Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 1.5] No sólo de pan...

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16/11/2017, 17:37
Clementine

No es un regalo, ni un préstamo. Las personas no se pueden regalar ni prestar, Shamira. Símplemente, lo cuidaremos mientras no tenga a nadie que vele por él. - apuntó, ante las palabras de Shamira, sin ánimo de reprenderla, con amabilidad,  mientras observaba brevemente el plato de Kane y del de todos aquellos que parecían lo suficientemente malhumorados como para no probar bocado- Chicos, el puré aún tiene calor. Y esta noche va a hacer frío. -advirtió- Además, nuestras compañeras se han esforzado en prepararlo. No seáis irrespetuosos. Comed y aprovechad algo que no siempre se tiene a la mesa, por mucho que el asunto os traiga de cabeza.-concluyó, con cierta severidad dulcificada, suspirando largamente, dedicando un gesto a Skyler y otro a Robin con la mano, indicando que no pasaba nada. 

En cuanto a lo demás.... - dijo, mirando e general, hacia los demás- Vuelvo a repetirlo, no sabemos nada sobre esa mujer, ni sobre sus motivos. No está en nuestra mano juzgarla. - expuso, encogiéndose ligeramente de hombros- Si vuelve, ya le preguntaremos. Y mientras tanto, el bebé... Será uno de nosotros. - añadió, con una sonrisa- Y con suerte llegará a viejo. ¿Imagináis a un anciano llamado Mattata?- preguntó, mientras dejaba escapar una leve risilla- Tiene sonoridad, sí, pero... En fin, no diré más. Si no encaja Matthew o Mattata ya buscaremos una solución. -dijo, resuelta- Pero no sé si se debería quedar sin nombre, sólo por evitarnos el dolor de despedirnos de él.

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17/11/2017, 20:14
Morgana Whiterocks

-Quien no quiera cenar que pase su plato a los que sí. Empenzando por los más jóvenes.

Estaba de acuerdo con Clementine. Nunca había entendido que la gente mezclará emociones con estómago. Esto ya había pasado otras veladas, así que no iba a repetir su opinión ni a insistir en la importancia de ingerir energía.

No eran soldados bajo sus órdenes.

Mantuvo su actitud serena y distante a la espera de que Trish se explayara un poco más en sus explicaciones, respondiera alguna cosa con sentido a las dudas y preguntas de sus amigos, o que Nick la presionara en serio.
Arqueó una ceja en dirección a Lincoln, pero no en plan inquisidora; que el niño se expresase le parecía bien, ahora faltaban sus motivos. Podía sospecharlos. En realidad Morga pensaba que si esa tía era la madre había perdido sus derechos sobre el crío. Su moral era distinta a sus compañeros de mesa. No se lo devolvería. Sin embargo el patriarca era Nick, y quien se iba a encargar del bebé no sería ella. No le limpiaría sus caquitas apestosas, ni le daría el bibe ni lo acunaría en brazos. El marrón era para otros. Se limitaría a solucionar el tema de la nodriza. Aunque bien conocía que nunca digas de este agua no beberás.

Claro que el sermoneo samaritano de Clem le hizo rodar los ojos por segunda vez. La primera fue cuando Skyler pidió perdón por su "vocabulario". Las cenas en familia eran de risa. Buscó con la mirada a Robin.

-Tu tono es de disculpa, Robin. Habla con libertad, se te ha ocurrido y ya está. -El chico andaba siempre cohibido y con la bruja de su prima encima. Un día explotaría y la mierda salpicaría a todos.

"Mira, Trish nos suelta un rollo que abre más preguntas que respuestas, Cass se desmaya, pero no pasa una puta mierda, Clem dice que no es nadie para juzgar a esa zorra, y yo le soltaría unas cuantas hostias".

Fue otra frase la que salió de su boca:

-A ver, ¿qué coño pasa entonces con el puré?

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18/11/2017, 09:19
Nick Bennett

Nick no se había movido de la puerta. No tenía ninguna intención de cenar, y menos después de lo de Trish. Sentía que la bomba del carácter de Morgana estaba a punto de estallar y quería evitar que empezaran a gritarse. Estaba harto de la gente que gritaba en sitios cerrados.

- Trish - empezó a decir intentando que no se le notara el cabreo -. Estás contando estas cosas como quien comenta el tiempo que hace y tendrías que haber corrido a decírselas a cualquiera de nosotros en cuanto te hubieras enterado. Si no te importa, estaría bien que dejes de contarlo por capítulos y lo cuentes todo del tirón. No es un cotilleo; es un informe. Y llega tarde.

No quiso meterse en la conversación sobre el nombre del bicho, ni sobre la integridad moral de la madre. Odiaba las complicaciones y aquella era una de las gordas. Le importaba un carajo que se llamase Matatta, Hakuna o Simba. Le importaba un carajo que la mujer fuera una virgen o una puta. Le importaba su vida, y se estaba poniendo demasiado interesante.

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18/11/2017, 11:08
Trish

A Trish no le pasó desapercibido el mosqueo de Morgana. Entendía que a una mujer como ella la falta de información le pudiera molestar, y era un precio pequeño a cambio de mantener guardado el secreto de su hermana. Por lo menos cuando la mujer habló de nuevo, yéndose por el tema del nombre, la chica sintió que había esquivado una bala. Eso estaba bien, a ver si podían pasar aquel tema ya de largo: había contado lo que podía contar, ni más ni menos, y la habían presionado hasta que había tenido que inventarse algo. Que no había colado, estaba claro, pero lo importante era que sabían lo necesario y que no había delatado a Cass. Quedar como una mentirosa, bueno... No le importaba mucho. Después de todo estaba mintiendo.

