Partida Rol por web

Taller de relatos cortos

Relato D3J5

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22/01/2013, 09:29
Donbarbosa

 

-La senda luminosa-

Esculpido sobre el risco de la inaccesible montaña, el monasterio de Heng Shan se alzaba por encima de la aldea desafiando las leyes de la arquitectura y mostrando al visitante la superioridad de la vida contemplativa sobre los vulgares afanes de los campesinos.

En la sala de oración, un rayo de luz matutina iluminaba el arrugado rostro de Xen Fai el Venerable, quien, hierático como la roca, meditaba con la mirada perdida en alguna de las 64 esferas del firmamento. El silencio de la estancia se vio interrumpido  por el sonido de unos zuecos de madera que anunciaron la llegada de un monje joven, apenas un adolescente que vestía el kesa púrpura del aspirante.

El discípulo se acercó ceremoniosamente al centenario anciano cuya barba, larga y lacia, le otorgaba un aspecto de serena majestuosidad, y sentándose sobre sus rodillas, en la posición que los cánones fijaban para dirigirse a un hermano de mayor dignidad, pronunció con una voz tan baja que apenas rasgaba el silencio:

- Maestro, he acudido ante vos en busca de sabiduría.

Xen Fai el Venerable permaneció largo tiempo en silencio, pero el aspirante no se atrevió a reformular su petición de audiencia, pues pese llevar pocos meses en el monasterio, sabía ya que las palabras juiciosas exigían un largo tiempo de reflexión.

- Has hecho bien, hermano. El hombre que busca la sabiduría en ocasiones la acaba encontrando. ¿Qué es lo que deseas saber?

Xen Fai el Venerable ya no era capaz de recordar los nombres de todos los aspirantes, pero aun así los trataba a todos sus hermanos con consideración.

- Anoche me sobrecogí cuando me contaron la historia de cómo perdisteis la vista y he querido hablar con vos para confirmar la verdad del relato.

Es muy probable que lo fuera. En esta casa no se tiene por costumbre propagar rumores ni historias falsas. ¿Qué fue lo que te contaron?

- Me dijeron... que todo había ocurrido hace muchos años. Durante la guerra. Por aquel entonces el glorioso ejército imperial había ocupado las aldeas del norte y cometido atrocidades contra los campesinos indefensos como represalia contra los disturbios. Cuentan que los insurgentes acabaron sus días sufriendo horribles tormentos en los cuarteles, pero que los que no combatieron tuvieron que cargar el resto de sus días con la infame losa de la vergüenza.

- Cierto. Yo tendría tu edad por aquel entonces y el miedo se apoderó de mí, así que contemplé todo aquello paralizado por el terror como si unos firmes grilletes me ataran al suelo.

- Entonces, ¿lo que hicisteis a continuación fue una especie de expiación?

- No. Sería necio castigar al hombre que fui, porque ese hombre ya no existía. Lo hice porque no deseaba volver a ver aquello que vi.

- Entiendo. Perdonadme, maestro, pues llegué a pensar que había sido producto de la locura que subierais a esta misma montaña a desafiar al sol con vuestra mirada, dispuesto a no volver a apartar la mirada ante nada.

- Llámalo locura si quieres, pero desde entonces veo las cosas con la mirada interior del alma, a salvo de las engañosas apariencias.

Un segundo silencio, esta vez más prolongado se hizo en la sala profanado tan solo por el canto de un jilguero que desde el exterior del templo celebraba la llegada de una nueva primavera indiferente a aquellas sutilezas metafísicas.

- Entonces, ¿la vista es un obstáculo para la iluminación, maestro?

- Para mí lo fue. Pero el camino de la iluminación no es el mismo para todos los hombres. Al igual que en este monasterio yo necesito del trabajo de otros para alimentar mi cuerpo, y ellos necesitan de mi meditación para alimentar su espíritu, el ciego también necesita de otros para que lo guíen por el mundo de las sombras. Esa es la razón por la que vivimos en comunidad y no como ermitaños aislados del resto de los hombres.

- Sí, lo comprendo. Y esa es la razón por la que cumplo con mis obligaciones con el templo, pero algún día desearía ser sabio con vos y desprenderme también de las ataduras del mundo.

- En ese caso no solo de la vista te habrías de desprender, sino también del oído que alegra hoy tu alma con el trino de las aves y el sentido de mis palabras. Tendrías que renunciar a continuación al olfato que enerva tu conciencia con la fragancia de los inciensos que quemamos cada mañana. Y aun entonces, no podrías renunciar a sentir el cansancio tras una caminata prolongada, ni el azote del gélido viento del invierno ni las blandas caricias del sol estival. Y aun cuando hubieras renunciado a las sensaciones, aún te restaría la más ardua tarea de suspender tu conciencia para dejar de llamar al universo por sus miles de nombres y comprender su íntima unidad.

