Partida Rol por web

Turno 4

Anael siguió con el lobo líder de la manada que estaba más atrás. Ya le había lanzado tres flechas y las tres habían impactado certeramente en él, en sitios que preveía vitales; pero el tremendo animal seguía mostrado su fuerza, ya muy debilitado pues en el último flechazo hizo que se moviera aturdido unos cuantos metros, sin caer y ni siquiera doblar sus patas ante el sus adversarios.

Esta vez el Tharbardin apuntó con menos cuidado, pero se llevó la flecha mucho más atrás de su comisura para incrementar la fuerza de su disparo. Si bien el lobo aguantaba, se veía claramente que estaba muy debilitado. Si lograba herirle de gravedad ya no se levantaría.

Turno 4
Ragi decidió disparar al lobo^L3 que se estaba acercando. Sabía que contaban con el elfo para protegerlos del cuerpo a cuerpo pero estás bestias eran peligrosas y solo necesitaban tirarte al suelo para poder acabar contigo.

Turno 4 - Resolución

Uno de los lobos había huido, y de los tres que quedaban había algunos heridos. No obstante, aún no estaba decidida la lucha. Anael disparó de nuevo al más corpulento, confiando en que se trataba del líder y que su muerte iba a precipitar la huida del resto. Su flecha era certera, pero no terminó de rematar al resistente animal. Aunque ya le flaqueaban las fuerzas y comenzaba a agachar la cabeza. Estaba muy debilitado y el charco de sangre era cada vez mayor en el suelo debajo de sus patas.

En el centro, Aeldric terminó de cruzar la barrera de la ilusión de fuego y emergió en el otro lado y se fue directo hacia el lobo^L3 que se aproximaba. El objetivo del elfo era trabarlo en combate, y defenderse del primer ataque del lobo. Ninguno de los dos logró hacerle daño al oro. Ragi disparó hacia el mismo lobo, pero su flecha falló.

Aeldric acometió otra vez contra el lobo, esa bestia era más hábil que la anterior sin duda. Tenía que ser más ágil que su enemigo, no podía permitirse fallos. 

¡Ejecutad al lobo que he dejado malherido! Pidió el elfo a sus compañeros. Sabía que ese lobo estaba gravemente herido pero no significaba que fuese una amenaza y era el más cercano a la formación.

Turno 5

El joven explorador desistió de seguir disparando flechas. Tenían un lobo al lado y tendrían que acabar con él antes de que atacará a sus compañeros o a la niña.

Desenvainó su espada y se preparó para atacar.

Visto que sus compañeros se encargaban de los lobos de vanguardia, Anael siguió con su empeño d acabar con el gran lobo al que estaba aseteando.

Esperaba que al unirse Ragi a la refriega, los lobos se diesen por vencidos y huyeran a sus madrigueras para recuperarse de las heridas que les habían infligido.

Turno 5 - Resolución

Aeldric seguía más pendiente de no descuidar la defensa que de acabar con los enemigos. Era un guerrero precavido, y sabía que no debía confiarse ni subestimar a estos animales enloquecidos por las fuerzas oscuras. Su espada se clavó en la nuca del animal y aunque no penetró mortalmente, sí le dejó indefenso. Era la oportunidad para acabar con la criatura.

Anael falló su flecha por poco, pero su objetivo^L3 seguía aturdido e inmóvil. Por otra parte, el lobo más próximo se preparó para atacar. Tenía enfrente a Ragi, quien cambió de arma y sacó su espada corta. El lobo se movía lateralmente, esperando el momento para lanzarse al cuello del joven.

Turno 6

El joven explorador lanzó un débil tajo a su oponente tratando de medir sus fuerzas y ser precavido. No era un guerrero y no se sentía como tal pero debía enfrentarse a este mal con todo el valor que pudiera obtener.

Turno 6

Aeldric tenía la oportunidad de acabar con la bestia a la que había hecho frente y no la desaprovecharía. En cuanto acabase con su bestia apoyaría a Ragi si fuese necesario.

Turno 6

Tras el fallo de la anterior flecha, Anael tuvo más cuidado al lanzar la siguiente flecha sobre el gran lobo al que estaba tirando todo el rato y el cual se negaba a morir, dejando a las claras lo duro de este ser.

