Partida Rol por web

London by Night: Crimson Nights

[Prólogo] Last Hope (Ailbert Scott, Eliott Green, Jason Williamson)

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09/12/2019, 17:19
Jason Williamson

Tardó un tiempo en entender que pasaba, joder, ¡si casi no recordaba ni quien era!, hasta que se le vino a la mente toda la pelea. No era capaz de entender como es que seguía vivo, menos aún que estuviera aún con aquellos dos. Parece ser que no eran lo suficientemente rastreros como para haberse desecho de él, otros no habrían tenido problema en tirarle en una cuneta. 

Jason trató de poner toda su fuerza en escuchar al capullo que le había llamado sordo, pero le era difícil, ese capullo vanidoso no callaba nunca. Aún así, le quedaron dos cosas en la cabeza: Que el plan había salido bien, o al menos lo bastante bien para como habían empezado y que debía de ponerse en pie ya.

No sabía que era peor, si intentar levantarse, o que esos dos guardias volvieran a rematarle. Pero no le quedaba otra que intentar lo primero, así que, apoyándose donde pudo y con fuerza de voluntad trató de poner su pesado cuerpo en pie, mientras le respondía:

-Tu decides, pero yo ya no estoy para mucha pelea.-

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10/12/2019, 19:08
Ailbert Scott

A pesar de haber conseguido incorporarme, no tardó en ser evidente que no había sido una buena idea cuando acabé potando. Sin duda tendría que haberme quedado tumbado un poco más, pero quedarse quieto a la larga iba ser mucho peor, dado que los solo los muertos se quedan quietos. Otros asunto era que al ver dónde estaba el tipo de Shie hubiera preferido hacerme el muerto, aunque solo fuera un poco, ¡porque menuda peste!. Por si no tuviera suficiente con lo mío, el tener que ayudar al otro no me sentó demasiado bien y ni siquiera las noticias de que todo había ido más o menos "bien", tampoco servía de mucho cuando Green nos comentó que nos habían dejado de lado.

- Soltemos a los caballos. A malas nos servirán para regresar.

Indico con una simpleza evidente. Eso nos ayudaría a no dar tanto el cante y debería ser suficiente para volver a Londres y conseguir nuestra merecida recompensa... si los otros tipos no habían decidido jugárnosla.

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12/12/2019, 09:20
Narrador

Era una buena idea, o al menos, era lo mejor que podíais hacer. Soltar a los caballos y dejar la diligencia atrás fue lo mejor que habíais hecho en mucho tiempo, y más al ver, de fondo, cómo los de la seguridad de la diligencia estaban buscando activamente, tratando de dar con el sonido de una diligencia. Ellos tomaron el camino hacia Escocia, vosotros hacia Londres. El plan había cambiado por completo pero había salido ¿bien? Eso lo comprobaríais al llegar.

No fue un camino agradable, y menos cuando Jason tomaba la delantera, la peste que emanaba de sus ropajes era tan fuerte que cabalgar a su espalda era imposible, así que os pasasteis todo el camino adelantándole, prácticamente. Era un camino largo, pero el hecho de no tirar de una diligencia llena de piedras, o de oro, os hacía ir más ligeros.Tras un par de horas de viaje, alcanzasteis la diligencia robada. En un primer momento, los dos hombres de Shine que la habían robado se mostraron algo hostiles, pero al ver que se trataba de vosotros, se relajaron. Para ellos tampoco pasó desapercibido el olor del señor WIlliamson, que no tardaron en bromear sobre él con Eliott. 

—¡Pero qué cojones, chico!— exclamaba uno de ellos.

—No sé cómo los has sacado de ahí... ni quiero saberlo— se reía el otro—. ¡Pero a mí me disparas!

Ambos rompían a carcajadas mientras tiraban de una diligencia que les hacía ir más lentos que a vosotros. Entre todos pactáis que es mejor que os adelantéis hasta el almacén de Shine, allí les esperaríais para no alertar a nadie de camino. Una diligencia ya iba a llamar demasiado la atención, pero custodiada por tres caballos sin silla... eso ya iba a ser algo que se comentaría. Con rapidez os adelantasteis alcanzando el almacén de Shine con más de media hora de ventaja sobre la diligencia.

