su torso y a su cuello mientras frotaba su mejilla contra la suya, sonrojándose profusamente, y emitiendo un leve jadeo mal disimulado de excitación- Oh Loth, ojalá estuviéramos solos... - añadió, volviendo a reir.

Notas de juego

Ésta es la canción que canta Elendire.

He puesto que me acercaba a cada uno en la narración, pero si alguno quiere rechazarlo o símplemente evitarlo, basta con que me lo diga para que yo modifique mi post.

Cargando editor
25/02/2015, 20:59
Aina

Aina negó con la cabeza y miró a Míriel. - Muchos dicen de ir a por Thomas. Su actitud no le ha gustado a mucha gente - . Le respondió y se mordió el labio, quedándose en silencio mientras escuchaba la canción que Elendire empezó a entonar. Sonrió cuando la fata se le acercó, abrazándola y depositando un beso en su frente. 

- Me gustaría que volvieras a vivir - Susurró mientras la seguía con la mirada. Pero cuando vio como empezaba a frotarse contra Loth y jadeaba, apartó rápidamente la mirada y sus mejillas se sonrojaron con violencia. 

Miró a su alrededor. Aquella sala era fría e inhóspita. El enfado que hizo que todo se volviera de mármol ya no retumbaba en su interior. Cerró los ojos y extendió ambas manos, mientras daba vueltas sobre sí misma. En las paredes empezaron a formarse enormes tapices, que caían mostrando maravillosas imágenes de Fäe. El suelo de mármol se convirtió en uno de madera hermosamente pulida, con alfombras que lo recubrían. La música volvía a sonar en aquella estancia mientras canapés, camas y sofás fueron apareciendo por todas partes. Habían cortinas de gasa de diferentes colores que podían correrse y, a un lado de aquella enorme estancia, seguía la torre con el reloj, como si fuera el guardián de todos aquellos lugares.

Aina abrió de nuevo los ojos y miró a su alrededor con una sonrisa bailando en sus labios. - Si queréis estar juntos, podéis tener algo de intimidad -. Comentó, volviéndose a mirar a Elendire y guiñándole un ojo. No podía hacer mucho más por ella, pero le estaba cogiendo aprecio y quería que estuviera lo mejor posible.

Cargando editor
25/02/2015, 21:21
Loth

Fue Loth quien respondió, que si bien correspondía a las caricias de su amada, era mucho más contenido en cuanto a exteriorizar sus deseos y sentimientos. 

- Tendremos todo el tiempo del mundo cuando todo esto acabe, ya sea vivos o sumidos en el olvido de la muerte - asintió gravemente, y sus tentáculos se agitaron - Por ahora prefiero estar atento a lo que está sucediendo ahí fuera.

Cargando editor
25/02/2015, 21:52
Elendire

Elendire se soltó a desgana de Loth, dedicándole una mirada desconsolada antes de mirar alrededor, apreciando el cambio que había efectuado Aina en la estancia- Es muy tímido- dijo de pronto, como si tratase de justificar a su compañero- ¿Ya no estás enfadada?- preguntó, contenta, mientras se dejaba caer sobre uno de los sofás, estirándose cuan larga era.

Cargando editor
26/02/2015, 02:43
Narrador

En algún momento de la conversación cuatro nuevas llamas aparecieron sobre el gran reloj. Puede que algunos os dieseis cuenta desde ese mismo instante, puede que otros las vierais después, o puede que pasasen totalmente desapercibidas para alguno. En cualquier caso, ahí estaban: una llama negra sobre el número I y tres blancas sobre el VI, el VIII y el X. 

En total había ya siete llamas blancas sobre los números I, V, VII, VIII, X, XI y XII y nueve llamas negras sobre el I, II, III, IIII, VII, VIII, IX, XI y el XII, formando una imagen incompleta y, en cierta forma, temible.

Cargando editor
26/02/2015, 03:10
Narrador

Sólo un instante después de que aquellas llamas apareciesen el espejo volvió a reaccionar, trayéndoos imágenes del otro lado.

