Partida Rol por web

-¿Artilugio? ¿¡De qué me ....!?, comenzó Kranz refunfuñando. Pero entonces se detuvo. -¡Ah! Vosotros habéis venido a por la linterna de Ferrim, ¡claro! Ferrim hijo de Ferric ha estado preparando el presente para Lord Korrazur, cierto.

Luego se percató de la presencia de Milriel, y de sus malos modales. -Disculpen, e hizo una leve reverencia. -Estamos muy atareados con la guerra en ciernes, y con los pedidos de armas y armaduras. No damos abasto, aunque nos están ayudando también los herreros de la aldea. Efectivamente, en el fondo de la sala se pudo ver a algunos hombres trabajando en varios yunques. -Mi nombre es Kranz, y soy el portavoz de la Forja. Aunque el actual portavoz y representante sería Ferrim, pero él se ha marchado a una misión de suma importancia para la supervivencia de todos. Él estaba preparando una especie de linterna para comunicación a largas distancia, esperad...

Rápidamente el enano se acercó a una de las mesas del taller y volvió con un extraño artilugio.

No estaba completo, aunque aparentemente las piezas estaban allí. -Falta algo de montaje, y una luz de una lámpara de aceite o similar. Luego se podrá abrir y cerrar aquí arriba, y los cristales reflejarán una luz de un color diferente para mensajes complejos. Si lográis ponerlo en marcha, claro...Yo le vi haciendo pruebas a Ferrim, y debería estar operativo. Pero luego volvió a desmontarlo.

Sin más, Kranz les entregó al pesado artilugio y algunas piezas sueltas, así como un juego de cristales rectangulares de distintos colores. Luego se quedó esperando que se marcharan para permitirle seguir trabajando.

Ragi observó con curiosidad la linterna y le agradecio al enano sus servicios.

- Creo que tienen bastante trabajo por delante. - dijo a Myriel, intentando escusar la celeridad de la visita. - Ahora deberíamos partir hacia el castillo, montar este artilugio y entregar las palomas. Cuanto mejor sea la comunicación, mayores posibilidades tendremos.

Colocó con cuidado la linterna en el caballo de su acompañante y señaló el castillo mientras pensaba en como deberían montar el curioso artículo.

Las manos de Ragi manejaban con cuidado las distintas palancas y manivelas del artilugio que ahora sostenía. No había duda de la maestría de los enanos para realizar trabajos de mecánica realmente asombrosos, y al joven le apasionaban los mecanismos de las cerraduras y el funcionamiento de los diversos engranajes. Milriel y Kranz miraron sorprendidos cómo en pocos instantes fue capaz de colocar una de las lentes de color en su sitio, y después puso una especie de solapa que se abría y se cerraba con otro mecanismo desde la distancia. Ese segundo mecanismo estaba metido en una caja que no le había entregado Kranz, pero lo hizo rápidamente cuando se dio cuenta de que faltaba.

El cillindro iría al tejado de un edificio, y en su interior había unos tubos que lo recorrían para después ser introducidos en la pared atrevesándola. Luego en la caja había una serie de palancas de pequeño tamaño. En el interior de la tapa de la caja había un pequeño cuadro de símbolos y combinaciones, nueve en total. También había espejos cortados a distintos tamaños y formas. Su objetivo era sin duda aumentar la potencia de la señal. Ragi tenía confianza en que podría montar el dispositivo con las piezas que le habían entregado, y ponerlo en marcha.

Se despidieron de los enanos, y salieron de la forja.