Loth asintió cuando habló de su conexión con Kammy.

- Nos une un vínculo de amistad muy antiguo, por eso podemos hablar entre nosotros, y es quien me informó de lo que Elendire está haciendo ahí fuera - dijo, con cierto pesar - No te preocupes, a veces la verdad es más placentera, aunque sea mucho más terrible.

Se acercó a la vidente, y ladeó la cabeza.

- También hay algo que debes saber, aunque te pediría que usaras esta información más tarde - aclaró - Estoy convencido que un fata de los vivos está llevando a algunos a un lugar muy similar a Fäe. Son siete fatas por ahora, pero cada noche llegan dos más, aunque esta noche solo llegó Ohtar. Lo malo es que Ohtar sufrió la misma posesión que Elendire y no quiere que digan nada. Esta información es muy valiosa, quien tiene ese poder no debería saber que los muertos lo sabemos.

- Pero vaya mierda de guardián.- Dijo para si, para luego reír. Retiro la espada del cuello de Miriel, para luego arrojarla hacía la representación del trono de aquel lugar. Aquel combate, divertido, fue una distracción, y quería ocupar su mente en cosas más productivas. 

De pronto, recordó preguntar por algo.- Aina, me atrevo a asumir que Nu-Taur-Dunath les dijo al resto que vería en mi cuando me ajusticiaron. ¿Qué fue lo que les dijo? - Su tono de voz no era de muy buenos amigos, en especial para ella. No la consideraba culpable de nada, salvo de su ciega creencia de que el Palacio era algo bueno, pero lo poco que mencionaba de lo que sucedía en el otro (y de lo que sucedía aquí, allá) le hacia más un estorbo más que alguien realmente útil, pese a ser inocente del crimen de traición a Fäe.

Luego se giro hacía Tarma. Fata del Bosque, aunque no la reconocía.- Yo sinceramente no entiendo porque confían en ella. ¿Soy el único que recuerda que cuando revivió Aina, Ivanna dijo que no era conveniente que volviese a la vida? Y se justificó con eso de estar poseída. ¿Alguien más ha sufrido aquello? - Sus fosas nasales se contrajeron, y al relajarse dejaron escapar un ligero vaho.- No recuerdo que nadie más allá dicho algo acerca de eso.

Las palabras de Loth le hicieron llevarse la mano al mentón. Entonces Ivanna, o Elendire como parecía llamarse aquella fata no era sospechosa por ello.- Olviden lo que dije.

Luego dirigió su mirada a Loth.- Loth... ¿Puedes decir más de lo que se ha dicho en el otro lado? ¿Algún otro detalle... o algo? - 

- Por ahora, que debáis saber, he dicho todo lo que sé - se encogió de hombros - El resto de información de que dispongo es personal y no influye en absoluto en esta absurda guerra en la que me he visto involucrado.

Nuevamente a tragarse el orgullo... seguramente si hubiera estado vivo su cabeza habría terminado adornando el cinturón del fata del bosque, pero en aquel reino las cosas estaban sujetas a otras leyes... las heridas de la espalda se cerraron a medida que Míriel comenzó a recuperarse. Una vez que se encontró dispuesto se levantó del suelo y acariciando la hoja de sus espadas se concentró para que desapareciesen, ahora que sabía que habían acudido a su llamada estaba seguro que volverían a aparecer cuando le hiciesen falta. Ambas armas se entrechocaron entre ellas elevándose delante del guardaespaldas y se desvanecieron tan rápido como habían llegado... lástima que Míriel no hubiera estado a su altura.

 Pero ya tendría tiempo de lamentarse, ahora debía tratar de entender lo que estaba pasando, cuando miró a Aina se dió cuenta que había vuelto a vivir, se alegró de que aquello fuese así la fata de Palacio estaba llevando a cabo una labor muy importante y por fortuna contaba con poderosos aliados en el mundo de los vivos.

Entonces Gelion y Loth comenzaron a hablar sobre la dimensión paralela sobre la que parecía que un fata en concreto tenía el poder de trasladar a otros fatas allí... no entendía que podía significar todo aquello, de manera que decidió mantenerse en segundo plano y seguir escuchando.

