Partida Rol por web

Sil Auressë

[9.11] Nimdraug

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21/07/2017, 15:21
Director

Notas de juego

Transcripción de la partida por mail mezclado de la crónica de la partida Runas de la Niebla:

https://runasdelaniebla.wordpress.com/2013/03/23/6...

que era desde la perspectiva de Thelran. En realidad, el encuentro en la cabaña se jugó en mesa virtual usando OpenRPG, pero luego hacía crónicas de las sesiones en el blog.

El encuentro entre Ayla y Thelran no se había producido en muchos años (de la cronología de la Partida ni tampoco de años de la vida real)

Abro esta escena para Ayla, Khôradur, Norión y Denelloth. Porque sí :)

Jugado en marzo 2013

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21/07/2017, 15:53
Director

Ayla se encontraba junto a la ventana que daba al este, en el salón de la Casa de Comercio. Un nuevo día estaba a punto de amanecer. Observaba cómo se alejaban la Dama Pelewen, Nurg, Hrom, Rashat, Anatir, Alerian, Durandar y Dywern hacia Metraith. Su destino les llevaba a Fornost para intentar desbaratar un plan complicado. Ayla tenía la sensación de que quizá debería haberles ayudado más, haber hecho más. El futuro de Arthedain estaba en sus manos, y les faltaban sus primeras espadas, sus líderes. Benaldamat se había quedado en Sil Auressë, para hablar con la joven Enila a la que Ayla había conocido como Sir, y para esperar a Thelran. Juntos ellos dos iban a partir también hacia el norte, pero por otra ruta.

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21/07/2017, 15:55
Curudae

-Ya no está en nuestras manos, Ayla, le dijo de repente una voz familiar. Su fiel senescal se quedó con ella esperando el amanecer. Sobraban las palabras, sólo podían desearles todas las bendiciones de los valar al grupo cuyo destino se había cruzado de forma extraña con el de Ayla, y con el de Sil Auressë.

Con las primeras luces del alba, vieron a Khôradur cruzar la plaza del mercado con paso decidido. Comenzaba un nuevo día, y una nueva jornada de entrenamiento de milicia. Ya no iba a estar Nurg para probar las armas que preparaban los enanos en sus forjas. Pero su capacidad de lucha iba a ser sin duda útil para aquéllos a los que acompañaba ahora.

-¿Cuándo tienes previsto partir?, preguntó de repente Curudae sin mover la vista de la ventana. Ayla no le había dicho nada de sus planes, pero con el tiempo que habían pasado juntos había desarrollado un sexto sentido para este tipo de cosas. Antes de que Ayla tuviera tiempo de responderle, algó captó la atención de ambos.

 

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21/07/2017, 16:00
Director

A su izquierda, en las colinas que protegían la parte occidental de Sil Auressë, había aparecido un hombre montado en un caballo que parecía puro nervio. El noble animal se movía de un lado a otro, como si hubiera estado galopando durante horas, mientras el jinete se agachaba para observar Sil Auressë desde las alturas. La luz del amanecer impedía distinguir más que su silueta. Entonces vieron algo aún más extraño. A la derecha del hombre, a una distancia prudencial, había un enorme lobo blanco.

Ayla vio a Khôradur poner la mano en la empuñadura de su espada, mientras miraba en su dirección esperando una orden. Ella miró de nuevo al desconocido jinete, y ya no tenía duda.

Thelran había llegado a Sil Auressë.

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21/07/2017, 16:02
[FA] Thelran hijo de Haldor

(antes...)

Montado en Ruthbeleg, Thelran se alejó del grupo y del puesto orco en busca de huellas o sendero que indicaran dónde se encontraba su base. Tomó rumbo este, dibujando un círculo hasta perder de vista al otro lado de la colina a sus compañeros. Delante, en el este, se podía ver el territorio de Creb Durga, donde murió el Señor de la Guerra. Estaba bastante lejos, y dudó de que lo usaran como base. Dio un rodeo por el sur. De forma inevitable, recordaba sucesos del pasado. Aquel ataque de los señores aliados apoyados por mercenarios, la incursión a Creb Durga, la muerte de Dagorhir, el campamento del príncipe Hallas y la oferta que le hizo en su lecho de muerte. También recordó al grupo de montaraces liderado por Amandil y cómo se incorporó por fin en los Faradrim Aran después de tantos años de viajes. La defensa de Metraith, el reencuentro con Ayla, las Quebradas de los Túmulos, la entrega de Eresselen. Muchas cosas en tan poco tiempo, pero su pensamiento se volvía al momento del juramento como Faradrim Aran.

