- ¿Y qué te ha dado con los indios? -le preguntó, extrañado. Intuía que podía tener algo que ver con lo del monstruo de sus abuelos, pero no sabía que relación podía haber.
No. No iba a ninguna parte... esperaba veros en algún sitio. Jack y yo estábamos en su casa y no sabíamos como localizaros ni si habriais quedado en algún sitio. Llamamos a Lissey pero parece que no está en casa, aunque no lo podemos saber seguro porque el imbécil de Jack la lió por el teléfono y el padre de Lissey se enfadó mucho.
Danny notaba que se volvía a sulfurar y a morirse de vergüenza, todo a la vez.
¿Tú crees que habrá alguien en el refugio de los barrens? ¿Vamos a mirar?
Yo había pensado lo mismo. Iba hacía allí cuando nos hemos cruzado.- Le responde a la pregunta sobre los barrens.
¿Con los indios?- Pasa a explicarle cuando se ponen en marcha nuevamente.- Pues resulta que la semana antes de mi cumpleaños encontré en la tienda de comics una buena oferta y me llevé a casa un montón de comics viejos pero muy bien cuidados.
Uno de los comics era un poco raro, se llamaba "El libro de Chud", en la portada salían un montón de ojos amarillos dibujados, como los que creí ver en las alcantarillas e incluso olía a humedad. Pero como tenía otro montón de comics donde elegir no le hice mucho caso. Hasta anoche. Anoche no tenía sueño y me decidí a leerlo. Resulta que Chud era un mito de los indios que vivieron en Maine antes que nosotros, pero en el cómic no ponía nada más.
Si el monstruo al que vencieron nuestros abuelos revive y vuelve a revivir una y otra vez, ¿Por qué no puede ser el mismo que el de las leyendas indias?- pregunta Martin.
Por eso esta mañana fui a la biblioteca, a buscar cualquier cosa que nos ayude a vencerlo. No encontré gran cosa.- Niega algo disgustado.- Lo de las visiones, una planta que protege de los espíritus y lo que te he dicho de los chistes. La leyenda decía que se enfrentaron a un monstruo terrible llamado Chüd con el que llegaron a un pacto. Un guerrero de la tribu mordería la lengua a la bestia, mientras que Chüd se la mordería al guerrero y se ponían a contarse chistes. El primero que se riera- Martin se paso el índice de su mano derecha por la garganta.- El otro se salvaba y elegía el destino de la aldea. Ya ves, vencer a un monstruo contándole chistes.- suspira.
¿Y tú? ¿Has podido hablar con tu abuela?
- Pues yo creo que sí, que ese monstruo de los indios tiene que ser el mismo que el de nuestros abuelos. Lo que es muy raro es eso de morderse la lengua y contar chistes. -Danny puso cara de asco y se rió, mejorando un poco el humor que llevaba encima.
Mientras pedaleaba hacia los barrens, Danny le contó lo poco que había conseguido sacar en claro de su conversación con su abuela.
Anoche hablé con ella. Mi abuela está un poco... "cascada" de la cabeza y suele desvariar casi siempre que habla. Pero por unos momentos, cuando le dije que sabía lo que habían hecho con el abuelo de Paul y los otros, pareció recuperar su lucidez. Estaba muy asustada. Me dijo que lo habían matado y que habían cerrado las salidas para siempre. También me dijo que era un auténtico laberinto, supongo que se refería a las alcantarillas.
Cuando le dije que aún estaba vivo pareció que se extrañaba, como si no me comprendiese o no pudiese creer que fuese cierto; le pregunté cómo le habían matado y me pareció que dudaba antes de contestarme. Dijo algo sobre unas balas de plata, pero en esos momentos volvió a perder la lucidez y acabó por quedarse dormida.
Al cabo de un rato de pedaleo, le preguntó:
Tendremos que enfrentarnos a... 'eso' ¿verdad, Martin? No nos dejará en paz porque somos los nietos de los que lo mataron la última vez. -estaba asustado ante la perspectiva, pero tenía la esperanza de que compartiendo sus temores se hiciesen más llevaderos.
Poco a poco fueron llegando a los Barrens. La conversación, aunque inquietante, había amenizado el camino y habían tenido la gran suerte de no encontrarse con ninguno de los matones. Tras dejar las bicis escondidas se acercaron a la casita, esperando estar solos pero allí dentro estaba Chester...y Lissey.
Un sonido hizo girarse a los niños que vieron las caras de Martin y Danny asomándose por la puerta.
Sonreí contenta al ver que más gente llegaba.
- ¡Hola a tooooodos! ¿Qué tal? ¿A qué jugamos? ¿Habéis comido? ¿Habeis visto a alguien por el camino, a Emily a lo mejor? - empecé a decir de carrerilla cuando aparecieron Danny y Martin.
Danny se puso pálido de repente al ver a Lissey y se notó un fuerte nudo en el estómago. Tenía que decirselo, pero para eso tendría que reunir todas las fuerzas que fuese capaz, y ahora no se sentía preparado para ello.
- ¡Ah! Hola Chester y... Lissey. ¿Estábais aquí? -saludó, mientras acababa de entrar en el refugio.- No, no hemos visto a Emily por el camino; Martin y yo nos encontramos por casualidad mientras buscábamos a alguien.
Maldito Jack, te acordarás de ésta, te juro que te acordarás.
No dijo nada más, mientras seguía reuniendo el valor necesario.
El camino hasta el club era aburrido a más no poder. Además el miedo hacia mella en Jack. El miedo a encontrarse a los matones estando el solo. Si le encontraban podía prepararse... Escondiéndose a veces y saliendo a ratos, Jack consiguió llegar hasta los Barrens sin que le viesen. Una vez allí entre los contenedores de basura fue saltando tranquilamente hasta el club pero antes de llegar tuvo la sensación de que haber visto algo detrás de una colina echa de chatarras.
