Partida Rol por web

La cosa pintaba mal. Encerrados en la torre y con las ventanas como única posibilidad de escape... Filch tenía un plan y lo sabía. Aquel hombre llevaba años trabajando en Hogwarts y era más que probable que se conociera todas las jugarretas posibles que un alumno pudiera inventar, así como las posibles vías de escape.

- Ve abriendo la puerta, yo voy a observar por dónde va este hombre... - dice Kayla asomada a la ventana, intentando visualizar qué demonios iba a hacer Filch, a dónde se dirigía para poder medir sus movimientos y elaborar un plan acorde a su línea de acción. -... prepara la varita, la gata seguro que está detrás de la puerta.... - indica la niña aún oteando por la ventana -... pero nos va a tender una emboscada, estoy segura de eso....

Si la situación ya era peliaguda y complicada para los pequeños, lejos de mejorar, la cosa se fue complicando más y mas por momentos. Mientras Ártemis empezaba a descender la escalera para buscar un buen ángulo con el cual poder abrir la puerta, Kayla decidió observar a través de uno de los ventanales para ver si era capaz de distinguir a Filch en la oscuridad. Aún quedaba una hora para que amaneciese, y aunque aún no se distinguían las luces de un nuevo amanecer, tampoco era noche cerrada por lo que logró observar la sombra del celador con su linterna sorda, en dirección a las torres del campanario. Solo fueron unos escasos segundos en los que ya le perdió de vista, y parecia que ambos habían decidido tratar de salir por el mismo lugar por donde habían venido.

Entonces se escuchó, claro y potente, el sonido de las campanas del campanario repicando. ¿Qué pretendía ese hombre? ¿Darles una lección pública y despertar a todo el mundo? Un sudor frío os recorrió la frente, ambos sabías que estabais fuera de vuestra sala común, y que probablemente vuestra ausencia no pasaría desapercibida. El dato bueno era que el hechizo de Ártemis había sido exitoso y la puerta había empezado a abrirse, dejando fluir el pantano al exterior. ¿Cuáles serían vuestras acciones?

- Dioses Artemis va a tocar las campanas..., ¡va a tocarlas!.... De esta no nos libramos.... maldición.... - dice Kayla completamente pálida, entendiendo que había que hacer alguna locura o de allí no saldrían sin ser atrapados...¿y cómo explicaría a sus padres la burrada que habían hecho?.... Veía rifarse un bofetón en casa y tenía todas las papeletas de la rifa -.... cielo..., atento a la varita, voy a descolgarme por la liana para bajar.... tenemos que salir de aquí.... 

Y dicho esto, muy valientemente la niña coge la liana y se descuelga.... quizás fuera su peso puede que su poca habilidad física pero lo cierto era que Kayla cae al vacío hacia el corazón del pantano

Al ver caer a Kayla mi corazón da un brinco y echo a correr hacia ella con la intención de ayudarla.

Venga reacciona ya casi salimos de esto. ¡Venga bebe un poco ya luego bebo yo. - digo mientras le administro a Kayla  la poción de invisibilidad para luego ayudarla a escapar por la puerta. 

Si la gata estaba allí, no la vería salir, ya yo lidiaría con ella y Filch a mi manera, de un modo u otro huiría del conserje.

 Ártemis avanzó con dificultad por la maraña de plantas, enredaderas, lianas, arena y agua hasta alcanzar la posición de Kayla, y la ayudó a incorporarse, la cuál estaba levemente dolorida en el pie derecho por la caída pero sin aparentemente ningún daño de mayor dimensión pudiendo andar sin problemas,... y le dió de beber la poción de invisibilidad para ayudarla a pasar desapercibida una vez saliesen del lugar. Filch no había dejado de hacer repiquear las campanas, y tras dar la voz de alarma, inició la carrera, regresando a enormes zancadas hacia la entrada de la torre de astronomía. 

- ¿No ha salido, verdad señora Norris? De haberlo hecho, ya te les habrías echado encima...buena chica... Sonrió con malicia el celador, quién no dejaba de mirar atentamente la puerta y levantar la vista en ocasiones hacia las ventanas. En un minuto llegarán los profesores, estas sucias ratas no tienen escapatoria... Apuesto a que son los mismos que han lanzado esta tarde los cohetes en la escalera y me quemaron el pelo... 

