Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 1.5] No sólo de pan...

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26/11/2017, 22:57
Cassandra (Cass)

Cassandra comió un par de alcachofas, arrancando cada una de sus hojas y degustando el sabor de la verdura mezclado con el de la madera y el humo, mientras escuchaba a unos y a otros hablar del alimento para el crío y de que ¿Nick sentía algo por Morgana? esa parte no le quedó clara, ya preguntaría en otro momento. Sus oídos estaban atentos pero sus ojos y manos se dedicaban a llevar alimento a la boca. Al finalizar se limpió los dedos chupándolos bien y se decidió a hablar de nuevo.

-La nodriza será necesaria, un cálculo rápido nos dice que necesitaremos unos tres botes cada dos semanas hasta que tenga unos cuatro meses, con cinco tomas al día...-hizo un gesto que quería decir que con tanto comer se iba a poner ceporro el niño -Luego serán menos tomas pero de más cantidad por lo que puede que se reduzca algo pero más o menos igual. Si contamos hasta los ocho meses nos vamos a unos treinta y tres botes en los próximos seis meses. No es lo que puedan costar, es poder conseguir tantos y de la edad justa.

Miró a Trish con una disculpa en el rostro y de inmediato añadió su parecer.

-Pero un bote a mano da margen para prevenir imprevistos, nunca se sabe cuando esta puta vida se carga a la nodriza sólo por joder.

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27/11/2017, 21:52
Skyler

La rubia había asentido prácticamente a cada una de las palabras de Clementine mientras se iba comiendo una alcachofa hoja por hoja. Y cuando Cass terminó de hablar, intervino ella también. 

—Además, siempre será más sano que tome leche materna de una mujer de verdad que no esos polvos de hace trescientos años. Lo natural siempre es mejor —aseguró, mirando a Trish—. Y no lo llames más con ese nombre horrible. 

Miró con duda a su primo en un vistazo rápido antes de seguir hablando.

—Y si su madre aparece, tendremos que saber qué le pasó. Luego podemos hacer una votación, ¿no, Nick? —interpeló al escritor sin esperar realmente una respuesta por su parte—. Vemos qué dice el sentido común y luego decidimos entre todos.

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27/11/2017, 22:01
Bentley

Skyler parecía dispuesta a seguir hablando una vez que ya se había lanzado, pero un sonido de uñas rascando la puerta la interrumpió. Sus ojos se dirigieron hacia allí a tiempo para ver a Bentley abrirla a base de ponerse de pie y apoyar sus patazas en el picaporte. 

El perro tenía algunas ramitas enredadas en el pelaje, delatando que había estado de caza, seguramente por el parque Jackie Robinson. Y parecía haber sido una noche fructífera para el alaska, pues de su hocico colgaba una rata de buen tamaño, con el cuello partido. Estaba intacta, por lo que lo más probable era que esa no fuese la primera presa que había atrapado. Bentley ya debía haberse ocupado de su propia cena. 

Sus ojillos repasaron rápidamente toda la sala común y se detuvieron sobre su humana favorita un instante más largo antes de empezar a trotar hacia el interior, dejando la puerta abierta tras de sí. 

El animal fue directo hacia la cesta donde se encontraba el bebé y dejó la rata al lado, como si esperase que el niño se alimentase de ella. Después se sentó sobre sus cuartos traseros y ladeó la cabeza al mismo tiempo que alzaba las orejas, contemplando a la criatura durante un par de segundos para, finalmente, buscar la mirada y la aprobación de Clementine. 

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27/11/2017, 22:07
Skyler

—¡Qué asco! —exclamó Skyler con el ceño fruncido por el disgusto al ver lo que hacía el perro—. Clem, por Dios bendito, tienes que conseguir que deje de traer bichos muertos mientras comemos.

Puso cara de asco mientras seguía mirando a Bentley y finalmente resopló entre dientes.

—¿Y eso que tiene en el hocico es sangre? A ver si le va a pegar algo al bebé.

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27/11/2017, 22:16
Daniel Green

Daniel asistió a la escena entre sorprendido y curioso. Había algo en aquel acto que delataba una ternura animal, básica, profunda y que hablaba por parte del can de una aceptación de lo que para Bentley debía ser el último miembro de la manada. Con aquel gesto, zanjaba toda una discusión dialéctica. No pudo evitar soltar una argentina carcajada cuando miró al bebé y luego a Clementine, en un mudo mensaje fácil de interpretar.

-Parece que Bentley ha decidido -dijo levantándose su asiento y acercándose al perro al que acarició el pelaje de la cabeza-. Clementine, si lo llamas, podré retirar la rata. Dudo que el pequeño vaya a comérsela -añadió sonriente.

Seguía pensando que lo mejor para el bebé es que tuviera una persona en exclusiva encargada de su cuidado, esa nodriza que solo sería contratada si fuera de confianza y contara con las referencias adecuadas. Pero como más de uno había comentado, no era algo que debieran decidir aquella noche. No se les iba el alma en ello y quizá una noche con la almohada, relativizara las diferentes posiciones. Miró al bebé y acarició su mejilla con ternura.

-¿Sabéis? Hoy MacBeth ha hablado de unas curiosas profecías del Antiguo Egipto acerca de un cambio de Era -comentó al vuelo y sin mirar a nadie, centrado en el pequeño.

