Partida Rol por web

Entráis en el cuarto del final del pasillo, es una habitación pequeña, huele a humedad, pero el colchón no parece muy sucio y las sábanas han sido cambiadas hoy, lo cual es sorprendente. A pesar de todo estabais en una de las mejores posadas de Tortuga y eso se notaba. 

Además de una cama individual había una mesita de noche, un escritorio y un par de sillas. En la pared contraria a la puerta había una ventana con vistas al puerto, pero tenía barrotes, seguramente los instalaran después de que más de un pirata saliera por allí buscando ahorrarse la estancia.

Y allí están las putas que dejaste hace un rato, muy entretenidas la una con la otra, parece que han sabido mantenerse calientes para tu regreso.

-Vaya Ron...¿traes refuerzos?- dice Alina, la rubia.

-Se ve que piensa que solo nosotras dos no somos suficientes para él...-añade Paulina, la pelirroja.

-Como si unas putas como vosotras hubieran tenido nunca esta oportunidad delante...debería cobraros yo a vosotras por lo que os voy a hacer...tal vez lo haga.- dice Nina posando su botella en el escritorio tras darle un buen trago y no pierde el tiempo en empezar a quitarse la ropa.

Ron sonrió desde la puerta, las chicas habían seguido su consejo y se habían mantenido en movimiento para no perder calor, y a él la visión de la morena quitándose la ropa y las otras dos de fondo morréandose y acariciándose le estaba levantando el palo mayor.

Se tomó su tiempo para desvestirse, a pesar de la prisa que le metía su miembro al aplastarse dolorosamente contra la tela del jubón, lo cierto era que estaba discrutando del espectáculo y no quería interrumpirlo, aún... Incluso cuando no quedaba una sola prenda sobre su cuerpo, el medio hombre no saltó sobre la cama, sino que tomó una de las sillas y la acomodó para mirarlas, y tras sentarse en ella comenzó a acariciar su miembro con lentitud en toda su extensión usando sus dos manos alternativamente.

- Oh... se que hay suficiente Ron en esta habitación para vosotras - dijo con un tono vicioso - pero pronto descubrireis que para Nina, los tres somos un aperitivo. - con un ademán le dió rienda libre a la caribeña, un mero gesto teatral, ya que la mujer no necesitaba permiso de nadie para tomar lo que quisiera.

La caribeña no se hace esperar, salta a la cama y reparte unas buenas palmadas en las nalgas a las rubia y a la pelirroja haciendo que ambas se separasen y, entre risitas, empezaron a colocarse una a cada lado de la morena y empezaron a acariciarle los pechos y la espalda a cuatro manos, pero Nina va directa con las manos a los sexos de ellas y empieza a follarselas a las dos a vez, estando las tres de rodillas sobre el colchón:

-Vamos Ron, ¿vas a quedarte mirando? No recordaba que fueras tan vago...- le dice con una sonrisa girándose un poco y se relame al ver el miembro del enano mientras las prostitutas empezaban a gemir en sus manos.

Justo en ese momento alguien golpea la puerta con cierta fuerza, tres golpes pesados que retumban en la madera.

Ron había bajado de la silla y se acercaba al trio apuntando ostentosamente con su miembro a Nina, y había terminado de trepar al colchón cuando golpearon a la puerta. Con un gesto de fastidio miró a las chicas, y luego a la puerta, y tras saltar al suelo fue hacia la misma.

Abrió la puerta sin vestirse, y sin preocuparse por que quien hubiera golpeado supiera lo que portaba y en que estado lo encontraba, sin embargo la mano que quedaba detrás de la puerta había cogido una de sus pistolas. - Espero que sea condenadamente importante - le dijo a quien estaba del otro lado, dejando que la puerta se abrieara lo suficiente como para que viera parte de lo que sucedía en la cama.

Al otro lado de la puerta aparece el timonel de El Dañino, estaba solo. Te mira un poco y sonríe parece que va a hacer alguna broma de mal gusto pero en el último momento carraspea y se pone un poco serio, alza la vista y la dirige a la cama:

-Nina, la capitana y yo nos vamos, ya sabes, al barco. Ya sabes lo que hay.- dice y acto seguido, sin esperar la respuesta de la caribeña, se despide de Ron con un asentimiento de cabeza y se da la vuelta para alejarse de la puerta.

