Partida Rol por web

Caigo para atrás de forma que ruedo unos metros, sin esperar el flipendo por parte del chico fue casi imposible esquivarlo.

Bueno vale, punto para ti. Lets play.

Vincent no pudo salir de su asombro al comprobar que su hechizo había impactado perfectamente. Cuando lo vió en el suelo, su estupidez llegó al máximo y no recordó que no se podía volver a atacar hasta que Flitwick no les diese nuevamente la señal de continuar, pero el rollizo y rechoncho pequeño empezó a conjurar un nuevo Flipendo, que fue rápidamente anulado por el profesor de Encantamientos al ver las intencione, con un excelente "Expeliarmus" que hizo volar por los aires la varita de Crabbe hasta las manos del docente.

- ¿Se puede saber qué hace? No se puede atacar sin que el oponente se haya levantado y yo vuelva a dar la señal de continuar. Y quiero que sepa que me parece muy rastrero que haya atacado al joven Van Houten cuando estaba desprevenido, preocupado por su estado. Pero es bueno para que sirva de ejemplo a todo el mundo... Durante un duelo, siempre se debe permanecer concentrado, jamás subestimar al oponente y mantenerse alerta ante cualquier posible eventualidad. Y también quiero que sirva de precedente, de que si algún día os enfrentais a un mago oscuro, que sepáis que podría tratar de acabaron con vuestra vida de tan ruin forma. Permaneced siempre alerta, incluso una vez hayáis vencido al oponente...  Matizó el profesor, devolviéndole de mala gana la varita a Crabbe, no sin antes comentar. Recibe una penalización, joven Crabbe, por lo que van uno a uno, el siguiente round resuelve el combate. Espero que nunca vuelva a repetir algo así en un duelo, no es honorable ¡Céntrense!

El rechoncho alumno se sintió avergonzado, y no pudo evitar ver cómo Drako Malfoy y Geremy Goyle hacían burla de él, aunque estaban satisfechos de que al menos hubiese lanzado el hechizo y lanzado por los aires a Rubén. Aún tenían esperanzas de que hiciese algo y lograse vencer contra todo pronóstico, por lo que le animaron de forma cuestionable.

- L-o siento... Masculló cuando le fue devuelta la varita. Entonces tomó una posición de ataque y resopló... Tenía posibilidades de lograrlo, había recobrado la confianza pérdida...

El hechizo sale disparado, la verdad es que me da un poco de pena Crabbe, aquel rollizo chico tenía pocas posibilidades de esquivar aquello.

Justo cuando Flitwick dió la señal para dar inicio al último asalto, Rubén fue muy ágil para conjurar correctamente un poderoso y certero Flipendo que salió en dirección a Crabbe. En cuanto impactó de lleno, aunque pudiese resultar increíble por el sobrepeso del muchacho, este salió despedido por el suelo, rodando como una bola de billar, unas cinco veces, para terminar con los brazos y piernas extendidas, mirando al techo. Pese a todo, el gordo niño no se sentía mal consigo mismo, había intentado esforzarse, y poco a poco se fue levantando para saludar en el centro de la tarima al jovencito de Hufflepuff.

- Yo... La próxima vez te ganaré... Adiós... Respondió levantando quizá un poco más de lo normal la voz. No lo había dicho con despecho o a malas, probablemente era la única forma que sabía de transmitirle que había sido un buen combate, su sesera no daba para más. Se despidieron correctamente y abandonaron la tarima por sus laterales.

Me acerco a Crabbe.

Toma men, espero que te gusten las ranas de chocolate, tengo esta si la quieres...

El club de duelos, literalmente, había tenido de todo, pero lo que más había tenido era de los desafortunados actos de los miembros de su casa los que la llenaban de vergüenza, como por ejemplo la rabieta de Silver que había terminado con la chica amonestada luego de tratar mal al profesor, y de la defensa de Edevane, que no tenía fundamentos, y ella no cuestionaba el hecho que Silver no quisiera seguir el combate, sino la forma en que lo hizo y cómo le había respondido a Snape. Luego vino el deplorable comportamiento de Crabbe en contra de Rubén que le hizo soltar un gritito de sorpresa y apretar su varita, casi lista para haber atacado a a su propio compañero por lo rata que había sido, pero se quedó en silencio, aún al lado de Alex y esperando pacientemente su turno. 