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27/11/2017, 22:46
Clementine

Clementine dirigió su vista hacia la puerta, al escuchar el sonido familiar de las patas rascando la madera, perdiendo de pronto el gesto serio para pasar a observar con curiosidad lo que hacía Bentley mientras Skyler hablaba. Con un gesto a medio camino entre la sorpresa y la ternura, vio cómo depositaba la rata a los pies del nuevo integrante del Morris, y cómo esperaba, inocente, a que el bebé tomase aquel ofrecimiento. 

La mirada que le dedicaba posteriormente a ella, en aquel gesto adorable y confuso, buscando su rostro y su aprobación, provocó que finalmente riese a coro con Daniel, mientras miraba a Skyler, y a los demás, en general, con un gesto de disculpa- Sí, Bentley ha decidido, sin duda.-dijo, levantándose entonces, apresurándose en acercarse a la puerta para volver a cerrarla, y acercándose al ver que Daniel se agachaba junto al bebé y el improvisado alimento que le había traído el alaskan- Espera, Daniel. Va a ser mejor que no la cojas tú. No va a tomárselo muy bien. Es un poquito orgulloso para estas cosas.-explicó, agachándose también, y acariciando, con una amplia sonrisa, el pelaje níveo manchado y lleno de ramitas, aprovechando para quitar alguna más o menos suelta.

Bentley nos considera como si fuéramos su manada, siempre lo ha hecho. - comentó, mientras tomaba la rata entre las manos, con cuidado, y besaba el hocico del animal, ahí donde no se encontraba manchado de sangre- Que haga ésto es importante. Está aceptando al bebé como un nuevo miembro, y además quiere alimentarlo, porque lo considera vulnerable. Es, al fin y al cabo, y bajo su juicio, el macho alfa del Morris. Y ésa, su responsabilidad. -concluyó, dedicándole una mirada divertida a Kane antes de volver a dedicar su atención al animal- Además, no es malo que nos traiga lo que pilla por ahí. Kane y yo, más de una vez, pudimos llevarnos algo a la boca cuando no nos quedaba nada comestible gracias a Bentley. Y puede que nos vuelva a ser útil en alguna ocasión.- explicó- Y no, las ratas no saben a pollo, pero no están mal bien cocinadas. - añadió, sentándose finalmente junto al animal. 

El bebé no puede comer rata, tontorrón.-dijo al perro, con infinito cariño, ofreciendo de vuelta al animal algo que él sí que podía aprovechar- Es pequeño aún para eso. Pero has sido un buen chico, Bentley. -apuntó, frotándole entre las orejas, tal y como sabía que le gustaba, en respuesta a su previsible gañido de protesta- Sí, ha comentado unas cosas de lo más... Sorprendentes y extrañas. -corroboró, al escuchar a Daniel.

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28/11/2017, 11:00
Morgana Whiterocks

Se quedó de pie. Las respuestas que escuchó eran las que esperaba, no tenía duda de ello. Así, las posturas estaban definidas y nadie se llevaba sorpresas.

-No voy a entregar al bebé a alguien que abandona de esta forma a su sangre. No soy del mismo pelaje que ella, aunque la mayoría de vosotros lo seais.

Morga no compartía esa forma de ver las cosas. Le parecía del todo punto fuera de lógica la manera de pensar de Trish o Clem, incapaz de comprender ese razonamiento.

Dejó el tema ahí, sin ahondar más en una cuestión de la que les faltaban datos. Se paseó alrededor, la cena todavía impregnada de las contundentes palabras de la chica espiritual. Asintió al alarde matemático de Cass, y estrechó la boca en una mueca de desagrado hacia Nick.

-¿Qué coño vas a hacer con Dima? Va a ser jodidamente divertido el día que tenga que coser tu puto culo.

Nick estaba en su derecho de mandarla a la mierda. De acuerdo. Eran sus asuntos, y el patriarca tenía negocios con todo el mundo. Pero podía morderse la lengua y no soltarlo en la mesa. Además, encima le tocaba las pelotas a Kane.

-Esos cabrones deberían usarse para tapar las putas zanjas de la calle -ella misma había enviado a un par a criar malvas-. ¿Y si te acompaño yo? Seguro que lo pasamos bien -repitió su frase e imitó su sonrisa siniestra.

Tomó asiento de nuevo, aguardó a su contestación, cogió una pieza de verdura asada, pasó de Bentley y la delicatessen para el postre que les trajo, y levantó la vista del sabroso pimiento rojo que mordisqueaba cuando Daniel mencionó la charla de la tarde abriendo un nuevo tema de conversación. Ahora caería una lluvia de preguntas desde las nubes de curiosidad creadas al instante. Bueno, dejaría que la pareja se comiese el aguacero.Sorprendentes y extrañas.Ya."

Sus ojos agresivos se posaron un momento sobre Trish. Tal vez sería mejor que uno de los "mayores" se quedase mañana a la visita de esa amiga.

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28/11/2017, 11:31
Trish

Tas acabar su perorata Trish se había sentado para comenzar con el segundo plato. Con calma escuchó a los que la rodeaban, y al oír a Daniel exponer de aquella otra manera sus argumentos sí les dio algo más de peso. Se quedó mirando un momento al chico, dándole vueltas a aquello. Sin embargo sus últimas palabras cortaron bastante sus pensamientos y tragó antes de hablar.

