Partida Rol por web

- ¿Qué son estas cosas? ¿Cómo que pueden saber mal? ¿Esa rana está viva? No pienso comerme una rana viva, miro a Thad y luego al profesor esperando.

- Suelto una pequeña risita - y miro al profesor Rowle, - sólo son ranas de chocolate encantadas, dan un salto al salir de la caja y ya está. Están muy buenas. Prueba una. Guiño un ojo al profesor Rowle.

- La gragea en cambio, bueno... Puede ser de cualquier sabor, malo o bueno, creo que es una alegoría a la misma vida, es decir nunca sabes que es lo que te depara el futuro, puedes arriesgarte o no, tu decides

La llegada de la joven Silver a su despacho alegró mucho al profesor Rowle, quién en aquel instante tenía en sus manos un bote con cochinillas y la mano alargada hacia una rama del árbol que allí había, aunque no había aparentemente nada que ver. La muchacha podría pensar que su profesor era bastante rarito y no se equivocaría, pero aunque la joven no lo entendiese, había una razón de ser en sus actos.

- ¡Oh, hola jovencita! Me alegra que hayas venido. Exclamó con alegría al ver a la muchacha y cerró el bote de las cochinillas. Claro que puedes pasar, siempre eres bien recibida aquí. ¿Cuál es el motivo de tu visita?

Entonces escuchó las frases entrecortadas de la pequeña Slytherin, la cual parecía visiblemente nerviosa de hacer una petición como la que estaba realizando en aquel instante. No obstante, lejos de parecerle un estorbo o molestarle, el profesor Rowle asintió y sonrió afectuosamente, acariciando con suavidad el lacio y suave cabello de la jovencita.

- Por supuesto que estaría encantado de enseñarte en mi tiempo libre, lo haría con mucho gusto, de verdad. Afirmó con determinación y sonrió al recordar algo en ese mismo instante. Eso me recuerda que alguien más me ha realizado la misma petición y estaba por enviarle una nota. ¿Adivinas quién? La joven Altair Edevane... También me pidió si la podía enseñar a mejorar sus habilidades y conocimientos en herbología y la tomé como aprendiz. ¿Doy por hecho que te gustaría unirte?

La vista de Rowle rápidamente ascendió mirando a algún punto en concreto que la muchacha no llegaba a entender y le susurró a la muchacha.

- ¿Me dejas ver tu varita? Creo que entiendo por qué "Spyke" está tan nervioso hoy, siendo que "Greavous" suele ser el más travieso de los tres...

¿De qué estaba hablando el profesor Rowle?

El profesor siempre tenía con ella una actitud paternalista. Le acariciaba el cabello como algunos miembros de su familia cuando realizaba bien algún trabajo. Su abuela la felicitaba cuando la ayudaba a leer libros de maleficios, según Andrómeda, era porque no veía bien, aunque en su fuero interno deseaba inspirar a su nieta de la manera que sus padres no permitían. Su madre le mesaba los cabellos cuando ayudaba a clasificar pociones. Su padre cuando simplemente atendía sus explicaciones sobre algún sistema de seguridad mágico. Y así, todo el mundo acababa acariciándole, a veces como si fuera una criatura mágica, pero a Kayla le encantaba ese gesto, denotaba cariño.

El docente, siempre amable, indicó que deseaba tomar a la pequeña como aprendiz, y en el rostro de la niña apareció su siempre eterna sonrisa, sorprendiéndose de que Altair también hubiera decidido hacer lo mismo que ella.

- Es una noticia maravillosa, profesor... - indicó la pelirroja contenta, se llevaba bastante bien con su compañera de casa y ya estaban juntas en otro proyecto - .... me encantará trabajar con Altair y con usted...., ambas podemos ser muy capaces en conjunto..., no le defraudaremos seguro...

Kayla le dio al profesor su varita tras su petición, aunque parecía que miraba de manera extraña hacia algún lugar de la sala.

- ¿Quién o qué es Spyke, señor?.... ¿Y Greaveous?.... - le miraba extrañada, no entendía nada, pero su más preciado objeto mágico fue entregado al docente y quedó esperando que el anciano profesor le explicara el porqué decía cosas sin sentido, al menos para ella.

El profesor escuchó con atención la pregunta y la explicación del joven Anderson y cuando el muchacho finalizó, le respondió con afecto.

- No voy a mentirte, si es complicadísimo lograr hacer una varita mágica... muy pocos tienen el talento y habilidad para hacerlo...  Y le dedicó una sonrisa cómplice y un guiño de ojo, dándole a entender que era alguien bastante único. ¿Por qué crees que hay tan poquísimos artesanos de varitas en el mundo mágico? Actualmente, en todo el mundo mágico hay ocho, y eso que hay once escuelas mágicas...

- Ollivander y yo fabricamos varitas para Hogwarts, Beauxbatons y Uagadou,... Gregorovitch exclusivamente para Durmstrang, siempre fue bastante excéntrico mi maestro... y se quedó unos instantes como recordando su pasado. Y así ocurre con el resto de colegios, solo unos pocos pueden ejercer esa profesión y siempre suelen ser reconocidos.

