Partida Rol por web

Con aquella conexión instintiva que se creaba en una amistad Yvaine giró la cabeza hacia Altair con las cejas arqueadas en una pregunta muda que se vio respondida al encontrar los ojos de ella. Asintió con la cabeza, sonriendo un poco más animada después de apocionalipsis.
Se dobló las mangas de la túnica.

-Venga, no va a ser peor que en pociones-le animó preparándose para lo peor. El hechizo le golpeó en la tripa y desde ahí un temblor le recorrió hasta los dedos de los pies haciéndole reír descontroladamente, tan descontroladamente que se abrazó la tripa y se agachó tanto que casi se sentó en el mismo suelo hasta que el profesor Westerberg ayudó a Altair a ponerle fin.

-¡UF!, jolines, me venía bien reírme pero empezaba a agobiarme-se enderezó con la respiración alterada y se tomó un rato para poder reaccionar-¿preparada?-aguardó a que Altair le diese la confirmación e Yvaine garabateó en el aire con su varita -Rictusempra-por favor no hagas explotar a Altair, por favor no la hagas explotar. El haz de luz que salió de su varita impactó en su amiga que en seguida "probó" su propia medicina. Mantuvo el hechizo durante unos pocos segundos y, después, hizo lo propio para detenerlo.-¿Sigues entera?

La clase estaba siendo bastante entretenida, el profesor parecía querer de verdad que el suyo fuera un aprendizaje práctico, les explicó sobre la asignatura y cuando una chica de Ravenclaw preguntó que eran las maldiciones imperdonables, pese a que era algo más avanzado que lo que les tocaba el profesor se lo explicó igualmente, una clase muy interesante

Después los puso por parejas y Andy se enfrentó a Liam al que ya conocía por ser compañeros en la clase de Herbología, Liam fué primero y lanzó un hechizo bastante fuerte que dejo a Andy con cosquilas un buen rato, luego le tocó el turno, Andy pronunció muy serio el hechizo - RICTUSEMPRA!! - no fué tan potente como el de su compañero, pero al menos si lo dejó incapacitado un buen rato

El Profesor Westerberg no perdía detalle de los alumnos y de cómo realizaban el Encantamiento de cosquillas - Muy bien chicos, seguid así. Recordad el movimiento para que salga bien el hechizo. Cuando alguno recibía el impacto del encantamiento, Melker dejaba que los efectos duraran unos segundos y acto seguido realizaba el contrahechizo

- ¡Finite! dijo la primera vez mirando a la señorita Edevane para así contestar a su pregunta.

Al decir "Finite", el efecto del hechizo desapareció e Ivy pudo por fin levantarse.

-¿Estás bien? -le pregunté.

Ella asintió. No había sido demasiado grave. Después llegó mi turno.

¿Preparada?

El hechizo me llegó de repente (el primero que me habían hecho) y no podía parar de reírme. Menos mal que tras unos segundos, lo detuvo.

-¿Sigues entera?

-Sí, tranquila, pero no me gusta nada este hechizo. Me duele la barriga. 

Cuando llegue la clase no había empezado pero algunas mesas ya estaban ocupadas por varias personas, me senté cerca de Victoria, aun no conocía a mucha gente y pensaba que era mejor ponerse cerca de una amiga.

El profesor tenía un aspecto distinto a los demás, pues no parecía una persona mayor, no aparentaba mediana edad por lo que parecía más bien joven, su pelo y barba rubios le hacía parecer incluso más joven de lo que ya aparentaba pero aun así su porte imponía de forma intimidatoria, mi idea sobre él cambio cuando empezó hablar, con voz cálida y tranquila que invitaba a atender sus palabras.

Lo que contaba era entretenido, nos habló sobre la clase en cuestión y sobre los magos tenebrosos, a donde iban cuando no respetaban las leyes del mundo mágico y las maldiciones prohibidas que solían usar, también explico que un mago se identifica por su alma blanca o negra ya que el duelo con un mago oscuro nublaba la mente de los magos respetables y en esos momentos de presión donde se conocía la verdadera esencia de uno mismo.

Comento que no solo los hechizos servían para hacer daño, también servían para defenderse y contraatacar, que pena que papa no llegase a ser auror seguro que me habría enseñado más cosas sobre esta clase.