Aquella noche le pidió el montaraz veterano que la pasara en vela, en una vigilia sagrada bajo la luz de la luna y de las estrellas, forjando su alma para una decisión que le iba a marcar para siempre. Aquella noche contempló la luna, y algo más. Volvió a verlo. Una visión. El lobo blanco.

Siempre había estado allí en los momentos claves de su vida, acompañándole en sus aventuras y viajes. Incluso salvándole de un ataque de huargos en estas tierras. Aquella noche lo volvió a ver. Nunca averiguó si era un sueño o una visión, pero de todos modos lo vio una vez más. Le dio la sensación que había acudido a despedirse. Tras años de soledad, de exilio, de distancia a la llamada de su sangre, por fin había llegado el momento de reclamar el sitio entre los suyos, en su manada. Como si el Lobo Blanco hubiera sido el pasado, un símbolo de aquello que iba a dejar atrás. Y que acudió a darle su bendición…

Thelran avanzó con más cautela en busca de huellas. Encontró un pequeño sendero dirección sudoeste, hacia las colinas de roca caliza. Y huellas de un par de trolls cargando algo hacia esa dirección. Se alejó con cuidado del sitio para no ser descubierto. Entonces notó una presencia. Había algo entre unos árboles de un bosque cercano. Se bajó del caballo con cuidado y trató de concentrarse. Cerró un segundo los ojos para oír mejor.

Abrió los ojos, ¡y tenía enfrente un lobo blanco! Le miró con cautela, listo para huir si fuera necesario. Le observó con curiosidad. Dio un paso dubitativo hacia él, y se volvió a parar. Estaba olisqueando el aire, y el montaraz tenía la sensación de que lo reconoció.

Thelran y el lobo compartieron un momento de silencio y mística comprensión. Sin tratar de entender las ramificaciones del encuentro, Thelran asumió con naturalidad que era algo que tenía que ocurrir. Viajó hacia el punto de encuentro con Aeldric que le habían indicado, y a su izquierda a unos treinta metros iba corriendo el lobo blanco. Si Thelran se destuvo, el animal hizo lo mismo. Estaba claro que tenía decidido acompañarle, aunque tampoco permitía que se acercara mucho. Curiosamente, Ruthbeleg no parecía demasiado alterado por la presencia del depredador.

Avanzó a paso tranquilo hasta llegar donde Aeldric, el guerrero elfo que estuvo en el grupo que hizo la incursión al Monte Gundabad, y también en el ataque definitivo al Señor de la Guerra. En su saludo y su forma de hablar se notaba que el tiempo le había hecho madurar. Miró de reojo al lobo, que se había quedado a una distancia prudencial. Luego le indicó cómo llegar hasta Sil Auressë. Aeldric iba a pie e iba a tardar un poco más.

Thelran cabalgó hasta llegar a una colina justo al amanecer, y a sus pies vio una aldea que había surgido de la nada en los últimos meses, con bastantes tiendas y edificios nuevos. Había una plaza de mercado, y en las colinas que había al otro lado estaban construyendo un castillo. Junto a un arroyo a su izquierda se veía el humo de una forja. En el centro de la plaza vio a un hombre de mucha estatura que le resultaba familiar desde la distancia. Estaba instruyendo a algunos jóvenes de la milicia. Cuando aquel hombre le vio montado en Ruthbeleg, y el lobo a su lado, su mano se fue rápidamente hasta el pomo de la espada pero la mantuvo envainada.

Thelran había llegado a Sil Auressë.

