Partida Rol por web

-Ssssss, ¿ayudarosss?, contestó Turukulon y su cabeza estaba más erguida. El dragón meditó unos instantes. -El Orbe Negro no ffue obra de dragonesss, ni de Kuldokar. Ssssi mi fuego lo desstruye, no lo echaré en ffalta. Sssi consseguíss el orbe, trraédmelo. Yo intentaré dessstruirlo, y ssssi no sssse logra, lo cussstodiaré.

Súlkano reflexionó sobre el asunto. Finalmente dijo: -Gracias, Turukulon. Te tomaré la palabra.

Con las mismas, levantó la nave y les llevó de vuelta a Amon Lind. No dijo nada en todo el camino. Cuando estaban de vuelto en sus aposentos, comentó: -no me fío. Dudo que sea capaz de destruirlo, y no quiero que tenga el Orbe en su poder. He visto su fuego, sé lo que hace. Puede que sea suficiente, pero las obras que se hicieron en Ost in Edhil a menudo son resistentes incluso a ese fuego. Poco podemos hacer ahora para solucionar eso. Lo primero es terminar tu adiestramiento, y una vez que hayas vencido al Cazador, nos enfrentaremos al Orbe.

-Ya casi ha terminado tu adiestramiento. Debes acompañarme mañana por la mañana a ver a Elenril. Quiere hablar contigo en la Cámara de los Elementos, en las afueras de Amon Lind. Iremos a caballo, y así podrás montar a Undume si él te lo permite. Elenril es la persona que más profundiza en el conocimiento de los elementos en su conjunto, aunque su especialidad quizá sea la tierra. Me ha pedido que te recuerde la pregunta que te hizo al principio de tu adiestramiento. Yo te acompañaré hasta la entrada de la cueva, pero no entraré contigo.

-Ahora, vé a descansar un poco. Mañana nos veremos al alba.

-Espera Sulkano... No me gusta Turukulon, lo miré una fracción de segundo en sus ojos, cautivada por su grandeza, y en esa pequeña fracción vi sed de venganza, venganza hacia ti. Ha visto la posibilidad de poseer el Orbe, no sé qué influencia tendrá en los dragones, pero tal vez lo haga más poderoso, y en ese caso vendrá a buscarte para enfrentarse a tí. Yo descarto la posibilidad de darle el Orbe a Turukulon.

-Por otro lado, ¿viste como reaccionó Hilde Sikelion? Emitió luz pura y blanca que obligó a Turukulon a apartarse de mí. Hilde Sikelion me ha defendido en cierto modo, he visto que vela por mí, y eso hasta hoy jamás lo había hecho. Una pregunta Sulkano, tenía entendido que Hilde Sikelion era el anillo, sin embargo antes te referiste al conjunto de la Guardiana de la Luz y el Anillo como Hilde Sikelion, además cuando se lo dijiste a Turukulon, lo primero que hizo fue buscar al Anillo, ¿por qué sabría Turukulon que yo soy portadora del Anillo, si es un objeto que fue obra de mi hermano y Zelene? ¿o es que hay una relación inequívoca entre el Anillo y el Guardian de la Luz? ¿Quiere decir eso que sin Hilde Sikelion no podría haber sido yo Guardiana de la Luz?

-Me temo que tienes razón, yo también intuyo que en su corazón oscuro Turukulon está ansioso de vengarse de nosotros, aunque de momento tenemos un acuerdo que esperemos que dure mucho tiempo. No estoy seguro si quiere el Orbe para usarlo, o para asegurarse de que no lo use nadie. El Orbe permite, entre otras cosas, a Goth Kuldokar controlar a los dragones. Quizá eso explica porque Turukulon había ayudado al Templo de la Justicia, sobre todo en los últimos tiempos. Coincidimos entonces en no darle el Orbe.

-Noté la soberbia habitual en Turukulon, y por ese motivo te presenté como portadora de Hilde Sikelion. Los dragones no olvidan. Nunca. Y Zelene fue una gran Guardiana de la Luz. Pero el anillo tampoco olvida, y en cuanto ha notado la esencia del dragón, se ha despertado. Los dragones son seres cuyo espíritu está íntimamente ligado al plano elemental. Podríamos estudiarlos durante siglos y sólo rozar la superficie. Fueron convocados y adiestrados por Morgoth, pero no los creó. No puede crear, sólo corromper, someter a su voluntad, matar, destruir…

-Acerca de tu pregunta, “Hilde Sikelion” es el nombre del anillo. Significa “Seguidora de la Luz”. Pero no una luz cualquiera, sino la pura o “Sikil”, la forma Elemental de la Luz. Los dragones temen o al menos respetan esta manifestación. Ahora bien, tu observación acerca de la relación entre el anillo y su portador… No es fácil de explicar. Tu encuentro con el anillo no fue casualidad, y sin el anillo tu camino no habría sido el mismo. Puede que hubieras llegado a ser hechicera de la Luz, pero tu destino y el de Zelene no se habrían unido. El anillo es el símbolo de un sacrificio extraordinario. El sacrificio de una vida eterna. El anillo originalmente fue creado por Landor con ayuda de grandes orfebres. Pero no tenía propiedades mágicas. Era simplemente un anillo hermoso. Un anillo de compromiso. La fuerza mágica, la Luz pura, que fue inyectada procedía de la Dama de la Luz en persona. Sin embargo, este poder se mezcló con las lágrimas de dolor de Zelene antes de cerrarse la joya. Sólo después de ese ritual, el anillo de Zelene fue rebautizado como Hilde Sikelion. Fue creado para contrarrestar los poderes del Orbe Negro, pero no sé exactamente de qué forma. Tendrás que descubrirlo llegado el momento. Ese mismo anillo, en manos de otra persona, no tendría el poder que tiene ahora. El anillo te ha reconocido, ha reconocido una parte de su propia alma.

Era tarde ya, y Ayla estaba muy emocionada de lo vivido en el día. El Dragón, la reacción de Hilde Sikelion. Creía que sí debería descansar. Como siempre bajó un rato con Undume, y le contó lo que le había pasado mientras acariaba al caballo. Sus profundos ojos negros le miraban con paciencia infinita mientras Ayla le contaba cuentas sus penas y sus experiencias, la reacción de Hilde Sikelion y lo demás.

Después Ayla se fue a su habitación y meditó unas pocas horas en el anillo para averiguar lo que sentía y manifestarle lo que sentía ella al haber visto esa reacción. 

Ayla se despertó justo al alba, y subió a los establos, donde ya le esperaba Súlkano. Llevaba una cesta de fruta, y le ofreció algo para desayunar antes de partir. Undume parecía listo para el viaje, así que partíeron hacia el norte. Como no era de extrañar, Súlkano era un excelente jinete, pero con Undume costaba demasiado seguirle el ritmo.

El caballo conocía bien el terreno complicado, y en poco tiempo llegaron a la entrada de una cueva escondida al fondo de un sendero muy estrecho.

Súlkano se quedó junto a su caballo oscuro, y sacó un halcón. Dijo que iba a esperar cazando. -Ayla, Elenril te espera dentro. Disfruta de esta creación, y no quiero que estés nerviosa. El día de hoy es como un descanso en tu adiestramiento. Quizá te sirva para aclararte algunas cosas, quizá no. Pero creo que merece la pena conocer a Elenril un poco más.