Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

El Exilio.

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21/03/2015, 22:32
[OUT] Caballero Niktu Basarab.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: car + armas cc

Tirada: 8d10

Dificultad: 7+

Resultado: 8, 8, 4, 4, 8, 2, 2, 5 (Suma: 41)

Exitos: 3

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22/03/2015, 00:08
04 - El Emperador.

Cuando los dos guerreros de sangre del duque que habían aparecido desvelaron su verdadera forma, su terrible ser lupino, quedó claro que todo estaba perdido para los Basarab, pues ¿cómo podían unos hombres competir contra aquellas salvajes bestias, que habían reducido a retazos de carne y pulpa sanguinolienta a aquellos aliados enloquecidos que osaron atacarles? Sin embargo, había en juego algo mucho más grande que sus vidas, a nivel individual o colectivo. Estaba en el aire el porvenir, el futuro de la Gran Casa Basarab, que tanto había sufrido, que tanto había sido humillada, y por la que tantos de los suyos lo habían dado todo. 

Quizás por todo eso, en vez de huir despavoridos y ser cazados como perros por aquellas monstruosidades, los Basarab decidieron que, de tener que morir, lo harían con un arma en la mano y de pie. Del mismo modo que, seguramente, habían muerto todos los que se quedaron atrás para cubrir su exilio. 

Niktu dividió rápidamente a sus hermanos en dos grupos, cada uno para luchar contra uno de aquellos temibles hombres lobo, de tal modo que no pudieran cubrirse las espaldas el uno al otro. Niktu decidió enfocar aquello como una cacería: aprovechar la ferocidad de la bestia contra ella misma, usando su superioridad numérica y su manejo de las armas. Todos avanzaron hacia aquellas bestias mientras estas se relamían la sangre de sus garras, dejando sus monturas atrás, demasiado aterradas para avanzar un sólo paso en dirección a aquellos dos horrores magyares. Con sus escudos en los brazos, y sus espadas prestas, se prepararon para luchar y morir. 

El primero en probar la ferocidad de las grandes bestias fue XIV. Quizás se adelantó demasiado, quizás no fue lo suficientemente rápido o lo suficientemente fuerte, pero una de las bestias se abalanzó sobre él, derribando al caballero, para después desgarrar su cuello a mordiscos. Mientras la densa sangre Basarab bañaba aquellas tierras, Nono,  Décimo, XIII y XV aprovecharon para rodear a su objetivo y empezar a descargar golpes contra el apelmazado pelaje y la resistente carne que había debajo. 

El otro hombre lobo, al ver aquello, intentó acercarse a su hermano, pero rápidamente se interpuso Niktu, flanqueado por Undécimo y Duodécimo, impidiendo que la bestia auxiliara a su compañera, si no quería exponerse del mismo modo. Ambos grupos de caballeros rodearon a sus enemigos, lanzando ataques de prueba, aunque a la defensiva. En ese momento, Niktu empezó a golpear su escudo con el puño acorazado que sostenía la espada, con golpes fuertes y lentos, buscando llamar la atención de su adversario, cosa que funcionó contra la primitiva y asalvajada mente que tenía ante él. Ese movimiento fue aprovechado por sus dos hermanos, retirándose antes de que la bestia se diera la vuelta, pero no sin dejar tras de ellos un par de tajos en la espalda del ser. 

En el otro grupo imitaron aquella técnica, tomando ejemplo de Niktu, y poco a poco los cortes y heridas iban haciendo su aparición en los cuerpos de los dos licántropos, cada vez más furiosos. Fueron Nono, Décimo, XIII y XV los primeros en derribar a su adversario, probablemente por el hecho de contar con más espadas de su lado, y un grito de triunfo surgió de entre ellos. La victoria era posible. Lo que hasta el momento había sido una resistencia suicida, se iba transformando en algo más. Ese triunfo llenó de jubilo a todos los caballeros, renovando sus fuerzas y haciendo que atacaran con ánimos renovados. 

