Partida Rol por web

El profesor entró en el aula carraspeando para pedir silencio. Tenía fama de sigiloso, así que aquella era su medida más efectiva para hacerse notar ante los alumnos. Eran ya tantos años de ensayo y error que al final logró la maestría en cuanto a tono e insistencia.

—Buenos días, alumnos. Como ya sabréis por la presentación del director Dumbledore, yo soy el profesor Ashworth y seré el encargado de impartiros la clase pociones. Probablemente estéis deseando aprender a hacer potentes filtros para conquistar el corazón de vuestro amor verdadero, o simplemente un elixir que os haga aprobar todos los exámenes. Pues bien, aunque todo eso es posible en este noble arte, un mal paso podría llegar a ser catastrófico. Es por ello que me gustaría enseñaros los fundamentos básicos antes que de os lancéis a remover moco de gusarajo como locos.

Ashworth estaba acostumbrado a caminar por la sala, al igual que los maestros peripatéticos de la antigüedad. Era importante ser dinámico y mantener la atención de la sala. Cualquier despiste podría hacerles crecer una grotesca trompa en la nariz.

—Hoy explicaremos cuales son los elementos fundamentales de la mayoría de pociones comunes, su función y la forma de tratarlos adecuadamente. Por supuesto, si veo que hay un avance adecuado, podremos empezar a realizar vuestra primera mezcla en la segunda mitad de la clase. Pero no os desaniméis si no os sale a la primera. Lo importante es que aprendáis a realizar todos los pasos correctamente.
»Muy bien. Damos comienzo a vuestra primera clase. Algo sencillo para que vayamos cogiéndole el ritmo, como ya he dicho. ¿Alguien sabría decirme alguno de los elementos más comunes usado en pociones? ¿Y quién sabría decirme uno de los ingredientes fundamentales de la mayoría de antídotos?* Venga, no os cortéis.
»No os preocupéis por fallar estrepitosamente con estas primeras preguntas. Estamos aquí para aprender, ¿de acuerdo? Podemos empezar por la página 7 del libro, en el capítulo de Conceptos básicos.

Mientras esperaba a que todo el mundo terminase de preparar los materiales y de buscar la página —así como algo para apuntar—, se paseó por las mesas para familiarizarse con las caras nuevas.

—Vamos a empezar por lo más básico: ¿qué es una poción? Estoy seguro de que en algún cuento, botica o hasta tienda de artículos de broma habréis visto alguna.

En cuanto respondieron adecuadamente, continúa.

—Existen cinco tipos fundamentales de poción, dependiendo de su poder y consistencia. Los filtros, los ungüentos, las soluciones, los elixires y las esencias. Hoy empezaremos por los ungüentos, que será el tipo de mezcla que realizaréis hacia la mitad de la case. Estad atentos al proceso de preparación y a las instrucciones. Aunque es una poción bastante sencilla, un fallo garrafal podría provocar una ebullición violenta que desbordaría y llenaría la mesa y vuestras túnicas de un líquido viscoso. Y mejor no os describo lo que ocurrirá si lo injerís por accidente.
»Los ungüentos, a diferencia de otras pociones, se aplican sobre el pelo o la piel. Se caracterizan por su textura y viscosidad. Se parecen más a un gel o a una pasta que a un líquido, y suelen tener emplearse para la curación de determinadas dolencias. Existen ungüentos para quemaduras, para llagas, para forúnculos, etcétera, etcétera. El que vamos a preparar hoy no es curativo, pero os servirá para alisar vuestro cabello. Es ideal para fiestas, para disfrazarse o simplemente para un cambio de look. Sus efectos suelen durar unas veinticuatro horas, y su preparación es bastante sencilla y, sobre todo, barata. 
»Para la próxima clase me gustaría que me escribieseis una breve redacción enumerando las diferencias entre un ungüento y cualquier otro tipo de poción que ya hemos mencionado: esencia, elixir, solución o filtro. Lo dejo a vuestra elección. Con una carilla de un pergamino será suficiente**.
 

Siguió dando algunos apuntes respecto a la historia de los ungüentos, dando algunos ejemplos y mencionando los más conocidos. Cuando ya quedaba poco para el ecuador de la clase, regresó a la cabeza de la clase para volver a dirigirse a los alumnos.

