Partida Rol por web

El caldero de Ivy no tardó en empezar a deshacerse. No sabía lo que le había echado pero la mezcla resultó tan corrosiva como el ácido, y para colmo de males, un fantasma empezó a dar vueltas por encima nuestra, molestando.

-¿vosotros estáis bien? ¿solo ha muerto mi caldero?

Sí, sí, yo estoy bien, pero creo que tu caldero ha muerto -le dije, ahogando una pequeña risa -. Parece un queso de gruyere.

Lo importante es que tu estes bien, siempre se puede pedir otro cadero al callejón Diagon, es más, si gustas te presto mi lechuza para que hagas el pedido. - le respondo a Yvy.

Bueno voy a volver a mi sitio, traten de no pisarla, no vayan a resbalar. - añado con tranquilidad mientras me dispongo a volver a mi lugar.

El profesor les pidió que realizaran una redacción para la próxima clase sobre las diferencias entre un ungüento y cualquier otro tipo de poción: esencia, elixir, solución o filtro. Ella lo anoto todo y se preparó para la segunda parte de la clase: preparar un ungüento para alisar el cabello, 

Victoria siguió paso a paso las instrucciones para preparar el ungüento muy concentrada y compartiendo impresiones y suposiciones con Lenia y Edward que eran los que mas cerca se encontraban.

Cuando terminó miró su poción muy satisfecha, realmente parecía que estaba bastante bien!

La asignatura de pociones me parecía de lo mas interesante, puede que fuese la clave para curar a mi madre, aunque solo podría descubrirlo trabajando muy duro, la verdad es que había leído algún libro que otro que me había dejado mi padre sobre pociones, así que esperaba que no se me diera mal el primer día.

El profesor Ashworth apareció de repente en la clase carraspeando, nadie se había percatado, por lo que cuando se oyó el carraspeo y se le vio, el silencio cayó sobre el aula, se presentó y comenzó explicando qué veríamos en su clase y siguió con unas cuantas preguntas para probarnos.

¿Y quién sabría decirme uno de los ingredientes fundamentales de la mayoría de antídotos?

- ¿Diferentes tipos de bayas?- aventuré a decir, no sabía si tendría razón.

En ese momento nos comentó que casi cualquier respuesta valdría, pues son muchos los elementos que son necesarios para que una poción funcionase. Así que procedió a la siguiente pregunta.

¿qué es una poción?

Esta pregunta parecía más difícil, pues en teoría se sabía lo que era una poción, pero ¿cómo lo explicabas bien? Aún así lo intenté.

- Las pociones son mezclas mágicas que se preparan comúnmente en un caldero y son usadas para crear diversos efectos en el bebedor. Pueden tener usos medicinales, puede ser una poción letal, o simplemente puede dar a la persona que bebe cualidades diferentes.

Más tarde nos mandó un trabajo para la próxima clase, quería que explicáramos qué diferenciaba un ungüento de los demás tipos de pociones. Lo apunté y me centré en la clase. Ahora nos había mandado hacer nuestra primera poción.

Me puse manos a la obra, quería probarme a mí mismo haciendo pociones.

Cuando ya creía que tenía todos los ingredientes sobre la mesa, empecé a preparar la poción. Una vez terminada, procedí a dar vueltas a la mezcla, y, al mirar al suelo un momento, vi un ingrediente que creía haber echado.

No me digas eso...

El profesor les había dado la tarea de preparar un alisador de cabello. Era extraño pues nunca había tenido que hacer una poción de ese tipo, la mayoría de pociones eran para tratar problemas graves ya que si quería loción para el pelo, cosa que nunca había ocurrido porque le gustaba su pelo tal y como esta, siempre podía usar el de su padre. Era algo nuevo y como todo lo nuevo le aterraba, pero no tenía otra opción así que se puso manos a la obra esperando que no le saliera mal.

Aquella parte de la clase se estaba haciendo mas rápida porque no se estaba entreteniendo, sabía mas o menos como hacer cada parte de la poción porque lo había practicado con su madre o se lo había visto hacer. Si no se sabía algo, simplemente echaba un vistazo al libro y este se lo explicaba con sencillos pasos. Se estaba concentrando cada vez más salvo por un incidente con el poltergeist. Nunca antes había visto un fantasma a pesar de que sabía de su existencia, pero si no se sorprendió era porque estaba demasiado entregado a la poción.