Al mismo tiempo la figura de Elendire empezaba a deshacerse, como si se convirtiera en vapor de agua que poco a poco se iba disipando ante vuestras miradas.

Cargando editor
26/02/2015, 11:22
Aina

Aina empezó a negar con la cabeza, mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios. - No... - Pero antes de llegar a responder a Elisandre, su figura empezó a deshacerse. El rostro de la fata palideció y sus labios se apretaron en una fina línea. - Tarma... - Murmuró y dirigió su mirada hacia el espejo ovalado. 

Se quedó unos segundos en silencio, con el cuerpo tenso, como las cuerdas de una guitarra. Las pupilas las tenía dilatadas y sus pestañas aletearon. Finalmente relajó la postura y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

- No ha sido ella - . Dijo, suspirando aliviada y volviendo su mirada hacia Loth. - Me ha dado un mensaje para ti. Dice que está bien y que todo está bien. También dice que no te olvidará y que hará todo lo que pueda para que volváis a estar juntos - .

Cargando editor
26/02/2015, 11:30
Loth

Con tristeza, Loth dejó que su amada se marchara.

- Así que se ha ido. Esperemos que le vaya bien - dijo con tristeza, y diciendo esto, se alejó hasta una pared, apoyando su espalda en ella.

Cargando editor
26/02/2015, 12:27
Vanya

Las palabras de Aina hacen que mi cerebro vuelva a funcionar y el ataque de Miriel me hace enfadar. Sin embargo todo pasa cuando Elendire abre una parte de su interior a todos nosotros. La Fata parece haber sufrido más que la mayoría de nosotros, algo que hace que me caiga simpática pues explica su forma de ser. Sin embargo antes de poder decirle nada desaparece, volviendo al mundo de los vivos.

Hablar con Miriel es una pérdida de tiempo pues es obvio con que bando está por lo que me giro a Aina -Aina, si Loth tiene razón quiere decir que los que han traído la guerra son demasiados o muy poderosos. Tenéis que tener cuidado. Respecto a Paul, no se que decirte, se ganó mi confianza cuando reveló la verdad sobre Miriel y Falmari pero no tengo poder ni habilidad para afirmar que dice la verdad, aunque me gustaría que así fuese para que todos confiarais en mi de nuevo. La actitud de los más callados también es sospechosa pero no puedo afirmar ni negar nada sobre ellos. Cuidados bien de los grupos, pues aunque no sean traidores sin duda os ocultan información. Sin embargo creo que puedo poner la mano en el fuego por Allegra. Respecto a Kammy, no termino de fiarme de ella, creo que incluso podría estar poseída ¿recuerdas como se tiró a mi cuello el primer día? Sin embargo el segundo día estaba muy tranquila y no alzó en ningún momento su palabra contra mí. 

Tras compartir mis sospechas reflexiono un momento -Respecto a Elendire, me resulta extraño su marcha sin avisarnos. Ten en cuenta que si estuviera bajo la influencia de Tarma o algún otro no podría decirlo si no se le permitiese.

Cargando editor
26/02/2015, 20:28
Falmari

al oir su nombre se quedo en guardia-Hey hey hey hey, un momento ¿que te dijo esa tonta sobre mi? ¿me mataís y luego me difamáis? sois la peor escoria del Submundo, y estaís mejor muertos.

Cargando editor
26/02/2015, 20:38
Míriel

Míriel se había quedado parado cuando a Elendire le dió aquel arranque de efusividad, que alguien le mostrara un mínimo de afecto era algo que el Fata agradecía profundamente, pues la pullas, las malas miradas y las continuas acusaciones era demasiado habitual... animadversión que incluso estando muerto continuaban. El guardaespaldas de la princesa se alegró por Elendire, sin duda arrojaría luz a los vivos. Entonces el aire se volvió a llenar de palabras vanas... Era increible como aquella otra Fata llamada Vanya lo seguía provocando, era peor que un disco rallado, no aportaba nada, lo único que sabía hacer era increpar y repetir las mismas cosas, una y otra vez... si Míriel había decidido ignorarla lo suyo es que ella hiciese lo propio.

