Partida Rol por web

Es una tienda de pequeño tamaño, de hecho no está pensada para albergar a muchos clientes a la vez, sino más bien para citarles de manera personal y atenderles con privacidad.

El sitio parece una botica, con estanterías de madera con muchos compartimentos y espacios donde guardar las pociones, perfectamente catalogadas. Es un espacio acogedor, iluminado tenuemente y con un exquisito y tradicional decorado. El ambiente es limpio y agradable, con un ligero olor a vainilla que recuerda al aroma personal de su bonita dueña.

En el exterior de la tienda hay un grabado que indica que solo se atiende a los clientes que han pedido cita previa con lechuza. Y la puerta al abrirse hace sonar una dulce campanilla que avisa a la dependiente de la llegada de gente.

La tienda tiene tres puertas secretas camufladas que solo la magia y Cyllene, saben a donde van.

CATÁLOGO

Jueves 26/09/1991 (Por la noche)

La chimenea emitió su tradicional y característico sonido cuando la profesora de pociones, Cyllene Foxier, se apareció por medio de los polvos Flu en el pequeño salón de su negocio. El director de Hogwarts le había dado permiso para que por las noches pudiera usar esa vía y estar conectada con el mundo mágico, esa fue una de las condiciones de su contrato, moverse con libertad y tener la posibilidad de no dejar de lado el trabajo de su vida, la síntesis de pociones y brebajes, su venta y distribución.

Hoy había sido un día particularmente difícil, había comenzado el club de pociones con los alumnos y daba pena observar cómo los ingredientes tan sumamente delicados y recogidos por Rowle, eran machacados sin piedad y mal usados en filtros sin efecto. Pero en eso consistía la enseñanza, en explicar una y otra vez los pasos de los bebedizos para que los alumnos hicieran lo que les daba la real gana.

Cyllene salió de la chimenea y se quitó la capa de invierno, en aquel momento del año hacía frío. Sacó la varita y con un leve gesto hizo arder los leños, no era una habitación muy grande, así que se caldearía pronto.

- Wiki preparame un té... - ordena la atractiva mujer tomando un libro de una de las estanterías, buscando una información en concreto cuando escuchó sonar la suave campanilla de su local, señal de que algún cliente había accedido al negocio, algo que extrañó a Foxier pues no esperaba a nadie en concreto y la puerta se suponía cerrada.

Cyllene abre la puerta del pequeño salón, y sale hacia la zona donde atiende a los clientes con la varita en la mano. Allí no había nadie. La mujer enarca una ceja y ejecuta un hechizo con bastante agilidad:

- ¡Revelio!.... - su rostro mostraba determinación, pero allí, en aquella estancia, no había nada, ni nadie extraño al local -... por toda la magia... ¿qué diablos?....

Fue entonces cuando la vio, allí estaba. Una carta descansaba sobre el mostrador. Cyllene no guardó la varita, simplemente se acercó a coger la misiva y observar el destinatario. Era para ella. Por otra parte no decía quien era el remitente, tuvo que abrir la nota para conocerlo.

Los ojos verdes de la profesora brillaban de manera particular y no pudo evitar derramar varias lágrimas sintiéndose afectada. Se apoyó en el mostrador, de repente se sentía indispuesta, mareada.

- Wiki haz desaparecer esta carta...., nadie debe saber de ella.... - su rostro pálido perdía color por momentos -... activa la... - no llegó a terminar de dar la orden cuando se desplomó en el suelo. La seguridad mágica no sería activada aquella noche.

Sonó de nuevo la campanilla de la tienda, aquel tintineo suave y metálico que indicaba la presencia de alguien en aquel lugar, una persona extraña que entraba en la tienda de pociones como si aquello le perteneciera. El varón miró a Cyllene, la cual lucía en el suelo, a su lado se encontraba Wiki golpeándose la cabeza contra el mostrador sin saber bien qué hacer, cómo actuar, totalmente desesperada por no poder ayudar a su ama.

La elfina paró de autolesionarse cuando se percató de la presencia del extraño, y se aproxima a él como para pedirle ayuda, pero vio su rostro, aquel que evocaba tantos recuerdos. Wiki simplemente se desapareció, sin darle la oportunidad siquiera de que le diera órdenes, dejando a la docente allí tirada, expuesta y abandonada a su suerte.