Notas de juego

de la crónica de "las Runas de la Niebla"

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21/07/2017, 16:11
Ayla

Ayla hizo un gesto a Khoradur para que guardara el arma, que no pasaba nada, mientras seguía mirando por la ventana al Lobo Blanco, a Nimdraug... En la cabeza tenía la pregunta de Curudae:

¿cuándo tienes previsto partir?

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21/07/2017, 16:14
Director

El hombre que le miraba a Thelran desde la plaza alejó su mano de la espada. Al rato salió otro hombre del edificio principal. Llevaba ropa de montaraz. Saludó con la mano y se dirigió al encuentro de Thelran, aunque sin apartar la vista del lobo que el recién llegado tenía a su lado. Entonces el montaraz recién llegado reconoció al hombre que le miraba antes con la mano en la empuñadura de su espada. Era Khôradur, el capitán umbareano que lideró un contingente al servicio de la Dama Finduilas en la Batalla de Metraith. A pesar de estar en bandos opuestos, causó una buena impresión y gracias a él se evitó una masacre innecesaria. Además, acompañó a Ayla en una misión después para evitar una guerra con la princesa Finduilas.

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21/07/2017, 16:15
Ayla

Sin apartar la vista de Thelran, le dijo a Curudae: -Con su llegada mi partida es inminente, en otros tiempos habría ido con el grupo hacia Arthedain, en otros tiempos habría ido junto a Thelran a combatir nuevamente, pero... Hay otra fuerza oscura en el Este que solo yo puedo combatir, y cualquiera que venga conmigo perecerá. En el antiguo Reino Élfico se librará una batalla entre el Cazador Oscuro y la Dama de la Luz, y de allí solo saldrá uno y la Balanza se inclinará hacia un lado u otro. Hay mucho en juego, y conmigo me llevo la fuerza de toda esta gente Curudae. La de Khoradur, la tuya... Todos, sin saberlo me habéis forjado también y ahora debo ir a mi encuentro. Debo luchar por la Luz como antaño.

-¿Sabes Curudae por qué elegí ser la Dama Lis fuera de Sil Auressë? No es difícil ver que la palabra Lis si la pones frente a un espejo se verá reflejada la palabra Sil. Eso es lo que soy, Luz y a ella me debo y por ella voy a combatir, para que la Luz de Sil Auressë y de todos vosotros no se extinga... Y no voy a perder esta batalla. Aún queda mucho inacabado, mucho por hacer, no podría permitirme el desaparecer... Pero no te preocupes viejo amigo de los desvaríos de una hechicera, hay cosas mucho mas importantes que debéis decidir, como quien irá a hablar ahora con el Rey Lanaigh sobre el plan acordado, ya que me ausentaré un tiempo... Piénsalo, ahora he de ir al encuentro de Thelran. Tenemos muchas cosas que hablar y hay poco tiempo... Estaré en la casa que te comenté que se debía preparar para alojar a huéspedes que no querían ser vistos.

Ayla se refería a la cabaña preparada como punto franco para los montaraces. Puso una mano en el hombro de Curudae, y abandonó la estancia mientras se dirigía a la casa para prepararla con algo de comida, bebida, por si tenía hambre y para encender un fuego y poner agua a calentar para que un baño si lo deseaba después de la conversación.

Notas de juego

Ayla: tengo pensado ofrecérsela para vivir a Thelran cuando se retire o forme familia, ya que además de que no sería raro que hubiese luz en la casa dado que estaría habitada, si alguien ve a algún "viajero" en esa casa, no sería descabellado ya que Thelran es un hombre de mundo y puede ser un amigo que lo visita, además serviría a Thelran para no desconectar nunca del cuerpo de montaraces y estar informado de lo que pasa, y quien sabe de los caminos que seguirá su hijo... Ah! Creo que acordamos que ese lugar podría ser el antiguo edificio de la Academia.

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21/07/2017, 16:21
Curudae

-Es cierto, hablamos de preparar una casa o algo para el uso de los montaraces, le dijo Curudae pensativo, -aunque no pensé que fueran a llegar tan pronto…

-No me he encontrado a menudo con Thelran, y su llegada parece que marca tu inminente partida hacia un destino peligroso. No sé cómo se lo tomará Khôradur…, dijo ensimismado. -¡Mira!  ¡Y encima el montaraz viene con un lobo blanco!, exclamó para luego tranquilizarse.

