La batalla había sido cruenta, pero en aquel tiempo las apuestas tenían un alto precio que sin poder negarlo, Seth tuvo que pagar.
Ivanna rogaba por no encontrar en él a un viejo conocido que la Bruma había hecho grabar en su alma, como un gran recuerdo de Fäe, un recuerdo por el que luchar, aunque ahora su corazón volcase sus hazañas en torno a Samuel, que aún seguía caído.
Sabía lo que debía hacer, y aunque el gesto de Seth rozaba cualquier aspecto que cualquiera pudiera dibujar de la muerte en su rostro, me debía de acercar y comprobar lo que había en él.
Descubrir que él mentía solucionaría la mayoría de los enredos de aquel lugar. Era necesario encontrar un ápice de mentira en él.
Y mientras el resto seguía hablando y una suave brisa trajo de vuelta a Samuel, yo aún seguía inmerso en aquella encrucijada que había en sus ojos.
Una encrucijada enmarcada en Fäe, que parecía reirse de su muerte pues ya entonces su mirada fue robada, igual que hoy antes de morir.
Pero pesé a estar exento de mirada, nadie hubiera encontrado un vigía mejor que él. Algunos dirían que por la Linde volvió a ver, pero ahora que revivía aquel pasado diría que Fäe necesitaba de él.
Negué con la cabeza al saber que aquello enmarañaba aún más las convicciones y titubee mientras decía al resto.- El... el... decía la verdad...
Miré a Ivanna y dije.- Lo siento... y enhorabuena.- Digo centrando la mirada en Samuel y saludándolo con un gesto de cabeza.
—Entonces una vez más nos hemos equivocado —dijo Shawn con una voz que denotaba apatía total. Se acercó al cadáver y asintió de brazos cruzados, no iba a romper una lanza por Seth pero si a decir lo que pensaba de esto. —No pude saber qué pasó para que Seth acabase siendo asesinado, ¿podéis explicármelo por favor? Desde la noche pasada hasta el atardecer fui poseído y perdí el contacto con mi carcasa humana. Dejé de sentir, de ver, escuchar... Nada. Sospecho de algún fata que otro, pero no me atrevo a asegurar nada.
Se aseguró de mirar hacia el suelo para evitar que su mirada pudiese ser malinterpretada por algún otro, y que acabasen desconfiando de alguien solo por una corazonada.
—El fata culpable de ese acto debe saber que no voy a enfadarme si lo hizo para disipar sospechas. Si sale ahora no se lo tendré en cuenta. —enunció de nuevo en voz alta y sin mirar a nadie en concreto.
Percibiendo la tensión en el cuerpo de Samuel, Ivanna se soltó de él, despacio, a pesar de que era reticente a hacerlo. Haciéndole saber que estaría cerca, tomó su mano, y la posó sobre su mejilla humedecida, cerrando los ojos, suspirando durante un instante antes de dejarla caer, con un ruego silencioso en la mirada.
Se dio la vuelta entonces, enfrentando las palabras de Paul, desolada- Supongo que era algo inevitable. Una broma que el destino decidió gastarle, aunque al final él mismo le arrebatase la oportunidad de llevárselo con manos ajenas a las propias. -contempló de nuevo el cadáver, y se mordió el labio, con tal fuerza que uno de sus afilados caninos horadó la carne, y abrió una pequeña brecha que comenzó a sangrar. Al percatarse, se relamió los labios, y acto seguido, se frotó las mejillas con el dorso de la mano, intentando secarlas para dejar de sentirlas frías y pegajosas.
Suspiró hondo, acongojada, y cerró los ojos, notando que le ardían. Se mantuvo quieta y en silencio, y sólo volvió a hablar cuando escuchó a Ohtar, al que miró con preocupación añadida- Es lo mismo que me ocurrió a mí hace varias noches.- explicó- Sabía que te había ocurrido algo. Pero no estaba segura de si eras tú o no quien se encontraba con nosotros. Ahora entiendo por qué ni siquiera me mirabas...-confesó, encogiéndose levemente sobre si misma.
