Hago caso omiso de Falmari, pues su actitud no es propia de lo que Fäe ha vivido, y miro con una sonrisa a Miriel -Si tu único castigo por tus pecados es escucharme no dejaré de alzar la voz.

Escucho a Aina, tratando de reflexionar. Puede que la muchacha tuviera la culpa de mi presencia en este lugar pero su enlace con Anastasia le hacía ganar muchos puntos -Sobre Adam y Annie, lo ocurrido durante la noche ¿sabéis que puede significar aquel signo? ¿tal vez alguien grabó dicho número en el suelo tratando de decir algo?

Observo admirada y algo incómoda el lugar que Ania crea para nosotros, una reproducción del palacio -Es un lugar tan perfecto que me incomoda. Demasiada frialdad y blanco en sus paredes, cuando temo que están manchadas de sangre. Mi estancia aquí fue breve antaño pero no disfruté, no voy a mentirte. Sin embargo mis recuerdos están nublados ¿que puedes contarme de palacio? ¿la princesa estaba a salvo? ¿que ocurrió en la guerra? Si de verdad hubo tal guerra, no tengo recuerdo alguno de un conflicto.

Aina deslizó su mirada por la estancia hasta detenerla en los ojos de Vanya. Ladeó suavemente la cabeza, pensativa. 

- En la ciudad también están intentando adivinar qué significa ese número. Puede ser lo que marque el reloj, o también se ha dicho que quien atacó a Adam podía saber que tenía familia y pretendía acabar con los tres - . Se encogió de hombros y suspiró. - Pero no sabemos nada, son sólo teorías - .

Mientras Vanya hablaba de lo que sus ojos veían, Aina recorrió de nuevo la estancia con la mirada y sonrió. Si ella se sentía incómoda, no quería imaginarse cómo se sentiría Thomas. 

- Aquí era donde se celebraban los grandes bailes y donde se reunía la Alta Sociedad - . Le explicó y dio un par de vueltas sobre sí misma, siguiendo la música que resonaba entre aquellas cuatro paredes. - Imagínate a todos vestidos de gala. La comida y la bebida nunca terminaban y los jóvenes apuestos sacaban a las doncellas a bailar - . Se rió, llevándose una mano a los labios. Pero enseguida retuvo la risa y volvió a mirar a la fata. Su expresión se volvió seria y negó con la cabeza. - Tampoco he conseguido recordar nada - . Le confesó y sus ojos celestes se dirigieron al hermoso grabado que representaba a la familia real. Se acercó y alargó la mano para acariciar el rostro de la princesa Celebia. - No recuerdo nada - . Repitió en un murmullo apagado.

Si tu único castigo por tus pecados es escucharme no dejaré de alzar la voz.

"Mierda... pasa de ella Míriel... es lo mejor, lo mismo se cansa. Yo para mí que en el fondo le molas... que obsesión por buscarte la boca..." Pensó Míriel tras dedicarle una mirada fría como el témpano de hielo a Vanya.

Se giró pues a Aina y tras escucharla atentamente añadió.

- Está claro que todo aquel que cuando habla sólo lo hace para crear discordia es porque es un traidor. Parece ser que Thomas y Kammy son entonces cupables... ¿El resto que piensa? ¿Crees que caerá alguno de ellos?

Entonces Aina volvió a cambiar el escenario de aquel lugar y Míriel lo observó complacido, sí, en aquella zona del palacio el guardaespaldas se sentía mucho mejor, era donde más tiempo había permanecido cuando vivía en Fae.

- Me gusta...- comentó mirando el trono con una ligera sonrisa.

Después Aina comentó lo de los números y se quedó pensativo, no tenía ni idea de que significaban aquel número ni ningún otro.

- Lo recordarás Aina... - trató de consolarla acercándose a la Fata y posándole una mano en el hombro- estoy seguro que lo recordarás todo cuando esto acabe- le dedicó una sonrisa- no pierdas la esperanza, lo único que lamento es no poder ayudarte en eso.