Por desgracia, no fueron los únicos testigos del suceso. El hombre lobo superviviente, al ver la caída de su hermano, entró en un estado de rabia homicida y salvaje al lado del cual su comportamiento anterior era equiparable al de una mansa oveja. Lanzaba mordiscos y zarpazos a una velocidad vertiginosa, mientras chorretones de saliva manaban de su mandíbula y daba vueltas sobre sí mismo con ojos desquiciados, buscando no ofrecer la espalda a ninguno de los Basarab, quizás valorando cual de ellos podría caer primero. En aquel estado, la estrategia que habían empleado resultaba imposible. 

Finalmente fue Undécimo el que resultó elegido por la bestia, que se lanzó a por él. Un zarpazo, y el escudo quedó hecho añicos. Otro, y la espada del Basarab voló por los aires. El último dejó el brazo del hombre lobo hundido hasta el codo en el vientre del caballero, atravesando la coraza, la carne y los huesos, y saliendo en una explosión de sangre, vísceras y metal por la espalda. En la cara de Undécimo apareció una expresión de sorpresa al recibir aquel golpe. Sentía como le abandonaban las fuerzas, y, mirando a su asesino, vio algo así como una expresión de bestial triunfo en los ojos de aquel ser. Después, sus ojos se posaron sobre el carruaje en el que Svitlana y los niños se encontraban, aterrados, observando la escena. Y, por último, y casi sin vida, se posaron en Niktu. 

En ese momento, supo lo que tenía que hacer. Aún enardecido por el éxito, y por el liderazgo del ahora nuevo patriarca, decidió que la muerte podía esperar unos segundos más. Con un grito de furia, alzó sus brazos, sacando fuerzas de alguna reserva oculta, y atrapando con ambos la zarpa libre del hombre lobo. 

-¡Ahora, matadlo!-gritó, mientras forcejeaba con la bestia.  Al ver sus zarpas ocupadas, empezó a descargar mordiscos contra el caballero, primero contra sus brazos, y después contra su torso y cara. Quizás fue por una intervención divina, quizás la presencia cercana de la muerte debilitó al hombre lobo, pero aquello no fue suficiente para aflojar la presa. Undécimo, enloquecido por el dolor, empezó a reírse, echando sangre por la boca mientras el guerrero de sangre se revolvía intentando escapar de aquella presa. Niktu y los restantes Basarab no dejaron pasar aquella oportunidad, y se lanzaron con furia, empuñando sus armas con ambas manos, encima de la indefensa bestia, mientras esta seguía intentando liberarse a mordiscos, y Undécimo seguía con sus carcajadas carentes de cordura. Siguió riéndose mientras uno de los mordiscos le arrancó media cara, impasible. Probablemente ya estaba muerto, pero su cuerpo no era consciente y seguía actuando como si nada ocurriera. 

Finalmente, la espada de Niktu cercenó limpiamente la cabeza de la criatura, acabando con el último de los enemigos. El peso muerto del enorme cuerpo cayó sobre Undécimo, que dejó de reír y de moverse. Los Basarab se habían reencontrado, tras los años pasados tras la conquista magyar, con una vieja amiga: la victoria. El precio, desde luego, había sido alto. Todos los guardias Basarab habían encontrado su fin, aunque lo habían hecho luchando con valor, en inferioridad numérica, contra probablemente un centenar de salvajes magyares. XIV yacía muerto, del mismo modo que Undécimo, cuyo heroico sacrificio probablemente había evitado que aún más de sus hermanos perdieran la vida. 

Sin embargo, la victoria no había acabado ahí. Ni los caballeros, ni los sirvientes, ni Svitlana y sus hijos habían reparado en lo ocurrido más allá una vez que los guerreros de sangre se transformaron. Todas las miradas se vieron atraídas poderosamente por los lupinos. Todas salvo dos. Cyrus tenía una misión. Una misión que había empezado ya, y que estaba desarrollando con furiosa determinación cuando aquello ocurrió. Y es que debía acabar con aquel petimetre de los débiles Krevchesky. Aquel traidor que les había dejado pasar, sólo para tenderles una trampa cuando pararon a descansar. El otro par de ojos que no se pudo permitir prestar mucha atención al espectáculo de los salvajes fue, evidentemente, el de los pertenecientes al propio Flaviu. Este estaba demasiado ocupado intentando rechazar los golpes de Cyrus y dejar fuera de combate al deforme siervo para reparar en nada más. 

