Partida Rol por web

La profesora había pedido una explicación por la nota, aunque a mi parecer no había sido tan grave aun así estaba titubeando si contestar o no, aun así preferí dar una respuesta sincera, aunque no entendía por qué la pequeña hada me había quitado otro cabello.

-La verdad es que Gin y yo somos amigos- me ruboricé ante el comentario de que si me sentía atraído por Ginevra, no me había puesto a pensar en ello en general la veía como una gran amiga, pero era inevitable sentirme atraído por ella y su encanto de semi Veela, algo que ella me había explicado, aunque eso se hubiera más chicos interesados en ella me hizo ponerme rojo cual tomate.

-Supongo que si me agrada, su personalidad es dulce, es una gran amiga, una excelente persona, ella siempre intenta ser amable- comente sinceramente – Además su cabello es bonito y tiene unos ojos preciosos y … y … y mejor me callo- dije algo apenado por revelar parte de mis pensamientos al resto de la clase.

-Lo siento profesora no pensé que pasar una nota fuera algo tan grave- dije avergonzado volviéndome a sentar en mi lugar, aun así trate de dedicarle una tierna mirada a Gin.

- La disculpa no es solamente para Slytherin, quiero disculparme con todos los compañeros del aula por alterar lo que debería ser una muy instructiva y emocionante hasta el éxtasis clase de pociones, ¿Quién no querría aprender esta poción de aumentar el olfato?

- Quiero también disculparme con usted profesora por hacer que interrumpa la sesión para atender mis excentricidades infantiles... La falta de toda emoción en la voz de thad no podría decirse si es debido al arrepentimiento o porque pasaba totalmente de la profesora, pero lo que estaba claro es que era lo que había pedido palabra por palabra.

- Enternecedor.... - dice sin emoción alguna, acercándose al oído de Anderson -... si precisa consejos o sugerencias venga a verme a mi despacho, creo que podría serle útil... - sonríe enigmática -....pasar notas en clase es una falta de respeto al profesor, así que anótelo mentalmente y recuérdelo, pues a la siguiente no seré tan magnánima.... No le bajaré la nota, tal y como le indiqué, pero no sueñe con recuperar los puntos de casa....

Cuando Thad describió sus disculpas sin emoción alguna la docente se giró hacia el estrado, iba a dar nuevas indicaciones. No le molestaba que Thad no sintiera lo dicho, al fin y al cabo el objetivo estaba cumplido, le obedecía y punto.

- Estimados alumnos, ha llegado el mejor momento de la clase es ahora cuando deberán beber sus pociones.... Sí han oído bien... BEBER sus pociones..., los que le hayan puesto poca menta les sabrá a moco de ogro, sé que la textura grumosa no es agradable, pero bueno, bienvenidos sean ustedes al fascinante mundo de la magia.... Una vez que hayan tragado el brebaje tendrán que ir a un sitio concreto del castillo para realizar una búsqueda.... - observa a los alumnos divertida -... tienen que encontrar una cajita con el símbolo P de pociones en el exterior, hay una para cada alumno y dentro tienen un premio que podrán quedarse... Los sitios donde se encuentran sus premios son....

- En el sótano hay 5 cajitas y os tenéis que guiar por el olor a podrido.... y en la cuarta planta hay otras cinco cajitas y os tenéis que guiar por el olor a polvo... Cuando toméis la poción notaréis lo que es oler cosas distintas, podréis diferenciaros por el sudor, notar el hedor de perfumes, orina e incluso el aliento..., sentid por el olfato los estímulos del medio y encontrar lo que buscáis..... Cuando obtengáis la caja, venid a verme....

Bebo la poción y voy solo a la cuarta planta.

Lo primero fue beber la poción que si bien no sabía del todo bien justo como la profesora Foxier había dicho que pasaría, sin embargo apuré el trago y comencé a sentir los efectos de la poción, si bien no eran tan poderosos era suficiente para poder oler mejor algunas cosas.

