Partida Rol por web

El Chambelán se da la vuelta ante la aparición del guardia.

Avisa al capitán. Que prepare inmediatamente una comitiva para ir a su encuentro. Yo iré con vosotros en la misma para recibir a los nobles. 

También quiero que vayas a avisar al Senescal Stolnic y le digas que llega la comitiva de la Condesa de Covasna. Dile que iré a recibirles con nuestra guardia en el camino. ¡Vamos, ve!- tras dar las pertinentes órdenes, se vuelve al mayordomo- como ves tengo un asunto que atender entre manos. Cuando termines de realizar la tarea que te he encomendado, avísame.

Tras esto, deja al mayordomo y se dirige directamente hacia la cuadra de caballos. Debía avisar que preparasen inmediatamente su caballo para el viaje. 

El caballero Radoslav observaba la actividad del castillo desde el sitio que parecía que le correspondía, una esquina en el devenir de los acontecimientos. Cuando tocaba el espectáculo de las armas, sí, había pocos actores suficientemente protagonistas como para intentar actuar a su lado. Pero mientras los asuntos se resolvieran a punta de pluma o de lengua, parecía ejercer su sabiduría y quedarse a un lado como mero observador. O quizás era, simplemente, que le aburría sobremanera y así podía esconder el inmenso bostezo que le generaba todo aquello.

Estaba de pie cerca de una ventana cuando escuchó la voz del guardia. El caballero asomó por un instante, dejando que su armadura refulgiera un momento como tocada por una divinidad. Muy atrás había quedado el tiempo donde apenas podía sostener una sobre sus hombros. Se replegó con cierta inmediatez, quizás consciente de que ofrecía un punto factible de ataque para cualquiera que estuviese observando desde alguna distancia, o porque sus pasos ya lo conducían hacia abajo. Hacia el patio de armas, donde el Chambelán se había puesto a dar órdenes, y pretendía salir a los establos.

Iacobus se apareció entre los caballos, en un visto y no visto.

- He escuchado de la repentina llegada, y de la presencia de un caballero entre la comitiva. Os acompañaré, junto con la guardia.

Escucho las palabras de mi maestro con suma atención. Es interesante conocer acerca de las cosas que los hombres harían dependiendo sea el caso de lo que le rodea y conoce. ¿Será acaso el don de predecir lo que sucederá parte de esa sabiduría que me aseguraban obtendría con el estudio? No lo sé, de lo que sí estoy seguro es que me agrada aquel saber y el conocimiento de todo me parece de lo más interesante.

Acerca de aquello, el maestro Maserrak me dice algo de ser un estratega y me pregunto si es aquella la respuesta a esa pregunta que me confunde a diario, acerca de la visión que tienen para mí y de cual es el futuro que desean que tenga. ¿Será por eso que me educan? ¿Quieren de mí un estratega? No lo creo, después de todo soy solo un campesino con suerte.

Luego comenta acerca del próximo capítulo en mi educación: Aprender a hablar y leer en Latín. Me habla acerca del idioma y del provecho que tendrá para mí aprenderlo. Me llena de emoción saber que aprenderé a hablar el idioma de los Romanos y podré acceder así a todo su conocimiento escrito, con todo lo que eso conlleva.

Sonrío a mi maestro, feliz y emocionado, mientras asiento con la cabeza y respondo a su última declaración:

 - "Así será Maestro. Muchas gracias por sus enseñanzas."

Me preparo para comenzar con mi lección de inmediato, pues si hay algo que el Maestro Maserrak nunca pospone sin una nueva razón es mi educación. Probablemente no vuelva a casa en días por el continuo estudio de aquella lengua y la emoción de comenzar algo nuevo, lo que nos tendrá sumidos en ello día y gran parte de la noche dentro de la seguridad del castillo.

- El Lacayo Vasilov, el Capitán Zarak y el Caballero Radoslav escuchan perfectamente las palabras del guardia.

Apoyado en la pared, observaba cada imperfección de las baldosas que cubrían el suelo, uniéndolas con líneas imaginarias para descubrir figuras ocultas. Una manera como otra cualquiera de pasar el tiempo durante una aburrida guardia.

De pronto una voz en el exterior me pone en alerta, cierro los ojos un instante y me concentro en entender lo que dice. Al parecer una comitiva llega al castillo.

Por pura precaución, dejo reposar mi mano sobre la daga de acero que guardo en mi cinturón, y adopto una posición mas apropiada para un guardia, de pie, firme y observando lo que ocurre.

No voy a dejar mi puesto, y temo molestar a mi señor durante su sueño sin razón, así que solo me resta esperar.

BUCUR:

- Escuchas que al parecer ha llegado una comitiva noble, la de la Condesa de Covasna.

- De todos modos, no puedes abandonar tu puesto de guardia sin antes ser relevado.

- El Capitán Zarak y el Senescal Teleki son avisados de la llegada de la comitiva de la Condesa de Covasna.

