Partida Rol por web

Taller de relatos cortos

Relato D6J1

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08/04/2013, 01:51
Meharis

Pingüinos locos

 

La cubierta parecía estar barnizada por una pátina de estrellas que reflejaban la distante y mortecina luz del sol de media noche. El viento cortante se colaba a través de las escasas ranuras de la ropa, y los pequeños copos que arrastraba, revoloteaban en todas direcciones como si hubieran olvidado las consideraciones más elementales acerca de la gravedad y el significado de arriba y abajo. Como me pasaba a mí siempre que llegaba al Ártico, cuando la noche se retiraba a la otra cara del mundo y dormíamos bajo la luz.

Todos mirábamos en ese momento sobre la borda de estribor, arracimados en torno a una puerta. Todos nosotros enfundados en abrigos de colores vistosos, algunos con trajes térmicos, guantes, manoplas y gruesas bufandas. Parecíamos una extraña tribu de pingüinos luchando por conservar el calor mientras observábamos una puesta de sol que era a la vez amanecer. El amanecer de medianoche, lo llamaban. Me sentía afortunado por estar allí, lejos del tráfico de Madrid, de los horarios, del estrés. En el seno de aquel grupo de científicos. Mi tribu de pingüinos locos.

El amanecer de medianoche marcaba el ecuador de nuestra campaña de sondeo a bordo del Sirio. Era un barco oceanográfico de diez mil toneladas provisto de todo lo necesario para sobrevivir en el mar durante meses. Seis grupos de investigación recogíamos muestras biológicas, extraíamos testigos de los sedimentos y medíamos parámetros físicos y químicos de gran interés para varios proyectos de investigación. Para ello, teníamos cuatro meses y un equipo de marinos que nos miraban a veces con simpatía, a veces con desconfianza. Y no me extraña. Porque entre nosotros, no solo había científicos de todas las ramas y rincones del mundo, también había todo tipo de personajes.

 

Dejamos la puesta de sol y volvimos dentro apresuradamente. Aquel día habíamos preparado una fiesta por todo lo alto: una suculenta cena, una velada de juegos (team-bounding lo llamaban los guiris) y una pista de baile con los hits del momento. Corrió la cerveza y el vino caliente. Comimos feijoada, knödel y otras muchas cosas que no sabría identificar. Para acabar había multekrem, un postre típicamente noruego. Empezamos hablando del IPCC y del cambio climático, y acabamos hablando de posturas en la cama. Como siempre.


No sé cómo acabó la noche. Sé que desperté en el camarote de Ana y que mi cabeza me retumbaba. Sé que mi orina podría haber ardido si le hubiese acercado un mechero, y que en una de las duchas me encontré a Víctor Prattchenko durmiendo en su propio vómito. En definitiva, el día después de la fiesta, el barco era una ciudad de muertos vivientes.

  No fue hasta la hora de la comida cuando el director de la expedición nos dio la mala noticia. Además de algunos actos vandálicos, apareció una bolsa repleta de heces humanas en el interior de uno de los laboratorios, alguien se había dedicado a arrancar los cajetines de la red Wi-fi del barco. Uno a uno, había cortado los cables y las centralitas habían desaparecido.

No comprendimos enseguida lo que significaba aquello. Sabíamos que el barco era una isla de civilización en medio del un desierto de gélida agua salada. Recuerdo que alguien me dijo que caer en aquellas aguas era como nadar en ácido sulfúrico, que la muerte por hipotermia sobrevenía en cuestión de pocos minutos. De momento, podíamos seguir refugiándonos en la cálida panza del barco en compañía de nuestras convenciones sociales y costumbres, pero sin la red Wi-fi, nuestro cordón umbilical con el resto del mundo se había partido.  Quizás alguien decidió usarnos como cobayas para su estudio sociológico. Quizás fue una simple ocurrencia. Lo cierto es que sin Twitter, Facebook ni Skype, no podíamos mantener contacto con nuestras familias ni amigos. La comunicación por radioteléfono era insuficiente. Sin esas redes sociales, un acto de comunicación tan cotidiano como necesario se volvió imposible.

 

Cuando Rosalía se tiró al mar todos comprendimos que habíamos atravesado una frontera, que nuestra tribu se deshacía. Que quizás nuestro grupo nunca había sido tal, y que dependíamos en gran parte de un grupo mucho mayor y lejano. Que quizás nunca habíamos sido pingüinos locos conservando el calor de la colonia.


La expedición se canceló y volvimos a Kiel, pero solo cuando volví al bullicio de  Madrid, fui plenamente consciente de lo mucho que había sufrido esos días.

Al menos creo haber sacado algo en claro de todo aquello. Nuestra cordura dependía de esa sensación de que pertenecíamos al mundo.