Me acerque a la mesa de Ginevra y  pude sentir su agradable perfume, por un momento quede fascinado por su olor y creo que todos pudieron ver mi cara de bobo al sonreírle a la chica.

-Te.., Te.., Te.. gustaría acompañarme al sótano, para buscar la caja- dije ruborizándome aun tenía en claro las palabras de la profesora, y podía haber chicos más guapos, inteligentes o mejores que yo pero prefería compartir este trabajo con Gin que con cualquier otra persona.

Me acerco a la pintura de un paisaje en la cuarta planta creo que la señora gorda puede darme una pista de dónde ha escondido la caja la profesora o por lo menos decirme si la ha visto. Huelo el polvo de forma intensa pero podría venir de cualquier sitio así que sigo pensando que la mujer gorda puede darme alguna pista. 

La cara de Ginevra expresó todo lo que le hizo sentir la situación generada por la nota de Daniel y como la profesora los había puesto en evidencia y vergüenza delante de todos, la chica estaba roja y quería esconderse lo que más pudiera entre sus hombros y la bufanda que estaba usando, pero fue imposible, pues ahora era el centro de atención de la clase. Thad ya había tenido su minuto de fama y parecía que deseaba seguir siendo la persona en la que se estaba transformando, lo que era lamentable, pero había gente que no lograba mantenerse blandos y tiernos luego de la adversidad.

Ya cuando los dejó en paz, ella siguió ensimismada, complicada por los cuestionamientos que le había hecho la profesora, ahora no sabía si el interés de Daniel era sincero o era solo por su "naturaleza", entristeció y mientras bebía la poción, se dio cuenta que realmente había sido un error lo de la menta, ya sabía donde estaba su error y solo quedaba enmendarlo  para la siguiente.

Daniel se le acerca, ella siente su aroma, olía a tierra y polvo, incluso a un poco de anís de los panecillos de la mañana, su nariz le picó, sentir tantos aromas, era agobiante y se rascó un poco, el chico olía a todo eso, haciendo mas presente su cercanía, bajó la mirada, no sabía si aceptar su oferta pues las dudas eran muchas ahora.

— eh... creo que sí, pero no sé si es buena idea, Da.. Daniel — dudó en cómo llamarlo, ahora se sentía muy confundida con el chico.

Nada más pisas la cuarta planta encuentras un rastro inconfundible a polvo, hay zonas del lugar donde el hedor es más intenso y otras donde parece difuminarse la esencia. En la zona donde te encuentras huele a pólvora levemente, como si algún alumno hubiera usado petardos en aquel sitio, además puedes distinguir el perfume femenino de alguna compañera del colegio, no sabrías decir de quien exactamente.

Paras delante del cuadro de una señora gorda que está tejiendo una bufanda y ella levanta la mirada hacia tu persona.

- ¿Por qué me observas?.... ¿puedo ayudarte en algo?.... - te mira intrigada como si fuera extraño que algún alumno se percatase de su presencia, pero parece bastante amable.

Por otro lado el olor a polvo de indica que deberías seguir el rastro por el pasillo que va de frente, y si sigues esa línea girar a la derecha en un recodo, momento que quizás debieras aprovechar para volver a orientarte con el olfato.

Saludo levemente a la mujer gorda y la pregunto si ha visto una caja con la descripción de la profesora, en vista de que parece no saber nada, me despido y me voy siguiendo el olor, ... Perfume... Pólvora... Ahora creo que he encontrado el rastro, polvo... Me da vergüenza admitir que la profesora me ha demostrado que la poción más absurda puede ser útil, sin embargo era una engreída y me caía fatal, ojala ese hada la saque los dientes y no la deje ni una simple moneda.

Raven observaba lo que sucedía, para ella no tenía sentido lo que decía la profesora, ¿enamorados? Era verdad que siempre estaban juntos y que parecía que estaban pegados, pero tanto como novios era algo que aun escapaba a Raven, para ella solo eran muy buenos amigos, pero nada más.

