Partida Rol por web

Debería volver a su casa o barco amigo.​amigo.Le digo al beodo pegando un trago de ron mientras saco una moneda y comienzo a jugar con ella pasándola por mis nudillos y mis dedos una y otra vez .

Si, mi isla está muy cerca de los asquerosos británicos, pero solo es el lugar que me vio nacer, nada más-

Fue cortés, pero no muy animado al decirlo, no le gustaba hablar de Irlanda, pues era un asco de lugar.

Solía ser un corsario, contramaestre, pero mi contrato caducó y aquí estoy, cuatro años de buen trabajo, lo demás es historia-

Escuchó su origen, sorprendido un poco por el tema de que ella viniera de Bahamas.

-Quieres probar suerte en la exploración? Debe haber muchas cosas más que descubrir por estos lares... Tu por ejemplo-

Atrapando sus nalgas con mis manos sonrío, ya nos metemos en el mar desnudos y nunca me enseñas, al final me toca a mi sacarte siempre del agua. Liberando una mano de sus nalgas para beberme lo que le quede de cerveza si le queda algo le miro divertido, ves a la barra y pregunta si tienen whisky, si lo tienen trae una botella que te invito yo, si no tienen la traes de ron, así me recreo mientras vas y vienes... le pido guiñando un ojo tras robarle un pequeño beso furtivo.

“Oh. Mejor no repites tan alto eso de corsario. Puede causar mucha violencia contra ti. Aunque se nota que haz trabajado muy bien.” dice ella acariciando su brazo tras dejar la cosa patente con el otro.

Ella sonrio grande. “Como me explorarias contramaestre? Cuentame...” dice acercandose luego de tomar mas de su ron. “Cuentame como descubririas mas de mi.” dijo ya divertida viendo como reaccionaba con ella una gitana que le falta tomar un poco mas para estar ebria.

Vuelvo a sentarme, arreglandome los puños de la camisa -Ahora eres tu quien me rechaza.. Estas empezando a intrigarme. Tus cañones parecen buenos, aunque tus artilleros unos patanes.. Quiero conocer a tu capitana y si la oferta me satisface cuidaré de sus pequeños con mucho mimo.. ¿Alguien cuidará de la artillera con mucho mimo? Quid pro cuo-

El rubio pone un gesto de fingida ofensa y se ríe con bastante sinceridad aunque bien dirías que Diego ha sido educado hasta para reír cuidadosamente:

-Mi labor en el barco es ocuparme de inventariar la carga...y en los bergantines los cañones están en la bodega...- alza una ceja y sonríe sesgadamente al tiempo que vuelve a acariciar su pierna con la de él, retomando el contacto- creo que podríamos tener...tiempo para que te agradezca como es debido el mantener todos los cañones en pleno funcionamiento. Y después de comprobar y limpiar el armamento de abordo...bueno siempre habrá tiempo para ocuparse de la artillería de pólvora.

Río ante el juego de palabras. -No sólo pareces educado. Los hombres con modales son mi perdición, y los que cuidan su aspecto. Hay demasiados gallitos por ahi, que no tienen idea de agasajar a una señorita como se merece. Para sacar el máximo partido a una belleza de precisión, hay que tratarla con caricias, y no con brusquedad.. cuidar los detalles.. para que nos de un rendimiento satisfactorio-

-Así que a cargo de la bodega.. ¿Serás mi jefe?¿Que me mandarás que haga?.. Presionó mi pierna contra la suya, aunque voy subiendo despacio. 

- Eh... Yo no tengo culpa de que siempre terminemos igual en el agua... Bueno, algo de culpa si tengo... - Ríe para después asentir a sus palabras y coger su bolsa de monedas para ponérsela entre los pechos. - ¿Whisky? Bien, aunque el ron siempre está mejor pero... Quien paga manda... 

Atrapa su beso, relamiéndose después los labios y apurando su jarra de cerveza antes de levantarse y acerarse a la barra. 

La morena se guarda una bolsa de monedas entre sus pechos, besa los labios de su compañero para después relamérselos y apurar su jarra de cerveza y entonces se levanta restregándose por completo en su compañero.

Comienza a caminar hacia la barra, moviendo sus caderas de manera sensual, algo que parecía hacer con bastante facilidad, como si hubiera sido entrenada para ello. 

Una vez en la barra se apoyo, dejando que sus pechos sobresalieran entre sus ropas y miró al tabernero.

- Una botella de Whisky y, si no tienes, una de ron. - Le dedicó una amplía sonrisa al tabernero. 

El rubio vuelve a inclinarse sobre la mesa, adelantando sus manos un poco para ocupar más parte de ella y clava su mirada en la de la artillera, un brillo divertido se asoma en sus ojos y en su sonrisa al tiempo que responde a su caricia bajo la mesa. De repente y mostrando un poco los dientes al ensanchar su sonrisa, toma con un dedo la barbilla de Jenny, tirando suavemente para que se acerque a él al tiempo que la alzaba un poquito en gesto que, no siendo violento, era autoritario y seductor:

-¿De modo que quieres que te mande... eh? Bueno seguro que puedo encontrar muchas tareas para ti bajo la cubierta...qué te parece si...

Entonces de golpe se interrumpe y su vista se gira hacia la puerta un instante antes de que alguien entre por ella.

