Partida Rol por web

El cambio de ambientación al cruzar el portal dimensional fue muy abrupto, y en nada se parecían el lugar rocoso y agreste del que venían, y el lugar frondoso, exuberante y selvático al que acababan de llegar. Incluso el tiempo parecía haber cambiado, pues de ser por la mañana y soleado en Hogwarts, habían llegado a Pandora en noche cerrada, aunque por alguna extraña pero mágica razón, el paisaje era completamente visible y de unas tonalidades bellísimas que en algunos momentos incluso parecían fluorescentes y bioluminiscentes. El lugar estaba rebosante de vida, de flora y fauna que los pequeños jamás habían ni imaginado ver, y por sus expresiones de incredulidad, Rowle estaba casi seguro de que estarían pensando que estaban en alguna especie de sueño, en un mundo mágico.

El profesor Rowle les dedicó una sonrisa de satisfacción, y moviendo el brazo izquierdo a modo de invitación, les comunicó complacido.

- Bienvenidos a Pandora, uno de los lugares más bendecidos por la magia ancestral y que muy pocos magos y brujas jamás han podido contemplar. Antes que nos pongamos en marcha, he de advertiros que aquí habitan todo tipo de criaturas mágicas y plantas, algunas realmente peligrosas y letales, por lo que tal y como os mencioné antes de venir aquí y os hice prometer, confío en que no me desobedeceréis bajo ningún concepto y haréis lo que os diga. Rowle no lo dijo como una amenaza ni su tono de voz amable cambió en ningún momento, solo quería advertirles que pese a que él era un experto explorador y un poderoso mago, no podía prometer cuidarles y protegerles si se alejaban de él o si actuaban impulsivamente en algún momento dado. Creo que sí me hacéis caso, disfrutaréis de una de las mejores experiencias y aventuras de vuestra vida, y aprenderéis muchísimo de la naturaleza, del mundo mágico que nos ofrece Pandora, de algo realmente especial y único.

- Antes que nada, me gustaría que me diéseis un segundo vuestras varitas, quiero aplicarles un hechizo similar al "Oriéntame". ¿Me permitís? Mencionó Harold tomando las varitas de los pequeños aprendices y aplicándoles magia, al cabo de un momento les devolvió nuevamente sus varitas. Dudo mucho que ocurra, pero si por alguna extraña circunstancia nos separásemos, he logrado hacer que las varitas no solo os indiquen dónde está este portal, si no la distancia que os separa hasta llegar aquí,... cuando conjuréis un oriéntame la varita emitirá una luz cerca de su extremo y rápidamente aparecerán unos números que os indicarán la distancia en millas hasta este lugar. Si queréis, podéis hacer la prueba y observaréis que ahora mismo marcará "cero" al estar situados en el umbral del portal, pero si mas tarde, cuando nos alejemos de este sitio, lo volvéis a probar, os dará la cifra exacta. Es bueno tener siempre referencias. También podéis nombrar a cualquiera de nosotros cuatro, y al realizar el oriéntame, también os indicará hacia donde está y la distancia. La verdadera especialidad de Rowle eran los hechizos vinculantes y quizá alguno de ellos empezase a darse cuenta del hecho. El profesor era capaz de vincular cualquier cosa con suma facilidad, y si tenía su tiempo para tomárselo con calma y concentrarse con detenimiento, incluso podía hacer hechizos vinculantes permanentes, casi tan poderosos como el juramento inquebrantable.

- Y bueno, aquí viene la primera regla de Pandora. "Cualquier criatura de este lugar está en su hábitat natural y vive en perfecta armonía con el medio que le rodea, nosotros somos los desconocidos e invasores que podemos perturbar ese equilibrio, por lo que jamás ocasionaremos daño alguno a lo que aquí vive, si no queremos tener serios problemas". Ejem, vamos a ponernos en marcha... empieza la clase... ¿Alguien puede decirme si percibe algunas criaturas mágicas cercanas a nosotros, que ya nos estén observando con curiosidad?

