Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Prólogo - Senderos del destino.

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09/07/2019, 01:44
Viero
Sólo para el director

Viero se muerde los labios intentando ahogar su ego quebrado.

- No estoy perdido, no estoy perdido, no estoy perdido...

Pero después de un rato para de la nada y da un suspiro.

- Estoy endemoniadamente perdido, me pregunto si esa mujer demente me habría dado buenas indicaciones... - piensa, mientras se imagina hablando con ella para que de la nada salieran esbirros de Roxer - mejor las cosas como están.

Observa a su alrededor, no quiere llamar mucho la atención, pero quiere llegar a su destino cuanto antes, asi que busca alguna taberna o lugar de reposo popular para preguntar direcciones allí y quizás, con suerte, conseguir un mapa.

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09/07/2019, 02:11
Peara de Valdebrian

 Peara, ya sintiéndose mejor luego de su accidente del que parecía no recordar nada, se endereza y saluda con una reverencia al adulto hombre que se les había acercado. No sabía si era de la nobleza o no, pero no dañaba ser cortés con un nuevo conocido. Habiendo quedado de lado cualquier posibilidad de confrontación, la muchacha se dirige a la chica que había acudido a ayudarla. Y sin pensarlo demasiado, revela su destino a los presentes. Ni siquiera se percata del joven hombre aproximándose a la lejanía.

- Ya me encuentro mejor. Recuerdo estar dirigiéndome a la mansión de las Rarezas. No creo estar muy lejos, aunque este callejón no me resulte familiar... si ustedes pueden alcanzarme hasta allí, se los agradecería mucho. No quisiera que se repita algún percance como el que tuve hace un rato...

 Peara se toca la frente, notando que tenía un pequeño hematoma allí (sin contar el hilo de sangre). Sin embargo, logra dedicarle una sonrisa a Arden.

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09/07/2019, 22:24
Hiparchia de Menas

La inexplicable zancadilla de Inara dejó sin palabras a Hiparchia, que por un momento tuvo el impulso de abalanzarse hacia delante y evitar así la caída del noble. Sin embargo, fue la misma espadachina quien sujeto a Cael, dedicándole una mirada que equidistaba entre la camaradería y la burla. El hombre también le dedicó una fría sonrisa, lo que no hizo sino más que aumentar el desconcierto de la sabia Hiparchia. 

Antes de marchar definitivamente hacia el carruaje, Cael le dedicó unas palabras. 

No creo en las coincidencias señorita.

-Por supuesto que no, señor. Dios no juega a los dados. 

Le guiñó un ojo a Inara para después dedicarle un gesto inquisidor con las cejas. ¿Por qué has hecho eso, Inara? ¿Estás loca? ¿Os conocéis, acaso? Se guardó las preguntas para sí, porque la joven marina le regaló una impresionante clase magistral sobre las armas en la esgrima, sus características y usos. Era una verdadera maravilla oírla hablar, la concisión de los datos, la claridad de las explicaciones. De haber nacido en otra familia y circunstancias, la joven hubiera sido una maravillosa profesora. 

-Mis felicitaciones por tal magnífica explicación. Puede que al fin y al cabo poseas las capacidades intelectuales necesarias para ayudarme en mi investigación. Y no simplemente con tu espada. Tu tesoro más valioso descansa sobre tus hombros, protegido por ese sombrero de cuero y esos mechones castaños. 

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09/07/2019, 23:11
Inara

- Gracias, mi señora. Será para mi un placer poderla servir y serle de ayuda- me gustó el reconocimiento que me hizo, me hizo sentir menos tonta, la verdad es que al lado de Hiparchía me sentía muy inferior, pero no por eso tenía sentimiento negativo contra ella, simplemente yo no había tenido la misma educación ni tenía las mismas destrezas, pero tampoco era estúpida.