Al final el profesor retiro todos los pupitres de la sala para que pudiéramos practicar el hechizo que nos quería enseñar.

Rictusempra, explico que era un hechizo que hacia cosquillas al oponente, gracias a eso tenías unos minutos más para pensar en otro hechizo o escapar si fuera necesario.

Procure ponerme con Victoria para practicar.

Primero pronuncie lentamente la palabra para que saliera claro de mi boca, si me confundía con el hechizo podría ser fatal el resultado.

Segundo, moví la varita imitando el movimiento que había enseñado el profesor, cuando ya lo tuve dominando decidí que era hora de ponerlo en práctica.

-Rictusempra-dije claramente e hice el movimiento con mi varita.

El profesor respondió a la pregunta de Victoria y explicó lo que eran las maldiciones imperdonables a pesar de que no era parte del programa de primero, se veía que era un hombre amable y que le gustaba su trabajo.

Después les explicó que su clase sería principalmente práctica y aquello hizo que todos se entusiasmaran notablemente, les explicó que en esa clase aprenderían el hechizo Rictusempra que provocaba cosquillas al oponente ¡que divertido! Victoria tomó nota mental de cada movimiento que hizo el profesor y pronunció en voz baja varias veces el hechizo para asegurarse de hacerlo bien. el profesor dijo que se pusieran en parejas, y antes de darse cuenta ya tenia a Lenia a su lado, ¡genial! ¿quién mejor para pasar un rato de risas que una amiga? Solo esperaba poder hacerlo bien y no dañar a su compañera.

Lenia fue la primera en lanzar el hechizo y lo hizo muy bien, tanto que Victoria calló de rodillas "muerta de risa" hasta que el profesor por fin paró sus efectos. La niña se puso en pie secándose las lágrimas de tanto reir, suspiró y se preparó, era su turno. Se puso muy seria, repasando los movimientos que había visto en el profesor y recordando cada silaba de la palabra mágica.

- ¡Rictusempra! - Lenia comenzó a reir y Victoria tambien emocionada por haberlo conseguido.

Xabier se había mantenido alejado de todo el mundo el maximo tiempo posible en las clases. Aunque a veces se le hacía imposible cuando tenían que hacer grupos o se quedaban sin sitio. No era nada personal, simplemente prefería estar solo para evitar que nadie le dijese nada sobre él. Aun con todo, las obsesión por intentar caer bien a todo el mundo era mas fuertes que las ganas de estar solo por lo que cuando Daniel le preguntó si quería ser su pareja acepto.

- Vale- Dijo escuetamente mientras se bajaba de la silla.

Los dos eligieron un sitio apartado de la clase para que el profesor le costara vernos. Era imposible encontrar un punto ciego pero cuanto mas tiempo pasara hasta que se percatara de ellos sería mejor. Se habían situado a una distancia seguro el uno enfrente del otro. Así que, temblando, Xabier cogió la varita y apuntó a su compañero - Rictusempra - Dijo acompañándolo del giro de  muñeca tal y como lo indicaba el 

-Excelente- dije mientras me carcajeaba en el suelo – Eres muy bueno.

El hechizo me había sacado unas buenas cosquillas y mejorado el ánimo, además Xavier no se había equivocado y nada malo había ocurrido, así que ahora era mi turno.

Tome la varita con firmeza e imitando a mi compañero  recite el conjuro-Rictusempra –mencione mientras pensaba en las mejores cosas, algodones de azúcar, el viaje a Disneylandia, las tardes de béisbol con mi padre, el beso de buenas noches de mamá, todo lo positivo y alegre que pudiera influir para hacerlo lo más divertido posible.

Como de costumbre, Aedan llegó bastante justo a la clase de DCAO. Yendo desde el tercer piso (puesto que se había perdido de nuevo) hasta la clase gracias a algunas indicaciones de otros alumnos. Una vez entró en clase se sentó en el primer sitio que vio libre, y después de eso esperó el comienzo de la clase.

Estaba bastante cansado y agotado por la carrera que se había pegado, así que simplemente sacó un pergamino y se puso a copiar apuntes para luego, no tenía muchas ganas de hacer ninguna pregunta,  y eso que estaban comentando un montón de cosas que él desconocía.

