Partida Rol por web

Cuando la profesora McMahon comenzó a hablar involuntariamente me senté más recto en la silla, ella estando tranquila daba más miedo que mi madre enojaba. Tenía muchas expectativas sobre esta clase, quería aprender todo tipo de encantamientos pero ella le quitaba lo divertido a eso con todas esa reglas. Parecía que quisiera que actuaramos como robots, yo ni me había percatado que había gente conversando y ella ya estaba pidiendo que bajaran el tono. Más me valía no caer en el mal lado de ella o este año sería laaaargo y feo en esta asignatura. 

La clase comenzó y no estaba siendo tan entretenida como pensé que sería una vez empezáramos a hablar de encantamientos, pero bueno era la primera clase así que tal vez mejorarían una vez que avancemos. La teoría del encantamiento que estábamos aprendiendo hoy no me interesaba mucho, me bastaba con saber que servía como brújula, como pronunciarlo y como debía poner mi varita. Por eso aproveché para ojear por un momento otros encantamientos que me iban llamando la atención en el libro. 

Estaba encantado leyendo sobre encantamientos con mejores usos que el ser una brújula cuando llegó el momento de la parte práctica de la clase. No me parecía algo tan difícil de hacer, poner la varita recta sobre mi palma y pronunciar como estaba en la pizarra. -Oh-rih-EN-tah-meh. Dije y vi como mi varita se movió para apuntar al norte. No me emocioné mucho por lograrlo, estaba seguro de que lo haría. 

Es un trato, terminando la clase voy a hacer un par de cosas y los veré allí a las 2. - respondo en un susurro, para luego mirar los resultados de mis demás compañeros.

Todo iba genial en clase hasta la llegada de Peeves, al parecer se la había tomado con nuestra clase, por lo que ya me tocaría hacerlo pagar en su momento.

Condenado Poltergeist, estoy empezando a odiarte.

La profesora hablaba e imponía mucho, pero entonces mencionó lo del uniforme y Giles no pudo evitar asegurarse de que lo tuviera bien puesto. La corbata no estaba torcida, no había arrugas en la túnica ni nada, así que iba por buen camino. Abrió el libro por la página apropiada para después pasar hasta la página 67. Escuchó toda la explicación y no pudo evitar imitar los movimientos de las manos de la profesora, poniendo la mano con la palma hacia arriba y estirándola todo lo que podía para que la brújula pudiera moverse.

En ese momento entró Peeves y no pudo evitar agachar la cabeza un momento para que no le diera con el cubo, que cayó sobre la cabeza de un chico de Gryffindor.

Inspiró mientras intentaba concentrarse con todo el jaleo que se estaba desarrollando y cuando consiguió relajarse se centró en las palabras mientras mantenía la varita sobre la palma.

-Orientame -dijo en voz baja y clara y la varita se movió haciendo que el joven sonriera ampliamente mientras miraba al resto de sus compañeros.

-¿Trato? ¿Qué trato? -preguntó el joven que se había perdido por completo algo

Aprovechando que Altair tenía la naricilla metida en el libro de encantamientos y casi solo salía del libro para apuntar en el pergamino Yvaine pasó a prestar más atención a la profesora McMahon.

-Ay, no me fijé bien 

-No te agobies, somos un equipo,¿no?-estiró la mano y puso la varita como la profesora lo había hecho. Dejó un poco de espacio para que las dos pudieran hacer el hechizo, sonriendo un poco por la cara de concentración de su amiga.-orientame-dijo a la varita y ésta, sobre su mano, giró poco a poco hasta señalar en una dirección-¿y cómo sabemos si es el norte?-estiró el cuello hacia Altair por comparar si ambas varitas señalaban al mismo sitio sin pensar que las dos podían estar equivocadas.

Peeves apareció en el aula y cuando el cubo empezó a revolotear peligrosamente sobre los alumnos se agachó sujetando su varita. ¡¿pero por qué se ha colado aquí?! El cubo pasó agitando el aire sobre su cabeza y acabó incrustándose en la cabeza de uno de sus compañeros.

-Nut, ¿estás bien?-preguntó al niño cuando aquellos que habían estado más cerca (o habían tenido mejores reflejos que ella) le sacaron el dichoso cubo-debería poder hacerse algo con ese Peeves-masculló torciendo el gesto preocupada.

Kayla escuchó atentamente los comentarios de la profesora y tomó buena cuenta mental de lo que exigía. Respeto, tono de voz bajo, uniforme bien arreglado.... Mentalmente se animó, ella solía cumplir esos requisitos.

Abrió el libro por la página 4, escuchó la teoría explicada por la profesora y posteriormente fue a la página 67, donde comenzaría la práctica. Por lo visto el hechizo que iban a aprender era sobre cómo hacer que la varita sirviera para orientar al mago. La pronunciación era importante, así como la forma de colocar la varita. Kayla ensayó las palabras por lo bajo, escuchando su propia cadencia de voz y así no equivocarse en el proceso.

Observó como algunos de sus compañeros realizaban el hechizo con éxito, mientras que otros se quedaban en el intento. Kayla tras decidirse coloca la varita de manera horizontal sobre la palma de su mano, comprobó que estuviera lo más recta posible.