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12/12/2019, 09:40
Jebediah Shine

La cara de preocupación del mafioso al veros llegar a caballo contrastaba con la de seguridad mostrada al guardar la diligencia en el almacén de su propiedad. No era la única que había llegado, pero sí la última. Las otras dos se encontraban ya guardadas y estaban siendo desvalijadas. El candado había sido roto a hachazos, sin contemplaciones, y había monedas de oro, piedras preciosas y maletines repletos de billetes grandes. Era todo un botín patrocinado por su majestad la reina Victoria de Inglaterra, o por la casa Hanover, a vosotros os daba igual, la verdad. Shine fue a hablar con sus dos hombres, sin inmutarse por el olor que desprendía Jason.

El hombre que llevaba el hacha en la mano esperó a que dejarais la diligencia bien aparcada, y a que se llevaran a los caballos de tiro. Con un par de buenos golpes el candado cedió, abriéndose el cajón blindado, desparramando una cantidad ingente de joyas y oro sin precedentes. Era el mayor botín jamás robado, y era todo vuestro. Los vítores de alegría se escucharon por todo el almacén e incluso el anfitrión se permitió el lujo de mostrar una sonrisa. Fue en busca de Eliott, y lo apartó para decirle algo, mientras que el resto empezasteis a recoger todo. 

—Me acaban de contar que has tenido "salvado" la situación con tus compañeros— comenta mirándole inquisitivamente—. Da tu deuda por saldada, participarás del reparto en las mismas proporciones.

Se gira para alejarse, sin dejar de decir una última palabra.

—No hagas que me arrepienta.

Shine mira el reloj y le hace una señal a su segundo. Él se retira a sus aposentos y ya no se le ve más en toda la noche. El sol no tarda en salir mientras os pilla recogiendo las últimas monedas de oro. Es en ese momento que el segundo de Shine os mira y os dice que en un par de días podréis pasaros para recoger vuestras ganancias, que 48 horas son las que van a necesitar para colocar todas las joyas a un buen precio. Y si seguís las indicaciones al pie de la letra, sin llamar la atención, seréis ricos. Todos dormiréis hoy sabiendo que habéis conseguido un hito en la historia. Y alguno tras ducharse.

Notas de juego

Enhorabuena, cada uno de vosotros acaba de alcanzar Recursos al 4. 

Tenéis mucho dinero para gastar, decidme en qué lo gastáis o qué hacéis con él. Porque viene un salto de tiempo grande.

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12/12/2019, 21:17
Eliott Green

Aunque el camino de vuelta no fue precisamente agradable, sobre todo con nuestro querido Bruto adelantándose, creo que fue la experiencia más tranquilizadora que tuve en aquella semana. Lejos del jaleo, sin haber hecho nada técnicamente malo, sin alguien que me pudiese pegar un tiro a la vuelta de la esquina... Aunque la tranquilidad desapareció un poco al ver que habíamos encontrado a los otros compañeros, ya que volví a ponerme alerta como de costumbre. 

- Creedme que lo he pensado, más que nada cuando aquí el otro ha acabado vomitando al verle. ¡Ha sido asqueroso! - les respondí, riéndome con ellos y a la vez temiendo que alguno se molestara porque hubiese podido pegarle un tiro. Bueno, pero no lo he hecho, y lo que cuenta es la intención... ¿no?

Antes de separarnos, le devolví la pistola al que me la había prestado, por si acaso surgieran problemas. Por no mencionar que yo no sé ni cómo usarla. Una vez llegamos hasta el almacén, me sorprendo al ver que todos, absolutamente todos los han conseguido. Claro que ellos no han tenido que lidiar con estos cabezahuecas. En cuanto abren la diligencia, siento que la mandíbula se me va a romper de lo mucho que he abierto la boca. Todavía sin recomponerme del todo, noto cómo Shine me tira del hombro, y recuerdo que no voy a recibir nada de todo eso... O sí. Aunque he conseguido cerrar la boca un momento, vuelve a ser imposible mantenerla en su lugar cuando oigo esas dulces palabras y asiento lentamente, sin creérmelo del todo.

- ¿De... de verdad? ¡Q-quiero decir, gracias! - repongo rápidamente - Sí, sí... digo, que no se arrepentirá. 