—Muy bien, pasad a la página 135. Allí encontraréis las instrucciones para preparar*** el ungüento para alisar el cabello. Como podéis ver, los ingredientes son relativamente fáciles de obtener: moco de babosa carnívora, ciempiés triturado y esencia de belladona. Confío en que el profesor Rowle ya os habrá facilitado todo lo necesario. ¡Ah! Y recordad aplicar el moco de babosa con moderación. Queremos alisarnos el pelo, no provocarnos una alopecia prematura.

Para ser el primer día estaba resultándome trabajoso llegar a las clases, por suerte para ir a la clase de pociones solamente había que bajar hasta las mazmorras por lo que fui de las primeras en llegar a la clase y opte por sentarme en el asiento que estaba más adelante y central de la clase para no perderme ni un detalle ya que nunca había aprendido a hacer pociones y me resultaba realmente interesante, había estado hojeando el libro de texto para saber algunas de las cosas antes de tiempo, estaba intentando ser aplicada con todas las clases aunque eran muchas pero eso no era un problema para mí.

El profesor entro en la clase aunque no me di cuenta pues tuvo que carraspear ya que tenía una habilidad para aparecer sigilosamente.

Empezó a preguntar sobre los ungüentos, elixires, soluciones, filtros y esencias, todo ello en conjunto recibía el nombre de poción y estaba claro que algunas tenían efectos buenos y otras malos según las intenciones del mago o bruja que lo elaborase, también había que tener cierto cuidado pues si se empleaban mal los ingredientes podría ser desastroso.

Pensé en un elemento común usado en pociones pero no supe responder ya que aunque supiera la respuesta mi timidez no dejaría que contestara correctamente.

Esperaba que redactar el trabajo posteriormente en la biblioteca fuera algo más tranquilo y ameno para que pudiera desplegar mi inteligencia más tranquilamente y sin presión.

En cuanto a la poción, esperaba que me saliera bien en un primer momento.

Herbología había terminado y la siguiente clase según la hoja que había puesto el profesor Rowle en su sala común y que había copiado esa misma mañana le señalaba que ahora tendría que ir a pociones. Xabier esperaba que fuese igual de facil que hacer pociones en casa donde su madre le decía que hacer continuamente.Había llegado a la conclusión de que en Hogwarts estaba solo y no tendría ayuda de nadie como se había dado cuenta en Herbología, clase que creía fácil en un primer momento pero que luego se descubrió más complicada de lo normal. Aún así, estaba decidido a hacerlo bien.

El aula de pociones era una clase en las mazmorras del castillo, por lo que tuvo que bajar un par de pisos. Estaba agobiado porque casi nunca le gustaba estar bajo tierra ya que le recordaba al sótano de su casa. A pesar de estar iluminada, la clase era igual de agobiante que las mazmorras.

Por el contrario, el profesor Ashworth no era tan intimidante e incluso le animo lo suficiente para levantar la mano y contestar - Bueeno... Siempre que hacemos una poción en casa hay que encender un fuego antes para calentar el caldero - Dijo no muy seguro. Había ciertas cosas en las pociones que había dado por sentado y que nunca antes se había parado a pensar.  - Y bueno... Se que el bezoar cura muchos envenenamientos-

Atravesé los largos pasillos y corredores del colegio para llegar desde el invernadero a la clase de pociones, desafortunadamente era la clase que menos me agradaba, no porque no tuviera los conocimientos, si no pro que mi madre siempre me había dicho que soy un desastre en especial cuando intentaba ayudarla.

Tomé lugar en los espacios intermedios esperando no llamar mucho la atención, pero tampoco desaprovechar los que docente quería enseñarnos, así que me mantuve expectante mientras el tiempo comenzaba.

Para mi sorpresa el profesor entro con sigilo y calma comportándose como la el tipo Abuelo Gordón con ese aire, clásico y a la vez tenebroso.

Sin embargo, me atreví a contestar su pregunta -Plantas, partes de animal o criaturas, elementos químicos, sustancias y a veces algún conjuro- sabía que algo mal debía estar en esa respuesta, pero estaba algo nervioso.

Victoria llegó a la clase con Lenia y se sentaron juntas. El profesor de pociones le pareció algo más relajado que el resto, y esto le transmitió  tranquilidad a Victoria,.

El profesor hizo varias preguntas que sus compañeros respondieron pero de las que ella no tenía ni idea. Entonces preguntó qué era una poción, la niña levantó la mano contenta de poder participar por fin.