—No sé por qué no se ha puesto en contacto —reconoció, y  de alguna forma eso parecía reforzar la postura de la muchacha—. Ese es el tema, que no lo sabemos.

Después de eso la muchacha siguió comiendo, asintiendo casi a cada palabra de Clementine. La verdad es que lo de tener las dos vías de alimentación era lo que más le convencía, bien pensado. Trish desvió los ojos un instante hacia Robin, preguntándose hasta qué punto se lo podrían permitir. Sin embargo ella no se planteaba reducir sus gastos, sino trabajar más o pensar en cómo aumentar sus ganancias, y desde luego tenía ya una idea.

Mientras tanto alzó una ceja al escuchar a Nick hablar de la compensación que esperaba de la madre. Ese era un buen ejemplo de por qué una madre preferiría no hablar las cosas antes de irse: Si no tenía con qué pagarles, se arriesgaba a que se negasen a quedarse el crío. Trish estaba cada vez más convencida de que, si de verdad tenía que dejarlo, la mujer había hecho lo mejor al irse en silencio.

Un momento después, al escuchar a su hermana, Trish sonrió con sus últimas palabras. Sí, era consciente de que en aquel mundo la gente moría, pero aún así pensar que alguien podría matarla sólo por fastidiarles le hizo cierta gracia.

—Yo he contado sesenta y un botes según la tabla que viene —comentó, sin que pareciese que considerase aquello mucho. Todo era cuestión de perspectiva—. Así que puede que lo mejor sea estar con las dos cosas, sí. De todas formas el que tenemos parece que es para todas las edades. A ver cuántos puede conseguirnos Karina, para empezar.

Cuando luego se escucharon los arañazos del perro Trish miró en aquella dirección, y al abrirse la puerta lo siguió  con la mirada. Desde su sitio observó lo que hacía el animal y fue inevitable que Trish dibujase una sonrisa.

—Qué majo —comentó de buen grado. Con las palabras siguientes de Skyler Trish la miró, tentada de recordarle lo naturales que eran tanto un perro como la sangre, pero finalmente lo dejó pasar. Aún tenía presente que, como Clem había tenido que recordarles, estaban remando todos en la misma dirección, y aunque otros probablemente habrían entendido la broma quizá Skyler la habría recibido cerrándose en banda. Aún así su cabeza analítica y científica no pudo sino hacer una puntualización.

—De todas formas lo natural no siempre es mejor. Hay muchas enfermedades que no nos han llegado porque la gente se vacunaba, por ejemplo —expuso cogiendo un nuevo trozo de comida y llevándoselo a la boca. Miró entonces a Nick, a la espera de que respondiera a lo que la chica había planteado. Votación. Ese le parecía a la muchacha que era, sin duda, el camino.

Siguió pendiente de lo del perro, el crío y la rata aún cuando Daniel habló, y luego siguió comiendo. No dio importancia a la explicación de Clementine sobre por qué conocía el sabor de las ratas. Después de todo, todos habían tenido que sobrevivir como habían podido.

Finalmente, al escuchar a Morgana, Trish frunció un poco el ceño. Se dio cuenta de que no había respondido prácticamente a nada de lo que ella le había dicho, y tardó unos segundos en decidir cómo tomárselo. Que aún recordándole el asunto de decidir entre todos se cerrase de aquella manera no era una buena señal. Y que lo dijese de aquella manera, con esa especie de insulto implícito, no gustó nada a la muchacha. Había pocas cosas que pudieran tocarle la fibra a Trish, pero que la acusasen de estar dispuesta a abandonar a los de su sangre... Eso sí que no. Miró a su hermana antes de respirar hondo, decidida a no responder a aquella provocación, y luego sostuvo la mirada agresiva de la militar. En otra situación, si no se conocieran y se hubieran encontrado en la calle, quizá podría temerla. Pero estaba convencida de que conviviendo en el Morris la mujer no llegaría a hacer nada más que lanzar palabras y miradas.

Lo que finalmente ayudó fue racionalizarlo. Morgana no tenía motivos para acusarles de algo así, cuando el crío no era de la sangre de ninguno. Simplemente atacaba como podía, dejando claras sus intenciones. Pero al final cualquiera de ellos podría devolver el crío a su madre, llegado el caso, y la militar no podría hacer mucho al respecto. La muchacha no haría eso a escondidas salvo que fuera decisión de la mayoría, por supuesto, pero pensarlo le ayudó a mantener la sonrisa.

—Yo me apunto si Kane no va contigo —dijo entonces, respondiendo directamente a Nick—. Si no creo que iré a buscar algunas piezas.

Entonces apoyó la espalda en la silla y miró a Daniel. Al menos con él sí se podían hablar las cosas.

—No digo que se lo devolvamos seguro, ni que lo que ha pasado sea normal. Lo que digo es que nos falta información para decidir. —En ese punto hizo una pausa y se metió algo más de comida en la boca—. Si ahora llamase a la puerta y apareciera para buscarlo, ¿no se lo devolverías? ¿Creéis de verdad que ha perdido su derecho por quince horas de no estar con su crío? ¿Dónde se marca ese límite, sin conocer las causas? —Negó con la cabeza antes de encogerse de hombros—. No podemos.