Si el celador quería echarme el guante iba a tener que esforzarse a mares, pues estaba por llevarse una sorpresa bastante desagradable, o al menos esa era mi intención.

¡Agua va! - digo mientras apunto mi varita a la puerta - ¡Filipendo!

Mi conjuro abre la puerta de golpe dejando salir el pantano con fuerza, mientras yo me pego a un lado de la puerta, sólo rogaba a Merlin que la ola de agua y arena fuera suficiente para sacar al necio celador de nuesro camino.

Vamos viejo que no piedes ser a prueba de todo. - pienso mientras veo fluir el torrente hacia el exterior de la torre.

La caída fue brutal y la consecuencia un dolor considerable en la pierna derecha, que fue amainando un poco al cabo de unos instantes, pero sin duda, no estaba como para apoyar el pie como si nada. No solo estaba atrapada sino que además, herida..., no podía correr y ya se daba por perdida... Pero fue en ese instante cuando Artemis, tras atravesar todo un pantano por ella, le llega con un líquido y le insta a beberlo.

- ¿Qué es esto?...., pero.... ¿y tú?.... - el muchacho insistía y ella lo bebió, notando que, al instante su cuerpo dejaba de ser visible para sus propios ojos -...¿cómo has conseguido esta poción?...., tómate la tuya.... - se dio cuenta enseguida de que no tenía más y el Hufflepuff había expuesto su seguridad para salvarla a ella.

Kayla se levantó a duras penas, asegurando más la pierna sana que la herida, y comenzó su avance lento pero seguro hacia la puerta, para intentar colarse a través de ésta. Consigue caminar lo suficientemente sigilosa como para no ser pillada y avanzar por el pasillo, acercándose a Filch con cada maldito paso que daba.

Kayla tiene la varita en la mano, controla de que aún nadie llega o se aproxima a esta zona donde se encuentran y controla la salida de Artemis, si el conserje se avalanza sobre él le hechizaría. Una cosa era cierta, el rostro de Artemis estaba tapado, reconocerle a simple vista iba a ser al menos imposible

Con la puerta de la torre de astronomía entre abierta, la primera en salir fue la pequeña Kayla, que aunque dolorida, logró salir por la pequeña abertura y avanzar con sigilo por el patio de transformaciones, evitando con éxito ser detectada por Filch y la señora Norris, que no esperaban una jugada como aquella. En el interior de la torre, Ártemis aguardó a que la joven se alejara lo suficiente para que cuando abriese la compuerta de golpe no le llegase a Kayla todo el torrente, y realizando con éxito el hechizo, abrió la puerta de par en par. 

Entonces se produjo una fuerte corriente, y la gata de Filch escapó de milagro de acabar hundida en el rango, pero el viejo Filch no tuvo tanta suerte, y empezó a tratar de apartarse, huyendo de aquel torrente, quedando hundido hasta las rodillas en aquel lodazal. La situación parecía haber tomado otro color, y Kayla tenía vía libre para escapar sin contratiempos, pero por unos instantes dudó si ayudar a su compañero lanzándole un Flipendo a Filch, que sin duda alguna querría acercarse nuevamente para atrapar al que no dudaría que saldría de inmediato por la puerta de la torre. Sin embargo, la entrada con estruendo de Severus Snape al patio, fue lo suficientemente disuasoria si no quería ser cazada de inmediato, y más estando lesionada. ¿Como seguirían los acontecimientos?

Mientras la ola de lodo hace su trabajo, me desprendo de la túnica sin insignia junto con las vendas, arrojando la primera al centro de la habitación y dejando caer las otras a sus pies.

¡Oh mierda esto va a dolerme! - pienso mientras apunto mi varita hacia mi. - ¡No te escaparas! ¡Filipendo! - grito a todo pulmón mientras que, con disimulo me ataco con mi propio hechizo el cual me arroja hacia afuera de la torre con una venda estrujadas en mi mano.

La pelirroja tras haber escapado de la torre decide atacar a Filch, pero justo cuando  se disponía a sacar la varita observa como por uno de los laterales llega Snape y para su acción. Artemis se la estaba jugando por ella, pero siendo sinceros, si le había dado la poción, jugándosela, no era para que ahora delatara su posicionamiento.