Desde que habíamos desembarcado el sol nos atizaba de manera impune desde las alturas, estábamos en mitad del puente sin posibilidad de pasar a la otra orilla por culpa del carruaje que se encontraba atravesado y mirando alrededor se me ocurrió que bien aquel puesto de granizadas nos podía aliviar un poco - Mi señora, ¿le apetece "un granizado de frutas de las tierras ignotas"? - le indiqué el puesto con la mujer que lo atendía.

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10/07/2019, 10:19
Adalo di Taran

Paso la mirada entre las tres mujeres mientras Esla hace las presentaciones y me explica la situación de la última, que parece haberse recuperado un poco de la caída, frunzo un poco el ceño ante la invitación de irme -quién se habrá creído- pensé para mi mientras contenía una replica menos amable.

Pero entonces un nuevo jinete entro en la misma angosta calle, lo que hizo que tomara la decisión de continuar hasta mi destino. Al fin y al cabo como dice la joven no soy necesario aquí. 

- Siendo así proseguiré mi camino señorita Esla -Hice una reverencia como al presentarme pero casi sin moverme, al pasar al lado de las otras dos chicas: Vos tened cuidado, la dejo en vuestras manos Arden.

Sin mediar más palabras continué mi camino sorteados ya todos los obstáculos hacia la casa de las rarezas. El encuentro me  irrito un poco pero al menos me había hecho olvidar las noticias de mi tierra.

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10/07/2019, 22:13
Cael di Venture

El noble avanzaba notando la mirada de gran parte  de los transeúntes. No era para menos, en una esquina estaba el “incidente” del carruaje, al lado contrario el pequeño “altercado”, si podía llamarlo así, y en el centro él.

Paró en seco cuando más o menos estaba a la misma distancia de ambos lados, posiblemente tras escuchar ambas conversaciones y llamarle la atención una de ellas. No tardó en decidirse, pues se giró en el sitio hacia Hiparchia e Inara con las manos en sus bolsillos y el rostro alzado, mirando especialmente a la segunda.

- Hoy me siento generoso. Si sois tan amable, pedid…- Alzó la voz para que ambos extremos le escuchara mientras se volteaba, esta vez, para mirar a los del carruaje y contar las personas moviendo únicamente los labios sin emitir sonido alguno. No tardó apenas unos segundos en hacerlo, volviéndose de nuevo hacia Inara.- Ocho granizados, por si acaso alguno quiere repetir. Decidle a la dependienta que lo ponga en la cuenta de Cael di Venture, hijo del duque de la Casa Venture.- Sabía que no era necesario todo el título nobiliario, pero por alguna explicación que posiblemente sólo ambos entenderían lo hizo.- Gracias.- Se despidió de ambas mujeres antes de seguir con su camino, esta vez alejándose lo suficientes como para no oír esa parte de la calle.

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10/07/2019, 22:15
Cael di Venture

Tras aquella petición “veraniega” de granizados, Cael se acercó al carruaje con paso seguro y despreocupado, caracterizando sobre todo una fina sonrisa que dedicó a los presentes, sobre todo prolongándose con las gemelas.

- Parece ser que la calle está cortada por su carruaje, ¿hay algún problema señoritas? Caballero.- Saludó a los presentes con una cortés inclinación, mostrando respeto. Si la tensión que parecía observar desde la lejanía le afectaba, no daba signos de ello.- ¿Se ha accidentado, señorita? – Metió una mano en el bolsillo de su chaqueta para sacar un pañuelo blanco bordado con detalles púrpuras. Hizo un amago de acercarse a Peara con el pañuelo en alto, pero sólo lo haría si ella aceptaba.- ¿Me permite? Las heridas en la sien tienden a sangrar mucho, pero son más leves de lo que a priori aparentan.- Si le dejaba, daría pequeños toques en la sien para limpiar la sangre, sino le daría directamente el pañuelo para que ella se encargara de la cura.- Me preguntaba qué hacía un carruaje en mitad de la vía. Lo último que esperaba era encontrarme a las hermanas d’Iridar. ¿Estáis heridas?