- Las pociones son mezclas que se preparan con múltiples fines, ya sean medicinales, otorgar cualidades o incluso con fines letales…

había estado esperando esta clase, me parecía una de las más interesantes aunque no sabía muchas cosas ni había tenido tiempo de mirar el libro, pero había visto y ayudado a su madre a preparar algunas y ya tenía alguna idea

- Se que también se usa la mandragora, el acónito, y partes de animales tanto comunes como fantásticos, por ejemplo se que el pelo de unicornio se utiliza en antídotos

Luego el profesor preguntó que era una poción, era algo difícil de definir - una poción es una mezcla de ingredientes y se debe además seguir unos pasos para que funcionen correctamente, por ejemplo una cucharada en la dirección contraria podría producir una poción con efectos diferentes a los buscados

Tener la clase en las mazmorras y un profesor sigiloso que pensaba que niños de 11 años tenían interés en hacer filtros de amor (¿quién no sabía a esas alturas de la preadolescencia que el amor era una tontería y que era más divertido hacer cosas que irse besuqueando por ahí?) eran los ingredientes perfectos para conseguir que a cualquier alumno despistado estuviese cerca de darle un telele cuando el profesor carraspeara para anunciar su presencia.

Con cierta inquietud se buscó un hueco para ella y su caldero y escuchó a aquel profesor que se movía de un lado a otro dándole la sensación de que era un animal enjaulado que esperaba un despiste de su carcelero para escaparse. Mientras él hablaba se trenzó el pelo para evitar que se le manchase por meterlo en el caldero sin querer aunque la irregular trenza quedó a medias por darse prisa en sacar el libro de pociones.

-Profesor-levantó una mano- ¿qué diferencia hay entre la alquimia y las pociones? Creía que lo que hace que una poción sea poción es... que se bebe pero un ungüento, eh, bueno...-no sabía cómo continuar pero quedaba en el aire que no tenía claro que un ungüento fuese una poción sino más bien un mejunge quizá propio de la medimagia.

Apuntó en el mismo sitio donde tenía escrito con una carita triste el trabajo que había de entregar sobre las grageas de Flamel que debía entregar una nueva redacción y frunció el ceño a su propia letra como si al escribirlo los deberes se hiciesen realidad y le estuviesen arruinando los planes que tenía para explorar y experimentar. Hacerse mayor es un rollo, no veas si les gustan los deberes a estos señores... Después de tomar algunas notas (y solo fueron algunas porque su mente se puso a vagar por los cogotes de compañeros que tenía delante y al otro lado de la clase pensando en qué planes tendrían ellos y ellas) abrió de nuevo el libro de pociones y sacó el kit de ingredientes.

-Hmmmm-tenía que preparar los ingredientes aunque pronto no estuvo segura de cuántas vueltas había dado en una dirección y cuántas en la otra así que lo resolvió empezando desde el principio como si no hubiese tenido la poción a medias^*.

Al llegar al aula, me sentí como en uno de esos juegos de rol que tanto le gustan a mi primo Michael, sólo faltaba el feroz dragón escupe fuego, pero nosotros teníamos que enfrentar algo mil veces más peligroso, un ser casi omni potente, con el poder suficiente de convertir nuestros próximos siete años en un infierno, "un profesor". 

Esta vez sí que he dejado volar mi imaginación. - pensé con una sonrisa mientras buscaba sentarme lo más lejos posible de Anastasia y Janus, pues no quería ensusiarles el uniforme con el desastre que estaba por hacer.

Cada vez que me paraba frente a un caldero, olla o marmita, las cosas nunca salían como esperaba, pero eso no me impediría aprobar la materia.

Tenía que hacerlo si quería convertirme en auror y eso lo tenía bien claro.

De pronto el profesor empezó su presentación y resultó siendo un tío muy majo.

Cuando empezó con sus preguntas, decidí levantar la mano para dar mis respuestas.

Uno de los elementos más comunes de las pociones es el agua, porque sin ella los ingredientes no se mezclarían, en cuanto a su pregunta sobre el antídoto, no estoy del todo seguro, pero creo que es un bezoar.

Luego llegó la hora de poner en práctica la teoría y aunque mi resultado parecía ser algo decente, la verdad es que no me atrevía a tocarla, y ni que decir de untarlo en mi cabeza, con mi destreza y seguro que me quedo calvo por toda la eternidad.