- Tu lo que querías era verme la picha, no me engañas, todos saben la fama que cargamos los enanos... - le dice jocoso a la espalda de Filippo - espero que hayas quedado tan satisfecho como quedarán estas tres damas. - fue lo que dijomientra cerraba y se giraba hacia la cama.

- ¿En que estabamos...? - dijo fingiendo genuina desorientación - ¡¡Cierto!! - se tomó el miembro con las manos y lo apuntó a Nina antes de guiñarle un ojo y correr hacia la cama, a la cual subió de un salto. Desde el borde se sambulló de cara hacia la entrepierna de la caribeña, y besó su trasero antes de ponerse boca arriba y colarse entre sus piernas, dedicándole una larga y humeda lamida a sus labios mayores.

- Yo no vuelvo a abrir la puerta - murmuró sobre el sexo de Nina al tiempo que uno de sus dedos comenzaba a jugar con su clítoris. AL dedo le siguió su lengua, que comenzó a buscar el calorde la joven en movimientos largos y húmedos.

-Vale pesado, ¡lárgate!- despacha Nina a su compañero aunque se gira para guiñarle un ojo antes de que el grandullón desaparezca, su enfado era fingido o más bien, exagerado, pues había claras notas de humor en su tono- Señoritas dejen de mirar para Filippo, es un buen hombre y no perderá el tiempo con putas. ¡Para eso ya estoy yo, pueden perder mi tiempo!- dice con una carcajada antes de hundír fuerte  y de golpe sus dedos en ambas mujeres haciendolas gemir al unísono. 

Claro que luego le tocó a ella gemir sonoramente cuando el enano se coló por el portal de sus piernas y dio esa certera lametada en su húmedo sexo.

-Cuanto extrañaba tu lengua, medio hombre, tan solo conocí una mujer en Jamaica que la movía casi como tú. ¿cómo se llamaba? Bueno da igual...tu sigue.- termina diciendo arrastrada por una aventurera y alegre excitación mientra continuaba haciendo que Alina y Paulina se retorcieran ante sus deseos.

- aamiina - la voz de Ron salió pastosa y la lengua jugueteó revoltosa en el sexo de la caribeña, explorando un poco más profundamente y de una forma caótica. - Ameenah - dijo esta vez de forma más clara una vez retiró la cara de su sexo - Buena chica, mejor maestra, su secreto eda e du e...u a. - Las últimas palabras se perdieron al volver Ron a su placentera tarea, dejando que las palabras guiaran su lengua por los labios y la hendidura de Nina.

Ron tenía razón, Ameenah tenía una lengua larga y flexible, algo que por mucho que él se esforzara no podía conseguir, pero lo compensaba usando lo que tenía con gusto y dedicación. Y con dicha dedicación y gusto se dedicó al placer de Nina - ina aaina buina aamina - la lengua jugó en el sexo de la morena al paso de los cuatro nombres, curiosamente todos terminados en igual pronunciación. 

-Encima de buen amante, buena memoria, sin duda los dioses no te dieron altura normal porque de haberlo hecho serías el rey de todas las Españas...¡ah...ah aaaah...cabron...no pares...!-  empieza a gemir, incapaz de hablar más mientras se concentra en doblegar con el poder de sus manos a aquellas dos rameras que sigue gimiendo como gatas en celo.

Nina acaba por darles unas fuertes palmadas en el trasero y les indica que se pongan a cuatro patas sobre la cama, aún cada una aún lado suyo y empieza a follarlas de nuevo atacando desde atrás, siendo bastante violenta, pronto las mujeres no pueden sostnerse sobre sus rodillas y empiezan a correrse y a retorcerse en la cama.

-¿Has visto estas putas, Ron...? Ya están mansas como perras recién fornicadas...a ver si tu algún día consigues hacer lo mismo de mi...- le dice mordiéndose el labio inferior mientras el enano continúa con sus labores de espeleología, pero Nina era fuerte y aún aguantaba las atenciones de Ron sin que su voz desfalleciera. Desde luego que, como en anteriores ocasiones, la caribeña demostraba que no era fácil de satisfacer, su orgasmo se hacía de rogar y en gran medida era porque ella misma se lo controlaba solo para que hacer que los hombres se esforzaran más. Afortunadamente, Ron era lo bastante inteligente como para saber eso.