Durante el proceso de fabricación, su caldero no había hecho cosas raras. Todo iba según lo estipulado en el manual y eso le causaba en Xabier una sensación de tranquilidad. El hecho de saber que tenía el control le hacía preocuparse menos. Por eso, cuando acabó, se sintió orgulloso de si mismo por haber prestado atención a su madre cuando se lo pedía. E incluso se tomo la libertad de llenar un par de frascos  de esa loción por si alguna vez tenía la necesidad de usarlo.

La siguiente clase del día no es que sea tampoco fácil y no es que la haya practicado nunca. Bueno, en casa ha intentado guarrear haciendo mezclas y esas cosas, pero con ingredientes normales y corrientes y de los que se pueden comer. Que, seguramente, no se puede comprar con lo que harán ahí, pero nunca se sabe. De todas formas, el profesor se presenta y comienza a preguntar inmediatamente. Aun sabiendo que ha leído las respuestas, se siente un poco cohibida porque todos parecen contestar mucho más rápido y mejor que ella y prefiere no responder, pero si toma notas para poder hacer el trabajo luego. 

Se recoge el cabello siguiendo el ejemplo de la chica de Slytherin para estar cómoda. Se dispone a preparar el ungüento para dejar el cabello espléndido y suave. Abre el libro por la página indicada y comienza a seguir los pasos de la preparación. Está tan concentrada que no se da cuenta de lo que pasa alrededor y tampoco ve otra vez al fantasma travieso. 

La cosa va tomando forma y parece que hasta huele bien y tiene buena pinta. ¿Lo habrá conseguido? Espera que sí porque su primer día de clase no está siendo genial.

Anastasia había llegado a la clase un poco tarde ya que se había perdido por el camino pero llegó con el suficiente tiempo antes de que el profesor comenzara. Se sentó en el primer asiento que encontró y comenzó la clase.

El profesor parecía bastante atento al respecto de la enseñanza, así que intentó ir tomando apunte de lo que iba diciendo, aunque su conocimiento era algo amplio pero en esta asignatura era mucho más que teoría y esa parte si le preocupaba ya que había visto preparar cientos de pociones pero ninguna la había hecho ella.

- En cuestión a su pregunta, hay muchos tipos de ingredientes, desde de seres vivos o muertos, como plantas, inciensos etc. 

Cuando tocó la parte de realizar la práctica comencé a realizar los pasos muy meticulosamente hasta que llegó Peeves, el último que quería ver en ese momento ya que cuando hizo la travesura con Yvaine yo estaba lo suficiente cerca como para que también me afectara y echara todo el moco de babosa de golpe, cosa que justamente dijo el profesor que no hiciéramos e hiciera un estropicio con la receta, ya que al parecer no podía realizar nada para solucionarlo así que fuí hasta Yvaine y le pregunté:

- ¿Seguro estás bien? - dijo mientras le entregaba un pañuelo que tenía en el bolsillo.- Por suerte siempre llevo conmigo.- dijo con una sonrisa.

Un olor horrible llenó la clase y al parecer fue tan asqueroso que un pequeño fantasma apareció a dar quejas. Me imagino que le debió molestar mucho lo ocurrido que empezó a sarandear a la pobre Yvaine, ella gritaba mientras ese pequeñín la agarraba de las trensas. 

La escena era bastante cómica y estaba reirme cuando empecé a sentir calor, bastante calor y el olor asqueroso fue reemplazo por uno a quemado. Llevé mi mano a mi sombrero y me di cuenta que que se quemaba. ¡Ay! Me lo quité lo más rápido que pude y lo golpée contra la mesa para apagarlo. Eso me pasa por querer reirme. Pensé arrepentido al ver a mi pobre sombrero con un pequeño agujero en su parte delantera. 

Ese pequeño agujero no me habría preocupado para nada, pero la profesora de encantamientos exigía que tuvieramos el uniforme impecable en sus clases y en las condiciones que había quedado mi sombrero de seguro no me dejaba entrar. -¿Alguno sabe arreglar sombreros? Pregunté con preocupación a nadie en concreto, si tenía suerte alguno de mis compañeros tendría alguna idea. 

