Partida Rol por web

Anastasia perdió la concentración al ver como las escobas de sus compañeros se volvían en contra de ellos, tanto que desvió la mirada de su propia escoba que comenzó a dar bandazos, la escoba comienza a perder altitud hasta que se choca con el suelo, por suerte la joven no ha sufrido daños al no estar a gran altura, pero su escoba a quedado un poco astillada

Al llegar a la clase llevé conmigo mi confiable Nimbus 2001, por lo que me sentía bastante confiado para afrontar la clase. 

Sin embargo, nada me preparó para encontrarme cara a cara con Mike Robins, antiguo capitán de la selección inglesa, el hombre que en su momento fue conocido como la Muralla Humana.

El profesor Robins nos fue acomodando en parejas para realizar el ejercicio, aunque debido a la emoción del momento, algunos compañeros se adelantaron, por lo que el profesor les llamó ligeramente la atención.

Sin embargo, todo se torció cuando aparecio Peeves y empezó a atacar a mis compañeros, lo que provocó que que estallara en rabia.

Incluso Anastasia llegó a perder el control de su escoba.

¿Estás bien? - pregunto preocupado - Voy a ayudar a los demás, si puedes échanos una mano. - sentencio mientras extiendo mi mano y convoco a mi escoba. 

¡Arriba! - Mi nimbus subió a mi mano con total fluídez.

Ahora sí sacaste boleto poltergeist de tercera categoría, vas a vet cuandomte coja. - digo mientras echo a volar cual halcón tras su presa, con el objetivo de ayudar a mis compañeros.

Daniel ayuda a Aedan, yo voy a apoyar a Yvy, luego vamos por ese payaso de baja estopa. - digo ignorando al profesor, listo para darle guerra al condenado ente.

-¿Estas bien?- pregunte preocupado por el ataque del molesto fantasma -Ese bravucón se ha ganado un lugar en mi lista de personas en la que usare, mi arma secreta ahuyenta bravucones- alardee un poco aunque realmente  no sabía si ese hechizo funcionaría en un fantasma pero estaría dispuesto a vengarme de él.

Afortunadamente no había pasado a más, aunque Artemis me había dicho que apoyara Aedan, otra de las chicas había perdido algo de concentración por lo que acerque a ella.

-¿Te encuentras bien?- extendí mi mano para ayudar a Anastasia a ponerse de pie, si había algo que me haría feliz sería hacer que ese diablillo pagara por todo lo malo que nos estaba pasando el día de hoy.

Giles había esperado con ganas la clase de vuelo, pues a él le encantaba volar en escoba y era un gran fan de las Holyhead Harpys por culpa de su madre, que decía conocer a alguna de las jugadores de sus años en Hogwarts. El caso es que siempre le había gustado y en cuanto tocó la clase apropiada no pudo esperar a ir volando a su habitación a coger su Nimbus 2001 y estrenarla por primera vez.

Al principio pensaba que a lo mejor era demasiado llevar una escoba de ese tipo a su primera clase y estuvo a punto de usar una de la escuela, pero al ver a otros compañeros también con nimbus 2001 no se sentó tan raro y se dispuso a volar. Extendió su mano sobre la escoba y la miró fijamente, centrándose en ella todo lo que podía.

-¡Arriba! -dijo con voz fuerte y la escoba subió con firmeza hasta la mano. Se sentó sobre ella y pudo ver como algunos compañeros salían volando y el profesor empezaba a echarles la bronca, por lo que él tiró del palo para elevarse un par de metros y luchó por mantener estable esa escoba en el sitio mientras sonreía.

Vio a Peeves pasar y entonces pudo ver como Anastasia se casi estrellaba contra el suelo. Bueno, en realidad no lo vio, porque apartó la mirada y cerró los ojos ante eso que no quería ver, no quería ver como una compañera se hacía daño.