Sin embargo, no consiguió ni lo uno, ni lo otro. Cyrus siguió golpeando ciega y salvajemente, mientras en su mente sólo resonaba una palabra, un grito que llenaba todo su ser: ¡aplastar! Sus puños se lanzaron, una y otra, y otra vez sobre Flaviu. Este descargó algún golpe, pero a pesar de los guanteletes de su armadura, el dementado siervo parecía ser inmune a ellos. Su piel sangraba donde Flaviu encajaba algún buen golpe, pero no había nada más que un gruñido de dolor y una réplica aún más fuerte por parte del sirviente. 

En el mismo momento en que los caballeros soltaban el grito de triunfo por haber acabado con uno de los hombres lobo, Cyrus bramó también, un alarido apenas humano, mientras una de sus manos daba con una piedra del suelo, que descargó con fuerza contra la sien de un herido y aterrado Flaviu, al que le llegó la bendición de la inconsciencia. Cyrus dio un par de golpes más con los puños antes de darse cuenta de que no se movía, momento en el que la ira homicida fue apagándose dentro de él. Jadeando por el esfuerzo de la pelea, observó el cuerpo del Krevchesky, reparando en aquel momento en que aún respiraba. No estaba muerto. Justo en aquel momento, mientras Cyrus pensaba qué hacer, el segundo hombre lobo murió. Al girarse y ver aquello, llegó a una conclusión. 

Arrastró el despojo sanguinoliento que era Flaviu Krechesky hasta los pies de Niktu, ante el que se postró nada más dejó caer el cuerpo.

-El buen Cyrus le ha traído a la rata, amo. Aún respira, pero la destrozaré si lo desea. 

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22/03/2015, 17:46
[OUT] Sirviente Cyrus.

El pecho de Cyrus subía y bajaba rápidamente pero su velocidad iba disminuyendo poco a poco. Una vez pasada la ira del combate el fiel siervo parecía haber recuperado algo de cordura, si es que tenía alguna.

Se mantenía encorvado, con la cabeza gacha frente a Niktu, sin dejar de vigilar por el rabillo del ojo al noble Krevcheski por si despertaba o intentaba huir. En su diestra aún sostenía la piedra empapada de sangre con la que había dado uno de los últimos golpes a la rata.

En silencio, sólo preocupándose de que su respiración no fuera muy alta para no molestar a sus Amos, Cyrus esperó indicaciones por parte del Amo Niktu.

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22/03/2015, 23:17
[OUT] Caballero Niktu Basarab.

La batalla había terminado. Había conseguido proteger el futuro de la sangre Basarab, pero el precio había sido alto. Muy alto. A pesar de eso, dentro de mi había un sentimiento de orgullo tras una victoria como aquella. Esto demostraba de lo que los Basarab eran capaces.

Señalé el cuerpo inerte del monstruo sobre mi hermanastro l resto.

Quitadle esa bestia de encima. - estaba muerto, pero su sacrificio había sido el acción que había puesto la balanza definitivamente a nuestro favor. Se merecía respeto y honor.

Entonces llegó Cyrus arrastrando esa rata, ese perro cobarde de Flaviu Krevcheski. El deforme sirviente había cumplido a la perfección mis órdenes. Era útil, y más importante, era fiel.

Buen trabajo. -normalmente no le habría dedicado palabra alguna, pues su deber era obedecer mis órdenes. Sin embargo había demostrado no ser solo un simple sirviente, sino un luchador. Esta lejos,  a kilómetros de ser llamado guerrero, pero la furia demostrada lo hacía u luchador y alguien de confianza. Se merecía la recompensa que eran mis palabras.