La muchacha se encogió de hombros con lo que dijo la militar, y cuando acto seguido comenzó a hablar Daniel empezando por lo del nombre se inclinó un poco para mirarle, sintiéndose aliviada. Sonrió con aquello del mote y fue inevitable pensar que no estaba tan mal llamarlo así, Patata. Después de todo no contaba con que lo tuvieran mucho tiempo y algo así relajaba un poco las cosas. Daniel acabó retomando con lo de su supuesta amiga, pero desde luego de una forma mucho más inofensiva que los otros.

—Ni idea, la verdad —enunció—. Yo sólo transmito lo que me dijo.

Acto seguido, cuando intervino su hermana, Trish la fulminó con la mirada. Que de entre todos los presentes ella retomase el tema le pareció totalmente indignante. Estaba claro que era por mantener las apariencias... Pero la situación se estaba volviendo ya un poco opresiva: ¿de verdad hacía falta echar más leña al fuego?

Estuvo a punto de responderle, de decir algo a medias que ella entendiera, pero en lugar de eso buscó su pierna con los dedos por debajo de la mesa para pellizcarla. Aquello tendría que bastar como advertencia.

Después al fin pareció que las cosas se relajaban. Trish continuó comiendo con calma, tranquila al ver que ya todo el mundo se centraba en otra cosa. No disfrutaba siendo el centro de atención por algo como una mentira, eso estaba claro, pero aún así creía que había hecho lo mejor.

Para cuando Robin le dijo aquello de invitarla a comer Trish miró al pelirrojo con una mezcla de diversión y complicidad.

—Es que fue por la tarde —dijo antes de torcer el gesto, como si le diera pena que alguien se hubiera perdido la comida de ese día—. Pero no te preocupes, le he dicho que la invitamos lo que queda de mes.

Después de eso la muchacha siguió comiendo, dando un golpe amistoso con la pierna a su hermana mientras Clementine hablaba. La verdad es que quería seguir opinando sobre lo del nombre pero probablemente era mejor mantenerse en segundo, tercer o cuadragésimo plano en aquel momento.

Sin embargo cuando Nick empezó a hablar llamándole por su nombre supo que el vendaval no había pasado, ni mucho menos. Miró al hombre mientras este hablaba, sorprendida de las cosas que le estaba diciendo. Lo que metió la puntilla fue aquello de «es un informe». ¿Cuándo se habían vuelto tan militares como para decir algo así? Estaba claro: con Morgana.

Trish cogió aire antes de hablar. Mientras que las palabras de los demás la habían hecho sentir incómoda por estar mintiendo, las de su amigo acababan de cabrearla, y tardó unos segundos en saber por qué. La había conocido mientras intentaba robar y la había defendido. Ahora, en cambio, ni siquiera se planteaba que pudiera tener motivos reales para callar, le echaba una reprimenda delante de todos como si fuera una niñata.

Al principio creyó que era mejor callar, pero tras unos segundos dejó la cuchara en el plato y se giró hacia él. A lo largo de los años habían discutido unas cuantas veces, tantas como se habían reconciliado. Y aunque ella normalmente habría tenido la deferencia de esperar para hablar aquello en privado él había sido el primero que se había saltado esa norma no escrita.

—Nick, es oficial —dijo haciendo un gesto con las manos—: con Morgana cerca te vuelves gilipollas.

—Dime, ¿qué habría cambiado si hubiera dicho algo antes? —Puso las manos hacia arriba, como mostrando algo que era evidente—. Nada.

—He contado todo desde el principio, y lo único que no he querido decir es quién me lo ha dicho. Pero tú estás eligiendo presionarme y tratarme como una cría delante de todos en lugar de confiar un poco en mí o creer que tengo mis motivos.

—¿Quieres que nos pongamos militares? Muy bien. Pero yo no te he insistido ni te he presionado cuando has querido pirarte esta tarde solo sin decir adónde, porque confío en que si es importante ya me lo dirás. Ni te he reprochado que hayas hecho una guardia en la que no has visto una mierda mientras nos hacían un agujero en la valla y se colaban. Joder, Nick, que esta mañana preferiste irte al Jackie que ver el puto agujero, y seguro que ni siquiera has ido a ver cómo ha quedado después de que otros lo arreglemos. No me vengas con sermones.

—Puedes estar tranquilo —dijo Trish, claramente molesta, antes de volver  coger la cuchara. En lugar de seguir comiendo volvió a clavar los ojos en el antiguo escritor—. A partir de hora no tendrás ningún informe a medias —Aquello sonó más bien a no tendrás ninguno, pero ella no siguió por ahí—. Y ni me contestes hasta que te sientes a cenar. Nos ha llevado hora y pico preparar esto cuando todos tenemos otras cosas que hacer, mientras tú estabas nadie sabe dónde haciendo nadie sabe qué. No ha sido para que te quedes ahí plantado diciéndome que no hago bien algo que ni siquiera sabes cómo he hecho, ni para que me eches en cara que no cuento lo que no quiero contar.

Con esas palabras la chica sí volvió a comer, aunque se le notaba enfadada. Las últimas palabras, sin embargo, fueron para su hermana.

—Y a ti ya te vale.

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18/11/2017, 12:56
Trish

A Trish no le pasó desapercibido el mosqueo de Morgana. Entendía que a una mujer como ella la falta de información le pudiera molestar. Por lo menos cuando la mujer habló de nuevo, yéndose por el tema del nombre, la chica sintió que había esquivado una bala. 

La muchacha se encogió de hombros con lo que dijo la militar, y cuando acto seguido comenzó a hablar Daniel empezando por lo del nombre se inclinó un poco para mirarle. Sonrió con aquello del mote y fue inevitable pensar que no estaba tan mal llamarlo así, Patata. Después de todo no contaba con que lo tuvieran mucho tiempo y algo así relajaba un poco las cosas. Daniel acabó retomando con lo de su amiga, pero desde luego de una forma mucho más inofensiva que los otros.