-Ah, vaya, ahora fun..^_.ciona-pero no debía funcionar así, las escobas de los demás no se levantaban tanto y desde luego no daban tanto miedo. La escoba se levantó en el aire con el cepillo hacia arriba e Yvaine echó a correr con un grito intentando escapar del instinto asesino de su escoba pero el objeto era implacable y la niña acabó de cuclillas y con los brazos sobre la cabeza cubriéndose de los golpes de la escoba. Sus gritos y quejas se mezclaban con los de otros de sus compañeros, hasta donde había visto no era una la única escoba violenta aunque lo que no esperaba era el sonido sordo de un cuerpo caer al suelo.-Que esto pareeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Al ver que la escoba de Ivy empezaba a atacarla, orienté mi escoba hacia el suelo y aterricé... como pude, a su lado. Sin soltar la escoba, corrí hacia donde estaba ella, saqué mi varita y lancé el hechizo en voz alta.

-¡Finite!

Me alegré un montón de haber visto ese hechizo en las clases, y también de saber usarlo. La escoba dejó de atacarla y se posó en el suelo tranquilamente.

-¿Estás bien, Ivy? Creo que tú escoba y tú no os lleváis demasiado bien -le dije, riéndome.

Kayla se mantenía sobre su escoba con gracilidad, pero viendo el desastre que estaba comenzando a ser la clase para algunos de sus compañeros comenzó a preocuparse. La pelirroja se acercó a una Hufflepuff que había caído al suelo y la miró tremendamente horrorizada.

- ¿Estás bien?.... ¿te ayudo a levantarte?... - se ofreció la Slytherin sin saber aún si bajarse de la escoba o no para atender a Anastasia. Pero un chillido llama su atención, Yvaine estaba en problemas, la escoba no dejaba de golpearle -...¡¡Corre Yvaine!!!... ¡¡Corre!!.... ¡¡PROFESOR ROBINS POR FAVOR LAS ESCOBAS SE DESCONTROLAN!!!

Se dejó la garganta en el proceso, pero no quería que nadie sufriera daño

Cuando aparecí en el patio del colegio no pude evitar sentir un estremecimiento, la idea de volar por las alturas con un palo no era precisamente acogedora, ya en los aviones me sentia incomodo y eso que era uno de los transportes más seguros del mundo, pese a ello estuve escuchando los comentarios del profesor pese a que cada rato echaba un ojo a la escoba que me habian prestado en el colegio, tras la explicación vino la practica.

---¡A-arriba!- digo con cierto tono de inseguridad en la voz, quizas fuera por eso que al escoba simplemente rodó hacia un lado pero sin elevarse como habia hecho con la inmensa mayoria de la clase-¡Arriba! ¡Arriba!¡ARRIBA! - digo cada vez más alarmado al verme tan retrasado, ya que algunos alumnos ya habian montado en escobas, aunque ver algunas descontrolandose no añadia más seguridad a mis palabras, lo único que hacia es que mirase de reojo a las escobas descontroladas preparado para apartarme sí venia alguna en mi dirección.

Sin dudarlo me interpongo entre Yvy y su escoba, por lo que termino llevándome un par de buenos golpes mientras trato de tomar el control de la endiablada escoba.

¡Rápido Yvy, aléjate! ¡Yo te cubro! - exclamo mientras lucho contra la escoba enfurecida, intentando dominarla por la fuerza.

¡Vamos cálmate ya escoba loca o te voy a convertir en aserrín.

Llego una de las clases que más le llamaba la atención, la de vuelo, le habían dicho que era una bruja y las brujas vuelan en escoba, pues ella iba a aprender. EL lugar era bastante bonito y fresco, el exterior del colegio era bastante bonito y estaba segura que podría pasear por allí en más de una ocasión. Por la reacción de los demás alumnos el profesor debía ser alguien famoso, aunque ella no lo conocía, seguramente de aquel deporte que había dicho el profesor kidish o algo así.

Con un suspiro se coloca en la posición que había indicado el profesor y dice mientras cierra los ojos:

Arriba

La escoba se activa y se coloca en su mano, Raven abre los ojos al verla y sonríe, se coloca como dijo el profesor y comienza a volar con cuidado y cautela, poco a poco según va moviéndose va alejándose un poco y disfrutando no solo de las vistas, sino de la sensación

Victoria se quedó atónita ante aquel caos, a principio no sabía que hacer ni donde acudir, entonces vio como Aedan se defendía solo de su escoba que le atacaba sin piedad y corrió a ayudarle, no sabía que podía hacer pero ¡el chico necesitaba ayuda!