Kayla se muerde el labio. No sabía qué hacer, si atacar y ser pillada, siendo la pierna uno de los grandes problemas para huir. O marcharse y deberle una muy grande a su novio. Y al final optó por lo segundo, si ella le hubiera dado una poción de invisibilidad a su pareja y éste de dejase atrapar, se habría enfadado con él, así que lo mejor era marcharse, despacio para no seguir dañando su rodilla. Y es que todos los golpes parecán ir al mismo lugar.

Al final Kayla decidió que la mejor opción era abandonar el lugar y huir hacia su sala común, mientras tuviese la oportunidad y no llegasen más profesores. Snape fue aproximándose lentamente hacia la torre de Astronomía, cruzando el patio de transformaciones, viendo aquel flujo de lodo, agua y maleza de pantano saliendo desde la puerta, en completo estado de alerta. ¿qué era todo aquello? Filch por su parte vió la sombra de un niño dentro de la torre, que gritaba a pleno pulmón," ¡No te escaparás! ¡Flipendo! y al final salía despedido en su dirección, para caer de lleno en el lodazal.

No obstante, algo no le encajaba en la ecuación al viejo celador, puesto que había escuchado la misma voz instantes antes decir... "¡Agua va! ¡Flipendo!". Estaba claro, que le estaban tomando el pelo, y no tardó de coger del pelo al muchacho, levantándole de golpe por mucho que gritaste y le doliese, para girarse hacia Snape y decir.

- ¡Lo tenemos, Severus! Este es el bribón que entró en mi despacho y me lanzó el cohete por la escalera. Y ahora, fíjate bien, ¿Sabes que es eso? Lo mismo que usaron los hermanos Weasley el año pasado en el patio de la torre del reloj... ¡Un pantano portátil! ¿Qué pretendías, eh zopenco? ¿Amargarme la mañana limpiando este desastre? ¡Lo limpiarás tú hasta que quede impecable! Oh vaya que si... Amenazó al muchacho soltándole el pelo de golpe, y dándole una colleja en la nuca. ¡Tú y yo lo pasaremos realmente bien!

Snape torció el gesto y se acercó aún dubitativo, mirando los alrededores, y tras mirar al pequeño, que parecía querer replicar, les mandó callar, mientras le indicaba a Filch que lo custodiase mientras se encargaba de revisar la torre.

- No quiero escuchar ni una palabra... Si hay alguien más contigo lo averiguaré, ya lo creo que si... comentó el profesor de pociones, que resplandecía con un ténue color azulado, probablemente de un hechizo protector lanzado sobre sí mismo. Ahora me darás las explicaciones que quiero escuchar, ya lo creo que sí... Pero si hay alguien más contigo lo averiguaré... Y tras aquello, entró en la torre, no sin antes recoger la varita del muchacho que estaba en el umbral de la puerta.

Cuando Filch me coge del cabello no logro enfocar del todo bien mi vista. Sentía como las cadavéricas manos del viejo me levantaban en vilo.

¡Bájeme por favor! Que aún me duele la cabeza del golpazo que ne di. - le pido al celador de forma sumisa. - Hoy en la mañana no estuve en su despacho, estaba de excursión con el profesor Rowle, puede preguntarle y no tengo ningún problema en ayudarlo a limpiar.

De hecho me gusta ayudar a otros. - digo mientras trato de aliviar la el dolor en mi cabeza, al tiempo que me desplomo al suelo y busco algo entre los bolsillos de mi túnica. - Tenga, para su gata señor celador. - digo ofreciéndole un panecillo de la cena.

Dicho esto permanezco sentado en el suelo con la mirada clavada en el suelo y mis manos en la cabeza, esperando a que regrese el profesor Snape, sin hacer ningún intento de huir.

La espera se hizo larga, y durante todo ese tiempo, Filch no dejó de mirarte fijamente a los ojos, y la señora Norris bufando enfadada al lado del celador. Snape se tomó su tiempo para subir hasta lo alto de la torre y bajar, analizar algunas prendas que encontró y observar algunos rastros y marcas que eran sumamente claros para alguien tan experto como él.

Tras aquello, salió al exterior nuevamente y apuntando la varita hacia Ártemis, conjuró un hechizo. Revelio.