- ina, ina, ina, - la voz encharcada del enano sonó casi como el reproche de un padre a su hija, claro que ningún padre que se preciara estaría haciéndole a su hija las cosas que Ron le hacía a Nina con su lengua y con sus dedos. Una de sus manos exploraba profundamente el sexo de la joven, sus regordetes dedos suplían el corto alcance con una habilidad poco usual para enontrar los puntos de placer, puntos que conocía perfectamente y que estimulaba lo justo para mantenerla en vilo. La otra acariciaba sus nalgas y de tanto en tanto masajeaba el anillo de su ano, presionando en círculos en sincronía con el ritmo que la lengua imprimía a su clítoris.

Ron conocía sus fortalezas y su alcance, su altura y su escasa fuerza no le permitían ser un amante bestial que tomara a sus mujeres con salvajismo, por contraste Ron se tomaba su tiempo y utilizaba todo su cuerpo. Claro que eso no significaba que no le gustase darle duro a sus amantes, pero todo consistía en conseguir volverlas tan locas de deseo que ellas mismas buscasen empalarse sobre su más que respetable estaca. En Nina había encontrado una compañera ideal para noches largas, tenía aguante y le gustaba retrasar su placer, y Ronald contaba con eso para mantenerla al borde del abismo. 

Las putas se retuercen hasta que ya no pueden correrse más veces, Alina ya suplica piedad y Paulina ni siquiera habla, ambas reacciones satisfacen y mucho a Nina, pues sabe un cuanto de putas y esta vez no fingen...con ella nunca pueden fingir, sus inflamados labios y la rojez de sus clítoris es algo que no se puede imitar.

-Pues largaos ya de aquí. Subid dos botellas de ron y coged la bolsita de oro que hay sobre la mesa...en ese orden.-  les advierte con una sonrisa maliciosa.

La mujeres obedecen aunque se remolonean un poco para salir de la cama, pero un par de buenos azotes secos las ponen en marcha fuera de las sábanas. Entre risitas nerviosas y cansadas, las mujeres se escabullen de la habitación, apenas llegando a ponerse la mitad de la ropa que traían.

Cuando se quedan solos, la caribeña se levanta apartando su sexo del alcance del enano con gesto de paciencia:

-Bueno el calentamiento estuvo bien, Ron, has conseguido ablandarme un poco...¿y el plato fuerte?- pregunta, relamiéndose mientras se coloca en el cabecero de la cama mientras rechupetea sus dedos y cruza las piernas, acariciándose con un pie la pierna contraria. Realmente no era una mujer muy hermosa; objetivamente, las putas de blanca piel y cuidado cabello poseían un mayor atractivo que el de la caribeña pero Nina tenía algo salvaje, descontrolado, imprevisible como el mar durante una tormenta, peligrosa como un acantilado rocoso...como una isla desierta...podría contener algún tesoro pero antes había que sortear sus peligros.

Ron apenas fue consciente de la salida de las mujeres, entretenido como estaba en darle placer a la caribeña. Observó con pesar como su fuente de placer se alejaba de su rostro, y se giró sobre la cama justo a tiempo para ver el templo abrirse frente a él cuando Nina se cruzó de piernas. La vista de la entrada, húmeda con su saliva y los jugos de la mujer, sonrosada y ligeramente hinchada por la exitación, le arrancó una sonrisa ladina.

Se puso primero en cuatro patas para gatear hacia ella, y luego se paró, avanzando por el colchón con el miembro enhiesto y apuntando a la caribeña - Aqui tienes el plato fuerte - dijo flexionando los músculos para hacerlo oscilar en su avance sin utilizar las manos, - ¿Que vas a hacer con él preciosa? - la punta se movía frente a la caribeña como si de un péndulo se tratara, señalando alternativamente su sexo y su boca - Elige pronto porque como llegue donde estás me meteré tan dentro tuyo que necesitarás un cirujano que me extirpe de tus entrañas.