Las bolsas de ingredientes varios, resultaron de gran ayuda, pues me permitieron tener a mano todo lo que necesitaba para crear el ungüento en cuestión.

Vaya no explotó, esto es bueno, normalmente suelen ser más peligrosas. - digo aliviado mientras veo a mis compañeros de casa por lo que decidí acercarme y con algo de suerte quedar con ellos para después de clase.

La siguiente clase que teníamos era pociones. La verdad es que el nombre ya imponía, no sabía por qué. Sonaba... a algo muy serio. Entré en la clase junto con los demás, ya mucho más tranquila, después de todo lo que habíamos visto.

-El profesor Rowly me ha parecido bastante chulo -le dije a Ivy, que caminaba al lado mía -y la verdad es que al final la clase ha estado bien. Ya me estaba cansando de tanto copiar.

Cuando entramos en el aula de pociones todos bajamos la voz casi sin darnos cuenta, y cuando el profesor carraspeó, se hizo el más completo de los silencios.

Buenos días, alumnos. Como ya sabréis por la presentación del director Dumbledore, yo soy el profesor Ashworth y seré el encargado de impartiros la clase pociones. Probablemente estéis deseando aprender a hacer potentes filtros para conquistar el corazón de vuestro amor verdadero, o simplemente un elixir que os haga aprobar todos los exámenes. Pues bien, aunque todo eso es posible en este noble arte, un mal paso podría llegar a ser catastrófico. Es por ello que me gustaría enseñaros los fundamentos básicos antes que de os lancéis a remover moco de gusarajo como locos.

Yo no sabía lo que era un gusarajo, pero la verdad es que tuve que taparme la boca como muchos otros para no reírme escandalosamente. El profesor Ashworth daba la sensación de ser serio y estar completamente dedicado a su trabajo, así que quería permanecer seria y atender todo lo que pudiera.

A continuación, empezó a explicar y también a preguntar. Yo me rompí la cabeza intentando recordar todo lo que había leído.

 ¿Alguien sabría decirme alguno de los elementos más comunes usado en pociones? ¿Y quién sabría decirme uno de los ingredientes fundamentales de la mayoría de antídotos?

Rápidamente levanté la mano para responder.

-Hace falta magia y el ingrediente más común para los antídotos es la piedra de bezoar, una piedra cogida del estómago de una cabra (como fuese), hecho de pelo o fibra vegetal -acerté a responder, al tiempo que también lo hacían otros, pero intentando completar la respuesta.

Después nos envió a la página 7 del libro, que abrí rápidamente. El profesor continuó haciendo algunas preguntas básicas mientras explicaba y leíamos, y casi no había tiempo para distraerse, sobre todo si quería copiarlo todo. A mi lado, Ivy hizo una pregunta que yo intenté buscar en el libro, para no perder tiempo.

¿Qué diferencia hay entre la alquimia y las pociones? Creía que lo que hace que una poción sea poción es... que se bebe pero un ungüento, eh, bueno..

-Yo creo que es el espesor -le dije en voz baja. El profesor lo confirmó segundos más tarde y ambas continuamos tomando apuntes.

La clase discurría a un ritmo más o menos normal, hasta que como no podía ser de otra manera, el profesor nos mandó una tarea.

»Para la próxima clase me gustaría que me escribieseis una breve redacción enumerando las diferencias entre un ungüento y cualquier otro tipo de poción que ya hemos mencionado: esencia, elixir, solución o filtro. Lo dejo a vuestra elección. Con una carilla de un pergamino será suficiente.

Vaya, pensé. Otro trabajo. Todavía tenía que hacer el de historia de la magia y ya empezaba a acumulárseme  las tareas. Poco a poco empecé a agobiarme.

Tras un rato más de clase, llegó la parte práctica. Al igual que había sucedido en herbología, el profesor nos puso una actividad para hacer en clase. Esta vez, esperaba hacerla con mis compañeras.

Muy bien, pasad a la página 135. Allí encontraréis las instrucciones para preparar el ungüento para alisar el cabello. Como podéis ver, los ingredientes son relativamente fáciles de obtener: moco de babosa carnívora, ciempiés triturado y esencia de belladona. Confío en que el profesor Rowle ya os habrá facilitado todo lo necesario. ¡Ah! Y recordad aplicar el moco de babosa con moderación. Queremos alisarnos el pelo, no provocarnos una alopecia prematura.