Escucho a Aina atentamente y sus palabras me hacen recrearme no tanto en lo que ella imagina, el palacio y los bailes, como en el bosque, su brisa recorriendo los árboles y las hojas con una melodía propia, los colores vivos de la naturaleza reflejados en los lagos de aguas cristalinas. Sin pensarlo ni quererlo rompo a llorar bruscamente, un torrente de lágrimas que nunca creí que brotarían de mis ojos.

No puedo recordar, no se que pasó, la razón por la que nos expulsaron de nuestro hogar. Quiero volver al bosque pero tengo miedo de descubrir la verdad. ¿Y si todos nosotros llevamos la guerra en nuestra interior? ¿y si yo de verdad maté a aquella fata? ¿y si cometimos actos aún peores que provocaron nuestra expulsión? Tal vez todos nosotros dañásemos Fäe antaño...

Me desplomo en el suelo, como una muñera rota, sin hilos, sollozando, reflexionando, susurrando -¿será este nuestro purgatorio? 

Míriel que estaba junto a Aina esuchó los lamentos de Vanya y giró la cabeza hacia ella sin comprender...

Ahora se hacía la buena... y hasta lloraba y todo... no había quien entendiera a las mujeres...

- El mio desde luego si lo es...- comentó para sí

Una vez más aquel espejo ovalado os mostró lo que iba sucediendo en el mundo de los vivos. Y una vez más pudisteis ver cómo al caer el atardecer un combate tenía lugar, haciendo que muchos de los presentes mostrasen más poder del que habían enseñado nunca.

Una vez todo terminó, frente a vosotros empezó a formarse la imagen de Gelion, Guardián del Bosque.

Al sentir la mano de Míriel en su hombro, Aina se volvió a mirarle y una sonrisa sesgada se dibujó en sus labios. Pero entonces fue cuando Vanya se derrumbó y empezó a llorar. La fata de palacio arqueó una ceja y se quedó unos segundos en silencio, contemplándola. Finalmente negó con la cabeza.

- Yo nunca dañé Fäe - Le dijo y sus labios formaron una mueca. No recordaba la guerra ni nada de lo que había ocurrido, aparte de los tejemanejes que normalmente se llevaban a cabo en palacio. Suspiró y volvió a lanzarle una nueva mirada al grabado de la familia real. Deseaba tanto regresar y volver a ocupar su puesto, junto a ellos... 

De mientras, en la ciudad, justo antes de que empezaran las campanadas, Amazarac hacía acto de presencia. La mirada de Aina se endureció y sus labios se apretaron en una línea fina. - Amazarac ha venido - . Murmuró y se volvió a mirar hacia el espejo ovalado.

El combate fue intenso y cuando terminó, una figura empezó a materializarse en el salón del Trono. Aina volvió su mirada hacia él y una suave sonrisa se perfiló en sus labios. - Bienvenido - .

Al llegar, miro alrededor. No tardo en reconocer el tipo de construcción. La mano se fue a su rostro, ocultándolo, cansado.- El Palacio. Claro. Lo que faltaba. 

Al ver la expresión que puso Gelion al reconocer el Palacio, Aina apartó la mirada de él, mientras la comisura de sus labios se curvaba un poco más, ampliando su sonrisa. Objetivo cumplido. 

Se acercó, dando pequeños saltitos, a la mesa y cogió un poco de uva y queso. Empezó a comer, con la mirada distraída. Pero dejó una uva a medio camino de sus labios y arrugó el ceño. 

- Amazarac viene acompañado de una mujer que se llama Meia y dice que la envía el Consejo - . Les informó, volviéndose a mirarles de nuevo. Sus ojos celestes se entrecerraron y sus labios formaron una pequeña mueca. - Ha preguntado quién es el líder y Seth no ha tardado ni dos segundos en decir que lo era él. No tiene derecho, ¿quién se ha creído que es? - Se quedó un momento en silencio, enfurruñada y con la mirada ausente. Al poco pestañeó y volvió a enfocar su mirada en aquel gran salón del trono. - Y ahora Tarma pretende serlo ella. Sigue comportándose como si fuera una niña pequeña y se ha presentado para ser la líder - . Terminó diciendo, poniendo los ojos en blanco y negando suavemente con la cabeza.