El lugar era como un mundo de ciencia-ficción. Había colorido por todas partes, vida por todas partes, y el cielo era de un color turquesa fascinante. Siempre que pensaba en la magia, lo hacía en términos llanos, algo que podía salir de la varita o las manos de un mago o una bruja, pero aquello era pura magia que existía por sí sola, sin ayuda de nadie.

-¡Ooooooohh! -exclamé al ver por primera vez aquel mundo maravilloso.

El profesor nos explicó lo que cualquier visitante, lógicamente, debía saber. Qué nosotros éramos unos intrusos y que debíamos movernos con mucho cuidado... pero sobre todo, con mucho respeto. Después, nos pidió las varitas para mejorar su capacidad. En cuanto me entregó la mía, la agité en el aire para probarla.

-¡ORIÉNTAMENTE!

Al instante, unos pequeños números aparecieron delante de la varita. 0,0. Era genial.

¿Alguien puede decirme si percibe algunas criaturas mágicas cercanas a nosotros, que ya nos estén observando con curiosidad?

Yo bajé la varita y miré a nuestro alrededor, pero lo cierto es que no vi a nadie. Sin embargo, estaba segura de que si el profesor lo preguntaba, era porque sí que lo había. Quizás... ¿estaría camuflado?

-Yo no veo a nadie, profesor, pero... ¿podría estar camuflado, algo así como los camaleones?

Cuando finalmente llegamos a nuestro destino me emocioné y reía por qué era mejor de lo que imaginaba -jajaja esto es fantástico- estaba emocionado quería ir por todos lados viendo que podría encontrar,quería explorar el lugar de principio a fin.

El profesor parecía tener muchos trucos bajo la manga aún más después de explicarnos el hechizo de las varitas -ORIENTAME!!!- pude ver cómo efectivamente tenía un pequeño contador encima con un 0,0.

Yo no alcanzo a ver nada fuera del ambiente pero supongo que los animales que habitan la zona sabrán como camuflarse a la perfección en su entorno.

La cara de Victoria era pura felicidad, sus ojos miraban hacia todas partes observando y estudiando cada detalle del maravilloso lugar al que acababan de llegar, ¿se habían transportado a otro lugar del planeta o estaban en otro mundo? todo era posible, lo que estaba claro es que ese sitio rebosaba magia por los 4 costados y era tan bello... Pandora se llamaba y acababa de convertirse en el lugar mas fantástico que Victoria había visitado en su vida. La pequeña comprobó el hechizo Orientame que el profesor les había aplicado como sus dos compañeros y comprobó que funcionaba tal como el profesor les había dicho. Después la niña miró a su alrededor de nuevo buscando alguna criatura que oculta les estuviese observando como el profesor les dijo, pero no consiguió descubrirla.

El profesor Rowle olvidaba con frecuencia que él tenía una capacidad de percibir el entorno muchísimo mayor que la inmensa mayoría de magos y brujas, y siendo los pequeños alumnos unos inexpertos aprendices que por primera vez interaccionan con un medio natural tan rico en flora y fauna como era Pandra, sabía que estarían totalmente perdidos y mirando por todas partes, sin saber bien donde deberían enfocar su atención. Advirtiendo lo que ocurría, y que de lejos no sabrían a que se estaba refiriendo, Harold levantó la varita e indicó hacia un punto concreto en la lejanía, entre varios árboles frondosos y de bella coloración rosácea. Aún era insuficiente para que lo viesen, por lo que se acercó con cautela y apartó con suavidad las ramas que obstaculizaban la perfecta visión de aquel ser, y emitiendo un pequeño destello azulado desde su varita, un Lumos distinto al que conocían que permitía ver con mejor claridad los colores fluorescentes y bioluminiscentes, les ayudó a que pudiesen observar a la criatura mágica con total claridad, aunque tanto Victoria cómo Altair se movieron un poco sorprendidas y expectantes, y el hermoso animal emprendió de inmediato la huída. 