- Yo no sé que es lo que más me escama, que me relacionen con el atún o que la tenga que seguir escuchando a ella- dijo refiriéndose a Vanya- Aina, si me disculpas me voy a dar una vuelta... aunque sea para ponerme a dar vueltas en círculo...

Cargando editor
26/02/2015, 20:54
Aina

Aina siguió con la mirada a Loth y un suave suspiro salió de entre sus labios. Podía entender cómo se sentía. Quizás, hacía unos días, se hubiera burlado y le habría dicho que ya encontraría a otra. Pero ahora, que ella había descubierto lo que era amar de verdad, le dolía verles separados. 

Se acercó a él y posó con suavidad una mano sobre su brazo. 

- Confía en ella. Seguro que hace todo lo posible para que puedas regresar. Y si yo puedo ayudaros, contad conmigo - . Le dijo con lágrimas en los ojos. Pestañeó rápidamente y apartó la mirada, intentando que nadie se diera cuenta que se estaba volviendo un poquito blanda. 

- Yo confiaba en Kammy - Dijo, mirando hacia Vanya y volviendo a endurecer un poco su expresión. - Pero ahora ya no. Sus insinuaciones no me han gustado nada - . Su voz sonó con rabia. Había insinuado que Annie podía ser una traidora. Se mordió el labio y se cruzó de brazos. - E Ivanna me ha dado a entender que todo está bien. Le debió entrar el pánico y no nos dijo nada - Quería creer que de verdad había vuelto por su propia voluntad. No la gustaba la idea de que tuviera que obedecer a Tarma. Al pensar en la fata, una mueca se formó en sus labios. 

Pero entonces escuchó la voz de Falmari. Clavó sus ojos en ella, entrecerrando la mirada. - No sé cómo lo haces, pero cada vez que hablas es para soltar alguna estupidez - . Le dijo con un tono de voz mordaz. - Ya te dije que alguien había visto la guerra en tu interior y tu respuesta fue que preferías ser humano para poder cagar - . Le recordó, eligiendo expresamente aquella palabra, de entre todas las que había dicho. Sacudió un poco la cabeza, poniendo los ojos en blanco y dejando que su largo cabello dorado cayera cual cascada por su espalda. 

Escuchó a Míriel decirle que se iba a dar una vuelta. Pestañeó y se volvió a mirarle, enarcando suavemente una ceja. - Aquí no creo que puedas pasear mucho. Pero puedes buscar algún sofá cómodo - . Le dijo, haciendo un gesto con la mano hacia los diferentes muebles que ahora se encontraban en la estancia. Chasqueó los dedos y apareció una mesa ricamente servida, con todo tipo de alimentos y vinos provenientes de Fäe. Era consciente de que no necesitaban alimentarse, pero quizás era uno de los pocos placeres que pudieran permitirse. 

 

Cargando editor
26/02/2015, 21:12
Míriel

Míriel detuvo era incapaz de relajarse estando ahí, no había forma de hacer nada, sólo conjeturar y esperar a ver que pasaba. Cuando Aina le ofreció tomar asiento y comer algo, lo ignoró y dió una vuelta completa por aquella sala... sin embargo volvió a acercarse a Aina cuando les trajo las noticias de lo que estaba pasando.

- Paul, Thomas y Kammy... de Paul vengo sospechando desde el principio... ¿pero que es lo que está pasando con Thomas y Kammy? ¿Qué ha insinuado?- inquirió intrigado

Cargando editor
26/02/2015, 21:17
Falmari

-¿Guerra? ¡lo confundirian con ganas de fiesta ¿quien soltó esa subnormalidad?-luego se encogió de hombros-cagar cuando tienes muchas ganas es uno de los mayores placeres como humano...es...como el sexo...en ocasiones te hace gritar.-dijo con confianza-ahora que lo pienso....al principio cuando estabamos tu y yo a solas no eras tan chulita....¿debería enseñarte modales?-digo como si considerase la idea seriamente.