—Ni idea, la verdad —enunció—. Yo sólo transmito lo que me dijo.

Acto seguido, cuando intervino su hermana, Trish la fulminó con la mirada. Estuvo a punto de responderle, de decir algo a medias que ella entendiera, pero en lugar de eso buscó su pierna con los dedos por debajo de la mesa para pellizcarla. Aquello tendría que bastar como advertencia.

Después al fin pareció que las cosas se relajaban. Trish continuó comiendo con calma, tranquila al ver que ya todo el mundo se centraba en otra cosa. 

Para cuando Robin le dijo aquello de invitarla a comer Trish miró al pelirrojo con una mezcla de diversión y complicidad.

—Es que fue por la tarde —dijo antes de torcer el gesto, como si le diera pena que alguien se hubiera perdido la comida de ese día—. Pero no te preocupes, le he dicho que la invitamos lo que queda de mes.

Después de eso la muchacha siguió comiendo, dando un golpe amistoso con la pierna a su hermana mientras Clementine hablaba. La verdad es que quería seguir opinando sobre lo del nombre pero probablemente era mejor mantenerse en segundo, tercer o cuadragésimo plano en aquel momento.

Sin embargo cuando Nick empezó a hablar llamándole por su nombre supo que el vendaval no había pasado, ni mucho menos. Miró al hombre mientras este hablaba, sorprendida de las cosas que le estaba diciendo. Lo que metió la puntilla fue aquello de «es un informe». ¿Cuándo se habían vuelto tan militares como para decir algo así? Estaba claro: con Morgana.

Trish cogió aire antes de hablar. Mientras que las palabras de los demás la habían hecho sentir incómoda, las de su amigo acababan de cabrearla, y tardó unos segundos en saber por qué. Ni siquiera se planteaba que pudiera tener motivos reales para callar, le echaba una reprimenda delante de todos como si fuera una niñata.

Al principio creyó que era mejor callar, pero tras unos segundos dejó la cuchara en el plato y se giró hacia él. A lo largo de los años habían discutido unas cuantas veces, tantas como se habían reconciliado. Y aunque ella normalmente habría tenido la deferencia de esperar para hablar aquello en privado él había sido el primero que se había saltado esa norma no escrita.

—Nick, es oficial —dijo haciendo un gesto con las manos—: con Morgana cerca te vuelves gilipollas.

—Dime, ¿qué habría cambiado si hubiera dicho algo antes? —Puso las manos hacia arriba, como mostrando algo que era evidente—. Nada.

—He contado todo desde el principio, y lo único que no he querido decir es quién me lo ha dicho. Pero tú estás eligiendo presionarme y tratarme como una cría delante de todos en lugar de confiar un poco en mí o creer que tengo mis motivos.

—¿Quieres que nos pongamos militares? Muy bien. Pero yo no te he insistido ni te he presionado cuando has querido pirarte esta tarde solo sin decir adónde, porque confío en que si es importante ya me lo dirás. Ni te he reprochado que hayas hecho una guardia en la que no has visto una mierda mientras nos hacían un agujero en la valla y se colaban. Joder, Nick, que esta mañana preferiste irte al Jackie que ver el puto agujero, y seguro que ni siquiera has ido a ver cómo ha quedado después de que otros lo arreglemos. No me vengas con sermones.

—Puedes estar tranquilo —dijo Trish, claramente molesta, antes de volver  coger la cuchara. En lugar de seguir comiendo volvió a clavar los ojos en el antiguo escritor—. A partir de hora no tendrás ningún informe a medias —Aquello sonó más bien a no tendrás ninguno, pero ella no siguió por ahí—. Y ni me contestes hasta que te sientes a cenar. Nos ha llevado hora y pico preparar esto cuando todos tenemos otras cosas que hacer, mientras tú estabas nadie sabe dónde haciendo nadie sabe qué. No ha sido para que te quedes ahí plantado diciéndome que no hago bien algo que ni siquiera sabes cómo he hecho, ni para que me eches en cara que no cuento lo que no quiero contar.

Con esas palabras la chica sí volvió a comer, aunque se le notaba enfadada. Las últimas palabras, sin embargo, fueron para su hermana.

—Y a ti ya te vale.

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18/11/2017, 16:09
Daniel Green

Las nubes que parecían disiparse conforme hablaban del crío, se volvieron a arremolinar, tornándose negras con la intervención de Nick. Su tono apenas conseguía velar lo molesto que se sentía, pero fue el contenido de lo que dijo lo que hizo que finalmente la tormenta estallara. Y lo hizo con furia.

Suspiró quedamente oyendo la descarga de profundidad de Trish, que pasó de adoptar una actitud defensiva o esquiva, atacando directamente a Nick. Acusación contra acusación en medio de loq ue debería haber sido una cena tranquila. Y en medio del silencio subsiguiente, tan solo parecía oirse el sonido de su cuchara contra el plato, restañando lo último que quedaba de la crema.

-Estaba buenísima, Cassandra. De verdad, un diez -dijo como si no hubiera escuchado nada de lo que allí se había vertido, al tiempo que se levantaba de su asiento-. Y huele como si hubiera algo asándose. Unas buenas verduras de nuestro huerto -se acercó a la posición de Trish y puso ambas manos sobre sus hombros-. Trish, cariño, ¿te importa acompañarme y me echas una mano para traer el segundo? -presionó suavemente los hombros, un sutil mensaje para una pequeña tregua. Lo que no necesitaban era enzarzarse entre ellos. Unos minutos quizá dieran la calma necesaria para retomar la conversación con tranquilidad.

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19/11/2017, 18:37
Robin

Shamira conseguía derretir las entrañas del pelirrojo y ello se notó en la sonrisa boba con la que le devolvió aquel gesto al levantarse con él por los nombres disidentes. Aunque se sintió un poco mal por mirarla como hubiese podido mirar al bebé, más con la conversación que aquella mañana habían tenido en la cocina con Daniel.