"Una noche mas anunciada por campana y una batalla se resuelve, una lucha que el propio narrador no esperaba y un final que nadie pudo imaginar, cuando la lucha se torno en suicidio. Pero como otras veces, mientras uno cae uno nuevo resurge, el muchacho que un día y solo el primero fue asustado, ahora regreso a los brazos de la que era fuego convertido en candil y ahora de nuevo una hoguera"
Hundo observo un tanto horrorizado la muerte de Seth, mientras su mano y su pluma hacían su trabajo en una de las hojas de su libro. La noche estaba siendo tranquila y rodeada de emociones. El en cambio seguía callado mirando a Samuel, el regresado y preguntándose porque no puso el nombre de Ivanna en su libro, el, su parte humana solía ser mas literal, pero no podía decir lo mismo del fata que era. Era extraño, al menos para el escritor.
Por otra parte cuando Shawn hablo le pareció curioso, pensaba que desde Chris no había vuelto a suceder.
-¿Alguien mas le ha pasado eso mismo? ¿Que haya sido poseído en los días anteriores? O no había vuelto a suceder desde el incidente con Ivanna. Porque de ser así, supongo que quien tiene esa capacidad, bien podría estar entre los recién regresados.-Pie que le permitió mirar a Samuel y dedicarle un saludo de bienvenida.
Con cierta envidia Zaira siguió con la mirada a Ivanna, hasta que ésta rodeó con sus brazos el cuerpo de Samuel. Suspiró y la apartó, cruzándola por un momento con la de Anastasia. Sus labios formaron una pequeña mueca y un leve suspiro salió de ellos.
Escuchó a Paul y se volvió a mirarle, arqueando suavemente una ceja. - Entonces no entiendo por qué tenía tanta fijación con Kammy - . Le dijo y miró a la joven de cabellos morados. - Me has traído de vuelta, arriesgándote y mostrándote delante de todos. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no has hecho como otras veces? Debías saber que te estabas poniendo en el punto de mira, y si tú mueres, se perderá toda esperanza - . Al menos la mía, que con la racha que llevo seguro que no tardo en volver a perder la cabeza. Pensó con ironía.
De repente recordó las palabras de Gelion. Se volvió a mirar al reloj, desafiante y alzó suavemente la barbilla. - Gelion me ha pedido que os advierta sobre el Consejo. Dice que no debéis confiar en ellos en ningún momento - Tras esas palabras, dirigió su mirada rosada hacia Shawn. - Me dijeron que estabas atrapado, pero me pidieron que no dijera nada todavía - . Se encogió suavemente de hombros, quitándole importancia a su silencio. - Bienvenido de nuevo - . Miró hacia el cuerpo de Seth y suspiró. - Esta noche han vuelto a matarme. A mi y a Jane - . Empezó a explicarle. Al volver a recordar el miedo y el dolor que había pasado, su voz se quebró. - Kammy demostró ante todos que ella traía a la gente de vuelta y así lo hizo conmigo. Pero Seth aseguraba que había motivos ocultos y estuvo acusándola. Por eso le voté - .
Kammy negó con la cabeza ante la respuesta de Samuel y respondió a la sonrisa de Niba. La verdad sobre la posesión de Shawn había salido a la luz y eso la sorprendía especialmente.
Cuando Zaira preguntó, la vista de Kammy bajó. Luego, miró a Samuel con rostro triste al ver su acercamiento a Ivanna y dijo - Tiene dos motivos: uno, porque yo desafié sus órdenes en la Linde, liberando a un Loth cautivo. Él era nuestro líder, interpretaba la Bruma, pero cuando Loth llegó a la Linde sin memoria, Atanamir lo encerró, esperando que recobrara la memoria. Insistía que él tenía la respuesta a por qué la Bruma estaba cambiando y no quería dejarlo ir, pero yo lo liberé y escapé de la Linde para encontrar mi hogar. No sé si yo le desagrado tanto como él a mí, aunque eso parece, pero es lo que sucedió en Fäe - paró por un momento y suspiró profundamente para mirar a Shawn y a Andy.
