Partida Rol por web

Situados en medio del patio de transformaciones, la situación era tan grave que la profesora McGonagall no quería alertar inecesariamente a Alen y Victoria de lo que estaba ocurriendo en el castillo, y dudaba cuánta información debía revelar. Su deber era asegurarse que no se vieran expuestos a ningún peligro y preservar su integridad física, por lo que tenía claro que se reafirmaría en sus palabras y los acompañaría a la sala común de Ravenclaw. Las órdenes del director habían sido muy claras y tajantes, ningún alumno podía estar fuera de su sala común o sus aposentos hasta nuevo aviso y ella lo mantendría... No obstante, primero decidió escuchar atentamente las explicaciones de lo que habían visto u oído recientemente los jovencitos, y trató de tranquilizarlos con sus palabras, una vez hubieron terminado de hablar.

- Está bien, jovencitos. Os he escuchado a ambos y entiendo que estéis preocupados por lo que está sucediendo... El director Dumbledore está tomando cartas en el asunto y pronto llegará toda la ayuda que precisamos. Comenzó a explicar aunque sus rostros todavía estaban llenos de incertidumbre e inseguridad. Escuchad, tanto el director Dumbledore como yo vimos desde su despacho el Periculum que se lanzó desde el lago, presupongo que la profesora McMahon lo hizo, y él salió de inmediato hacia allí para ofrecer ayuda. Estoy segura de que ya deben estar a salvo en estos momentos... En cuanto a...

Entonces se escuchó un rugido ensordecedor que hizo temblar las paredes y estallar algunos cristales de las ventanas superiores de la Torre de Astronomía y os forzó a taparos los oídos. En lo más alto observasteis cómo un enorme dragón de coloración cobriza alzaba el vuelo, derruyendo y haciendo caer algunas tejas, bloques y parte de la cúpula del observatorio, y como empezaba a alejarse como si estuviese confundido y no tuviese claro cuál debería ser su ruta a seguir ¿Cómo había una criatura tan imperial y peligrosa tan cerca? ¿Era Hogwarts un lugar seguro?

No solo eso, al poco escuchásteis los pasos del profesor Ölmez y de Alex Lowell bajando de aquella misma torre y sosteniendo en brazos el cuerpo inconsciente de Aedan Fletcher. ¿Era posible que hubiesen estado frente al dragón? ¿Qué había sucedido allí arriba?

- ¡Por las barbas de Merlín, profesor Ölmez! ¿Es ese uno de nuestros alumnos de primero? ¿Que ha ocurrido ahí arriba? Preguntó la profesora McGonagall visiblemente sobresaltada. ¡Hay que llevarlo a la enfermería ya si queremos que sobreviva! Yo me haré cargo... Y tomándolo en brazos, desapareció de vuestra vista intuyendo todos que lo habría llevado a la enfermería y que regresaría en breves.

Entonces visteis aparecer al profesor Westerberg, casi sin aliento, atravesando una de las puertas principales y corriendo en vuestra dirección, probablemente con el fin de ayudar en la medida de lo posible. Y casi al mismo tiempo, llegar con una escoba a los jovencitos Beaufort y Lockhart, que sin duda habrían visto escasos instantes antes al enorme dragón. Era una extraña reunión, sin lugar a dudas. Quizá una puesta en común de información aclararía bastante lo que estaba sucediendo, o quizá todavía os asaltarían más dudas en la mente...

Melker pasó corriendo por el patio de transformaciones sin intención de parar para ver que pasaba ya que el Director Dumbledore le había pedido que fuera a la torre de astronomia. Sin embargo, al ver que se encontraba allí el Profesor Ölmez, frenó en seco para hablar con él - Profesor Ölmez, el Director Dumbledore me pidió que fuera lo más rápido posible a la torre de astronomía ¿Ha pasado algo allí?

No sabía si tenía que continuar corriendo hacia la torre de astronomía ahora que el Profesor Ölmez estaba allí, así que esperó su respuesta para tomar una decisión.

