Partida Rol por web

Me disponía a ir a mi cuarto, a darme una ducha y quitarme el sudor y la suciedad que cubría todo mi cuerpo cuando la escena del pasillo me hizo pararme en seco. No sabía por que, Ismael parecía estar amordazado mientras el resto miraban o seguían como si nada pasara. Y para mas inri tenía la ropa manchada.

-Eh, ¿qué esta pasando aquí?-dije mientras iba corriendo hacia Ismael-¿Por que esta amordazado Ismael? ¿Y por que tiene esa mancha de ponche en la ropa?-me acerqué para ir la limpiarlo, pero me di cuenta que estaba llena de suciedad y sudor, así que simplemente lo sujeté de la mano y me giré a los presentes, esperando respuestas.

Sayaka caminaba con una sonrisa de lado a lado, estaba comiendo aquella comida que nunca había probado y que realmente estaba muy sabrosa, por lo que estaba realmente contenta, a las palabras de Renata dice:

Si… esta delicioso… nunca había comido algo así… que sabores más ricos.

Llegaron a donde iban a realizar esa pequeña lección, quizás por la emoción de la comida, de tener allí gente que ya conocía Sayaka asiente a la pregunta de Renata y añade:

Si… si aprendemos conjuros para limpiar… cuando madre me castigue no tendré que limpiar con la escoba… podre hacerlo más rápido

Decía con la boca un poco mancha por el bocadillo que estaba comiendo sin darse cuenta, tenía una sonrisa inocente pero como si estuviese planeando algo malo, mientras su cola no paraba de moverse de un lado a otro, sin duda dando a cualquiera que estuviera a su lado, podría notar la suave cola de zorro que tenia.

Ver a Renata y a Sayaka animarse a conjurar cuando antes no, provocó que una sonrisa tenue se dibujara en el rostro de Aetheldryd, pero Kyrt fue el primero en querer hacerlo por su cuenta. Era una lástima porque no podría ver el potencial de Renata si el elfo tenía éxito, pero era mejor solucionar el problema de Ismael de una vez antes de que la situación se saliera de control. Además, ella y el Vicedirector, los que más tenían experiencia de los presentes, estaban ahí si algo malo pasaba.

-Hola, Gaea-saludó la pelilavanda con cortesía y posó su mirada en la pelirroja-. Ocurrió un accidente en el salón donde Ismael salió manchado y salimos para que sea limpiado con magia para que no ocurra algo como en el Comedor-ella estuvo ahí, por lo que debe recordar qué había pasado-. Está amordazado por haber infringido una norma, pero no le pasa nada malo; no te preocupes por ello.

Luego miró a Ismael y de nueva cuenta le sonrió.

-¿Volverás a la fiesta luego de esto? Al menos a comer algo- sabía que no podía hablar, por lo que esperaba un asentimiento o negación con la cabeza. Además, le hablaba con esa misma familiaridad de ser viejos compañeros, sin develar miedo o intimidación.

Aki escuchó los demás, sólo observando, y cayó en la cuenta de que ya existía cierta comunidad entre los alumnos, al menos entre los que se hallaban aquí juntos con él. Le sorprendió un poco, porque sentía que él no podía familiarizarse tan rápidamente con lo que antes habían sido desconocidos.

Aetheldryd acababa de explicarle a Gae lo que había ocurrido, y seguramente sería Kyrt el quien probaría primero la suerte modelando el hechizo que el vicedirector iba a enseñarles.

Camino por el interior de la Academia. No me gustan mucho los lugares construidos por el hombre. Pero este me gusta. Se respira un aire interesante. Además, la luz es bonita. No es demasiado fuerte.

Miro a mi alrededor. No sé bien a dónde es que tengo que ir. Evidentemente tardé mucho en entrar. Todos deben ya saber.

En eso, veo un grupo de gente. Alumnos parecen. Y están con un profesor. Parece que va a enseñarles algo. No entiendo mucho qué sucede. Parece que vienen del comedor, de una situación allí.

