Partida Rol por web

La situación se había vuelto difícil, y el riesgo de ser descubierta era alto, pero afortunadamente, me di cuenta de que había un pasadizo secreto esperándome.

Guay, pensé.

Seguramente, ni un millón de años lo habría descubierto, pero por azar, allí estaba delante de mí, y no solo era una oportunidad para escapar, sino también un buen medio para moverse por el castillo.

Rápidamente, me introduje por el pasadizo sin esperar a ver de quién eran los pasos, a pesar de que bien podían ser de Victoria. Dejé a la señora Norris bufando y guardé el pergamino y la llave, de manera que tuviera las dos manos libres.

Por fin la chica pudo respirar cuando el profesor salió corriendo detrás del petardo, y ella se dirigió hacia el despacho para avisar a Altair de que tenían que salir ya de allí.

Lograr haber despistado al profesor Snape había sido algo encomiable, pero Victoria sabía que en cualquier momento sería consciente de la treta y que regresaría. Quizá encubrir y avisar a Altair había sido muy noble y loable por su parte, pero era consciente de que estaban en una ratonera sin posibilidad de escapar...o eso pensaba hasta que al cruzar la puerta y observar en dirección al dormitorio, viste a Altair entrando por un pequeño pasadizo en la pared. Parecía no haberse dado cuenta de tu llegada, y quizá pensase que tras aquella magnífica explosión, habrías huido en otra dirección para que no te detectasen. 

Entonces diste un grito al ver como algo pasaba como una exhalación entre tus piernas, dándote un buen susto, y provocando que tanto Altair, como quién estuviese en la escalera, supiese que había alguien escondido en el despacho. Los palabras malsonantes no tardaron en hacerse oír desde el exterior, al igual que múltiples pasos y voces distintas acercandose muy deprisa.

- ¡Maldita sea Filch! ¿Qué demonios estás haciendo? Has dejado la puerta del despacho abierta, y por lo que veo, tenemos a alguien que va a pagar bien caro su atrevimiento... Escuchásteis sin lugar a dudas la voz del profesor de pociones.

-¡Oh, señora Norris! ¿Te han hecho daño? No te preocupes, voy a disfrutar viendo como expulsan al infractor... Severus, de verdad le digo que la puerta estaba cerrada, la han debido de abrir usando magia, y eso que hemos visto, era uno de los cohetes confiscados a los hermanos Weasley antes de que dejaran Hogwarts... respondió inconfundiblemente Filch, deseando castigar a quien estuviese en sus aposentos.

- No perdamos tiempo, quiero ver el rostro del que se haya atrevido a jugármela, juro que tardará a ver la luz del sol, eso en el caso de que no le expulsen... El director Dumbledore está demasiado blando desde hace tiempo... Se volvió a escuchar a Snape, quién parecía estar más cerca.

Altair había logrado ver a Victoria tras su pequeño grito, y apremió a su compañera a entrar, y cerrar tras de sí. ¡Cada segundo contaba!

"¡OH VAYA! ¿pero se puede saber que demonios hacía aquella odiosa gata alli?"

Victoria sintió que estaba perdida cuando Altair la llamó y le mostró un pasadizo oculto, la niña se apresuró y entró detrás de ella.

- ¡Ha faltado poco! ¿y este pasadizo? Uf Snape casi me pilla pero logré despistarlo con los cohetes para venir por ti, ¿no pensarías que te iba a dejar sola en la estocada no? - dijo casi sin aliento - Por favor, dime que has encontrado la llave y el mapa

¡LUMUS!

La situación se había vuelto caótica, pero afortunadamente, Victoria fue rápida y ambas nos coordinamos a la perfección. Nada más verla, la llamé desde el pasadizo y en cuanto estuvo dentro, cerré rápidamente, tanto que estuve a punto de pillarle la ropa con la estatua.

Pero al fin, estábamos dentro, aunque completamente a oscuras.

Fue entonces cuando recordé un hechizo que había leído, así que alcé la varita y lo pronuncié en voz alta, iluminando automáticamente toda la estancia con ella.

¡Ha faltado poco! ¿y este pasadizo? Uf Snape casi me pilla pero logré despistarlo con los cohetes para venir por ti, ¿no pensarías que te iba a dejar sola en la estacada no? Por favor, dime que has encontrado la llave y el mapa.

Tras preguntarme, saqué la llave y el mapa y se los mostré a Victoria con una enorme sonrisa en la cara.

-Ha salido perfecto. ¡Hemos estado perfectas! -le dije, echándome a reír.

Examiné entonces por vez primera todo el lugar. Aquello parecía no tener fin, pero sabiendo que Snape había aparecido por él, no debíamos entretenernos demasiado porque también podía entrar y descubrirnos, así que...