-Pufff, esperemos que nos salga bien -dije a Kayla e Ivy. Abrí el libro por la página indicada, miré los ingredientes y empecé a añadirlos en el orden indicado.

La verdad es que fue más sencillo de lo que había esperado, aunque debía reconocer que al final me había apresurado algo en echar los ingredientes, en lugar de dejarlos más tiempo calentándose. Quizás por eso tuve la sensación de que podía haberlo hecho mejor. Pero dentro de lo que cabía, no estaba mal para ser mi primera poción mágica. De hecho, estaba bastante bien. Pero al mirar a mi lado la poción de Ivy... el aspecto de ésta dejaba mucho que desear. 

Mejor dicho. Tenía una pinta horrorosa.

Me acerqué a ella.

-¿Qué has hecho, Ivy? -le pregunté en voz baja -. Esto no tenías que añadirlo todavía. 

Y me puse a intentar ayudarla a corregirla, aunque no sabía si iba a poder conseguirlo.

* * *

En cuanto tuve tiempo, después de hacer el trabajo de historia de la magia, me puse con el de pociones. Aquello se me daba bastante mejor que historia de la magia, así que le hice un trabajo que me pareció bastante bueno. Diferenciar entre e un ungüento, esencia, elixir, solución y filtro, además de añadir unos cuantos ejemplos de cada uno, fue relativamente sencillo, aunque me pasé ligeramente de una cara de pergamino y le escribí una y media.

No me había llevado tanto tiempo como el otro trabajo y por algún motivo, se me había dado mejor. Quizás fuese porque en casa, siempre solía hacer yo los batidos y sabía perfectamente qué cantidad de colacao tenía que echar y cómo removerlo.

El caso fue que cuando guardé el trabajo, estaba bastante satisfecha con él y no esperaba menos de un "supera las expectativas".

La poción alisadora me salió bastante bien, eso me animó bastante - profesor, ¿las pociones que hacemos podemos quedárnoslas?, ya sabe para hacer los deberes - mi pregunta no era del todo mentira, pero la verdad es que me moría por saber que pasaría si se la ponía a un compañero en la bebida

Con tanto trabajo ya el primer día la verdad es que me confié con el de pociones y al final me quedó una redacción algo pobre, aunque creía que había mencionado los puntos clave sobre la diferencia entre un ungüento y un elixir

" Un ungüento suele ser un compuesto de textura líquida o pastosa que debe aplicarse sobre la piel mientras que un elixir debe ingerirse para que sea efectivo, aunque no tiene porque ser una gran cantidad, se sabe de elixires que son muy efectivos con la ingesta de una sola gota "

El profesor sonrió y entrelazó las manos mientras escuchaba atentamente las respuestas a sus dos primeras preguntas. Todas eran bastante variadas. Algunas, incluso, se complementaban entre sí.

—Efectivamente. Lo cierto es que este par eran preguntas trampa, pues no hay una única respuesta correcta. Podríais haber respondido que el propio veneno que se intenta prevenir es tan común como esencial a la hora de elaborar un antídoto, pero tampoco puede negarse que el bezoar es también igual de común. Pasa igual con los ingredientes para una poción: el fuego, la magia, el propio líquido… ¡Por las barbas de Merlín! Os habría dado por válido hasta un caldero. Por eso siempre digo que no debéis tener miedo a responder cuando un profesor os haga una pregunta. Aprenderéis algo tanto si acertáis como si falláis. Para la próxima clase, otorgaré 15 puntos a la casa que conteste primero a mis preguntas. Pero no sirven respuestas al azar o bromas. Deben aportar algo a la clase.
»También debéis saber que no hay que despreciar ningún elemento de las pociones, por muy ordinario que parezca. Un despiste puede echarlo todo a perder, ¿entendido?

* * *

Mientras los alumnos sacaban sus libros, Solomon se fijó en lo que hacía cada uno de sus alumnos hasta que se detuvo en algo que le llamó la atención.

Yvaine McCalish
Mientras él hablaba se trenzó el pelo para evitar que se le manchase por meterlo en el caldero sin querer aunque la irregular trenza quedó a medias por darse prisa en sacar el libro de pociones.