Y su momento había llegado, obviamente estaba nerviosa, había sido una jornada algo larga, pero ahí estaba, subiendo a la tarima cuando el profesor Flitwick le había dado el permiso, tras finalizar el último duelo, así que se cruzaría en el camino de Crabbe al que le lanzó una mirada fiera, como si con esos ojos le prometiera que lo haría pagar por lo bajo de sus acciones. Ya de pie delante de su contendor, la chica se veía mucho más pequeña e indefensa, pero los que algo habían conocido a la semiveela, ya sabían que de delicada tenía bastante poco, por lo menos en aquellas instancias donde debía batirse a duelo con otros, como en esa. La chica, con la varita en mano, hizo la reverencia correspondiente y aguardó la orden de iniciar...

Ginevra parecía algo disgustada por los duelos anteriores, pero no fue hasta que llego su turno cuando su rostro cambió de expresión, quizás fueran dudas o preocupación, aunque no había atisbo de miedo.

Alex quiso desearle suerte a su compañera - ¡Ánimo! Dale duro- comento seguido de un guiño.

-Vamos Gin tu puedes- grite desde mi lugar, no me habia acercado a ella como me había pedido la tarde anterior pero eso no impedía que yo la animará, curioso que tuviera mas apoyo de los Gryffindor que los mismos chicos de Slytherin.

-Tu puedes Gin, acaba con el- dije emocionado - Gin, Gin, Gin ganará- agite mi brazo con todas mis fuerzas para apoyar a mi amiga.

Gregory Goyle era bastante más avispado que Crabble. Tras haber sido regañado su amigo por haber lanzado el hechizo cuando la guardia de Ruben estaba baja, decidió no actuar como lo harían las verdaderas serpientes, pillando a traición al adversario. El rechoncho muchacho subió a la tarima, la cual crujió bajo el peso del niño, haciendo notar que con cada uno de los jamones que tenía por piernas, se podía quitar el hambre en medio mundo.

El muchacho se esmeraba en hacerlo bien, pero no cabe decir que no era particularmente grácil en sus movimientos, así que tanto el saludo como los pasos parecían realizados de manera grotesca, incluso cómica si se le comparaba con una morsa deslizándose sobre el hielo Ártico.

- Los duelos no deberían ser cosa de niñas.... - susurra el muchacho cuando tiene a Carrow lo suficientemente cerca, procurando que los profesores no se percatasen de sus palabras, y es que si no podía hacer trampas como Crabble, al menos podía intentar enfadar lo suficiente a Ginevra para hacer que perdiera los nervios.

Una vez los pasos fueron dados en la dirección contraria el muchacho se giró, pero claro, fue tan lento y hermosote, que la bonita semiveela había lanzado primero

Las dos serpientes arriba de la tarima era igual a ver un duelo de criaturas mágicas, un gigante contra una pequeña hada, pues, Ginevra realmente se veía aun más pequeña frente a Goyle, pero aquellos ojos verdes, como los de una serpiente, no mostraron ni un atisbo de miedo, al contrario, cuando ese gigante le dijo aquellas palabras, ella ni reculó, al contrario, estaba aún más segura, y los nervios que vieron sus compañeros antes de subir, se habían esfumado. Nadie le habla así, nadie. 

Escuchaba los gritos de sus compañeros, obviamente le alentaron, pero ahora toda su atención estaba focalizada en ganar ese duelo y hacerle ver a Goyle que no era débil como él pensaba, de hecho, cuando se separaron, y siendo igual de sutil que él, le respondió: y será una niña la que te dará batalla, deja de hablar y lanza tus hechizos. No le molestaba que le dijeran niña porque de hecho lo era, no tenía pene y tenía 11 años, una niña, y era un hecho de la causa; lo que le molestaba que la subestimaran.