El varón se pone en cuclillas y acaricia el rostro de la docente con una flor, una rosa negra, dejándola sobre su cuerpo, como si de una difunta se tratara, elevando su porte silencioso, observante, oscuro... Mira a su alrededor y observa las pociones tan bien etiquetadas y colocadas. Coge un par de ellas y se las guarda. A continuación decide abandonar el lugar, dejando tras de sí, la estela de la incertidumbre

La red Flu me permitió una rápida llegada al lugar que la elfina me había indicado, al parecer me encontraba en alguna parte del Callejón Diagon o al menos eso creía tenía tiempo sin visitarlo, prefería moverme por los pequeños negocios en búsqueda de información valiosa, lo primero que hice nada mas poner un pie en el lugar fue observar atentamente que todo estuviera bien, examine que nadie estuviera escondido, para ello centra la vista y el oído no quería sorpresas desagradables.

Lo segundo fue investigar el cuerpo de la docente parecía petrificado, sin vida y eso era preocupante, sin embargo como buen Magizoológo sabía que no debía ponerse en contacto con un cuerpo victima de algún maleficio o poción si tomar las precauciones, así que me coloque los guantes, el cubre boca y con mucha  paciencia, lo segundo fue investigar el cuerpo parecía alterado por una poción tal vez, lo dudaba la profesora era experta en pociones no hubiera caído tan fácilmente, en especial por ser una genio como lo era Snape entre ellos dudaba cual era el verdadero prodigio, entonces si no era una poción podría ser un maleficio, debía comprobarlo.

Tome la varita y apunte al cuerpo de la profesora -Reparifors- dije mientras usaba el encantamiento sanador, este me permitiría sanar algunos estados físicos pero no mágicos, aunque dudaba si esto era necesario esperé que el hechizo terminará su efecto, al no recibir ninguna reacción, era el momento de probar otro encantamiento - Finite- si esto era obra de algún sortilegio le pondría fin, en todo caso debía prepararme si el hechizo no funcionaba y pensar en usar una de las pociones, esperaba que no tuviera que usar el beso de la bella durmiente para acabar con el hechizo.

La profesora Foxier estaba efectivamente tirada en el suelo, como si no tuviera vida. Una rosa negra estaba encima de su cuerpo, como si alguien hubiera preparado un macabro ritual sobre ella.  Scamander  realizó un par de hechizos sobre la fémina, la primera para curarla de algún tipo de dolencia mágica, mientras que el segundo, alejaba la posibilidad de que hubiera sido hechizada. Él no sabría cuál de los dos había sido efectivo, pero tras pasar un momento, Cyllene abrió los ojos lentamente y observó a su alrededor. Estaba muy pálida y desmejorada, intenta incorporarse, sin fijarse aún en la rosa que sobre sí, estaba.

- ¿Qué?.... - mira al mago y tras unos segundos queda como perdida, como si no tuviera claro dónde se encontraba o con quién -... ¿Scamander?.... - observa a su alrededor y se percata de que está dentro de su propio negocio -... ¿qué hace usted aquí?.... - susurra mirándole a los ojos, manteniendo sus iris verdes, hoy más apagados que nunca, en el rostro del varón -...por toda la magia.... - se toca la cabeza, había recibido un buen golpe

La elfina doméstica al verla despertar da saltos de alegría, al menos algo estaba claro, la criatura adoraba a su dueña y el hecho de verla recomponerse y que ningún mal le hubiera afectado, le daba grandes dosis de felicidad.

-Nada realmente - conteste ante la pregunta de la dama - solo he venido a ayudar a esa pequeña elfina, estaba muy proecupada por el estado de su  ama- respondí mientras guardaba la varita y me despojaba de los guantes y los colocaba en la maleta - ¿Puedo preguntar que le ha pasado, ¿Por cierto no sabía que le gustaran las flores negras?- le señale a la oscura flor que reposaba entre 

- ¿Preocupada?..., ¿por mi?.... - la profesora tras haberse incorporado observa a su elfina y comienza a recordar lo que había sucedido. La carta, aquel escrito maldito, aquella conexión suya con el pasado. Suspira profundamente y mira al profesor para responderle -... Oh..., habrá sido una bajada de tensión..., o de azúcar..., supongo que ha sido un desmayo..., nada realmente importante... Wiki en ocasiones puede ser muy escandalosa....