Aina miró preocupada a Loth. La información que le estaba dando era valiosa, a la vez que peligrosa. ¿Alguien podía tener tanto poder? Un escalofrío recorrió su espalda. - ¿Sabes quienes están allí? - Le preguntó y una pequeña mueca se formó en sus labios. - Y... ¿Y cómo es ese sitio? - Su voz sonó dubitativa. Quizás era donde ella estuvo el primer día, antes de morir por primera vez. Entonces... ¿La muerte le habría librado de estar allí, encerrada? Al pensar en aquella posibilidad, sus pupilas se dilataron. No, no creo que sea lo mismo. Todo esto me supera. - Ohtar... - Murmuró su nombre y su ceño se frunció suavemente. - Ahora lo entiendo. Lleva toda la mañana callado, y sólo ha hablado para echar mierda sobre Kammy y Alana. Me extrañaba su actitud, pero no pensé que fuera porque estuviera ausente - . Suspiró y se volvió a mirar a Gelion. Arqueó suavemente una ceja y se encogió ligeramente de hombros.

- ¿No dijiste que podías ver lo que ocurría? - Le preguntó y sus pupilas se dirigieron hacia Míriel. - Bueno, imagino que no habrás estado muy atento - . Volvió a mirar al Guardián del Bosque, antes de explicarle lo que Paul había visto en él. - Dijo que odiabas todo aquello que no tenía ni principio ni final en el bosque de Fäe. Que tenías unos ideales radicales y que tu odio es eterno. Aseguró que la muerte no te detendría - . 

Míriel miró a Aina y ante su pregunta contestó con tranquilidad.

- Mi don es la visión, puedo verlo todo de la persona a la que decido ver... pero sólo puedo hacerlo cuando estoy vivo y justo después de las votaciones. ¿A quién se refiere Paul con lo del odio eterno, a mí?- preguntó extrañado- Lo que me pregunto es por qué le dais tanto crédito a Paul. Soy orgulloso y se me ha tachado muchas veces de ser frio, pero el odio no forma parte de mí. Si me he enfrentado a Gelion es porque él quería retarse conmigo, yo no he iniciado la pelea... ¿O ahora vas a volver a creer en Paul por lo que acaba de pasar?

- Yo no he dicho que confíe en él - . Aina se giró para clavar su mirada celeste en la de Míriel. - Pero por las palabras de Gelion, cuando llegó aquí, sé que esta vez no está mintiendo. Bueno, quizás no sea verdad que la muerte no lo detendrá. Pero eso lo puede confirmar él - . Se volvió a mirar a Gelion y arqueó una ceja. - Quizás se refería a que, a pesar de estar aquí, podía tener contacto con el otro sitio. No lo sé - . Negó suavemente con la cabeza y se mordió el labio.

- Por cierto, Míriel. Estabas equivocado. Lassa no se esconde bajo la piel de Lera - . Al decir aquellas palabras, volvió a mirar al antiguo guardaespaldas de la princesa. - Es Anastasia - . Sus ojos celestes se empañaron y sus labios temblaron al nombrar a la joven de cabellos lilas. - Creí que sentía lo mismo que yo por ella. Pero me he dado cuenta que sólo me utilizó y que no le importo nada - . Suspiró. - He pensado que tenías derecho a saberlo - .

Míriel arrugó el ceño ante las declaraciones de Aina.

- ¿Qué? ¿Cómo es posible?- Míriel no podía dar crédito- ¿Estás segura que Lassa es Anastasia?...- entonces el guardaespladas comenzó a estar bastante irritado con Lassa- Yo sabía que me había resucitado para utilizar mi poder en su benefecio a parte de para hacerme pagar por los crímenes de sus hijos... pero parece ser que hay algo más... me mintió a mí y a tí... creo que esa Fata es demasiado retorcida. No pude verla a ella porque estaba sometido a su voluntad, pero está claro que miente, que no duda en utilizar su poder para conseguir sus propósitos... Esto no es nada personal, pero habría que empezar a ver a Lassa con otros ojos.

Escucho a todos con atención, reflexionando antes de hablar y, a decir verdad, disfrutando con la paliza que Gelion ha dado a Miriel.

Creo que Ivanna no es malvada pero puede que oculte algo. El lugar del que habla Loth es parecido a lo que ella nos explicó, aunque no ha dado esa información cuando debería. Me gustaría saber como lo conoces Loth pero confío en tu juicio y se que la aportarás si lo ves necesario -comento haciendo referencia a los comentarios de Tarma y Loth -respecto a Seth y Alana, no me fío de ninguno de los dos. El primero por la actitud que tiene, como nos ha comentado Aina, y porque no ha vuelto a dar información y por el hecho de que su acusación contra Alana ha sido, cuanto menos, extraña. La segunda tiene una actitud que no me gusta un pelo, tu sabes Aina como se tiró a por mí para desviar la atención en su momento y como no aceptó a usar su habilidad conmigo, cuando eso le habría salvado el culo a ella y a mi.