- Vaya, lo hemos asustado... Debéis aprender sobre la marcha a andar sin hacer ruido y prestar más atención al entorno, de esa forma observaréis cosas realmente maravillosas. ¿Al menos habéis podido ver aunque sea momentáneamente el hexapede? Es una criatura muy grácil y esquiva, herbívora y de hermosa coloración azul con algunas finas rayas blanco amarillentas,se asemeja mucho a un ciervo y posee seis patas, por las cuales recibe el nombre, y si os habéis llegado a dar cuenta, despliega unas membranas alrededor de su cabeza al sentirse amenzada, con las que parece tener cuernos y ojos enormes, para aparentar ser un bestia de mayor tamaño e intimidar a sus depredadores... si está por aquí cerca esta hermosa criatura es que toda esta zona circcundaante es completamente segura, nosotros somos los únicos extraños... No temáis, aprenderéis poco a poco a no asustar a las criaturas mágicas de los alrededores y pasear más desaparecidos,... aún recuerdo a Drake... Entonces se dió cuenta de que quizá no sabrían a quién se refería y se corrigió al momento.  Perdón, al profesor Scamander, como en su primer día, completamente fascinado por lo que ocurre al tocar el agua, daba gritos, chapoteando y cayendo de morros continuaemte de tanta emoción, acabando totalmente empapado de pies a cabeza... Era demasiado curioso y quería tocarlo todo, y por poco no le arranca una mano un planta carnívora, jajaja. Y en el segundo día gritó al ver un enorme "Cabeza martillo" y provocó una estampida que por poco no nos aplastó... Confío en que os sorprenderéis con más...como decirlo...moderación, jaja.

Entonces recordó que aún no habían tocado el agua, por lo que les invitó a hacerlo.

- Seguro que esto os parece increíble, mirad... el agua de este manantial es pura y cristalina, pero al ser desplazada con mis manos, muchos dinoflagelados emiten bioluminiscencia al producirse un reacción química debido a una enzima que contienen, la luciferasa. La luciferina, una sustancia que poseen muchos seres de este entorno, se oxida mediante una reacción que emite luz gracias a la enzima luciferasa, y entonces somos capaces de ver cómo brilla el agua, es algo asombroso y digno de ver. La mayor parte de estas criaturas, al vivir a gran profundidad y en total oscuridad, han evolucionado para desarrollar estos sistemas complejos... La luz es de vital importancia para existir... Y sirve para multitud de funciones... Atraer presas y así poder cazarlas o como sistemas de defensa ante depredadores, para iluminar y mejorar la visión del entorno, según que coloración puede ser eficaz para advertir de peligrosidad y toxicidad, incluso para camuflaje... Os hablaré de ello si os interesa a medida que veamos las distinta criaturas que habitan en Pandora. Ahora no os cortéis y disfrutad de la experiencia, podéis correr o incluso beber de este agua bioluminiscente, es completamente segura y saludable...

Y entonces Rowle aprovecho para beber y rellenar las cantimploras que llevan consigo, para el camino. Al andar por el borde del agua, las pisadas también se iluminaban, dando un hermoso espectáculo digno de ser observado.

Victoria se quedó con la boca abierta cuando el profesor les mostró donde se encontraba el hexapede, era increiblemente raro y exuberante, con unos colores increíbles que hacían que la ravenclaw no pudiera quitarle los ojos de encima, entonces la criatura se percató de su presencia les miró y salió corriendo, fue cuando la niña se dio cuenta de que sin pretenderlo había avanzado unos pasos hacia el animal. Miró apenada al profesor y escuchó los consejos y anécdotas que este les contó, tomando nota mental de cada una. Sonrió al escuchar que el profesor Scamander también había cometido algunos errores como aquellos de joven, aunque pondría cuidado de que a ella no intentara comerle la mano ninguna planta.

Cuando el profesor les mostró las curiosas luces que emitía el agua al ser tocada Victoria acudió a su lado, metió las dos manos dentro y las agitó.

