Partida Rol por web

Uno a uno mientras estáis en la cubierta, Filippo aparece para llamaros y os conduce por una puerta en el castillo de popa y, tras la puerta encuentras un amplio camarote, mitad habitación y mitad despacho, tiene un aire oscuro y algo siniestro, no inspiraba malas sensaciones pero tampoco buenas. No había grandes lujos, aunque si artefactos caros de navegación astrolabios, globos, multitud de libros y rollos de pergaminos en atestadas estanterías.

Pese a lo que pudiera parecer, no había un gran caos, todo parecía tener su lugar incluidos los cuadros en el suelo y las calaveras en las mesas...todo parecía estar justo en el lugar que le correspondía.

Sentada al otro lado de la mesa, con papales extendidos sobre ella y ocupando una butada de buena calidad pero que era gemela de la que veías para tí enfrente, estaba la capitana de El Dañino, Uxía Vaz, la Portuguesa. Cuando entras, Filippo cierra la puerta tras de ti y te quedas a solas con la mujer, quien va vestida de una forma parecida a la noche anterior pero su sombrero está colgado del respaldo de su butaca, tras ella.

-Bom dia... sentese, por favor.-  te dice con una amable sonrisa.

Ronald entró en el camarote y apoyó el tubo con los mapas contra el escritorio antes de retreparse en la silla, aunque fue evidente que su vista se recreó durante el camino con los mejores atributos de la capitana: sus lujosos instrumentos de navegación y los libros de su biblioteca. 

Se sentó inicialmente, pero su altura lo dejaba literalmente con la vista del borde de la mesa, por lo que en un principio se paró sobre la butaca, y al notar el fino material y que de esa forma le sacaba una cabeza a la capitana, decidió sentarse en el brode de la mesa - Bueno - dijo mientras se encogía de hombros - En el peor de los casos puede usarme de pisapapeles capitana, aunque preferiría trabajar en el mantenimiento de sus cartas de navegación. - dado que estaban solos, y sabiendo que probablemente ella se sintiera más cómoda, habló en un portugués casi perfecto con un ligero acento escoces.

La mujer tiene los codos apoyados en la mesa y la cabeza tras las manos, estando las yemas de sus dedos unidas ante sus labios y éstos unidos en una mueca de genuina curiosidad mientras el hombre llegaba hasta su altura:

-En ese caso tendría el pisapapeles más inteligente y codiciado de todo el caribe. La idea me resulta tentadora, pero me temo que Nina y otras mujeres de muchos puertos vendrían a golpear mi puerta con demasiada frecuencia.- empieza, complacida por poder hablar todo de seguido en su lengua natal, pudiendo al fin relajarse después de las numerosas charlas del día chapurreando español.- Y Nina es realmente ansiosa cuando pasamos más de veinte días en el mar...- dice con una sonrisa- ¿Vino? Tengo un caldo español de buena añada, pero si quieres también puedo ofrecerte agua o ron.- acerca dos copas que están en un lado de la mesa, se ven limpias, y las pone entre ambos, espera la decisión del enano para tomar una de las tres botellas que están en el otro lado del escritorio.

Ronald sonrió ante los halagos de la capitana e incluso le tiró un beixinho con los dedos, y rió abiertamente cuando mencionó la posibilidad de que Nina asaltara su camarote para follárse al pisapapeles. - Mmmm, ceo que no había pensado en ese peligro al sumarme a la tripulación... tendré que asegurarme de quemlos viajes de caza sean cortos entonces... - miró las botellas y apreció el color del líquido dentro de las mismas, y al pensar en la noche anterior una sonrisa pícara se asomó a su rostro.

- El vino estará muy bien, no creo que tomar ron reponga mis líquidos perdidos, no es lo mismo meter ron en Ron que meter ron en un barril de ron. - Su postura hacía evidente que las mesas y los escritorios no le eran desconocidos a la hora de servirle de apoyo, aunque quiza resultara un poco exagerado que se hubiera recostado como si de la Venus de Urbino se tratase, sus botas habían quedado fuera de la mesa y no había tirado ni un sólo elemento del escritorio.