Me acerco un poco más a Aina -Creo poder confiar en tu juicio pero te pido que no te fíes de la palabra de Miriel, tiene demasiadas pruebas en su contra. Si no te fías de mí estás en tu derecho, no voy a decirte nada respecto a ello. En cuanto a Anastasia, confiaba en su bondad y el hecho de que te, digamos, hechizara, me parece extraño aunque pasible. Ahora bien, no creo que ninguno de los presentes pueda revivir a los muertos, atarlos a su voluntad y hechizar a terceros. Pensé que ella era la princesa...

- Las votaciones han terminado... ha llegado la hora de que la sangre se derrame... - dijo, como única respuesta a todas sus preguntas - Depende de quién sea la cabeza que caiga esta noche, os daré más detalles... o será otro quien lo haga.

con pasos lentos y firmes se acercó a gelión y le toco el hombro-"Quien tú ya sabes recuerda vuestro pacto y te asegura que Nu-Taur-Dunath ha mancillado tu honor para con el Bosque". luego como si no fuera con ella -bueno...es el mensaje que me han dicho que te entregue...¿quieres mandar uno de vuelta o una prueba a esa persona de que te e entregado el mensaje "guardián del bosque"

Se río ante lo que decía Aina. Simplemente los vivos no tenían sentido alguno.- De verdad empiezo a pensar que todos merecen morir allá donde están los vivos.- Comento divertido, frotándose el estomago por la risa.- Entonces... Les vende una historia sacada de mis propias palabras, la exagera, y pone algo de su cosecha aprovechando que todos habían dirigido su rabia contra mi... Pedazo de chivo expiatorio que se han tragado todos.- Niega con la cabeza, de verdad era ridículo.- Me sorprende la capacidad de ustedes de tragarse algunas cosas, y otras no, según les convenga.- Giro el rostro frustrado, consciente de que no iba a volver al lugar de los vivos, y de lo sencillamente tontos que eran. 

Y estaba en ese estado de negación y frustración cuando Falmari le hablo, y una sonrisa volvió a plantarse en las fauces del guardián del Bosque.- Solo dile que he recibido el mensaje. Nu-Taur-Dunath no vivirá para ver la luz de un nuevo día.

Aina asintió a la pregunta de Míriel y sus mejillas se sonrojaron ligeramente. - Sí, sí que estoy segura - . Le dijo, apartando su mirada y volviéndola hacia Vanya. Escuchó lo que le decía con atención y negó suavemente con la cabeza. - No, no es la princesa. Y no sé qué es lo que puede hacer, ni qué fue lo que me ocurrió. Sólo sé que la encontré cuando estaba perdida y nada más verla la amé - Su mirada se enteló al recordar la primera imagen que había tenido de ella, tan frágil, tan delicada... - Cuidé de ella y cuando la atacaron aquella noche, sentí que algo me arrastraba. Supe que estaba en peligro y corrí para salvarla. Debí asustarles y huyeron sin terminar el trabajo. Pero esta noche... - Suspiró y una pequeña mueca se dibujó en sus labios. - Como bien habéis visto, me han atacado. Me han atacado dos veces y sobreviví a la primera. Quizás ella se despertó, como yo lo hice la anterior. Pero después, cuando ese arma me cortó el cuello, ella no estaba - . Su voz tembló y apretó con fuerza los puños. - Por una parte me alegré, ya que no quería que sufriera - . No pudo evitar dirigir su mirada hacia Loth. Él había seguido a Elendire a través de la muerte y no podía evitar sentir un poquito de envidia por la fata. - Pero al despertar ya no la he encontrado. Siento que me ha estafado. No sé cómo lo ha hecho. Si me ha hechizado, me ha engañado, no tengo ni idea. Pero sé que ahora no estoy con ella... - Y no pienso perdonárselo... 

Miró a Falmari, sorprendida. ¿Estaba dando un mensaje de alguien de fuera? Arqueó una ceja y se volvió a mirar a Gelion. - Tampoco lo pones fácil para que se confíe en ti - . Le dijo, manteniéndole la mirada.