-Encargué a Denelloth la tarea de buscar una granja abandonada de las que hay por la zona que podría valer para este fin. [43] Él se centró más en encontrar una buena ubicación que en encontrar una en las mejores condiciones. La que nos recomendó es una pequeña cabaña a medio camino entre el bosque y el pueblo, al oeste. Tiene cerca el río, y está fuera de los caminos. También tiene un poco más cerca el Vado de Sarn, el punto de Arthedain más cercano. Lo que pasa es que la casa está en bastante mal estado, los albañiles y carpinteros han estado colocando contrafuertes y vigas, pero aún queda acabar el interior. De todos modos no creo que a Thelran le importe el aspecto de aquel lugar.

-Haré llamar a Denelloth para que le acompañe a los establos y luego hasta la casa. Mientras tanto le pido a Ionell que prepare algo para que te lo lleves hasta allí por si quiere  comer. Lo del baño está más complicado en este momento, aunque hay un estanque que se llena de con agua de lluvia o con cubos desde el río.

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21/07/2017, 16:24
Khôradur

Ayla salió fuera, y Khôradur siguió de pie en la plaza, mirando a Thelran, y a Denelloth quien se dirigía a su encuentro en lo alto de la colina. -Le recuerdo de Metraith, dijo cuando Ayla se puso a su lado. -Es de esas personas que tiende a aparecer siempre cuando se avecina una tormenta.

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21/07/2017, 16:26
Denelloth

El montaraz de la aldea alcanzó a Thelran en lo alto de la colina. Se presentó como Denelloth, al servicio de la Dama de Sil Auressë. Parte de su cara estaba desfigurada por el fuego, y al parecer le faltaba algún dedo. A pesar de su juventud, dio la impresión de haber vivido bastante. Le habían informado de la identidad de Thelran, y dijo saber quién era, ya que compartió misiones con Khelroc, un amigo de Thelran quien habló de él en muchas ocasiones. -La Dama te espera en el Refugio de los montaraces, le dijo y se ofreció acompañarle hasta allí.

Por el camino Denelloth contaba cómo en Sil Auressë había planes de preparar un refugio para los montaraces de Arthedain por si tenían alguna misión por Cardolan y querían evitar las patrullas del principado de Girithlin, que estaba a pocas millas al sur.

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21/07/2017, 16:29
Director

Anteriormente, en la aldea Khôradur había acompañado de noche a Ayla en dirección a la casa que se había estado preparando para el uso de los montaraces. El camino seguía primero el curso del río, pero luego había que subir por un sendero que serpenteaba hacia arriba, donde había varios árboles que prácticamente tapaban la cabaña.

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07/08/2017, 21:43
Khôradur

-De momento se ha arreglado un poco, y el grupo de cazadores liderados por Denelloth pasan por aquí, dejan sus trampas y otras cosas. Queda trabajo por delante, pero ya no gotea y se puede dormir.

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07/08/2017, 21:45
Director

La cabaña en sí tenía una extensión de unos veinte metros cuadrados, pero había un altillo para guardar cosas, y los restos de un pequeño almacén adjunto que se podía convertir en un establo. Dentro había una mesa un banco a cada lado hecho de un tronco de madera. Había un cazo y otros utensilios de cocina. Ayla encendió el fuego en la chimenea, mientras Khôradur inspeccionaba el lugar con atención.

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07/08/2017, 21:46
Khôradur

Finalmente Khôradur dio su visto bueno, y se despidió de Ayla entendiendo que ella y Thelran tenían cosas que tratar a solas. Pero antes de irse, le enseñó unos botes que había junto a la chimenea. -Si echas el contenido al fuego, el humo cambia de color. Nos los enseñó Denelloth. Desde Sil Auressë se ve el humo, y si es de color rojo de este bote, sabremos que necesitáis ayuda aquí.

A continuación se fue, dejándole sola esperando a que llegara Thelran.