Uxía toma una botella oscura y sirve ambas copas despacio, no es la primera vez que sirve vino en una copa, pero tampoco lo ha hecho tantas veces como para haber sido tabernera. Recuerdas que Nina te habló que de Uxía había comentado que su oficio fue comerciante antes que pirata, pero cómo se pasó de ser oveja a lobo es un misterio en el que la caribeña tampoco había ahondado demasiado. Pero ese pasado de mercader explicaba el exquisito gusto de las piezas exhibidas alrededor.

El vino es de color carmesí oscuro y tiene matices añejos color madera al reposar en la copa, desde luego no era un caldo que fueras a encontrar en una taberna cualquiera.

-El vino es un gran acompañante para antes, después y durante el sexo, en Europa lo saben bien, aunque creo que en Holanda no gustáis mucho de los fermentos de la uva.- comenta con aire distraído, haciendo bailar sin prisa el líquido y observando como la densidad de la bebida "ensucia" el cristal- Háblame de James.- te dice con un tono que, sin llegar a ser autoritario, es bastante serio, denotando que el asunto es demasiado importante como para banalizarlo.

La mención de su antiguo capitán hizo que Ronald se pusiera serio, pasó del escritorio a la butaca, donde se arrodilló para quedar a la altura de la capitana, y dió un sorbo a la copa antes de hablar - Es un corsario con carta de la corona, pero descubrí que no sólo se dedica a acosar a los españoles, también recolecta información sobre los piratas para la Royal Navy. - tomó un nuevo sorbo de vino, paladeándolo, realmente era un excelente caldo.

Negó con la cabeza - Comencé a sospechar con la desaparición del Gorgona tras la desaparición del mapa de la isla donde tenía su escondite, y terminé de confirmarlo cuando vi el cuerpo de La Rosa colgando en la entrada del Puerto de Kingston. - señaló sus cartas - Fue entonces que decidi robar sus cartas y huir, no puedo permitir que esa sanguijuela entregue a más capitanes a las autoridades.

-Ah...la Rosa...hacía años que no la veía, tuvimos un tórrido encuentro en su Orgullo- dice refiriéndose al barco de la fallecida capitana- De haberme enterado antes hubiera comprado su navío, pero supongo que los ingleses lo decomisaron antes de que nadie le pusiera las manos encima. Habrá que hundirlo si lo vemos en el mar, no pienso dejar que esos chupatintas se pavoneen en esas tablas como si hubieran fregado una cubierta alguna vez.- su tono es cortante y frío, parece realmente molesta por aquella información. Toma un largo trago de vino y chasquea la lengua.

-Esos mapas donde estaban marcadas las ubicaciones de las islas seguras para los hermanos...¿lo hiciste tu?

- Dudo que volvamos a encontrar al Orgullo navegando - dijo Ron meneando la cabeza con pesar - lo más probable es que descanse en el fondo del mar en éste momento. - tomó un nuevo trago, dejando que las uvas refrescaran su garganta y el alcohol levantara su espíritu, y suspiró antes de responder - En efecto son obra mía, el pedido de James debería haberme resultado sospechoso pero mi afán por dejar el Caribe retratado en tinta fué mas fuerte que mi prudencia... e imagino que si me hubiera negado ahora sería aún más corto. - señaló el rollo - Los he traido todos, pero James conoce esas rutas y nada le impedirá conseguir alguien más que las dibujke, o guiar directamente a los Ingleses hasta los puertos secretos.

-Así que el bueno de James es un corsario...maldito perro traidor...- se levanta y pone los brazos en jarras necesitaba pasear por el camarote, sus botas de ancho tacón resuenan con violencia en las tablas- Por suerte a mi nunca me gustó eso de tener islas como refugios, o al menos no me gustaba hasta que encontré aquel peñasco en las Caimán...aquella roca tenía potencial.- continúa su paseo arriba y abajo pensando- Abre tus cartas, te lo voy a enseñar.- dice con tono ciertamente autoritario, aunque no pierde su amabilidad, no parecía un tono que admitiera mucho debate.

