Partida Rol por web

Kolya seguía de camino a unirse con sus chicos, esperando encontrarles en buen estado y no en modo poseído extraño como esos que había tenido que matar que se dejaban caer continuamente. La cosa estaba mal y no tenía ni idea de como estarían los demás, pero ahora mismo él tenía que seguir luchando hasta su último aliento.

-Aquí el sargento Kolya de los Lantanitas, ¿alguien me oye? -apretaba el comunicador con la esperanza de que alguien le informara de lo que estaba ocurriendo en ese lugar.

Vitaly carraspeó al ver el muro, pero no dijo nada. Paso una mano por la pared, por la parte en la que menos mierda había, e hizo todo lo posible por fingir que sabia lo que hacía. Intento ubicarse y adivinar por donde ir. 

Solo un poco más. Unos pocos pasos y distinguiría mejor, aunque al estar más cerca, le pareció que el ángulo de las linternas estaba demasiado... Bajo. Las mejores noticias serían que las hubieran tenido que tirar y dejar abandonadas. Pero tal como estaba yendo el día, probablemente la respuesta era otra...

Y al dar esos pasos, confirmó sus temores. Tres cadáveres, tres zapadores derrumbados en el suelo inmundo, con sus escopetas aún humeantes. 

La lógica era clara. Si ese camino estaba cerrado, debía desandar sobre sus pasos y buscar otra vía al oeste. Seguramente avanzando hacia el norte tendría más suerte, o eso quería pensar, pues el sistema de alcantarillado probablemente estaría más conectado a la gran mansión que a los aledaños sur del pueblo. O al menos, así lo habría hecho él. 

Tenía que comprobar el estado de sus hombres, tenía que asegurarse que estaban muertos del todo y, además, tenía que hacerse con lo que aún fuera aprovechable de ellos, munición y granadas entre otras cosas. Era una pena, una lástima que ellos hubieran caído ante algo desconocido, aunque algo le decía que antes o después acabaría sabiéndolo. Se pegó a la pared de su izquierda mientras seguía acercándose con cuidado, no quería que le pillaran por sorpresa además de vigilar el pasillo que parecía que estaban defendiendo. Al llegar al primer cadáver le dio un toque con la bota, preparado para apartarse y disparar si hacía algún tipo de movimiento agresivo.

-Comprobamos los cadáveres, echamos un ojo al pasillo y subimos a la mansión -dijo a su ayudante- tu vigila los otros mientras yo registro a este.

Vitaly siguió avanzando hacia el norte mientras intentaba mantener un ojo en el otro lado del "río", por si veía otro túnel hacia el oeste. 

Tus hombres estaban muertos. No sabías qué podía haberles pasado, pero estaban muertos. Más de cerca, sin embargo, no parecía que sus heridas fueran causadas por las manos y dientes humanoídes de uno de esos condenados infectados, aunque no sabía qué podía ser. Al menos, hasta que un par de segundos después, unos chapoteos llegaron de tu derecha. Por aquel canal se aproximaba andando alegremente algo o alguien.

Cuando la luz le alumbró, viste un ser de pesadilla, algo que podría pasar por humano, alguna especie de medicae quizás, si no fuera por la deforme e infecta piel que se revelaba bajo su traje de aislamiento.

-Oh, ¡bienvenido bienvenido!-dijo, con una voz tan cargada de flemas como de alegría, lo que era muuucha alegría-me alegro de tener más voluntarios. ¿No es maravilloso todo esto?-preguntó riéndose, mientras se aproximaba hacia ti sosteniendo lo que parecía la jeringuilla más grande del sistema y una especie de oxidado serrucho para huesos. Todo ello sin parar de reír y expulsar flema a puñados, claro. 

Con un gruñido de molestia, volvéis sobre vuestros pasos, y no es sino tras unos segundos cuando caes en algo. 

¿Dónde coño está el cadáver que acabáis de dejar atrás? Es indudablemente el sitio, de hecho las manchas de sangre y restos, en especial causados por el escopetazo, siguen donde deberían. Pero el cuerpo no. Y para complicar más las cosas, desde la oscuridad surgió una risita cargada de flema y alegría a partes iguales. 

-Joder -gruñó mientras que veía como sus soldados estaban muertos, aunque una parte de él lo esperaba otra tenía la esperanza de encontrarlos vivos, heridos de mayor o menor gravedad, pero vivos.

Se giró y apuntó con la escopeta al ser que venía hacia él y apretó los dientes con fuerza. Esos malditos demonios estaban por todas partes.

-Nunca me gustó hacer cosas voluntariamente salvo matar a herejes y fezzornitas -puntualizó el sargento ante ese ser- así que podemos hacer lo siguiente, tú te mueres y yo sigo con lo mío, ¿de acuerdo? -sonrió y se alejó por donde había venido mientras sacaba una granada de fragmentación.

Vitaly apuntó a la oscuridad con su rifle, mientras habló con voz baja al Lantanita. Ahora era tarde para ir sigilosos cuando habían ido haciendo ruido como un par de mulas fezzornitas, pero oye, al menos mantener la vergüenza minera. 

Agarra la lampara y adelantate unos pasos, dame un objetivo. 

El monstruo, pues era el único modo de referirse a algo así, siguió su camino, avanzando hacia ti. Podría decirse incluso que lo hacía sin prisa ninguna, saboreando el momento, mientras su repugnante sonrisa se ensanchaba.

-Ssssssí, ¡sí! ¡Eso es! ¡Deja que te abrace, hermano!-proclamó con chillidos estridentes, pletórico de alegría al ver que su presa no escapaba. 

La luz, la condenada luz, os permitió observar aquel horrible ser y la escena que se estaba desarrollando. Una figura humanoide, cubierta con alguna especie de traje de aislamiento hecho trizas y destrozado, bajo el que se apreciaba una carne purulenta y enferma, estaba sosteniendo el cadáver de vuestro compañero como quien sostiene un muñeco de trapo, con una sola mano. En la otra, sostenía clavada en el cuerpo una jeringuilla de gran tamaño, que se encontraba clavada en el cuerpo y del que extraía sangre y ponzoña.

-¡Oh, hola amigos!-proclamó con una flemosa alegría-¡No os preocupéis, en seguida estoy con vosotros!

Algo en la cabeza de Kolya se había roto. No podía moverse, no podía hacer nada, solo mirar a ese ser que se acercaba hacia él y que había hecho esa masacre. Había aguantado frente a hordas de zombies y demonios, pero al verse solo en esa oscuridad que antes llamaba hogar frente a ese ser había cambiado las cosas por completo.

Vitaly miró al repugnante ser, y soltó aire en un suspiro de resignación. Por lo visto, así iba a acabar todo. Bueno, pues nada. A cumplir con su papel. 

¡Tu puta madre! - Respondió al saludo del ser nurgloso, impactando. No esperó, sabia que su compañero iba a huir y tenia que disparar de nuevo mientras tuviese visibilidad. Apuntó, y disparó, gritando - ¡LANTAAAAAAAAN!

El ser se acercó a Kolya con una putrefacta y alegre sonrisa, que hacía todavía más siniestro su avance hacia el sargento. 

-No te preocupes, la intervención no entraña riesgos-aseguró, alzando el serrucho mugriento para descargar un golpe. Golpe que, por algún motivo, falló.

-Oh, lo siento, lo siento hermano. Es la falta de práctica, ¿sabes? Pero pronto mejorarás, te lo prometo...