El humano apuntó con cuidado y cuando estuvo seguro de acertar lanzó su flecha.

Turno 6 - Resolución

Ragi atacó al lobo^L1 más cercano a Enila, pero sin descuidar su defensa. El ataque falló, pero pudo parar sin dificultad las embestidas del lobo herido. A su derecha, Aeldric atacó a otro de los lobos^L3 con fuerza aunque no con toda la precisión que hubiera deseado. Aún así, lo levantó del suelo con el golpe de espada, y podía seguir atacando al resistente animal. 

El que mostró por fin una puntería mortal con el arco largo fue Anael. Cargó con rapidez la flecha, y sin tiempo para apuntar dio en el blanco. La flecha salió esta vez con fuerza y el impacto hizo crujir las costillas del lobo^L2 quien sangraba profusamente. Por fin cayó al suelo, y comenzó a morir lentamente. 

Al ver caer al macho dominante, el lobo^L1 que estaba con Ragi se giró y comenzó a huir. 

Turno 7-8

Aeldric observó como otro lobo huía, eso le alentaba y tranquilizaba. Entonces el elfo se dirigió hacia su lobo objetivo convencido de acabar lo que había empezado.

Turno 7-8

A Anael no le gustaba dejar cabos sueltos y el lobo que huía suponía uno bastante peligroso, ya fuera por que más tarde se lo volvieran a encontrar como por la posible información que pudiera dar a cualquier sirviente de la oscuridad que tuviera el poder de comunicarse con esas viles criaturas.

Así, viendo que escapaba, recargó una nueva flecha, tensó el arco y disparó una nueva flecha, pero esta vez al lobo que huía. Era lo que debía hacer en aquel momento, luego ayudaría a Aeldric con el lobo que quedaba.

Resolución turnos 7-8

La flecha de Anael era certera, e impactó en el costado del animal que ya estaba huyendo. Siguió corriendo, pero con dificultad y poco después se quedó inmóvil en el suelo.

Mientras tanto, Aeldric acabó con el otro lobo con un golpe certero y mortal a la cabeza. El combate había terminado por fin, y los resistentes lobos yacían muertos, excepto uno que había huido.

La Dama Finduilas observaba con interés la ilusión creada por Aeldric. Resultaba llamativo el uso improvisado y espontáneo de la magia por parte de los Primeros Nacidos.

-Hemos de seguir avanzando, este lugar no es seguro. Seguiremos hasta el amanecer, y luego descansamos un poco. Tarosh y Ragi, tenéis que cargar con la camilla de la niña. Aeldric, serás nuestro guía un poco más adelantado. Tus ojos te permiten ver en la noche estrellada. Y Anael delante de la camilla, y yo la última.

Algo había cambiado en ella. Ahora, dirigía activamente al grupo.

Ragi asintió ante las palabras de la dama y cogió la camilla. Esperaba que el resto del viaje no fuera tan accidentado y pudieran llegar a un sitio seguro para defender a la niña.

Aeldric despegó el cráneo abierto del lobo de su espada y limpió con cuidado la sangre húmeda que dejó la batalla en el filo de Anar Ilfirin. A continuación la envainó y asintiendo para sus adentros con la decisión de Finduilas se encaminó a la cabeza del grupo.

-Seguidme y cuidado con el terreno. Procurad hacer el menor ruido posible y ojos bien abiertos, puede que yo tenga mejor visión nocturna pero mejor ven diez ojos que dos.

Dicho esto, el joven elfo comenzó la marcha guiando al grupo.

Anael asintió a la orden de la dama Finfuilas. Aunque antes había sido portador de la camilla, quizás era mejor que ayudara con sus armas por si ocurría alguna contingencia. De hecho estaba acostumbrado a ser una especie de guardaespaldas, así que esta nueva disposición le venía cono anillo al dedo.

Situándose delante de la camilla, el hombre sacó una nueva flecha de su carcaj y la guardó en la mano, para usarla al momento si fuera necesario. En la otra mano, llevó su arco largo, también dispuesto a lo que pudiera acontecer.

Siguiendo al elfo, Anael miraba a uno y otro lado por si veía o notaba la presencia de algo o alguien en los alrededores. no quería que les pillaran desprevenidos y les emboscaran al pasar cualquier recodo del camino.