—Y del nombre...  Mugalid no es cristiano, pero también mola. Y si no, pues como queráis. Al final es sólo un nombre. Pero si le ponemos el de un santo que sea uno que mole de verdad, no simplemente el del día que es. —Entonces se echó hacia adelante—. ¿No hubo uno que mató un dragón? 

Aún así Trish daba por hecho que, visto lo visto, no llegarían a nada y cada cuál le llamaría como quisiese. Al menos hasta que Skyler fuese quejándose uno a uno, claro.

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28/11/2017, 12:47
Nick Bennett

- Claro, hagamos una votación - dijo Nick sin entusiasmo. Y luego otra sobre el nombre. Pero primero habría que votar sobre cómo votaría, y antes que eso votar sobre si debían votar, y antes votar sobre si votar si debían votar...

Sonrió cuando Bentley hizo el número de la rata muerta. Los perros eran un punto débil de Nick. Qué habían hecho las personas para mercerlos era algo que no se explicaría nunca.

- Es sangre, sí - confirmó el escritor -. Pero la rata está bastante entera, ¿no?

Prefirió centrarse en lo que había dicho Daniel. Macbeth era un viejo conocido.

- ¿Qué dijo, Daniel? - preguntó -. ¿Lo de la Era de Acuario y que según los Mayas todos deberíamos estar muertos? - no lo dijo con sarcasmo, sólo con una sonrisa para intentar animar al chaval a que hablase.

Luego guiñó un ojo a Clementine.

- Qué tontería. Todo el mundo sabe que el macho alfa es Skyler. Y luego Lincoln - sacó la lengua al crío.

La reacción de Morgana era de esperar. Una militar honrada como ella ya odiaría a los gangsters rusos mucho antes de que se hicieran con la ciudad. No le gustaba estar en la frontera militarizada de "cosas que Morgana quiere hacer que salten por los aires". A ver si en vez de un beso en la mejilla un día le caía una bala en la frente.

- Dima será lo que quieras, pero no tolera el tráfico de niños - explicó -. Primero de todo quiero dejarle claro que no nos hemos comprado un bebé, sólo por si acaso. Después de eso tal vez consiga enterarme de algo - miró a Morgana -. Si quieres venir, ven, a mí siempre me tratan bien y me sacan bebida.

Morgana era lo bastante lista como para no ponerse en plan Llanera Solitaria. Y, bueno, tomarse una copa seguro que les vendría bien.

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28/11/2017, 14:57
Kane

La oferta de Nick fue recibido con frío entusiasmo, Kane le miró unos instantes antes de declinar su oferta de una forma bastante lacónica, pero inflexible.

No, gracias —respondió mientras atendía a la intervención de Morgana, el hombre la escuchó mientras no podía evitar que trataba de esconder cierta incomodidad en aquel asunto, asuntos que prefería no sacar para que no subiera el pan, luego Nick respondió y Kane sintió que si no respondía, se iba a envenenar —. Como si ese delincuente nos tuviera que decir lo que está bien o mal aquí.. 

Hubo algo oscuro y lapidario en las palabras del pistolero, suspiró moviendo la cabeza, retrayéndose. No quería discutir, debatir o enfrentarse a nadie, había aprendido que temas como ese no eran los mejores para tratarlos. A Kane le bastaba con no saber la mayoría de esas cosas, había logrado tolerarlas hasta cierto punto, trataba de no juzgar, pero a veces saltaban sus chispas.

Procurando no entrar más en el tema de la alimentación del bebé, Bentley añadió el epílogo a ese tema de conversación con su presente. Kane miró al perro entrecerrando los ojos, con ese juego de miradas que se traían desde siempre, iba a levantarse cuando Daniel lo hizo primero y se agachó. Por un momento temió una reacción bien familiar del chucho, pero fue lo suficientemente cauto como para no tener la peregrina idea de quitar la rata por si mismo y pedir ayuda a Clementine. El juego de miradas posterior entre la mujer y él hizo que el pistolero rodara los ojos amagando un suspiro, miró a Bentley con aire provocador.

¿Solo esa rata, Bentley? Estas perdiendo habilidad, chucho, las he visto de más grandes —le soltó burlón al perro, con una sonrisa inevitable, al fin y al cabo, Kane apreciaba a Bentley. Siguió con la mirada a Clementine según se agachaba para sacar la rata de circulación, entonces Daniel mencionó a MacBeth y Kane torció un el morro con una brizna de desagrado.

Sí, siempre tiene algo interesante que contar —repuso Kane con cierto tono ácido, luego suspiró, escuchando lo que decían sobre el asunto del antiguo Egipto y cambios de eras, aquella jerga lo volvió algo más introspectivo, como si le hubiera despertado ciertos recuerdos —. Y siempre hay alguien que dice.. que las cosas están a punto de cambiar —esto último lo dijo como si pensara en voz alta, pero no parecía referirse al susodicho MacBeth sino a otra cosa.

La lapidaria intención de Morgana fue la guinda de la conversación acerca del destino del crío, una vez más Kane optó por el silencio y la escucha. Había dicho cuanto debía decir sobre ese asunto, pero tras la naciente conversación acerca de lo dicho por MacBeth un pensamiento inesperado se le cruzó por la cabeza, añadió mirando a Morgana y Clementine alternativamente.