Hechizos imperdonables, maldiciones, duelos, batallas. Parecía que el mundo mágico no era tan distinto del mundo real, como creía Aedan, seguro que allí también habían tenido unas cuantas guerras, y con eso de la magia tenían que haber sido bastante devastadoras.

Cuando llego el turno de buscar un compañero, inconscientemente Aedan echó un vistazo por la clase, encontrando a Xabier en uno de los asientos cercanos. Se acercó a él y le dio un golpecito con la mano en la espalda, a modo de aviso.

-Ey Xabier ¿Podrías ser mi compañero? Vamos a echarnos unas risas va- comentó con una sonrisa en el rostro. La verdad es que el hechizo en cuestión le parecía bastante interesante ¿Serías cosquillas en la barriga, en los sobacos? ¿Donde? ¿O sería más bien donde apuntaras tú? Aedan tenía ganas de averiguarlo.

En cuanto Artemis se acercó a mi, oculté mi molestia con el tema y aunque no sonreí, hablé cordialmente: Me gustaría, si te parece bien que lo hagamos juntos, ¿Vamos?

Cogí del brazo a Artemis y le llevé hacia un lado donde no pudiéramos molestar a los demás, saqué a mi varita y le respondí: Te presento a Aqua Luna, mi compañera.- dije tímidamente esta última parte.- Bueno... ¿Estás preparado, Artemis? Ya que si no te importa comienzo yo.

Esperé a que me contestara o realizara algún gesto que me diera permiso, respiré hondo y agarré firmemente la varita, no quería que me saliera mal y poder hacer daño a mi compañero. No era la primera vez que practicaba un hechizo, así que mentalmente visualicé como debía moverme tanto mis manos como mi boca en el momento de pronunciar, en cuanto tuve la visualización clara, abrí los ojos, apunté a Artemis y pronuncié claramente: ¡Rictusempra!

Se sentía aterrado ante la idea de que su compañero le lanzase un hechizo. Se suponía que el profesor les había pedido que hiciera un hechizo que lanzase cosquillas pero no paraba de pensar en aquella "arma secreta" que había mencionado la noche anterior. ¿Como sabía que no lo iba a utilizar contra el? Aquella idea le aterraba y cada segundo que pasaba se iba alejando más y más hasta que finalmente sucedió.

Por primera vez desde que había llegado a Hogwarts le habían entrado ganas de reir al joven muchacho. Sentía una energía que le tocaba por toda partes sin saber muy bien de que parte venía y a que parte iría. Esa ignorancia le ponía nervioso, pero al que contrario que otras veces, estallaba en carcajadas. Fue cuando el cosquilleo paró cuando se dio cuenta de que era el hechizo que le había lanzado Daniel lo que le había provocado ese arrebato de risa.

- Ha estado bien - Dijo sinceramente el joven. - ¿Lo probamos otra vez?

Justo en esas, su compañero de casa que se había sentado con él antes se le acercó para preguntar si podía ser su pareja. Cuando los nervios volvieron - Lo siento... Pero... Ya hemos hecho los hechizos - Dijo apesadumbrado - Lo siento -

-Enserio, te ha parecido eso- dije alegremente – puse todo mi empeño en pensar en cosas felices, claro cuantas veces quieras podemos practicarlo- seguía animado de que el hechizo hubiera funcionado.

-Perdón te lo he ganado- dije abrazando a Xavier con cariño – y tranquilo no tienes que disculparte Xavier, solo he sido un poco mas rápido que el para pedirte ser mi compañero, así que ha sido todo culpa mía- observe a Aedan con una mirada sincera y esperando que el aceptara mis disculpas.

Me alegró mucho que Anastasia aceptara trabajar conmigo, por lo que no dudé en dejarla lanzar el hechizo primero.

En cuanto el conjuro de Anastasia me impacto no pude contener una pequeña carcajada, pues yo de por sí ya era un tanto cosquilludo, gracias a Merlín, el efecto del conjuro no duro mucho.

Luego llegó mi turno.

Creo que me toca. - digo mientras me paro frente a Anastasia y apunto mi varita hacia ella. - Rictusempra.

Me costó bastante lograr el conjuro, muy probablemente porque mi brazo aún estaba entumecido por las cosquillas.

Llegó justo a tiempo para ver como Xabier se meaba de la risa durante un momento. Parecía ser que ya había encontrado pareja antes que él.. Aedan sonrió y asintió a ambos ante la disculpa, no había problema, aunque esperaba que todavía quedara alguien libre para poder realizar el hechizo.