- El otro motivo es porque algunos fatas aquí nos encontramos en un lugar muy similar a Fäe, es un lugar donde llegan los sueños perdidos. El reloj se ve desde allí también y cada noche, llegan dos fatas nuevos allí. Solo fue diferente esta noche porque llegó un solo fata. Tiene diferentes lugares pero, en uno de ellos, se encuentra un árbol oráculo. Ese árbol responde una pregunta con sí o con no cada que el reloj llega a las seis y, cuando se preguntó por el primer grupo de cuatro personas, se dijo que había un traidor entre nosotros - paró un momento y miró a Andy.
- Luego, se le preguntó por tres de ellos, afirmando que eran inocentes, dejándome a mí como traidora. Los fatas de allí no me creían cuando afirmaba que no era culpable, así que decidí dar a conocer mi poder en público. Por eso te envié ese mensaje al traerte de vuelta, porque necesitaba tu ayuda. No solo para no morir, sino para demostrarle a mis compañeros cautivos que ese lugar podía no ser más que un truco - miró a Zaira triste una vez más. Sus ojos se tornaron violeta al instante.
- Pero no importó cuánto hice o cuánto mostré, Atanamir no creyó en mi inocencia y por eso me ha insultado como fata y como humano. Si quieren creer que soy culpable, adelante, pueden hacerlo. Animo a Ivanna que examine mi naturaleza, pues no sé si sobreviviré a esta noche - le dijo a la pelirroja. No sabía hace cuánto no la miraba a los ojos desde que habló con Loth, pero se veía decisión en su mirada.
- Para mí, ese lugar es una trampa creada por uno de los fatas vivos que quiere sonsacarnos información al encerrarnos en un lugar muy similar a Fäe. No puedo evitar preguntarme qué pasará cuando todos los vivos estemos encerrados allí. En este momento, somos siete fatas y lo más posible es que lleguen dos nuevos al amanecer - se giró hacia Zaira al escuchar las palabras de Gelion y le dice - Gracias por creer en mí - sonrió débilmente. Parecía despidiéndose, aunque no era para más después de todo lo que había sucedido ese día.
Las palabras de Paul la tomaron por sorpresa pero no agregó nada. Sostuvo las manos de Niba firmemente y la miró por un instante. Estaba llena de temor y de dudas. Aquella fata valiente y arriesgada ahora tenía miedo - Espero que tú sí me creas - era una lástima, ahora que había encontrado a la mayor parte de sus amigos.
Niba prestó atención a las palabras de Kammy, cuando se giró hacia ella para preguntarle, tomó aire antes de hablar.
- Resulta doloroso ver con qué facilidad han logrado aislarnos y conseguir que nos matemos unos a otros sin piedad- Respondió sin soltar las manos de su antigua amiga- Sí, claro que te creo, Kammy. En realidad os creo a todos. Os escucho y os creo. El problema es... Que no soy capaz de conseguir que vosotros me creáis a mí.
Se encogió de hombros mientras pensaba una vez más qué sucedería si, por una noche, nadie señalase a otro, y cada uno se señalara únicamente a sí mismo ¿Moriría alguien? ¿Morirían todos?
Anastasia siguió a Allegra hasta el puente, como si se tratase de su sombra, la acompañó un paso por detrás de ella, sin perturbar su esfera de aislamiento, y únicamente rompió esa distancia cuando extendió su mano hacia el agua, apoyándose en la barandilla para despedir a esos ojos.
Y todavía siguió su curso cuando Allegra ya se había girado hacia el grupo. – Espero que lleguéis a vuestro lugar.- les susurró tomando las palabras de Allegra antes de girarse hacia la voz de Paul.
- ¿Qué verdad fue la que dijo? – preguntó saliéndose de detrás de la espalda de Allegra - ¿Qué has visto en él exactamente? – preguntó casi en una súplica tragándose toda su desconfianza, como si fuese un ateo más rezándole a Dios cuando la desesperación se apodera de sus corazones, y la misma mirada se posó en Kammy y luego buscó a Zaira.