No pero de seguro hay un hechizo para eso, creo que se llama reparo y viene en nuestro guía, voy a echarle un ojo y luego te busco, con algo de suerte y lo podemos dejar como nuevo. - le contesto a Edward con tranquilidad.

Raven observa el aula, era bastante lúgubre en general y olía realmente fuerte, un olor que resultaba desagradable no porque oliese mal, sino porque eran muchos olores al mismo tiempo. A las palabras del profesor va asintiendo según escucha lo que dice. De nuevo el profesor lanzo una pregunta que por supuesto no sabía responder, y no lo intento pero si presto atención a lo que tenían que hacer, con cuidado empieza a seguir los pasos del profesor mientras susurra:

No se… a lo mejor con un alisador es más fácil ¿no?

Se preguntaba mientras se ponía manos a la obra con la poción y pensaban en qué hacer con el trabajo que había mandado, sin duda lo miraría en el libro porque realmente no sabía muy bien cuál era la diferencia

Por fin la clase de pociones. Era la mejor asignatura del mundo. A Kayla le encantaba saber sobre los filtros que salían en la revista corazón de Bruja, pero no aquellos de amor, sino más bien del tipo veritaserum, la agudizadora de ingenio e incluso la envejecedora... Se podían hacer muchas cosas mezclando los ingredientes adecuados y esa clase le enseñarían los conocimientos adecuados para poder ampliar su lista de pociones conocidas.

El profesor Ashworth era además bastante amable, decía lo justo y necesario para que aprendieran, no como otros que hablaban sin parar para, finalmente, decir nada y menos. Los conceptos básicos estaban en la página 7 y la pelirroja después de abrir el manual comenzó a atender al profesor y seguir su libro, hasta que llegaron las preguntas características de todas las clases

¿Alguien sabría decirme alguno de los elementos más comunes usado en pociones? ¿Y quién sabría decirme uno de los ingredientes fundamentales de la mayoría de antídotos?

Kayla se quedó con cara de ¿hay elementos comunes en las pociones?..., ¿qué demonios se usa en los antídotos?... Por más que buscaba en su libro, no encontraba las respuestas. Sin duda iba a tener que estudiar a fondo para poder obtener buenas calificaciones. Una lástima estar sumida en la ignorancia.

»Para la próxima clase me gustaría que me escribieseis una breve redacción enumerando las diferencias entre un ungüento y cualquier otro tipo de poción que ya hemos mencionado: esencia, elixir, solución o filtro. Lo dejo a vuestra elección. Con una carilla de un pergamino será suficiente**

Kayla comenzó a realizar su redacción, según la muchacha un ungüento era algo que podía respirarse, como la crema mentolada que su madre le ponía en el pecho cuando se resfriaba. Un elixir era una bebida que hacía crecer el pelo de manera grotesca. Una solución era sencillo, una bebida que resolvía problemas. Un filtro era un líquido al que se le quitaban las cosas que flotaban porque se filtraba.

No estaba muy segura de las respuestas pero tampoco es que las hubiera hecho tan mal...¿no?... lo único que por más que pensaba no llegaba su ingenio a terminar de entregar una carilla de información. Con lo que le gustaban las pociones y lo mal que se le estaba dando....

Ahora llegó el turno de hacer la poción alisadora. En la página 138 estaban todos los datos para tener éxito.

- Piel de babosa, escarabajo triturado...y esencia de mandrágora.... - la niña se había equivocado de poción, leyendo los ingredientes de la página 138 en vez de la página 135. Obteniendo un resultado burbujeante de color azul. Nada había explotado por suerte, pero no era para nada lo que el profesor solicitó. Cuando Kayla se diera cuenta de su error iba a odiarse a sí misma por su falta de atención.

Le encantaba la asignatura, pero se percató de que quizás ella fuera un inútil para sacarla con éxito, su autoestima estaba bajando a niveles desorbitados desde que entró en Hogwarts y comprobase que daba igual cuanto te esforzaras por hacer las cosas, al final o valías o no para determinadas asignaturas, y sus aptitudes no eran las mejores.

El caldero de Yvy había explotado y había hecho un agujero en el sombrero de Edward que preguntó si alguien sabía arreglarlo. Artemis afirmaba que existía un hechizo llamado Reparo con el que se podía.

- No te preocupes Edward, seguro que tiene solución, si necesitais ayuda con la investigación decidme, ya verás como entre todos lo conseguimos.