Viendo que las palabras no acompañan esta vez, decido quedarme callado y simplemente ayudar a recoger todo eso que iba a poder compartir, con la misma o más alegría que los demás. No puedo imaginarme cómo va a ser mi vida a partir de aquí, pero lo único que tengo claro es que se va a acabar comer pan medio mohoso. 

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12/12/2019, 21:18
Eliott Green

Tras las indicaciones y tomar todas las precauciones posibles, volví con mi hermana, ahora libre y pensamos en lo que deberíamos hacer. Lo primero era salir del barrio de las ratas, a una nueva casa. No quería llamar mucho la atención con una gran propiedad, pero sí vivir como Dios manda. La zonas de Chelsea, Holland Park o incluso Covent Garden eran las que más le gustaban a mi hermana y en las que seguramente podríamos estar sin muchos problemas. La ropa también era algo importante y por fin podría tener más de un traje con el que fing... no, con el que vestir habitualmente.

También podría pagarle a mi hermana clases de canto o baile o lo que le apeteciese, y yo podría usar mi dinero en las apuestas y para invertir en esos clubs en los que antes no podía colarme. Por no mencionar el pagarme algún capricho nocturno en zonas bastante más agradables que antes. ¡Y un carro, por supuesto! Y seguramente alguna cosa más me dejaría por el camino...

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14/12/2019, 11:15
Jason Williamson

El viaje fue duro para Jason, él era el primero que sabía que olía a mierda, y de hecho, también estaba hecho mierda físicamente, nunca le habían metido una paliza tan grande (ni el día que le dieron con una barra de metal en la cabeza lo recordaba tan duro). Pero lo peor era la humillación que sentía: Le hicieran comentarios o no, sabía que era ahora mismo el hazmerreír, y lo peor es que no tenía ni fuerzas ni derecho a tomar represalias. No podría zurrarle ni a un viejo con un pie en la tumba ahora mismo, y de que estuviera lleno de mierda... Sabía que era el único culpable de eso. Estaba convencido de que se hubiera desecho sin mucho problema de por lo menos tres guardias, pero aquellos cabrones fueron duros. No, no podía encararse con nadie, eso era lo que más le jodía desde luego. Así que, cabizbajo y serio permaneció el viaje sin hablar, aunque tampoco es que hubiera destacado nunca por ser una cotorra, como el otro.

Ya allí, cuando Shine les dijo que todo aquello era de ellos, quedó sorprendido, aunque no tanto como el otro al parecer. No era muy ambicioso en cuanto a dinero, así que no sabía muy bien que hacer con tanta pasta, pero algo se le ocurriría eso seguro. Por el momento, iba a pagarse un buen sitio donde ducharse y dormir y cambiarse esta ropa llena de mierda, ya ya iría viendo en que gastar el resto. 

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15/12/2019, 00:51
Ailbert Scott

El viaje de regreso fue toda una odisea épica, o esa era la sensación que tenía por mis heridas y la necesidad de montar un caballo sin silla, no obstante conseguimos regresar a Londres, descubriendo por el camino que no nos la habían jugado e íbamos a tener nuestra recompensa si todo seguía marchando según el plan. Desgraciadamente era pronto para saber eso, Shine siempre podía jugárnosla en el último instante y dejarnos sin una libra, lo cual iba a suponer otro problema, uno que no estaba en condiciones de afrontar.

Esperemos que no sea tan cabrón.

Le daba vueltas a esa idea una y otra vez. Haciendo caso omiso a comentarios jocosos, intentando evitar que Williamson estuviera delante demasiado tiempo para no tener que lidiar también con su hedor y, en definitiva, buscando una forma de lidiar con esos problemas únicamente con mi cabeza. Mas me era imposible. Si bien no era idiota, dudaba que pudiera enfrentarme a nada que Shine hubiera preparado, menos estando tan malherido, por lo que mi mejor opción pasaría únicamente por mantenerme con vida, que no era poco.