Falmari se quedó mirando a Aina seriamente aunque luego esbozó una sonrisa-Claro ¿por que no? solo necesito una fusta unas cuerdas y cera caliente...30 minutos y me trataras de "usted" una hora...y no me volverás a hablar...sin hacer una reverencia-después observo el nuevo cambio de escenario e inconscientemente busco alguna fuente o algo por el estilo-mmm...cada vez esta gente esta mas salvaje..."alguien" debería de imponer algo de orden-escuchó algo de palacio-yo me acuerdo de hacer travesuras con la princesa...fiestas...amantes...hijos de los que nadie quería hacerse cargo...¡Fae es una mierda!

Giro su rostro hacía Falmari cuando la escucho hablar. Claro, rodeada del Palacio también. Sus fauces se apretaron y sus colmillos sonaban uno contra otro.

Luego dirigió su rostro a Aina.- Dile a Ohtar que no se atreva a acercarse al cuerpo de mi cascarón... Dile que jamás será perdonado por haberte vendido el Bosque.- Si su cuerpo transmitía algo en ese momento esto simplemente era sed de sangre.

Falmari sonrió al mirar a la putilla-Zaira...¿que opinas de que te muestre lo que es la paz interior y el silencio de las profundidades?

Aina arqueó una ceja al escuchar la voz de Falmari. La miró, al principio sin comprender a qué se refería. Su cabeza todavía estaba con lo que ocurría en la ciudad. ¿Qué está diciendo esta ahora? Se preguntó, rememorando lo que habían hablado momentos antes de la ejecución de Thomas. Cuando comprendió, sus mejillas se encendieron y sus ojos brillaron indignada, pero en ese momento Gelion habló, diciendo algo que acaparó su atención.

- ¿Qué quieres decir con lo de que me ha vendido el bosque? - Le preguntó, sin entender sus palabras. - Yo no he tenido nunca tratos con él - Mientras hablaba, una de sus cejas se fue curvando suavemente. - Y lo siento, pero lo que pides ya no puede cumplirse. Él se ha encargado de tu cuerpo y no ha permitido que nadie más se acerque - . Se encogió de hombros. - Ha hecho que tu cuerpo quede resguardado entre las ramas de un gran roble que acaba de crecer allí en medio - . No sabía por qué se lo estaba contando. Por una parte creyó que le gustaría saber que su cuerpo estaba resguardado por la naturaleza. Y por otra, sentía curiosidad por saber cuál sería su reacción. Suspiró, apoyándose en la mesa que tenía a sus espaldas, y llevó un gajo de uva a sus labios. 

Falmari volvió a hablar, pero allí Aina no respondía al nombre de Zaira y la ignoró.

Falmari que no había terminado con Aina continuo con una sonrisa sinuosa-a ver Zaira...dime algo bonito, de esas cosas que tu sueles decirme cuando nadie nos esta escuchando.-luego su rostro se giro hacia vanya-Me caes bien...espero que atormentes a estas pobres criaturas en mi ausencia...yo voy a hacer algo de provecho y crucificar a los asesinos....pero no por hacer justicia...no....sino para que os quedéis mas solos que la una.

- Ohtar acepto tu liderazgo.- Sentenció, sabiendo lo que sucedía al otro lado. Se acerco a ella, y cuando estuvo a distancia de plantar cara, sus fauces se abrieron antes de escupir hacia el píe de Aina, una sustancia verde y viscosa.- Sé lo que sucede en el otro lado. Dile a Ohtar que más le vale que yo no regrese. Su traición al Bosque no será perdonada jamás.- Luego de decir eso, le dio la espalda. Y se encamino hacía donde se encontraba el trono del Rey de Fäe.