Viendo sus movimientos, la chica no dudó ni retrocedió ni dos milímetros, ese duelo, si lo perdía, le ayudaría a saber en qué fallaba y buscaría la forma de mejorar, y no había fuerza en este mundo que la haría desistir de aquella meta. Agitó su varita con una gracia encantadora y exclamó con pasmosa calma...

— aguamenti — el chorro de agua salió de la punta de su varita y fue directo a la cara y pecho del grandote. 

Goyle estaba muy convencido de sí mismo, pero su lentitud y torpeza ya hicieron que comenzara mal, adelantándose Ginevra en la contienda, provocando que el chorro de agua de su varita saliese despedido en la dirección del oponente.

El robusto muchacho intentó hacer un salto lateral para que el agua no le impactase, pero debido a su envergadura cuando él creía que se había movido lo suficiente como para no recibir el golpe, se percató de que eso no era así, recibiendo el chorro de agua en todo el pecho, despidiendo hacia atrás al muchacho, haciendo que se cayera literalmente de culo.

- ¡Agggggg!.... - gruñó con desagrado sintiendo la vergüenza en su rostro, y es que la niñita había tenido demasiada suerte, pero las cosas no iban a quedar así, ya les demostraría a todos que las mujeres solo valían para una cosa...., cocinar..., bueno y molestar también, Carrow se iba a convertir experta en lo segundo.

El rollizo chaval se levanta con cierta dificultad del suelo y tras comprobar el profesor Flitwick de que se encontraba bien, realizó un movimiento de varita para realizar su hechizo y golpear a su oponente. Él lo haría con Flipendo, quería hacer daño a la niña, al menos lo suficiente como para hacerle llorar.

- ¡Flipendo!.... - la energía mágica brota de su varita con el claro propósito de impactar sobre ella. Si no era ágil esquivando podría impactarle y quedar ambos en tablas

Cassius caminaba por el club de duelo y observaba los combates de los alumnos, particularmente los de Slytherin. Por un lado observó a la pelirroja hacer algo muy impropio y determinó que hablaría con ella en su sala común, en algún momento que estuvieran a solas. Por otro lado, cogería también a Crabble para lo propio, marcar lo que debería o no hacer en esas contiendas tan importantes para la comunidad mágica.

Ahora observaba el duelo entre Goyle y Carrow. No perdía detalle en los movimientos mientras que, silencioso y elegante, el varón se cruza de brazos para acomodarse, sonriendo levemente tras el primer impacto de la semiveela. Pero no era un hombre precipitado, observaría que la suerte sonriera a la pequeña como hasta ahora había hecho.

No se daría cuenta de la llegada de Cassius, mejor para ella, estaba demasiado concentrada en el duelo disfrutado con verdadera sorna el hecho de que el chorro de agua le diera en el pecho a su compañero y lo hiciera retroceder, pero no debería confiarse, el chico buscaría hacerle daño, y se notaba, era El Segundo flipendo que le lanzaba y ella lamentaba profundamente no haberlo preparado tanto como para usarlo en ese encuentro, así que tendría que actuar, usar sus herramientas e intentar ganar.

El flipendo salió hacia ella, pero la joven simplemente dio un paso hacia atrás y movió su cuerpo con gracia hacia un costado, casi como si estuviera dando un baile, de ahí, su varita vuelve a levantarse y lanza un nuevo hechizo, sin gritar, sin exclamar, conservando toda esa solemnidad propio de un Slytherin. 

— Rictusempra — esperaba ponerle una sonrisa en la cara al chico, pero al tener que esquivar aquel flipendo, no estaba segura que hubiera podido apuntar con precisión  a su contendiente.  

El gordito esta vez si que estaba preparado. Cuando la muchacha lanza el hechizo contra él, se puso a un lado, pasando el haz de luz por su costado, sin impactarle. Lo peor para Carrow no era el no haberle dado, era la sonrisa de suficiencia de su contrincante, el cual, a pesar de ir peor que ella, se jactaba de su buena suerte.