Un tercer silencio se hizo entre el maestro y el discípulo: esta vez, el silencio solemne que sigue a la revelación. 

- En ese caso creo que no deseo seguir la senda luminosa, maestro- replicó el entonces aspirante, quien años más tarde merecería el nombre de Lin Rimpoché-.

 - Entonces ya la has empezado a recorrer, pues nada aparta más rápidamente al hombre de la iluminación que el celo por perseguirla.

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24/01/2013, 00:43
Bosque.

Este relato me gustó mucho, por que compartimos el gusto por el oriente y por su filosofía, tan diferente e iluminadora. Además tenemos en común algo del estilo a la hora de escribir y hacer hablar a nuestros personajes. Llevás bien el ritmo, tenés vocabulario, las descripciones te meten rápidamente en el ambiente y puedo imaginar con claridad a los personajes, con solo leer la forma en la que hablan. La verdad es que no le encuentro aspectos negativos, quizá por que escribís como me gusta. Es una lástima que no le vea algo que mejorar o aprender. Espero que los demás puedan hacer una crítica constructiva :P

Notas de juego

Forma: 5 Contenido: 4.5 Comentario personal: 4.5

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27/01/2013, 01:05
Paladin Taza

CONTENIDO 4

El argumento es profundo e innacesible, tal como ocurre con el conocimiento que quiere alcanzar el joven aprendiz. La sabiduría se dibuja como una bendición que puede aliviar la carga de otros, pero un mal para el portador del conocimiento, quien ha tenido que renunciar a ciertos aspectos de su vida para posteriormente suplirlos con un nuevo don.

Los detalles acerca del templo, nombres, vestimenta y rituales le dan credibilidad al narrador y, por ello, al relato.

FORMA 4

La narración está, al igual que la misma escena, cargada de solemnidad y serenidad. Resulta firme y sólida, pero al igual que ocurre con la superficie de una roca, algo áspera y fría. Entre los pequeños detalles que no me gustan, me suenan mal los "vos" en los monjes.

COMENTARIO 4

Es un buen relato, pero resulta algo aburrido. Creo que le falta algún detonante, una chispa que atrape la atención del lector lo antes posible. Leerlo es más un acto de meditación que de entretenimiento y esto no tiene por qué ser necesariamente negativo, pero en mi opinión es mejorable.

¡Un saludo!

 

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27/01/2013, 22:59
Meharis

Forma. 4.5

Intentando no influenciarme por el comentario ya posteado y que hace referencia a los “vos” en los que no había caído poco tengo que decir. Creo que puede haber un ligero error en las últimas partes del texto. Cito: …pero algún día desearía ser sabio con vos… Me da la sensación de que era un “como vos” que ha sido recortado por un corrector ortográfico, pero como igual me equivoco no lo llego a considerar errata. Hay un cierto abuso de la expresión “silencio” que quizá podría ser sustituida, sobre todo cuando su uso es reiterado en la misma frase. Por lo demás, y habiendo leído poco, pero si algún libro de esta misma estética considero que la estructura es apropiada y correcta.

Contenido. 3.5

Se echa en falta detalle sobre la sala de oración. La frase “Maestro, he acudido ante vos en busca de sabiduría.” Si bien podría ser un formalismo que se use de manera constante ante cualquier cuestión que se le vaya a presentar a un hermano de mayor dignidad, es desde mi perspectiva equivoca a la hora de resolver la duda que corroía al joven monje. Pues el mismo no buscaba la sabiduría en su duda, si no tan solo la verdad. El mensaje final me ha dejado bastante confuso, y lo cierto es que por mucho que medito en el, veo muy atravesada la fórmula para que se cumpla el pronóstico de Xen Fai.

Comentario personal. 4

La historia sobre el porqué de la pérdida de la visión del anciano, su explicación y la forma en que está narrado me ha gustado mucho. La consiguiente discusión sobre lo fútil de los sentidos, la búsqueda de la sabiduría, el arrepentimiento del joven en su empeño… me ha dejado un tanto frio, aunque bien relacionado. Personalmente hubiera preferido una mayor cantidad de detalles espaciales o un relato más extenso sobre el pasado del anciano que la complicada lección que acaba extrayéndose de una manera, quizá algo rebuscada.

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28/01/2013, 13:36
paloto

Notas de juego

¿Lo dejo así?