No obstante, ningún cambio aparente ocurrió en el pequeño, quién seguía allí sentado en el suelo, con aparente actitud sumisa.

- Muy bien, quiero que me digas con todo lujo de detalles cómo es que estás fuera de tu dormitorio, a estas horas de la madrugada, siendo conocedor de que solo los prefectos tienen permitido salir de sus respectivas salas comunes... Quiero saber por qué estás precisamente aquí, en la torre de astronomía, por qué no llevas encima la túnica de tu casa, y en cambio hay aquí una túnica sin insignia y unas vendas para cubrir el rostro, por qué hay un pantano portátil en el centro de la sala, y por qué hablabas a solas... Preguntó Snape con una mirada inquisidora, queriendo respuestas de inmediato. ¿Y bien, joven Flamel?

Con todo gusto profesor. - respondo sin moverme de mi lugar.

Yo suelo salir todos los días temprano a recoger rocío de las plantas para alimentar al hada Gala, un asfide de laa flores, todas las mañanas, después de la primera clase voy a los jardines y le sirvo el rocío que recolecto.

Esta mañana salí a recoger el rocío, usualmente no llevo mi túnica para ello porque no quiero ensuciarla.

Sin embargo, mientras me disponía a empezar con mi labor, vi una sombra salir corriendo del castillo en dirección de la torre.

Teniendo en cuenta los eventos de los últimos días, supuse que se trataba de un intruso. - en ese momento minrostro cambia y muestra una mueca de desagrado.

Entonces hice una idiotez, intenté darle caza lo perseguí hacia la torre y me dispuse a confrontarlo, lo vi arrojar algo hacia la parte baja de las escaleras, de allí salió el pantano. 

Por lo que me quedé atrapado con él cuando empezaron a sonar las campanas, entonces me derribo de la escalera de un empujón, afortunadamente el pantano alivió mi caída.

Luego intercambiamos hechizos, uno de ellos abrió la puerta mientras yo intenté atacar con Filipendo, en ese momento lancé una advertencia pues supuse que las campanadas atraerían ayuda.

Luego volví a intentar derribarlo, con Filipendo, pero él fue más rápido, luego todo giro, vi el techo, el cielo y luego el golpe, lo demás es confuso.

No sé si sólo caí o me arrojó por el aire, de allí el señor Filch me ayudó a incorporarme, me preguntó sobre unos cohetes y es todo lo que sé. - respondo bajando la mirada.

Lo siento profesor, creí que podía detenerlo por mi cuenta, pero si no fuera por la campana y Usted, quizá habría terminado mucho más herido.

Snape escuchó la sarta de mentiras del pequeño Hufflepuff pero no dijo nada al respecto, le tenía reservado un buen castigo y solo esperaría a la llegada del resto de profesores. Entonces dirigió su mirada a Filch con el rostro sombrío y le comunicó con voz neutral, señalando el suelo con su varita.

- Filch, observe bien esas huellas de pequeño tamaño que avanzan en dirección al pasillo lateral... Su cómplice debe estar ahora mismo regresando a su sala común y lo pillaremos con las manos en la masa, no tienen ni idea de que los jefes de casa han colocado un hechizo de barrera de edad para impedir que ningún pequeño pueda cruzar las salas comunes, y salir mientras estemos en estado de alarma. sonrió con malicia, tratando de ver las reacciones del muchacho y si trataría de decir la verdad en vez de aquella sarta de sandeces. Se que no miente en cuanto a que va a recoger rocío para el hada todas las mañanas, pero el profesor Rowle me indicó que era consciente de ello y que iba a partir de las seis, cuando los alumnos tienen permitido salir de sus salas comunes. ¿Por qué justo hoy, cuando aparece un pantano portátil en la torre de astronomía, ha salido a las cinco de la madrugada? Lo que no entiendo es cómo ha podido regresar tu cómplice hacia la sala común sin que Filch ni yo le hallamos visto...aunque creo que puede deberse a esto... Comentó sacando el frasco de la poción de invisibilidad. En un rato sabré de que puede tratarse, hablaré con la profesora Foxier...

Tras aquello, aguardó impasible a la llegada del director y el resto de docentes, para ver qué castigo ejemplar recibiría el muchacho, y esperaba tener noticias de su posible cómplice.