- ORIÉNTAME!!!!.... - Expresó la muchacha haciendo los matices de voz que su profesora le había enseñado. Obteniendo una respuesta instantánea con su varita, la cual comenzó a girar señalando el tan ansiado norte -... ¡es genial!.... - exclamó con alegría, lo mal que se le dieron las pociones le deprimió, pero ya tenía un motivo para sentirse satisfecha. No sabría hacer una poción alisadora pero si se perdía por el mundo siempre sabría donde estaba el norte.

Kayla observó con desagrado cómo Peeves se metió con otro de sus compañeros, Nut... ¿es que nadie podía controlar al madito poltergeist? La pelirroja se acercó al muchacho junto con Yvaine tenía el rostro preocupado, a cualquiera podría haberle pasado lo mismo.

- Profesora.... ¿podría enseñarnos algún hechizo que sirviera para repeler a los poltergeist?... - preguntó Kayla tras levantar la mano, con educación y a la espera de que le dieran permiso para hablar

El encantamiento que propuso la profesora McHanon era realmente fácil pero aun así no estuve demasiado atenta para saber exactamente como pronunciar el hechizo aunque le puse en la posición correcta:

-O..ri..enta…me-conseguí pronunciar, había demasiada gente aunque todos estaban a sus cosas pero me ponía nerviosa estar con mucha gente.

Por suerte la varita apunto al norte por unos instantes aunque no duro demasiado tiempo así.

Tras empezar los primeros intentos, y que los alumnos hubieran empezado a experimentar con magia, la profesora comenzó un paseo bastante lento, concentrado en los movimientos de quien iba encontrándose. Asentía con la cabeza cuando veía el hechizo correctamente ejecutado. -No está mal, sr. Flamel, nada mal.- respondió al chico, casi antes de que terminara la frase. Sin poder evitarlo, vio cómo Peeves entraba en el aula, e iba a cebarse con uno de los alumnos, lo que hizo que se llevara dos dedos a la sien. -*Maldito fantasma...*- pensó mientras veía a su alumno lloroso.

Cambió luego el punto de vista al resto de compañeros, uno acababa de ser atacado por un fantasma, pero también parecía haber alguno de los chicos con una maravillosa ejecución. La profesora se acercó y alzó levemente su mano, para mostrarle al resto de la clase como funcionaba un perfecto hechizo Oriéntame. -Muy buen trabajo, sr. Alex, cinco puntos para Gryffindor de su parte.- comentó la profesora, mientras miraba hacia el nuevo fantasma que acababa de entrar. Una marcada sonrisa irónica fue dirigida hacia el fantasma. -Dígame, Nick, ¿cuántos duelos ha ganado usando Oriéntame?- respondió, en tono divertido al fantasma. -No es que no crea que ninguno de mis alumnos pueda ser un buen duelista; es que no lo dudo. Pero deben querer, y esforzarse.- dijo, casi más para los alumnos que para el fantasma, antes de seguir con su paseo.

Permanecía observando el hechizo del sr. Redwood, cuando escuchó que alguien la llamaba. -Aún no es el momento, srta. Kayla. Por cierto, buena demostración de hechizo.- aportó, fijándose en la varita de la chica. -Pronúncielo con más suavidad la próxima vez.- añadió.

Tras ver que había pasado un tiempo prudencial, y que ya estaban terminando muchos, levantó de nuevo el dedo a la altura del hombro, con suavidad, para pedir la atención de los alumnos. -Ya hemos concluido la clase, quien lo desee puede retirarse.- aclaró, por si no hubiera quedado clara la explicación de la puerta abierta.

Estaba bastante satisfecha de cómo se había desarrollado la clase. aunque no me había enterado demasiado de las explicaciones, al final el hechizo me había salido, aunque debía mejorar, claro estaba.

No obstante, me marché de allí sonriente, sabiendo que aunque cada clase fuese un poquito más difícil que la anterior, podía hacer bien las cosas, y que si no era así, siempre tendría tiempo para mejorar.

Victoria recogió sus cosas.

- Nos vemos en Herbología chicos - les dijo a sus compañeros y se encaminó a la siguiente clase.

Abbadon se quedo absorto mirando como su profesora lanzaba el hechizo y por ello se distrajo en su explicación solo captando parte de la explicación.

-Parece que tendré que apañarmelas y luego pedir apuntes-.Murmuro para mi mismo.

Concentrándome en la varita en su mano, me tomo un momento para respirar hondo antes de decir decidido.-Orientame-. Solo para observar como su varita se movía suavemente sobre su mano antes de parar apuntando presumiblemente al norte.

- Muchas gracias profesora, a la próxima lo pronunciaré con mayor suavidad.... - dijo la pelirroja antes de recoger sus cosas y encaminarse a la salida, y es que no quería llegar tarde a la siguiente clase.

Hasta mañana, profesora

Muchas gracias profesora, antes de irme. ¿Quisiera saber si existe algún encantamiento que nos permita cargar grandes pesos con facilidad? - pregunto mientras empiezo a guardar mis cosas para retirarme del aula.

Despidiéndome de la profesora, por el momento la clase fue muy satisfactorio, así que abandono el salón con el resto de mis compañeros.

Se despidió de todos los demás y luego de la profesora, saliendo de clase.