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10/07/2019, 22:32
Arden d'Iridar

Me giro hacia el joven noble con recelo, lo que parecía ser una situación sin mucha importancia había dado lugar a varios momentos tensos en cuestión de instantes, y eso fue antes de que fuéramos reconocidas al instante por otro noble en Duriel.

- No hay problema alguno, como ve simplemente intentábamos socorrer a esta joven. Como bien dice usted, estamos obstaculizando el paso, por lo que deberíamos proseguir. Le ruego que no se ofenda por ello.

Procuro mantener la etiqueta con una leve reverencia para evitar problemas mayores y me dirijo hacia la joven que todavía parece desorientada.

- Por lo que habéis dicho parece que nos dirigimos al mismo lugar, permitidme ofreceros viajar en nuestro carruaje. Sonrío a la joven mientras intento no ver la cara de Esla, que seguramente vuelve a echarme dagas por los ojos.

"La que me va a caer luego..."

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro advertir, como jugador no creo que haya nada pero mi personaje esta nerviosa por como se ha desarrollado la situación así que está atenta a los alrededores, a lo mejor pifio y veo cosas donde no hay XD

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10/07/2019, 23:42
Esla d'Iridar

Esla despidió cortésmente a Adalo, y casi al instante se encontró con Cael frente a ella. Antes de que pudiese pasar tras ella y acercarse a Peara y Arden, se colocó frente a él. Sin agresividad, pero con clara intención de cortarle el paso. Vestía unos pantalones negros, y una casaca larga azul. Al cinturón llevaba un florete, que permanecía completamente a la vista.

-Señor di Venture, que sorpresa... - le sonrió, mirándole fugazmente a los ojos, antes de agachar un poco la mirada - Mi hermana y yo agradecemos mucho su preocupación, pero le aseguro que estamos bien. Ha sido un pequeño incidente sin importancia, y preferiríamos poder completar al fin nuestro largo viaje. Supongo que sabe de donde venimos... llevamos días viajando - hizo referencia, sin estridencias, al hecho de que las hubiera reconocido - Ambas estamos agotadas, y tenemos aun algunos asuntos que arreglar por nuestra llegada - Esla era alta, pero aun así no tanto como Cael, se acercó un poco más a él y lo miró desde abajo y sonrió - Ya ha oído a mi hermana, la mujer se dirige al mismo sitio que nosotras. La acercaremos hasta allí, y nos aseguraremos que la atiendan como es debido. 

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11/07/2019, 00:04
Esla d'Iridar

Esla había tenido que haber un enorme esfuerzo para ocultar su enfado al ver llegar a Cael, al ver que las había reconocido, y que su hermana ofrecía transporte a la mujer herida. Al menos eso último parecía darles una excusa para marcharse... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de etiqueta, para ver como de cortes me sale todo mientras en realidad quiero quitarmelo de en medio lo antes posible. Es posible que no del todo bien xD

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11/07/2019, 05:43
Peara de Valdebrian

 La joven estaba por aceptar la ayuda que le extendía Cael cuando la otra hermana se interpuso en el camino, lidiando ella con el nuevo desconocido que se aproximaba por el callejón. Desconocido para ella, por lo menos; puesto que parecía ser una persona allegada a las gemelas. Extraño o no, Peara le dedico una sonrisa por su hospitalidad. Aunque al percatarse del nombre que tenía aquel muchacho y de la casa de la que provenía, su sonrisa se transformó en una reverencia y un pequeño saludo desde una plebeya a un noble.

- My lord...

 Sin embargo, su sorpresa no terminó al enterarse de que las gemelas que habían acudido a su ayuda también pertenecían a la nobleza. Si bien ya se imaginaba que eran personas de la alta sociedad, no esperaba que miembros de la Casa Iridar fueran las que la estaban socorriendo. Nuevamente, hizo uso de la reverencia frente a las hermanas.

