Partida Rol por web

Turno 4

Milriel golpeó su espada, pero los murciélagos eran veloces y su espada falló una y otra vez. Uno de los murciélagos le intentó morder el estómago, pero una patada de la guerrera le alejó sin mayor daño. Milriel tenía que llevar cuidado con el equilibrio en la estrecha plataforma, y el otro animal logró morderle en el hombro. Sus afilados dientes atravesaron justo en la junta de las placas, y ella pudo sentir una punzada de dolor que le aturdió. El desagradable sonido de los dientes rozando el metal se escuchó incluso en la posición de Ragi.

Milriel era consciente de las numerosas enfermedades que portaban estas ratas, pero de momento solamente podía seguir luchando.

Turno 4: resolución

El murciélago herido^M5 entra en la torre, y el otro se prepara para cargar contra Ragi.

Turno 5

Ragi soltó la flecha esperando que el murciélago no pudiera evitarla. Desde donde estaba a penas podía ver el combate que libraba su compañera pero, desgraciadamente, si podía ver el número de alimañas que habían entrado.

Esperó que su flecha impactará y eliminará otro enemigo, pero la situación era precaria.

Turno 5: resolución

La flecha de Ragi erró, y el murciélago cargó con fuerza e impactó en el pecho del joven mordiendo sin parar. Ragi trastabilló ligeramente, lo que resultaba peligroso teniendo en cuenta su posición elevada.

En el interior de la torre, los murciélagos atacaban sin piedad a Milriel quien se encontraba aturdida por el ataque anterior. Uno le mordió el muslo, haciendo más sangre. Le mordían y mordían, y sus gritos resonaban desde la torre. Finalmente, el tercer murciélago le enganchó en la espalda, y se escuchó el golpe seco cuando Milriel se cayó al suelo. Y luego el silencio.

Turno 5: Tirada MM

Turno 6

Ragi sacó su espada dispuesto a acabar con su enemigo, temía por la vida de su compañera pero, en ese momento debía salvar la suya.

Dispuesto a bloquear el siguiente ataque se preparó con el arma para la embestida de la monstruosidad.

Turno 6: Resolución

Ragi se movió con agilidad a pesar del peligro en el que se hallaba. Mantuvo el equilibrio, y sacó su espada. Bloqueó las embestidas del murciélago, y se preparó para golpear al animal.

De reojo vio que el resto de los murciélagos seguían dentro del torreón. Ya no se escuchaban ruidos de pelea, lo que le hizo temer lo peor a Ragi.

Turno 7

"Debo acabar con él rápidamente" pensó Ragi desde su posición. Si aguantaba demasiado tiempo podrían juntarse el resto de alimañas y tendría un problema muy gordo.

Tratando de mantener su situación y no caerse el joven no daba atinado con sus ataques. Necesitaba concentrarse en atacar a la rápida y feroz bestia.

Turno 7: Resolución

Los golpes de Ragi solamente encontraron aire, pero tampoco pudo morderle la inmunda criatura al joven. La lucha seguía en lo alto de la torre en ruinas.

Turno 8

Ragi lanzó tajo tras tajo más decidido. Debía librarse lo antes posible de ese engendro para poder mandar el mensaje y, quizá, ayudar a su compañera con los murciélagos que se hallaban con ella.

No debía fallar.

Turno 8: Resolución

El murciélago reculó ante las embestidas de Ragi. Era increíblemente ágil y rápido, pero la punta de la espada le impactó en la diminuta cabeza. No pareció más que un rasguño en la cara, cerca del hocico. Pero comenzó a sangrar de forma abundante, y el animal cayó en picado tratando desesperadamente mantener el vuelo.

Luego se quedó quieto, y cayó hasta el suelo convirtiéndose en un punto en la distancia. Ragi había vencido.

Nada más terminar el combate en lo alto de la torre, Ragi miró en dirección a su compañera. Creyó ver una bota o un pie de Milriel. Pero desde su posición no pudo ver más. Vio a algunas de las horripilantes criaturas aladas caminando en el interior. Entonces, uno de los murciélagos se acercó más y en su boca llevaba un trozo de carne o de piel.

Ninguno de los murciélagos se encontraba ya cerca de Ragi, y el artilugio de los enanos estaba listo para ser operado desde la posición de Milriel. Pero allí ahora había varios enemigos alados. Era factible encender el pequeño fuego directamente en el cilindro que había subido Ragi, y mover los cristales a mano. Era difícil decisión...

Las sombras a su alrededor parecían extenderse más de lo normal, y la luz menguarse. Eran horas oscuras, sin duda.

Compungido por lo que había sucedido abajo y temiendo lo peor. Ragi decidió mandar los mensajes de manera manual. La misión era importante y, aunque bajara para ayudar a su compañera era posible que el también muriera en el proceso dejando la información sin enviar.

Una vez estuviera el trabajo realizado bajaría y trataría de salvar a Milriel, si eso era posible, aunque su vida fuera en ello.

La decisión estaba tomada. El bien de todos debía prevalecer sobre la vida de una sola persona, o de dos. Ragi desenganchó los conductos y las piezas que conectaban el cilindro con la posición de Milriel abajo, en el interior de la torre. Por suerte, había visto cua´l era el código para el mensaje. El artilugio tenía tres crsitales: uno de color rojo arriba, otro verde en medio y el tercero azul. La posición de cada una podía estar visible o no, y la señal para comenzar el ataque se había acordado como Rojo y Azul, tapando el cristal verde.

Tenía perlas de sudor en la frente, y le costaba mantener la calma. Pero logró ajustar los cristales de forma correcta. Entonces algo captó su atención. Ya antes había notado como si la luz del día menguara, aunque no había visto nubes en el cielo y era pronto aún. Pero ahora vio algo realmente aterrador e insólito. ¡Una franja negra había aparecido en el mismo Sol!

No alcanzaba comprenderlo. Era como si una sombra impenetrable fuera a devorar al Astro Rey.