Ninguno de los ahí presentes, con la obvia excepción del bebé eran niños por pequeños que parecieran, incluido él mismo. Pero tampoco eran todos adultos. La suya era peor que cualquiera de esas condiciones. Era demasiado joven mayor para despreocuparse y demasiado niño para que Skyler no mandara sus ideas a pasar por un filtro como antes había sido Trish.

Y Shamira iba camino de atraparlo. Tal vez por ello sentía esa confidencia especial con ella. Se notaba que pronto estarían en el mismo limbo. Aunque ella entraría en esa fría edad antes, y seguro que también se graduaba antes. Morgana parecía entenderlo y por ello se tomó su consejo como un ejercicio que intentar poner en práctica.

Aunque no es tan fácil.

Miró a su prima entre cucharadas y se encogió de hombros a sus palabras. No quiso explicar en qué pensaba, ni confesar que sabía cómo había acabado con ese nombre fusionado. No podía decirle que estaba de acuerdo con Shamira sobre lo feo que era poner el nombre de un santo a un bebé por el hecho de ser de un santo, y menos ahora que ese tema ya no le parecía importante por lo provisional del mismo.

Probablemente ella tenía razón, y Matata no era un nombre, ni lo sería hasta que nadie lo llevara. Probablemente los nombres eran algo en el antiguo mundo y ella lo comprendía y sabía mejor que él. Probablemente fuera así, y probablemente le hubiese dado la razón antes de llevarse la siguiente cucharada a los labios pero Trish había defendido más de una vez su tontería y no quería despreciar eso.

Sonrió, no obstante, a las miradas de paz de Skyler en respuesta a aquella pregunta que sabía leer en sus ojos sin entretenerse demasiado en ello pues la voz de Clementine le atrajo como polilla a la luz.

Había algo muy reparador en sus palabras que animó a su estómago a seguir cenando con la cabeza en silencio. Pero ya decía su padre que la calma era madre de la tempestad.

No fue por lo que Trish le respondió a él que su cuchara quedó en el plato. No estaba seguro de si aquello había sido una broma o no pero de ser el primer caso no tenía de qué preocuparse y de ser verdad, no podía hacer nada, así que ya lo hablarían. No, aquello no había rozado el setenta y cinco por ciento con el que su hermana atizaba en el desayuno. Pero lo que dejó salir por su boca después anudó su estómago y le enfrió el cuerpo.

Ni siquiera miró a Nick para saber cómo eran recibidas esas palabras. La palidez se adueñó -más- de él mientras escuchaba y un temblor sacudió uno de sus pies en un espasmo nervioso.

¿En serio? —pensó anonadado cuando acabó y solo entonces miró más allá de la mesa a su padrino—. ¿En serio? —repitió volviendo a las hermanas y subiendo la mirada a Daniel con compasión.

Tampoco es necesario que arda Roma —conscideró y cmentó por encima de Morgana pero en tono privado para Trish—. Hoy es un día raro y todos parecemos un poco fuera de nosotros mismos pero no creo que nadie te haya querido presionar, que lo sabes de hace nada no lo sabíamos y el qué, quién, cuándo, cómo y por qué salen muy fácilmente. Si te vale de algo, yo confío en ti incluso por lo que queda de mes —bromeó en las últimas palabras sin tener muy claro que su amiga entendiera su humor como él se perdía en el de ella—.

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19/11/2017, 20:11
Cassandra (Cass)

Cuando Trish la miró de aquella forma ella aguantó sin un solo movimiento en su rostro pero con el pellizco siguiente le devolvió la mirada, en el mismo tono, acabó el contenido de su plato entre los distintos comentarios pero cuando oyó a Nick soltó un bufido, a medias enfado y a medias risa. Ese tipo de ruido que sale sin querer de tu boca cuando lo que has escuchado te suena a ataque por no querer enfrentar lo que ha pasado. Los ojos de la encapuchada se dirigieron hacia él, girando la cabeza en el transcurso, y las manos apretaron el plato vacío, pero la contestación llegó antes de que pudiese ordenar sus pensamientos y decir la suya.

Escuchó a su hermana mirando al interpelado, el gesto de su cara todavía serio, básicamente estaba de acuerdo con lo que decía aunque ningún gesto lo evidenciase, no fue hasta las últimas palabras cuando su rostro se contrajo levemente. Apenas escuchó el cumplido de Daniel, no pudo contestarle, solo lo miró sin ver. Una espina de hiel acababa de atravesarla y estaba buscando como quitarla. Se levantó aún aferrando el plato y se dirigió hacia la puerta, la voz de Robin acompañó su caminar.

-No pagues tus mierdas con ella, la información que ha contado no es de vida o muerte, y no cambia nada. -le dijo al hombre que permanecía de pie -Nos han dejado un crío, o nos lo quedamos hasta un posible reclamo o lo damos. No hay más. 

Sus ojos oscuros miraban los azules de él, en ellos no había amenaza ni ira, sólo una fría determinación.

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19/11/2017, 23:19
Kane

Kane, que había decidido retraerse a la cena para tenerla en paz, fue testigo de como Nick y Trish se enganchaban arrastrando a unos y otros a un incierto pandemonio. El pistolero tuvo un primer ademán, miró de soslayo a Clementine suspirando quedamente. Vio como Robin y Daniel trataron de atajar una discusión mayor, aunque Cassandra intervino para posicionarse junto a su hermana, como era de esperar.