Ron asintió y abrió el rollo de cartas, sacando del mismo un mapa que abarcaba todo el caribe y que estaba dividido en secciones. Lo desenrolló sobre la mesa, corriendo las copas y el vino, y buscó el cuadrante donde estaban las Caimán - H13 - murmuró para si mismo, y luego rebuscó en el rollo pasando las esquinas de los mapas enrollados hasta que encontró el que buscaba.

Con cuidado retiró el mapa, junto con los que estaban arriba, y lo desenrolló sobre la mesa. - Islas Caimán y cercanías - dijo mientras guardaba el resto de los mapas en el portamapas.

Uxía examina el mapa con ojo crítico, se notaba que tenía experiencia en visualizarlos, usando sus manos como medida para calcular las distancias y localizar el punto que quería:

-Aquí... esa minúscula isla. Atracamos aquí hace un mes aproximadamente para tareas de mantenimiento del barco, recoger agua dulce y algo de caza si era posible. Durante la exploración descubrimos una mina de oro de los españoles en el interior de la selva, ya sabes que el archipiélago es propiedad de la corona Inglesa.- te aclara aunque imagina que lo sabes- Había un destacamento de unos veinte hombres vigilando a los trabajadores, probablemente había muchos esclavos. Nos descubrieron, no teníamos intención de quedarnos allí después de ver aquello pero es evidente que habíamos visto demasiado...así fue como perdí a los cinco tripulantes...- y su tono se tiñó de rabiosa amargura, cierra un puño y golpea un poco el escritorio. 

Se aparta del mapa y bebe de un trago lo que queda de su copa, sentándose con aire cansado después de eso.

-Tuve que dejar que la hermandad y todos los que me conocían pensaran que había vendido a mi tripulación...y dejarles creen lo que quisieran, estoy decidida a joder a esos españoles, voy a sepultarles dentro de su propia mina y voy a hacerme con todo el oro que hayan sacado. Pero nadie puede saberlo, de lo contrario eso se llenará de malnacidos. No puedo compartir esta información con el resto de los nuevos, como comprenderás, no hasta que no estemos en el mar.

Ronald enarcó una ceja ante la revelación de Uxia, y entendió en parte por que confiaba en él, si la traicionaba terminarían pasándolo bajo la quilla. - Descuide Capitana Vaz, su secreto está a salvo conmigo hasta que decida revelarlo, ¿Hay alguna forma en que pueda colaborar de forma directa?  Quizá tenga un mapa de la isla en una escala más grande - buscó el cuadrante marcado en la zona donde aparecía la isla, y recorrió las esquinas de los mapas para ver si había llegado a crear una carta de esa zona, meneando la cabeza con pesar - Lo lamento, si el mapa existe debe estar en el camarote de James, abordo del Resolute, lo más que puedo hacer es intentar dibujar el mapa en base al que hay sobre la mesa y luego ir rellenando los datos importantes con vuestro relato y el de sus hombres, eso si es que quiere un mapa, Capitana. - después de todo un mapa era algo que otro podía usar para llegar a donde querían ir.

Uxía se pasa la mano por la boca y termina pellizcándose un poco el labio inferior, en gesto pensativo, tironeando un poco de la piel y tamborileando con los dedos en la mesa, sobre el mapa:

-No...no hagas mapas de esa isla. Ni ahora ni nunca. Los mapas se pueden robar, ya lo sabes bien. -dice con una sonrisa divertida pero no mucho en realidad- Hazme una copia de este mapa- señala al h13- pero se discreto...busca momentos en que estés de guardia y tu compañero duerma o quitate horas de sueño si es necesario. - su tono era claramente de orden pero no era desagradable. La capitana abre un cofre que tiene sobre la mesa y saca un puñado de monedas de oro y te las pone delante, apiladas como si fuera una apuesta sobre una mesa de una taberna. Pero no parecía tener cara de jugadora, si no de alguien que hace una inversión.

-Tendrás otras cinco cuando me lo entregues. Y tu plaza a abordo está asegurada, pero si nos cruzamos con James...busca un barril vacío.