Cuando escuche que el director ya estaba de camino para prestar su ayuda a la profesora suspire aliviado pero antes de poder hacer cualquier otra cosa algo totalmente inesperado ocurrió un rugido atronador apareció de la nada con tanta fuerza que tuve que taparme los oídos, rápidamente empecé a buscar lo que sea que lo hizo con la mirada pero no levante la vista hasta no escuchar el batir de alas y entonces si pude ver a la perfección como un dragón volaba alejándose del lugar además estaba alzando el vuelo por lo que evidentemente no es que estuviera de paso si no que se había parado aquí en Hogwarts... entonces el fuego...

Me quede mirando esa aterradora a la par que majestuosa criatura perderse de la vista e incluso cuando ya no se podía ver por que el castillo bloqueaba la vista mantuve la mirada en el cielo escuchando como se alejaba con la boca ligeramente abierta, de hecho para cuando volví a bajar la mirada ya había mas gente por aquí, un profesor y dos alumnos. Uno estaba inconsciente y el hecho de verlo en ese estado me hizo comprender que esto no era algo con lo que pudiera tratar yo, un alumno de 1º, un chico de tan solo 11 años, si fuera mayor, si tuviera mas experiencia, si supiera mas de magias desde luego que estaría en primera línea y nadie me podría decir nada y es que por muy valiente y creído que fuera no era imbécil. Tomé de la mano a Victoria que aun estaba a mi lado.

-Creo que deberíamos hacer caso a la profesora -le dije cuando esta me mirara por mi gesto

Entonces llegaron aún mas gente otro profesor y otros dos alumnos, si se supone que deberíamos estar en la sala común porque había tanta gente por fuera de ellas pensaba que nosotros seríamos los únicos pero al parecer no podía estar mas equivocado.

Quedó bastante claro el hecho de que su compañera Anastasia  y la profesora McMahon estaban en buenas manos cuando McGonagall les dijo que el propio director se ocuparía personalmente de su peligrosa situación así que la niña respiró aliviada. No obstante apenas fueron unos instantes de relajación, puesto que segundos después un enorme dragón apareció en escena, sin duda, saliendo de la Torre de Astronomía y emitiendo el rugido más ensordecedor que Victoria hubiera escuchado en su vida. Se tapó los oídos y abrió los ojos desmesuradamente mientras emitía un grito ahogado, no sabía si de miedo, fascinación o ambas cosas a la vez. ¡Un dragón! Inmenso y majestuoso, tal y como lo describían los libros de fantasía que tantísimo le gustaba leer, ¡existían realmente! No podía creerlo….

El animal comenzó a alejarse desorientado al parecer y empezaron a llegar más personas al patio de transformaciones: profesores, alumnos… y entonces lo vio, Aedan…. Inconsciente, en brazos del profesor Ölmez y Alex. La subdirectora lo cogió y salió disparada hacia la enfermería, parecía que estaba realmente mal ¿habría sido el dragón? Alen agarró su mano.

-Creo que deberíamos hacer caso a la profesora -le dijo

El chico estaba preocupado y parecía tener claro que ya no podían hacer nada allí. Victoria le apretó la mano para transmitirle algo de tranquilidad.

-Tranquilo, parece que el dragón se aleja y estoy segura de que enseguida el director lo tendrá todo bajo control. – seguidamente se volvió hacia los demás - ¿qué ha pasado? ¡¿de dónde salió ese dragón?!

Al oír el rugido sobre sus cabezas, el anciano acelero su paso, no había forma de asegurarse de que el dragón no volvería. Al llegar al patio de Transformaciones al pie de la torre de Astronomía, les esperaba una subdirectora muy nerviosa; después de avasallarles a preguntas a Alex y a el, se fue llevándose a Aedan sin darles siquiera la oportunidad de responder; fue entonces cuando comenzó a escuchar preguntas sobre que había pasado; después de dar una rápida mirada a la multitud reunida coloco la mano sobre el hombro de Alex y se le acerco al oído mientras le susurraba unas palabras para que los demás no se enterasen.

Después de acabar de susurrar, levanto la vista y enfrento a la multitud.-Así es Prof. Westerberg, nos vimos involucrados en la repentina aparición de un Vipertooth peruano y acabo atacando a uno de los estudiantes; el prof. Robins y yo conseguimos aturdirlo para así poder sacar a los estudiantes de la torre. No estamos seguros aun de la procedencia del dragón. ¿Ha pasado algo más en el castillo aparte del Vipertooth peruano?-.Pregunto el viejo docente viendo las expresiones de algunos alumnos que acababan de llegar.