¿Miente? ¿Por qué me diría algo así? - pienso mientras evalúo mi posición y encaro a Snape con hidalguía, no sin antes jugarme mi última carta.

Muy bien profesor, sé que no puedo convencerlo sobre la sinceridad de mis palabras, pero pregúntese esto, si en realidad tengo un complice y ya no está aquí.

¿Podría decirme cómo es que terminé volando por los aires? Es evidente que nadie puede realizar un salto como ese. En verdad le digo que, si desea imponerme un castigo, lo asumiré con hidalguía, pues está en todo su derecho de hacerlo.

Lo respeto demasiado como para intentar convencerlo de que me deje ir, si considera que soy culpable de algo. - digo mientras intento mantener la calma.

- Severus, solo pretende cofundirle ¡Estoy seguro! Mencionó Filch al ver las caras de reflexión del profesor de pociones, el cual parecía tener la mente en otra parte. !Se muy bien lo que escuché! El chico se regodeó cuando dejó salir el pantano portátil gritando... "¡Agua va!" Y era su voz sin lugar a dudas... Al igual que ahora que gritó "Flipendo" sin venir a cuento...

Filch miraba con rabia al chico, no iba a permitir que se fuera sin limpiar todo aquello hasta las 9 de la mañana, hora en que empezarían las clases, y hacerle ir al despacho a imponerle un grave castigo. La osadía de lanzarle un cohete a la cara y ensuciar la torre de Astronomía le iba a salir muy cara.

El profesor Snape ignoró por completo las justificaciones del pequeño Hufflepuff, del cual si bien algunas de sus afirmaciones podían ser verdad, sabía que mentía en otras, y que no había recibido un ataque de un enemigo, si no que había tenido un cómplice en sus acciones. Por el olor dulzón y tras realizar el hechizo revelador de Scarpin, había averiguado que el contenido adherido a las paredes interiores del frasco era una poción de invisibilidad de alto nivel, y tenía bien claro que solo la profesora Foxier habría confeccionado un brebaje de tanta calidad. ¿Estaba quizá haciendo negocios ilegales dentro del castillo? Lo averiguaría. 

Él no era un experto rastreando el terreno, por lo que esperaba que el profesor de DCAO investigará a conciencia y que descubriese más evidencias que demostrasen su teoría, pero con solo un vistazo era fácil determinar que alguien de menor tamaño que el muchacho había sido quién cayese desde cierta altura, dejando aquella marca en el suelo, y que otra marca de mayor tamaño demostraba que desde las escaleras se había avanzado a socorrer al caído, y no con ánimos de atacar. Muchas incongruencias que un experto como Melker sacaría a relucir sin lugar a dudas. 

Sumido en sus pensamientos, y observando el tamaño de la pequeñas huellas de barro que avanzaban por uno de los pasillos laterales, tardó en ser consciente de que el profesor Westerberg se acercaba hacia donde estaban. Pero entonces, algo ocurrió que lo hizo actuar con premura.

- ¡Revelio! ¡Finite incantatem! Gritó el profesor de pociones al ver que algunas huellas empezaban a ser removidas, como si quisiesen evitar que el cómplice no fuese encontrado. !Se dónde estás y te advierto que si borras una huella más te atacaré sin contemplaciones!

Entonces una pequeña elfina doméstica se arrodilló pidiendo disculpas, viéndose totalmente descubierta.

- Disculpad, señor. Solo cumplo órdenes de mi ama... Susurró la pequeña elfina, con una mirada de temor al ver que por un lado no podía finalizar la tarea que le habían encomendado, y que por otro veía peligrar su integridad si seguía con su proceder, también habiendo recibido instrucciones de su ama de no actuar en contra de ningún profesor de Hogwarts.

- ¿Quien es tu ama? ¡Habla! Respondió severo el profesor de pociones.

- ¡Flop! Y la elfina desapareció sin decir ni una palabra más.

La situación tenía contrariado a Snape, quién lanzó varios hechizos para que nadie pudiese acceder a la zona, a la vez que saludó al profesor Melker, una vez llegó hasta ellos.

- Profesor Westerberg, este alumno suyo parece haber infringido varias de las normas que rigen en este colegio, como salir de los aposentos antes de la hora establecida para los alumnos, realizar fechorías y sabotear las clases, mentir a los profesores e incubrir a un compañero. Espetó de inmediato, visiblemente enfadado. ¿Puede hacer el favor de analizar la escena? Han intentado hasta borrar algunas pruebas... 