- Esta construcción.- Dijo a voz audible para que Aina respondiese.- ¿Es obra tuya? ¿Estaba aquí cuando todo comenzó? - Giro un poco el rostro. Un par de los tentáculos luminiscentes que salían de la parte de su cabeza se fueron ligeramente hacía donde Aina para apuntarle, como si la observase por medio de ellos. Luego volvió su rostro al frente, avanzando lentamente hacía el trono.- En todo Fäe no existe ninguna creación más sacrílega... Un trono para el enemigo de Fäe, y un festín para los falsos fata que lo adoran... - Al decir estas palabras su mano exudaba una sustancia entre verde y negra, liquida y maneable, como tinta acumulandose en la palma de su mano, la cual empezaba a tomar forma lentamente, estirarse como una vara no lineal, y luego acumularse en la punta de esa bara como una plancha. Cuando tomo forma la tinta se solidifico para formar un hacha.

Las emociones, que como humana nunca experimenté, me desconciertan en todo momento. Por un momento deseo acabar con Miriel para siempre, en otro me siento indignada por la muerte de Gerion, sorprendida por las palabras de Falmari y asustada ante el posible conflicto que parece estar a punto de ocurrir.

Falmari ¿tu también te vas al otro lado? -pregunto sorprendida -¿todos vais a tener una segunda oportunidad menos yo?

Sin esperar a la respuesta me coloco entre Aina y Gelion -¡Deteneos! Gelion, no todos en palacio son monstruos, tienen más similitudes que diferencias. Aina, Gelion es el guardián de nuestro hogar, del bosque. Dudo que él sea un asesino, aunque debería aclarar sus dotes ahora que no tiene nada que perder.

La sirena miró a Vanya con un aire de superioridad -Pues claro....habéis estado dandome por culo todo el rato que si culpable que si guerra que si no se que...-en ese punto sus ojos se habían convertido en dos rendijas-y-no-me-e-que-ja-do en ningún momento....-miró a algún punto en el vació de la sala-alguien en algún lugar me esta dando la oportunidad de demostrar mi inocencia, de coger a los culpables ¡y eso es lo que voy a hacer!-sentenció la fata.

Esta miró a Gelión y a Aina y no pudo evitar cruzarse de brazos-Dale caña Gelion esta puta, a estado manipulandoos ahí arriba a base de subterfugios-o eso había entendido, puede que no fuera verdad pero...si ella pillaba...adelante.

Míriel que se había quedado un rato callado tratando de hilvanar las ideas, no pudo dar crédito a las últimas noticias que le estaban llegando. Por un lado se alegró de que Gelion hubiese caído, era claramente un Fata hostil sobretodo para los habitantes de palacio. Sin embargo eso de que Falmari volviese a la vida y que se insultara de manera constante a Aina terminó por sacarle de sus casillas.

- Ni se te ocurra Gerion- amenazó abiertamente al Fata posicionándose justo en frete suyo con el rostro muy serio, dispuesto a defender a capa y espada aquel lugar del hacha que con tanta determinación blandió el Fata del bosque, no permitiría jamas que nadie profanase el Salón del Trono.

Le dedicó una mirada más que desagradable a Falmari, creía que la Fata más desagradable era Vanya, pero aquel engendro de pescado era peor todavía.

- Guarda tu lengua sirena, sino quieres que te la arranque, Aina no merece que la trates de esa manera.

Falmari miró al niño-oh...así que vosotros dos estabais compinchados realmente desde el principio ¿eh?-esta desdeño a este con un gesto de la mano-me gustaría ver como lo intentas ¡Desviado!-siguió con la arenga-¡Dale caña a esa mala pecora!

¡Dioses...por fin pasa algo emocionante aquí abajo! y encima a esa puta...algo debo estar haciendo muy bien para que pasen estas cosas.