La mujer volvía a poner su máscara de seriedad, tras haber mostrado ante Scamander que estaba consternada por lo sucedido. Lo que si fue una sorpresa para ella fue el comentario sobre una rosa negra. La mujer miró al suelo y encontró aquel regalo que un desconocido dejó en la estancia, sobre su cuerpo. Ahora sí que ella no mentía, su cuerpo decía muchas cosas que las palabras no remarcarían: estaba sorprendida y tenía miedo.

La mujer saca la varita del bolsillo y apunta al profesor.

- Levanta las manos, hijo de troll.... - ordena con una voz peligrosa. Hasta la elfina queda helada cuando ve lo que hace su ama -... el mensaje ya me ha quedado claro... ¿dónde está?....

- Mi ama...., quizás deba bajar la varita...., es profesor de Hogwarts.... - insiste la elfina -... ha venido a ayudarle...

-Vaya su gratitud me sorprende, tiene el mismo habito que cierta esfinge, después de que la ayude pretende atacarme- dije con calma - no se de lo que me habla profesora Foxier, como ya he dicho he venido solo por la elfina y usted ya parece curada, supongo que debo regresar al colegio-estaba acostumbrado a los malos tratos, aunque si la profesora pensaba atacar le tenia preparado uno o dos trucos.

La mujer se incorpora del suelo sin despegar la mirada de Drake, y por supuesto sin bajar la varita. Le temblaba levemente el pulso, como si de alguna manera dudase en ello.

- ¿Quién le ha dado esa flor? ¿dónde se encuentra?.... - exige la mujer notablemente nerviosa -... como de un solo paso para marcharse le atacaré, y créame, no tengo ningún problema en hacerlo por la espalda... - comenta con seriedad, temiendo que no le diera la información que le solicitaba

-La flor ya la tenía en cuanto llegue, no se quien se la habrá colocado, pero al parecer la tiene consternada-  contesté a su pregunta - es curioso hace unos días quería que me largará de la sala de profesores, ahora me pide que me quedé en su negocio, profesora debe tener unos sentimientos muy complicados- lance un suspiro desde mi lugar - si tanta desconfianza tiene en mí puede usar el encantamiento Revelio- me di la vuelta mirando a la dama directamente.

-¿Enserio piensa atacarme?-un leve suspiro aun así me prepare para cualquier acción ofensiva de la profesora.

La mujer dudaba de las palabras de Drake, ella recordaba la carta, había cerrado los ojos y tras abrirlos lo encuentra a él, y la flor..., aquel maldito símbolo.

- Mi ama, el profesor dice la verdad...., no fue él..., yo lo vi... - explica la elfina, rompiendo el incómodo silencio mientras apretaba sus ropas apretándolas por los nervios

Cyllene suspira derrotada, bajando la varita, por todos era bien sabido que los elfos domésticos eran malos embusteros.

- Discúlpeme, profesor Scamander..., yo no debería haberle apuntado... - guarda su varita en el bolsillo de la túnica -... he sido muy desagradable con usted, no solo hoy, el otro día propasé mis límites... Le ruego que no me lo tenga en cuenta... Me gustaría obserquiarle con un té..., si le apetece tomarlo conmigo... ¿le parece?..., podríamos empezar de nuevo a conocernos....

Cyllene no estaba segura de si el hombre accedería o no a sentarse en su sillón y compartir bebida, no le culparía en caso de negativa, pero al menos el varón no podría decir que la mujer no sabía recular cuando era consciente de que se había equivocado

Suavice un poco las facciones de mi rostro al parecer la profesora había entrado en razón y eso era bueno - Acepto el té- dije mientras guardaba la varita -Descuide no ha sido culpa suya también yo suelo  generar esa expresión en los que me conocen, así que no se preocupe por ello profesora- respondí en un tono mas tranquilo -sugeriría colocar algunos Matagot para cuidar su tienda estoy seguro que son de su estilo- le sugerí mientras observaba  el local, bastante bien ordenado.

La mujer, visiblemente más relajada le hace una señal a Drake para que le acompañe hacia el salón de su negocio, donde había un sillón, una mesita y una chimenea.