Por eso iba poco a poco, atribuyendo a mis heridas para no precipitarme, sospechando demasiado cuando nos indicó que debíamos esperar dos días, pero quedando gratamente sorprendido cuando finalmente cumplió su palabra. Jamás había visto tanto dinero y, gracias a el, seguro que podría disponer del tiempo suficiente para recuperarme, pero también debía ser sumamente cauteloso o alguien vendría a por mi antes de recuperarme y me quedaría sin una moneda. Y después de eso, llegaría la hora de saldar cuentas.

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11/01/2020, 23:58
Narrador

El ascenso en el escalafón social es mucho más sencillo cuando se tiene dinero. Una casa en Chelsea es sinónimo de riqueza, invertir en los clubes en los que antes sólo podías soñar entrar es otra buena forma de mostrar poder adquisitivo, e incluso perder algo de dinero en las apuestas es la guinda que corona el pastel, pronto entras en un selecto círculo de amistades. Empresarios de las tiendas mejor colocadas en todo Londres no dudan en estrecharte la mano al pasar, a saludar a tu hermana y a trataros como iguales. Ninguno tiene sangre azul pero tampoco les hace falta.

No tardan en tentarte con propuestas de inversión, las cifras que se manejan son mareantes pero por primera vez en tu vida no estás preocupado por ello, simplemente te tienes que preocupar de conseguir que todo el desembolso, realizado para situarte donde estás, produzca ganancias para mantenerte. Y ese es un trabajo verdaderamente difícil. La inversión en los clubes sólo te garantizan el paso cuando te plazca, pero no reintegran beneficios. Tus vicios y libertades tampoco ayudan a mantener un flujo de dinero constante, más bien es una fuga a la que poner freno. Tienes lo justo para escoger una vía de negocio que te garantice mantenerte a flote. Y la construcción de una buena historia que justifique tu actual posición también es algo que deberías hablar con tu hermana.

El par de meses que tardas en posicionarte en tu actual estado pasa tan rápido que algunas mañanas te despiertas con la misma sensación de peligro al acostarte tras el robo. Esa mañana vuelves a sentir esa extraña sensación en tu vientre, como si te estuvieran cercando, acechando, observándote desde las sombras. Esperando un movimiento en falso. El señor Shine desapareció tras el robo y, aunque su pub sigue en marcha, han cambiado los dueños e incluso se ha empezado la construcción de viviendas destinadas al hospedaje de inmigrantes en la parte trasera, en la que se encontraba el almacén clandestino donde dejasteis las diligencias. Lo peor de todo es que nadie de tus antiguos contactos parece recordar, tan siquiera, al señor Shine.

Clementine ha preparado un frugal desayuno, su gesto ha cambiado tornándose sempiternamente risueño. Escucháis como suena el timbre de la casa. No tarda en levantarse para ir a abrir, lo primero que escuchas es un sonido de sorpresa por parte de tu hermana, acto seguido la ves aparecer por la puerta de la cocina.

—Eliott —comenta con un libero temblor en su tono—, han venido a verte.

Las pausas al hablar y el gesto de preocupación te mantienen alerta. Al salir a recibir en la puerta ves a uno de tus antiguos amigos. Lionel Todd.

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12/01/2020, 00:29
Lionel Todd

El hombre enjuto te mira con sonrisa ladina tras observar, con ojos golosos, la entrada a tu vivienda. Lleva las manos a la espalda y, aunque va vestido de forma elegante, salta a la vista que el traje es viejo al estar ligeramente descolorido y desgastado por los bordes. 

—Buenos días —dice con cierta sorna sin llegar a llamarte por ningún nombre—¿No vas a invitarme a entrar?

Se quita, con exceso de etiqueta, una chistera deshilachada, manteniéndola frente a ti esperando tu respuesta tras haber dado un primer paso hacia el interior de la vivienda sin invadir la entrada, de momento.

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12/01/2020, 00:54
Narrador

Es inteligente no hacer un gran desembolso de inicio, por ello te tomas tu tiempo en conseguir hacerte con todo un bloque de pisos. Pese a que alguno tiene que ser reformado la casa está en muy buen estado, algo que no tarda en llamar la atención de los otros miembros adinerados de la ciudad que no tardan en hacerte llegar invitaciones para tomar el té con ellos, en sus casas, deseosos de conocer al nuevo vecino que se ha instalado entre ellos. Tu cuenta del banco empieza a tener ingresos y gastos que justificarían la alta inversión realizada en el edificio, pero empiezas a ver que es necesario invertir en negocios que supongan un flujo constante de ingresos para evitar futuros problemas. Es algo en lo que tienes que pensar con cierta rapidez.