Ronald asintió, entendía la precaución de la Capitana y la respetaba, pero negó cuando la mujer le pidió una copia de los mapas - No Capitana, no será necesario hacer una copia porque estos mapas ahora le pertenecen al Dañino y a su tripulación - dijo mientras guardaba los mapas en el rollo - Y creo que aquí en su camarote es donde estarán más seguros, donde podrá consultarlos a gusto y placer. - entregó el rollo a Uxia y recorrió con la mirada el salón, sonriendo al observar los instrumentos de navegación, dejando las monedas en la mesa - Lo único que pido a cambio es la posibilidad de continuar con mi obra, obviando claro está aquellas islas que no deban ser cartografiadas.

Sonrió ante la referencia al barril y asintió - Siempre que sea uno de Ron, de ese modo nadie tendrá que mentir cuando pregunten lo que hay dentro del mismo.

Realmente complacida, la capitana toma el estuche de mapas como si fueran un valioso tesoro y lo coloca de pie en un rincón tras su escritorio, uno a salvo de la luz directa del sol y que quedaba en una zona lo bastante sombreada como para que nadie supiera que estaban allí, salvo que ya supieras que estaban ahí, pero al mismo tiempo estaban a mano.

-Bien, nadie puede acceder a mi camarote si no estoy yo...y casi siempre estoy aquí así que no tienen nada que temer. Están más seguros aquí que con la nueva tripulación, al menos mientras nos vamos conociendo todos...-suspira pensativa y su mirada se pierde un poco en los cristales semiopacos que daban a la cubierta. Realmente no se veía nada a través de ellos, sólo bultos en movimiento y se podía intuir la posición de las velas si se sabía donde mirar.- No me gustan tantas caras nuevas de golpe pero no podía seGuir navegando con tan pocas manos. Creo que puedo confiar en ti, Nina parece que te tiene aprecio; si eres un espía de James llevas mucho tiempo maquinando un buen plan para llegar hasta aquí...si eres un enamorado de la fornicadora mayor de el Caribe eres un necio...y si eres un buen tipo que sólo estaba en la tripulación equivocada en el momento más inoportuno...pues podría decir que Dios te ha maldecido por dos veces...asÍ que...¿Quién eres Ron? ¿Un espía, un necio o un maldito? ¿O un licor que calienta la mente y el cuerpo de día y de noche?

Ronald rió ante la pregunta de la cpitana y volvió a su lugar sobre la mesa, y a su copa de vino, y decidió tomar el pago ofrecido por sus mapas. - Si fuera un espía claramente no lo revelaría, y aunque dicho plan haría de mi un magnífico patán, no me da la cabeza ni el corazón para tal proeza. - la sonrisa juguetona en los labios de Ron dejaban claro que la rima no había sido casual. Le guiñó un ojo y negó con la cabeza. - Lo que sea yo, dependerá de quien lo mire... pero puedo responder a lo que pretendo ser.

Tomó un nuevo sorbo del vaso y la miró a los ojos - No estoy enamorado de Nina, no, sencillamente es una excelente amante y un desafío diferente en cada encuentro. Me gusta pensar que para ella soy algo parecido, de otro modo no me buscaría cuando coincidimos en un puerto... - se encogió de hombros - Eso deja la maldición como posibilidad, pero prefiero no pensar en mi suerte, buena o mala, como tal. Mi historia es tan larga como corto es mi cuerpo, y no sé si tengamos el tiempo de recorrerla en detalle, además de que no es mi intención aburrirla. - sonrió y se sentó derecho para terminar de vaciar la copa - Baste decir por ahora que nací en Escocia y viví y estudié allí hasta que una mujer me hizo hacerme a la mar. He servido en diversas marinas mercantes, la última la Holandesa, y afortunadamente el capitán James le vió más valor a dejarme la cabeza sobre los hombros y emplearme que a decapitarme o venderme como un acto de circo.

-No se preocupe, señor Ronald, no me interesa en absoluto su pasado, al menos no la parte que me no me influye a mi directamente. Me gusta pensar que cuando uno entra a formar parte de esta tripulación su pasado queda atrás e inicia una vida nueva, sin que nadie pueda juzgarla, y yo menos que nadie. Si sois vos holandés, inglés o, Dios nos libre, francés...- se ríe un poco por su propia pequeña broma y dennota que no le gustan mucho los franceses- ya queda de su cuenta, sólo me interesa que vosotros aquellas cosas que puedan venir a morderme el culo. A mi o a mi barco...si estas cosas son advertidas las acepto como parte de vuestro equipaje y cargo con ellas...ahora bien si alguien trata de ocultarme algo que sea peligroso para esta familia...yo misma le pondré en brazos de sus enemigos o de la muerte...-se lo piensa un momento y se encoge de hombros- ...lo que me reporte más dinero, claro.- y vuelve a reir un poco, como si intentara quitarle hierro a su discurso pero en realidad no.