-Vamos. Tenemos que darnos prisa en salir de aquí -le dije a Victoria, dándole la llave y el mapa para poder moverme mejor con la varita en alto.

Dentro de aquel oscuro pasadizo, solo la ténue luz que emitía la varita de Altair os permitía avanzar sin contratiempos. Las voces de Snape y Filch, que en un principio se escuchaban muy cercanas, fueron disipándose hasta dejar de ser imperceptibles, mientras avanzabais por aquel estrecho lugar. 

Era fácil apreciar que las paredes estaban un tanto húmedas y que debíais estar acercándoos lentamente hacia la zorra de las mazmorras de Slytherin, aunque no sabíais aadonde conduciría exactamente aquel inhóspito lugar. Entonces llegasteis a una bifurcación que os permitía seguir tres caminos distintos... Por un lado, torcer a la izquierda, donde se veía una especie de puerta robusta de madera al fondo, por otro lado torcer a la derecha y descender por unas escaleras de madera, hacia una zona que parecía más húmeda que el pasillo donde os encontrábais, y finalmente, seguir de frente hasta alcanzar una especie de escalera de caracol de piedra, que parecía ascender hasta donde vuestra vista se perdía. ¿Cuál de las tres opciones sería la más indicada?

Miró contenta como su amiga había conseguido los dos objetos y le pregunto:

- ¿Cómo has descubierto este pasadizo?

Las dos caminaron por el estrecho túnel, olía a humedad y Victoria comenzaba a agobiarse, los espacios cerrados no eran lo suyo...

- Espero que lleguemos pronto al final Altair, tengo pánico a los espacios pequeños... - se le notaba preocupada. Llegaron a una bifurcación en 3 caminos, Victoria miró atenta para intentar descubrir cual sería el más adecuado - ¿Tú que crees? - dijo girándose hacia su amiga, ella no estaba seguro, pero no pensaba ir más hacia abajo, eso lo tenía claro.

Cuando le di a Victoria lo que tanto nos había costado conseguir, su cara era todo sorpresa y me miró con la misma sonrisa de felicidad que tenía yo.

- ¿Cómo has descubierto este pasadizo?

-Snape entró en el despacho de Filch por ella, así que en cuanto se quitó de allí, entré rápidamente.

Después fuimos siguiendo el túnel, que cada vez olía más humedad y estaba poniendo más y más nerviosa a Victoria.... y también a mí. Menos mal que teníamos luz, porque la oscuridad era quizás una de las pocas cosas que no soportaba.

Finalmente, llegamos a un punto en el que había tres posibles caminos y Victoria me miró.

¿Tú que crees? 

La verdad es que no tenía ni idea, pero intenté darle algún sentido... y entonces recordé el mapa.

-Espera, Victoria. El profesor Rowle nos dijo que este mapa nos diría la ubicación de los profesores y alumnos del castillo. Si lo miramos, sabremos en dónde estamos y también lo que hay más adelante.

Entre Victoria y yo desenrollamos el pergamino y lo miramos, ansiosas.

Cuando las jovencitas se detuvieron en el momento de decidir que dirección tomar, y abrieron el pergamino plegable, unas letras fueron a pareciendo justo en el centro.

Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos, se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador.

Agradecemos que nos hayan liberado del apestoso despacho del celador Filch, y esperamos poder ofreceros ayuda, pero el protocolo nos obliga a pedirles que deben recitar las palabras mágicas para poner en acción este mapa. ¿Cuáles son esas palabras?

- Lunático, yo no me acuerdo, ¿te acuerdas tú, colagusano?

- Fue Cornamenta el que sugirió poner unas palabras clave para activarlo, a mi no me miréis.

- Rayos, Canuto. ¿No ves que están en problemas? No son más que niñas de primero.

- Si, serán niñas, pero bien que han hecho explotar los cohetes del despacho, Lunático.

- ¿Pero cuáles eran las palabras? ¿Había que hacer un juramento, no?

- Solo si iban a hacer una travesura, si no solo nos meteríamos con quién quisiera saber nuestro secreto.

- Cierto, cierto,... deben jurar solemnemente que van a hacer una travesura, si no no les enseñaremos el mapa.¿Cierto chicos?

- Eso, eso,... Nada de concesiones, sois unos blandos.

¿Qué broma era aquella? ¿Un mapa en el que sus creadores hablaban consigo mismo?

Increíble. ¡Un mapa mágico! No tenía ni idea de quienes eran esos Cornamenta, Colagusano y Lunático, pero ya me caían bien, y eso que solo estaba leyendo lo que habían puesto en aquel pergamino. ¡La magia era increíble!