- My ladies... discúlpenme, no sabía... yo... lo siento...

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11/07/2019, 13:19
Cael di Venture

La confrontación con Esla, si es que así podía llamarlo, le resultó un tanto peculiar a Cael, quien se mostraba divertido y disfrutando de toda la escena a pesar de que el lenguaje mudo de ambos dictaba de ser una charla coloquial de dos completos desconocidos.

Se había percatado desde la distancia que ambas iban armadas, un dato que poco le importó aunque su espada también pudiera apreciarse bajo la chaqueta, enfundada en su cinto. Sonrió primero a Peara, luego a Arden y por último a Elsa, deduciendo quién era la “gemela alfa” de las dos, manteniéndole la mirada a la última.

- No es mi intención importunaros, pero estamos en una calle con un único sentido y parece ser que todos compartimos mismo destino.- A pesar del acercamiento de la gemela Cael no se apartó, más bien mostraba una postura relajada de hombros bajos, espalda recta y mirada altiva, segura, posiblemente acostumbrado a las charlas sociales de las fiestas.- En cualquier caso podéis adelantaros si es lo que deseáis, no me importa esperar un poco. Al fin y al cabo acabaremos por volver a encontrarnos.- Volteó esta vez en rostro para dirigirse momentáneamente a Peara.- No se preocupe señorita, puede quedarse con el pañuelo.- Volvió hacia Esla, ampliando su sonrisa.- Imaginaba que ambas estaríais agotadas, por eso quería daros un presente de bienvenida. Espero que os gusten los granizados.

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11/07/2019, 19:11
Director

Antes de que os de tiempo a reaccionar, veis que la vendedora de granizados escucha al joven noble (Cael di Venture, ha dicho llamarse) hacer el pedido. Con una expresión de suprema sorpresa, empieza a mirar en derredor, aturdida, hasta que os ve a medio camino del puesto.

- ¡Aquí tienen, buenas señoras! - dice en voz alta, mientras saca una pequeña cajita de cartón para transportar los extraños granizados, que comienza a servir en varios vasos de lo que parece un cartón similar al que usa para el transporte -. ¡De bayas de la pasión, de fresas verdes, de cacao blanco, cacao rojo con maracuyá, de granada silvestre, granadina con papaya azul, y dos de nuestro producto estrella, el granizado de café dulce!

Extiende la caja hacia delante, nerviosa. Es evidente que el nombre "Venture" la ha puesto bastante nerviosa, y es entendible: la casa Venture es una de las cinco grandes casas de Duriel, rivalizando por ser la más poderosa con la casa d'Erea, que actualmente controla el archiducado. No solo son extremadamente ricos y poderosos, sino que su influencia se siente por toda Iredia: las tierras cercanas a la ciudad libre de Dunar son suyas, y afamada la casa de la guerra de los Dragones de Cobre les rinde pleitesía desde hace décadas. 

Mientras dudáis si coger o no los granizados, observáis que el callejón se desbloquea, cuando el carruaje por fin avanza por este. El resto de los que allí se arremolinaban o bien montan en este o bien, como Cael, lo siguen andando. 

Notas de juego

Los granizados están to pagados. Podéis cogerlos o no xD. En todo caso, si seguís al grupo os meto rapido allí, pero decidme que hacéis con esto para aclararlo :).

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11/07/2019, 19:33
Director

La casa Iridar... No es una casa que tenga el peso que durante un momento le otorgas. Pronto recuerdas lo sucedido años atrás. La casa era una de las cinco grandes, participante en la Asamblea de la ciudad, y rival en poder de los Venture y los Erea. Esto fue, hasta que durante la tercera guerra irediana, alguien decidió atacar a los Iridar.

Nadie sabe decir quien fue responsable de la destrucción de la casa... Lo que si se sabe es que los principales beneficiados del espolio a los Iridar fueron los Giarda, que ocupan su lugar en la Asamblea desde entonces. Pero no fueron los únicos: todas las grandes casas parecieron sacar algo de provecho de aquella traición.