—Un momento —dijo deteniéndose y dirigiendo sus pasos hacia la muchacha cuando esta levantó la mano—. Si os fijáis, vuestra compañera, la señorita McCalish, acaba de hacer algo muy inteligente. Tanto la comodidad como la seguridad son algo fundamental a la hora de preparar cualquier pócima. Un solo pelo podría echar contaminar el caldero y echarlo todo a perder. Buen trabajo, 5 puntos para Slytherin.
»Y ahora, respondiendo a tu pregunta, podríamos decir que la alquimia es una hermana mayor de las pociones. Gracias a la alquimia conocemos las propiedades mágicas de muchos metales. Es increíblemente extensa, y también toca la herbología y las transformaciones. No en vano es también la madre de la química moderna muggle. Las pociones son una ciencia mucho más concreta, centrándose en todo tipo de mezclas líquidas que injerimos o aplicamos sobre nuestro cuerpo con fines mágicos.

* * *

—Muy bien, muy bien—asintió, al tiempo que escuchaba las respuestas de los alumnos última pregunta—. Una poción es un brebaje que mezcla componentes tanto mágicos como no-mágicos. Incluso si una poción tuviese una composición de lo más ordinaria, un muggle no podría darle el efecto deseado. Esto es debido a que nuestra magia es un ingrediente fundamental, como ha señalado la señorita Edevane. Beaufort también está en lo cierto. Seguir los pasos exactos también es esencial, sobre todo si no queremos sufrir unas consecuencias nefastas. Y muy bien también a la señorita Sinclair, por mencionar algunos de los usos que pueden tener. En efecto, pueden llegar a ser letales, pero también pueden salvar muchas vidas si se usan adecuadamente.

* * *

Cuando los alumnos comenzaron con sus ungüentos, estudió el comportamiento de cada uno de ellos. Su atención, sus prisas, su meticulosidad… 
Ya estaban a punto de terminar, pero tuvo que aproximarse a toda prisa a la mesa de Ivy Sinclair. Su caldero había empezado a hervir de forma bastante inestable y una burbuja amenazaba con estallar y provocar un otoño prematuro en las cabezas de media clase. Por suerte, logró resolverlo a tiempo con un aleteo sencillo de su varita.

—Vaya, eso no tiene muy buena pinta, señorita McCalish. La próxima vez debería leer con más atención los pasos a seguir. Procure tomárselo con más calma la próxima vez o me temo que tendré que sustraerle puntos a su casa. Por esta vez se libra por ser la primera clase.
»Muy buen trabajo, señorita Edevane. Con este ungüento podría usted alisarle el pelo hasta a un hombre lobo. Otros 5 puntos para Slytherin.
»Su poción también tiene un aspecto muy decente, señor Flamel. También ha seguido todos los pasos en el orden adecuado. 5 puntos para Hufflepuff.

Cuando estuvo a punto de dar por concluida la clase, Beaufort le hizo una pregunta bastante interesante.

 —profesor, ¿las pociones que hacemos podemos quedárnoslas?, ya sabe para hacer los deberes
 

—Definitivamente no. Podéis practicar pociones por vuestra cuenta, pero no sacarlas de aquí. Ni al conserje ni al director le harían ninguna gracia que os dejase corretear con algo que podría dejaros varios días guardando reposo en la enfermería.

Bueno una parte era la teoría y otra la practica y esto sería difícil, sabía de antemano los materiales y los recursos que se debía utilizar, había preparado todo meticulosamente, las recomendaciones obvio que había tenido cuidado, pero una cosa era saber lo que tienes que hacer y otra cosa era el producto final, incluso había hecho lo que nunca hago en casa, todo con el mayor cuidado posible.

Al final al igual que había ocurrido con el caldero de Altair el mío empezó a burbujear, temblar, inflarse en pocas palabras empezó el  descontrol – ¿y ahora que hago? – mire desesperado al resto de mis compañeros y finalmente me atreví a pedir ayuda al profesor – Profesor Ashworth estoy seguro que esto no esta bien- le dije casi con lagrimas en los ojos mientras que como diría mi madre desastre Daniel volvía hacer de las suyas.

Por fin me había librado del suplicio de herbología, me sentía renacido sin tener que que ponerme todas esas cosas que eran requisito para esa clase y lo mejor de todo es que ahora tendría la primera clase de pociones. Me entusiasmaba mucho la idea de crear una poción y el profesor Salomon hacía que me interesara aun más en la materia. 

Cuando comenzó a dar explicaciones sobre la clase me concentré en anotar toda la información que me parecía importante. 