- ¡Es increíble! - salpicó algunas gotitas a sus compañeros y comenzó a recorrer la orilla dando pequeños brincos y riendo - Mirad esto chicos - les dijo para que miraran como se iluminaba la superficie bajo sus pies.

Entonces le pareció escuchar algo y paró en seco.

El lugar era increíble, el ambiente... fascinante, y en general, todo era como si se encontraran dentro de un sueño... y en otro sueño aún más formidable.

Cuando el profesor levantó la varita y retiró algunas ramas, vieron un extraño ser que era todavía más increíble ante la visión de aquel animal.

Vaya, lo hemos asustado... Debéis aprender sobre la marcha a andar sin hacer ruido y prestar más atención al entorno, de esa forma observaréis cosas realmente maravillosas. ¿Al menos habéis podido ver aunque sea momentáneamente el hexapede?

Un hexapede. ¡Qué criatura tan extraña! El profesor les explicó lo de su nombre, que se debía a que tenía seis patas, y lo describió por encima, compensando el poco tiempo que habíamos tenido para verlo, al menos, yo.

Después encontraron un manantial de agua que parecía brillar. Era debido a microorganismos capaces de producir luz. El profesor nos explicaba cada cosa que encontrábamos casi con tanta ilusión como nosotros al descubrirlo.

Y fue entonces cuando me pareció oír algo. Miré a Victoria y ella también lo había oído. No quise decir nada porque si se trataba de otro animal, no deseaba asustarlo, pero todo mi cuerpo se puso en tensión. ¿De qué se trataría? ¿Sería peligroso o simplemente... hermoso?

Ver una criatura tan bella como el hexapede me dejó maravillado incluso cuando empezó a alejarse sentí por un momento el impulso de salir corriendo detrás pero debía quedarme cerca al profesor Rowle,era genial estaba feliz de estar aquí también era fascinante por las anécdotas acerca de otras personas aquí como el profesor Drake sobre todo a nuestro alrededor.

Este lugar cada ves era más emocionante estábamos rodeados de todo tipo de animales y plantas que producían su propia luz, incluso el agua brillaba podía entender muy bien por qué el profesor Drake al estar aquí termino totalmente empapado, bebí del agua jugué con ella chapoteaba entre risas con mis compañeras hasta que las vi quedar estáticas mirando a la nada ¿Chicas ocurre algo?.

Victoria y Altair en esta ocasión si advirtieron una especie de tímidos balidos provinientes de detrás de unas rocas, y aunque el joven Lestrange no los escuchó de inicio, no tardó en percibirlos cuando el grupo se mantuvo en silencio instantes después. El profesor Rowle guiñó ella ojo de forma cómplice a los pequeños y les mandó guardar silencio mientras empezó a subir con sigilo sobre unas rocas. Al llegar arriba les indicó mediante gestos que subiesen hasta donde se encontraba él con sumo cuidado, cosa que hicieron perfectamente losntes aprendices y al llegar...nada, no parecía haber ni rastro de ninguna criatura mágica, ni ningún tipo de sonido extraño como hasta escasos momentos. ¿Qué estaba ocurriendo?

- Shhh, procurad no hacer ningún movimiento brusco y simplemente aguardar. Tomad, esto hará que salgan de sus madrigueras... - Les susurró divertido mientras abría su bolsa y sacaba una especie de bote con unas extrañas legumbres mágicas. ...no sabéis cómo les encanta...

El profesor Rowle emitió entonces unos extraños sonidos, como si se estuviese comunicando con las extrañas criaturas, y en cuanto empezaron a asomar sus menudos cuerpos, lanzó al aire unas cuantas legumbres, que al esparcirse se quedaron suspendidas en el aire tras un breve gesto con la mano del docente.

