Partida Rol por web

Perdido en sus pensamientos, como solía ser habitual en él, el profesor Rowle fue ascendiendo por la escalera de piedra que conducía a la lechucería. Tenía pensado realizar un envío, y ver si ya le habrían llegado las cajas de las ranas de chocolate para el Club de Coleccionistas de Cromos de Magos y Brujas que en breves se volvería a inaugurar un año más. 

Al levantar la mirada observó que dos de sus alumnas preferidas estaban hablando animádamente entre ellas, y por sus caras, intuyó que querían decirle algo. Con una sonrisa amable, y tras terminar de subir el último escalón, apoyando el bastón que siempre llevaba consigo, les preguntó con curiosidad.

- Buenos tardes, jovencitas. ¿Manteniendo correspondencia con vuestra familia? Eso es importante, a la familia siempre hay que cuidarla y mantenerla informada. Victoria, ¿Qué tal están tus padres? Confío en que perfectamente... Le comentó con calidez a las muchachas, para preguntarle después a lo joven Ravenclaw. Mmm, tenéis cara de querer preguntarme algo, jaja. ¿Me equivoco? Venga, no seáis tímidas, ya sabéis que me encanta ayudaros...

Entonces, mientras esperaba una respuesta por vuestra parte, visteis que tomaba varias cartas y que ataba una nota a una de las hermosas lechuzas que había en el lugar, de tonalidades cálidas, muy perceptiva y de enormes hermosos ojos amarillos, que daba la impresión de escucharos atentamente. En cierta medida, encajaba con la forma de ser de Rowle.

Miré al profesor con curiosidad, aunque no es que me hubiera llamado nada la atención o que me hubiese parecido ver algo extraño. Pero tal y como vaticiné, el profesor se mostró agradable y también cercano. Eso facilitaba mucho el hablar con él de lo que queríamos hablar.

Mmm, tenéis cara de querer preguntarme algo, jaja. ¿Me equivoco? Venga, no seáis tímidas, ya sabéis que me encanta ayudaros...

Miré a Victoria y aunque estábamos inseguras, era lo que habíamos dicho, así que me decidí.

-La verdad es que queríamos consultarle algo, profesor, aunque no es... sobre las clases -empecé a decirle, esperando que Victoria me ayudase.

Altair la miró esperando que ella siguiera y la niña se mordió el labio, no sabía muy bien como plantear aquello sin que pareciera algo que estuviese mal.... ellas solo querían divertirse, explorar...

- Si bueno, vera... hemos creado un clu... grupo, grupo de chicas, ya sabe, para pasar el rato... divertirnos, conocer el castillo, siempre por supuesto fuera de los horarios de clase y sin que interfiera en nuestros estudios - dijo riendo levemente - y quisiéramos saber si existe la posibilidad de tener un lugar para reunirnos, algo, bueno... "secreto"....

Victoria sopló expulsando todo el aire que sus nervios le habían hecho retener y miró de reojo a su amiga. Bien, ya lo había dicho, se agarró las manos y esperó la respuesta del profesor mientras miraba lo que el hombre hacía, seguro que él las ayudaría pero no dejaba de ser un profesor y ella una niña de 11 años, demasiado prudente, demasiado correcta.... quizás con el tiempo lograra cambiar algunas de esas cosas pero por ahora, ella era así.

A las muchachas se les veía nerviosas y el profesor Rowle no pudo evitar sonreír. Él había sido un jovencito travieso, intrépido, un tanto desobediente y muy perspicaz. Aunque fuese difícil de creer, tanto él como su inseparable amiga Miranda Goshawk habían explorado multitud de lugares del castillo y sus alrededores, descubierto cámaras secretas, bóvedas ocultas, cuevas y pasadizos, hasta una cripta... ¿Por qué no iba a ofrecerles la posibilidad de tener un lugar secreto en el que elaborar sus planes?

Rowle se quedó unos momentos pensativo, y puso un gesto serio, que quizá preocupase a las pequeñas que no entenderían que pasaba por su cabeza, pero una vez empezó a hablar su tono continuó siendo cálido y amable, y su sonrisa sincera.

- Mmm...ya veo... Queréis crear un Club secreto solo para chicas,... totalmente ilegal y sin supervisión de un adulto... Un lugar donde no podáis ser descubiertas por los profesores y así evitar un buen castigo, pero a su vez ancho y espacioso, alejado del resto de lugares frecuentados para poder estar tranquilas... Mmmm... Era complicado saber si iba a reñirlas de inmediato, si estaba jugando con ellas o si en verdad valoraba aquellas palabras seriamente. No obstante, mantuvo la mirada en sus ojos y les susurró acercándose a sus oídos...