Mi primer instinto es acercarme y saludar. Dos unos pasos hacia ellos. Levanto la mano en señal de saludo. Abro la boca para decir algo. Pero me freno en seco. Dijeron algo sobre magia. Eso siempre me asusta. No se supone que deba hablar de eso.

Aunque la doctora Lorenz dijo que acá iba a encontrar más gente como yo…

Permanezco donde estoy, observando. Unas pequeñas hojitas salen de mis pies descalzos. Trato de esconderlas rápido, antes de que nadie las vea. Las arranco y guardo en un bolsillo. Luego las plantaré.

Nadie me está mirando. Trato de quedarme quieta hasta que se vayan. No tengo buena experiencia con grupos grandes.

Antes de que los alumnos comenzaran a hacer conjuros, una muchacha pelirroja se acercó al grupo preguntando qué estaba sucediendo allí. El vicedirector señaló la mancha del traje de Ismael.

 -El señor Aestendor sufrió un pequeño accidente y ahora sus compañeros van a ayudarle, nada que se salga de lo ordinario, jovencita.

Acto seguido, el profesor Witchward dio un par de palmadas para llamar la atención de todos los alumnos allí reunidos.

 -Muy bien voluntarios, pónganse en fila india ordenadamente. Vamos a comenzar con los hechizos, así que procedan sin prisa y recitando correctamente. Los errores de pronunciación son la primera causa de fallos en los conjuros.

El chico demonio al ver a Gaea pareció tranquilizarse, o al menos ya no tenía el ceño tan fruncido. Casi parecía... Un poco azorado. Quiso la casualidad además que cuando el vicedirector terminó su pequeña explicación, la máscara-mordaza de Ismael desapareció, permitiendo al muchacho recuperar el habla.

 -Tranquila, no es nada grave. Es lo que ha dicho el vicedirector, un accidente, me mancharon y me enfadé un poco. Pero sólo un poco. Y ahora me van a echar una mano para limpiar mi traje, ¿quieres ayudar tú también? Que no hace falta que lo hagas si no quieres, pero estaría bien y eso...

Aetheldryd notó cómo Ismael ya se veía menos incordiado y se permitió relajarse esperando a que alguien ejecutara magia para limpiarlo, ya fuera Kyrt, Renata o Sayaka, quienes habían dicho en voz alta que lo harían. La pelilavanda continuó en silencio, pero en aquél ensimismamiento optó por quitarse el guante de su mano derecha y la palma de ésta comenzaba a brillar en un tono blanco muy tenue, pues estaba esperando a que aquél que lo requiriese, ella daría un poco de su su energía para que se pudiese ejecutar el conjuro de buena manera.

Renata se formo en orden, aunque se aseguró tener detrás suyo a la linda Sayaka para no perderla de vista a ella y lindo familiar, además de que así podría abrazarlos cuando terminara eso.

Son tan esponjosos.

Notando de su ejemplar superior, Aetheldryd, un uso de su mana del cual tenía conocimiento, la imito, juntando sus manos en una esfera imaginaria, de la cual con un pequeño rezo, empezó a emanar una esfera de mana que se esparcía en el aire filtrándose solo para las personas que ella quería ayudar.

-Energía del universo, conviértete en mi aliada para poder ayudar a mis amigos.

Luego de eso, y esperando su turno, pronuncio las palabras del maestro y trato de ejecutar el hechizo.

Sayaka observa lo que van haciendo los demás y hace lo mismo mientras dice:

Puede ser divertido… concentrar tu energía para dársela a los demás

Durante unos segundos cierra los ojos para apoyar a sus compañeros, puede notarse como una leve aura de color plateado le rodea, muy leve y es como si manase hacia sus compañeros.