Existen cinco tipos fundamentales de poción: los filtros, los ungüentos, las soluciones, los elixires y las esencias. 

Los ungüentos, a diferencia de otras pociones, se aplican sobre el pelo o la piel. Sus caracterizan por su textura y viscosidad. Se parecen más a un gel o a una pasta que a un líquido, y suelen utilizarse para la curación de determinadas dolencias.

Por estar anotando lo que decía no respondí a tiempo sus preguntas, pero fue un alivio que no diera puntos por ellas, pues me lo habría lamentado. La clase continuó y llegó el momento de hacer mi primera poción o mejor dicho mi primer ungüento. Antes de comenzar la preparación anoté sus ingredientes y la recomendaciones que nos daba. 

Ungüento para alizar el cabello

Ingredientes: moco de babosa carnívora, ciempiés triturado y esencia de belladona

Recomendaciones: Aplicar el moco de babosa con moderación

 El problema fue que la emoción me ganó y se me resbaló un ingrediente que no era el adecuado. Cuando vi que el caldero comenzaba a hacer ruidos extraños levanté la mano para pedirle ayuda al profesor antes de que eso terminara estallando. -Eh... profesor. Ha ocurrido un accidente. 

El primer día de clases no estaba resultando como yo esperaba...

Yvaine echó los ingredientes que no eran a la poción, en ese momento ésta comenzó a rebosar, haciendo que todos a su alrededor se alejasen, un olor pútrido emanaba del caldero

-Alguien se ha cagado encima- un pequeño fantasma apareció en la clase riéndose mientras tiraba de la trenza a la avergonzada chica, que veía como a su caldero comenzaba a salirle agujeros, cuando el corrosivo liquido dejó de salir no quedaba nada del caldero de peltre, era la primera vez que lo usaba y lo había roto

Edward estaba tan atento a lo que estaba pasando unas mesas más allá, que no se dio cuenta cuando su propia poción comenzó a borbotear, con tanta fuerza que una gota cayó en su sombrero quemando una parte, ahora el sombrero tenía un pequeño agujero

Al ver el espectáculo montado por Peeves, la rabia se adueño de mi y decidí enfrentar al poltergeist.

Déjaña en paz ahora mismo pedazo de idiota. ¿Por qué no vienes a por mi? Vamos te desafío, quiero ver lo que harás cuando le cuente al Barón Sanguinario como estropeaste turaste de las trenzas y estropeaste el caldero de una estudiante de su casa. - digo mientras intento ponerme entre Peeves y Yvy. 

Estoy seguro que eso le va a fascinar al fantasma de la casa de Slytherin, ¿No lo crees Peeves? - digo intentando meterle miedo al poltergeist para que se largue.

Tan pronto logre que Peeves suelte a Yvy me giro hacia ella y la reviso.

¿Te encuentras bien Yvy? - pregunto consternado.

una vez terminada la clase me dirigí hacia la biblioteca para investigar sobre la tarea de la clase, no me costo mucho encontrar diversa diferencias entre los ungüentos y los filtros.

Existen varias diferencias entre los ungüentos y los filtros, la primera de ellas es la densidad de la mezcla, pues mientras los primeros están constituidos por grasas o sustancias de parecidas características que presenten aspecto semisólido, los filtros son sustancias destiladas de la mezcla de ingredientes, los cuales suelen encontrarse en estado líquido

Los ungüentos suelen ser de aplicación cutánea, con resultados a largo plazo y de carácter permanente en tanto que los filtros suelen ser de aplicación oral, con resultados casi inmediatos, pero de corta duración, esto se debe tanto al método de aplicación como a la concentración de los ingredientes de la mezcla.

Por regla general, los filtros suelen ser preparaciones destiladas, lo que tiende a concentrar mucho los principios activos de sus componentes, en tanto que los principios activos de los componentes de los ungüentos suele privilegiar la absorción de la sustancia por el cuerpo.

Una vez terminé mis deberes, me acerque al aula y dejé mi pergamino sobre el escritorio del profesor.

-No, algo me da en la nariz de que no he leído b...-el caldero comenzó a borbotear vibrando sobre su soporte y todos, incluida Yvaine, se apartaron por un instinto-oh-oh-levantó la manga para taparse el rostro y miró asustada a Altair antes de levantar la otra mano-profesoAAAH-la llamada cautelosa acabó en un chillido en cuanto Peeves le agarró una de las trenzas. 