- Aquí tenéis, podéis darles de comer,.. con suerte puede que hasta coman de la palma de vuestra mano. Al principio jamás se aventuraban a presentarse, en realidad son muy tímidos, pero estos en concreto me conocen desde que nacieron, y como siempre que vengo aquí les doy unas cuantas legumbres, se ve que han tomado confianza y me tienen aprecio. ¿Tenéis idea de que criaturas mágicas son y qué se suele usar de ellos? Vamos, debería ser fácil, aparece en el libro de primero de herbología, seguro que alguno de vosotros ya lo ha leído ¿Alguien podría responder? - terminó por referir Harold, mientras les daba semillas a todos para que ese las ofreciesen a las criaturitas, las cuales permanecían atentas con sus prominentes ojos.

Subieron a unas rocas como el profesor les indicó y tomaron las legumbres que él les dio para tentar a las criaturas que en cuanto vieron la comida asomaron sus cabecitas mirando golosas con sus grandes y saltones ojos las legumbres que el profesor sostenía en el aire mediante el hechizo Wingardium Leviosa.

- Ohh - dejó escapar Victoria mirándolos con sus ojos llenos de infinita ternura - que lindos... tomad ¿queréis un poco guapos? - les hablaba bajito y con voz dulce para no asustarlos, sacó su barita y apuntó a su mano donde estaba la comida - Wingardium Leviosa - las verduras comenzaron a levitar y la niña las condujo frente a los Mooncalfs que comenzaron a comérselas. - son Mooncalfs profesor, sus excrementos son un poderoso fertilizante si se cosechan antes de que salga el sol, hará que las plantas mágicas crezcan más rápido y sean más fuertes. También he leído que bailan bajo la luz de la luna ¿es cierto profesor? son adorables - dice mientras alarga una mano para intentar tocar al más cercano, despacio para no asustarle, no sabía si la criatura querría pero deseaba hacerlo.

No tuvimos que esperar mucho para volver a sentir que había algo más a nuestro alrededor. Unos extraños sonidos salían de detrás de las rocas y el profesor se acercó con cuidado y nos guió hasta que nos enseñó... ¿nada? De repente, todo parecía estar vacío, a excepción de las rocas y unos agujeros en el suelo.

- Shhh, procurad no hacer ningún movimiento brusco y simplemente aguardar. Tomad, esto hará que salgan de sus madrigueras...no sabéis cómo les encanta...

El profesor nos dio unos pequeños guisantes y a continuación llamó en voz alta. Al instante, empezaron a salir del suelo extrañas formas que recordaban a tentáculos, con una cabeza en el extremo y unos ojos enormes. Nada más lanzar el profesor, parecieron "bailar" alrededor de sus manos, mientras se elevaban para coger la comida que les estaba lanzando.

- Aquí tenéis, podéis darles de comer,.. con suerte puede que hasta coman de la palma de vuestra mano. Al principio jamás se aventuraban a presentarse, en realidad son muy tímidos, pero estos en concreto me conocen desde que nacieron, y como siempre que vengo aquí les doy unas cuantas legumbres, se ve que han tomado confianza y me tienen aprecio. ¿Tenéis idea de que criaturas mágicas son y qué se suele usar de ellos? Vamos, debería ser fácil, aparece en el libro de primero de herbología, seguro que alguno de vosotros ya lo ha leído ¿Alguien podría responder?

Recordando las lecciones del libro, caí rápidamente en la criatura que era, aunque Victoria fue quien lo dijo en voz alta.

Son Mooncalfs profesor, sus excrementos son un poderoso fertilizante si se cosechan antes de que salga el sol, hará que las plantas mágicas crezcan más rápido y sean más fuertes. También he leído que bailan bajo la luz de la luna ¿es cierto profesor? son adorables

Victoria lanzó unas cuantas semillas al aire y tras dejarlas suspendidas con un hechizo levitatorio, todos disfrutamos al ver cómo las criaturas las cogían una a una. Yo decidí imitarla.

-¡Wingardium leviosa!-exclamé, mientras agitaba mi varita con una mano y lanzaba los guisantes con la otra, dejándolos suspendidos en el aire. Rápidamente, los Mooncalfs se alargaron y empezaron a comer las semillas que les había lanzado.