Si no os importa, os acompañaré a La Comunidad mañana —dijo con un tono que parecía inapelable, pero relajado, como si tuviera la cabeza a otra cosa.

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28/11/2017, 16:37
Robin

Robin sonrió a ese nombre que Shamira le había dado en respuesta y sus hombros se agitaron aceptándolo como válido sin tirar cohetes por ello.

Me recuerda a Michael —reflexionó en un susurro aunque aquellas palabras ya habían viajado muy lejos de dónde él se encontraba realmente, como la luz de las estrellas—.

Su mente se había zambullido en una pegajosa plasta de miedos y carencias que le retenían ausente de sus obligaciones como miembro del Morris. Pero por más que intentaba volver a la superficie, encajar atención y consciencia para volver a la realidad, pisaba arenas movedizas.

Las palabras de unos y otros se mezclaban en su cabeza, trenzándose incluso con sus propias opiniones pero sin estar seguro de quién era cada letra o de si realmente comprendía las palabras cada vez más borrosas a sus oídos como si lo oyera todo a través de un filtro de agua.

Él sabía lo que podía pasar cuando le hacías saber a otra persona tu amor, sabía que había más opciones que las que Daniel mencionaba y sabía que la cabeza no se quedaba tranquila en una primera resolución de dudas. Él sabía lo intrincado que podían ser los sentimientos derivados de la atracción, ni siquiera necesitaba rozar el corazón para enredarse los pies, tropezar y sentir que iba a pique.

Había tanto que podía pasar, que de hecho ya pasaba, y que no vivía de la negociación a la que Daniel estaría acostumbrado. Tal vez deberían aprender de él, el mundo entero. Tendría mejores noches si no existieran las estrellas, una en especial.

El amor era jodido, traicionero e injusto. Lo era por presionar a su padre a dejarle después de todo. Y aun así jamás se había planteado los derechos que Nate tenía o dejaba de tener sobre él. Seguro que Trish tampoco lo había hecho, ni Cass aunque los porqués cambiaran. Sabía que Skyler sí lo había hecho, que ella le negaba todo derecho a su padre pero era ella quién lo hacía. ¿Quién era nadie más para meter mano en la relación de otros? Su padre tenía el peor motivo del mundo para dejarle solo, con los Morris pero solo; literalmente el peor motivo del mundo pero lucharía con uñas y dientes para volver con él. Lo haría.

Y a veces la culpa no era de nadie, o mejor, no existía. Y es que Robin necesitaba recordarse que él no la tenía de que su madre no estuviera con él, con ellos...

Marjolein hubiese sabido qué hacer con el bebé, desde el principio, y hubiese sabido ponerlos a todos de acuerdo. Ella hubiese sabido guiarlos a todos, incluso sabría como apretar su corazón para que todas las piezas encajaran y volviera a tener una pieza sana en vez de ochenta pedazos mal atados con el alambre que pedía prestado a Trish.

¿Por qué Alec todavía no había venido a por él? A verle, a saber cómo estaban las cosas entre ellos... ¿Por qué seguía esperandole? ¿Por qué seguía confiando en él? ¿Viviría con este sentimiento el crío?

Devolvió la mirada a su prima. Nadie más había estado tanto tiempo a su lado y aprovecho la fugaz caricia de sus pupilas para agradecérselo. Ni siquiera se había dado cuenta de lo de Bentley pero aprovechó el pequeño silencio de sentimientos para ponerse en pie alienado de su cuerpo.

George — respondió a algo palpando con las puntas de los dedos el ahora—. Y Michael también lo hizo, y más épico. ¿verdad Sky? —le preguntó de cuerpo presente pero con el pensamiento ya fuera de la sala común, del Morris, del mundo y sabiendo que ella en esa mirada no solo le había comprendido sino también autorizado a desaparecer—. Michael, Mikel, Mijail, Miguel es un buen nombre —dijo—. Voy a por eso —habló hacia su prima pero sin mentirle a ella—.

Luego desapareció por la puerta.

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28/11/2017, 19:12
Cassandra (Cass)

Cassandra pasó por alto cuando volvió a salir el tema del por qué del abandono, apretó las mandíbulas y retiró la silla hacia atrás dispuesta a levantarse. El no retorno de sus padres podría ser visto por algunos de esa sala como abandono, aunque ella sabía que no había sido eso, algo les había pasado, estaba segura que no las dejarían atrás, sólo esperaba que ese algo no fuese definitivo y encontrarlos algún día; la pérdida por su parte de su hermana cuando precisamente más tenía que cuidar de ella, podían pensar que fue un alivio para alguien tan joven, aunque en realidad fue, y seguía siendo, una herida sangrante en su corazón. Quién era nadie para juzgar si la situación que sufría una persona era lo suficientemente grave para tomar la decisión que tomaba, los motivos y las reacciones eran algo tan único y personal que aún con todos los datos nunca se tenía todo el puzzle.