Entonces miré a mis pies, entre Cyrus y yo. La rabia amenazó con poseerme de nuevo, una furia imparable que deseaba despedazar con mis propias manos cada miembro de su cuerpo mientras gritaba en agonía... Pero me controlé. Iba a sufrir a mis manos, sí, y yo iba a disfrutar cada minuto. Pero no iba a ser ahora.

Me agaché lo suficiente para levantar por la pechera al inconsciente despojo que tenía a mis pies y limpié mi espada en su ropaje antes de soltarle de cualquier manera para que cayese de nuevo.

-Cyrus, despójale de cualquier arma o protección. Asegurate que no le queda nada encima. Si debes desnudarle, hazlo. Luego amordázalo y ata sus tobillos y muñecas y cuelgalo en alguno de los caballos. XIII, XV, despertad a los criados desmayados. Hay que quemar los cuerpos, empezando por las bestias. Nono, Décimo, nuestros hermanos merecen respeto. 

Tras eso me encaminé hacia el carruaje donde mis hijos y esposa se encontraban. Abrí la puerta y les miré de manera firme.

- Ha terminado. 

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23/03/2015, 00:09
[OUT] Vikos Basarab.

Mientras todo sucedía, desde el primer momento en que el combate había dado inicio me había mantenido expectante, pegado a la ventana.

Yo mismo había dicho que lo mejor era huir, cuanto me faltaba por conocer lo que nuestra sangre podía hacer!

Temí por la desventaja numérica, pero cada guerrero Basarab valía por 10 de los sucios magyares y además era nada menos que mi padre quien los dirigía.

Es verdad que la escena que viví en las estancias del duque ante el primer hombre lobo que vi en mi vida regresó a mi memoria en cuanto los guerreros de sangre se transformaron, había despedazado a un vampyr así como así, pero ahora mis tíos y mi padre usaron la estrategia y lograron lo imposible.

Cyrus incluso logró la victoria contra el general enemigo, ese sucio perro de Krevcheski, quien pensé que nos había perdonado la vida y hasta pensé en recompensar algún día.

Ahora que la batalla había terminado sentía emoción en mi pecho, mis ojos estaban abiertos como platos y mi respiración agitada de la emoción, había perdido a otros tíos y cada vez eramos menos, pero la esperanza seguía latente.

En cuanto vi que mi padre entró a avisar que todo estaba acabado asentí antes de responder:

-Lo vi...padre creo que deberías de clavar las cabezas de los hombres lobo al carruaje para que nuestros enemigos sepan con quien no deben meterse, también me gustaría un colmillo o garra de alguna de esas bestias si te parece bien, además tengo una petición más personal que pedirte...- miré a los ojos a mi padre, respirando algo agitado por los nervios pero tranquilizándome de a poco.

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23/03/2015, 08:12
[OUT] Sirviente Cyrus.

¡Buen trabajo! ¡Síiii! ¡Buen trabajo! ¡Cyrus había hecho un buen trabajo! ¡Y el Amo estaba contento! Por dentro Cyrus estaba que no cabía en sí de gozo y saltaba de alegría, pero por fuera, años de palizas y experiencia habían bastado para que controlara cada milímetro de su cuerpo y nada denotara su inmenso júbilo.

Agachó la mirada tras las palabras del Amo y se lanzó a toda velocidad para cumplir con las órdenes. Agarró sin miramientos el cuerpo inerte de Flaviu y comenzó a arrebatarle los guanteletes y el resto de piezas de la armadura. Sabía perfectamente cómo poner o quitar una armadura en cuestión de un minuto, se había pasado media vida con ello.

Continuó paso a paso, de forma meticulosa, y registró por completo a la rata para asegurarse de que no tenía absolutamente nada que pudiera ser usado como arma o para dañar a los Amos. Rasgó con sus propias manos los ropajes del petimetre hasta que sólo quedaron jirones… No paró hasta que Flaviu estuvo completamente desnudo y se hubo asegurado de que no había recoveco alguno en su cuerpo en el que pudiera esconder algo semejante a un arma. Hasta revisó meticulosamente entre los cabellos de aquel ser.