Cargando editor
26/02/2015, 21:41
Aina

- Kammy ha dejado caer que era posible que Annie y Adam se hubieran atacado mutuamente. Bueno, que uno hubiera atacado al otro y el otro se hubiera defendido. Ha dicho que el hecho de que Annie haya sido atacada dos veces no significaba nada - . Al explicar aquello, el ceño de Aina se frunció. - Y bueno, Thomas se ha cogido rápidamente a esa idea, cuando normalmente no dice nada y muchos creen que es culpable e intenta meter mierda o algo así. Además, ha estado insinuando que todo es por culpa de los que habitábamos en Palacio y que nos quería ver muertos - . Los labios de Aina se fruncieron. 

- No sé si es de los que trae la guerra consigo o no, pero sus palabras no vaticinan nada bueno - . Al escuchar las palabras de la sirena se volvió a mirarla y puso los ojos en blanco. - ¿Quién me los va a enseñar? ¿Tú...? - Soltó una breve carcajada y finalmente se encogió de hombros, dándose la vuelta e ignorándola una vez más.

Cargando editor
26/02/2015, 22:04
Aina

Al darse la vuelta, su mirada celeste recorrió una vez más aquel lugar. Lo había creado para que Loth y Elendire tuvieran algo de intimidad. Pero ahora que ella no estaba, no lo veía necesario. Además, Míriel había ignorado la comida que había hecho aparecer. Arrugó suavemente el ceño mientras una idea empezaba a rondar por su cabeza.

¿Y si...?

Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios. Si finalmente el elegido era Thomas, le fastidiaría encontrarse en medio de palacio. ¿Y qué mejor que el salón del trono para representarlo? Allí donde habían las mejores fiestas y las fatas de la corte mostraban sus mejores galas. 

Dio dos palmadas y los tapices desaparecieron. Cerró los ojos y de sus labios brotó una carcajada. Alzando la cabeza, extendió sus manos y en una de las paredes aparecieron hermosos grabados de la corte que un día gobernó en aquellas tierras de ensueño. Podía reconocerse a la Familia Real al completo y, junto a ellos, estaba tallada la fina figura de Aina. 

Pero lo que más llamaba la atención de aquellos grabados era la gran torre de reloj que se podía ver tras la Familia Real. Parecía tallada en la misma madera, aunque quien se quedase el tiempo suficiente y la mirase fijamente se daría cuenta de que funcionaba perfectamente y el minutero se deslizaba por la esfera, marcando cada minuto que pasaba. Y las llamas continuaban sobre los mismos números, sin haber variado nada.

En la otra pared, aparecieron grandes ventanales cubiertos de tupidas cortinas de terciopelo granate. Las alfombras que se extendían por el suelo desaparecieron, al igual que los sofás, los canapés y las camas. Del techo colgaban grandes lámparas de cristal, que reflejaban su luz en el pulido suelo de madera.

Al fondo de la sala apareció una mesa muy larga de madera ricamente tallada. Varias sillas tapizadas la rodeaban y, sobre ella, había un gran convite. Faisanes, cordero, patatas asadas, frutas y verduras, varios tipos de quesos… Todo lo que cualquiera pudiera desear, acompañado buenos vinos, licores, miel producida a partir de los sueños más dulces y néctar de lirios blancos.

Y siempre presente, la gran balanza del Rey. Aquella con la que decía pesar la culpa de los Fata que eran acusados de cualquier crimen. Aquella que, desde que él había desaparecido, se había convertido en un mero ornamento.

La sala estaba preparada como antaño lo había estado en Palacio. La música resonaba suave, envolviendo a los presentes e invitándoles a bailar durante toda la noche.

Aina volvió a abrir los ojos y miró a su alrededor. - Perfecto - . Susurró y una nueva sonrisa se dibujó en sus suaves labios.