La buscadora salió de su ensimismamiento y se levantó por fin, puso la silla en su sitio y fue entonces cuando su hermana rectificó la cantidad de botes necesaria, y casi la duplicó, elevó ambas cejas en un mudo gesto de asombro -Sí que zampa el jodido crío- pensó que con razón solían estar tan rollizos los bebés de las fotos del viejo mundo. Miró a Trish y le arrugó la nariz, no quería preguntar ni donde pensaba conseguir tal cantidad de leche en polvo, ni si era posible que hubiese dado el tiempo que hacía que no se fabricaba.

La entrada del alaska portando alimento para el nuevo miembro hizo que una sonrisa brotase en el rostro de Cass, miró a Bentley con afecto y luego paseó sus ojos por el resto de la "manada", viendo sus reacciones y oyendo los comentarios ante la actitud del cánido. Tan diferentes que podían estar horas sin ponerse de acuerdo, pero posiblemente por eso mismo formando un buen grupo.

-Mejor no adelantar acontecimientos y solucionar los problemas cuando lleguen, hasta entonces queda mantener ojos y oídos abiertos. Si mañana vas a comerciar te acompaño, a ver si se pega algo... -le dijo acercándose a la inventora -Y como nombre provisional, en vez de buscar algo raro, tenemos uno aquí mismo- su mano se elevó señalando a su alrededor -Morris. 

Luego miró a Daniel y a Clem.

-¿Una buena historia de Mac? ¿qué se cuenta?

Y sus dedos tamborilearon el respaldo de la silla, siguiendo una cadencia pegadiza, en espera.

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28/11/2017, 22:52
Skyler

Skyler siguió alternando gestos de asco hacia la rata muerta y de desdén hacia el perro mientras algunos se levantaban para acercarse a él. Hasta que escuchó a Nick mencionarla y le miró, alzando ambas cejas. 

—Para eso primero tendría que tener pene, listo —señaló con tono altanero para después volver a mirar a su primo. 

No era difícil notar que ver a Robin perdido en sus pensamientos la inquietaba. Su ceño se fruncía en un intento de comprender qué estaba sucediendo en su cabeza, o en su corazón. A su dificultad por comprender las emociones ajenas se sumaba el revuelo que la llegada del perro había provocado, pero cuando vio que su primo se ponía en pie y se despedía, asintió enseguida con la cabeza, cubriéndole en su excusa para buscar la soledad.

—Claro, ve. Yo me encargo —aseguró, sin que ni siquiera ella tuviese muy claro a qué se refería. 

Y después, le siguió con la mirada hasta que su cabeza pelirroja desapareció de la sala. 

Notas de juego

Robin sale de escena. 

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28/11/2017, 23:03
Bentley

El perro había mirado con cierta desconfianza a Daniel cuando se acercó a la cena que había traído para el bebé. Al ver que no tocaba la rata, aceptó sus caricias de buena gana, pero puso una pata encima de la alimaña muerta, a modo de aviso disuasorio. 

Al ver que Clementine se levantaba para acercarse también, la cola del animal empezó a moverse con sacudidas lentas, como si esperase con anticipación una felicitación por el buen trabajo hecho. A ella sí que le dejó coger la rata y cuando besó su hocico, él sacó la lengua y le pegó un buen lametón en la mejilla. Algunos ruidos de protesta empezaron a nacer en su garganta cuando la joven apartó la presa de la criatura y comenzó a cambiar el peso de una pata a la otra. Pero Clem conocía bien los puntos débiles del alaska y cuando llegó esa caricia en sus orejas, el animal abandonó las protestas y cogió la rata entre sus dientes. 

Parecía que se había rendido, que saldría al patio y enterraría el bicho para otro momento mejor como ya había hecho otras veces antes, pero entonces escuchó su nombre en boca de Kane y giró la cabeza rápido hacia el pistolero. Lo miró frunciendo las cejas en una expresión de incomprensión. Pero si bien no entendía sus palabras, sí parecía haber entendido un desafío en el tono de burla, pues bajó la testuz y emitió un gruñido de advertencia hacia el hombre. Nada que a Kane le resultase nuevo, pues esa rivalidad entre él y el animal venía de largo, de antes de que se uniesen al refugio. 

Bentley tardó algunos segundos en considerar que el hecho de que Kane apartase la mirada para seguir charlando había sido un triunfo para él y entonces volvió a centrar su atención en Clementine, moviendo la cola de nuevo.

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28/11/2017, 23:16
Shamira

Lincoln había mirado lo que hacía el perro con los ojos muy abiertos, casi con expectación al principio mientras se acercaba al bebé para después emitir una risilla al final. Pero más gracia le hizo escuchar a Skyler pronunciar la palabra «pene» con esa altivez y al chaval le entró la risa tonta. Desde su rincón les miraba a todos mientras se carcajeaba. 

Shamira, por su parte,  había contemplado al perro entre enternecida y divertida, pero con la marcha de Robin sin llegar a responder a su pregunta se había quedado inquieta. Sus ojos hacían el recorrido desde la silla que había quedado vacía a su lado hasta la puerta una y otra vez. Finalmente la chiquilla suspiró entre dientes y apartó la mirada para llevarla hacia Lincoln. Lo contempló por un instante como si fuese a reñirlo por no parar de reír, pero se contagió y acabó riendo ella también. 

Ya, ¿no? —dijo, entre risa y risa, mirando todavía al niño.

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28/11/2017, 23:27
Skyler

Skyler puso los ojos en blanco al escuchar las risas. 