Sólo de vez en cuando, los ojos del sirviente se desviaban hacia el carro para comprobar que el Ama Svitlana y los pequeños Amos se encontraban bien. Cyrus, sin que nadie lo sospechara, estaba flagelándose en su interior por haberse dejado sucumbir a aquella furia de batalla… pues no se había parado a pensar en la seguridad de su Ama Svitlana. Podía haber derribado a la rata más rápido y haber vuelto junto al Ama para protegerla… pero no, Cyrus no había pensado en ello. Por suerte el Amo Niktu y los otros Amos Basarab habían acabado con las bestias. Cyrus no se merecía que volvieran a dirigirle la palabra y aun así el Amo Niktu había sido extremadamente generoso… Pero lo compensaría. Estaría más atento la próxima vez.

Una vez acabó de registrar a la rata, buscó una cuerda o algo con lo que atar al prisionero tal y como se le había indicado, y usó los mismos restos de su ropa para amordazarlo bien. No quería que despertara y hablara para importunar al Amo. Si la rata recuperaba la consciencia no debía poder hablar, no señor.

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23/03/2015, 16:52
[OUT] Svitlana Basarab de Polonia.

Svitlana había observado la contienda con angustia y ansiedad. Su esposo, sus cuñados, y su fiel sirviente Cyrus se enfrentaban a una horda de herejes, herederos del señor del Averno, que portaban consigo dos de aquellas bestias abominables que habían causado el caos y la locura en el banquete de bodas de el Caballero Iacobus Radoslav. 

Mientras aún era capaz de sentir el clamor del acero, se mantuvo al lado de sus hijos, rezándole al Señor en su fuero interno, convencida de que aquello, los protegería de alguna manera. Dios no podía permitir que aquellos seres indignos se salieran con la suya. Que el mal se regodease de aquella manera en la Tierra. Y durante un instante pensó, que aunque Dios no pudiese permitirlo, iba de hecho a ocurrir. Pero el sacrificio grotesco de Undécimo giró las tornas del que parecía ser el devenir de los acontecimientos. 

Las bestias cayeron bajo el acero y la fuerza de los hombres, y aquel despojo humano que se hacia llamar Flaviu Krevcheski, había sido reducido por su fiel Cyrus, al cual dedicó una mirada de profundo agradecimiento desde la lejanía. 

Niktu finalmente se acercó al carruaje, y abrió la puerta, declarando que aquella contienda había sido resuelta. Y sin poder contener más su nerviosismo, Svitlana se arrojó a sus brazos, abrazándosele con la necesitad urgente de sentir que seguía entero y presente, frente a ella. Suspiró hondo, y apretó la mandíbula, diciéndose que no era momento para derramar lágrimas. Entonces se apartó de él, despacio, y lo miró fijamente, henchida de orgullo- In Sanguinis Veritas- musitó, acariciando su cabello del color dela luz del sol- Nuestra sangre perdurará, mi amado Niktu- dijo, aliviada, con los resquicios del miedo aún brillando en sus pupilas.

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26/03/2015, 16:40
[OUT] Caballero Niktu Basarab.

Tanto mis hijos como Svitlana parecían estar perfectamente. Eso era bueno. No habría esperado lo contrario teniendo en cuenta que habíamos abatido al enemigo antes de que se acercase siquiera al carruaje, pero teniendo bestias infernales cómo aquellas de su lado uno no podía estar nunca seguro del todo.

Pasé un brazo de manera instintiba alrededor de Svitlana cuándo se lanzó sobre mí, para que no se cayese y como señal de afecto. El afeto no era una virtud en los Basarab, pero yo siempre me había preocupado de Svitlana y los niños más que de nadie, y sólo el pensar que sufriesen algun daño hacía que me hirviese la sangre. Suponía que de eso se trataba el afecto. Sin embargo, el gesto estaba lejos de ser tierno u ostentoso. No se podía pedir peras al olmo.