Ella no conocía el hechizo pero se le daba bien encontrar información en la biblioteca y si podía ayudarles estaba dispuesta.

Las palabras de Artemis y Victoria me alegraron, de seguro entre los tres podríamos arreglar el sombrero y así la profesora  de encantamientos no tendría excusa para bajarle puntos a mi casa o no dejarme entrar a su clase. 

-¿En serio? Wow les agradezco mucho. ¿Qué les parece si nos vemos después de clases para intentarlo? Les propuse emocionado, arreglar el sombrero quizás podría ser mi primera pequeña aventura en la escuela y me alegraba tener quien me acompañara para ella. 

-¿Dónde les gustaría reunirse? La biblioteca podría ser un buen lugar para empezar y así también buscamos lo del deber de Historia de la Magia y los de los ungüentos. Así estaríamos matando tres pájaros de un tiro y hacer los deberes no sería tan aburrido. 

El fantasma de la casa Gryffindor entró en la clase, posicionandose a la altura de Tabby, se sentó como si fuera un compañero de clase más y se quedó mirando el maravilloso trabajo que hacía

-Mire profesor, esa alumna tiene un gran potencial, ¿no cree? Quizás se merezca un poco de su propia poción... oh... ¿no tienes frascos? Es una lastima, hablaré con mis amigos, quizás alguno conozca a alguien... es posible... tiene mucho talento...- el fantasma comenzó a divagar mirando la espléndida poción que tenía delante- ¡10 puntos para Gryffindor! Oh, perdón profesor, no me corresponde a mi. Sigue así, lo estás haciendo muy bien- dijo el fantasma antes de abandonar el aula

Mientras intentaba ayudar a Ivy a corregir su poción, algo que estaba viendo no iba a conseguir, vi de reojo ue Kayla también tenía problemas.

Porras, desde cuando me he convertido yo en una experta en algo.

Miré a Kayla, preocupada.

-!Oh, no! ¿Tú también? No sé cómo ayudaros. Es que no tengo ni idea de en qué os habéis equivocado -comenté, fastidiada por no poder hacer nada.

Llegaba la clase de pociones, una clase muy interesante, aunque para Alex, la única vez que mezcló algo, fue una navidad en casa de una de sus tias, en el que ayudó a hacer roscos de canela y azúcar.

No conocía mucho sobre la asignatura, asi que no se molestó en intentar responder o buscar las respuestas en el manual, solo se limitó a escuchar y tomar apuntes. 

Llego el momento de hacer la poción, resultó sencillo, pues era como una receta casera, solo hay que seguir los pasos - et voilà!- dije satisfecho, tras el éxito de la poción.

- Claro, nos vemos en la biblioteca. Seguro que lo conseguimos - le animó - y sino, al menos hacemos los deberes ¿no?

Victoria sonrió contenta, por fin empezaba a hacer amigos.

Abbadon termino de tomar notas y se preparo para hacer los ejercicios que había enviado el profesor, empezaría por hacer lo que mejor se le daba, preparar pociones, estaba seguro de que prepararía el ungüento para alisar el cabello con bastante destreza y ganaría algún punto para su casa. Para ello preparo los ingredientes que habían conseguido de la clase de herbología la hora anterior y siguiendo los pasos del libro los fue echando al caldero.- Medio ciempiés triturado... ahora todo el moco... añadimos la otra mitad del cienpiés...y finalmente  la esencia de belladona. Creo que me ha salido bastante decente-.Comenta mientras revisa el libro para asegurarse de que ha hecho todos los pasos.

De pronto, se encuentra a un fantasma a su lado. Da un pequeño respiro porque aún no está acostumbrada a los fantasmas y esas entidades sobrenaturales. Pero luego se sonroja ante el comentario.

-Gracias. No sé cómo me ha salido tan bien. Es mi primera vez.

Niega a lo de los frascos.

-Eran un poco caros para mí. No pude comprar ninguno y no sabía que eran necesarios.

La clase finalizó y yo sentí que me había salido todo bastante bien. Claro que también sentía que estaba teniendo bastante suerte, porque era extraño que fuese así.

Pero no me iba a quejar de que me fuesen bien las cosas. La semana siguiente, podía ser al revés, y explotarme a mí el caldero. El problema era que no tenía dinero para comprar uno así que más me valía que no me ocurriese algo así.