—Parecéis idiotas —sentenció, llevando la mirada hacia Cass pero evitando deliberadamente mirar al perro en ese recorrido—. Morris me gusta. Es muy del refugio y no suena mal. Aunque Miguel me gusta más, como el arcángel, ¿eh, Clem? —preguntó, mirando a la mencionada sólo de reojo para seguir ignorando a Bentley.

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29/11/2017, 13:12
Morgana Whiterocks

Aun siendo poco sutil, Morga fue consciente de la incomodidad de varios de los presentes por su postulado en relación al crío y la madre. Ella no era tan susceptible en esos aspectos, o más bien poco sensible con las emociones propias y ajenas. Morga saltaba por otros asuntos, por cosas que tal vez a los demás no les importaba tanto. Escuchaba ese click y el mundo se fundía en negro y rojo. Esa misma tarde la espoleta de su bomba interna falta poco para que se disparase en su conversación con William. Era William y Morgana pudo controlar sus impulsos.

-¿No podemos? ¿Por qué coño no podemos, Trish? –Su tono no cambió, no estaba enojada, comía con tranquilidad; solo que le gustaba remover el lodo del pantano-. Antes hablé de moralidad, y no todos aquí estaban de acuerdo con lo que dije.  ¿Por qué coño no vamos a coger al niño, si quisiéramos, y usarlo para obtener medicamentos, armas, alimento, herramientas o cualquier otra mierda que necesitemos? Si regresa su madre, ¿esa tía me va a recriminar que lo haya hecho, esa zorra que lo deja en mi puta puerta? ¿Porque somos gente legal y presuponía que cuidaríamos de él? Que le den. ¿Le has preguntado a Nick, la puta gracia que le hace, el “bicho” como él lo llama? ¿Crees que no se muerde las ganas de colocárselo a alguien? –hizo un gesto con la mano, como de barrido y de pasar del tema, para luego encogerse de hombros-. Creo que todos nos estamos cansando del jodido asunto.

Al fin y al cabo tampoco conocían si esa mujer era la madre. Ni siquiera si era una mujer. Alguien pequeño desde luego. 

Siguió comiendo, escuchando, sin intervenir. La irrupción de Bentley y el Cambio de Era distrajeron un poco la atención. Hubo finas ironías, señalando la incredulidad de algunos. Lo de siempre. Comprendió que Kane no quisiera acompañar a Nick, y una sonrisa sardónica se pintó en su boca con el siguiente comentario del bien y el mal. Asintió con un “hum” al taciturno Kane cuando anunció que venía a la Comunidad, y negó con la cabeza al responder a Nick.

-Tampoco iré contigo. No quiero estropear tus buenas relaciones y negocios con tus colegas –entrecerró los ojos, se marcó un mohín de cierto disgusto-. No veo buena idea que les cuentes nada del bebé. Ya sabes como funciona esa gente, “eh, Nick, amigo, te echamos una mano, para eso son los colegas. ¿Leche, una nodriza? Sin problemas, tío. Te lo conseguimos, esta tarde, mañana a lo más, tienes a una tía de gordas tetas para dar de comer a ese mamoncete. Que no te preocupes, ya lo resolveremos, un favor aquí, otro allá, toma una pelotazo, venga. Oye, te enviamos a dos chicos, dos buenos chicos, que se den una vuelta, que controlen y miren si pueden hacer algo, vale, que sí, venga, Nick”. Pasarán cosas feas si esos piojosos aparecen por aquí. ¿Y si te quedas para charlar con la amiga de Trish?

Bebió un poco de agua, siguió con la mirada al pirado de Robin. Y se le acabó por contagiar la risa de Lincoln y Shami, sin tener del todo idea del motivo de la misma. Pero reía, y esas eran las mejores risas, las que te ríes sin sentido alguno.

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29/11/2017, 18:32
Cassandra (Cass)

Cassandra esperaba una historia de Macbeth relatada por Daniel o por Clementine, la mujer lo hacía realmente bien, pero lo que escuchó fue un relato distópico de Morgana. Uno con el que estaba de acuerdo con la moraleja. Lo que no entendió la encapuchada fue la última frase.

-¿Qué amiga va a venir? -preguntó en un tono seco que podía interpretarse como protector -Yo pensaba que sólo teníamos prevista la visita de Jimmy y que no sabemos cuándo será. 

Luego se quedó mirando a los más pequeños con nostalgia en la mirada. 

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29/11/2017, 22:16
Trish

Al escuchar el tono que Nick usó para el asunto de la votación Trish supo que estaba siendo irónico. La muchacha ni siquiera dudó que a la hora de la verdad sí votarían cualquier cosa importante, de modo que con una sonrisa continuó comiendo tranquilamente. Llevó los ojos hacia Skyler cuando el escritor la nombró macho alfa, consciente de que si por ella fuera probablemente tomaría las decisiones por el bien de todos, así como de que seguramente se creería la más indicada para el puesto, como mucho por detrás de Clementine.

Después, cuando el hombre empezó a hablar sobre Dima, Trish permaneció en silencio. Era consciente de que había aguas que era mejor no remover. Ella misma tenía amigos que, si bien no eran de unas esferas tan altas como las del mafioso, no serían del agrado de todos los presentes. Pero si algo tenía claro la muchacha era que más valía tener a toda esa gente a tu lado que frente a ti.