Entonces cambió de tercio y le ofreció su opinión en cuanto a dedicarse a ser auror.

- Si me permites darte mi opinión, aún eres muy joven para decidir a qué dedicarte en un futuro. Nunca sabemos lo que nos deparará la vida y las cosas siempre pueden ser muy distintas a lo que imaginamos. Si te soy sincero, estoy seguro que las respuestas vendrán a ti y con el tiempo sabrás a qué deberías dedicarte. Aunque bueno, no está de más probar una cosa...

Harold realizó un conjuro no verbal y una caja alargada vino volando por el aire y en cuanto se depositó en sus manos, la abrió sacando una varita.

- ¿Qué puedes decirme de esta varita? ¿De qué crees que está hecha?

Tome la varita tratando de identificarla, pero no me parecía nada de otro mundo, la mire, olfatee, incluso me atreví a probarla, pero no podía reconocer la madera, por mucho que había querido era algo completamente extraño.

Finalmente moví la cabeza negativamente – Lo siento profesor- me sentí avergonzado por no poder identificar la más mínima característica de la varita, quizás no estaba hecho para ser un artesano, aunque no por eso perdía el encanto.

-Supongo que no tengo el talento- me disculpe con el docente, -aun así, me parece algo realmente increíble.

Pruebo una y veo que están increíblemente buenas, ¿Le importa que coja la que queda señor Rowle? Igual puedo ofrecérsela a una chica que he conocido antes en el despacho del profesor Von Vianden... Creo que está haciéndose la difícil pero es cuestión de tiempo, jejeje.

- ¿Qué chica, sabes su nombre? ¿Igual te puedo decir algo de ella para ayudarte? La sensación de que podía acabar cayendo bien a alguien era suficiente para darme ilusiones así que quería de verdad ayudarle.

- No me ha dicho su nombre, pero es veelisima... Jejejejeje

- ¡Aléjate de ella!, ella es una chica más que preciosa o cualquier tontería que se te pueda ocurrir, es mi única amiga aquí, puedes hacer lo que quieras y te dejen con cualquiera de las otras chicas, pero no con ella. ¿Me has entendido? Lo digo mientras saco la varita del bolsillo.

¿Cómo me resisto a la intimidación?

- ¡Ey, Vale chaval!, tranquilízate, no quiero más peleas en mi primer día, bastante he tenido ya con el otro inestable de antes. Te diré lo mismo que a él, si quieres puedes pegarme, pero no evitarás lo que te pasa por dentro, el problema lo tienes ahí dentro, le digo mientras apunto con el dedo su frente, - Saca estos mismos sentimientos para hablar con ella y no para apartar a los demás de ella, al fin y al cabo, quizás le gustes más tu que yo, pero eso lo tendrá que decidir ella solita, no puedes decirles a todos que se aparten para no hacer nada, ¿O acaso qué vas a hacer? ¿Vas a pegarte con todo el mundo?

Agacho la cabeza, tiene razón, Wynnona es libre de elegir lo que quiere, - No tengo ningún derecho a pedírtelo pero... podrías dejarla tranquila hasta que hable con ella, siento lo que he dicho, tienes razón pero... No me siento capaz de hablar con ella, cada vez que lo hago tartamudeo, me sudan las manos y me duele el estómago.

- Vamos chiquitín, eso es el encanto de veela, ya te acostumbrarás, no sabía ni lo que decía, sólo estaba repitiendo lo que la chica me había dicho hacía unos minutos, pero afortunadamente funcionó, el chico se había calmado. - Mira, yo no intento nada con ella durante un tiempo y tu te lanzas a hablar con ella en cuanto estés preparado, ¿Qué te parece? Yo te ayudo si quieres.

En todo momento el profesor Rowle permaneció atento a la conversación que los dos pequeños mantenían. El consideraba que era bueno que aprendiesen a debatir como hombrecitos, defender sus criterios e ideas, y aprender a respetar las opiniones del resto. Sin entrar a discutir quién tenía la razón o no, simplemente sonrió divertido al ver las acciones de "Greavous", que los muchachos ni si quiera eran capaces de percibir. Desde luego aún estaban muy verdes en cuanto a lo que se refería percibir el entorno mágico que les rodeaba.

Justo en el momento que Thad levantó la mano apuntando a Rubén, creyendo estar empuñando su varita,... en realidad lo que sostenía entre sus dedos era un palo de madera, similar en tamaño a lo que debería ser su varita.

- Ya basta muchachos, estáis empezando a alterar a mis bowtruckle, y os aseguro que lo último que desearíais es que estas hermosas criaturas mágicas os saquen los ojos... Comentó Harold en un tono de voz neutral, que no era fácil de interpretar si estaba molesto o no. Joven Castle, ¿No te has dado cuenta de que Greavous te ha quitado la varita mientras discutías con el señorito Von Houten? Si ahora mismo esto fuese un duelo mágico...ya habrías perdido antes de empezar...

Después miró seriamente a Rubén y no tardó en continuar hablando.