En su vida había tenido tanto miedo,o se le comía el lodo corrosivo en que se había convertido la poción o el otro le seguiría tirando del pelo. Tras unos momentos que parecieron una eternidad Peeves desapareció e Yvaine se quedó ahí,con su caldero agujereado y un buen tirón de pelo con su compañero de herbología a su lado con el mayor acto de valentía que nadie de ese curso pudiese hacer:arriesgarse a quedarse sin suelas de zapatos y ganarse la enemistad de un diablillo con apariencia de poltergueist.

-Ah... yo...hmmm-se miró de arriba a abajo con las mejillas encendidas y los ojos vidriosos por el susto y la vergüenza-¡Estoy mejor que mi caldero!-se recompuso o al menos lo intentó porque lo que había empezado como una frase despreocupada apenas sí terminó en un susurro-Gracias, ha sido una pasada eso de,ya sabes, lo de echarle genio. Casi me muero de miedo.

Se frotó los ojos e inspiró muy hondo.

-¿vosotros estáis bien? ¿solo ha muerto mi caldero?-miró a Altair y Kayla y después a Artemis quienes eran los que más cerca habían estado del apocionalipsis.-si por algo no hago yo cosas de la pastelería-suspiró  resignada,hablando para sí.

A mamá no le va a gustar nada esto...

-Cuando dije que quería crear hechizos eran hechizos,lo juro,nada de una poción salvaje destructora de mundos.

Giles entró con el ánimo alto en la clase de pociones, pues todo el mundo sabía que esa era una de las clases más prácticas que había y aunque pudiera ser catastrófica, seguro que sería más entretenida que cualquier otra cosa. Se sentó y sacó el libro y pergamino para empezar a tomar notas de lo que decía.

Sacó su caldero y las cosas necesarias para realizar la poción y tenía ganas de empezar a soltar ingredientes en su interior cuando escuchó algo del profesor y vio como daba cinco puntos a una niña de Slytherin por recogerse el pelo, una injusticia para los que tenían el pelo corto, pero que se le iba a hacer.

Se centró en su caldero y leía tres veces cada línea para asegurarse de que lo estaba haciendo bien, asomándose con cuidado al interior de su caldero para ver si era como debía ser. Estaba tan centrado en su tarea que se llevó un buen susto cuando la chica gritó y pudo ver como Flamel iba al rescate de la joven Slytherin que recibía un tirón de las trenzas de Peeves.

-Menudo payaso ese fantasma -dijo con el ceño fruncido- Profesor Ashworth, deberían de pagarle un caldero nuevo a la chica porque lo ha roto porque Peeves la hizo estropear su poción, ella no tiene la culpa -instó mientras continuaba contando las veces que tenía que remover la poción para que le saliera lo mejor posible.

Respuestas por aquí, respuestas por allá. Los alumnos comenzaron a responder uno detrás de otros, adelantando por la derecha a un despistado Liam que apenas había tomado asiento en el banco. Por fortuna, estuvo algo más listo de lo habitual y pegó la oreja a los murmullos de sus compañeros, identificando las respuestas que requería el profesor. O al menos eso creía.

¡Magia, Bezoar y el espesor! - Dijo a viva voz, casi quedándose sin aire, esperando que aquellas fueran las respuestas correctas.

De algo le sonaban, aunque no sabía muy bien por qué. ¿Quizá por leer el libro reglamentario para las clases de pociones? No, eso era imposible. El no era de esos. De todas formas no había margen para el fraude, porque los puntos ya habían sido mandados directamente a Slytherin. Debía ser más rápido la próxima vez.

Por fortuna, el rollo académico terminó pronto para dar paso a la acción. Cada alumno frente a su caldero, recibieron instrucciones de elaborar una poción para “alisar cabello” o algo así. Instantáneamente, Liam pensó en lo bien que le vendría al profesor Westerberg, cuya cabellera parecía el resultado de una infernal pelea entre gatos encerrados en un saco. El chico se rió para sus adentros. Ahora necesitaba un gato.

Una vez con el recetario en mano, Liam procedió a ciempiés y belladona como si de un “potaje” se tratara, salpicando alrededor de su burbujeante caldero. Ponía también algo de aplicar el moco de babosa. Liam se encogió de hombros y lo dejó caer en el caldero, impaciente para ver como aquello terminaba. Dio un paso atrás y se tapó los ojos. Y...