En un momento ese fantasma de Peeves la había vuelto a liar, los demás intentaron ayudar todo lo que podían a los que estaban siendo atacados por las escobas pero aunque Aedan había logrado defenderse no conseguía parar la escoba por lo que viendo que Victoria se quedaba anonadada vi que una chica de Slytherin pronunciaba un hechizo que finalizaba el efecto del hechizo de Peeves.

Aun con la escoba en la mano mire la escoba de mi compañero y pronuncie a la vez que hice el movimiento de forma correcta:

-¡Finite!-exclame, la escoba no me hizo caso y siguió pegando al compañero por lo que lo único que pude hacer es ponerme delante para que me golpeara a mí, esperaba que el profesor hiciera algo.

Por fin se sentía libre, no tenía que pensar en nadie que le juzgara ni en absurdas tareas. Solo en cuan alto y cuan veloz podría llegar él y su escoba. Pensaba en que no le costaría irse de ahi ahora mismo, solo tendría que viajar unas cuanta horas hasta encontrar un sitio donde esconderse y luego volver a volar para dirigirse a la casa de su abuelos. Con aquella escoba podría sentirse libre y capaz de cualquier cosa. Cortaba el viento con facilidad, se movía como si no pesara nada, tenía el control plenamente.

Hasta que entonces dejó de tenerlo. Una fuente de calor anuló la velocidad a la que iba de un plumazó como si se hubiese estampado contra una pared que no se veía y no tuviese masa. Se encontraba flotando agarrando una escoba inservible en todos los aspectos. La gravedad no tenía fuerza en él y estaba girando sobre su propio eje haciendo que el cielo estuviese abajo y el suelo arriba. 

El profesor le había detenido con facilidad y le había traido de vuelta como si fuese un saco de plumas. No les estaba echando la bronca, pero Xabier lo sentía como tal. La timidez y el miedo habían vuelto, y no podía mirar a la cara del profesor al haberle fallado. No estaba enfadado porque quisiese escapar. Asumió que no entendía sus intenciones de haber echado a volar tan rapido y no quiso decir nada por miedo a que fuese a peor.  - Lo siento, profesor Robbins - Xabier se disculpó por decima vez aquel dia y volvió a la sala común con la escoba en la mano y la cabeza gacha.

A pesar de que en un principio la escoba parecía haberse detenido, en realidad aquello había sido como una especie de pausa entre los rounds de un combate de boxeo. Rápidamente, la escoba volvió a ponerse en marcha y de nuevo comenzó a atacar a Ivy.

-¡Eh, yo... vaya... PROFESOR, PROFESOR, detenga la escoba. No podemos pararla! -grité, para que él le pusiera fin a aquello.

Jo, al final no lo sabía hacer bien y la escoba sigue haciendo de las suyas, pensé.

Al ver que el profesor no se acercaba, Aedan volvió a mirar la escoba, intentado hacer algun movimiento con la mano para que esta se levantara y fuera hacia ella directamente ¿Porque demonios no se levantaba la escoba? ¡Tenía unas ganas de volar increibles y al final no iba a ser quien a lograrlo!

-¡Venga ya levantaté!- y justo, como un resorte, la escoba salió volando, pero no a sus manos, si no directa a su cara. Por suerte, los reflejos de Aedan le permitieron interponer los brazos en medio, chocando la escoba contra estos y haciendo que Aedan callese de culo al suelo.

Soltó un pequeño quejido y se levantó quedó en el suelo un momento, pasandose la mano por el brazo por el fuerte golpe de la escoba ¿Acaso el espectro raro ese estaba haciendo de las suyas otra vez? Se podían escuchar sus risas desde bastante lejos. Aedan frunció el ceño enfadado y negó un par de veces con la cabeza. No iba a dejar que el tonto ese le arruinara la clase de vuelvo, no señor.

Posicionó la escoba de nuevo en el sitio y esperó pacientemente, con la mano estirada como un zopenco, como si solo con ese movimiento la escoba fuese a caerle en las manos mágicamente. Si de esta manera no lo conseguía, no tenía ni idea de como lo haría sin guía.