Mientras ella suspiraba en mis brazos escuché al pequeño Vikos, nervioso o excitado, proponer clavar las cabezas de los hombres lobo en picas y lucirlas en el carruaje. Una pequeña arruga se hizo visible en mi frente, cambiando ligeramente mi expresión serena. esos monstruos eran seres diabólicos, sobrenaturales... Nunca me había gustado lo sobrenatural y sobretodo desde que estaba casado con Svitlana, sentía aún más desprecio por demonios y seres infernales. No me hacía ninguna gracia llevar las cabezas de esos monstruos encima todo el viaje. Me producía una incomodidad difícil de explicar. Si bien en parte el pequeño Vikos tenía razón (nadie osaría meterse con alguien capaz de destruir a dos de esos seres), no podía arriesgarme a encontrarnos con más de esas bestias y que atacasen al carruaje que tanto nos había costado mantener a salvo. No. La familia era lo primero. El deber iba después. Por último era el honor y el orgullo. No iba a dejar que el orgullo pusiese en peligro a Svitlana y los niños.

- Cuál es tu otra petición, Vikos. - Contesté a mi hijo sin darle respuesta ante el tema de las cabezas.

Entonces Svitlana se apartó ligeramente y musitó nuestro lema, al que respondí del mismo modo.

- In Sanguinis Veritas.

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27/03/2015, 04:44
[OUT] Vikos Basarab.

Miré a mi padre abrazar a mi madre y esperé a que me preguntara por mi petición.

-Quiero que entrenes a Cyrus como un guerrero, ya viste lo fiel que es, se que no es un guerrero y jamás será un Basarab digno de usar armadura y espada, pero que tal un guerrero que vista de cuero y daga? Los tíos me hablaban de esos guerreros, se movían rápidos y en las sombras y asesinaban en un instante, creo que Cyrus se lo merece y de esa forma sería nuestro guardián, él solo redujo al líder del enemigo, el traidor que pagará. No crees que al menos se le podría permitir ese honor? Prometo que no lo perderé de vista y lo trataré bien, no lo golpearé ni usaré más como muñeco de práctica, lo prometo!- dije mirando a los ojos a mi padre y esperando su respuesta- ah y no te olvides del colmillo o garra del hombre lobo-

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27/03/2015, 08:06
[OUT] Sirviente Cyrus.

Cyrus enmudeció ante las palabras del joven Amo Vykos. ¿Honor? Había escuchado esa palabra otras veces pero no comprendía su significado. Y le daba igual. Él sólo vivía para servir a los Amos. Así había sido y así sería siempre.

¿Un guerrero? ¿Y para qué necesitaba Cyrus una espada o un armadura? No, Cyrus se bastaba con sus puños y si acaso alguna piedra... pero piedras había en todas partes. Y sino siempre tenía a mano bien escondida entre los pliegues de su ropa la daga que los amos le habían permitido conservar.

Si el Amo quería que Cyrus fuera un perro lo sería. Si quería que fuera un dragón lo sería. Si quería que Cyrus volara... volaría. Tanto daba el nombre. Cyrus era Cyrus, y, de una forma u otra, estaría toda su vida al servicio de los Basarab.

No tenía otra razón de ser. Permaneció en silencio atento por si le requerían para algo.

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31/03/2015, 16:26
[OUT] Caballero Niktu Basarab.

Entrenar a Cyrus. Qué extraña petición. Cyrus no podía ser un guerrero, o un soldado. Era un sirviente deforme que no tenía derechos. Bien era cierto que tenía una fuerza mayor a la de la mayoría de soldados y de que su lealtad era incuestionable, pero había otros requisitos para poder ser soldado. Además, dejaría de ser un sirviente y tendría algunos derechos, cómo dar órdenes a los sirvientes. No, Cyrus no podía dar órdenes, no estaba hecho para ello. No sería un soldado.

Podría, por otro lado, enseñarle algo de combate cuerpo a cuerpo. Con la fuerza que tenía sería más útil si supiese usarla y su protección a Svitlana y los niños sería más fiable. Pero no podía perder el tiempo ahora.