- Se lo mucho que has sufrido en tu niñez, y que no ha sido nada fácil para ti. Pero ahora mismo estás en un colegio de magia y hechicería, el mejor, si se me permite opinar. Nada de lo que te rodeaba y amenazaba sigue aquí... ¿Escuchas a caso disparos, ves a gente que pretenda abusar de tí? Ahora mismo tienes una oportunidad única para empezar de cero... Lo mismo para tí, señorito Castle, no estás en un orfanato recibiendo palizas, insultos y vejaciones... Les explicó tratando de hacerles ver lo mucho que habían cambiado sus situaciones personales.

- A decir verdad, yo veo una oportunidad de oro para ambos de haceros verdaderos amigos. Y por qué no, competir de forma sana y honesta por merecer el amor de una joven semi-veela... Aunque claro está, ella será la que deberá elegir en su momento a quién considere el indicado, que podríais no ser ninguno de los dos. Comentó ya con una sonrisa sincera, tras haberse relajado la tensión inicial. No os precipitéis en las decisiones que vayáis a tomar y aprovechad para aprender cada día algo más.

Fue entonces que Greavous, el bowtruckle, bajó de una de las ramas del árbol ya más tranquilo, y sujetando la varita de Thad, la depositó en las manos del profesor Rowle.

- Oh, ya veo... Mmm, si no hay duda... Madera de espino negro, núcleo de pluma de pavo real, 9,5 pulgadas e inflexible... Está en perfecto estado jovencito... Afirmó con determinación al ver la varita y sentir la magia latente al tomarla entre sus dedos. La madera de tu varita es del árbol del que Greavous es el guardián. Al verla hace un momento y reconocerla se ha sentido atraído por ella... Ahora entiendo lo que le ocurría cuando llegaste...

Después de aquello, le tendió la varita a su dueño para que la recuperase nuevamente...

- De acuerdo profesor, lo entiendo, pero ¿Yo que he hecho? Simplemente dije que me gustaba una chica y que si podía llevarme una rana de chocolate para dársela... No sabía nada de esto... ¿Cómo iba yo a saberlo?

- Por cierto ¿Qué es eso de la copa de las casas? Antes el profesor Von Vianden me amenazó con quitarme puntos para mi casa y no supe como reaccionar...

Me acerco al Bowtruckle y le acerco la mano para que vea que no le voy a hacer nada malo, si noto que está confiado le intento acariciar lo que parece la cabeza por detrás suavemente. Como si estuviera rascándole el cogote.

- Por cierto profesor, ¿El cromo le interesa? Creo que se ha dañado un poco al meterlo en el bolsillo, pero con magia... ¿Se podrá arreglar no es cierto?

Saco el cromo del bolsillo y se lo enseño al profesor:

- No has hecho nada malo, jovencito. Le comentó con un sincera sonrisa en el rostro a Rubén, quién parecía sentirse acusado. Lo que os he dicho solo es para haceros entender que aquí tenéis la posibilidad de cambiar el rumbo de vuestras vidas y convertiros en unos magníficos magos. ¡Estoy convencido de ello! 

El profesor Rowle tenía gran habilidad en intuir este tipo de cosas y estaba convencido que si evitaban meterse en lios, y formaban buena amistad con el resto de gente, aquellos dos lograrían cualquier meta que se propusiesen. Generalmente, los alumnos con una infancia difícil, si lograban superarse y hacer a un lado sus problemas, se convertían en grandes magos. También el profesor Rowle había vivido una infancia muy difícil y allí estaba, convertido en profesor de herbología en Hogwarts y siendo uno de los mejores artesanos de varitas de todos los tiempos. 

- ¿No estuviste el primer día durante la selección de casas? Preguntó dubitativo aunque juraria que si. Todos los años las diferentes casas de Hogwarts compiten por ser los mejores, y para ello, todos los alumnos deben tratar de conseguir el mayor número de puntos para su casa. Hay muchas formas de lograrlo, realizando buenas acciones, compitiendo y ganando partidos en el torneo de Quidditch, respondiendo correctamente las preguntas que puedan proponer los maestros, realizando y elaborando buenas pociones y esencias durante las clases,... Aunque también puede suceder lo contrario, que se pierdan puntos por mal comportamiento, por infringir las normas,... Supongo que algo ocurrió para que el profesor de transformaciones te advirtiera, ¿me equivoco? Explicó lo más claro posible y preguntó con algo de curiosidad. 

Sin embargo, algo sorprendió muchísimo al profesor y le hizo sonreír. El joven Thad había conseguido un cromo que creía no tener y rápidamente realizó un hechizo no verbal para que el álbum saliese del escritorio y sobrevolase hasta su posición.

- ¡Fijaros! Esta es mi colección que con tanto cariño he ido haciendo y tú cromo es uno de los que me faltan... ¿Te gustaría intercambiarlo por el cromo del director, Albus Dumbledore?

- Claro profesor, tenga, yo ya he disfrutado de la rana de chocolate, el cromo es para usted por haberme invitado. Muchas gracias. Creo que debería irme ya, necesito dormir un poco y mañana esperemos pueda ir a clase al 100%.