Victoria y yo nos miramos, emocionadísimas, y seguimos leyendo cada línea, hasta que llegó a una frase que por cómo estaba construida, me llamó la atención.

deben jurar solemnemente que van a hacer una travesura, si no no les enseñaremos el mapa.¿Cierto chicos?

-Y se me ocurrió que precisamente, esa era la clave para que nos dejaran ver el mapa.

-¿Juro solemnemente que vamos a hacer una travesura? -pregunté, insegura, para a continuación, corregir mi frase -... quiero decir, que lo juro, sí.

Las palabras parecieron satisfacer a los creadores del mapa, y entonces se hicieron visibles al completo, las instrucciones para poder usarlo. El pergamino rezaba...

Este mapa muestra todas las ubicaciones, pasadizos, estancias y lugares conocidos por nosotros cuatro... Cuando queráis usar el mapa deberéis recitar las siguientes palabras...

" Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas"

Y al terminar la fechoría, deberéis concluir con...

"Travesura realizada"

Si no, cualquiera podría verlo :)

Tras aquello, las palabras escritas fueron desapareciendo gradualmente, para después, una vez el mapa estuvo en blanco, empezar a dibujarse las distintas estancias del castillo, y en diminutos puntitos negros, los nombres de la gente que deseabais encontrar, revelando su ubicación exacta.

Os encontrábais exactamente en la planta baja, en una de las bifurcaciones del pasadizo que salía del despacho del celador Filch. El primer pasadizo, el que torcía a la derecha y rápidamente descendía, viéndose más húmedo que el resto, conducía a los sótanos, concretamente a la lavandería. El pasadizo de la izquierda se mantenía en la planta baja, y tras cruzar la puerta de roble, accedía a un pasadizo en el que se podía leer ennel mapa "catacumbas" y que finalizaba con una estancia redonda que mencionaba "cripta". De subir por las escaleras se podía salir por dos sitios... Al pasillo de la tercera planta o al pasillo de la quinta planta. ¿A dónde decidirían desplazarse? ¿Querrían saber la ubicación de más profesores?

La Ravenclaw miró ojiplática el mapa ¿en serio les estaba mostrando aquello?

- Al... Altair, esto... ¡ES UNA PASADA! ¡ahhhh! - gritó y seguidamente se tapo la boca con ambas manos - Ups.... a ver, ¿en qué salida hay menos gente? no deberían vernos salir de un logar que no existe en teoría no crees? y menos aun los profesores... ¿y donde esta Snape? él conoce este pasadizo, es el más peligroso de todos entonces...

Lo mejor era saber donde estaban los profesores mas cercanos, y no salir muy cerca de ellos...

Cuando el mapa reveló sus secretos, Victoria y yo no dábamos crédito a lo que estábamos viendo. Era tooooodo el castillo de Hogwarts y lo mejor, la posición de cada profesor y alumno.

-¡¡¡Es... superguay!!!

A continuación, nos localicé y vi hacia dónde llevaban las salidas.

¿y donde esta Snape? él conoce este pasadizo, es el más peligroso de todos entonces...

Pues no sé, pero mira. Podemos ir a la tercera planta, por ejemplo, y salir cuando no haya nadie, y ya ahi, probar la llave. ¿Qué te parece? 

Observando con detenimiento el mapa, pudisteis comprobar que el celador Filch continuaba en su despacho, y sus huellas parecían estar fijas frente a la zona del pasadizo, ¿Quizá estaba aguardando por si os atrevíais a regresar sobre vuestros pasos? Justo cruzando las cocinas, moviéndose a gran velocidad en dirección a la lavandería estaba Severus Snape, y aquello os hizo deducir que quizá sabía una de las salidas que marcaban el mapa. ¿Pretendía pillaros con las manos en la masa?

El pasillo al tercer piso parecia despejado, solo se veía al profesor de DCAO en su despacho, fijo en una posición, a lo que presuponisteis que estaría dormitando, y al profesor Rowle en la sala de trofeos, sala que deberíais cruzar para acceder a la sala en desuso de la que os habló. En el pasillo de la quinta planta había una gran afluencia de alumnos, y la profesora McGonagall y el profesor Flitwick estaba frente a frente delante de la sala de música. ¿Estarían debatiendo como organizar el coro del sapo de este año? Nada más os pareció relevante, Dumbledore paseaba en su despacho, y Draco Malfoy, acompañado de cerca por Crabbe y Goyle accedían a la sala común de Slytherin.

Para su alivio, Filch seguía en el despacho, ni siquiera sospechaba que habían estado allí. Sin embargo Snape iba en dirección a una de las salidas lo que le hizo suponer que era la que él conocía, debían salir rápido de allí, puede que esperara a que ellas salieran o que entrara en el pasadizo en su búsqueda y no podían arriesgarse.