¿De verdad vais a discutir por esto? se preguntó algo severo, hastiado. Ni esto es una milicia.. lanzó una mirada a Nick y, de carambola, Morgana. ..ni creo que la reacción haya sido proporcionada por otro lado.. en esta ocasión miró a las dos hermanas. Miró a unos y otros, suspiró levemente

Sí, la madurez en su máxima expresión.. espetó, enseguida se amonestó por haber abierto la boca, miró de nuevo a Clementine de reojo con el convencimiento de que ella sabría decir las cosas mejor o, en su defecto, sus palabras quizá tendrían mayor efecto que las propias.

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20/11/2017, 00:40
Clementine

Clementine se levantó, sin moverse de su sitio, despacio, en medio de aquel contingente de reproches, de desacuerdos, de cinismo y egoísmo involuntario. Dedicó una breve mirada significativa a Kane y respiró hondo, una, dos veces, y cerró entonces durante un instante los ojos, apretando los labios, contrita y entristecida, pero también evidentemente molesta. Indignada hasta cierto punto, a pesar de que se guardase del pecado de la ira, a pesar de que quisiese mantenerse lejos de oir el eco del galope del jinete bayo.

- Ya basta.- espetó, utilizando la potencia de su voz, sin haber siquiera gritado, pero haciendo resonar sus palabras entre las cuatro paredes de la sala común. Abrió entonces los ojos de nuevo, y miró a unos y a otros, con absoluta seriedad- Somos una familia. Y resolveremos esto de manera civilizada.- advirtió, tajante- Seguramente todos, absolutamente todos aquí, tenemos motivos personales para que este asunto nos haga sentir especialmente vulnerables. Y hasta cierto punto es justificable que la piel hoy se muestre más fina. Pero ya basta. -añadió, con un tono algo más comedido- Nada de reproches. Nada de cinismos. Nada de bromas hirientes, ni de trivializaciones innecesarias. Sentáos todos a la mesa, compartid, opinad, debatid, pero ante todo, respetad y pensad en el bien común. - concluyó, realizando con aquellas palabras un llamado al sentido común, a la calma, a la razón.  

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20/11/2017, 01:09
Clementine
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

No sé bien pero dejé la tirada por si acaso. Para llamar a la calma, para intentar hacerlos entrar en razón. 

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20/11/2017, 01:54
Narradora

Y de repente, entre las palabras y miradas que volaban de un lugar a otro del salón común, se abrió camino la voz de Clementine. No solía mostrarse autoritaria o tajante, tal vez por eso cuando lo hacía era difícil resistirse a escucharla, o quizá era otra faceta del mismo magnetismo que elevaba los espíritus cuando cantaba.

Como fuese, la presencia de la joven se impuso por encima de cualquier reproche que todavía estuviese anidando en las gargantas, haciendo que en ese instante todos se diesen cuenta de que tenía razón: todos y cada uno de ellos estaban en el mismo bando, tenían un objetivo común. Sonaba más que convincente, la voz del sentido común. Así que lo mejor parecía sin duda hacer lo que ella pedía, sentarse, compartir la cena y continuar la conversación con calma y respeto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si alguno quiere resistirse puede hacer una tirada de Voluntad. Hacen falta 5 éxitos.

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20/11/2017, 09:06
Nick Bennett

Nick estaba abriendo la boca para contestar algo muy feo a Trish cuando miró a Clementine. Aquella chica siempre había tenido un no sé qué que sacaba al mismo tiempo lo peor y lo mejor del escritor. Por una parte le sacaba de quicio que alguien fuera tan estúpidamente bueno e ingenuo en aquel mundo de mierda, pero por la otra, sabía que si aquello le irritaba era por todo lo que había dejado atrás.

Resopló, y las palabrotas se las llevó el viento.

- Error, Trish - dijo -: soy gilipollas en todo momento, un gilipollas de aúpa. No te haces a la idea de lo gilipollas que puedo llegar a ser para que no nos vuelen el culo. Morgana lo único que hace es recordarme que no estamos en la Casa de la Pradera - luego sopesó la acusación que más le había dolido -. Si piensas que no confío en ti, supongo que he dicho algo que no debía, pero si voy a tener que andar con pies de plomo cada vez que te hable avísame - "y te iré dejando notas", reprimió, evitando mirar a Clementine.

Dicho aquello se sentó en la mesa, tan lejos como pudo de la joven religiosa. Aún así, se negó a coger comida. No le apetecía ni la cena ni la compañía.

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20/11/2017, 10:19
Cassandra (Cass)

La voz de Clementine logró llegar hasta lo más profundo de la buscadora, calmando los demonios internos que todos tenían atosigando sus mentes, los hombros se hundieron y ladeó la cabeza en su dirección escrutando el armonioso perfil de la barda. Vio como Nick se sentó por fin a la mesa y Cassandra miró el plato vacío en sus manos.

-Voy a por el segundo, haced sitio. -si se refería a sitio en la mesa o en sus estómagos quedó a interpretación de cada uno, dio dos pasos más hacia la salida y se detuvo de nuevo -No creo que pueda con todo sola.

La invitación para ayudarla estaba hecha aunque si no iba nadie haría dos viajes, ella había cocinado y era su responsabilidad, como tantas otras veces lo había sido de otros. Su mirada se posó por un instante en el binomio que formaban Daniel y Trish, pues ellos ya habían comentado de ir antes de la intervención de la rubia, pero sin esperar a ninguna contestación, ni a favor ni en contra, volvió a ponerse en movimiento mientras agitaba el plato en dirección al huerto donde las brasas ya debían de haber hecho su magia y las verduras estarían en su punto. 

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20/11/2017, 22:36
Morgana Whiterocks

Morgana no supo como interpretar eso de "con Morgana cerca te vuelves gilipollas". Se planteó tres suposiciones y una de ellas le hizo soltar una pequeña carcajada.

No entendía del todo a Trish, la chica entrenaba duro, mantenían una cierta amistad, y ahora, acalorada, aparentemente estaba atacando su presencia en el refugio. No es que le preocupara el tono que adquiría la conversación, de sobras estaba acostumbrada a broncas que incluso acababan a hostias, con un cuchillo o una pistola en la mano, pero esta vez sí que decidió intervenir; había puntos que aclarar antes de que escurriera el bulto junto con Daniel.