Aki no quería adelantarse y, al contrario, se pondría en el último lugar en la fila después de que todos los demás hubieran intentado el conjuro. Esperaba, desde luego, que los demás ya habrían logrado limpiar la mancha antes de que él tuviera que pronunciar el hechizo.

Sin embargo, se acercó y extendió su mano para ponerla en Kyrt. Luego la pondría, en orden sucesivo, en todos los demás que hicieron el intento del conjuro. “Os presto mi ayuda, y no sólo la mía, sino también la de Ofelia, mi familiar”, dio en voz alta, para añadir en voz baja: “Al menos supongo que darás también del tuyo, ¿mi amiga?”

Amiga, amigo… suena siempre más real conforme que lo voy repitiendo…

- Bueno, aquí voy entonces. Les agradezco cualquier ayuda que me puedan dar. - Les dije a mis compañeros, con una breve inclinación de respeto. Me puse delante de Ismael, y mientras comenzaba a acumular mi energía, podía sentir la de los demás. Así de espaldas, podía reconocer únicamente la de Aethel, ya que antes habíamos compartido energía también. Forme la imagen en mi cabeza de hielo convirtiéndose en agua, y lavando la mancha de las ropas del demonio. La energía comenzó a fluir, convirtiéndose en copos pequeños de nieve que al acercarse a Ismael se derritieron, formaron un torrente de agua, y empezaron a lavar la mancha, hasta que no quedo nada, excepto un poco de humedad.

- Vaya, me ha salido. - Dije, con una sonrisa.

¿Cómo es que…? ¿Qué acaba de pasar?

Los chicos hicieron algo extraño. Y apareció un agua. Y limpió la mancha. Algo raro de lo que no hay que hablar. ¿O tal vez aquí sí…?

¿Será que aquí, eso está bien? Tal vez hay otros como yo de verdad. Tal vez no soy tan rara como pensé. O como me dijeron. ¡Tal vez, tal vez, tal vez…!

¿Qué es eso? ¿Qué acaban de hacer? -No puedo contenerme más. Así que les pregunto fuerte y claro.

El vicedirector asintió satisfecho con el resultado del conjuro de Kyrt. Hizo un pase con la mano y la marca de humedad se secó, dejando el traje como si acabara de salir de la tintorería.

 -Un uso muy original de la magia de hielo, joven. Mis felicitaciones por un conjuro tan bien elaborado.

El profesor hizo otro gesto y una pequeña estrella dorada apareció delante de la cara de Kyrt, para ir a adherirse a su mejilla.

 -Se ha ganado un punto positivo por su estupendo trabajo. Y en cuanto a los demás.

Otro gesto y varias estrellas, iguales a la del elfo, aparecieron delante de todos los que habían colaborado para pegarse en sus caras.

 -Llevenlas con orgullo. Y no se preocupen, se desprenden al mojarlas con agua.

Acto seguido ya atendió a Pualani.

 -Verá jovencita, estábamos practicando conjuros limpiadores para ayudar a un compañero con su pequeño problema de mancha de ponche. Pero seguro que sus compañeros se lo podrán explicar muy bien.

Porque él tenía que volver a la fiesta, que era el vicedirector y el principal encargado de que las normas se cumplieran.

 -Sigan disfrutando de la noche, jóvenes.

La araña estaba feliz por haber ayudado a su amigo Aki y canturreaba contenta desde la cabeza de éste. Sin embargo, su canto se interrumpió al ver aquella estraña cosa brillante pegarse en la mejilla de Aki. Con cuidado, Ofelia avanzó poco a poco hasta poder tocar la estrella con la punta de su patita, unas cuantas veces, asegurándose de que no era nada peligroso.