Sea como sea, solo las hijas pequeñas de la duquesa Iridar sobrevivieron a la masacre. No sabías nada de ellas, pero por lo que parece, aquí están. 

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11/07/2019, 19:36
Director

Eres más que consciente, por la expresión de Cael, de que no has manejado la situación de forma muy sutil. Y tampoco efectiva. No sabes que hace allí el joven Venture, pero no debería sorprenderte que os reconozca: dos hermanas gemelas, nobles, duelistas... Vuestra fama os precede, no hay muchas personas que encajen en vuestra descripción.

En todo caso, has logrado no ser insultante. Ya es algo.

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11/07/2019, 21:08
Director

En un orden un poco disperso, avanzáis por la calleja. El primero Adalo, que se cuela en el pequeño pasillo que deja el carruaje para adelantarlo y dirigirse tranquilamente por el camino. Le sigue el coche de caballos, donde las gemelas Iridar escoltan a la todavía un poco aturdida Peara hacia su destino, que no se encuentra precisamente lejos. Y tras ellas, Cael di Venture, que sigue con expresión divertida a las gemelas, las cuales no puede avanzar muy rápido a causa de la estrechez del callejón. Es muy probable que no sea el último en seguiros. 

Pues los senderos del destino son caprichosos, y este parece querer ser transitado esa mañana.

Podéis observar que en cuanto abandonáis los paseos principales de la ciudad, todo el halo de belleza inexplicable permanece, pero se transforma. La ciudad se torna menos abierta y más opresiva en cuanto entráis por la calle, que además de angosta es empinada. Sus casas ya no parecen posar para que cualquier pintor las retrate, sino que se ven más reales. Hay tendales de los que penden ropas, hay pintadas bastante gráficas aquí y allá, hay más de una boñiga reseca en la calzada. Desde uno de los edificios, un señor mayor os observa pasar, fumando con expresión perdida. En una de las viviendas oís los gritos de una discusión de pareja, bastante incómodos, y en otra, más gritos, los cuales a la mayoría le incomodan aún más por su carácter mas festivo. 

En definitiva, el cambio no le quita belleza a la ciudad, solo la hace más tangible. 

Finalmente, tras dar un par de giros aquí y allá, y dejar atrás otras bocacalles nada llamativas, todos veis a como el camino se allana y el sendero termina en una pequeña plaza, sin más entrada que la que acabáis de abandonar. La plaza tiene una extraña forma, como un embudo que parte del callejón y crece hasta dar un espacio abierto en el que se encuentra lo buscabais.

La Casa de las Rarezas. O más bien, la mansión de la Casa de las Rarezas. 

El edificio es un pequeño palacio que ocupa la gran mayoría de la plaza: cuatro plantas de altura, una fachada pintada entera de blanco, sin indicadores de ningún tipo. Hay tres accesos visibles: una puerta pequeña a la izquierda, unas puertas dobles que parecen la entrada principal al fondo de la plaza, en el lado opuesto al callejón, y unas enormes puertas a la derecha, que parecen para almacenar vehículos. Todo está cerrado. La casa tiene multitud de ventanas... Quizás veinte por planta, aunque tampoco os ponéis a contar. Es un edificio bonito, aunque algo descuidado; desde donde estáis veis que una hiedra trepa por el muro, que la pintura está desconchada aquí y allá y el tejado parece haber perdido algunas de sus tejas a lo largo del tiempo.

Nada de esto es lo que más os llama la atención, de todas formas. Lo inquietante es que el lugar está casi desierto. Ante un edificio de ese tipo, esperaríais encontrar cadetes entrenando en la plaza, o al menos, ruido en el interior de la mansión. Pero no parece haber por allí más que las cuatro almas que veis junto a la entrada principal.