- Tengo el lugar perfecto... Un aula en desuso de la tercera planta, cerca del pasillo prohibido y al que nunca se acerca nadie salvo los turnos de guardia del celador Filch y la señora Norris... Solo que necesitaríamos dos cosas, si. Primero disponer de la llave mágica de esa sala, de la que solo existen dos copias, una en el despacho de Filch y otra que yo mismo mantengo en posesión. Y entonces sacó una reluciente llave de bronce de su bolsillo, y la mantuvo en su mano a la vista de las pequeñas. Lo segundo sería saber cuándo transita Filch aquella zona...para ello hay dos opciones... Uno, saber exactamente sus turnos de guardia, algo que os llevaria tiempo, o dos, disponer de un mapa que os indique su ubicación y la del resto de profesores y alumnos del castillo... Y ese mapa se encuentra en el despacho de Filch, aunque él no sabe utilizarlo... comentó con una sonrisa traviesa.

- Yo lo veo claro, jovencitas. Todo os conduce al mismo lugar... Y levantó el dedo como si fuese a decir algo de vital importancia. Debéis acceder al despacho de Filch sin ser vistas y haceros con el mapa y la llave, no hay otra. Si disponéis de ambas cosas, solo yo podría llegar hasta vuestro lugar secreto, y en todo momento controlaríais los pasos de Filch y el resto de gente. ¿Sabéis que? Yo no os he visto ni os he dicho nada, así que no tengo ni idea de que queréis hacer o qué pretendéis lograr... 

Entonces miró su reloj de bolsillo y comentó...

¡Oh! Filch empieza su guardia por el séptimo pasillo justo ahora, y hasta que baje a su despacho tardará media hora aproximadamente. ¿Ya habéis tomado una decisión? Recordad, una llave como esta... Es inconfundible... Y tras aquello, dejó volar a su lechuza y guardó bajo su túnica las cartas que había recibido. 

Solo fue durante un momento, pero cuando el profesor Rowle levantó el brazo y se le corrió la manga de la túnica hacia abajo, pudiste entrever un símbolo extraño en el antebrazo. 

Aunque no podías asegurarlo con total certeza, entre las cartas que recogió el profesor Rowle, creíste haber visto una carta con la letra de tu madre dirigida al profesor Rowle. ¿Era aquello posible?

El profesor Rowle "no" les explicó dónde podían verse; "tampoco" les dijo cómo poder acceder a esa habitación ni cómo debían hacerlo, porque claramente, tal y como él comentó, era una actividad completamente ilegal. Por dentro, estaba nerviosa y contenta de todo aquello, aunque también tenía miedo. ¿Y si nos pillaban? ¿Cuántos puntos nos quitarían?

Claro que cuando más emocionada estaba, lo que me pareció ver me hizo perder completamente el hilo de lo que estábamos diciendo. Pero no, no podía ser aquello. Seguro que era cosa mía y que estaba equivocada, porque... ¿qué sentido tenía eso?

¡Oh! Filch empieza su guardia por el séptimo pasillo justo ahora, y hasta que baje a su despacho tardará media hora aproximadamente. ¿Ya habéis tomado una decisión? Recordad, una llave como esta... Es inconfundible..

Las palabras del profesor me sacaron de mi ensimismamiento y me hicieron reaccionar con brusquedad.

-¡Vamos, "V."! ¡Démonos prisa! -le dije a Victoria, tirando de ella escaleras abajo hacia el despacho de Fich. 

Cuando el profesor Rowle sacó su reloj de bolsillo su túnica se deslizo un poco y pudo ver un extraño símbolo en su antebrazo, la niña se quedó mirando extrañada pero entonces Altair tiró de ella. 

-¡Vamos, "V."! ¡Démonos prisa!

- ¡Gracias! - le gritó al profesor mientras la emocionada niña la arrastraba escaleras abajo.

[Sábado 28 a primera hora de la mañana]

Me acerco hasta la lechucería con una cartulina roja y otra verde, después de una hora consigo hacer lo que me proponía casi casi como lo tenía en mente, a continuación sacó un rotulador y escribo en uno de los laterales: Gracias por una mañana fantástica y por el otro lado: que jamás olvidaré.  Por último le echo unas gotas de mi colonia dentro de la rosa.

Le digo a la lechuza que tiene que entregársela a Anastasia Born a ser posible antes de que se despierte, que se la deje en la cama a su lado.

La lechuza parte con aquel presente hacia la sala común de Hufflepuff

[Sábado 28 a primera hora de la mañana]

Veo a la lechuza partir a toda velocidad, me quedo allí observando la vista un rato, todavía me parece increíble estar en este colegio.