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10/04/2013, 00:46
Donbarbosa

FORMA (4)

Los dos primeros párrafos son los mejores del relato: realmente brillantes y evocadores, nos hacen sentir el romanticismo de la ventura, el frío y la camaradería. A partir de ahí, la calidad del relato desciende. Evidentemente, era difícil mantener el listón tan alto, pero aunque el texto tenga bastante virtudes, parece ir desinflándose poco a poco.

La estructura es ideal: una presentación del reducido espacio en el que se desenvuelve la historia, la fiesta y sus consecuencias, pero creo que las relaciones de causalidad entre las tres partes podrían haber estado mejor trabadas. Me explico: si en vez de tratarse de “una expedición científica que mide parámetros físicos y químicos” (una idea convencional) nos explicaras los motivos concretos de la expedición, nos podriamos imaginar mejor la psicología de los personajes que van a bordo. Si en vez de aludir a “todo tipo de personajes” nos describieras al menos a uno, podríamos figurarnos qué clase de excéntrico borracho decide emprender el sabotaje. Creo que es por culpa de esta indefinición por la que te ves obligado a decirle al lector que la comunicación con el mundo exterior es necesaria (así, en general) y por lo que la reacción de la suicida (una mujer cualquiera) resulta inverosímil. Me lo hubiera creído de un personaje presentado con anterioridad con algún síntoma de trastorno mental, pero de buenas a primeras me parece excesico y forzado.

En cuanto al léxico empleado, casi nada que objetar. En general es preciso con los recursos literarios sobrios y adecuados. Algunos pasajes me han parecido pleonásticos en exceso. Por ejemplo, primero dices que la cena fue suculenta y luego aludes a una gran cantidad de platos, “convenciones sociales” y “costumbres” son prácticamente lo mismo.

Y un par de detalles para acabar: hacia el final del relato percibo un exceso en el uso de los determinantes “esos” y “aquellos”. Estos elementos de cohesión siempre me parecieron demasiado rígidos, más propios de textos expositivos que literarios. ¿No crees que las oración “Sin esas redes sociales, un acto de comunicación...” ganaría sustitiyendo “esas” por “las”? Además, en los dos útimos párrafos alternas “esos” con “aquellos” (supongo que para evitar repetir el determinante de lejanía tres veces) usando inapropiadamente el primero (de cercanía al oyente).

El último apunte es, quizás, el más puntilloso: En “Además de algunos actos vandálicos, apareció...” das a entender (literalmente) que, por una parte están los actos vandálicos y por otra, todo lo demás (que es una cosa distinta). Mejor sería decir: “entre los actos vandálicos...”

CONTENIDO (4)

El espacio y a trama son muy originales, y el mensaje que transmite el relato, muy actual. Sin embargo, hay una secuencia lógica entre los acontecmientos creíble (ailamiento, fiesta, vandalismo, consecuencia indeseada) que se ve rota por lo excesivo del suicidio de la compañera de expedición, sobre todo porque hasta ese momento no se había hecho referencia a la dependencia de los expedicionarios de la tecnología.
Tal dependencia se nos hace creer de repente. Ni el título, ni la descripción del barco aportan nada en este sentido. La desaparición de los cajetines de la red wifi es la primera referencia al respecto y creo que popía hablarse antes de ello. Por ejemplo, más que describirnos el tonelaje del barco (algo obvio), hubiera sido mejor hablar de su equipamiento tecnológico.

Las imágenes del contraste frío-calor (como la del pis ardiente), aunque sensorialmente muy eficaces creo que, en este sentido no contribuyen a reforzar el mensaje principal de la historia, cosa muy importante en un relato breve.

COMENTARIO PERSONAL (3)
Aunque soy consciente de la dependencia tecnológica de las personas que me rodean (todos los días tengo que llamar la atención a mis alumnos por usar móviles en clase), yo debo de ser una rara avis que nunca he sentido la necesidad de estar en contacto permanente con el resto del mundo.

No solo no tengo cuenta de Facebook, de Twitter no de Skype sino que llevo varios años sin televisor ni radio en mi hogar. El número de llamadas telefónicas que realizo es de tres o cuatro a la semana, y aún así, suelen ser prescindibles. Es por eso que, aunque entiendo que las nuevas tecnologías puedan llegar a ser una adicción, no siento que el relato esté dirigido a mí ni pueda sentir empatía hacia esa expedición.

Creo que, en general, el amor por la literatura (que tal vez se nos pueda presuponer a los participantes en este taller) es incompatible con la compulsión por una comunicación tan efímera como la que se hace a través de esos portales. Por eso creo que el relato quizás no se adecue bien a sus destinatarios.