Asentí a las palabras de Aina, que estaba compartiendo con nosotros tanto los hechos como sus sentimientos -Gracias Aina, esperemos a las campanadas para ver que nuevas nos traen. Pero lo principal es que la princesa siga en pie, solo ella puede ayudar a los fatas de distintas zonas a unirse.

A continuación me giro hacia Gelion -No me puedo creer lo que estoy escuchando. Tus palabras no hacen más que afirmar las palabras de Paul, acabas de dejar claro que vas a darle muerte esta noche, desde aquí, tal como él ha afirmado. Tu eras el guardián de nuestra tierra ¿que te ha ocurrido? ¿porque tanto odio?

- Iba a morir sin importar lo que dijera.- Respondió Aina. Ya había reconocido antes que su muerte se la busco él mismo, no iba a redundar en el mismo tema.- Sé que no puedo hacer nada con los vivos, pero por favor, Aina, comparte mis palabras allá si aún no han llegado a la conclusión. Ahora mismo no se trata de quienes vivan o no, sino de lo que harán en Fäe aquellos que lo logren. No deben confiar en el Consejo en ningún momento.

Se giro hacía Vanya. Dudo un momento si responder o no a sus palabras. Decidió que no merecía explicaciones, ya había hablado varias veces de su misión. 

Míriel estaba realmente confuso, había estado seguro que Lera era Lassa... a pesar de las afirmaciones de Aina le costaba trabajo creerlo... Entonces ¿A qué se debió la reacción de Lera cuando se rebeló? ¿Quién más de todos esos fatas lo podía odiar tanto como Lassa?

- Lo que no teniendo es como Lera tuvo aquella reacción cuando me rebelé como Míriel... No sabía que hubiera otro fata que me odiase tanto como Lassa... y ella, está claro que es una mentirosa, me confirmo que ella era Lera. Está claro que soy un idiota...- dijo muy molesto con él mismo- Lo que si parece claro es que su habilidad es la de someter a su voluntad, pero eso no te libra de la muerte, simplemente se rompe el lazo y creo que eso es lo que te ha pasado a tí Aina. Te habrá estado utilizando para obtener información, como hizo conmigo.

Entonces Gelion y Vanya hablaron y justo cuando iba a decir algo el guardián del bosque volvió a intervenir.

- ¿Cómo es posible que podáis seguir actuando estando muertos?...- dijo dirigiéndose a Gelion, entonces algo pareció ilumarse en la atrofiada mente de Míriel- A no ser que antes de morir hicieses algo... ¿Fuiste tu el envenenador?- Aquello tendría sentido el veneno tardaba un tiempo en actuar, el mismo lo había sufrido en sus carnes...-

Mientras las palabras de unos y otros, se sucedían, yo me limité a seguirlos como si fuera un partido de tenis, tratando de continuar el ritmo que llevaban, para enterarme de lo que decían, aunque había muchas cosas que se me escapaban, y que no llegaba a entender hasta que no cogiera de nuevo mis notas mentales, y las pusiera orden.

Contemplé con la mirada la copa de Aina, y me pregunté a qué sabría aquel líquido. Estuve tentada de probarlo, pero no quería moverme de allí, y perderme lo que continuaban diciendo, por lo que guardé silencio, mirándolos a todos, sin inmutarme.

—Sí, claro que la juzgo— asentí, ante la pregunta que Aina me hizo en su momento—. Creo que hubo más muertes cuando ella estaba viva, y bajaron cuando ella murió— comenté—. Pienso que, quizá, no sea malvada, pero tiene un sentido de la justicia propio y particular— aventuré, aunque no las tenía todas conmigo—. De todas formas, no tengo pruebas, por lo que es sólo una suposición, nada más. Por otro lado, no lo voy a negar, me fastidia mucho volver a estar muerta. Me han matado dos veces, y a mí no me revive nadie— añadí, mirando a Aina, con cierta envidia—. Me nubla un poco el rencor, aparte de que dijera que no era conveniente que se me reviviera— enfaticé, repitiendo las palabras que hacía unos minutos había usado Gelion. 