-Vaya que apuesto caballero, que quiere hacerme elegir...veamos...es una dificil decisión pero estás tan caliente que creo que podrías correrte nada más entrar y eso no sería divertido...apuesto a que no follas en condiciones desde nuestro último encuentro...- chasca la lengua y se incorpora para gatear ella también hasya encontrarse su cabeza con la del enano, entonces pone una mano en la frente de él y la empuja para hacerle "volcar" hacia atrás y ponerle bocarriba.

-Vamos a ver si has cuidado mi pistola favorita en mi ausencia...- dice con una actiud casi amenazadora y se lanza a devorar el miembro erecto de Ron, degustándolo afanosamente con los labios y acariciándolo con ambas manos en el proceso.

Ron se dejó hacer por Nina, sabiendo perfectamente que buscaba provocar su primera eyaculación para que le durase más entre las piernas, lo que Nina no sabía era que él había pasado la tarde con las otras dos inas y su cuerpo no sentía la urgencia de los primeros polvos. Pasados unos minutos, en los que se aferró a los cabellos de la pirata y jugó todos los juegos conocidos de "casi llego" incluyendo el de follarle la boca, confesó. - Sabes, podemos estar un largo rato así, y me encanta lo que haces con tu boca y tus manos pero lo que realmente quiero es que me cabalgues hasta hacerme acabar, y se que tu te mueres por sentir mi barco en tu caleta.

Nina alza la cabeza de golpe, casi ofendida por tu forma de aprovecharte de ella, aunque su fingimiento acaba pronto y es sustituido por una expresión aún más hambrienta y voraz:

-¿Así que jugando conmigo? Será posible, me estoy haciendo vieja...- dice con fastidio mientras pone la mano en la cara de Ron y lo empuja tomandolo casi del pelo hasta tumbarlo en la cama bajo ella provocando, en el mismo movimiento que su sexo quede enfrentado con la verga del enano, rozando la punta con la vulva la punta del miembro.- Asi que...¿esto es lo que quieres...? -su cadera se mantiene elevada a una distancia suficiente para que no sea fácil penetrarla hasta que ella no quisiera, parecía una gata salvaje con la espalda bien arqueada y la cara muy pegada a la tuya, te muerde la punta de la nariz y casi parece que te gruñe- ¿quieres que yo haga todo el trabajo...?

En ese momento Paulina y Nina vuelven, ambas con una botella de ron en las manos, cerrando la puerta tras de ellas se sitúan cada una a un lado de la pareja y comienzan a acariciaros a los dos, provocando un aumento de la tensión ambiental.

Ron sonrió - Sólo la parte más pesada, y sólo si lo quieres salvaje, pero si prefieres que vaya lento y profundo puedo hacerme cargo - dijo al tiempo que la puerta se abría, y de todos moviendo la cadera para frotar la punta de su miembro contra el clítoris de la caribeña.

Las manos de las mujeres provocaron que su miembro temblara y por un momento sintió el calor y la humedad del sexo de Nina rodeando el glande, provocando que aferrase sus piernas con fuerza e intentara ir un poco mas adentro.

 Nina abre las piernas como una contorsionista cubana para que la verga de Ron llegue más adentro si cabe, acogiéndola en toda su maginitud, haciendo poco o ningún caso a las mujeres que se quieren sumar a la fiesta, pero ahora era su turno y solo ella disfrutaría de ese premio...al menos lo haría en primer lugar.

La noche dio para mucho, incluida la expulsión de las dos prostitutas por no respetar los turnos por parte de Nina, ya que para la caribeña todo el tiempo era su turno y terminó por echar a las putas cuando consideró que ya les había prestado demasiada atención.

De modo que hasta que el sol apareció por el horizonte, Ron y Nina se dedicaron únicamente el uno a otro, pero no de una manera romántica ni delicada, sino como animales salvajes compitiendo en algún tipo de concurso basado en quién se rendía primero. Realmente Nina se lo tomaba así, por eso es que pocos hombres le aguantaban más allá de las primeras dos horas, pero Ron...Ron era una excepción con la que le encantaba tropezarse.