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14/04/2013, 23:40
Neriah

FORMA Tanto la ortografía como la gramática utilizadas me han parecido correctas, así como la estructuración de la historia. Tal vez he notado una ligera redundancia hacia el final, con muchos quizás. Es decir, me parece bien el uso del paralelismo, en el primer párrafo que se usa, pero el segundo podría haber sido sustituido por un “tal vez”, “a lo mejor” o “puede que”. En esta parte tienes un 4.5 CONTENIDO El contenido me ha parecido un poco más flojo, es decir la historia está bien narrada, desde el punto de vista del protagonista y se puede sentir el ambiente que hay en el barco en un primer momento. Me ha gustado la idea del grupo de pingüinos locos, y en general me ha parecido un relato entretenido. Sin embargo, la dramatización de la pérdida de las comunicaciones me ha parecido excesiva. Y más teniendo en cuenta que se dice más adelante que seguía funcionando la radio y que al barco no parecía pasarle nada malo. Suicidarte por la falta de Internet, me parece demasiado. (Si había algún motivo más profundo no he conseguido entenderlo) Es decir, no veo que estuviesen en una situación tan crítica como para saltar por la borda. A no ser que los allí reunidos sufriesen algún tipo de trastorno mental anterior a la pérdida del wifi. Además, los personajes me han parecido un poco artificiales, es decir, es difícil presentar un barco en 900 palabras, pero podrías haberles dado un pelín más de trasfondo, a mí el que Rosalía saltase por la borda me ha dejado más con una sensación de “Pues qué cosa más rara” que con sensación de angustia por ella, que supongo que era lo que querías transmitir. Aquí te doy un 3.5 COMENTARIO PERSONAL Bueno, la verdad es que no puedo decir que mis dos comentarios anteriores hayan sido muy objetivos, (por eso no soy buena crítica, porque me cuesta alejarme de mis gustos personales). Ero en fin, me ha parecido un relato bien escrito, al que, bajo mi punto de vista, le faltaba un poco de trasfondo y un motivo de más peso para tanto drama. Que, oye, tal vez sea porque yo me paso dos meses todos los años perdida en un pueblucho sin Internet y sin apenas teléfono y no veo tan grave el hecho de no poder comunicarte por web. Sobre todo, si hay más gente a tu alrededor... Por lo demás, me ha parecido un relato ameno y fácil de leer. Así que, teniendo en cuenta toda la historia, te doy un 4.

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15/04/2013, 00:46
Meharis

Forma: 4.5

Como me pasaba a mí siempre que llegaba al Ártico, cuando la noche se retiraba a la otra cara del mundo y dormíamos bajo la luz.

Esta frase, dentro del contexto del que la relatas, queda un tanto desordenada. 

 

Todos mirábamos en ese momento sobre la borda de estribor, arracimados en torno a una puerta. Todos

Puedes ver una repetición, quizá intencionada del "todos" facilmente omitible.

 

vivientes.
  No fue hasta la hora de la comida

Has pulsado espacio tras el cambio de parrafo.

 

y volvimos a Kiel, pero solo cuando volví al bullicio de  Madrid

Repetición de la expresión "volver".

del Sirio.

No estoy muy seguro de su ha de ponerse entre comillas o no.

 

Contenido:4

Se menciona a seis grupos de investigación, pero no se mencionan cifras concretas mas allá de la del peso del barco, estaría bien saber el tamaño de la expedición como dato para visualizar la acción.

Se dice:

. Aquel día habíamos preparado una fiesta por todo lo alto

Pero luego se da a entender, creo, que los que la preparan son los marinos, a los que se sitúa en un grupo aparte.

 

 

. Además de algunos actos vandálicos, apareció una bolsa repleta de heces humanas en el interior de uno de los laboratorios, alguien se había dedicado a arrancar los cajetines de la red Wi-fi del barco

Esta expresado de una forma un poco confusa. Estos son los actos vandálicos, ademas de otros actos vandálicos sucedieron estos y así.

Podría ser mas claro.

una isla de civilización en medio del un desierto de gélida agua salada

Para la similitud, es mas apropiado oasis de civilización, a isla. Por el contexto.

 

No se deja claro si la suicida muere, es rescatada, etc.

Esta parte cae como un jarro de agua helada sobre el lector, faltan empujes que lleven a esto, no se habla de la dependencia en exceso, se da por sentada.

Comentario personal. 3

El relato me ha gustado, aunque quizá he podido considerarlo excesivamente distopico. No imagino que en la sociedad humana actual pudiera ocurrir el que a un grupo tan grande le entrara una crisis por ese motivo.

Otra cosa sería el caso puntual de "Rosalia", lo que le daría un trasfondo mas realista.

También se podría haber dibujado una sociedad futura donde estas tecnologías, siguiendo el orden actual, acabaran teniendo una relevancia mayor. Pero a día de hoy, no, no se hace creible.

También hay muchos detalles que podrías haber omitido a fin de promover una experiencia literaria mas cercana, los hechos transcurren de forma rápida e imprecisa, uno parece testigo de un testimonio en lugar de una historia. El que el lector no se pueda situar le quita muchos puntos a la obra.

 

 

 

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15/04/2013, 14:55
Meharis

Puntuación final.

11.5

12

11

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34.5

Notas de juego

Hago la cuenta visible por si ves algún error.