Después de tantos años había llegado a odiar la burocracia; pero no dejaba de pensar que después de este evento indudablemente le tocaría asistir a una larga reunión con el director... iba a ser una semana larga.

Después de dar una rápida mirada a la multitud reunida coloco la mano sobre el hombro de Alex y se le acerco al oído mientras le susurraba unas palabras para que los demás no se enterasen.

-Por favor no menciones lo del Sr. Rider, aun están nerviosos y no quisiera que cundiese el pánico.

Andrew seguía con el subidón de adrenalina por todo lo que estaba ocurriendo. Había visto nada más y nada menos que dos dragones en un breve lapso de tiempo y aquello no le parecía nada normal, por lo que en cuanto encontró ocasión comentó lo que sabía al respecto.

- Pues nosotros estabamos en el campo de Quidditch cuando un dragón enorme de color plateado se acercó hasta donde nos encontrábamos. Si no llega a ser por el profesor Flamel que nos ayudó a salir de allí, no sé si lo hubiéramos contado, ¿No es así, Abbadon? También estaban allí Rubén y Daniel, y creo que salieron corriendo por el campo en dirección a la cabaña de Hagrid... Desde que nos separamos no hemos vuelto a saber de ellos ¿Estarán todos bien? ¡Vaya tela, ha sido una locura! Aún me cuesta creer todo esto... El joven Beaufort hablaba atropelladamente y en su tono de voz se denotaba que aún estaba muy nervioso y asustado. Lo vivido aquel día perduraría ennla memoria del muchacho por largo tiempo.

¿Ha pasado algo más en el castillo aparte del Vipertooth peruano?

- Otro Vipertooth peruano en el Bosque Prohibido Contestó el Profesor Westerberg a su compañero sin esconder nada a pesar de que había muchos alumnos presentes y se podían asustar.- Y traigo malas noticias de allí Pero antes de seguir, esta vez si que se contuvo por la presencia de los jovenes - Luego te las cuento. 

-Pues nosotros estabamos en el campo de Quidditch cuando un dragón enorme de color plateado se acercó hasta donde nos encontrábamos

- Eso hace un total de tres dragones por ahora. No me extraña que hayan acudido los aurores, esto no es normal Dijo mientras se tocaba la mano izquierda dónde había recibido una ligera quemadura - Tenemos que llevar a los heridos a la enfermería y al resto de los alumnos dentro del colegio, a sus habitaciones.

Abbadon realmente no daba crédito a lo que estaba escuchando, ¡había más dragones sueltos por la escuela!

-Así es, ese enorme dragón llego y comenzó a atacarnos; por suerte el profesor Flamel estaba allí y entretuvo al dragón mientras escapábamos. Nos dijo que fuéramos a la cabaña del guardabosques, debería ir alguien allí para avisarles de que estamos bien; si llegan y no nos encuentran pensaran que nos ha pasado algo. También creo que Rubén estaba herido aunque no por el dragón, me pareció ver que se cayo mientras escapaba con Daniel y le costaba caminar; puede que aun estén en peligro.

Parece que la situación es grave, ojala los profesores puedan controlarla antes de que ocurran más desgracias.

Alex estaba conmocionado por lo vivido en la Torre, estaba sin camiseta, pues la habia usado para taponar la herida de Aedan, hacia frío en el patio, y lo único que quería era despertar de esta pesadilla.

El profesor Lecog le tendió una mano en el hombro y le susurró algo al oído. Alex asintió sin mediar palabra. Algunos empezaron a hablar entre sí, pero en su mente solo había imágenes de los acontecimientos recientes con el dragón y Rider. Una frase le devolvió a la realidad "Eso hace un total de tres dragones por ahora.." en ese instante se le revolvió el estomago.