A continuación no le dio apenas tiempo a reaccionar a la Slytherin, realizando su hechizo de nuevo contra ella. Otro Flipendo, cómo no, parecía que no había asistido a ninguna otra sesión de clase y era el único conjuro que sabía practicar.

- ¡Flipendo!.... - él sonríe seguro de que va a darle a la rubia lo suyo, sonriendo porcinamente a la pequeña Carrow, contra la cual no decía barbaridad alguna por dos motivos, por los profesores y por el hecho de que al menos, era de su propia casa, alguien en cierto modo digno..., a pesar de que su sangre tenía la mitad de criatura mágica, una aberración para algunos magos.

Malfoy seguía expectante el duelo. Nervioso estaba ante la actuación de su amigo, y es que si se rodeaba de grandes magos, ganaría un mayor respeto de sus compañeros de primero, pues no todo era musculo y fuerza bruta

Tal como lo intuyó, el hechizo había sido mal ejecutado y ese sujeto demostrando más destreza de lo que había demostrado hasta ese momento, logró esquivar su primer hechizo lanzando un nuevo flipendo que le dio de lleno a la chica y la mandó a volar, dando algunos giro en el aire y cayendo boca abajo. Todo su cuerpo se estremeció, y se mordió el labio haciéndolo sangrar. Había sido una fea caída y el gordo de seguro disfrutaría de su victoria, esperando que la semiveela comenzara a llorar, pero Ginevra estaba lejos de hacer eso, así que cuando le preguntaron si estaba bien, ella asintió y pasó su mano por su boca para limpiar la gota de sangre y se puso de pie, el cuerpo le crujió y se preparó para el tercer asalto.

Su brazo le dolía, pero aún así levantó su varita y ejecutó el hechizo, de seguro era el último que haría, para bien o para mal, sacaría enseñanzas de ese evento, pues incluso ganando, ella entrenaría.

— aguamenti — el chorro de agua salió con violencia, pero no la misma que el primero de los hechizos...

Goyle estaba disfrutando como un marrano en su charco. El chaval tras haber tirado a la niña levantó los brazos en señal de clara victoria, a pesar de que aún no había ganado, regodeándose del golpe ejecutado. Pero no dijo nada, sabía que por la boca moría el pez. Miró a Malfoy que le dice dándole ánimos.

- ¡Ya casi la tienes!..... - y es que iraba con orgullo a su amigo, mientras que Crabble reía a pesar de que su actuación, había sido penosa.

Carrow se levanta del suelo, con el porte digno y orgulloso, pero el golpe fue bastante fuerte como para que su siguiente hechizo no saliera tan bien como lo deseaba. El profesor Flitwick hizo la parada de rigor y tras comprobar que la pequeña seguía en su sitio y se encontraba en óptimo estado, permitió que siguiese la contienda.

El hechizo de Ginevra fue ejecutado, pero no impactó en el muchacho el cual movió sus 200 kilos de panceta hacia un lateral, esquivando de nuevo el golpe. Posteriormente ejecuta un nuevo flipendo que lanza con toda su maldad, esperando que este fuera el final del duelo, y por supuesto, a su favor.

- ¡Flipendo.... ya te tengo!.... - si la tenía o no, solo dependería de la habilidad de esquive de la pequeña Slytherin, que más le valdría apartarse del camino del proyectil mágico

La maldita rubia había esquivado su hechizo... ¡Lo había esquivado!.... El porcino Goyle no podía creérselo, tanto fue así que no estuvo atento cuando la pequeña lanzó un nuevo chorro de agua, impactándole de pleno, sentándole de culo de nuevo y haciendo que el duelo finalizase, perdiendo en el proceso.

El muchacho se levanta dolorido frotándose las posaderas. Con el gesto de enfado en el rostro y con las aletas de la nariz bailando por el enfado. Pero no podía perder los nervios, a pesar de que internamente, lo deseaba.

Hizo el gesto de saludo a la niña antes de bajar de la tarima, completamente enfadado y pensando que aquella minúscula criatura, se las pagaría, se había ganado un enemigo.