El Profesor Westerberg llegó a la escena del "crimen" con gesto enfadado y mirando al joven Artemis Flamel. Le parecía increíble que un joven con tantas ganas de convertirse en Auror acturada de una forma tan irresponsable y que encíma se hubiera dejado atrapar. - Buenas noches Dijo con un tono seco - Profesor Snape, Señor Filch ¿Podrían informarme de lo que ha pasado mientras analizo la escena? Tener una idea de lo que había pasado ayudaría al Profesor Westerberg en su investigación - O mejor aún, ¿Por qué no me cuenta usted lo que ha pasado y así evitará un castigo mayor? Preguntó al joven Artemis Flamel mirándole fijamente sin parpadear.

- Tal y como yo lo veo, esta situación se podrá solucionar de dos formas Continuó hablando mientras miraba fijamente las huellas que la elfina había intentado borrar - La primera y más sencilla, nos cuentas lo que ha pasado y quién estaba contigo y sólo serás castigado limpiando el estropicio que habéis causado Sabía que ni Snape ni Filch aceptarían un castigo tan leve, pero Artemis era su alumno y era su cometido el implantarle un castigo. - La segunda forma no te la aconsejo en absoluto. No dirás nada, no delatarás a tu cómplice y yo acabaré descubriendo lo que pasó. Entonces se te castigará limpiando todo, quitándote 500 puntos de la casa a ti y a al cómplice y por último no se te permitirá ingresar en el Club de Duelos ni te ayudaré a formarte como Auror. Esperaba que un castigo semejante hiciera entrar en razón al joven Flamel -Tú decides.

Profesor, ya explique lo que paso y no me creen, esta mañana salí a recolectar rocío para Gala, es algo que hago a diario vi a alguien corriendo hacia la torre e intente detenerlo. - respondo con indignación.

Una idiotez de mi parte, el tío me derribo, afortunadamente para mi el pantano alivió mi caída, luego sonaron las campanas, por lo que creí que la ayuda estaba en camino. En ese momento el intruso me atacó. 

Como había escuchado la alarma, intente advertir a quien es tuviera fuera que el pantano iba a salir con fuerza, al tiempo que ataque al intruso con Filipendo, el lo bloqueó y luego me devolvió el ataque mientras yo lanzaba un segundo filipendo en su contra.

El profesor Snape y el señor Filch pueden dar fe de que mi cuerpo fue arrojado con fuerza hacia el exterior de la torre, si creen que soy un mentiroso, pues perfecto, niégueme el acceso al club de duelos y sancione a nuestra casa con los quinientos puntos. - añado con amargura mientras aparto mi vista de los docentes.

Pero yo le digo la verdad, es más ahora mismo el intruso ya debe estar haciendo sabrá Merlín que cosas en el castillo, pues nadie puede negar que yo he estado aquí, quieto cual estatua mientras una elfina doméstica ha venido a borrar el rastro de mi supuesto cómplice.

La elfina dijo algo sobre una ama, si yo estuviera detrás de eso, no creen que hubiera dicho mi amo. Es en serio señores, yo no miento y para probarlo me pondré a limpiar este estropicio ya mismo. - sentencio mientras miro al conserje con rabia.

¿Pueden al menos darme una pala o tengo que hacerlo a mano? Y señor Filch, le prometo que la próxima vez que vea a alguien en un peligro inminente, me quedaré callado para no meterme en líos. 

Siempre me ha gustado ayudar y proteger a otros, sino, no me hubiera jugado el cuello contra esos Fwopers el día del ataque, mientras el profesor Von Viaden dejó a su suerte a los estudiantes del hall.

Profesor ¿Acaso ha olvidado que yo no fui quien rebatió sus indicaciones esa tarde? - le pregunto a Snape mientras me encamino a la torre a limpiar con mis propias manos el fango.

Y una cosa más profesor, eso es mío o debo decir, lo era, quizá mi agresor me lo quitó durante la pelea. No creen que si yo fuera el culpable, sólo lo habría bebido y ya. - comento mientra empiezo a sacar el lodo de la torre con mis manos desnudas.