- Disculpadme, estoy cansado, estaré en el dormitorio.- comentó mientras iniciaba la marcha cabizbajo -Mañana será otro día, hablaremos entonces- terminó de decir, despidiéndose así del grupo -Necesito una ducha caliente. Hoy me tomaré el resto del día libre-

- No puedo creerlo, ¡tres dragones! y a nosotros ¡nos atacaron unos grindylows enfurecidos en el lago! - ¿cómo era posible todo aquello? ¿quién tendría interés en atacar así un castillo lleno de niños? ¿qué buscaban? o ¿a quién? la mente de la niña daba vueltas y vueltas intentando encontrar explicación a aquella locura y comenzó a marearse... Alex se despidió y parecía que se iba, quizás ellos también debían hacer lo mismo tal y como Alen le había sugerido antes... - Alen creo que si que sería buena idea retirarnos nosotros también a nuestra sala común... ¿vienes Abbadon? - dijo girándose hacia su otro compañero de casa. Al fin y al cabo ellos no podían hacer más.

Tal y como se había ido unos minutos antes, la profesora Minerva McGonagall volvió a aparecerse en dónde el pequeño grupo de profesores y alumnos compartían los hechos acontecidos recientemente. Todos estaban de acuerdo de que el asunto era de extrema gravedad y no tardó en dar indicaciones para que los alumnos regresarán a sus aposentos. Hasta nuevo aviso, y de acuerdo con lo exigido por el director, los alumnos eran la máxima prioridad y debian permanecer en lugar seguro.

- Creo que los profesores deberíamos discutir con calma los sucedido en la sala de profesores y esperar a que el director pueda informarnos con más detenimiento de lo ocurrido. Lo último que mencionó antes de irse es que había establecido contacto con el Ministerio y que en breves acudirían los aurores y expertos magizoólogos para ayudar a hacerse cargo de la situación.

Entonces miró a los cuatro alumnos que aún quedaban allí y después les habló con calma.

- Profesor Ölmez, encargue de de llevar a la Torre de Ravenclaw a los alumnos de dicha casa. Yo me llevaré al joven Lowell a la Torre de Gryffindor y que el profesor Westerberg se haga cargo del joven Beaufort. En la enfermería hay muchos alumnos con heridas graves y no deseo que tengamos más contratiempos está noche... Hablaremos después si todos están conforme...

Y entonces, sin más que añadir, se despidió cortésmente del resto de docentes y emprendió rumbo a la Torre de Gryffindor.

Melker escuchó atentamente las indicaciones de la Profesora McGonagall y asintió con la cabeza cuando esta le indicó que se hiciera cargo de Andrew Beaufort. - Vamos Andrew, vayamos a la sala común de Hufflepuff. Comenzó a notar cómo la adrenalina se esfumaba y el cansacio comenzaba a hacer acto de presencia, pero la noche aún iba a ser muy larga, así que tendría que hacer scopio de fuerzas para aguantar despierto.

- En cuanto deje al Señor Beaufort en las habitaciones, acudiré a la sala de profesores. Dijo a la Profesora McGonagall antes de abandonar el patio de transformaciones.

Sonreí a Victoria cuando me apretó la mano, ambos miramos a los profesores esperando respuestas a todo lo que estaba pasando, pero esta situación excedía incluso lo que nosotros sabíamos no era solo un dragón si no tres de ellos desde luego algo muy muy raro estaba pasando y tenía la sensación de que todo esto estaba siendo originado por aquella figura que mando a los grindylows en el lago a por nosotros. Al parecer por todo el lugar se había montado un caos, había heridos, aurores y gente perdida. Nosotros poco teníamos que hacer con todo esto además con los dragones fuera ya era solo cuestión de tiempo que todo volviera a la normalidad.

- Vamos, aquí ya solo somos una molestia para los profesores -no soltaba en ningún momento la mano de la chica, entonces dirigí la vista hacía el que al parecer también era de Ravenclaw- Hola, mi nombre es Alen seremos compañeros de casa en adelante, un placer.

Desconocía el camino hacía la sala común de Ravenclaw, o mas bien no lo recordaba ya que solo lo había recorrido una vez junto a todo los que estaban en la casa por lo que no me acordaba de como llegar ya que Hogwarts era un laberinto enorme imposible de conocer en un solo día.