[Sábado 28 a primera hora de la mañana]

Una hermosa lechuza se apoya en el marco de la ventana de tu dormitorio y empieza a picotear en el cristal hasta que te despiertas. Lleva una nota dentro de un sobre, y una flor de papel con dos mensajes, uno por cada lado. Por un lado "Gracias por una mañana fantástica"  y por el otro "que jamás olvidaré" , y en la nota dice... "Te espero en el lago"

Sábado 28 de septiembre de 1991

-Hola Thad- salude al chico  mientras entraba a las lechucerías para alimentar a Cesar y Percival - ¿Que raro verte por aquí tan temprano?- la verdad acostumbraba a subir solo y algunos días no encontraba a nadie -Aunque claro es bueno tener compañía, Vamos César como un poco  después harás un vuelo al Callejón Diagon- acaricie al ave y jugue con ellas - Thad te puedo preguntar algo tu vuelas mejor que yo, ¿Que escoba me sugieres comprar?, pensaba enviar a Cesar para solicitar una nimbus 2000, verás he quedado de reserva,no pasa nada, mejor olvida que te lo dije, supongo que una nimbus estará bien- le dije al chico debía parecer tonto preguntar algo tan común.

[Sábado 28 de septiembre de 1991]

Cuando entró daniel thad estaba ensimismado con el paisaje, el niño se podría haber acercado por detrás y haberle empujado perfectamente, por suerte era Daniel y no Drako Malfoy. Miro extrañado a Daniel. Yo sólo estaba enviando una lechuza, no sabía que las alimentabas, ¿Es una especie de castigo? 

No se si vuelo mejor que tu, nunca he visto como vuelas, de todas formas con el brazo así me perderé algunos de los primeros partidos casi seguro. Jajajaja, te recomiendo una saeta de fuego pero si no puedes timar a algún Malfoy te recomiendo como segunda opción la nimbus2001, si quieres te presto la mía hasta que me de Malfoy mi nueva escoba. Es más, incluso si yo no puedo usar la nueva escoba porque sigo con el brazo roto será un placer que la uses tu, eso si, la saeta te la dejaré sólo cuando no te enfrentes a Slytherin, no quiero caer peor a mis compañeras de casa, sobre todo a Kayla...

-No es un castigo César es mi lechuza, creo que la recuerdas, antes no tenía nombre- le dije mientras el ave observaba al chico  - Y Percival era la lechuza de Xavier Bastán, un amigo que falleció en el ataque de los dragones y su lechuza se quedo sin quien la cuidará, así que yo me hago cargo de ella, supongo que es lo mínimo que puedo hacer por un buen amigo- la verdad es lo único que se me ocurría cuando sus abuelos vinieron por el cuerpo del chico no pude dar la cara, tampoco se llevaron su lechuza, todo había sido tan raro.

-Bueno no te contaré cosas tristes- dije mientras continuaba alimentando a Percival - Eres muy amable, pero no podría pedirte prestado eso, en casa hay una tradición que hace que todos los magos y brujas Graves nos desempeñemos con nuestra habilidad, confiamos en los amigos, creemos en la amistad, pero tu también debes poner de tu parte y mejorar, no me sentiría cómodo si me prestas una escoba, no sería yo, preferiría lograrlo por mis medios, oye y si me vendes tu escoba de medio uso, prometo cuidarla bien, pero así sería mi escoba- le sugerí mientras atendía a las aves.

Como quieras, siempre te has portado bien conmigo así que pon tu mismo el precio, sigo mirando como alimenta a las lechuzas.

Tengo que hablar con Dumbledore sobre un asunto, pero me gustaría luego hablar contigo si puede ser, ¿Quedamos en el lago negro dentro de una hora? Por si no llego a tiempo, dile a Anastasia que llegaré lo antes posible, a fin de cuentas quiero hablar con los dos del mismo tema.

-¿Soy malo con los precios mejor dime tu? así al menos puedo regatear- dije con una sonrisa - la verdad es que no tengo muchos galeones pero a un buen precio podemos llegar - Percival voló a su pértiga satisfecho, mientras que César disfrutaba de un rato mas en el aire.

-En el lago negro en una hora, vale, haré el intento de llegar lo prometo- dije mientras observaba como las lechuzas convivían juntas al parecer se estaban llevando mejor.

[Sábado 28 de septiembre de 1991]

Lleva la escoba, es requisito indispensable para nuestro club. Digo mientras bajo de la torre en dirección al despacho del director.

-Pero Thad yo no tengo escoba- quise decirle pero el ya se estaba marchando - he jugado con una prestada por la escuela y dudo que me la presten si no es para clase o para un partido- esa era una cruel verdad, - bueno veré si me facilitan alguna, nos vemos Thad- dije a manera de despedida,  dudaba que Madame Hooch me prestará una escoba para algo  que no fuera escolar.