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07/08/2017, 21:48
Ayla

Ya en la casa, Ayla encendió el fuego, cogió una vela o candil. Se sentó a la mesa y se puso a leer el libro de símbolos mágicos mientras esperaba a Thelran.

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07/08/2017, 21:49
Director

Ayla se quedó leyendo el libro mientras esperaba a Thelran, pero sus pensamientos estaban en otras cosas. En el extraño destino que unía a tantas personas en una extraña red de sucesos paralelos. Por un lado, Thelran había entrado con Raistlin, Gynn y Marach en Caras Amrath (“la Ciudad del Destino”), liberando sin querer a un ente poderoso que más tarde Ayla supo que era Goth Kuldokar, el Señor de los Dragones. De aquel grupo sólo Thelran y Raistlin seguían con vida.

Por otro lado, Ayla, Laurëfin y Baldakur habían entrado en un templo oscuro ancestral en los Páramos del Norte. Aquello propició una serie de movimientos de poder que terminaron con los tres viviendo una experiencia, o en caso de Ayla, reviviendo una vida del pasado. Baldakur no sobrevivió a aquello, al menos no como le conoció Ayla. En ese viaje ella se encontró con un anillo de gran poder, Hilde Sikelion, que estaba directamente relacionado con Zelene y el Señor de los Dragones al que liberó Thelran. Y en medio de todos estos giros, siempre aparecía el Demiurgo Huinen. El Vidente medio loco parecía ser el que tenía todas las claves, aunque últimamente podía haber perdido el control de los acontecimientos. O quizá no podía influir, y era un mero espectador.

Sucesos aleatorios creando destinos convergentes. Vidas paralelas… En realidad, Thelran y Ayla apenas habían coincidido en sus viajes, pero al mismo tiempo los eventos que habían sucedido en el mundo habían unido sus destinos a los de Cardolan, Arthedain, el Ángulo, Curudae, Khôradur, Huinen, Zelene… Sin ser consciente de ello, Thelran había sido el impulsor de muchas de las cosas que habían forjado la vida de los que le rodeaban a Ayla. Y la de ella también.

En una ocasión, Huinen le preguntó a Ayla por él, y por los demás que entraron en Caras Amrath. Lo estaba buscando para entender mejor el misterio de Zelene, y de Hilde Sikelion… Como si de un titiritero se tratara, el Vidente de Ceber Fanuin había metido a más y más gente en el macabro juego para ver hasta dónde podía seguir girando la rueda que se puso en movimiento en Caras Amrath y en el Templo.

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07/08/2017, 21:54
Denelloth

Denelloth y Thelran llegaron a una casa, abandonada y hasta hace poco en ruinas, pero se notaba que habían estado arreglandola con la ayuda de albañiles y carpinteros profesionales. -Están construyendo un castillo aquí cerca, así que arreglar una de las cabañas abandonadas no será difícil. De momento la usamos para guardar las cosas de los cazadores, que es a lo que me dedico aquí.

A continuación, Denelloth se despidió indicando que la Dama le esperaba dentro.

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07/08/2017, 21:56
Director

Thelran notó que había un fuego encendido, y parecía que había alguien dentro. Entró con cuidado, y en la penumbra vio a una vieja conocida. Ayla estaba sentada junto a la mesa donde también había comida para dos. Estaba leyendo un libro. Su belleza no había cambiado desde la última vez que se vieron, pero curiosamente lo que le venía a la cabeza a Thelran dentro de aquella cabaña era otra cabaña. Otra mujer. Otra noche… Aquellos momentos que compartió con Morwen en la cabaña de Herumor.

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07/08/2017, 21:57
Director

El ruido de unos pasos le sacó de sus pensamientos algo turbios a Ayla, y levantó la vista. Thelran acababa de entrar en la cabaña. El la miraba con una sonrisa cariñosa. Ella le vio seguro de sí mismo, como solía ser habitual en él. Pero también algo más… Él la miraba como lo hacía por ejemplo Curudae. Fijamente, pero penetrando con su mirada más allá de su belleza. Como si no le afectara, o como si las cosas más bellas que podía tener delante simplemente le recordaran a alguien ausente pero que tenía en su corazón.