Se disponía a dar su opinión cuando Kane se le adelantó. Morga no comprendía como le daban tanta importancia a una discusión que, sin ser trivial tampoco tenía nada del otro mundo. ¿Milicia? Una nueva risa se le escapó, aunque a decir verdad estaba de acuerdo con él, tal vez porque compartían un pasado con cierta similitud, y por eso le hizo una seña de asentimiento. La que le dejó perpleja fue la intervención de Clementine. Se quedó un poco sin palabras, como todos allí, contagiada por el aire conciliador que de pronto recorrió la mesa. Tuvo la misma sensación de hormigas recorriéndole la piel que aquel día con el tipo barbas al que hizo un traslado.

Cuando reaccionó, Nick ya había ironizado liberando pulgas. No se merecía ese trato, ni la respuesta de Trish ni la de su hermana, pero ella no conocía las circunstancias de su pasado. Aprovechó el breve silencio momentáneo.

- Oye, Trish, me gustaría que aclarases la gilipollez de Nick -dijo con tono neutro-. La verdad es que alucino con vosotros. Todos sobreexageráis. Unos porque parece que se acabe el mundo, y otros porque sois pura gelatina. Trish, Cassandra, os estáis pasando. Nick, en nombre de todos, pide que no dejes la información a medias. Si no querías esto, haberlo pensado mejor antes de abrir la boca -su tono continuaba siendo contenido, sin alzar la voz-. Te guardas algo, se te ve, tú misma lo has dicho, tus motivos. Una mierda de historia. Verás, me la suda tus negocios o a quien te follas, si no afecta al refugio. Todos tenemos nuestras mierdas, vale, yo misma, pero te aseguro que el tiempo que llevo aquí me puedes llamar Santa Morga de los Morris, comparada mi actividad con la de antes. Estaría bien que no te guardases nada.

El timbre de su voz era relajado, casi distraido. Fijó la mirada unos segundos en Clem, luego se centró en Trish.

-Se supone que somos una comunidad democrática, una chorrada si me lo preguntas, sin embargo lo acepté cuando Nick me propuso unirme al grupo. Te aseguro que me esfuerzo. Nick, un tipo que tiene todo el derecho a preguntarte lo que crea conveniente, alguien que, de una manera u otra ha sacado esto adelante, con vuestra ayuda y sus dos pelotas. La cena no ha terminado, queda tiempo para que él y los demás, vayamos poniendo al día de lo que hemos averiguado. Para guardar secretos, no hace falta reunirse en plan congregación de veganos.

Se levantó, usó el cazo y llenó de nuevo los platos de Shamira y Lincoln con la ración de Nick.

-La inventora no quiere informes, ni que la presionen, ni le gustan las formas militares. Pero no vives sola aquí. Y es la única manera que se de hacer las cosas. Me pateo el barrio cada día, la gente me ve, la conozco, y dejo claro como el blanco de mis ojos de qué palo voy si me tocan los huevos, y me jode mucho que en la puerta de mi casa quieran robar a alguien, que revienten la valla o echen un polvo. ¿Entiendes eso?

No había ira o acritud alguna en su voz. Le parecía que se dirigía a adolescentes revolucionados por un batido de hormonas.

-No estamos para recriminaciones ni jodidas acusaciones, Clem y Kane tienen razón. Puede que Nick la cagase en la azotea, ¿le damos de hostias? ¿Le metemos un castigo? Vamos a ponernos militares de verdad.

Pasó un dedo por el borde de la olla y se lo chupó. Después puso las manos sobre los hombros de Nick, apretando un poco para darle apoyo moral, situándose detrás de él.

-Te has perdido una excelente crema, hombretón. Vamos, no te quemes. Yo confío en ti. Todos los presentes confiamos en ti.Mañana Clem y yo iremos a buscar una nodriza, ya lo hemos hablado.Lo solucionaremos.

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20/11/2017, 22:46
Trish

Después de decir esas últimas palabras a su hermana Trish había seguido comiendo con la mirada fija en el plato. No creía que el silencio durase demasiado y conociéndola era probable que su enfado tampoco, pero aún así en ese momento no le importaba. Daniel fue el siguiente a hablar, y la muchacha agradeció cómo comenzó. Siempre tan conciliador, intentaba desviar el tema. Le oyó levantarse y un momento más tarde Trish sintió las manos de su amigo sobre sus hombros. No se tensó, ni mucho menos: ni su enfado era con él ni era de las que lo extendían a aquellos que no lo habían buscado. Y entendía que el chico quería o bien un minuto a solas o bien darle una excusa para tomarse un respiro. O las dos cosas.

Antes de que respondiera, sin embargo, intervino Robin llamando también a la paz. A la muchacha no le convenció que hablase como si todos estuvieran de los nervios cuando ella no creía haber hecho nada antes de que Nick empezase con lo que consideraba idioteces. Lo miró directamente cuando escuchó eso de que nadie la había querido presionar, debatiéndose entre achacarlo a su inocencia o a sus ganas de mediar, y alzó una ceja cuando él dijo eso de que no sabían que la información era reciente. A lo mejor, simplemente, el pelirrojo no estaba escuchando. Aún con la ceja alzada la chica suspiró, dejando que mientras esta bajaba las malas sensaciones se diluyeran con el chiste del chico.