-Podeis estar tranquilo, creo que me habéis sido sincero con respecto a todo lo que sabéis y además podeis ser un tipo útil abordo...James no es estúpido y yo tampoco, nos conocemos bien, hace años...muchos años tuvimos un escarceo. Claro que eso debió ser antes de hacerse corsario, era un bastardo de marca mayor, y lo sigue siendo, pero ahora lo hace con la ley en la mano. -toma su copa de nuevo y da un largo trago hasta acabarla- Bueno señor McMartigan, creo que esto es todo...¿tenéis vos alguna pregunta para mi? Me parece bien que quiera dibujar todas las islas y todas las rutas que recorramos, pero de vez en cuando haremos una revisión por si algo no quiero que sea dibujado o prefiero que lo haga de forma encripta... ¿sabe encriptar mapas, señor Ronald?

Ronald sonrió travieso ante la pregunta de la Capitana Vaz, y asintió - Conozco varias formas de hacer que un mapa no tenga sentido para nadie más que para quien conozca el secreto, e incluso de ocultar secretos dentro de mapas perféctamente normales - con agilidad se bajó del escritorio y lo rodeó para poder seguir viendo a la capitana sin que ésta tuviera que levantarse - Creo que la única pregunta que tengo es de confirmación, asumo que no he de contar nada acerca de la isla a nadie en la tripulación, y que habré de esperar a que zarpemos para comenzar con mis tareas, después de todo asumo que no es la mía la pultima entrevista y creo que no zarparemos hasta que hayais comprobado la posible lealtad de los contratados.

-Ojalá hubiera nacido bendecida con el don de leer la verdad o la lealtad de aquellos a quienes contrato sólo con una conversación. Eso solo lo he de saber cuando llevemos mucho tiempo embarcados...las ratas al final dan la cara cuando muerden porque se sienten acorraladas. Ahora empieza la parte divertida de mi trabajo, cuando zarpemos y el gato pueda quedar a solas con las ratas y comprobar a ver si muerden.-dice y sonríe, parece que gusta de maquinar y elaborar tretas- Pero no puedo hacerlo aún, si no, abandonarían el barco y no podría jugar...no puedo prometerte que no vaya a poneros a prueba a vos también, es parte del proceso...y si, parte de ese proceso empieza porque esta conversación no debe hacerse pública...por ahora todo este asunto queda entre vos y yo ¿si? Sois un hombre inteligente, confío en que no más que yo, pero no puedo asegurarlo...-te guiña un ojo y se vuelve a incorporar...pero algo pasa, prácticamente cuando se levanta, ves que la capitana vuelve a caer sobre la butaca, pero sin elegancia ni control, no había sido un movimiento premeditado, casi como si, durante un instante, le hubieran fallado las piernas, o hubiera tenido un conato de desmayo. Pero sacude la cabeza y parece despierta.

-Es...suficiente. Puede retirarse, señor MacMartigan.- dice repentinamente seria, tiene el rostro algo pálido y la mirada fija en la puerta...no parecía dispuesta a repetir el requerimiento.

Silencio, eso era lo que pedían sus ojos y sus formas, el secreto de la isla debía guardarse con celo, y el estado de salud de la capitana era algo que debía olvidar. - Muchas gracias, Capitana Vaz, no defraudaré vuestra confianza, de eso podeis estar seguro. - Tras una breve reverencia dió media vuelta y salió del camarote con su anadeo particular, preguntándose si debía avisarle a Filippo acerca de lo sucedido. 

Una vez fuera palmeó la pierna del grandullón para avisarle que había terminado, la capitana no le había dicho que hiciera pasar al siguiente, eso era cosa del italiano.