Pegada a las puertas, casi como si bloquease el paso, veis a una mujer joven que sujeta varios libros contra el pecho, y parece discutir acaloradamente con un anciano, alto y desgarbado. La dama lleva una ropa sencilla, no muy cuidada aunque no parece una simple plebeya, pero la toga del caballero, negra y larga, le identifica rápidamente como un magistrado.

Finnaes di BassidVaridaes di Duriel

Las otras dos personas permanecen apartadas de la discusión. Tras del anciano, una mujer entrada en carnes parece hacer gestos a toda velocidad en lenguaje de signos hacia un pequeño espejo de éter portátil. También viste una toga, aunque gris, indicando que su cargo es menor que el del magistrado. Por lo que podéis suponer, está transcribiendo la conversación para almacenarla, y probablemente haya alguien al otro lado del espejo observando sus gestos y pasándolos a papel. 

Nica

El último en discordia es un joven atractivo, evidentemente noble por sus ropajes. Parece escuchar todo lo que está pasando, apoyado en una pared de la casa. Ojea un libro con aire distraído, incapaz de concentrarse en escuchar o leer. El muchacho parece sonreír ante la discusión, quizás divertido.

Keir d'Erea

A medida que vais llegando al lugar, notáis con extrañeza que algo raro está pasando. Y casi como un presentimiento, os da la sensación de que os acabará arrastrando, de una forma u otra. Quizás por eso, no os sorprende que al escuchar los caballos, la mujer avance hacia vosotros, seguida de un airado magistrado, una acalorada taquígrafa y un reticente joven. Este último se sorprende al encontrarse a Cael, al que le ofrece un saludo con la cabeza, y se acerca para darle la mano.

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11/07/2019, 21:10
Director

El carruaje se detiene a la entrada del callejón, dejando paso. La anciana ayuda a bajar a Peara, y luego, con cierto cariño, les dice algo a las gemelas en ventur, que aprovechan para bajar sus maletas. 

Pese a la distancia, la tranquilidad de la plaza deja entrever la discusión airada de la mujer y el magistrado, y cuando estáis terminando de sacar vuestras cosas, les veis acercarse a vosotros, excepto el joven noble que avanza a Cael y le saluda. Entre el griterío de los demás a vuestro lado, os cuesta entender de qué hablan, aunque es obvio por las formas que ambos nobles se conocen.

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11/07/2019, 21:11
Director

Aunque eres el primero en llegar, el resto del grupo te sigue de cerca. Antes de que te de tiempo a acercarte, ves como el grupo de personas que se encontraban junto a la entrada se acercan al carruaje de las gemelas, que está cerca de donde tú estas.

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11/07/2019, 21:12
Director

Reconoces de inmediato a Keir d’Erea, el pequeño de los hijos del Archiduque. Keir es un joven bastante particular, considerado un excéntrico. Acude a todas las fiestas con el firme propósito de ignorar a todo el mundo, leer, y jugar a las cartas. Muchas damas intentan conseguir sus atenciones, pero parece dispersarse rápido. Dicen que es muy exigente.

El muchacho no es precisamente de los más pomposos en la corte, siempre se muestra afable pese a sus rarezas y jamás ha faltado a nadie de forma alguna, que tu sepas. Te extraña verle por ahí.

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11/07/2019, 21:12
Finnaes di Bassid

- Buenos días, mis señoras – dice la joven, apretando los libros contra el pecho, cuando llega junto al carruaje del que bajan Arden, Esla y Peara-. Me presentaré, mi nombre es Finnaes di Bassid, y soy la letrada de la Casa de las Rarezas. Permítanme una pregunta, si no es mucha molestia… ¿Alguna de vosotras tendrá un contrato con la casa, por favor?

La voz de la mujer es cortés y calmada, aunque notáis cierta premura en su pregunta. Al verla cerca notáis que es bastante menuda, tanto en complexión como altura, y aunque es atractiva no parece cuidar mucho su aspecto.