Trish podía esperar que su hermana la defendiera, al igual que ella habría hecho en cualquier situación. Sin embargo verlo en vivo y en directo hizo que abriese los ojos sorprendida y sintiera una especie de orgullo que no estaba acostumbrada a sentir. Vale que habían sido sólo un par de frases... Pero aún así se sintió bien por tener a alguien que saltase así por ella. Y en realidad sabía que no sólo tenía a Cass, ni mucho menos, sino que el propio Nick sería el primero en enfrentarse a quien fuera si le pasase algo fuera de aquellas paredes. Y quizá fue por eso o quizá por las palabras de su hermana, pero en ese momento sintió un poco de lástima por el escritor.

Con la intervención de Kane Trish entendió racionalmente lo que decía. Una parte de sí misma, sin embargo, quiso rebelarse en el mismo momento en que él habló de madurez... Pero afortunadamente no llegó a hacerlo, aunque sólo fuese para no darle la razón.

Sin embargo cuando las cosas terminaron de cambiar para la muchacha fueron al ver que Clementine hablase. Que ella, teniendo en cuenta su habitual sosiego, hablase con esa convicción y seriedad hizo que la muchacha bajase la vista hacia el plato. No con vergüenza, desde luego, pero sí para darse un momento para pensar. 

El enfado no llegó a desaparecer del todo, pero sí bajó varios niveles hasta convertirse en poco más que una molestia. Una fácil de llevar cuando ponía en perspectiva qué era mejor para todos. ¿Nick se había portado como un idiota? Desde luego, pero bien podrían arreglarlo más tarde entre los dos. Conociéndole a lo mejor sólo necesitaba una cerveza más. O una menos.

Cuando acto seguido Nick empezó a hablar los ojos de la muchacha lo buscaron. Con las palabras de Clem aún en la cabeza hizo un esfuerzo consciente por no tomarse a mal algunas de las cosas que él dijo, ni tampoco que fuese a sentarse en el otro extremo de la mesa en lugar de a su lado, como ella esperaba después de dejarle un sitio libre. Entonces emitió un suspiro, valorando qué camino tomar. En ese momento su hermana se levantó, dejándola sola, pero Trish decidió no acompañarla. Qué menos que quedarse respondiendo al escritor.

—No me refería a que no confiaras en mí —dijo poniendo las dos manos sobre la mesa. Tomó de su vaso un breve sorbo antes de continuar—. Me refería a que... —Empezó a explicarse, pero realmente aquello no tenía tanta importancia. Hizo un gesto con la mano, como dejándolo de lado—. Bueno, da igual.

—Sé que confías en mí. Sólo me gustaría que la próxima vez en lugar de pensar que voy como una loca contando cosas de aquí y de allá —dijo dibujando una sonrisa— pienses que a lo mejor me salto lo que me salto conscientemente, por algo. Sé que lo entenderías si te lo hubiera contado, peeero... —Se encogió de hombros mostrando las palmas de las manos con cierta gracia. Después, en cuanto Morgana empezó a hablar, llevó los dedos de una de ellas hacia la de Daniel.

—Dan, ¿te importa ir sólo Cass y tú? Prefiero aclarar eso, aunque sea una bobada.

Entonces siguió escuchando a la mujer, consciente de que se estaba conteniendo. Al menos al principio. Luego, sin embargo, parecía más relajada.

—Lo de Nick es fácil: normalmente no nos hablamos así. Y no nos exigimos cosas, desde luego. Yo le cuento siempre todo lo que quiero contar, y porque me exija más no voy a contar más. —Desvió un momento los ojos al escritor y al volver a hablar lo hizo con cuidado, consciente de que pisaba terreno resbaladizo—. Creo que piensa que contigo tiene que responder por nosotros, o algo así. Que si yo me callo cosas va a ser como si él hubiera hecho algo mal. Eso, o quiere ponerse duro para que no me des dos hostias, no lo sé —Trish dijo aquello con naturalidad antes de encogerse de hombros—. O como última opción, puede que le gustes. Como sea, no creo que se hubiera puesto así si no estuvieras.

—Que, ojo, no digo que no tengas que estar, estamos mucho mejor contigo aquí. Entrenamos, estamos más preparados para cualquier cosa que venga y estoy segura de que hay menos gente que se plantee hacernos algo sólo porque tú estás aquí. Pero los que llevamos aquí más tiempo no estamos acostumbrados a algunas cosas. Tenemos que encajar aún algunas piezas, eso es todo.

—Y puedes estar tranquila por mi amiga. Conozco mucha gente que vive de ratear lo que puede, pero los gilipollas ya se han quedado atrás. Si ella pudiera suponer un problema para nosotros no sería mi amiga, es así de fácil. Y por supuesto que no vamos a dar de hostias a Nick por lo de la azotea. A la próxima lo tiramos, y ya está —dijo con un gesto que dejaba claro que bromeaba antes de hablar más en serio— Creo que después de lo de esta noche todos nos tomaremos las guardias más en serio, no creo que haya que recriminarle nada. Sólo decía que si nos ponemos a exigir, bueno... A todos se nos puede exigir algo.

Llegados a ese punto la muchacha paró de hablar un instante para volver a beber. Después se llevó una cucharada de puré a la boca y para cuando se echó hacia adelante, apoyando los antebrazos en el borde de la mesa, fue con una actitud diferente, más de cara hacia adelante.

—¿Cómo es eso de la nodriza? —preguntó—. ¿Creéis que deberíamos tirar por ahí, o sólo vais a buscarla para ver qué pide?

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21/11/2017, 00:15
Skyler

La sonrisa con la que Robin respondió a sus miradas aplacó en Skyler las dudas sobre el estado de las emociones del pelirrojo y, tranquila sobre ello, se dedicó a la comida. Su cabeza se movió asintiendo en varias ocasiones, secundando las palabras de Clementine primero y de Nick después, pero cuando se dio cuenta de que Trish se había cabreado, la rubia la miró con el ceño fruncido, como si le costase comprender qué estaba pasando. 

