Partida Rol por web

Las llamas de la carpa comienzan a extenderse por el circo, provocando a todos que salgáis corriendo en busca de un lugar que se encuentre a salvo y lejos del ardor del elemento. Las casetas, las atracciones, los árboles y la basura se queman rápidamente en lo que parece el fin de la aventura, pero, para alivio de todos, la puerta de la sala se abre de malas formas, crujiendo como si la madera se resistiera a abrirse y con Átropos y un tigre dientes de sable hecho de sombras empujando juntos la salida.
-¡Salid, venga! -Exige la Moira, sosteniendo la puerta mientras el grupo entero cruza la puerta a otro misterio. Al otro lado, una sala a oscuras representa un escenario, pero no se ve lo que hay, ya que está cerrado con un telón. La oscuridad invade todo y Átropos se gira a miraros, pero no pide explicaciones, solo os mira de forma severa, enfadado y sin disimularlo en lo más mínimo, cargando a su alrededor el aire de electricidad estática con una cantidad abrumadora de poder que no sois capaces de combatir si se pone en vuestra contra.
-¿Algo que decir? -Pregunta por fin, cabreado.

La sirena había intentado extinguir el fuego con lo único que se le ocurrió, que era el agua del lago. Lo que no esperaba es que fuera un agua fangosa que apenas serviría para nada salvo para agotarla. Por eso cuando cruzó la puerta gracias a la ayuda de Átropos, cayó de rodillas al suelo. Desde el suelo elevó la cabeza para responder a la moira aunque no pudo evitar dejar la mirada baja por la vergüenza de lo sucedido. 

- Lo siento mucho. Solo queríamos ayudar - sus dedos se crisparon contra las escamas que conformaban lo que ahora eran sus piernas - Intentaremos hacerlo mejor en la siguiente - a pesar de su posición y de su voz algo derrotada, en la postura erguida de su espalda o en la forma de tensar la mandíbula demostraba que no se daría por vencida

Parece que aquel fuego era en realidad algo mas importante de lo que parecía y al final hemos tenido que ser rescatados. O eso es lo que interpreto ya que nadie me explica bien la situación

-Entonces ¿que es lo que ha pasado?- pregunto con tono despreocupado mientras mi atención ya deja a Atropos para vagabundear por el lugar donde nos encontramos, y empiezo a notar que nos falta gente

-mmm, diría que no vamos bien-

Sin sangre, la regeneración le resultaría lenta… demasiado lenta para su gusto. Tendría que acostumbrarse, por un tiempo, a la imperfección de su nuevo aspecto.

Gran parte de su cabello se había consumido, y media faz mostraba una quemadura que, en otro, habría resultado grotesca. En él, sin embargo, solo añadía una nota de tragedia a su porte. El brazo derecho colgaba rígido, inútil, recordándole lo frágil que podía ser incluso un monstruo.

—Somos criaturas solitarias —murmuró, con una sonrisa torcida mientras apartaba los jirones chamuscados de su camisa—. El trabajo en equipo nunca ha sido nuestro punto fuerte.

El tono no era de reproche, sino de amarga lucidez; una broma dirigida tanto al grupo como a sí mismo. 

Salió del laberinto, totalmente confusa, sin saber muy bien que había ocurrido.

- Primero cambió la disposición de la sala, luego se apagaron las luces. ¿Habéis jugado con algún artefacto?

No era desden, pero tampoco complacencia, no había podido disfrutar de la estancia, todo por una pandilla de crios.

Afaë contestó. Era mejor que todos supieran lo que había pasado 

- Encontramos que la noria tenía rota una caja negra que la hacía funcionar. Seguimos un cable que nos llevó a unas palancas que encendían cosas pero una de ellas apagaba el resto. Lo intentamos todo pero era complicado. Muchas cosas me eran ajenas. Al final, tratamos de forzarlas y se prendió fuego a la carpa. Y eso es todo. Resumido -

Escapó con los demás y no sabía bien cómo sentirse. Pero al cabo de unos segundos dio unas vueltas a su bastón y se encogió de hombros. Bien estaba lo que bien acababa. Aún así podía notar la furia de Átropos y carraspeó para alzar la mano.

-Tardé demasiado en comprender cómo funcionaba el cuadro de luces, y eso provocó un desbordamiento de entusiasmo. Mejoraré.

Porque para eso estaba allí, lo tenía claro: para mejorar, evolucionar. Quizá hacia ser mejor persona, o quizá para ser algo más. Miró a Silas de reojo con media sonrisa.

-Mejoraremos.

Concedió, porque en verdad era una tarea de todos. Después miró a la sirena, quien intentaba explicar lo que había pasado y asintió. Deberían haber sido más eficaces.

-¿Quién se ha quedado atrás?

Revisó quienes se habían salvado y quienes no.

-Nadie ha quedado atrás -Gruñe la Moira -, estáis todos a salvo, incluso quien casi os mata -Añade acercándose a Dafnea y, sin dar explicaciones, la electrocuta. Toda la electricidad que cargaba el ambiente desaparece.
-No necesitamos más espias* -Dice a la ninfa inconsciente y se la echa al hombro como si nada antes de caminar hasta la reina hormiga -Majestad, sus heridas son demasiado peligrosas para dejarla continuar, venga conmigo para que le devolvamos su forma y pueda reunirse con su colonia, están esperándola -El tono seco de sus palabras no tapa por completo la ligera preocupación que muestra por la criatura, a quien le ofrece la mano para ayudarla.

Tras unos instantes, Átropos, junto a ambas criaturas, abandonan la sala, que queda sellada y su puerta desaparece.

"Así que eso fue lo que provoco el fuego", eso de tener que trabajar en equipo si que resulta nuevo y por un momento me quedo pensativo, lo que hace que flote un poco a un palmo del suelo. En eso Atropos fulmina a Dafnea

-¿Ella era uno de los asesinos?, que lástima, parecía muy agradable- supongo que si esta noche hay algún asesinado sabremos si seguimos en peligro, aunque anoche nadie murio

-Bueno, yo haré la primera guardia y mañana seguro que lo haremos mejor, juego en equipo, pensamiento lógico, !somos unos campeones¡- proclamo animadamente, porque la gente está un poco tristona, haría falta un baile o algo así, tal vez mañana