- Vasilov prepara el caballo del Chambelán Stolnic y uno de los corceles del Duque para el Caballero Radoslav.

- Es curioso lo pobre que es el Caballero Radoslav para alguien que tiene ese título. Sus ropas son nobles, sin duda, pero no tiene armadura ni caballo propio, tan sólo unos guanteletes de acero, dos espadas, dos dagas, un escudo y un estilete con el que juguetea a todas horas.

El Chambelán mira al Caballero que en un visto y no visto aparece a su lado. Le mira con detenimiento y asiente en silencio a su petición. No le vendría mal la presencia de un caballero en su grupo. Claro que, ¿un caballero sin armadura?

No tengo inconveniente en que me acompañes pero, solo una pregunta: ¿y su armadura? no se ofenda, su presencia es bienvenida, pero siempre es bueno contar con un caballero preparado y listo para la ocasión.

Vasilov dejó a un corcel a medio servir, podría comer más tarde, las palabras del guardia eran un aviso mas las órdenes del chambelán suponían una encomienda.

Hora de salir gradullón... Antes de que nadie se acercase al establo Vasilov ya sacaba y ensillaba los caballos con destreza, la destreza de quien pasa horas practicando con algo.

Siempre quieren los caballos al momento, requiere un tiempo hacerlo bien... veamos el corcel de Lorand y uno del duque para Radoslav... espero que no se animen muchos más o tendrán que esperar

Con los jinetes próximos al establo Vasilov se acercó con ambos caballos listos tendiendo una de las riendas al caballero, tan pronto el chambelán acabó de hablar agregó con una leve reverencia - Chambelán Lorand los caballos están listos ¿necesitarán alguno más? - entregando las otras riendas

El Capitan Ferenk Zarak, escuchando las palabras de la guardia rapidamente acude al lugar de donde vienen las voces con Stolnic siguiendole de cerca.

Como Capitan de la guardia de la ciudad debere preparar la escolta. Asi que debo acudir a recibirles. ¿Vais a acompañarme Senescal o preferir recibirnos a las puertas del castillo?.

De camino va seleccionando alguno de los guardias feudales para que le acompañen.

Si preparamos caballos para escoltarles hasta el castillo tardaremos un rato y no se si eso les gustara mucho.
Y sino preparamos caballos para ir directos, tardaremos mas en el trayecto que a caballo e iremos escoltandolos a pie, esto seguro que a ellos les agrada mas y les hace sentir mas importantes, pero...¿es la imagen que queremos dar?

Ferenk llega a la entrada y ve al Chambelán Loran Teleki junto con Radoslav y Vasilov, casi preparados para partir. Rápidamente se dirige a Vasilov.

¿Podrías ensillarme a Mulo rápidamente?.

Ve como Vasilov observa a la media docena de guardias feudales que le siguen y traga saliva.

No os preocupéis creo que ellos van a ir a pie acompañándonos, y de no ser así ellos mismos prepararían sus caballos que les viene bien como entrenamiento en caso de ataque sorpresa.

Observa a Stolnic esperando una respuesta.

La llegada del capitán es acompañada de un respetuoso saludo

- Por supuesto capitán, será apenas un momento... - ojeando un instante a los guardias - ... me alegra que los guardias vayan a pie, me preocupaba la demora que podría suponer preparar tanto caballo, visto que el asunto parece ser urgente - tan pronto acaba sus palabras el joven avanza con grandes zancadas hacia el establo con objeto de preparar a Mulo rápidamente

El Chambelán mira al capitán de la guardia. 

¿Tanto tardaríais en preparar los caballos para los doce hombres?- pregunta, incrédulo. Él no podía afirmar lo contrario, pero desde luego esperaba más rapidez en preparar ese tipo de asuntos. Sin embargo, tampoco podía demorarse demasiado. Si la Duquesa se encontraba cerca del castillo, debía salir cuanto antes en su encuentro- esta bien, capitán, como veáis. Saldremos directamente hacia ellos, y la escolta irá a pie. Eso si, que la bandera de nuestro señor la vea la duquesa perfectamente ¿entendido?

No había mucho mas que añadir. El chambelán se monta en su caballo- lacayo- llama a Vasilov- cuando acabes tu tarea, avisa al mayordomo de mi parte y que prepare inmediatamente los aposentos de nuestros invitados. Quiero que este todo listo para nuestra anfitriona. Que le den una buena habitación, acorde a su estatus. 

Tras decir esto espera pacientemente a que el capitán este preparado para partir hacia el encuentro de la duquesa.

- Los caballos del Chambelán Teleki y del Caballero Radoslav están ya listos y ensillados. Ambos podrían salir ya.

- Vasilov ha empezado a ensillar la montura del Capitán Zarak, estará lista en breves minutos.

- Media docena de guardias a pie aguardan las órdenes de su Capitán.

Ferenk Zarak ordena a uno de sus hombres que le traiga un estandarte bien grande tal como ha pedido el Chambelán. Estandarte que el mismo portara en la comitiva que sale a recibir a los invitados.
Al resto y puesto que el Chambelán parece disgustado porque los guardias vayan a pie les ordena prepararse ellos mismos sus propios caballos a toda prisa.