El tabernero se apresura a bajar de la estantería una botella de whisky que no tiene un ápice de polvo encima y la pone delante de la sirena al tiempo que le guiña un ojo y saca dos vasos limpios para ella y su amigo:

-Invita la casa, preciosa, no quiero acabar como el pobre John, mi cuello esta viejo y las heridas no cicatrizan bien.- comenta amable y con pocas ganas de problemas con esa pareja, era un tipo inteligente, debía serlo para regentar una taberna en esta isla.- realmente eres una chica muy bonita, ¿tal vez te interese ser camarera en este negocio? Ofrezco una comida caliente, cama y una paga que...- el tabernero se interrumpe de golpe y mira hacia la entrada, pues alguien acaba de empujar la puerta.

La puerta de la taberna se abre con bastante energía, de hecho la madera de ésta choca contra una mesa demasiado cercana y provoca un estruendo que acalla todas las conversaciones de golpe...y desata una marabunta de cuchicheos ininteligibles y casi todos los parroquianos, en contraposición a lo que hicieron con la entrada de Diego, bajan la cabeza y miran para sus vasos, pareciendo avestruces que bajan la cabeza o perros sarnosos que ven al cruel amo cuando han hecho algo mal.

Primero entra un hombre bien grande, barbudo, de mirada fría, armado hasta los dientes, sus manos eran como tortas de pan y sus dedos gruesos como sogas. El tipo lanza una devastadora mirada al local y su cuerpo oculta el marco de la puerta.

Mira directamente al tabernero con aire amenazador, imponente y serio, da unos pasos y se dirige hacia él, quedando junto a Ruby a quien no mira.

-Adivina quien ha vuelto de entre los muertos, sucia rata escanciadora de vinagre.- dice con un tono grave, su voz suena atronadora y cruel, así debía sonar una tempestad si ésta pudiera hablar. Tenia un acento italiano evidente, del sur concretamente.

El tabernero se cuadra y planta ambas manos sobre la barra, sin duda estaba loco si pretendía plantar cara al inmenso gigante:

-¿Uno que ha venido a pagar sus deudas? Tu última juerga aún está sin pagar, Benedeti, perdí todas las ventanas esa noche.- dice muy serio aunque resultaba cómico su tono de enfado cuando se contraponía al de aquel pirata.

Entonces algo raro pasa. Todos los parroquianos habían alzado la vista y contenido el aliento a la espera del primer fogonazo o de la primera estocada...mas nada de eso llegó pues de repente el tal Filipo se lleva la mano a la barriga parece que va a coger sus pistolas...y estalla en una estruendorosa carcajada a mandíbula batiente, lagrimillas se escapan de sus ojos y debe limpiarlas con el dorso de sus dedos.

Pero es que además el tabernero también empieza a reir como un desquiciado, golpeando la mesa con el puño y luchando por respirar.

-Maldito copero estúpido anda que no lo pasaste bien aquella noche, malnacido hijo de putana...

-No lo negaría ni por todo el oro de España maldito bastardo cabrón...

Iba a contestar al tabernero con una sonrisa cuando apareció aquel hombre y todo el lugar quedó casi como si se tratara de un cementerio, así que observó a aquel hombre con curiosidad.

Cuando se percató de cómo podría terminar todo, se apoyó en la barra con uno de sus brazos mientras con la otra mano cogía la botella de whisky para evitar que se rompiera y contemplaba el espectáculo.

De pronto la tensión aumentó y cuando parecía que se convertiría en un baño de sangre ambos hombres comenzaron a reír a carcajadas simplemente sonrío y no pudo evitar reír ella también, seguramente por la ligera tensión del momento, aunque tampoco se había apartado.

Miró de nuevo al tabernero y sonrío.

- Gracias amigo, os recompensaré trayéndoos clientes... Y lo lamento, debo rechazar vuestra oferta, tengo una mejor - Le guiña un ojo y regresa junto a su compañero. 

En cuanto parece que la retomada conversación se va animando, otro incidente nos interrumpe.

-Lo que yo decía, un asco de sitio.. ¿Amigo tuyo? - 

Había enviado a Ruby a por una botella de Whisky, en esta zona es poco común consumirlo pero desde que probé el que destilaba Gregory hace ya muchos años se convirtió en mi bebida favorita. Respiro aliviado cuando veo que si tienen pero no es perfecta la alegría porque entra un hombre que parece buscar problemas, la tensión aumenta y el risesgo de quedarme sin botella también hasta todo resulta ser una reconciliación de camaradas, la etapa que pasé en escocia me recuerda mucho a este momento.

Con la vuelta de Ruby tomo la botella para dejarla en la mesa y subir sobre mis piernas a la joven morena, esto es mío.. le comento con una sonrisa recuperando mi bolsa de monedas de sus pechos sin pudor y besándola.

¿Rompiendo corazones?, pregunto divertido en sus labios.

-​​​​​​-Más que un amigo...un hermano.- añade con un tono gracioso aunque con un matiz desganado en el fondo al tiempo que negaba con la cabeza- ¿Te cuento un secreto? Yo estaba aquí esa noche...parecía que había pasado un huracán. Estos bribones van a acabar conmigo.- se queja pero no se le ha borrado la sonrisa del rostro.