El par de meses que tardas en posicionarte en tu actual estado pasa tan rápido que algunas mañanas te despiertas con la misma sensación de peligro al acostarte tras el robo. Esa mañana vuelves a sentir esa extraña sensación en tu vientre, como si te estuvieran cercando, acechando, observándote desde las sombras. Esperando un movimiento en falso. El señor Shine desapareció tras el robo y, aunque su pub sigue en marcha, han cambiado los dueños e incluso se ha empezado la construcción de viviendas destinadas al hospedaje de inmigrantes en la parte trasera, en la que se encontraba el almacén clandestino donde dejasteis las diligencias. Lo peor de todo es que nadie de tus antiguos contactos parece recordar, tan siquiera, al señor Shine.

Whitechapel se convierte en un polvorín. Sobretodo a raíz del "Doble Evento" que se ha dado esa misma mañana. Todo lo que está ocurriendo en el barrio te ha mantenido alejado de tu antigua casa, y aunque no tenías pensado ir, por evitar que alguien que está ganando cierta notoriedad pueda ser descubierto en aquella zona, empiezas a pensar que no sería mala idea pasarse a poner punto y final a una vida que has dejado atrás. No dejar cabos sueltos por lo que pueda pasar. Aunque lo intentas por activa y por pasiva, la señorita Reid no olvida el mal trago que la hiciste pasar, y no acepta ninguno de los ramos de flores que le envías. Quizá sea buena idea ir a hablar con ella, o quizá no.

Esa mañana te encuentras tomando té en tu cocina, leyendo el periódico cuando suena el timbre. Al abrir te sorprendes al encontrarte con el hermano de tu amigo de la infancia. El alguacil Larry Hibbs.

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12/01/2020, 01:05
Larry Hibbs

El alguacil, vestido de uniforme, te observa unos segundos antes de quitarse el sombrero con la placa de la policía metropolitana de Londres. Fuerza una sonrisa antes de elevar su mano para qu ese la estreches. 

—Buenos días, señor Scott.

Tras un momento de titubeo se arranca a saludar esperando tu estrechamiento de mano. Poco más añade, pero mantiene la mirada fija en tus ojos. 

—Le importaría que pasase al interior de la vivienda?

Termina ofreciendo, lanzando una mirada furtiva hacia el interior, como si esperase encontrar a alguien más que no espera.

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12/01/2020, 19:35
Ailbert Scott

Había intentado evitar llamar la atención al máximo y aún así me había resultado imposible. Daba la sensación de que los jodidos burgueses se aburrían tanto en sus casas, que la llegada de alguien nuevo era visto como un puto pasatiempo y seguro que llegaría el día en que alguno intentaría casarme con su hija. Al menos el paso del tiempo logró que mi pierna terminara curarse, de hecho, dicha herida justificaba que llevara un bastón como fiel acompañante y había adquirido la costumbre de explicarla como una caída de caballo, algo mucho mejor que atribuirlo a haber saltado por una ventana.

Desgraciadamente dejar el pasado atrás no era tan fácil y había que atar cabos, despedirse de gentes o incluso cruzarle la cara a alguno de ellos, solo que Larry no entraba en la lista de esos últimos y resultó toda una sorpresa cuando me lo encontré en la puerta.

¿Qué hacía aquí?

Mis primeros pensamientos fueron irremediablemente a que finalmente habían descubierto lo del robo o la fábrica, pero entonces no habría sido tan formal. En cualquier caso resultó obvio que su presencia me resultaba sorprendente, puesto que una cosa era verlo por la calle y otra en mi pasa y con el uniforme.

- Si, claro.

Accedí cuando fui capaz de reaccionar, tras ello regresé a la cocina y puse algo más de agua al fuego para preparar más té.

- ¿No te enviará padre, verdad? - pregunto tras ofrecerle una silla para sentarse - ¿O es que finalmente ha muerto y tengo que organizar un entierro?

Era lo único que se me ocurría para justificar su presencia aquí y que también explicara mi sorpresa.