-No pasa nada, tranquilos, otra vez será- se dio media vuelta y empezó a buscar por el resto de la clase.

Se dio una vuelta por toda la clase esperando encontrar algún compañero libre. Todos parecían ya emparejados y no sabía a quien preguntarle. Se rascó la nuca y se quedó en medio de la clase durante un rato, preguntando a otro par de personas que había por allí cerca, al decirles estas que ya habían realizado el ejercicio se dio la vuelta y volvió a buscar.

-¿Alguien libre para hacer el ejercicio? Aun no tengo pareja- esperó en medio de la clase tranquilamente. Si al cabo de un rato no encontraba a nadie tendría que decirselo al profesor.

El Profesor Westerberg se paseaba por la clase observando a los alumnos y realizando el contrahechizo "Finite" cuando alguno recibía el "Rictusempra" - Muy bien chicos, veo que estáis entendiendo el hechizo. Las parejas que vayáis terminando, podéis ir recogiendo vuestras cosas e ir saliendo. Se le había ido bastante el tiempo con todas las preguntas del principio y no quería que llegaran tarde a la siguiente clase por su culpa. - Para la próxima clase echarle un vistazo al conjuro Flipendo que podréis encontrar en el libro de "Las fuerzas oscuras. Una guía para la autoprotección."

La siguiente clase es Defensa contra las Artes Oscuras. El profesor, a pesar de todas las cicatrices, no parece, ni de lejos, el más amenazante de los profesores que han conocido hasta el momento. Aunque su clase si que parece de las más peligrosas, por supuesto. Y es que todo el tema de atacar y ser atacados no le gusta demasiado. Como muchos, preferiría vivir en paz y sin problema alguno. Y lo de los hechizos imperdonables... Solo de pensar en ellos un escalofrío le recorre la espalda. 

De pronto, tras las explicaciones, se tienen que poner en parejas. Mira a su alrededor para encontrar a alguien con quien ponerse. Se ofrece como sparring para quien esté libre.

-¿Alguien libre?

Ese profesor molaba, las cosas como son. Tenía un hurón en el hombro y parecía saber lo que se hacía, por lo que Giles lo apuntó en las cosas que molaban que quería tener de mayor, un hurón y una pose "guay". ¿Tal vez el pelo largo? Puede, si se lo recogía en pociones le darían puntos, como a esa chica. Tendría que pensarlo. 

Mantuvo el silencio escuchando todo lo que se decía en esa clase y cuando mencionó lo de las parejas se puso algo nervioso, pues aún no había hecho muchas migas con nadie y necesitaba un compañero, pero había un chico de gryffindor que no dudó en preguntar.

-Yo me pondré contigo, soy Giles de Redwood -se presentó a Aedan Fletcher mientras sacaba la varita para practicar el hechizo- allá voy, ¿preparado?. Rictusempra -dijo mientras imitaba el movimiento en mayor o menor medida en el momento en que su compañero le daba el visto bueno- ¿estás bien? Puedes probar tú cuando quieras.

Tras probar el hechizo un par de veces más con Ivy, recogimos nuestras cosas para salir de clase. Antes de eso, apunté corriendo la tarea que me había dejado: mirar conjuro Flipendo.

-Offf. Otro hechizo. Creo que se me va acumulando el trabajo- le dije a Ivy mientras cruzábamos la puerta.

-La clase ha sido divertida. Me encanta hacer hechizos -le comenté -. Me gusta buscar información y todo eso, pero esto es más chulo, ¿verdad?

Mientras caminaba, no dejaba de pensar en que cada día me gustaba más estar allí.

--- Yo iré contigo Tabby- digo a mi compañera de casa colocandome junto a ella- tampoco tengo pareja...

Al entrar habia visto las numerosas cicatrices del profesor, cosa que hizo que me sintiera inquieto,ya que parecia un hombre extremadamente serio pero despues habia demostrado ser todo lo contrario haciendo la clase bastante amena, al parecer iban a practicar muchos hechizos así que no le extrañó en a primera clase, como encantamientos, se pusieran ya a practicar despues de una breve introducción.

---Estoy listo ¿vale?- digo levantando la varita - ¡rictusempra!