La incomodidad que la había asaltado de pronto no era extraña, Skyler solía mostrarla cuando había demasiados sentimientos a su alrededor. Así que dejó la cuchara en el plato y se dedicó a mirar a unos y otros según iban interviniendo, con cierta confusión en el fondo de sus pupilas y los labios convertidos en una línea fina y apretada. 

Bajo la mesa dio una pequeña patadita a su primo como aviso antes de estirar el brazo y buscar su mano para apretar sus dedos en confidencia. No los aflojó hasta que Clementine habló de nuevo, calmando el conflicto con la fuerza de su voz. Entonces Skyler respiró aliviada y dedicó una pequeña sonrisa a Robin, devolviendo su mano a la cuchara y recuperando una postura más normal. 

Sus ojos brillaron con cierta diversión cuando Nick reconoció ser gilipollas, pero su mirada no se entretuvo sobre él más tiempo del necesario y la apartó rápidamente para llevarla hacia Morgana primero y Trish después, mientras ambas hablaban. Finalmente ella también tomó la palabra, sumándose al cambio de tema. 

—Lo de la nodriza tiene buena pinta, ¿no? Así además de amamantar podrá cuidarlo cuando no tengamos ganas de estar con él. Y bueno, si Matthew no os gusta —siguió, a regañadientes, sintiendo la necesidad de ceder ella también en algo en pro de la concordia que Clementine había reclamado—... Podemos buscar algún otro buen nombre cristiano que os suene mejor. Hay un montón. 

Tras su intervención su mirada se paseó por todos los sentados a la mesa, aunque se detuvo en Morgana, con cierta curiosidad. 

—¿Qué más habéis descubierto?

Notas de juego

Sé que algunos estáis de pie en este instante, pero os dejo los asientos definitivos para que sepáis dónde está cada uno sentado.

En imagen para los que tengan problemas con pyromancers.

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21/11/2017, 00:15
Shamira

Los dos habitantes más pequeños del refugio no se perdieron palabra en la discusión entre el escritor y la inventora. Sin embargo, mientras que Lincoln los contemplaba con gesto impasible, Shamira se encogió un poco en el sitio. Sus ojos se abrían redondos y la risa que había anidado en sus labios momentos atrás se desvaneció por la tensión del momento. 

A ninguno de ellos les costó asumir la vuelta a la normalidad después de la intervención de Clementine. Tal vez por la adaptabilidad propia de la juventud o quizá porque en sus cortas vidas habían visto situaciones peores pero, como fuese, en cuanto el tono se rebajó, ellos recuperaron la misma actitud de antes, como si nada hubiera pasado. 

Lincoln apartó la cuchara cuando Morgana llenó su plato de nuevo, pero no se quejó por recibir más comida. Al contrario, levantó la mirada hacia la militar y asintió con la cabeza sin decir nada. Shamira todavía no había terminado la ración anterior, pero tampoco protestó. Hacía mucho que había aprendido que eso no iba a servirle de nada. Así que siguió comiendo y sus ojos se desviaron hacia Daniel cuando Trish dijo que se quedaba. 

—Yo os ayudo —se ofreció, solícita, echando hacia atrás su silla antes de levantarse para ir con él y Cass hacia la cocina. 

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21/11/2017, 19:35
Kane

La intervención de Clementine tras sus palabras más o menos acertadas ungió un momento de paz, para Kane aquello no fue sorprendente, pero sí agradecido. La bruma de su propio enojo se fue disipando a su vez, el remor que lo había estado llevando desde que encontraron el bebé por la mañana no desaparecía, pero al menos pudo darse una tregua mientras escuchaba las intervenciones de los demás.

Al parecer las aguas iban volviendo a su cauce tras haberse desbordado, aunque las miradas atentas del pistolero iban de un lado a otro según quien hablaba. En algún momento suspiró, descongestionando su propia tensión, miró de soslayo a Clementine con una sonrisa contenida, de circunstancias, mientras se encogía de hombros dando a entender que al parecer su llamamiento a la calma había funcionado. Aunque, una vez más, la referencias antiguas de Nick se le escapaban a su comprensión, ¿qué narices era la Casa de la Pradera? Si estaban en medio de una ciudad, en ruinas sí, pero una ciudad.

Sea como sea, esto no ha acabado, ni de lejos. remarcó lo obvio en un ejercicio para dar trampolín a temas de conversación menos cáusticos cuando juzgó que las cosas estaban más calmadas. ¿Hay algo más que tengamos saber? preguntó mirando alternativamente, hizo una pausa escuchando el trasunto de la nodriza.

Supongo que decir que el huerto está.. bien. se acarició el entrecejo tomando parte de su cena. Contribuye al parte del día. lo dijo en un tono tan neutro que no se supo adivinar si estaba bromeando o no, pero por el contexto, uno podía sospechar que así era.

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21/11/2017, 20:00
Daniel Green

Todo iba demasiado rápido, todos tenían algo que decir, todos querían tener razón y, en cierta medida, a ninguno le faltaba. Simplemente, era la convivencia y si bien se decía que el roce hacía el cariño, también era cierto que hacía la herida.

-Ok, no te preocupes. Acompaño a tu hermana para echarle una mano. Cassandra, espera un segundo. Gracias, Shamira, contigo será aún más fácil -dijo guiñando un ojo a esta última. Aun así su rostro estaba serio. Entendía perfectamente todo cuanto había dicho Morgana y se sorprendía incluso de compartirlo, de igual forma que el rapapolvo de Clementine parecía haber calmado un tanto los ánimos o por lo menos, ralentizado la mecha antes de que todo explotara. No obstante, la presencia de secretos y el peso de los mismos de cara a la sinceridad en el seno del grupo era un lastre. Quizá algún día aprenderían a distinguir privacidad de secretismo y todo fluiría mejor-. Vamos, Cassandra -dijo al llegar a su lado-. Eso que has dejado asando huele de lujo y sería una pena que se quemara.