- Siéntese por favor... - le pide la docente al varón, apareciendo una bandeja con té y pastelitos. La bonita mujer le sirve el té a Scamander y posteriormente se lo sirve ella -... ¿le gusta con azúcar? ¿o lo prefiere solo?.... 

El hombre indica que a él las relaciones sociales no eran precisamente su fuerte, y a ella sin embargo nunca se le dieron mal, hasta que conoció al mayor error de su vida. Quedó callada unos instantes.

- ¿Matagots?...., sé que son criaturas mágicas pero no conozco mucho de ellas... ¿Por qué dice que son de mi estilo?...., ¿piensa acabo que Naesé no lo es?.... - No estaba enfadada, más bien quería catalogar un poco al docente, el cual era todo un interrogante para ella -....dígame Scamander..., ¿qué opina de los sucesos que han acontecido en el castillo?..., lo de los dragones, las criaturas nerviosas...., me han comentado algunas personas que ven venir tiempos de oscuridad, ¿piensa usted lo mismo?....

-Solo esta bien- confirmé  ante el comentario -Ya veo los Matagots son una especie de familiar, usados para la protección y la defensa así como excelentes para hacer algunas  labores de mensajería, bastantes fieles, el ministerio francés les usa para su defensa, generalmente tienen forma felina- le explique a la dama.

-Pienso que son de su estilo ya que son elegantes, sutiles y peligrosos, inofensivos para quien sabe tratarlos, en cuanto a su hada debo admitir que igual es de un estilo muy particular- bebí un poco del té , disfrutando cada sorbo - Tiempos oscuros ciertamente, en el tiempo que estuve en el bosque prohibido los centauros estaban agitados al igual que la gente del agua, encontré unos cuantos cadáveres de unicornio, así como extraños símbolos, en mi opinión algo turbio se mueve, pero eso es solo mi opinión.

La mujer atendía los comentarios de Drake sobre los lindos gatitos, la verdad es que ella, a pesar de tener mucho interés por el conocimiento, las informaciones sobre esas criaturas mágicas se le escapaban de las manos.

- Vaya..., no he visto ningún animal de ese tipo a la venta por el callejón Diagon..., supongo que deben valer una fortuna... ¿por qué no se ha planteado tener una criatura así como mascota?..., por lo que describe parecen encantadores... Ahora..., me sorprende que las compare conmigo... ¿me considera usted peligrosa?... - los ojos verdes de Foxier quedan fijos ante el rostro del varón

- El bosque prohibido agitado..., si eso sucede y las criaturas se ven alteradas, debemos prepararnos para lo peor.... ¿no os asusta el devenir?...., imaginad que magos tenebrosos invadiesen Hogwarts..., ¿cómo actuaría usted?..., ¿lucharía con ellos o contra ellos?.... Teniendo en cuenta que de su decisión podría depender su vida...

-Quizás, no creo que sean ejemplares de ventas aunque conozco aun tipo- medite por un momento  mi respuesta, la mayoría de mujeres en mi vida en efecto cumplían el merito de ser peligrosas, ya sea de una u otra forma - admito que es una de sus cualidades, el manejo de las pociones la hace ser una persona peligrosa ya sea eso algo bueno o malo según perspectivas- medite disfrutando del té.

-Créame profesora Foxier, en caso de que lo peor ocurra, estoy preparado para combatir con los magos tenebrosos no soy partidario de ellos- por un minuto examine la maleta, después de de todo en ella había cosas para defender a los alumnos y al colegio.

-Bueno le agradezco el té, ha estado muy bueno- dije dejando la taza -pero ahora debo volver al colegio, la ausencia de dos profesores puede ser muy notoria.

La mujer escuchaba atentamente a Scamander, intrigada por el animal del que le había comentado. Cuando lo deseaba, podía ser muy buena compañía, pero Foxier era una mujer a quien se debía conocer muy lentamente. De inicios siempre estaba a la defensiva, pero sus murallas podían ir cayendo poco a poco, conforme ganaba confianza.