-Son muy simpáticos -dije, sonriendo -. Profesor, ¿se pueden criar con facilidad?

La actitud de Victoria y Altair me aterró llegue a pensar que éramos presa de un depredador,pero la verdad era mucho mejor el profesor Rowle nos indico seguirlo encima de unas rocas de forma cómplice.

Al subir pudimos ver unas criaturas que a mí opinión eran adorables el profesor nos dio en susurros una habichuelas para intentar alimentarlos.

Aunque intenté acercarme a darles de comer con mis manos a los Moonclafs parecía que yo era muy impulsivo y los asustaba ya que me ignoraban y no querían comer de mis manos incluso intenté hacer el hechizo Wingardium Leviosa -Wingardium Leviosa- pero al ser la primera vez que lo hacía falle en dejarlos en el aire,era algo triste no ser capaz de tratar con los Moonclafs pero aún si ellos eran muy adorables y con solo verlos me sentía a gusto -Eso no salio como esperaba,son realmente muy tiernos.

Victoria vio como a su lado, Francis intentaba dar de comer a los Mooncalfs que no parecían muy confiados ante la impetuosidad del muchacho que finalmente bajó la cabeza algo entristecido.

- Vamos Francis, inténtalo de nuevo, acércate más lentamente, no hagas movimientos bruscos y muéstrate relajado seguro que que confiarán en ti - le dijo con una sonrisa.

El profesor Rowle se alegró de que los pequeños fuesen estudiosos y que supiesen reconocer de inmediato a las criaturas mágicas que tenían frente a si, efectivamente eran Mooncalfs. Mientras sacaba un cubo y una pala de su bolsa para ir introduciendo excrementos del suelo en su interior, respondió a las preguntas que se le suscitaron.

- Así es, se trata de Mooncalfs, unas bellas y adorables criaturas mágicas que generalmente son bastante difíciles de ver al ser muy tímidas. Estas podríamos decir que son una excepción a la regla al vivir en esta zona, lejos de depredadores que los puedan dañar, y al haberme visto habitualmente desde que nacieron, por lo que eso podría responder tu pregunta, Altair. Podríamos decir que, por lo general, no son animales domesticables, no por la dificultad que pueda entrañar el proceso, si no por el hecho de que necesitan unas condiciones muy difíciles de recrear para que puedan sobrevivir. Aquí en Pandora tienen la temperatura y humedad óptimas, las condiciones en oscuridad perfectas para que produzcan un excremento excelente para fertilizar plantas sensibles, al igual que grandes extensiones para que puedan relacionarse con el entorno, nutrirse y reproducirse, pero para nada comparable con lo que obtienen expertos magizoólogos en el mundo mágico, en algunas reservas naturales, que también hay que decirlo, están muy bien acondicionadas, pero no son ni de lejos lo mismo que esto que veis. Les fue explicando cómo si fuese una de sus magistrales clases que tanto disfrutaba dar en Hogwarts. Entonces os preguntaréis... ¿Qué marca la diferencia y hace que aquí generen un abono de muchisima mejor calidad, jamás obtenido en otras condiciones? ¿Por qué razón si estas criaturas están en reservas naturales protegidos de cualquier peligro, los cuidan expertos magizoólogos que se dedican a ello día y noche, y se cumplen aparentemente todas las condiciones necesarias, este sitio es mejor para obtener las mayores propiedades fertilizantes? La respuesta será muy obvia en cuanto terminemos de subir esta pequeña ladera. Seguidme, pequeños. Les apremió Harold, terminando de recorrer la corta distancia que les separaba hasta la cima de la ladera. Mirad esta maravilla, ¿No es increíble este paisaje?

El profesor señaló el enorme planeta que tenían frente a sí y les explicó con una sonrisa en su rostro.