Tirada oculta
Motivo: tirada para "levantar sospechas"
Tirada: 1d100
Resultado: 85
Mientras caminaba en silencio pensando en lo tonto y egoísta que es mi compañerome iba ocultando, y con disimulo cogí un par de piedras, una en cada mano hasta llegar a mi club, y fué donde me atrincheré mas aun, escondiéndome y preparándome con mis piedras mientras vigilaba la montaña de chatarra.
Alguien me estaba observando, aun me duele la nuca del calor que me daban esos ojos detrás mio...
Me agaché con mis piedras a esperar si asomaba alguien.
Jack se quedó parado pero nadie se asomaba. Había visto algo pero no era nada que se moviese. Era simplemente algo, que le producía una sensación extraña. Como que algo estaba fuera de lugar; diferente a la última vez.
Me puse de cuclillas con una piedra en cada mano, y fui lentamente hacia la colina para intentar rodearla sin que me descubriesen. Mientras la miraba a ver si encontraba algo cambiado...
Si es el tonto de Danny siguiéndome se va a llevar cuatro puntos para casa...
Jack se acercó con el ceño fruncido dispuesto a dar un golpe bien fuerte en la cabeza a quien estuviese ahí detrás. Sin embargo no vio a nadie... vivo... Lo que le había parecido ver era el zapato de Paul...unido a su cuerpo muerto. A su lado y firmemente cogidos de la mano yacía Emily, la rara. Ella estaba vestida con un grueso camisón blanco, que la cubría hasta los tobillos y estaba descalza. Paul parecía que se hubiese vestido rápidamente para salir a la calle. Ambos niños tenían los ojos abiertos y tenían una expresión del más absoluto terror.
Tira por cordura. Si pasas restate 2 de cordura y tiras por descubrir. Si no pasas te restas 2d4+1 (vamos, pierdes sí o sí entre 2 y 9, ver amigos muertos no mola y te pone nervioso y esas cosas)
Con cara de terror miro hacia los dos niños abriendo los ojos como platos y me quedo con la boca abierta sin poder articular palabra. Una piedra cae de mi mano la cual se me hizo eterna hasta que llegó al suelo haciendo un sonido contundente sobre la tierra.
¡PLOFF!
Motivo: cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 39-
Resultado: 80 (Fracaso)
Motivo: cordura perdida :D
Tirada: 2d4
Resultado: 4(+1)=5
Si fuese Danny, en ese momento si que me molaría... y Paul tampoco es que me importe mucho :D
¿en el próximo post marco a la niña o tb ha palmado?
MASTER. Muertitos los dos xD
Me agacho sobre Emily y toco con un dedo su cara mientras le digo:
-¿Niña rara?, ¿Emily? -las lágrimas comenzaron a brotar por mis mejillas inconscientemente y rodaban como cantos rodados hacia abajo mojando el camisón de la niña. La agarré de la pechera y la intenté levantar un poco, pero con un brazo sólo pesaba mucho. La tuve que soltar y agarré otra vez mis piedras mientras salía corriendo y llorando como una magdalena a casa de Lissey, seguro que el tonto de Danny había ido hacia allí...
Emily, ¿mi Emily también? jo, tenía planes de boda y todo con ella :'(
De pronto todos los niños pudieron oír claramente unos lloros histéricos a pocos metros de la casa.
El resto iban llegando, pero aún faltaban muchos. Chester saludó con un asentimiento y una leve sonrisa a los dos chicos, esperando que pronto llegaran el resto. Aún no se quitaba esa sensación de intranquilidad, por mucho que lo intentara...
-¿A quién estabais buscando?-preguntó con curiosidad, aunque la respuesta se vio interrumpida por aquellos lloros. Chester palideció, sabiendo que tenía razón... Que hoy iban a pasar cosas malas. Sin embargo, debía salir a comprobar qué ocurría. ¿Y si era alguno de los otros, y tenía un problema?
-Voy... Voy a ver que pasa-dijo el chico, procurando sonar convencido, mientras se asomaba por la puerta.
Me encogí al escuchar los lloros. ¿Quién era? ¿Qué pasaba? ¿Sería Emily y Vincent y sus matones le estaban pegando?
- Voy contigo. - dije decidida a Chester. Desde que empecé a ser amiga de Emily había decidido que era mi nueva mejor amiga y si estaba en problemas iba a ser la primera en ir en su defensa.
No es que no estuviese asustada, que sí lo estaba, pero me sentiría cobarde y una amiga horrible si ella estaba en peligro y yo me escondía como una cucaracha detrás de la cocina para no ser aplastada.
- Buscábamos a ver si veíamos a alguien del grupo. -le respondió a Chester, viendo que no le había entendido.- Yo estaba con Jack y...
Había cogido ya las suficientes fuerzas para empezar a contar su lamentable historia, pero en esos momentos el lloro les sobresaltó. Viendo que sus amigos salían fuera, él hizo lo mismo.
Apostaría mi paga de un año a que sí.- le dijo Martin a Danny cuando entraban en la cabaña.
Empezaron las rondas de saludos y preguntas sobre el motivo de su visita a la cabaña cuando escucharon los lloros. Aquello tenía muy mala pinta, así que, viendo que todos los demás salían, los acompaño para ver que pasaba.
Cuando salieron vieron a Jack que corría. Tenía la cara desencajada y los ojos enrojecidos e hinchados. Lloraba a moco tendido y parecía no poder controlarse. El niño tropezaba cada dos pasos y tenía la mirada en blanco. Pese a que pretendía salir de los Barrens, en su confusión no hacía mas que internarse más y más.