- No sé hasta qué punto podemos creer las palabras de Gelion; pero el Consejo hasta el momento no me ha transmitido confianza precisamente. ¿Se supone que ellos quienes se encuentran tras ese árbol Oráculo? – preguntó completamente perdida y se frotó los ojos con disimulo presa del sueño.
-¡Por cabruuóon!- Respondió a Shawn a su pregunta de por qué Seth. Aquellas nuevas pastillas debían ser magníficas, pues la pose corporal y gestos del yonki adquirían similitud a los del capitánde la Perla Negra, por momentos.-Tooodos los puuutosdías, señalando a mi herrrrmana con es-ssa mirada. Que leee den por cuuu-lo. ¿Quué cojonnes le passaba con ella? ¿eh?, ¿eh?, ¿eh?, ¿eh?...- Pareció entrar en un bucle que duró tres o cuatro eh's más. -Que a mi me la ssuda que venggáis a rrrajarme, pero a mi faamiliiia ni os acerquéis...hijjos de puta.- Sentenció tambaleándose. -Jooer...qué gl..lobo- Susurró agachando un segundo la cabeza, para volverla a levantar. -Jodeerrrrr, qué guappos sois toodos.- Afirmó sonriendo.
Había pasado todo un día desde la última vez que una nueva llama había aparecido en el reloj. Veinticuatro horas atrás, con aquellos Fata presentes, un fuego blanco había empezado a danzar sobre el IX. Y, desde entonces... Nada. Algunos lo habíais notado, otros lo habíais pasado por alto. Sin embargo, todos fuisteis conscientes de ello cuando el cielo de repente se volvió más claro de lo que era en el amanecer, iluminándoos con una luz blanca e intensa.
La mayoría de vuestros ojos se dirigieron directamente al reloj. El VI era el único número que había permanecido vacío, sin ninguna llama, y ahora sobre él se encontraba una de color negro, que una vez más pareció succionar la luminosidad del ambiente hasta dejaros de nuevo casi a oscuras.
Faltaba poco para la noche, muy poco. El peligro y el miedo ya podían olerse en el ambiente.
Cuando llegó la hora me preparé para lo que iba a llegar y esperé a las campanadas. Sin embargo, cuando empezaron, la mayoría de las miradas se centraron en Seth. Miré a Kammy con sorpresa, estaba convencida de que la decisión estaría entre las dos, pero no pensé que se volviera contra Seth.
Algunos estaban tan sorprendidos como yo, sobre todo Aubin que, una vez más insistía en ver contradicciones que no existían. No podía haber sido más clara. Quise contestarle pero el regreso de Samuel me lo impidió. Sonreí de forma instintiva al ver a mi viejo amigo de nuevo entre los vivos. No obstante le observé en su reencuentro con Ivanna sin poder evitar sentir cierta desconfianza, pues no estaba segura de podía confiar en él.
Dejé a un lado el regreso de Samuel para concentrarme en Seth, a pesar su actitud, algo me había dicho que era inocente y Paul lo confirmó. En poco tiempo hubo mucha información nueva, por un lado la posesión de Shawn y por otro ese lugar donde se llevaban a la gente.
-Shawn, ¿recuerdas el tiempo en que has estado poseído? ¿Te han hecho hacer algo que no hubieras hecho por ti mismo? Tal vez si sabemos que quería de ti, podamos descubrir al responsable. – Después miré a Kammy mientras pensaba en qué consecuencias tenía ese lugar para los demás.- Kammy, esa persona que os mantiene allí, ¿os obliga a hacer algo? ¿Tenéis libertad para hablar sobre ello? Si podéis decir quienes estáis ahí y descontamos los que ya sabemos que pueden hacer, tal vez podamos limitar la búsqueda entre unos pocos y descubrir cuáles son sus intenciones. No sé por qué pero creo que será bueno que todos acabemos allí.
Disculpad la tardanza pero había mucha información y, con la congestión que tengo, no he sido capaz de mucho más. Sé que me he dejado muchas cosas en el camino.