Finalmente llego el momento de probar las pociones, ella mira la suya con cara curiosa, no sabía si estaría buena o no, seguramente no lo estaría, pero tendría que probarla. Tapándose la nariz y cerrando los ojos se la toma de un trago, estaba fea, pero no tanto como se esperaba ya que solo pensaba en los mocos que llevaba.

Lo que sucedió a continuación fue un poco mareante para ella, de pronto todos los olores de la sala se incrementaron, todo olía, la madera, las suelas de los zapatos, incluso los restos de caramelo que alguien había pisado y llevaba en la suela del zapato, Raven instintivamente se lleva la mano a la nariz, incluso se sienta porque se sentía un poco mareada y saturada por tantos olores. Tras las palabras de la profesora mira a donde van todos no sabe muy bien a donde ir, sin embargo, era demasiado tímida para unirse a algún grupo, por lo que por el momento se queda a la espera de donde van todos para ir al lugar en donde vaya menos gente y donde haya una “caja libre”

Lo había pillado o eso creía la profesora había dicho algo vergonzoso y no era un buen momento para la chica, la darme cuenta el rubor volvió a subirse a mis mejillas y otra vez estaba rojo, acaso de verdad me gustaba o solo era su encanto, no había mucho tiempo  y no quería que Gin siguiera pasando un mal momento.

-Vale, supongo que iras con Flora, lo comprendo- dije nervioso, no sabía si lo que hacía era lo correcto pero esperaba que sí, - Lo que dije en la clase es cierto y no me arrepiento de ello- dije más tímadamente mientras me ponía aún más rojo.

-Te veo, luego, Te… TQM-  dije avergonzado mientras salía disparado en dirección del sótano, trataría de encontrar dos cajas una para ella y la otra para mí.

Al haber bebido la poción el olfato de Daniel es como si se despertara de golpe. Jamás tuviste tan claro que la suave fragancia de Gin te encantaba y que la profesora Foxier tenía un olor muy marcado a vainilla.

Decides salir por el sótano y el aroma de las mazmorras te recuerda a humedad, moho y el olor de algunos compañeros tuyos que te han adelantado en esa aventura de encontrar las cajas. Las mazmorras comunican el sótano por una pequeña escalera que cruzas comenzando a oler en la lejanía un leve matiz a putrefacción, según avanzas incluso puedes oler el polvo que, en suspensión, caen de algunos cuadros que adornan las paredes del lugar.

Cuando llegas a la zona del sótano encuentras que el olor se dispersa casi por arte de magia para ser enmascarado por el de las cocinas Huele a comida, pollo, riñones y dulces, seguro que forma parte del menú del día, pero también sabes que hay un leve aroma a podrido allí dentro, así como flores frescas que parece salir de algún que otro lugar.... ¿hacia donde encaminarás tus pasos?

El olor a polvo es ahora muy nítido, tanto que no tienes duda alguna de que aquel rastro te lleva hacia la biblioteca. Si sigues dirigiéndote hacia aquel lugar notas que el aroma se intensifica una vez que entras en la estancia, pero es tanto el olor acumulado que no sabrías por donde comenzar a buscar la caja. Quizás sea un buen momento para que uses tus dotes de rastreador y poder encontrar alguna cosa que te llame la atención.

Llego a la biblioteca, montones de estanterías y miles de libros, era el sitio idóneo para que aquella bruja escondiera una cajita, tardaré años en encontrarla, bueno, eso si tengo suerte claro. Creo que lo mejor será ir de más grande a mas chico, antes de revolver los libros miraría en las estanterías, mesas y demás mobiliario, luego ya me volvería loco con los libros.

Miro por encima de las estanterías con ayuda de las escaleras, miro debajo de las mesas de los muebles, en las esquinas de la extravagante arquitectura de la biblioteca, no parece haber nada fuera de lo normal, paso a algo más pequeño, los rodapiés de la biblioteca, miro a ver si alguno se mueve, luego miro en los sofás, detrás de las estanterías y por fin, llega lo complicado, los libros. Empiezo a buscar detrás de cada libro de la primera estantería y cuando acabo con ella me doy cuenta de que esto no va a llevarme años, va a llevarme siglos, tiene que haber alguna solución más sencilla... ¿Pero cuál?