A Ferenk le ha sorprendido el tono del mismo. Le tenia por alguien mas sereno.

Capitán, si como usted dice los guardias van a tardar demasiado en prepararse, partamos ya y que vayan a pie. No quiero mas retrasos innecesarios- dice el Chambelán- cuando monte en su caballo marcharemos. 

Vasilov acompañado de Mulo salía del establo cuando entraban los guardias y atando al caballo un instante entró tras ellos

La voz de Vasilov podía escucharse entre los ruídos del establo comentando con premura algunas instrucciones - Con algún consejo todo será más rápido… ojo las sillas recién engrasadas son aquellas marrones de allí, nada de utilizar las otras para una recepción… eh eh eh mejor dejarle tranquilo, así se altera más además hay que utilizar ciertos caballos no queremos a nadie en el suelo o sobre un jamelgo así que lo suyo sería ese, este, este, aquel, el de allí y ese de ahí… no no eso está flojo y acabarás en el suelo… -

Unos minutos más tarde, mientras los guardias comenzaban a salir del establo con los caballos listos Vasilov se adelantó y liberando a Mulo entregó las riendas al capitán.

Un respetuoso saludo precedió a su voz - Chambelán… disculpe mi error había entendido que deseaban partir de inmediato y no tenían ni un solo instante que perder, lo siento, en adelante procuraré estar más atento y si lo desea desde ahora tendré además de engrasadas las sillas y listos los caballos, algunos para montar al instante – tras una pequeña pausa continuó – Ya está todo listo, tan pronto salgan entregaré su mensaje al mayordomo… si no necesitan nada más… -

El capitán ya ha dado la orden a sus hombres, de que sean ellos mismos los que preparen sus caballos. Así tal vez en un par de minutos estén preparados. No están tan acostumbrados como Vasilov, pero tampoco son mancos.

Estoy seguro que sabéis mas que yo de protocolo, así que no tengo inconveniente si lleváis vos la recepción. Y no os preocupéis por esta vez. A mi a veces también se me olvida mi titulo nobiliario.

Tras una situación de confusión inicial, parece ser que la cosas se encarrilan con rapidez. Estaba apunto de reprender al lacayo por no haberle prestado mayor atención, mas se contuvo. Los caballos estaban preparados y estaban a punto de salir del castillo. No había necesidad por un pequeño fallo... al menos por el momento.

Muy bien- dijo- en tal caso preparémonos para salir cuanto antes. 

SOBRE LA JERARQUIA EN EL CASTILLO:

Es posible que el Duque la mantenga confusa a propósito para evitar que sus subordinados conspiren contra él, pero vamos a intentar hacer un esquema.

1- El Duque.
2- La Duquesa.
3- El Senescal y Durius andarían a la par, más o menos.
4- El Chambelán, en temas de diplomacia, protocolo y audiencias. Politica exterior.
5- El Capitán Zarak, aunque su competencia es la seguridad del castillo y tareas policiales. En donde las funciones del Capitán y el Chambelán entren en conflicto, ya habría tal vez que acudir al Senescal o a Durius.
6- Cualquier Caballero o noble por el hecho de serlo estaría en este punto en la jerarquía.
7- El Mayordomo Otto: Tiene autoridad sobre todos los sirvientes del castillo que no sean guardias ni soldados.
8- El Mayordomo Valru: Este es la mano derecha de Durius, pero en principio sólo tiene autoridad sobre los sirvientes asignados a Durius.
9- El Sargento Dominik: Es el escolta personal de Durius. Actualmente no tiene hombres bajo su mando, aunque puede dar órdenes a los Lacayos de Durius en temas de seguridad del secretario del Duque. Su rango es mayor (Sargento) que el de los guardias del castillo, por lo que éstos le deben respeto, aunque no obediencia directa (a menos que el Capitán lo diga).
10- Sirvientes civiles: Dentro de estos puede haber una cierta jerarquía en base a la importancia relativa de cada uno. Por ejemplo Maserrak es un maestro y como tal tiene más categoría y prestigio que otro tipo de sirviente o lacayo. Pero si en un futuro el Duque tuviese un criado de especial relevancia, como un heraldo, cetrero o palafrenero, ese sirviente podría tener mayor importancia y prestigio que Maserrak.

- Las puertas del Castillo se abren.

- El Caballero Radoslav sale en cabeza, impaciente, seguido muy de cerca por el Capitán Zarak que porta en alto el Estandarte del Duque.

- A continuación monta el Chambelán Teleki. Va seguido de seis guardias feudales del castillo a lomos de caballos apresuradamente ensillados. Se nota que los guardias no van en absoluto cómodos, son soldados de a pie, y además esos caballos son mayormente de tiro, porque no hay tantos caballos de monta disponibles en el Castillo. Así que tanto hombres como bestias van especialmente incómodos.