Aunque no se arrepentía de su elección, el hombre que había perdido su vida si le provocaba cierta tristeza. Era una de las pocas personas que parecían sensatas y con quién solía estar de acuerdo con todo, e incluso lo lamentaba desde un punto de vista mucho más humano, valorando su esencia y la ayuda que le había prestado en el túnel. Pero no podía dejar que nadie le hiciera daño a su hermana, y esa persistencia había resultado demasiado peligrosa. No le gustó la sonrisa que se dibujó en el rostro de Allegra cuando todo había comenzado. Había esperado sinceramente que, aunque fuera una muerte horrorosa, el hombre se hundiera y acabara con su sufrimiento, pero él había decidido luchar. Y por supuesto, Adam no se quedaría ahí a esperar que hirieran a la mujer de pelo azul. Apartó la mirada al ver el pie de su hermano buscar la cara de Seth, sabiendo que el resultado sería algo que no querría ver. Cuando volvió a abrir los ojos, Adam ya no estaba allí, pero pudo encontrarlo en cosa de segundos en una azotea, con el pobre hombre sujetado de las solapas. Vio a Anastasia disfrutar el momento con impresionante crueldad, torturándolo en vez de acabar con su vida como debía hacerse en estos casos. Al menos Ivanna con sus caricias le devolvió un poco de vida al hombre, aunque a estas alturas hubiese sido preferible que solo se la robara de una vez. Cuando llegó su turno, Lera ya estaba desesperada. Solo deseaba que el hombre muriera de una vez. Intentando acelerar su muerte, pero demasiado impactada por la visión de sus cuencas vacías para pensar correctamente, intentó acuchillarse una y otra vez para acabar con él, pero aquello no resultó. Cortó sus propios tendones, gritando de dolor, pero él siguió arrastrándose, y aunque optó por cortarse los brazos en la esperanza de que aquello por fin acabara con su dolor, Seth no pareció aceptarlo.
Sintiendo como sus pulmones se llenaban de sangre, ignoró el resto de la pelea hasta sentir el estallido, en cuyo momento solo pudo levantar un poco la mirada. No pudo hablar, pues sangre brotaba de su boca, pero de poder hacerlo no habría sabido que decir. No quería que muriera, pero a la vez, sabía que debía morir. Cerró los ojos y esperó a que todo acabara.
Mientras se recuperaba, intentando hacerlo de la manera más calmada y compuesta posible, o todo lo que se podía estando sentada en la acera mientras se escupía sangre, observó a Ivanna gritar de dolor. De no haber sido Seth quien había muerto para hacerla chillar, seguramente lo habría disfrutado. Recibió la caja que le extendía Adam sin mirarlo siquiera, pero arrancándola de su mano de manera efectiva antes de que se arrepintiera. No tenía fuerzas para discutir.
No podía apoyarse para ponerse de pie, pues sus brazos aún estaban demasiado débiles. Su tendón de Aquiles ya estaba recuperado, y tanto su pecho como su estomago empezaban a cerrar las heridas, pero aún le costaba respirar bien. Sin hacer fuerza, enganchó su brazo con el de Adam e intentó levantarse confiando en que Adam no caería con ella.
Después de aquel combate en el que el ajusticiado no había llegado a presentar más batalla que una terca resistencia la noche había pasado lenta, como el caudal de un arroyo que está por secarse. Hasta última hora el reloj no había reaccionado, trayéndoos la única llama que os mostraría ese día.
Y ahora la noche era cada vez más densa, cada vez más oscura y, sobre todo, cada vez más silenciosa. Pronto esa oscuridad antinatural terminaría de reinar por completo tal y como hacía cada anochecer, impidiéndoos ver lo que había a un metro de distancia.
Algunos os separasteis en pequeños grupos. Otros os decidisteis a descansar a solas. Después de todo, ¿había tanta diferencia? Sabíais que cuando toda la ciudad se sumiera en las tinieblas no importaría la compañía, la fuerza o el número. Sólo importarían las elecciones de unos pocos.