Asiento ante las palabras de Gelion e, incluso, ante las de Miriel -Ambos habéis dicho dos cosas de interés, aunque eso te duela en el alma, querido -digo mirando al asesino de niños -El Consejo no es de fiar, pues son ellos los que nos obligan a matarnos a unos y otros. Y, respecto al veneno, tengo una duda desde hace días morando por mi mente. Se la verdad sobre Miriel pero no tengo duda de que no mintió respecto al veneno. Sin embargo Chris, que se supone fue envenenado, no murió tras las campanadas si no antes, algo que me escama mucho y que dije allí arriba, llevándome la acusación del joven por ello. ¿Ivanna no se supone que también fue envenenada? Ella murió después de la noche. Si esto es así ¿como sabía Miriel que iba a morir después de mi muerte y los otros lo desconocían?

A continuación me giro hacia Tarma y Aina -Ivanna murió junto al resto cuando cayeron muchos. No niego que sea una fata "especial" pero no creo que sea una asesina, aunque desconocemos su poder. Respecto a Aina, ella también fue la causa de mi muerte pero ahora lo que nos incumbe es el futuro de Fäe. Debemos dejar el rencor a un lado.

Reflexiono un momento antes de hablar puesto que mi palabra se que no tienen demasiada veracidad en este lugar -Respecto a Paul, solo puedo decir que la actitud de Falmari parece demostrar que no se equivocó con ella. Como es obvio tengo claro que no se equivocó con Miriel y con Gelion parece no haber errado, aunque sus palabras no confirman que el guardián de mi tierra sea uno de los que han traído el mal a este lugar. Sin embargo no pondría la mano en el fuego por él. Allegra pensó que Miriel y yo estamos aliados, que uno acusaba al otro para salvar al trasero frente al resto. Esa misma argucia creo que es la que pueden haber usado Adam y Miriel en su momento, pues el segundo ya estaba condenado por el veneno cuando el primero reveló la verdad que escondía tras su fachada educada.

Salón de los Difuntos

Sucedió lentamente, casi como el tiempo que uno comienza a abandonar el sueño hasta que es consciente de que está despierto. Tus ojos empezaban a abrirse en esta nueva realidad con una sola certeza: habías muerto.

Puede que aquel lugar estuviera hecho para esperar durante toda la eternidad. Quizá, sólo quizá, ese tiempo fuera más breve de lo que parecía al pronunciar esa palabra. O puede que simplemente estuviese disponible durante unos días, el tiempo que todo tardase en resolverse. Como un bar a medio recoger antes de apagar las luces.

Sin embargo una cosa era evidente: el sitio recordaba mucho más a Fäe que al mundo de los soñadores. Se trataba de una gran estancia. Una de palacio.

Aquel lugar mostraba el esplendor que un día debió tener. Una enorme sala, con suelos de madera pulida y grandes lámparas de cristal que iluminaban con reflejos plateados la pulida superficie. 

Una de las paredes tenía grandes ventanales, cubiertos de tupidas cortinas de terciopelo granate. Otra de las paredes tenía hermosos grabados de la corte que un día gobernó en aquellas tierras de ensueño. Podía reconocerse a la Familia Real al completo y, junto a ellos, estaba tallada una hermosa joven que muchos conocían con el nombre de Aina.

Pero lo que más llamaba la atención de aquellos grabados era una gran torre de reloj que se podía ver tras la Familia Real. Parecía tallada en la misma madera, aunque quien se quedase el tiempo suficiente y la mirase fijamente se daría cuenta de que funcionaba perfectamente y el minutero se deslizaba por la esfera, marcando cada minuto que pasaba.

Al fondo de la sala había una mesa muy larga de madera ricamente tallada. Varias sillas tapizadas la rodeaban y, sobre ella, había un gran convite. Faisanes, cordero, patatas asadas, frutas y verduras, varios tipos de quesos… Todo lo que cualquiera pudiera desear, acompañado buenos vinos, licores, miel producida a partir de los sueños más dulces y néctar de lirios blancos.

Y siempre presente, la gran balanza del Rey. Aquella con la que decía pesar la culpa de los Fata que eran acusados de cualquier crimen. Aquella que, desde que él había desaparecido, se había convertido en un mero ornamento.

La sala estaba preparada como antaño lo había estado en Palacio. La música resonaba suave, envolviendo a los presentes e invitándoles a bailar durante toda la noche.

Una vez más la llegada del atardecer hizo a aquel espejo reaccionar, mostrándoos un combate que ocurría en esa ciudad oscura. Al mismo tiempo aquí fue formándose la figura de alguien: Atanamir, mirador de la Linde y lector de la Bruma.