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13/01/2020, 23:53
Eliott Green

Podría decir... que por una vez, la vida era maravillosa. Las ropas andrajosas y remendadas fueron sustituidas por telas suaves, refinadas y con cortes perfectos, sin hilachos decorando sus bordes. Nuestra casa dejó su olor a humedad y a podredumbre y comenzó a oler a velas y a dulce madera, a veces de los muebles que nos podíamos permitir y a veces de la que podíamos dejar por las noches crepitando en la chimenea. Todo se había vuelto tan luminoso y cálido... Como los ojos de Clementine cuando volví tras recibir mi enorme paga. Aún recuerdo sus lágrimas de alegría y ese ligero temblor de emoción cuando le conté que podríamos dejar atrás las alcantarillas y venir a este caro paraíso a través del camino de baldosas doradas...

¿Y cómo vas a mantenerlo si no llegas vivo a mañana?

Suelto un jadeo al tiempo que mis ojos se abren de pronto, sacándome de mi sueño buscando el peligro en cualquier esquina. Tras mirar a los lados y ver que sigo en mi cómoda cama, en una casa que no sé si me merezco, vuelvo a dejar descansar la cabeza sobre la mullida almohada y respiro más tranquilo. Otra vez... Tienes que dejar estas paranoias, Eliott. Cuando por fin termino de aclarar las ideas y convencerme de que no hay peligro inmediato, me levanto de la cama y me aseo, para bajar a desayunar con mi querida hermana. No me preocupo por el timbre hasta que la veo volver con ese gesto de preocupación. Esto me pasa por tranquilizarme, joder. 

A modo de arma y cetro de la casa, tomo uno de mis bastones y me acerco a la puerta, preparado para... Sería mentira si dijera para lo que fuera, porque no le esperaba precisamente a él. La última vez que le vi fue hace tanto tiempo que tardo un poco en recordar el caos que había en su casa cuando fui a buscarle. Le observo durante unos segundos, fijándome en su aspecto y luego en el del resto de transeúntes. Me encantaría hacerle allí mismo todas las preguntas, pero sé que va a llamar demasiado la atención. Y los Rosewood, que no Green, necesitan vivir tranquilos por el momento. Con un suspiro y mirando rápidamente hacia los lados, me aparto y le hago un gesto para que pase. 

- Claro. ¿Por qué no? - le sonrío, con el mismo tono de sorna y esa sonrisa que esbozan los ricos cuando están increíblemente molestos. En cuanto cierro tras él, le miro con cierta desesperación, gritando en susurros - ¡No puedes darme estos sustos de muerte, Lionel! ¿Cómo nos has encontrado? ¿Quién más lo sabe?

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21/01/2020, 23:12
Larry Hibbs

Larry niega con la cabeza, sentándose pesadamente en la silla que le ofreces. Se queda pensativo durante unos instantes en los que abre la boca, como queriendo empezar a decir algo, pero termina quedándose en silencio. 

—No, no es eso, señor Scott. —carraspea volviéndose a quedar en silencio.

Apoya los antebrazos en la mesa iniciando varias gesticulaciones tratando de dar palabras a lo que tiene en mente, pero no termina por encontrar las palabras adecuadas.

—Mis disculpas, señor Scott, no sé como decir esto sin parecer grosero —te mira a los ojos tragando saliva—. ¿Sería tan amable de ofrecerme un vaso de agua?

El alaguacil Gibbs espera tu respuesta y el vaso de agua, en el caso en el que se lo termines por ofrecer se lo beberá de un trago y acabará por soltar un largo suspiro al dejarlo descansar en la mesa. Mesándose el mostacho, eleva las cejas al convencerse de que, de una u otra manera, tiene que decir lo que ha venido a tratar contigo. 

—Están circulando muchos rumores, señor Scott —afianza el tono de voz para empezar a hablar—. Desde el robo de los fondos de la corona la presión a la que hemos sido sometidos desde Buckingham ha crecido sin medida. Y las investigaciones empiezan a dar algunos resultados.

Te mira compungido por el significado de sus palabras. Deja pasar unos segundos para que te hagas una idea de por dónde va a ir la conversación.