- El enorme planeta que veis frente a vosotros se denomina Polifemo, y alrededor de él giran cuatro satélites más, el mayor de ellos es Pandora, lugar donde nos encontramos nosotros en este preciso instante. Esta es la razón por la que los Mooncalfs hacen aquí el mejor estiércol, Pandora es de por sí un satélite natural como la Luna. No necesitan bailar bajo la luz de la luna, están sobre ella, jaja. Nos encontramos en el sistema estelar Alfa Centauri, a 4,4 años luz de la Tierra. Sé que suena irreal, pero hay vida mágica lejos de la Tierra, esto es prueba de ello. Rowle sabía que aquello podía ser muy chocante para los pequeños, pero era la verdadera realidad. No estaban en la Tierra, estaban en Pandora, un satélite del planeta Polifemo, en el sistema estelar Alfa Centauri. Bueno, descansaremos aquí mismo veinte minutos, contemplando estas vistas, mientras almorzamos algo. Después de esto nos tocará volar para acceder a lo alto de aquella pared vertical, pero no usaremos ni el hechizo Wingardium Leviosa, dado que la altura es demasiado elevada incluso para mí, ni una poción levitatoria potente. ¿Alguien quiere sugerir como lo haremos? La respuesta está muy próxima a nosotros, en esos árboles azules del fondo, podéis echar un vistazo. Otra pista que os daré es esta planta que hay aquí, de la cual se alimentan. ¿Sabeis de que se trata?

El profesor nos habló de los mooncalfs y dejó claro que no eran criaturas que fuesen precisamente sencillas de criar en cautividad. No es eso importase demasiado, prefería verlas en libertad, en aquel lugar que llamaba Pandora, pero me hubiera gustado tenerlas a mi lado, en el castillo.

Después pasó a hablarnos del abono, pero yo la verdad es que desvié mi atención hacia el paisaje que nos rodeaba. Solo unos momentos más tarde, el propio profesor hizo lo mismo.

Mirad esta maravilla, ¿No es increíble este paisaje?

Y la verdad es que sí que era increíble. Por lo visto era un planeta llamado Polifemo (¿mitología?) y al hablarnos de él, nos contó el mayor de los secretos. Aquel mundo no era el nuestro, no estaba en la Tierra, sino en sistema solar vecino. 

¡Así que hay magia en otros planetas... y podemos viajar a ellos!

Bueno, descansaremos aquí mismo veinte minutos, contemplando estas vistas, mientras almorzamos algo. Después de esto nos tocará volar para acceder a lo alto de aquella pared vertical, pero no usaremos ni el hechizo Wingardium Leviosa, dado que la altura es demasiado elevada incluso para mí, ni una poción levitatoria potente. ¿Alguien quiere sugerir como lo haremos? La respuesta está muy próxima a nosotros, en esos árboles azules del fondo, podéis echar un vistazo. Otra pista que os daré es esta planta que hay aquí, de la cual se alimentan. ¿Sabeis de que se trata?

Todos nos giramos hacia los árboles para intentar distinguir lo que estaba indicando el profesor. A mí me pareció ver algo. Lo que no conseguí era identificar la planta de la cual se alimentaban, al igual que tampoco conseguía recordar de qué criatura se trataba, aunque sentía que lo sabía. Lo tenía en la punta de la lengua, porras.

La verdad era que el paisaje era espectacular, mas que espectacular... si alguien le preguntase, la pequeña no sabría como describirlo, había que verlo para entenderlo. El profesor les indicó que a continuación ascenderían hasta una pared que había en frente y Victoria en seguida pensó en las escobas pero no, estaban en el castillo... con eso no podrían... ¿y entonces cómo? ni hechizos, ni escobas, ni pociones... ¿con alguna criatura voladora? pero... ¿con cual? tanto pensar empezó a darle hambre, el profesor había dicho que estarían allí por 20 minutos, bien, tenía tiempo de sobra para comer uno de los pastelillos que había traído en los bolsillos, lo sacó y comenzó a mordisquearlo mirando el gran satélite ante ellos, guau, estaban en otro mundo...

Era algo irreal estábamos en el espacio en otro planeta, incluso para magos o gente de conocimiento mágico podía asegurar que era bastante increíble,no solo eso estábamos conviviendo con plantas y criaturas lunares.