- Cuándo lleguemos a Polonia decidiré qué hacer con Cyrus. - no podía perder tiempo y energía en un camino largo y peligroso. Además, sólo quedaban mis hermanastros y yo mismo, y tener a cualquiera enseñando combate cuerpo a cuerpo a un sirviente sería degradante. En Polonia habría otras opciones.

Miré a Svitlana cuándo Vikos repitió que quería una garra o un colmillo. Ella tenía una sensibilidad distinta, más fuerte, ante cosas sobrenatuales. No iba a preguntarle, pero tras años de matrimonio mi mirada debería ser suficiente para que me entendiese. Era peligroso que Vikos llevase algo así? Si su madre se lo prohibía antes de que yo diese mi visto bueno (o no), no preguntaría de nuevo.

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31/03/2015, 16:57
[OUT] Svitlana Basarab de Polonia.

Svitlana presenció, con asombro, las peticiones que Vikos realizaba a su padre, y agradeció el aplomo con el que Cyrus reaccionaba ante ella, sin despertar iras innecesarias por resultar presuntuoso o excesivamente zalamero. Tal y como habría esperado de él. 

Observó al criado, con aprobación, y decidió que aquel asunto no era cosa suya. Lo decidiría Niktu, como cabeza de la familia. 

Entonces notó la aprensión que su marido sentía al respecto del trofeo que su primogénito pretendía llevar consigo, y percibió con claridad aquella pregunta muda que le formulaba. Se sintió halagada al saberse poseedora de la confianza de Niktu, y observó largamente a su hijo, mesando sus cabellos del color del sol, similares a los de su padre. No sentía que fuese adecuado que los niños tuviesen por costumbre portar trofeos de guerra a tan tierna edad, y menos cuando éstos eran símbolo de la tragedia en el seno de su Casa. Sin embargo, vio en los ojos de Vikos el entusiasmo del guerrero, y supo que no podía negarle aquello, si no era peligroso para él. 

Sin decir nada, asintió, respondiendo así a su marido, sin verbalizar su respuesta para que él pudiera decidir sobre ella. 

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01/04/2015, 11:28
[OUT] Caballero Niktu Basarab.

El gesto de Svitlana me confirmó lo que necesitaba: que lo muerto, muerto estaba. 

Ven. - dije mirándo a Vikos antes de darme la vuelta y alejarme del carruaje, camino a los monstruos. - Si quieres lucir un trofeo, debes arrancarlo tú mismo.

Obviamente pedirle que hubiese matado al hombre lobo era estúpido, pero debía aprender que no todo en la vida son regalos y que uno debe mancharse las manos de sangre a veces para conseguir lo que que quiere. Literalmente a menudo.

Miré a  mií alrededor, a mis hermanos y los sirvientos, esperando verles cumpliendo mis órdenes ya. No me gsutaba tener que repetirme. Cyrus ya había despojado y atado al perro Krevcheski así que señalé los cadáveres de soldados de ambos bandos.

Ayuda a quemarlos, Cyrus.

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01/04/2015, 18:34
[OUT] Sirviente Cyrus.

- Sí, Amo. - Respondió Cyrus. Y a la vez que hablaba el sirviente se lanzó a toda velocidad a cumplir con las órdenes. Primero guió al resto de sirvientes y comenzaron a amontonar los cuerpos en el mismo lugar. Cuando acabaran recogería madera suficiente de las cercanías y prepararía una pira para prender fuego a todos aquellos cadáveres tal y como le  habían ordenado.

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02/04/2015, 08:39
[OUT] Vikos Basarab.

Seguí a mi padre y escuché su enseñanza, la cual comprendí como una orden, sonreí satisfecho sentía que de esa forma comenzaba mi entrenamiento aunque en teoría para el mismo faltaba un par de años.

Me acerqué al hombre lobo más grande, luchando contra el miedo y superándolo al verlos muertos, examiné sus colmillos, eligiendo el más largo, sería un buen collar o posible arma en el futuro, me preguntaba si podría quitar más de uno y sus garras, esas garras fácilmente podrían ser dagas.