—No quiero que se tome esta visita como una amenaza, ni mucho menos, señor Scott —el agente te mira de nuevo a los ojos, tratando de rebajar la tensión que se haya podido generar hasta el momento—. Pero salta a la vista que su situación ha mejorado considerablemente y sería lógico pensar que pudiera estar implicado —baja la mirada unos segundos y saca un papel de su bolsillo que deja encima de la mesa—. Le digo esto, señor Scott, porque creo que sería buena idea que se dejarse ver por el hipódromo ,y porque a alguien como a mi me vendría muy bien saber si tiene algo de información que me pueda servir para cerrar el caso. Como sabrá, los ayudas anónimas suelen desviar las atenciones y ayudan a alejar sospechas.

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21/01/2020, 23:33
Lionel Todd

Lionell entra en la casa exagerando un movimiento de brazo para agradecerte tu hospitalidad. Un par de mujeres de bien, paseando por vuestra acera, miran extrañadas a aquel hombre de ropajes reciclados entrar en tu domicilio. Se quita su chistera escuchándote hablar, sonriendo de forma ratuna como primera respuesta.

—¿Eso es lo que te preocupa? ¿Ni un buenos días o un me alegro de verte? —mira en derredor impresionado por el lujo que te rodea—. ¿Esa es la amistad que ofreces? ¡Qué poca vergüenza! —vuelve a exagerar, esta vez el tono, mostrándose indignado. 

Sin esperar a una invitación por tu parte entra en la casa, andando sin pararse y observando todas las estancias. Cuando da con la cocina da un pequeño brinco de alegría y se acerca a la alacena para sacar algo de comer y vino. Aunque trates de pararlo, se escabulle entre tus brazos y termina sentado en la mesa.

—Sí... esto sí que está bueno —eructa con estruendo y apura el vino—. Dirán muchas cosas de ti, pequeño Eliott, pero sabes vivir bien. 

Se palmea el estómago manteniendo algo de queso en la otra mano. Tras unos momentos parece recordar algo.

—Ah sí... —continúa—. ¿Qué es lo que sabes de la desaparición de Jebediah Shine? te mira a los ojos, enarca primero una ceja y luego la otra, como si fuera a valorar tus palabras—. No me mientas joven ratero, tengo información que te podría venir bien, pero quiero algo a cambio.

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22/01/2020, 00:26
Ailbert Scott

El vaso de agua tardaría menos que el té, pero aún así dio la impresión de que el agua de la tetera hubiera tardado menos en hervir que lo que tardé en levantarme e ir a por el. Tras ello, le escucho paciente, o al menos intento hacerlo de ese modo.

- No tengo el dinero de la corona Hibbs.

Respondo contundente, luego me levanto al sonido de la tetera y paso a preparar algo de té.

- Aunque el dinero que manejo lo he obtenido honestamente, no es precisamente limpio, por si es eso lo que le preocupa. Si así lo desea, puedo darle más detalles. Extraoficialmente, por supuesto. - no estaba de más recordar la confidencialidad de lo que le revelaba - Oficialmente, recibo el dinero de un hermano de madre para que lo administre. Este tampoco se lleva bien con padre, por eso intenta saltárselo dándome el dinero directamente antes de que llegue su hora.

En ese momento llevo el té de vuelta a la mesa, señal inequívoca de que iba a dejarle preguntar.

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23/01/2020, 22:44
Eliott Green

Por el amor de Dios, que no haya demasiados rumores. Una vez Lionel ha hecho su entrada triunfal fuera, espero a que entre... Y siga con ella dentro, visto lo visto. Pongo los ojos en blanco y me dedico a seguirle por mi propia casa. Aunque le conozco desde hace años... No, precisamente por ello, tengo miedo de que rompa cualquier cosa con sólo mirarla demasiado.

- ¡Por supuesto que me preocupa! Uno no cambia de casa, nombre, aspecto y escalafón social para que sus conocidos vayan a visitarle tan alegremente a la fiesta del té semanal. Y buenos días. - suspiro, dándole la razón en que no le he saludado.