-Esto es asombroso debí haber traído mi libreta para dibujar algo,esto es simplemente maravilloso- estaba desbordando alegría casi pareciera que fuera a dar saltos,cuando el profesor Rowle nos mostró el gran muro que teníamos que subir -¿Como subiremos eso? aparentemente no podíamos subirlo con magia o posiciones por su gran altura pero teniendo en cuenta que este lugar nos sorprende cada vez más quien sabe cómo nos sorprendera ahora este viaje.

Los tres jovencitos se acercaron con curiosidad a los enormes árboles de coloración azul turquesa bioluminiscente que el profesor les había indicado, y trataron de descubrir qué criaturas mágicas les permitirían llegar hasta la cumbre de aquella pared vertical que tenían a escasos metros de su posición. Aunque en un principio no les fue fácil observar nada destacaable, al poco pudieron a empezar a apreciar que en realidad, la mayor parte de lo que creían eran las flores de los árboles, eran en verdad las alas brillantes de unos unos pequeños insectos alados de la misma tonalidad, que se camuflaban perfectamente, mimetizándose con el entorno. Y que cuando los muchachos se acercaban, emprendían con rapidez el vuelo, para posarse en otras ramas mas alejadas.

Altair fue capaz de reconocer las diminutas criaturas de inmediato, pero no le venía el nombre a la cabeza por mucho que le diese vueltas, y por extraño que pareciese, Victoria tampoco supo identificar aquellos insectos. La Ravenclaw corrió a por su mochila e inmediatamente tomó su guía para saber de qué se trataban, pero con tal mala fortuna que el libro se le resbaló de las manos, o literalmente voló por los aires, por su patente nerviosismo, y éste cayó en el agua, siendo arrastrado de inmediato por la corriente del río que en todo momento habían estado bordeado hasta llegar a aquel lugar. Pandora gozaría de la información concisa de la Guia de Herbología, en la que venía descrita la planta de la que se alimentaban aquellos insectos alados, un precioso volumen que probablemente no volvería a ser leído salvo que hiciesen algo al respecto.

Sólo Francis supo identificar aquellas pequeñas criaturas aladas de 1,27 cm de tamaño, la planta de la que solían alimentarse, comúnmente llamada "Globo azul volador", y el uso que iban a darle a aquellos pequeños insectos, los Billywigs.

Habiendo podido identificar que se trataban de Billywigs, Francis podría deducir de que forma tenía pensado el profesor Rowle que subiesen aquel vertical muro. ¿Pretendía que se dejasen picar para gozar de sus efectos levitatorios y así ascender a la cima? Sonaba a locura. ¿Iba en serio aquello?

Me dio rabia no recordar cómo se llamaba, pero por supuesto, no se podía saberlo todo. A pesar de ello, disfruté observando a aquella criatura. Me parecía que era preciosa. Todavía no sabía cómo íbamos a subir por ahí, pero bueno, estaba claro que mi ab.... digo, el profesor, sí.

En ese momento, Victoria fue a sacar su libro de herbología para encontrar de encontrar el nombre del insecto... y se le cayó al agua.

-¡Victoria, tú libro! -exclamé, lanzándome a por él de forma insensata. Cuando más tarde hablamos de ello, reconocí que no lo había pensado y que había sido una estupidez digna de mí, pero es que en aquel momento lo único que tenía en la cabeza era coger el libro, así que me eché al río.

La corriente estuvo a punto de llevarme, porque era bastante fuerte, pero por suerte, o porque estaba en un sitio donde hacía pie, logré mantenerme a flote y buscar el libro entre las rocas y las hierbas de la orilla, hasta que di con él.

-¡Aquí está! -dije en voz alta, victoriosa.

Salí del agua con dificultad, pensando tres kilos más gracias a mis zapatos y mis calcetines, pero con el libro de Victoria en mis manos.

-Toma. ¡Ha faltado poco!