- Pues no sé, pero mira. Podemos ir a la tercera planta, por ejemplo, y salir cuando no haya nadie, y ya ahi, probar la llave. ¿Qué te parece? 

La niña miró hacia donde señalaba su amiga y pudo ver que el profesor Rowle se encontraba allí.

- Estupendo, mira Rowle está alli, vamos, pero no cierres el mapa aún, mejor saber que nos vamos encontrando...

Ascendisteis con cuidado por la escalera de piedra, y el mapa fue indicando a medida que subíais en qué planta del castillo os encontrábais. Realmente era muy útil, y fue gracias a que lo teníais activado que advertisteis que algo no tenía mucho sentido. ¿Por qué el mapa enseñaba una ruta a la tercera planta, si la escalera ascendía y en la tercera no había ningún acceso aparentemente? Por curiosidad subísteis hasta la quinta planta pero allí finalizaban los escalones dando lugar a una especie de habitación circular sin salida, solo con una pequeña ventana que permitía ver el lago, y que parecía un lugar donde antaño se dejarían a las lechuzas salir a volar. ¿Podría ser que antaño hubiese una lechucería dentro del castillo y no una externa como ahora? Tenía sentido que así fuese en tiempos de guerra, cuando no convenía cruzar las murallas frente un asedio.

El caso es que o el mapa os tomaba el pelo o allí había algo que no erais capaces de ver a simple vista. Entonces visteis unos pequeños haces de luz que se colaban por una de las paredes, y al acercaros y mirar por los agujeritos, pudisteis ver al profesor Flitwick y la profesora McGonagall un poco más al fondo, junto a un buen puñado de alumnos. El mapa no mentía, solo había que averiguar qué había que tocar para salir. 

Al no ser el quinto piso la opción por la que habíais decidido salir, volvisteis sobre vuestros pies hasta llegar al tramo de escalera de piedra que en el mapa venía reflejado como tercera planta, y solo os llamó la atención una antorcha apagada un tanto inclinada. Haciendo acto de fe, sin saber realmente si habría algo detrás de aquella pared, pero confiando en el mapa del merodeador, movisteis ligeramente la antorcha colocándola en su posición original, y un pequeña compuerta se desplazó lateralmente, permitiéndoos llegar al pasillo del tercer piso, entre un par de armaduras medievales de hierro forjado.

El profesor Rowle, quién estaba en la sala de trofeos adyacente al lugar por donde habíais abierto el pasadizo, no tardó en asomar la cabeza y comentar con tranquilidad.

- Para cerrar la compuerta de nuevo, moved la alabarda de la estatua de la derecha un poco hacia atrás. No creo que queráis que descubran vuestro secreto... y sonrió en plan cómplice, casi intuyendo que de haberlo conseguido, saldrían por allí. Acabo de hacer una copia mágica para que tengáis dos llaves, una para cada una. ¿Me tendéis un momento la que intuyo que habréis conseguido? 

Y antes si quiera de que empezaseis a reaccionar, el profesor sacó su varita y apoyó la punta en el mapa que aún sujetaba entre sus manos Altair, pronunciando con suavidad.

- Mis queridos ex-alumnos, confío en que cuidaréis de estas pequeñas. ¡Travesura realizada! Mencionó... Y despues, con una sonrisa divertida terminó por concluir... Si no, cualquiera podría verlo.

Nada más entrar en la sala de trofeos el profesor Rowle hizo su aparición. Era como si hubiese estado esperándonos, aunque la verdad, con lo cerca que habíamos estado de que nos pillaran, ya nos lo podía haber puesto más fácil.

- Para cerrar la compuerta de nuevo, moved la alabarda de la estatua de la derecha un poco hacia atrás. No creo que queráis que descubran vuestro secreto...

Asentí y sin perder tiempo, me giré y moví la espada. No tardó en cerrarse de nuevo la entrada al túnel.

Acabo de hacer una copia mágica para que tengáis dos llaves, una para cada una. ¿Me tendéis un momento la que intuyo que habréis conseguido? 

Miré a Victoria para que ésta le entregase la llave que habíamos cogido, hizo la copia y después nos las entregó de nuevo. Después, el profesor cerró mágicamente el mapa que teníamos.

Mis queridos alumnos, confío en que cuidaréis de estas pequeñas. ¡Travesura realizada! Si no, cualquiera podría verlo.

-Sí, claro, profesor. Eh, ¿podría decirnos en donde está esa sala que se abre con estas llaves? -le pregunté, impaciente por conocer nuestro lugar de reunión.