Tomé el colmillo y tiré de él, pero no podía arrancarlo, algo obvio para un niño, tiré hasta que mi mano se lastimo, me había marcado la piel por la fuerza y tenía algo de sangre.

Acercándome a alguno de mis tíos y lamiéndome la herida les dije:

-Alguno me presta una daga? Papá me dejo quedarme con un trofeo pero no puedo sacarlo con la mano-

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06/04/2015, 08:59
Caballero Décimo Basarab, el Décimo Hijo.

Décimo, aún ensangrentado y fatigado por la terrible batalla. Se acerca a su sobrino y le entrega la daga del heroico Basarab que se sacrificó para que sus hermanos pudieran matar al hombre lobo.

- "Guarda la daga de Undécimo, muchacho, y recuerda su sacrificio." -

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07/04/2015, 04:52
[OUT] Vikos Basarab.

Al ver que mi tío Décimo, me ofrecía la daga de mi tío caído, mis ojos se abrieron de par en par.

Haciendo una reverencia toma la daga como si fuese una espada, aunque en cierta forma lo era por mi tamaño y asentí.

-Así lo haré tío, la empuñaré con honor- acto seguido metí la daga entre la carne y la giré haciendo fuerza para sacar el colmillo más grande.

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07/04/2015, 14:13
18 - La Luna.

Tras unos cuantos tirones y cortes, el colmillo salió. Todos sabían que aún no estaban a salvo... La pira pronto estuvo lista, y todos los cadáveres ardieron, así que ya nada les retenía allí. Deberían alejarse mientras pudieran y seguir su camino rumbo a Polonia.

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07/04/2015, 17:40
[OUT] Caballero Niktu Basarab.

Con los cadáveres quemados, permití unas palabras de honor para nuestros hermastros caídos. Yo no era de muchas palabras, pero su sacrificio nos había salvado.

Undécimo murió como un buen Basarab, en batalla y sin miedo, protegiendo a la familia. Su memoria será honrada en los años venideros. XIV murió también con el honor de un caballero y un guerrero y su nombre no será olvidado. In Sanguini Veritas.

Atando a los caballos que no estaban heridos, di las órdenes a mis hermanos y los sirvientes para que reanudásemos la marcha. Esos caballos nos podrían servir en caso de un futuro altercado. Cuándo Cyrus iba a subir al carruaje, le detuve con un gesto.

- Cubre al prisionero con una manta o una capa. Tú montarás al lado. Si se despierta, asegurate de que no haga ruido ni se mueva. Déjalo inconsciente de nuevo si es necesario.

Monté a mi caballo y di la última órden de avance. Quedaba mucho camino por delante. Mientras nos alejùabamos, no volví la vista atrás a la pira de cadáveres ni una sola vez. Nuestro futuro estaba por delante.

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07/04/2015, 22:45
[OUT] Sirviente Cyrus.

- Por supuesto Amo. Así lo haré. - Respondió Cyrus con premura mientras agachaba la cabeza varias veces asintiendo. En cuanto quedó claro que el Amo no deseaba nada más se movió con rapidez y diligencia en busca de una manta con la que cubrió enseguida el cuerpo de la rata.

Tan sólo dejó visible parte de la cabeza, desde la barbilla hacia arriba. Para comprobar y asegurarse cada poco de que la rata seguía viva y respiraba. Atado como estaba, y amordazado como iba, seguro que el Krevcheski no podría hacer o decir mucho. Pero si se empeñaba en llorar o molestar con cualquier ruido a los amos, Cyrus le haría callar.

Sí, el buen Cyrus le vigilaría bien tal y como le habían ordenado. Por un instante miró la enorme piedra que se había guardado. La sujetó con su mano y la miró como si estuviera embelesado con ella. La roca aun tenía la sangre reseca de Flaviu. El sirviente parpadeó y alejó de su mente otros ominosos pensamientos y lanzó la roca lejos. No podía usarla o mataría a la rata y el amo le había pedido que lo dejara inconsciente. Eso no era igual que matar. No, tendría que buscar otro método para hacer callar a la rata si ésta despertaba.