Sayaka observaba con cierto detenimiento lo que estaba sucediendo delante suyo, Kyrt había convertido hielo en agua y con eso había conseguido limpiar la mancha, ella se queda mirando entre curiosa y admirando al elfo mientras pensaba:

Usar agua para limpiar la mancha… pero agua creada desde hielo… vaya que inteligente es y qué control tiene de la magia… es verdad lo que madre decía de los elfos que se les da muy bien la magia… es increíble… ojala yo pudiera hacer algo así con mi fuego…

Después “vuelve a la realidad” cuando el profesor les habla y felicita a todos los presentes poniéndoles una estrella ella se queda super recta, como queriendo mirar la estrella, sin embargo, no la ve, su cola se queda bastante tiesa como temiendo que si se mueve pase algo, Kitsu por su parte desde la cabeza de esta simplemente de acurruca un poco más. Con cuidado Sayaka mueve el dedo hasta tocar la estrella, no nota nada extraño y siente un alivio, con lo que su cola se destensa, es justamente cuando escucha una voz cerca suyo que no había escuchado antes y ve a una chica, se queda mirándola con curiosidad y tras inclinarse un poco dice:

Ho… hola, encantada… soy Sayaka

Me saqué la estrella que el director me había dado de la mejilla, y la coloqué en la placa que cubría mi antebrazo. La miré a Aethel, aún sonriendo, y le pregunté.

- ¿Sirven de algo estas estrellas? -

Luego me giré hacia la pequeña niña, que había estado mirando tímida desde un costado. Ella había preguntado que hacíamos, como si fuera raro hacer magia en una academia mágica.

- Hola, mi nombre es Kyrt. Recién estábamos practicando un hechizo de limpieza, ya que al vicedirector le pareció una buena idea. - Le expliqué.

Aki siguió el movimiento de Ofelia en su mejilla y también comprobó como iba a sentirse una estrella – pero como no sentía nada bajo la leve presión de su dedo, tenía que ser solamente visible. Tal como el profesor les había dicho, Aki iba a llevar la marca con orgullo, la recompensa por haber hecho algo bien.

Dio una palmada en las espaldas de Kyrt, preguntándose, al mismo tiempo, si estaba adecuado tratar así a un desconocido. “Optimo trabajo.”

Luego, aún en dudas si el acercamiento amistoso o más bien de fingida amistad a Kyrt fue lo correcto, se volvió hacia la chica a la que Sayaka acababa de presentarse. Hizo une reverencia apenas esbozada y dijo: “Encantando. Soy Aki Goro.”

Pero olvidó de quedarse para escuchar el nombre de la chica presentándose a su vez, y, en lugar de esto, ya regresó a la sala para continuar mirando a la gente y las decoraciones.

Me quedé apartartada de todo el tema del hechizo. Era una herrera, y la magia como tal aun se me hacía demasiado extraña fuera de una forja. E incluso dentro de esta se me hacía muy duro el usarla de una manera correcta. Me quedé tranquila, mirando como la magia pasaba de unos a otros, hasta que la mancha de la ropa de Ismael desapareció completamente. Con una sonrisa en la cara me acequé al demonio, quedandome cerca de el.

-Si es que, cuando estas tranquilo las cosas salen bien, ¿a que si?-le dije remarcando la sonrisa-Bueno, yo voy a vestirme con ropa algo mas adecuada y bajo ahora de la habitación. Procura no volver a ensuciarte. Y gracias a todos-dije girandome a los que habían hecho el hechizo justo antes de ir dirección a la habitación.

Renata estaba dando saltitos al haber entendido gran parte de la explicación y ejecución de esa magia.

Además mostraba con orgullo, esa estrella que se había ganado, era una sensación agradable estar en la escuela y tener amigos.

-Saya….

Estaba segura… completamente segura que esa chica le daría diabetes, las reacciones de la pequeña eran completamente adorables, si ella era como un pequeño algodón de azúcar, Aetheldryd era un dulce elegante.

Qué lindas son todas aquí… me va a dar…

Así que para disfrutar más de la escena, se quedó a lado de la pequeña kitsune, mientras se presentaba ante la chica que había preguntado.

-Hola, soy amiga de Sayaka, me llamo Renata.