Toda buena observación tiene sus frutos. Cuando has terminado de observar con detalle gran parte de la estancia comprendes que la "bruja" de tu profesora, había escondido una aguja en un pajar. Una prueba muy complicada si sólo te guías por el olfato, por lo tanto implica conseguir la caja con otro tipo de habilidades. Tu búsqueda es insustancial pero cuando te encuentras situado en la estantería removiendo libros caes en la cuenta de algo...

Uno de los sofás tiene el respaldo bastante inclinado a como debería estarlo...

Todos los olores del sótano se arremolinaban en mi nariz  y aunque resultaba confuso algunas veces opte por el olor a podrido eso había dicho la profesora, así que continúe olfateando como lo haría un perro, incluso me coloque en cuatro patas cual cachorro y acerque mi nariz lo más posible para detectar el pestilente aroma a podrido, luego trataría de volver por el aroma de flores, si tenían tan bonito olor de seguro a Gin le gustaría, aunque no entendía por qué seguía pensando en ella.

Dani hizo una cosa en las cocinas que extrañó a todos los elfos domésticos del lugar. Se puso a rastrear olisqueando el suelo, los armarios, cubos, cestos y demás recipientes que se encontraban en la zona. Aquellas criaturas mágicas miraban de reojo al muchacho pero no interferían en su búsqueda, callaban y seguían haciendo su trabajo. Solo había una elfina doméstica que observaba abiertamente a Daniel y no realizaba labor alguna.

El olor a podrido era tenue en algunas zonas pero conforme el muchacho se arrastró encontró la fuente de aquel nauseabundo olor. Una alacena situada a nivel del suelo que emanaba pestilencia. Tan solo si abría las puertas encontraría un tufo inmundo que atacaría las fosas nasales del muchacho.

Vaya, ese sofá... parece extraño, me acerco al sofá y lo palpo con la mano derecha a ver si noto algo duro, miro por debajo y por los lados a ver si hay alguna abertura por el que se pudiera introducir una caja, finalmente miro el respaldo, lo tiene bastante inclinado a cómo debería estar y observo como lo ha podido introducir sin romper la funda ni hacer magia, al fin y al cabo ya aprendí por las malas que en la biblioteca no se pueden usar hechizos.

-Ratas, que Asco- trate de mitigar el olor pero era insoportable, incluso me había obligado a contener las arcadas para no vaciar el desayuno, sin embargo estaba decidido a lograrlo, abrí las puertas de la alacena y estuve a punto de desmayarme, era peor que el pastel de Carne de la Tía Sofi, los calcetines de mi primo Jhon, las botas del tío Harold y los pañales sucios de mi pequeño primo Benji, supongo que todo eso hubiera olido mejor que lo que ahí estaba.

El estómago se me hizo un nudo y esta vez contener las arcadas fue más difícil, la piel de mi rostro había adquirido un tono verdoso de lo nauseabundo que ahí se sentía, en un ligero vistazo pude notar aquella elfa domestica que me miraba curiosa, debería parecerle muy divertido, así que aun con todo el mareo, náuseas y el deseo de vomitar, trate de poner mi mejor cara – Hola, perdón por interrumpir su trabajo solo he venido por una tarea de pociones, disculpen- les dije y me puse de cara buscar en la olorosa alacena, esperaba sobrevivir a la experiencia.

No hizo falta mucho movimiento para que tras apartar el respaldo del sofá el muchacho pudiera observar la cajita de madera que se escondía ahí. Pero había un problema para cogerla, dos doxies salieron del propio mueble y se pusieron a la altura del rostro del muchacho con unas intenciones para nada amigables, mientras una tercera doxy custodiaba la caja, sentadita encima impidiendo al muchacho la posibilidad de cogerla sin recibir un mordisco.

Las doxies habían perdido tiempo transportándose desde el sofá donde estaban escondidas hasta la altura del muchacho, si Thad era rápido quizás pudiera evitar el mordisco que se le avecinaba.