Luego Trish permaneció en silencio, pensativa sólo a medias, hasta que el pelirrojo dio respuesta a sus palabras. Miró al chico mientras hablaba y le observó también cuando se marchaba, y cuando llegó la protesta de Skyler por el asunto de su sexo Trish no pudo sino reír con los chavales. Puede que no por lo mismo que ellos, pero sí al entender que la forma de protestar de la chica precisamente daba la razón a sus pensamientos. Que la ausencia de pene fuera lo único que pudiera quitarle aquel título era, cuanto menos, gracioso.

En cuanto Morgana volvió a hablar, sin embargo, la risa de Trish disminuyó de nivel y ella le prestó atención. Acomodó su postura, mirándola con interés, y esperó a que terminase de hablar para contestar.

—No podemos porque no somos así —dijo con seguridad y naturalidad, con su boca ofreciendo a su interlocutora una sonrisa—. Entiendo que te cabree lo que ha hecho quien nos lo ha dejado aquí, pero si estamos aquí cenando todos juntos no es sólo por supervivencia. Es porque con nuestros más y nuestros menos somos buena gente. De hecho estoy segura de que por eso no quieres devolver al crío —comentó ladeando un poco la sonrisa, como si hubiera descubierto el secreto tras el enfado de la militar—. No somos de los que nos desentendemos, y nadie de los de aquí planteó esta mañana vender al crío y listo. Por eso no podemos, aunque pueda cabrear. 

En ese momento hizo una pequeña pausa para beber antes de continuar, haciendo memoria.

—Y en realidad sí lo he hablado con Nick —comentó—. Fue lo primero que hicimos esta mañana al salir de aquí. Y no fue él cabreado el que sacó el tema, ni nada —Apoyó entonces ambas manos en la mesa, hablando despacio y miró al escritor—. Es práctico, pero es muy buena gente. Puede molestarle que nos lo hayan traído, pero ni de coña se ha planteado en serio lo de abandonarlo por ahí, o venderlo. —Entonces Trish se encogió de hombros y amplió su sonrisa—. Si no me vendió a mí...

—De todas formas no le he escuchado llamarle «bicho» nunca, ni una sola vez. —prosiguió—, aunque yo sí lo he hecho mientras estábamos comprando. Esta noche hasta le ha tratado como un niño de verdad y todo —bromeó antes de volver a mirar al escritor y luego le hizo un gesto con la barbilla—. Sí, hablo como si no estuvieras aquí. Pero si tú no dices lo que piensas claro, nos lo inventamos.

Después de eso se metió un nuevo trozo de comida en la boca. Masticó y no tardó en hablar hacia Cass.

—Y lo de la amiga... Ni idea—comentó de pasada—. Jimmy dijo que antes de veinticuatro horas, así que supongo que vendrá ahora o mañana temprano, pero de amigas nada. —Volvió entonces a hablar a la militar—. Morga, creo que me has entendido mal. No le he pedido que venga, ni nada, pero si quieres saber algo concreto puedo acercarme a su refugio y preguntar. No creo que pueda decirme nada nuevo, pero... Puedo probar.

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30/11/2017, 08:52
Nick Bennett

Nick se limitó a asentir ante lo que dijo Morgana. No se lo recriminaba, aunque no le sentara bien. Ella había entrenado toda su vida para una situación como aquella y tenía el carácter forjado en acero. Además, como siempre había dicho Donna: "No hay mafia más grande que el gobierno: te cobran la protección, se meten en tus asuntos y tienen matones con armas". Supuso que el ejército, como parte de esa mafia legítima, debía sentir el intrusismo laboral más que nunca. 

Decirles que tenemos un crío no tiene por qué ser malo — dijo —. Insisto que prefiero eso a que piensen que lo hemos comprado, créeme. Si después no les pido nada, perfecto, lo interpretarán como una visita de cortesía.

Ya había visto a Vadim "proteger a los niños" en alguna ocasión. Suponía que Dima no iba a ser más amable. Sabía que debía parecer débil hablando de visitar al señor feudal a contarle las últimas novedades y esperar  que no fuera nada. Pero, joder, Nick no era un asesino autorizado ni un vengador como Kane; había tenido que sobrevivir, y no creía que su pacto con el Diablo fuera peor que el de otros. ¿Qué podía ofrecer él aparte de su marchito talento y su fama pasada?

Y tampoco era un pusilánime que buscaba la sombra de los poderosos. Nick Bennet había matado muchas veces y había caminado por zonas de Nueva York a las que otros, tal vez ni siquiera el músculo del grupo, no se habrían acercado.

Claro que no dijo nada de eso. Algunos conocían su historia; otros habían deducido buena parte y los que no, bueno, ya se irían enterado. No era un fanfarrón.

A ti no te vendí porque sabes trastear — el escritor negó con la cabeza mirando a Trish —, bueno, y porque el pelo azul está demodé y no hay forma de colocarlo.

De nuevo volvían a hablar de él como si estuviese lejos, la inventora incluso se lo dijo. 

Está bien, mientras reconozcáis mi existencia podéis seguir declamando. Sólo me preocupaba haberme vuelto invisible...