- Peligrosa..., creo que es la primera vez que alguien me dice algo así..., al menos a la cara.... - le sonríe levemente, de forma natural, sin gestos estudiados ni artificios -...si consiguiera un Matagot para mi le estaría muy agradecida..., aunque supongo es algo complicado de obtener..., pero eso sí..., le cuidaría como la criatura se merece... - y teniendo en cuenta que tanto su elfina como su hada ambas la adoraban, alguna cualidad buena debía tener la docente para con sus mascotas.

Foxier escucha al docente cuando habla sobre magos tenebrosos y su posicionamiento en caso de confrontación.

- ¿Hay algo en esa maleta que le llame la atención?..., como se ha quedado mirándola.... - comenta ella con suavidad -... yo solo espero que pase lo que pase todo salga bien y no tengamos que posicionarnos llegado el momento, eso implicaría que las cosas funcionan de por sí... - explica la mujer con naturalidad.

Parecía que la reunión llegaba a su final. Drake comenta que debe volver a la escuela y la profesora de pociones asiente, no sin antes dedicarle unas palabras.

- Profesor Scamander..., quiero que sepa que le agradezco que haya venido a por mi... - se pone el pelo hacia un lado, nerviosa, no estaba acostumbrada a la gratitud -...y lamento haber levantado mi varita contra usted...., espero que nuestra relación a partir de ahora pueda mejorar, tengo interés de que así sea... - comentó con total aplomo y sinceridad

-Solo un montón de criaturas mortales y peligrosas, que  si se liberarán acabarían con la mitad del colegio- conteste con una sonrisa que no dejaba ver si era una broma o la realidad - de conseguir alguno estoy seguro que se lo daría, después de todo su cría no es ilegal y viendo el aprecio que le tienen la elfina y su hada no dudo de ello- otra vez dirigí mi mirada a la dama, cierto habíamos tenido un inicio bastante inusual, aunque no consideraba que nuestra relación fuera tensa, solo poco ortodoxa.

-Solo he hecho lo que cualquiera en mi lugar haría, además no podría dejar de atender la llamada de alguien preocupado esta en mi naturaleza, por el contrario no tiene nada que agradecer ni nada para lo que pedir disculpas, después de todo ha sido una situación complicada la que ha vivido- dije a manera de despedida, mientras usaba los polvos Flu para dirigirme al colegio.

Lunes 4 de noviembre de 1991

-Sabía que se encontraría aquí, ¿espero que haya recibido mi nota?- dije mientras salía de la chimenea, en toda la mañana no había visto a la bella profesora, pero esperaba que hiciera su aparición después de todo era el último lugar donde había decidido buscarla.

-Creo que lo encontrará de su agrado, aunque en lo personal es algo temperamental- me sacudí un poco los residuos de los polvos Flus del abrigo.

Cyllene había recibido la nota del profesor Scamander, pero no pudo llegar a tiempo a la sala de profesores para encontrarse con el docente, ya que había estado tutorizando a varios de sus alumnos y ayudándoles a superar la recuperación de su asignatura.

Tras comprobar que el profesor de encantamientos había ido a buscarle, se le ocurrió a la bella docente de que iría directamente a su negocio, el lugar que no había frecuentado en bastante tiempo hasta que reforzaran la seguridad mágica. Foxier mandó a Wiki para que le contara a Melker que iba allí junto con Drake, cumpliendo así su palabra de no aventurarse sola fuera del castillo, sabiendo que el varón le acompañaría nada más su elfina se lo comunicara.

Melker y ella fueron a la chimenea de su despacho y tras coger los polvos Flu aparecieron en el negocio Poison´s Foxier, era extraño pues Scamander aún no había llegado, haciéndolo casi al instante, apareciendo justo a su espalda.

- Oh profesor..., lamento no haber respondido a su mensaje, cuando lo recibí estaba en el aula del club de pociones con unos alumnos que deseaban aprender una técnica de destilación mágica, materia indispensable para aprobar la asignatura de quinto curso... - sonríe al docente con amabilidad -... ¿desea sentarse? ¿os apetece un té? ¿o café?....

La mujer les hace una indicación a ambos para que se acomodaran en el sillón de la pequeña salita de su negocio, un lugar íntimo, recogido y cálido.

- Por cierto, no soy alérgica al pelo de gato... - la sonrisa femenina se amplifica, sabía perfectamente de lo que estaba hablando Drake -... ¿puedo conocer a mi nuevo amigo?....