Mis manos se agarrotan cada vez que Lionel pasa demasiado cerca de uno de los jarrones con flores de mi hermana, preparado para que el desastre llegue en cualquier momento. Aunque el de la chimenea no me importaría demasiado que se rompiese, si no fuese porque sé cuánto ha costado. La tensión aumenta cuando llegamos a la cocina y finalmente me dejo caer sobre una de las encimeras con tranquilidad cuando el hombre ya está satisfecho.

- El pequeño Eliott ya está un poco crecido y ahora se llama Timothy. Timothy Rosewood. - aclaro orgulloso, esperando que lo tenga en cuenta para el futuro, mientras me enciendo mi pipa nueva - Todo se basa en pequeños caprichos que pueden hacerte el día a día mucho más agradable, Lionel.

Y por supuesto que todo lo agradable no puede durar. A punto estoy de quemarme con la cerilla cuando menciona ese nombre. No es que tenga nada contra él, ni mucho menos. Al fin y al cabo fue quien me permitió tener este lugar. Y quien estuvo a punto de matar a mi hermana y a mí me dejó con un par de inútiles que por poco me llevan por ese camino... Antes de sentarme frente a él, cierro la puerta de la cocina rápidamente, esperando que Clementine no se entere de nada de esto. Doy una calada a la pipa y le observo, alzando las cejas con gesto inocente.

- Llegas a mi casa, me robas el vino y el queso y ahora me pides información. ¿Esa es la amistad que ofreces? ¡Qué poca vergüenza! - sacudo la cabeza de forma exagerada pero con una sonrisa, imitándole completamente y dejando claro que si yo soy mal amigo, no voy a ser el único - Nos habremos visto un par de veces, pero no tengo ni idea de dónde ni qué está haciendo ahora mismo, si es a lo que te refieres. Pero imagino que si has sacado tus mejores galas para venir aquí a buscarme es porque tú sabes algo más, ¿cierto? - me recuesto sobre la silla, cruzándome de brazos - Yo ya te he revelado algo. Pero me gustaría saber sobre qué es la información que tienes tú. Ya no me dedico a ir asaltando bolsillos ajenos ni a buscar en las cloacas, ¿sabes? - me encojo de hombros, con la mirada puesta sobre Lionel. Más vale que todo esto sea por algo bueno...

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24/01/2020, 23:52
Lionel Todd

Lionel se mesa la barba y te mira durante unos segundos, estudiándote, esperando a ver si tienes algo más que decirle. Tu respuesta no le deja nada conforme, pero tampoco te recrimina nada más. Simplemente se afana en terminar de comer algo más que ha dejado por encima de la mesa. Carraspea, se vuelve a llenar el vaso de vino y se lo bebe delante de ti como si fuera el dueño de la casa.

—Esa respuesta no ayuda, comoquierasllamarte se lamente mirándote—. He venido para avisarte de que la policía está sobre la pista del robo a la corona, y un amigo, de un amigo, de uno de los que conocí en el calabozo me ha dicho que el nombre de cierto raterillo de poca monta está boca de todos.

Se te queda mirando a los ojos, haciéndote ver que es el tuyo, por si no te has dado cuenta. Tamborilea con sus dedos en la mesa y te mira a los ojos.

—Reúnete conmigo esta noche en el hipódromo —se levanta encarando la puerta de salida—. Haz lo que tengas que hacer antes, pero si quieres salir de esta tal y como estás, vendrás.

Te sonríe, antes de buscar su chistera y colocársela de nuevo, con una exagerada floritura, en su despeinada cabeza. 

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25/01/2020, 00:01
Larry Hibbs

El alguacil se queda mirándote a los ojos durante unos instantes, agradece el té y espera pacientemente a que se enfríe. Si lo conocieras más a fondo podrías ver una mueca de decepción en su rostro, pero no puedes precisar acerca de qué.

—De todas formas, señor Scott, debido a los años que nos conocemos permítame reiterarle la necesidad de visitar el hipódromo y buscar la forma de justificar la buena fortuna que le ha sonreído —da un sorbo largo a la taza de té—. Temo que la urgencia de dar una respuesta a la ofensa contra la corona se cebe con quien no tiene culpa.

No tiene la menor prisa a la hora de acabarse el té servido, tampoco parece importarle la historia que le has contado explicándole la forma en la que has recibido el dinero, sólo sigue ahí por si tuvieras algo más que contarle o alguna pregunta que realizarle.